La educación es un proceso continuo que se inicia desde la gestación y dura toda la vida. Esta frase, más allá de un lugar común, guarda relación con la complejidad del desarrollo de los seres humanos y su gradual incorporación activa a la sociedad mediante la adquisición de las herramientas que les proporciona la cultura a la cual pertenecen. En este camino de socialización intervienen muchas instancias sociales: la familia, el vecindario, la escuela, la universidad, los medios de comunicación, las organizaciones sociales, los lugares de trabajo, las iglesias Cuando se habla de la educación formal se hace referencia a las instituciones encargadas de ofrecer a los niños, niñas y jóvenes la oportunidad de acceder al conocimiento y los bienes de la cultura universal, dotándolos de las herramientas intelectuales y de las habilidades prácticas que les permitan incorporarse al mundo de la ciencia y la tecnología, al aparato productivo a través del trabajo, y al desarrollo de la sociedad a través de diversas instancias de participación. Para que este proceso educativo sea eficaz es indispensable que las diversas organizaciones que ofrecen el servicio educativo se articulen de manera gradual, con el fin de que cada ciclo educativo encuentre una continuidad con el que lo precede y el que le dé continuidad. Así pues, es necesario que la educación inicial esté debidamente articulada en con el preescolar, éste con la básica y la media y ésta última con la educación superior.
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