Arturo Robledo. La arquitectura como modo de vida

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ARTURO ROBLEDO La arquitec tura

como modo de vida Beatriz GarcĂ­a Moreno


Arturo Robledo Ocampo, arquitecto Manizales-1930, Bogotá-2007 Arturo Robledo Ocampo se situó en el mundo desde la Arquitectura. Además de su sobresaliente desempeño como arquitecto proyectista, llevó a cabo una significativa labor en la academia, como docente, decano y vicerrector de la Universidad Nacional de Colombia; y en la actividad gremial, tanto en la Sociedad Colombiana de Arquitectos –como miembro, vicepresidente y presidente–, como en la Asociación de Arquitectos de la Universidad Nacional– de la cual fue fundador y presidente. Desde los comienzos de su vida profesional, a principios de los años cincuenta, mostró su apertura hacia el pensamiento universal y de manera particular hacia todo lo que atañe a la arquitectura; así como también, un notorio interés y sensibilidad por los problemas y peculiaridades del territorio en el que ejerció su tarea, y de manera específica por los relacionados con el habitar humano. Ambas características marcaron su hacer profesional y su posición ética ante la profesión. De ello dan testimonio sus obras y proyectos entre los cuales figura el conjunto de casas del barrio Polo Club (con la firma Robledo, Drews & Castro, 1957), los apartamentos de la calle 26 (con Ricardo Velázquez, 1962), el Parque Metropolitano Simón Bolívar de Bogotá (1980-1992), cuyo proyecto lideró desde el Departamento de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, la rehabilitación para uso de vivienda de la Calle del Sol en La Candelaria (con Rubio y Gómez Ltda., 1987-1992), el Parque Residencial Calle 100, (19911993), además de muchos otros, construidos y no construidos, de carácter público y privado. Su consagración a la causa de la profesión, los proyectos y las obras que realizó y su integridad como ser humano, serán siempre una referencia para los arquitectos comprometidos con la construcción del habitar en Colombia.


ARTURO ROBLEDO La arquitec tura como modo de vida Beatriz García Moreno Colaboradores José Enrique Robledo Ocampo Germán Darío Rodríguez

Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Universidad Nacional de Colombia


ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ Samuel Moreno Rojas Alcalde Mayor de Bogotá Catalina Ramírez Vallejo Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte Gabriel Pardo García-Peña Director Instituto Distrital de Patrimonio Cultural UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Moisés Wasserman Lerner Rector Jaime Franky Rodríguez Decano Facultad de Artes Luis Alfonso Pérez Orozco Director Escuela de Arquitectura Ramón García Piment Director División de Archivos y Correspondencia Investigación y textos Beatriz García Moreno Colaboradores José Enrique Robledo Ocampo Germán Darío Rodríguez Fotografías actuales Carlos Hernández Llamas Edición de fotografías Carlos Hernández Llamas Mauricio Arango Pinilla Diseño y diagramación Mauricio Arango Pinilla Coordinación editorial Mauricio Uribe González Subdirector de Divulgación de los Valores de Patrimonio Cultural - IDPC Alfonso Espinosa Parada Director Centro de Divulgación y Medios – Facultad de Artes Universidad Nacional de Colombia Impresión Primera edición, marzo 2010. Linotipia Bolívar S. en C. Impreso en Colombia © Instituto Distrital de Patrimonio Cultural ISBN 978-958-719-352-7


fig. 0. Trazado regulador del Parque Metropolitano Simón Bolívar. Arturo Robledo, Bogotá, 1981.


fig. 01. Apartamentos Calle 26,

Banco Central Hipotecario Bogotá. 1962 Arturo Robledo con Rcardo Velásquez Aerofotografía: Instituto Geográfico Agustín Codazzi Panorámica de Bogotá con ubicación del conjunto Acercamiento panorámico al conjunto Fragmento planta del conjunto

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Aspecto del conjunto Fotografía: Carlos Hernández Llamas

fig. 02. Arturo Robledo Ocampo Fotografía: María Esther Galvis

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Contenido Agradecimientos Presentación Presentación Prólogo Introducción

PARTE I EXPERIENCIAS, MARCAS Y DIRECCIONAMIENTO Territorio, cultura y familia La colonización antioqueña y la construcción de territorio, de arquitectura y de infraestructura La apertura al mundo El ambiente de su casa

Los estudios de arquitectura La formación en el pensamiento del Movimiento Moderno El currículo y sus profesores Sus condiscípulos

PARTE II LA VIDA PROFESIONAL AL SERVICIO DE LA ACADEMIA Y DEL GREMIO DE LA ARQUITECTURA Su práctica al servicio de la academia 1952-1986. El docente

Cargos académico-administrativos 1960-1965 Primera decanatura: afianzando e integrando saberes 1966. Vicerrector y rector encargado. Puesta en marcha de la reforma universitaria de 1965

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1977-1980. Segunda decanatura: desarrollos disciplinares, el impulso a la investigación y a la extensión

Otras labores académicas El cuidado de la profesión desde el ámbito gremial Vinculación con la Sociedad Colombiana de Arquitectos, SCA Vinculación a la Asociación de Arquitectos con la Universidad Nacional, AUN

PARTE III ARTURO ROBLEDO, CONSTRUCTOR DE ESPACIOS ARQUITECTÓNICOS Y URBANOS Algunas constantes de su arquitectura Obras y proyectos 1950-1959 De la vivienda unifamiliar al encuentro con la ciudad y sus equipamientos Vivienda Unifamiliar Vivienda multifamiliar Otros temas en la época

1959-1960,primera pausa:Subdirector de Planeación Distrital 1961-1968,vivienda, arquitectura escolar y algo más Vivienda unifamiliar Conjuntos de vivienda multifamiliar Arquitectura relacionada con la educación Otros temas de la época

1969-1973, segunda pausa: Asesorías para el Banco Interamericanode Desarrollo, BID

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1973- 1977, vivienda masiva, arquitectura industrial y algo más Agrupaciones de vivienda Arquitectura industrial Otros temas de la época

1977-1980, tercera pausa:Segunda decanatura 1980-1996,la intervención en la metrópoli Conjuntos de vivienda multifamiliar Vivienda multifamiliar en altura Vivienda unifamiliar Otros temas de la época

1996, cuarta pausa.Curador urbano provisional para Santafé de Bogotá 1996-2007,de vuelta a la Universidad, logros y dificultades Conjuntos de vivienda Vivienda unifamiliar Arquitectura relacionada con la educación

PARTE IV COMENTARIO FINAL Acerca de su producción escrita Palabras de cierre Listado de obras y proyectos realizados Bibliografía Índice de ilustraciones y fuentes Obras significativas de Arturo Robledo existentes en Bogotá

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La arquitec tura como modo de vida Agradecimientos

Agradecimientos La investigación que aquí se presenta se centra en la figura del arquitecto Arturo Robledo Ocampo. Ella profundiza en algunos hechos de su vida que permiten entender su vocación y desempeño como arquitecto, y se detiene en su propia concepción de la arquitectura en la indagación que hace de sus obras y otras de sus prácticas relacionadas con esta disciplina. La labor se ha llevado a cabo gracias al apoyo de diferentes instituciones y personas que entendieron su importancia. Entre las entidades que estuvieron al frente del proyecto se debe mencionar, en primera instancia, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural bajo la dirección de Gabriel Pardo García-Peña, así como a los responsables de su Subdirección de Divulgación, Margarita Mariño von Hildebrand, Mauricio Uribe González e Ilona Murcia Ijjasz, quienes se interesaron en el proyecto y pusieron sus colaboradores al servicio del mismo, entre los que se destacan Carlos Hernández Llamas encargado de la fotografía actual. De igual manera, la Universidad Nacional de Colombia merece un especial reconocimiento por su apoyo permanente al proyecto en general, a través del decano de la Facultad de Artes, Jaime Franky Rodríguez; del director de la Escuela de Arquitectura, Luis Alfonso Pérez Orozco; del director y los colaboradores del Centro de Documentación y Medios, Alfonso Espinosa y Juan Francisco Poveda, y de manera especial de Mauricio Arango, encargado del diseño del libro. Un agradecimiento especial a su División de Archivo y Correspondencia bajo la dirección de Ramón García, y a sus colaboradores, Gabriel Es-

calante, Consuelo Buitrago, Hans Quitián, Juan Felipe Alzate y Ricardo Alonso. Igualmente, este trabajo recibió apoyo de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, bajo las presidencias nacionales de Ricardo Navarrete y Diego León Sierra, y de las revistas Proa Escala, y sus respectivos Directores, Lorenzo Fonseca y David Serna. Al nombrar aquellas personas que fueron definitivas en la recopilación e interpretación de la información presentada, debo empezar por el mismo Arturo Robledo, quien años antes de su fallecimiento puso a mi disposición su archivo personal, y estuvo dispuesto a conversar conmigo por largas horas sobre su vida, sus obras y su pensamiento sobre la arquitectura. Luego de su muerte muchos de sus familiares estuvieron dispuestos a brindarme la información y los testimonios solicitados para la investigación. Entre ellos se deben nombrar: Ana Elvira Chee-Chong de Robledo, Ana Cristina Robledo Chee-Chong, Juan Manuel Robledo Chee-Chong, José Enrique Robledo Ocampo, Alfonso Robledo Ocampo, Trixie Leeb de Robledo, Carolina Robledo Leeb, Fernando Robledo Ocampo, Carmencita Ruiz de Robledo, Miguel Robledo Ruiz, Guillermo Robledo Ocampo, María Victoria Ruiz de Robledo, Martha Lucía Robledo de Botero, Alejandro Botero Robledo y Mauricio Robledo Restrepo. De manera especial, doy las gracias a Alfonso Robledo Ocampo por la información aportada, proveniente del archivo de Arturo Robledo Arias, padre de Arturo Robledo Ocampo. Para comprender la personalidad de Arturo Robledo y la dimensión de su contribución, fue de gran importancia un amplio número de valiosos testimonios de colegas y amigos que lo

acompañaron en diferentes momentos de su vida y que quisieron aportar al desarrollo del trabajo. Quiero agradecer a las personas que generosamente dieron su testimonio, a saber: Eduardo Angulo Flórez, Álvaro Botero Escobar, Jaime Castell Centanaro, Dicken Castro Duque, Luis Carlos Colón Llamas, Alberto Iván Correa Herrán, Juan Correa, Rafael Cuéllar Molano, Freddy Chacón, Willy Drews Arango, Lorenzo Fonseca Martínez, Gonzalo Hoyos, Luis Guillermo Martínez Medina, María Esperanza Mojica Silva, Fernando Montenegro Lizarralde, Carlos Niño Murcia, Cecilia Ordóñez, Oswaldo Pérez de los Ríos, Widhmann Pineda, Mario Pinzón Espinel, Ignacio Piñeros Torres, Ismael Quintero Quiñones, Luis Ernesto Quintero Pardo, Manuel Vicente Rojas Parra, Germán Rubiano Caballero, Guillermo Rubio Jáuregui, Alberto Saldarriaga Roa, Julio Abel Sánchez Leiva, Alejandro Sokoloff Moreno, Álvaro Tobón Hincapié, Enrique Triana Uribe, Marina Trujillo de Cuéllar, Omar Vaca, Rafael Vega Rosas y Hernán Villa-Roel Ramírez. Para finalizar, debo decir que este trabajo pudo realizarse gracias a la colaboración del arquitecto José Enrique Robledo Ocampo, quien con gran entusiasmo se vinculó a la investigación y participó en las diferentes etapas de su desarrollo, desde la recolección de los testimonios, la búsqueda y selección de la información gráfica, hasta la edición final del texto. De igual manera, quiero agradecer al arquitecto Germán Darío Rodríguez Botero por el apoyo dado en la recopilación de información de archivo, en la transcripción de los testimonios y en la elaboración inicial del material gráfico; lo mismo que a Lorenzo Fonseca quien hizo anotaciones importantes al documento en general, y a Claudia Burgos por sus aportes en la edición del texto.

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Presentación

garse y conservarse como parte del patrimonio moderno que posee la Nación y de manera particular la ciudad de Bogotá.

El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de la capital, reconoce el valor patrimonial de la arquitectura y el urbanismo modernos, así como la obra de sus principales exponentes. A través de Arturo Robledo Ocampo, la arquitectura como modo de vida exalta a uno de los más grandes protagonistas de la concepción y construcción de la ciudad durante el siglo XX. Luego de la muerte de este importante profesional, en el año 2007, el IPDC se dio a la tarea de emprender una investigación sobre su vida y obra, tendiente a recopilar y reconocer sus aportes a la arquitectura en Colombia. Fue así como encargó a la arquitecta Beatriz García Moreno la realización de la investigación que aquí se divulga, cuya publicación ha contado con el apoyo de la Universidad Nacional de Colombia.

Como lo indica el título de la publicación, la vida de Arturo Robledo estuvo dedicada a la arquitectura, no solo en la práctica misma de la disciplina sino en su quehacer académico donde hizo aportes invaluables a la formación que incidieron en la orientación de la enseñanza de la carrera en el país. De igual manera, su atención a los asuntos gremiales de la profesión, su insistencia en el papel de una ética del arquitecto integral que le diera cabida de manera clara y decidida a los problemas del país con un gran sentido de responsabilidad social, son un ejemplo para las nuevas generaciones de arquitectos y personas que se ocupan de “pensar” la ciudad.

Arturo Robledo realizó sus estudios en la Universidad Nacional a mediados del siglo pasado, cuando la Arquitectura Moderna se imponía de manera definitiva como camino para la construcción de nuestras ciudades y de nuestro hábitat en general, y fue dentro de sus parámetros que él inició y consolidó el ejercicio profesional. La práctica arquitectónica de Arturo Robledo se concretó en proyectos y obras de vivienda unifamiliar y multifamiliar, educativos, de salud, culturales, recreativos, industriales y comerciales, que han sido pioneros y modelo a seguir para muchos arquitectos. Ellos representan un importante legado que debe divul-

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La Alcaldía Mayor de Bogotá, que orienta su plan de desarrollo hacia una Bogotá Positiva, rinde un homenaje al arquitecto Arturo Robledo, a su vida, a su obra y a su aporte al desarrollo de la capital mediante esta publicación que resalta el valor patrimonial de su legado cultural que se debe proteger y dar a conocer.

Gabriel Pardo Garcia-Peña Director Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Diciembre de 2009


La arquitec tura como modo de vida Presentación

Presentación Arturo Robledo La mejor manera de presentar los resultados de la investigación consignados en este libro de la arquitecta Beatriz García, “sobre la figura del arquitecto Arturo Robledo Ocampo”, es -no me cabe la menor duda- invitando a la lectura cuidadosa de cada una de sus páginas, bien desde una mirada analítica y comprensiva o bien por el enorme placer que produce entre especialistas o interesados en el asunto, encontrar trabajos que conjugan la relevancia del tema investigado con el juicio y cuidado del investigador al abordarlo. Pese a que ninguna opinión reemplaza la recomendación inicial de recorrer el libro, me ocuparé de las dos últimas consideraciones anotadas que según intuyo producen el placer de su lectura. En primer lugar la relevancia del tema, diría mejor en este caso el reconocimiento de Arturo Robledo en el desarrollo de las ideas que orientaron el cambio social y cultural de la segunda mitad del siglo pasado en el país, fuertemente enraizado -en ese entonces- en la tradición y en una conciencia provinciana de las que quizá sólo se escapaban pequeños grupos de élite. En efecto si consideramos el papel fundamental que jugaron las artes y la arquitectura en la introducción de las ideas modernas y a Arturo Robledo como una de las personalidades de avanzada en artes y arquitectura, podremos inferir con razón que su contribución es relevante. Su actividad se dio en múltiples frentes: el del ejercicio profesional, el

de la organización de los profesionales orientado a definir las rutas de participación en la construcción del entorno edificado y la sociedad, el académico definitivamente comprometido con la formación profesional en su sentido más estricto y con el cultivo del individuo en el marco de aquello que profesaban los profesionales de la arquitectura. De todos ellos se da cuenta en el presente libro; todos ellos en su conjunto muestran la importancia de su contribución en la dirección anotada. Me correspondió estudiar arquitectura en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia durante la segunda decanatura de Arturo Robledo. No tuve la posibilidad de tener contacto directo con él pero la última etapa de mi formación estuvo marcada por los cambios en el programa que emprendió y que definieron buena parte de la actividad profesional de quienes egresamos en ese entonces y abrieron el camino para reformas de los programas curriculares de décadas posteriores en la Facultad y, sin duda, sirvieron de referencia para la reforma curricular de los años noventas, la más importante emprendida en la Universidad. Si hacemos seguimiento del modelo de intensificaciones propuesto a finales de los años setenta, encontramos en él el origen de nuevos programas profesionales de pregrado y de la mayoría de la oferta de formación posgraduada en la Facultad. Su trabajo profesional era también referencia para la formación. Al modo de T. S. Kuhn, sin pretender comparar la arquitectura con las ciencias, podemos decir que varios de sus proyectos eran considerados como realizaciones ejemplares, esa suerte de paradigmas que sirven de manera especial para la ilustra-

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ción y la formación de iniciados en una comunidad en este caso profesional. Los trabajos profesionales aquí compilados muestran su talento y son consecuentes con lo que él mismo anotaba de la arquitectura: “Quien posea los recursos de la técnica ha dado solamente un paso para la solución de los problemas que plantea la organización urbana. Pero el camino se recorre con la visión y con el impulso creador, con aquella actitud a la vez realista y poética que concreta en un momento determinado el fruto de profundas meditaciones y vigilias. Esa actitud es la que hace que el arquitecto no pueda ser considerado como un técnico sino como un creador: un creador del espacio habitable”. Las piezas de arquitectura aquí recogidas, edificadas unas, otras no, evidencian una obra consistente, cuidadosa y respetuosa. En algunas es posible identificar cómo se ajustan al entorno y a las determinantes propias de cada proyecto. Tenerlas reunidas constituye una lección de hacer arquitectura y de crear en cada obra, sin perder la impronta propia del arquitecto. De otra parte, en cuanto a la segunda consideración de valor mencionada, en el trabajo de investigación realizado, se pueden destacar algunos aspectos: La aproximación integral o la búsqueda de construir una mirada integral. Trabajos precedentes como el catálogo Portafolio en vivienda (1952-2002). Arturo Robledo Ocampo editado con ocasión de la realización de la exposición sobre el

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tema en el Museo de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, o Escritos de Arturo Robledo, editado recientemente en la colección Notas de Clase por el Centro de Divulgación y Medios de la Facultad de Artes, han hecho aportes parciales al reconocimiento de la obra del arquitecto. Sólo hasta hoy podemos ver la magnitud de sus contribuciones al desarrollo de la disciplina y a la cultura nacional, sobre las que otros estudiosos podrán profundizar, siguiendo además una ruta que él fomentó y contribuyó a trazar: la de recoger la historia de la arquitectura colombiana Se puede destacar también, en un trayecto paralelo, la mirada simultánea sobre la labor y la persona. El texto se inicia situando geográfica e históricamente a Arturo Robledo, lo que produce las pistas necesarias para hacer el recorrido. Recorrido que es complementado de forma recurrente con opiniones de colegas en distintos campos y discípulos del arquitecto, que confirman el reconocimiento que la investigadora hace, ahora por la vía de los pares, de quienes trabajaron con él o de quienes trabajaron para él. Es un acierto indudable de Beatriz García acompañar sus indagaciones con estos testimonios que corroboran la validez de sus propósitos: poner en valor la obra de Arturo Robledo y entenderla como ella lo ha identificado “Como un modo de vida”.

Jaime Franky Rodríguez Decano Facultad de Artes Universidad Nacional de Colombia Diciembre 2009


La arquitec tura como modo de vida Prólogo

Prólogo Arquitecto moderno colombiano Preparar esta presentación ha sido un ejercicio de reflexión en la racionalización de por qué Arturo Robledo Ocampo fue una de las personas más significativas e influyentes en mi formación profesional y personal. Para transmitir mis conclusiones me referiré a momentos que pude compartir con él y a algunos de sus innumerables proyectos, todos incluidos en la publicación que tiene en sus manos. A comienzos de la década de los años sesenta, los paseos de descanso que el arquitecto Carlos Martínez, entonces director del Departamento Administrativo de Planificación Distrital de la Alcaldía de Bogotá, organizaba con su equipo a Subachoque, me brindaron la posibilidad de entrar en contacto con Arturo cuando él se desempeñaba como subdirector y coordinador de este grupo, el cual, por primera vez en la ciudad, acometía la preparación de un Plan de Ordenamiento de alcance metropolitano, que se convirtió en pieza básica estructurante para posteriores trabajos similares. Esta relación me fue muy útil cuando, un par de años después, en 1963, acudí a él cuando se desempeñaba como decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional. Con gran deferencia me recibió en su despacho y me explicó con la claridad que siempre lo caracterizó en qué consistía el programa de estudios y me plan-

teó las transformaciones que estaban en proceso ya que el pénsum de la facultad estaba bajo su dirección. Sus palabras ayudaron de manera definitiva a que me inscribiera e ingresara ese año a la Facultad de Arquitectura. El proceso de estudios universitarios que acometí estuvo signado por las transformaciones y cambios que su decanatura determinó durante esa década en la Universidad. Entre ellos, el énfasis en asuntos urbanos que él determinó con base en su experiencia en la Alcaldía, y para lo cual aumentó materias en ese tema e incrementó su tiempo y profundización. En el proceso académico las referencias a proyectos publicados fueron fuente invaluable de análisis y de aprendizaje. Considero que debo compartir la admiración que en ese momento me causó el diseño de las escaleras en el proyecto de apartamentos para el sector de “Techo”, en Bogotá, diseñado por Arturo, en las que demostró su capacidad del manejo conceptual de la tridimensionalidad para poder plantear la sinuosidad del desarrollo de la escalera en medio de un planteamiento general y de bloques de vivienda enteramente ortogonal. Admiración que con el paso de los años se ha mantenido (fig.86,m). En 1968, cuando inicié el noveno semestre de la carrera, fue Arturo quien asumió la dirección de un proyecto académico con sentido futurista de carácter urbano: la ampliación del centro internacional de Bogotá. Su visión de futuro y sus amplios conocimientos técnicos dieron seguridad a los dubitativos pasos de los grupos de trabajo que, por primera vez, nos aproximábamos a un proceso tan “lanzado”. Su asertividad brindó confianza a todos nosotros. Fue una novedosa ruptura de la pedagogía tradicional del Taller que

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con la claridad mental de Arturo Robledo se pudo desarrollar para producir un resultado que fue paradigmático en la facultad. El proceso de aprendizaje fue tan satisfactorio que solicitamos continuar con su dirección en el proyecto de grado. Las directivas accedieron a esta solicitud pero, lamentablemente para nosotros, su nombramiento en un prestigioso cargo que debía desempeñar en Brasil nos robó esta nueva experiencia. A finales de esta década, al iniciar mi actividad profesional en el campo editorial, como colaborador de la revista de arquitectura PROA, una de mis primeras tareas fue el manejo del contenido de una entrega (No. 198) dedicada a exaltar la labor del Instituto Colombiano de Construcciones Escolares que, bajo la dirección de Arturo Robledo, desarrolló un cambio fundamental en la estructura de las aulas y en la composición de las plantas de los diversos colegios a su cargo en diferentes regiones del país. Planteamientos que hoy son referentes obligados en las propuestas de innovación de la Secretaría Distrital de Educación y también en el Ministerio de Cultura. Ya en la década de los años setenta, por mi labor en PROA, tuve la oportunidad de un contacto permanente con Arturo con la intención de incluir en las páginas de la revista su profusa y valiosa producción de proyectos, lo que me permitió un diálogo permanente tanto en su estudio como en la sede de la revista. Se logró organizar y presentar un recuento de la obra diseñada y construida desde 1950 hasta ese momento (1976) en una primera entrega (No. 266) donde se evidencia su capacidad creativa y el volumen de trabajos llevados a cabo, todos con la seriedad y el profesionalismo que siempre lo caracterizó.

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La calidad de su producción y la falta de divulgación de su trabajo en medios editoriales llevaron a incluir, al poco tiempo, en una segunda entrega de PROA (No. 279), su propuesta para el concurso de la Urbanización Córdoba, en Bogotá, que no clasificó entre los proyectos premiados. La calidad de esa propuesta llevó a que en una entrega posterior (No. 287) con Alberto Saldarriaga definiéramos unas “pautas para la presentación comparativa de los proyectos concursantes”, que se aplicaron a los 16 proyectos participantes y que luego, con una “aproximación a una ponderación hipotética de los proyectos publicados”, se mostró cómo el proyecto de Arturo era el que más cumplía con las expectativas del concurso en los diferentes niveles de análisis: paisaje urbano, módulo urbanístico, módulo arquitectónico, unidad de vivienda, tecnológico.

tarios. En su proceso inicial me tuvo en cuenta al compartir su idea para buscar alternativas. Para las imágenes del portafolio la información publicada en PROA ayudó en su producción definitiva.

En la década de los años ochenta, cuando Arturo trabajaba en el proyecto para el Parque Simón Bolívar, tuve la oportunidad de visitar su oficina en varias ocasiones y disfrutar de sus explicaciones que demostraban la capacidad para tener en su mente un proyecto de dimensión macro y para estructurarlo según lineamientos geométricos que organizaban simultáneamente los aspectos generales y las particularidades al milímetro, y así definir un conjunto coherente y variado regido por la geometría generadora que ordenaba la espacialidad del parque.

Estuve próximo a Arturo Robledo en diferentes instancias, como alumno, como estudiante en la facultad que él dirigía, como editor al exaltar sus aportes a la arquitectura, como promotor de sus cualidades profesionales, como interlocutor en sus proyectos significativos y como amigo.

A finales de la década de los años noventa Arturo se propuso producir un portafolio ordenado de su obra que lo llevó a estructurar, ante todo, sus propuestas de vivienda con una condición ineludible, ser capaz de mostrar cada proyecto en una página y reservar otra para textos y comen-

Este trabajo fue acogido por el Museo de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia para estructurar una exposición y producir una publicación-catálogo que reflejara esa intención inicial. La exposición itinerante se ha mostrado en diversos escenarios académicos, uno de ellos, la sala de exposiciones de la Facultad de Arquitectura de la Javeriana, a propósito de una de mis últimas tareas conjuntas con Arturo, la coordinación de un coloquio en la misma Facultad de Arquitectura en el que Arturo era el invitado especial. Su participación fue, como siempre, de gran lucidez.

En todas sus actuaciones se notaba su estructura mental profunda y clara que le permitía, cuando se le solicitaba, hacer acertados comentarios y observaciones, en ocasiones cáusticos. Su arquitectura refleja la estructura racional que primaba en sus decisiones y que determinaba una claridad diáfana en la organización espacial de cada obra y una planimetría simple y pura. La geometría siempre fue su herramienta de trabajo, ésta se enriqueció con la llegada de las técnicas del computador, pues al adentrarse en


La arquitec tura como modo de vida Prólogo

la tecnología pudo desarrollar nuevas aproximaciones formales y organizativas que se evidencian en sus últimos diseños. Su memoria prodigiosa junto a la profunda reflexión que lo caracterizó, le permitió destacarse como un ser erudito en múltiples temas en un mundo de especialistas. Su capacidad de lectura y su maravillosa memoria visual le permitían captar los mensajes de las múltiples publicaciones que recibía y aprovecharlos tanto en su conversación cotidiana como en sus propuestas conceptuales. Hizo parte de la generación de destacados arquitectos que asumieron su profesión con un alto sentido de responsabilidad social lo que los comprometía en la búsqueda de respuestas espaciales óptimas a los requerimientos para los que fueron llamados. Grupo con un alto sentido de la ética profesional que se evidenciaba en cada una de sus actuaciones de vida, ejemplarizante para las siguientes generaciones. Por diferentes circunstancias su ejercicio profesional estuvo marcado por dificultades en el paso del proyecto arquitectónico a la obra construida. Por ello, su archivo está lleno de excelentes proyectos que quedaron en planos; acceder a ellos, algo que se logra parcialmente con esta publicación, es recibir lecciones de buena arquitectura. Son valiosos documentos que incitan a estudio y valoración para convertirlos en material de utilidad para generaciones futuras. Su archivo entonces debe hacer parte del acervo patrimonial arquitectónico colombiano.

Esta publicación resalta las múltiples facetas de la vida y obra de este arquitecto colombiano que es desconocido para muchos profesionales, especialmente de las nuevas generaciones. Permite, además, entender cómo, a través de los años, demostró ser uno de los arquitectos más importantes de la segunda mitad del siglo XX en Colombia. El trabajo de Beatriz García y su equipo de colaboradores se convierte en un merecido homenaje a quien aportó a la planeación urbana, al diseño y construcción de diferentes obras en diferentes regiones del país y de muy diversa índole como: vivienda unifamiliar y multifamiliar; escuelas y colegios; además de la transformación positiva en la formación de arquitectos tanto en el campo de la administración académica como en la docencia. El esfuerzo editorial respaldado por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural en cabeza del arquitecto Gabriel Pardo Garcia-Peña y de la Universidad Nacional de Colombia, hace posible que esta investigación sea divulgada y que Arturo Robledo ocupe su lugar en la historia de la arquitectura moderna colombiana.

Lorenzo Fonseca Martínez Octubre 2009

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Introducción … Ningún arte –vale la pena insistir– representa con más vigor y mayor seguridad los valores e ideales colectivos que la arquitectura; no está sometida a las barreras del lenguaje ni a los prejuicios religiosos o ideológicos; desafía con mayor seguridad el paso del tiempo y entrega su mensaje no solamente a los iniciados o a los eruditos. Las pirámides, el Partenón o la catedral gótica evocan formas de vida y sistemas de pensamiento con mayor precisión que otro medio artístico1. Para Arturo Robledo la arquitectura significaba más que una simple práctica profesional; podría decirse que su vida entera la armó en función de esta disciplina. Durante su vida profesional demostró ser un constructor de espacios, no solo arquitectónicos, sino también académicos y gremiales. Sus obras de arquitectura y de urbanismo, su desempeño como docente, decano y vicerrector de la Universidad Nacional, y su papel como gremialista tanto en la Sociedad Colombiana de Arquitectos como en la Asociación de Arquitectos de la Universidad Nacional, dan cuenta de ello. El examen de su vida y su obra permite indagar en más de medio siglo de la historia de la arquitectura en Colombia, en la transformación y consolidación de la formación y del ejercicio de la profesión. Los

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ROBLEDO OCAMPO, Arturo. Cita tomada del escrito sobre la arquitectura colombiana, leído por los micrófonos de la Radiodifusora Nacional, con ocasión de la Semana Nacional de la Cultura, el 9 de julio de 1962, día de la Arquitectura. Archivo personal de Arturo Robledo.


La arquitec tura como modo de vida Introducción

hechos más importantes que a continuación se narran, están ligados a actores y sucesos que fueron, y siguen siendo, protagonistas en la arquitectura del país. Arturo Robledo se desempeñó como arquitecto durante más de cincuenta años2. Su ejercicio profesional se inició desde mediados del siglo pasado y se prolongó hasta su muerte en el año 2007. Aunque muchos de sus proyectos no se construyeron, su archivo personal y las publicaciones de algunas de sus obras facilitaron la recopilación de una amplia documentación que permitió reconocer su entendimiento y modo de enfrentar la arquitectura. Mediante los documentos existentes en los archivos de la Universidad Nacional y en su archivo personal fue posible poner de presente el importante legado que dejó a la academia y, de manera particular, a la formación del arquitecto. Aunque es más escasa la información sobre su desempeño en las asociaciones gremiales en las que participó, debido a la falta de archivos que den cuenta de este extenso período, la documentación existente puso de presente el aporte que realizó a través del trabajo constante en la consolidación de la práctica de la arquitectura en el país. En esta investigación se hace un recuento de sus acciones y producción principal como arquitecto, de las características que se han considerado más representativas de su manera de pensar y hacer arquitectura, y se dejan abiertas algunas preguntas que se espera sirvan de estímulo a investigaciones posteriores.

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Los hechos que se narran se basan en diferentes fuentes, como son: documentos de primera mano encontrados en el archivo de la Facultad de Artes y en la División de Archivo y Correspondencia de la Universidad Nacional de Colombia, en el archivo de la Sociedad Colombiana de Arquitectos y en el personal de Arturo Robledo; testimonios de colegas, amigos y familiares, recolectados para la investigación; notas de la investigadora principal sobre conversaciones sostenidas por ella y José Enrique Robledo con Arturo Robledo sobre su vida y obra; diferentes versiones de la hoja de vida realizadas por el arquitecto, en momentos particulares de su existencia; escritos de Arturo Robledo, inéditos muchos de ellos, que realizó con ocasión de diversos eventos de su vida o por motivaciones particulares, y material gráfico publicado en revistas y libros. Este documento parte de afirmar que la arquitectura fue el punto de referencia desde el cual Arturo Robledo se situó para vivir, y que es este hecho el que permite entender los acontecimientos que marcaron su vida y su obra. Con base en esta premisa se abordó el desarrollo de la investigación. El texto que se presenta, además de la introducción y el cierre, se estructuró en cuatro partes: la primera está dedicada a señalar de manera biográfica algunos rasgos y hechos de su crianza y formación que fueron determinantes para su hacer en arquitectura. Se compone de dos capítulos: el primero se detiene en algunos datos de su

vida, especialmente de su niñez y juventud, que influyeron en su personalidad, lo orientaron hacia la arquitectura e incidieron en su ejercicio profesional; y el segundo se refiere a las características de la formación recibida en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia. La segunda parte examina su vida y logros en relación con la academia, específicamente su labor en esta última institución como docente, decano y vicerrector; pone de presente las transformaciones relacionadas con el pénsum, a la vez que hace alusión a las características del ambiente nacional y cultural en que sucedieron, y señala los principales aportes y logros que hizo a la formación en arquitectura. Esta parte finaliza destacando algunas de sus acciones relacionadas con lo gremial. La tercera parte, a la vez que da cuenta cronológica de los proyectos arquitectónicos y urbanos de Arturo Robledo, inquiere de manera crítica en su pensamiento arquitectónico y en sus principales obras. La presentación de éstas se organiza en cuatro períodos marcados por pausas, durante las cuales adelantó labores en entidades públicas y privadas. La cuarta parte se centra en el cierre del documento, presenta una referencia a su pensamiento consignado en diferentes escritos y enfatiza la importancia de su legado para la arquitectura en Colombia. Para finalizar se agrega un listado con las ilustraciones y las fuentes de donde fueron tomadas, y un mapa con las obras más significativas de Arturo Robledo, existentes en Bogotá.

Su matrícula profesional No. 3365 la obtuvo del Consejo Profesional de Ingeniería y Arquitectura de Cundinamarca, en abril del año 1954.

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PARTE I EXPERIENCIAS, MARCAS Y DIRECCIONAMIENTO


Desde que nacemos nos rodea la inf luencia sutil pero penetrante del carácter de nuestras habitaciones, de nuestra casa, de nuestro barrio, de nuestra ciudad. Podría vivirse sin tener relación con ningún arte, pero no podemos escapar de los espacios que habitamos. Podemos concebir, aunque no nos guste, sociedades sin pintura u otra manifestación artística, pero no es posible concebir una sociedad sin arquitectura 3.

fig. 03. Autorretrao Arturo Robledo. Técnica mixta. Octubre 9 de 1949. Hace parte de una serie de dibujos elaborados en su juventud.

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ROBLEDO OCAMPO, Arturo. Cita tomada del escrito sobre la arquitectura colombiana, leído por los micrófonos de la Radiodifusora Nacional, con ocasión de la Semana Nacional de la Cultura, el 9 de julio de 1962, día de la Arquitectura. Archivo personal de Arturo Robledo.


La arquitec tura como modo de vida EXPERIENCIAS, MARCAS Y DIRECCIONAMIENTO

Territorio, cultura y familia Para entender la obra de Arturo Robledo, su vocación de arquitecto y los campos hacia los cuales dirigió su práctica profesional, es necesario hacer referencia a algunos aspectos relevantes del espacio y tiempo en los que desarrolló su vida y su obra, pues ello no sólo permite dar cuenta de las fechas de su nacimiento y de su muerte y de su ubicación en la historia, sino que posibilita reconocer el ambiente donde se formó como persona, las culturas en las que nació y le transmitieron un mundo simbólico apoyado en creencias particulares, en maneras de hacer, de decir y de habitar. Factores, todos ellos, que incidieron en la configuración de una ética particular que se puso de presente en el modo de conectarse con el país y con el mundo, de construir territorio, de crear límites y de abrirse a otras latitudes. Los hechos a los que a continuación se hace referencia, se presentan acompañados de algunas interpretaciones basadas en el examen de la información recopilada, con la intención de abrir camino en el entendimiento de sus haceres y pensamiento como arquitecto. En toda su trayectoria es posible evidenciar una huella profunda de origen anterior a su formación en la Facultad de Arquitectura, que proviene del ambiente donde nació y vivió su infancia y juventud, el cual estuvo caracterizado, de un lado, por la presencia de la cultura de la colonización antioqueña, con tradiciones pro-

pias y métodos específicos de construir territorio; y, de otro, por la presencia de una cultura abierta al mundo y al conocimiento, de carácter más universal. A continuación se expondrán las ideas que sustentan esta argumentación.

La colonización antioqueña y la construcción de territorio, de arquitectura y de infraestructura Arturo Robledo fue el segundo de los diez hijos de Arturo Robledo Arias y Carola Ocampo Avendaño, ambos descendientes de colonizadores antioqueños. Sus antepasados, provenientes de Abejorral y Sonsón, en Antioquia, se instalaron primero en Salamina y luego, desde finales del siglo XIX, en Manizales, ciudad donde nació en 1930, y donde pasó sus primeros años de infancia. La residencia en Manizales fue corta, pues cuando apenas contaba con dos años de edad, su familia, debido al trabajo del padre, que hacía parte de la Legación de Colombia en Brasil, se trasladó con sus hijos a Río de Janeiro, y allí permanecieron alrededor de dos años. A su regreso, luego de una corta estadía en Bogotá y en Manizales, el grupo familiar se instaló por cerca de un año en Medellín, donde el padre había sido nombrado Secretario de Salud de Antioquia. Al cabo de este período regresaron a Manizales por poco tiempo, pues pronto Arturo Robledo Arias fue nombrado Secretario del presidente Eduardo Santos, labor que desempeñó entre 1938 y 1940. A partir de ese momento, la familia se radicó en Bogotá.

fig. 04. Los paisajes de la Colonización Antioqueña vividos en su infancia y juventud, le dejaron profundas huellas y fueron referencia importante para su concepción y ejercicio de la arquitectura. Fotografías: Francisco Ramírez Jorge Eduardo Arango (Bambusa Guadua, Villegas Editores, 1989). Francisco Ramírez

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A pesar de que Arturo Robledo no pasó una gran parte de su vida en Manizales, esta ciudad siempre fue referencia importante con la familia original, tanto paterna como materna, y a través de ella, con la cultura de la colonización antioqueña fundante de muchos de sus valores éticos y de su sensibilidad hacia los problemas del habitar. En diferentes ocasiones, cuando hablaba sobre su vida, recordaba con gran nitidez muchos episodios relacionados con los cambios de residencia ocurridos en sus primeros ocho años, pero siempre reconocía como centro de su infancia a Manizales y sus alrededores. En aquella época esa relación se alimentaba de visitas en períodos de vacaciones, a las casas y fincas de los abuelos y tíos situadas en esa geografía. Es en el contacto con esta región, con la manera de habitar en esas casas, con las historias narradas por sus mayores en torno a la construcción de la misma, donde puede situarse una de sus primeras y más significativas experiencias con la arquitectura, la cual lo acompañó durante el resto de su vida. fig. 05. Hacienda "Cascarero". Antigua carretera entre Manizales e Irra, Caldas. En esta casa de la familia vivió experiencias tempranas que incidieron en su decisión de ser arquitecto. Casa principal Corredor casa principal

Entre las casas que Arturo Robledo recordaba con mayor precisión se encontraba la de los abuelos maternos en el barrio San José de Manizales, típica vivienda de dos pisos de las ciudades de la colonización, construida en guadua y bahareque, con puertas con balcón incorporado y chambranas en macana, con patios interiores diferenciados por su relación con la zona social y la de servicios, con amplios corredores y cuartos en galería. Si bien varias de las fincas que visitó en su niñez quedaron grabadas en su memoria, fue la hacienda “Cascarero”, cuyas construcciones fueron erigidas por su abuelo materno a principios del siglo XX, la que le dejó una impronta imborrable que marcó posteriormente, su arquitectura. En esta finca situada

en la carretera que conduce de Manizales a Irra, dedicada principalmente al cultivo del café, encontró una de las primeras enseñanzas del manejo del territorio, una propuesta espacial en función de una forma de vida, de una economía propia y de una geografía. En algunas de las conversaciones con diferentes colegas contó que alguna vez, cuando ya era arquitecto, decidió medir la casa principal y encontró que varias de sus dimensiones guardaban entre sí la proporción áurea4. La disposición del conjunto de edificaciones en “Cascarero” era una de las anécdotas que Arturo Robledo traía a cuento cuando se le preguntaba por las huellas de esta cultura en su formación y en sus realizaciones (fig.5). En primer lugar, hacía referencia a la implantación en una suave ladera, de las diferentes construcciones dedicadas a la residencia de la familia y a su recreación, a los administradores y a la producción del café; y rememoraba el recorrido que debía realizar desde la entrada principal de la finca, localizada en el borde de la carretera, hasta la casa principal, situada en la parte más alta. Este recorrido, decía, le despertó una singular sensibilidad hacia esa disposición, y un disfrute que surgía de reconocer en ella, la implantación y relación entre una y otra edificación y las diferencias de acuerdo con los usos y jerarquías; de admirar la construcción del territorio y la belleza del paisaje. En su vida de arquitecto cuando recordaba aquella finca, asociaba la agrupación de construcciones con una especie de acrópolis, donde, a través de un camino, se iba presentando cada una de las edificaciones de manera diferenciada y jerarquizada hasta alcanzar la principal, la casa de la familia, que era el lugar de convergencia de dicho conjunto.

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Conversaciones de Arturo Robledo con Beatriz García Moreno con ocasión de haber obtenido el Premio Nacional de Arquitectura que otorgó La Universidad del Valle, en 1998, a raíz de los cincuenta años de su programa de Arquitectura. Esta misma información fue recopilada en entrevista grabada por los arquitectos Álvaro Tobón, María Esperanza Mojica, Mario Pinzón, Fernando Ospina, Ricardo Quiroga y Jorge Pieschacón (TOBÓN, Álvaro et al., 2006-2007, en proceso de publicación).


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fig. 06. Secadero de café en la hacienda "Cascarero". Antigua carretera entre Manizales e Irra, Caldas Fotografía: Jorge Eduardo Arango (Bambusa Guadua, Villegas Editores, 1989). Esta construcción de guadua y cuatro pisos de altura le dejó valiosas lecciones de arquitectura y le sirvió de refugio para sus lecturas de juventud.

Esta casa, edificada a la manera de la arquitectura doméstica de la colonización antioqueña, era el lugar de la familia extensa que se reunía en épocas de vacaciones, y el sitio desde donde se administraba la producción de café durante todo el año. Estas construcciones en dos pisos atendían labores relacionadas con la vida íntima de las familias que las habitaba y con su economía. El primer piso de “Cascarero” se destinaba a la producción del café, y el segundo a la habitación de la familia. Este último estaba rodeado de corredores con chambrana en macana, desde los cuales se admiraba el paisaje, se departía y soñaba, y se hacía control de la producción. Poseía cuartos en galería para padres, hijos y parientes; cocina espaciosa y comedor amplio y ceremonioso donde se celebraba el ritual de la comida propio de esta cultura, destinado a recordar la importancia de la unión familiar. En el modo como la casa estaba construida, la función y la forma iban de la mano, la geografía le suministraba los materiales de construcción y le condicionaba sus alturas, el paisaje la envolvía y penetraba a través de sus puertas y ventanas (García Moreno, 1995). Alrededor de la casa se localizaban las otras instalaciones destinadas a las actividades agrícolas y especialmente al café. Entre ellas figuraba una construcción en altura, que alcanzaba los cuatro pisos, hecha en madera, macana y guadua, que constaba de pesebrera en la planta baja y de espacios amplios para el secado y demás procesamientos del café en los pisos altos (fig. 06). Esta edificación que fue motivo de interés de los estudiosos de la arquitectura de la guadua, ha sido publicada en varias oportu-

nidades (Tobón Botero, 1989). Arturo Robledo la recordaba no sólo como ejemplo de una arquitectura de gran funcionalidad, racionalidad constructiva y relación con el paisaje, sino también como un refugio cuando iba de vacaciones y prefería quedarse leyendo que irse a andar a caballo o hacer tareas agrícolas. Cuentan sus familiares que de niño recibió una fuerte patada de un caballo que le dejó una cicatriz para el resto de su vida cerca del ojo, y que quizás fue desde ese episodio que optó por realizar otras actividades, como salir a caminar, leer y pintar. Para estas últimas, los corredores de la casa y el secadero de café fueron su sitio preferido5 . Además de su admiración por la arquitectura de la región cafetera, su sensibilidad quedó atrapada por el modo integral como los colonizadores resolvieron su poblamiento y construyeron infraestructura, canales y acueductos para conducir las aguas, caminos y puentes para conectarse entre unos y otros y con el exterior, y utilizaron los materiales de la región para obtener una mayor economía. Entre las tareas de la colonización que le producían al recordarlas, un especial entusiasmo, figura la del correo. En sus conversaciones contaba, y su versión fue corroborada por los testimonios de algunos familiares, que éste estuvo a cargo de su abuelo materno, quien poseía una recua de mulas que le permitían desplazarse de una población a otra llevando los recados. Esta referencia es importante para entender algunas de sus actuaciones posteriores encaminadas a la creación de comunidad en torno a la divulgación de conocimiento. En la tarea de la comunicación se evidencia el reconocimiento del otro, la necesidad de transmitir el mensaje, de crear lazos6.

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Tomado del testimonio de Ofelia Ocampo de Botero sobre Arturo Robledo. Diciembre de 2008. La mensajería en la mitología griega clásica fue realizada por Hermes, dios griego hijo de Apolo, quien en sus muchas descripciones es catalogado en la Odisea como el mensajero de los dioses, el que transmite sus mensajes, lo que debe hacerse o no, sus conocimientos, y de quien procede el término de hermenéutica, esto es, el que interpreta.

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Arturo Robledo encontró en estas primeras experiencias, una concepción de la arquitectura ligada a un modo de vida que implicaba un hacer cotidiano y el establecimiento de un territorio donde había una correspondencia entre función, forma y construcción; y, en sus años de madurez, no dudó en mencionar lo significativo que ellas fueron para forjarse una manera propia de pensar la disciplina y ejercer su práctica. No se trataba simplemente de poseer una casa como símbolo de una familia, sino de tejer redes y construir comunidad y territorio con sus infraestructuras, calles y plazas;, con lugar para la escuela y demás instituciones. Esas experiencias le enseñaron que los obstáculos pueden salvarse y que los límites y carencias pueden convertirse en posibilidades. Ellas fueron definitorias para su decisión de estudiar arquitectura, y se convirtieron en parte del equipaje que lo acompañó a lo largo de su vida profesional. Su entendimiento de la arquitectura estuvo profundamente unido a considerar el habitar como una acción integral ligada a valores éticos y estéticos, que, muchas veces, relacionaba con esas tempranas experiencias.

La apertura al mundo El ambiente donde nació Arturo Robledo no sólo estuvo imbuido de la cultura de la colonización y sus acciones entorno a la construcción de territorio, sino también del interés por la cultura universal, transmitido, principalmente, por la familia de su padre que estaba vinculada a tareas relacionadas con la educación. El abuelo y los tíos se desempeñaron como maestros en la población de Villamaría, perteneciente en ese

entonces, al Viejo Cauca, y hoy, al departamento de Caldas. La fructífera labor que ellos realizaron mereció que una de sus escuelas que aún se conserva, lleve aún el nombre del abuelo, Gerardo Antonio Arias. Esta actitud hacia la educación permitió que su padre, Arturo Robledo Arias (fig. 07), estudiara el bachillerato en el colegio de la Universidad del Rosario de Bogotá, y que luego cursara estudios de Medicina en París y en Madrid. En esta última ciudad, estuvo trabajando, al menos por un año antes de su regreso a Colombia, como auxiliar de Gregorio Marañón7, reconocido médico, investigador y humanista español. Durante su estadía en Europa, que alcanzó casi los ocho años, tuvo la oportunidad de desempeñarse como corresponsal de diferentes periódicos nacionales. El contacto con la Madre Patria y con Francia transformó sus costumbres, le abrió su mirada al mundo y le posibilitó un mayor acceso a la cultura universal. Con este bagaje regresó a Manizales en 1928, para contraer matrimonio con Carola Ocampo Avendaño, prima hermana del reconocido político conservador, Gilberto Alzate Avendaño8, e iniciar sus tareas como funcionario público, primero en el gobierno del presidente Enrique Olaya Herrera (1930-1934), como parte de la Legación de Colombia en Brasil, luego en el del presidente Alfonso López Pumarejo (1934-1938), como Secretario de Higiene de Antioquia, hasta 1938, y luego en el del presidente Eduardo Santos (1938-1942), como Secretario de la Presidencia (Oliverio Pérez & Cía., 1948). Este último hecho fue el que determinó su traslado definitivo a Bogotá, aunque sólo permaneció en el cargo hasta 1940, cuando por razones familiares, renun-

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Gregorio Marañón (1887-1960). Cuando Arturo Robledo Arias estuvo en España, Gregorio Marañón fue presidente del Ateneo de Madrid. En: wikipedia.com. Fecha de consulta, 28 de abril de 2008. Gilberto Alzate Avendaño fue líder político, vivió entre 1910 y 1960. Información en: Revista Credencial, Historia. Bogotá, enero de 1999, No. 109.

fig. 07. Arturo Robledo Arias, padre de Arturo Robledo. Dibujo a lápiz de Arturo Robledo, 1947.


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ció a su carrera como funcionario público9. A partir de este momento, inició labores en la industria privada, donde fue subgerente de Gaseosas Colombianas S.A. y miembro de diferentes asociaciones gremiales. Las actuaciones públicas de su padre fueron una referencia permanente en los cargos y actividades que Arturo Robledo desempeñó a través de su vida profesional. De todas formas cabe decir, que si bien su apertura al mundo, a la función pública y al conocimiento en general, estuvieron especialmente ligados a la personalidad del padre, su disposición hacia las artes encuentra una vía de transmisión a través de la madre, quien poseía un gran talento para el canto, la pintura y las actividades manuales. El ambiente familiar que acompañó a Arturo Robledo fue determinante en su actividad profesional, la que no se concentró solamente en el desarrollo de obras de arquitectura, sino que tuvo acciones notables en la academia y en el gremio, en los cuales, como se verá más adelante, demostró un claro liderazgo. Las circunstancias que lo rodearon son determinantes para entender su actitud abierta al conocimiento y al mundo en general, pero anclada en Colombia y de manera particular, en algunas de las tradiciones de su cultura de origen.

Carácter y direccionamiento La familia de Arturo Robledo se radicó definitivamente en Bogotá en 1938. La llegada a esa ciudad en su infancia, le permitió participar de su desarrollo y transformación, ligados a los hechos políticos y sociales que vivió el país durante el siglo veinte.

A los ocho años de edad ingresó al Instituto del Carmen, de propiedad de los hermanos maristas, donde terminó su bachillerato. En esos años se distinguió por ser buen estudiante, por su dedicación a la lectura, su facilidad y disposición para el dibujo y su afición al béisbol y a la fiesta taurina. Sus capacidades como dibujante las manifestó desde pequeño, pero fue en la adolescencia cuando su gran afición por los toros lo llevó a plasmar las formas, ritmos y movimientos de este espectáculo, en dibujos de gran calidad realizados con plumilla, lápiz e incluso con esferográfico (fig. 08). Algunos de ellos fueron divulgados en una publicación de la época que incluía una sesión dedicada a “Comentarios taurinos”10 y otros los conservan amigos y familiares. El artista plástico Miguel Robledo Ruiz, quien en su calidad de sobrino tuvo la oportunidad de conocer estos dibujos, comenta: … Un día en su apartamento, siendo yo todavía un niño y cuando aún mis temores o aprensiones a su forma de ser persistían, tuve la oportunidad de conocer una faceta de Arturo que me empezó a acercar a él. La verdad es que no me acuerdo bien cuáles fueron las circunstancias, pero de un momento a otro terminé viendo un cuaderno de bocetos de mi tío. Es más, era él mismo el que me lo mostraba. Un cuaderno lleno de estudios de tauromaquia, hechos en lápiz o esfero. Páginas con toros embistiendo, toreros en movimientos de faena, toro y torero juntos, banderilleros, detalles. “Mi tío Arturo es un verdadero artista”, me dije, y desde ese momento sentí hacia él y de manera constante una profunda y sincera admiración. Creo que por el resto de mi vida

fig. 08. Toros y toreros. Dibujos a lápiz y con esferográfico elaborados por Arturo Robledo en su juventud.

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ROBLEDO ARIAS, Arturo. Carta de renuncia como Secretario de Presidencia, dirigida al presidente Eduardo Santos Montejo, Bogotá, 26 de junio de 1940. Tomada del archivo personal de Arturo Robledo Arias que actualmente custodia su hijo Alfonso Robledo Ocampo.

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En el archivo personal de Arturo Robledo se encontraron recortes de esta publicación, desafortunadamente sin el nombre ni la fecha de la misma. Revisado en abril de 2008.

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cerraré los ojos y podré ver claramente esos dibujos hechos con una línea increíblemente fluida, expresiva. La línea de un dibujante altamente experimentado en lo técnico y con una capacidad de visualización asombrosa11.

colombiana, y con quien tuvo tres hijos, Arturo, Irene e Irma, fue causa importante para que empezara a asumir su vida adulta, y como muestra de ello, desde 1952, se involucró de tiempo completo en la práctica profesional.

En época de vacaciones, Arturo Robledo regresaba con su familia a Manizales y a las fincas de sus parientes, principalmente a la ya mencionada “Cascarero”. Contaba él en sus narraciones y lo han reafirmado los testimonios de sus familiares, y como ya se anotó, que su interés en esas visitas no estaba en los temas agrícolas, sino en el tiempo que podía invertir en actividades deportivas, en caminatas para apreciar el paisaje, en lecturas de tipo literario y en dibujar temas diversos, entre los cuales figuraban el retrato y lo relacionado con los toros. Estas visitas que se dieron de forma constante durante su infancia y adolescencia, le permitieron estar en contacto con la cultura de sus mayores, y cultivar un gusto especial por la música de la región, y especialmente por sus canciones, interpretadas por la madre, lo mismo que por las narraciones de los parientes que recreaban las historias de sus antepasados y traían a cuento sus orígenes. De esta manera se mezclaron y estuvieron presentes las experiencias de vida en una ciudad como Bogotá con las de su cultura inicial. El ingreso a la universidad a la edad de dieciséis años, y las obligaciones adquiridas como estudiante de arquitectura que exigían invertir gran parte de su tiempo en realizar tareas de uno y otro tipo, hicieron que las visitas a Manizales y a las fincas de sus familiares escasearan.

Arturo Robledo realizó la mayor parte de su práctica profesional en Colombia, salvo entre 1969 y 1973, cuando viajó a Brasil y a Chile como funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo, con el encargo de hacer asesorías en arquitectura escolar y en vivienda. Por esta época terminó su primer matrimonio e inició una relación con Ana Elvira CheeChong, nacida en Panamá, de padre chino y madre colombiana. Luego de su estadía en Río de Janeiro se trasladó a Santiago de Chile con algunos encargos del BID, y allí inició su nueva relación matrimonial. A mediados de 1973, regresó de forma definitiva a Bogotá. En esta ciudad en la que permaneció por el resto de su vida y nacieron sus hijos Ana Cristina y Juan Manuel, ejerció la profesión en medio de logros relevantes y dificultades de diferente tipo, que fueron interrumpidos por su muerte el 12 de julio de 2007.

Su primer matrimonio, ocurrido a los 21 años de edad, con Hilda Strauss Cortissoz, nacida en Barranquilla, de padre alemán y madre

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Tomado de los testimonios de Miguel Robledo Ruiz sobre Arturo Robledo Ocampo. Versión oral, Bogotá, 12 de julio de 2007, y versión escrita, febrero de 2008. Recogidos para la presente investigación.

El ambiente de su casa La rica cultura de Arturo Robledo se podía apreciar en el ambiente cotidiano de su residencia a través de su extensa biblioteca, su colección de obras de arte y la variedad notable de música, que incluía vídeos musicales y géneros diversos como el clásico y el popular internacional y nacional, entre el cual figuraba una buena cantidad dedicada a la música de sus ancestros. Su sobrino, Miguel

fig. 09. Arturo Robledo en su apartamento de la calle 73 con carrera 7ª en Bogotá.


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Robledo Ruiz, citado anteriormente, cuenta de sus visitas de niño a la casa de Arturo Robledo: En mi niñez, ir a su casa era lo más parecido a estar en Europa, o en algún museo lleno de obras de arte “de verdad”. Los cuadros, reliquias, esculturas, muebles, todo era arte. Su biblioteca llena de libros, música y con ese equipo de sonido mágico para mí, siempre me hizo soñar en tener algún día un mueble parecido a ése, obviamente con mi buen equipo, mi música y mis libros de arte12.

Su casa fue lugar de tertulias en torno a asuntos de la arquitectura, de la cultura general, de la situación socio-política del país y del mundo y de hechos cotidianos de uno u otro tipo. Ismael Quintero, quien fue un amigo cercano durante sus últimos años, cuenta sobre algunas de esas reuniones: … Era una delicia tomarnos unos vinos y ver cantar a Louis Armstrong “Hello, Dolly”, ver la reseña de cómo se compuso la canción y todas esas cosas. Después ponernos a discutir sobre la historia de cómo había surgido él, de cómo fue su vida. Y así, en lo sucesivo, con todos los artistas que nos interesaban mutuamente, y que escuchábamos, veíamos y desde luego estudiábamos y leíamos. Esas situaciones eran supremamente agradables13. Alberto Iván Correa, quien estuvo cerca de él en varios momentos y en particular cuando realizaba sus últimos proyectos escolares, recuerda: … Durante el proceso de diseño de los tres colegios, tuve varias oportunidades de sen-

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Testimonios de Miguel Robledo Ruiz, ya citados. Tomado del testimonio del arquitecto Ismael Quintero sobre Arturo Robledo Ocampo. Bogotá, diciembre de 2007. Recolectado para esta investigación.

tarme a conversar largamente con Arturo sobre temas generales, sobre temas de política internacional y nacional, acerca de momentos de nuestra historia, de personajes de la arquitectura, de sus compañeros y profesores, de la Facultad de Artes y de la Universidad Nacional, de la época en que él estuvo como consultor en Brasil, de la arquitectura escolar, del ICCE (Instituto Colombiano de Construcciones Escolares), en fin, sobre muchos momentos de su vida que fueron muy destacados, y de los cuales hay que ir reconstruyendo los fragmentos para poder entender realmente el valiosísimo legado de una persona como Arturo Robledo a la ciudad y al país14. En muchas de estas charlas daba muestras de una indudable erudición que mezclaba con agudeza, ironía y sensatez, y con frecuencia con una tímida calidez que afloraba en los momentos de reuniones con sus más allegados. Sus colegas y amigos lo reconocieron como un hombre de criterios justos y muchas veces visionarios. Luego de su retiro de la Universidad Nacional, en 1986, continuó siendo un punto de referencia en cuestiones académicos y en otras más generales, para sus colegas y amigos, que se dirigían a él en busca de algún consejo o asesoría sobre los asuntos en los que estaban involucrados.

fig. 10. Músicos. Dibujo de Arturo Robledo Técnica mixta. Sin fecha.

Una de las grandes diversiones que compartía con sus amigos y colegas era ver los partidos de fútbol transmitidos por los canales de televisión. El crítico de arte Germán Rubiano Caballero, a quien conoció en la Universidad Nacional, y a quien nombró en 1978, durante su segunda

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Tomado del testimonio del arquitecto Alberto Iván Correa sobre Arturo Robledo Ocampo. Bogotá. febrero de 2008. Recolectado para esta investigación.

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decanatura, como primer director del Instituto de Investigaciones Estéticas, comenta: … En ese momento fui varias veces a su casa, y me complace recordar que tenía aficiones que comparto, como por ejemplo, ver fútbol sin el sonido de los espantosos locutores deportivos. Ver fútbol oyendo Jazz. Ambas cosas también me gustan a mí. Ese modo de ver fútbol lo practicaba yo antes de darme cuenta de que Arturo también lo hacía15. Luis Ernesto Quintero, interventor en una de sus últimas obras, cuenta: … Un día que estábamos en su oficina, la selección colombiana de fútbol jugaba un partido con Argentina. Él lo que hizo fue prender el televisor y dejarnos ver el partido, y luego nos habló de los futbolistas. Los conocía muy bien y sabía las condiciones de cada uno, y nos dijo cosas que nosotros, que estábamos más jóvenes que él, no teníamos ni idea. Tenía claridad absoluta de los jugadores. Parecía como otro director técnico. Sabía qué hacía cada uno de ellos, el delantero, el otro, y hacía comentarios como: “Éste que puso allá no sirve; ¿por qué no lo cambian?”16 Los colegas que lo acompañaron testimonian sobre el modo como intercalaba los espacios de su oficina con los de su casa, quizás como una manera de abrirse a sus amigos con más generosidad, y de dejarlos participar de sus gustos y de su vida. Luis Ernesto Quintero antes citado, cuenta: … Su oficina estaba llena de todos los libros y todas las revistas que nosotros como arquitectos quisiéramos tener. Colecciones comple-

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Tomado del testimonio de Germán Rubiano Caballero sobre Arturo Robledo. Bogotá, diciembre de 2008. Recolectado para esta investigación. Testimonio de Luis Ernesto Quintero, ya citado.

tas, muy bellas. En su oficina no había sino libros y revistas de arquitectura. Digo eso porque después tuve la oportunidad de ir a su apartamento un viernes, que tal vez fue su último viernes en este planeta, y pude apreciar que lo que allí tenía era completamente distinto, entre comillas, de lo que tenía en la oficina. Yo digo completamente distinto, pero en verdad lo que tenía allá era también arte, puesto que la arquitectura para él era arte, era estética, era la expresión de la belleza que se puede lograr arquitectónicamente17. Sus amigos lo recuerdan como un hombre más bien tímido, distante y un tanto osco en algunas ocasiones, pero siempre como un hombre de una gran rectitud y respeto por los demás. Hernán Villa-Roel en el testimonio sobre Arturo Robledo, comenta: … También quisiera referirme al gran respeto que tuvo siempre por mis inquietudes y mi ideología… cosas que me preocuparon mucho en algún momento. Porque Arturo en la Escuela era mi maestro; en la oficina era mi jefe o “el director de orquesta” del Taller; por fuera de esos escenarios era el amigo, el cuate, el “partner”... Pero, al fin y al cabo, él era directivo en la Universidad, y en tiempos del movimiento estudiantil de los sesenta yo fui un activista, considero que fui uno de los de ese movimiento, muy emocional, muy de la época, muy de la juventud; sin embargo, siempre estuve alternando con él, interactuando, y nunca recibí una crítica. Jamás. Él respetaba profundamente lo que yo pensaba, tanto que si salían en la prensa fotos de estudiantes tirando piedra él nunca hacía

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Ibíd.

alusión a ello, porque era profundamente respetuoso de lo que uno pensaba y hacía, algo de lo que no eran capaces muchos de los otros profesores. Algunos de ellos le hacían a uno críticas fuertes, y hasta reaccionaban en contra de uno de nosotros porque pertenecía al grupo del movimiento estudiantil18. En relación con esa rectitud que lo caracterizó, Carlos Niño Murcia, quien fue su amigo, recuerda: … A uno lo que más le sorprendía era que luego de haber roto el tercer muro y de haber llegado a la amistad y de poder estar todo un sábado por la tarde en su casa, comiendo, bebiendo trago y viendo vídeos espectaculares de algún concierto, a la vez que se entregaba con mucha cercanía, con amabilidad y con cariño, seguía siendo esa persona recta y sólida, de criterios muy definidos. Esta sería la definición que “casi” yo daría de él como persona: … una rectitud y un carácter muy fuerte, pero, una persona cariñosa, muy amable y sensible19. Estas peculiaridades con las cuales lo definen sus familiares, amigos y colegas, no eran visibles ni apreciadas por todos, y en diversas ocasiones tuvo dificultades y desencuentros con unos u otros. Sus firmes criterios éticos y su actitud de crítica clara hacia todo aquello que consideraba no adecuado, le merecieron el distanciamiento de varios que no toleraban su carácter. Esos rasgos de carácter le generaron diversos enemigos, y quizás pudieron ser una de las causas del atentado con explosivos que sufrió su residencia en 1963, con la fortuna de que nadie se afectó en el incidente, ni hubo mayores consecuencias que lamentar.

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Tomado del testimonio del arquitecto Hernán Villa-Roel sobre Arturo Robledo. Bogotá, febrero de 2008. Recolectado para esta investigación. Tomado del testimonio del arquitecto Carlos Niño Murcia sobre Arturo Robledo. Bogotá, enero de 2008. Recolectado para esta investigación.


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Los estudios de arquitectura

apartado, se hará alusión a los condiscípulos con quienes recibió esas enseñanzas, y se convirtieron desde ese entonces o más tarde en su vida, en los amigos y colegas que lo acompañaron en diferentes situaciones y trabajos.

Para entender la obra arquitectónica de Arturo Robledo es necesario detenerse en la formación que adquirió, primero, en sus años de estudiante en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia (fig 11), y luego, a lo largo de su vida, por cuenta propia. En este apartado se indagará en la formación que recibió en sus años de estudiante y en la trascendencia que tuvo para su vida profesional. Para ello se examinará, en primer lugar, el currículo vigente en aquella época (1947-1951), enfatizando las permanencias y transformaciones sucedidas en ese lapso, y la incidencia que en ellos, tuvieron tanto los planteamientos que en ese entonces se originaban en Europa y Estados Unidos sobre la arquitectura, como los hechos de carácter socio-político que se sucedían en el país. En segundo lugar, se mencionarán los profesores encargados de impartir los contenidos del currículo que incidieron de manera decisiva en su formación y en la orientación de su profesión. Por último, y como un tercer

Para lograr los propósitos buscados, se consultaron diversos documentos del archivo de la Facultad de Artes y del nivel central de la Universidad Nacional, en los cuales aparecen los cursos que tomó, los profesores que los dictaron, sus calificaciones, el tema de su proyecto de tesis, y algunas iniciativas que impulsó. Igualmente, se contó con diversos testimonios de sus compañeros de estudio, amigos, colegas y familiares que dieron cuenta del ambiente de la facultad, de su desempeño como estudiante, de su constante interés por la actualización en asuntos de la arquitectura y del arte, y de su preocupación por los problemas que afectaban al país y al mundo en general. A través de esta aproximación, a la vez que se reconstruyen características y hechos significativos del ambiente que acompañó los estudios de Arturo Robledo, se señalan aspectos reveladores de la historia de la enseñanza de la arquitectura en Colombia y del papel jugado por su generación.

fig. 11. Antigua facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia Fotografía: Germán Téllez Castañeda

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La formación en el pensamiento del Movimiento Moderno Arturo Robledo Ocampo ingresó a la carrera de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, en febrero de 1947, cuando solo tenía 16 años, y acababa de terminar sus estudios de bachillerato. Para ese entonces su equipaje consistía en la orientación y huellas adquiridas en el ambiente familiar ya descrito, y en los estudios realizados. Acerca de su temprano ingreso a la universidad, su amigo, el abogado Rafael Cuéllar Molano, recuerda lo siguiente: … Y Arturo presentó los exámenes antes de cumplir los diez y seis años. El doctor Robledo (su padre) debió pedir un permiso especial para que Arturo entrara a primer año, en la Universidad Nacional20. Como aspirante a la Universidad Nacional presentó el examen de admisión y fue seleccionado en el grupo de los ciento veinte alumnos que ingresó a estudiar arquitectura en 1947. Vale la pena recordar que para ese momento, esta carrera, que apenas llevaba diez años de apertura en el país, se veía como una buena opción para muchos jóvenes, aunque algunos. luego de su ingreso no lograban culminar sus estudios. Eduardo Angulo, acerca de estos últimos, cuenta: … Terminamos bachillerato en 1946, y entramos en 1947 a la Universidad. Era una época interesante porque la carrera de arquitectura era nueva. La Facultad de Arquitectura había sido fundada diez años antes de nuestro in-

fig. 12. Arturo Robledo se formó en las teorías del Movimiento Moderno en Arquitectura. Muchos de sus esquemas, como el que se presenta, dan cuenta de ello.

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Tomado del testimonio de Rafael Cuéllar Molano sobre Arturo Robledo. Bogotá, diciembre de 2007. Recolectado para esta investigación.


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Arturo Robledo terminó sus estudios en noviembre de 1951, y aunque inscribió su proyecto de tesis en 1952, solamente lo presentó en 1954, debido a los compromisos laborales y familiares que debió cumplir en ese intervalo. Luego de la sustentación pública, obtuvo, en ese año, su grado de arquitecto.

tectura que se sucedían en el mundo; y de otro, a intensos procesos de modernización del país. Ambos aspectos incidieron en la enseñanza de esta disciplina en la Universidad Nacional. Sus años de formación coincidieron con la expansión del Movimiento Moderno a través del mundo luego de la Segunda Guerra Mundial, y con la inclusión definitiva de sus principales premisas en los estudios de la arquitectura en Colombia. Los cambios en el panorama nacional sucedidos durante esta época, estuvieron ligados a los hechos de carácter socio-político y económico que se desataron a raíz del asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948. Este hecho, que marcó profundamente al país, dio pie a una violenta rebelión entre los partidos políticos existentes, el liberal y el conservador, la cual, aparejada e incentivada en parte por el proceso de industrialización que se vivía en aquel momento, conllevó un desplazamiento masivo de los habitantes del campo a la ciudad. Ambas situaciones, política y económica, propiciaron el inicio de un acelerado proceso de urbanización de las ciudades colombianas (Aprile-Gniset, 1992), que se ha prolongado hasta el presente. Estos hechos tuvieron una gran repercusión en la arquitectura colombiana y fueron decisivos para estimular el inicio de un cambio radical en su enseñanza, que empezó a darse de manera clara, hacia finales de la década de los años cuarenta, y se consolidó en la siguiente. La formación y práctica profesional de Arturo Robledo estuvieron marcados por todos estos acontecimientos.

La época en la que fue estudiante de arquitectura estuvo vinculada, de un lado, a importantes cuestionamientos y transformaciones en el pensamiento y en la práctica de la arqui-

Cuando inició sus estudios, el pénsum vigente, si bien conservaba algunos rasgos de la enseñanza del modelo académico tipo Beaux Arts, heredado de las instituciones europeas

greso, y hacía cuatro o cinco años que habían salido los primeros arquitectos. Arquitectura era una carrera, como se dice hoy, de moda (“la expresión se usa cuando existe el interés de la gente de tener una carrera en la cual pueda desempeñarse”). Y resulta que nos presentamos quinientas personas a arquitectura, pero solo había cupo para ciento veinte. Para poder entrar a la Facultad se evaluaban dos aspectos: el primero, las notas de bachillerato que tenían un porcentaje alto, y el segundo, un examen psicotécnico que se presentaba en la calle 10 con avenida Caracas, en el parque de Los Mártires, donde quedaba la antigua Facultad de Medicina de la Universidad. Este examen, en el que se hacía cualquier tipo de pregunta, casi a la manera de una escuela militar, estaba a cargo de una señora española, especialista en el tema, que se llamaba Mercedes Rodrigo. Tenía uno que tener el lápiz en alto, y estar atento a la orden de “ya”, para bajarlo y contestar. En fin. Era una cosa de ese tipo. Y efectivamente entramos ciento veinte. De los que entramos a nuestra carrera, apenas nos graduamos treinta21.

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fig. 13. Autorretrato de Arturo Robledo Técnica mixta. Sin fecha.

Tomado del testimonio del arquitecto Eduardo Angulo sobre Arturo Robledo. Bogotá, febrero de 2008. Recolectado para esta investigación.

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y especialmente de la francesa, con el cual se había iniciado la formación en arquitectura en el país, ya estaba influenciado por la presencia del Movimiento Moderno. Sus propuestas desde la década anterior, se podían apreciar en algunas de las obras de arquitectura y eran impulsadas cada vez con mayor entusiasmo, por docentes formados en Europa y en Estados Unidos, lo mismo que por otros profesionales que a través de sus viajes, habían tenido la oportunidad de estar en contacto con las nuevas tendencias. De acuerdo con el historiador de la arquitectura Carlos Niño Murcia, el modelo de enseñanza que se trataba de imponer en ese momento, provenía de los postulados formulados en la Bauhaus, en el período entre las dos guerras mundiales, y había sido llevado a Estados Unidos por algunos de sus principales representantes como Walter Gropius, quien por varios años, luego de su salida de Alemania en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, se desempeñó como docente y decano en la Universidad de Harvard (Angulo Flórez, 1987: 52-53). Luego de su traslado a América, este modelo se adoptó en varias universidades del mundo, y las condiciones locales le depararon diferentes transformaciones. Cabe anotar que además de lo mencionado en relación con las nuevas orientaciones del currículo, el país recibió, en 1947, la visita de Le Corbusier, a quien la Sociedad Colombiana de Arquitectos había invitado para dictar unas conferencias y para que formulara un plan piloto para Bogotá. En esa ocasión, este ilustre arquitecto, principal promotor del pensamiento del Movimiento Moderno, tuvo una aproximación directa con la Universidad Nacional, sus docentes y sus estudiantes de

arquitectura. Su personalidad y pensamiento dejaron una huella profunda en todos los que tuvieron esa experiencia y dio un empuje definitivo al rumbo de la enseñanza de la arquitectura (Vargas Caicedo et al., 1987). Eduardo Angulo, quien, como se mencionó, al igual que Arturo Robledo, había ingresado en 1947 a estudiar arquitectura, recuerda la llegada de Le Corbusier a Bogotá: … Tanto profesores como alumnos, y alumnos primíparos de esa época, todos gritábamos: “¡Viva Le Corbusier! ¡Abajo la Academia!”. La Academia en aquel momento era la antítesis de la arquitectura. Le Corbusier vino y dio esas conferencias, y “el mundo” marchó dentro del gran ambiente de Le Corbusier. Los proyectos buscaron ser “corbusianos”, aun dirigidos por personas que tal vez tenían otro criterio sobre la arquitectura, como Bruno Violi22. No es de extrañar que con estos antecedentes, en 1949, el decano de entonces, Eduardo Mejía Tapias, con estudios de posgrado en Harvard, donde pudo estar en contacto con Gropius, concretara la reforma formulada desde el año anterior. Su puesta en marcha conllevó la supresión de algunas asignaturas, la fusión y el cambio de nombre de otras y la cancelación del contrato de algunos docentes23. El arquitecto Mejía Tapias, debido al interés que le despertaron las nuevas corrientes de la arquitectura en el mundo, había visitado, además de Harvard, otras universidades en Estados Unidos, entre las cuales puede mencionarse la de Yale. Por el tiempo en que se sucedieron estos cambios, la revista Proa, fundada en

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Tomado del testimonio de Eduardo Angulo ya citado. Documento 928, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, febrero de 1949. Igualmente, ver: Resolución 107 de marzo 10 de 1949.

1946 por Carlos Martínez junto con Manuel de Vengoechea y Jorge Arango, como medio para la promoción de las ideas y realizaciones del Movimiento Moderno, también tuvo una gran influencia en el medio universitario (Arango, 1989). Carlos Martínez, luego de realizar estudios de arquitectura y urbanismo en Francia y de haber conocido las nuevas tendencias en estos campos, regresó al país y se vinculó como docente a la recién creada Facultad de Arquitectura, y en 1938 se convirtió en su decano. No obstante que durante los años de estudio de Arturo Robledo este arquitecto ya no figuraba en la nómina de los docentes de la Facultad, sus vínculos con ésta, seguían vigentes, bien como asesor de los estudiantes que permanentemente lo visitaban en su oficina, o bien como jurado en la presentación de proyectos. Desde esta época surgió una gran admiración de Arturo Robledo por Carlos Martínez, que años más tarde se convirtió en relaciones de trabajo y en una gran amistad que duró hasta el fallecimiento del último en febrero de 1991. En ese año Arturo Robledo escribió el artículo “Carlos Martínez, Director de Planificación de Bogotá”, donde hizo un recuento de diferentes acciones emprendidas por su maestro, entre las cuales mencionó algunas relacionadas con el desarrollo urbano, y otras a las que se refiere el siguiente párrafo:

A su regreso a Colombia, Carlos Martínez encuentra un clima político que coincide con el de su formación profesional: están en proceso la modernización del país, las reformas sociales de tinte progresista y se afirma el principio del intervencionismo del Estado en


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la dirección de la economía y en la protección de los menos favorecidos. Antes de llegar a su más importante empleo público intervendrá activamente en la organización gremial, en la enseñanza de la profesión y en debates y propuestas sobre asuntos urbanos de diversa índole, reseñados en otro lugar y mencionados aquí para destacar su vinculación profesional y afectiva al nuevo encargo 24 . Otro importante promotor del Movimiento Moderno en nuestro medio que tuvo una gran influencia sobre Arturo Robledo fue Gabriel Serrano Camargo. Bajo su dirección, en la firma Cuellar Serrano Gómez empezó su práctica. Este distinguido profesional que había estudiado inicialmente ingeniería en la Universidad Nacional, se dedicó al ejercicio de la arquitectura y más tarde, en 1949, presentó su trabajo de tesis y recibió el grado de arquitecto. Luego de finalizados sus primeros estudios viajó a Estados Unidos donde conoció las propuestas del Movimiento Moderno y desde entonces tomó la decisión de orientar hacia ellas su quehacer arquitectónico (J. L. Rodríguez, 2007). De esta determinación fueron fruto las obras que realizó a su regreso como socio de la firma Cuéllar Serrano Gómez, no sólo en el manejo de los programas y de su resolución espacial, sino en las propuestas para su materialización que implicaban la inmersión en las nuevas posibilidades de la construcción relacionadas con las tecnologías del concreto y de la prefabricación25. Muchos de sus artículos que fueron publicados en la revista Ingeniería y Arquitectura de la cual fue fundador, se con-

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(A. Robledo Ocampo, Proa, agosto, 1991). El artículo tiene como fecha de elaboración, mayo de 1991. Ver entrevista a Arturo Robledo Ocampo realizada en noviembre de 2001 por Rafael Gutiérrez (Gutiérrez et al., 2001: 65-81).

virtieron en punto de referencia y reflexión en la orientación de la arquitectura de la época (Gutiérrez et al., 2001). Las teorías del Movimiento Moderno significaban una apertura al mundo y un aliciente para muchos de los estudiantes que veían en ellas una posibilidad para enfrentar los difíciles problemas del país, especialmente los relacionados con el crecimiento de la ciudad y la escasez de vivienda que ya para aquella época, empezaba a ser notoria. Arturo Robledo, uno de tales estudiantes, al igual que sus compañeros, encontró una gran afinidad en esa concepción y la reconoció como un horizonte a seguir. Esta disposición a lo que pasaba en el mundo lo llevó a frecuentar en compañía de Hans Drews Arango, quien era su amigo y condiscípulo, grupos de vanguardia de la época relacionados la cultura, como por ejemplo, el que frecuentaban los pintores Alejandro Obregón y Fernando Botero, en cuyas reuniones ellos participaban a la manera de jóvenes espectadores que eran admitidos por los maestros mayores26. Por aquellos años, como se dijo anteriormente, el país se encontraba en un claro proceso de modernización y las transformaciones ocurridas tanto en lo socio-político como en lo económico, tuvieron clara incidencia en las reformas que se dieron en el pénsum de la carrera y en los temas que empezaron a ser abordados en varias de las asignaturas. Muchos de los talleres comprendieron la necesidad de responder a las demandas que planteaba el proceso acelerado de urbanización que conllevaba modificaciones significativas en la estructura urbana y rural del país y enfocaron sus contenidos para abordarlas. No es de extrañar, que en medio de este pa-

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Esta información es tomada de conversaciones sostenida entre Arturo Robledo y la autora de esta investigación. Ver también (A. Tobón, et al., 2006-2007, en proceso de publicación). Sobre el ambiente cultural de la época ver Niño, 1991: 233-243.

norama, los planteamientos de los arquitectos del Movimiento Moderno abocados a la construcción de las ciudades europeas destruidas por la guerra, se convirtieran en referencia y estímulo para desarrollar las ciudades y la arquitectura del país. En este ambiente de cambio participaron los estudiantes de la época de diferente manera. De acuerdo con la documentación encontrada, se puede constatar que era frecuente que los estudiantes formularan solicitudes encaminadas al cambio en las materias del pénsum o en sus metodologías de enseñanza, fueran éstas parte de la formación básica o del mismo proyecto de tesis. Si bien estas solicitudes no iban acompañadas de grandes reflexiones teóricas, examinar el tono de ellas en el presente, permite vislumbrar que en aquel momento se estaba dando un giro en la educación hacia el abordaje de problemas concretos, y hacia una educación más abierta y participativa. En algunas de las cartas enviadas por los estudiantes se argumentaba, por ejemplo, la falta de articulación entre un curso u otro, o la utilidad que tenía tal o cual asignatura en su formación como arquitectos. Entre las solicitudes formuladas por los estudiantes que reposan en los archivos de la Universidad y en las cuales aparece la firma de Arturo Robledo, se encuentra, por ejemplo, una carta donde se le pide al profesor Humberto Chica Pinzón, docente de la asignatura de Geometría Descriptiva, variaciones en su metodología de enseñanza en el sentido de que la abordara desde problemas concretos de la arquitectura, de tal modo que se pudiera hacer más comprensible27. Igualmente, aparecen cartas en las que se cuestiona la utilidad de uno u otro curso como el de dibujo al natural, que piden se fusione con el

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Documento 0259, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1948. Hace alusión a la reforma que se estaba estudiando en 1948 (no tiene fecha exacta). Documento firmado por Arturo Robledo y otros.

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de acuarela que lo incluye, y que consideran de mayor utilidad para la presentación de sus trabajos28. También se encuentra una solicitud para reformular la presentación de las tesis de grado, con el objetivo de lograr que ésta se hiciera pública y todos los interesados pudieran aprovechar las enseñanzas que se desprendieran de su sustentación29. Arturo Robledo en su condición de estudiante participó activamente en los procesos y cambios de la Facultad, más allá del cumplimiento con las obligaciones meramente académicas. Su firma de respaldo a diferentes solicitudes se encuentra en algunos de los documentos de la época entre los que figuran los relacionados con el nombramiento del representante al Consejo Estudiantil, que impulsaban nombres de condiscípulos para ocupar ese cargo. En uno de esos documentos, correspondiente a su tercer año de estudios, aparece respaldando al estudiante Hernando Acosta30, y en otro, del cuarto año, apoyando a Hans Drews Arango31, quien fue su amigo y colega hasta su muerte trágica, en 1961. De igual forma, en uno de los documentos que guarda el archivo de la Universidad Nacional, quedó consignada la propuesta que hizo en compañía de cuatro condiscípulos, Fernando Fábregas, Antonio Nariño, Hans Rother y Luis Enrique Villaveces, para crear una revista de la Facultad32. Dicha propuesta muestra con claridad que su preocupación por la arquitectura iba más allá de alcanzar un título profesional. Ella incluía el soporte de la orientación que quería dársele a la publicación, el cual se basaba en

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Documento 0258, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1948. Documento firmado por Arturo Robledo y otros (como parte del tercer grupo de segundo año). Documento 380, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, mayo 20 de 1950. Documento firmado por Arturo Robledo y otros. Documento 441, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, abril de 1949. Documento firmado por Arturo Robledo y otros. Documento 420, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1950. Documento firmado por Arturo Robledo y otros. Documento 415, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, febrero de 1949. Documento firmado por Arturo Robledo y otros.

argumentar la inexistencia de una crítica de la arquitectura que partiera de la arquitectura misma. En esta iniciativa quedó manifiesta la influencia de su padre, que, como se dijo, fue corresponsal desde España de algunos periódicos de la época. También se puso de presente su temprana preocupación por la transmisión y divulgación del conocimiento, su disposición hacia un pensamiento amplio y la necesidad de impulsar actitudes democráticas que superaran las ambiciones de los pequeños grupos, y dieran cabida a través de la palabra, a la discusión entre una y otra posición. La detención en el comportamiento de Arturo Robledo como estudiante universitario, permite vislumbrar la alta capacidad para la arquitectura y su posibilidad de liderazgo en proyectos específicos. Al finalizar sus estudios en noviembre de 1951, se aprestó a inscribir su proyecto de tesis que tenía como tema inicial una propuesta de desarrollo del entonces municipio de Suba, pero la elaboración de éste fue postergada debido a su vinculación laboral con Cuellar Serrano Gómez que, además de iniciarlo en la práctica profesional, le permitió cumplir con las obligaciones relacionadas con su temprano matrimonio. Después de un lapso de dos años, realizó su tesis de grado en compañía de Hans Drews Arango y de Ignacio Piñeros Torres. Este trabajo, que consistió en una propuesta para el campus de la Universidad de los Andes, fue sustentado en 1954, de acuerdo con la nueva reglamentación propuesto por el decano Hernando Pinzón Isaza, el 23 de abril del mismo año33.

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UNIVERSIDAD NACIONAL mayo de 1952.

DE

COLOMBIA. Acuerdo No. 141 de 15 de


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El currículo y sus profesores En 1947, la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional contaba, por un lado, con algunos docentes formados en la vieja tradición de la Academia Beaux Arts, y por otro, con un número significativo de docentes jóvenes, formados en Europa y en Estados Unidos, en los postulados del Movimiento Moderno. Este hecho introdujo fuertes cuestionamientos al currículo existente, que sumados a los hechos socio-políticos del país, dieron pie a un ambiente de reformas continuas del mismo y a cambios en su enseñanza. En este año, Arturo Robledo ingresó al curso preparatorio que pertenecía al antiguo currículo, cuando la carrera aún tenía una duración de seis años. Luego, en 1948, debido a la reforma ocurrida, se suprimió dicho curso y los estudiantes que acababan de tomarlo pudieron ingresar de inmediato al segundo año. Los estudios se redujeron a cinco años sin contar con el desarrollo de la tesis que se hacía luego de finalizar las materias, para poder obtener el grado de arquitecto. fig. 14. Tema libre. Dibujo a lápiz de Arturo Robledo. Sin fecha.

En los listados de los cursos tomados por Arturo Robledo en la Facultad figuran solamente los nombres de las asignaturas sin explicación alguna que sustente el programa propuesto32. Sin embargo, el listado mismo, con sus horas de clase e intensidad, permite reconocer la intención de formar arquitectos que atendieran de manera pragmática, problemas concretos relacionados con el habitar y las transformaciones de la ciudad de acuerdo con las propuestas del Movimiento Moderno.

Puede decirse que el currículo de la época estuvo orientado a lograr una fuerte formación en el oficio de la profesión, sobre la base de un contexto de cultura general en el cual se enmarcaba la arquitectura, que no incluía reflexiones específicas de tipo histórico, o tareas específicas relacionadas con la investigación como se hace actualmente. Las asignaturas estaban relacionadas con los grandes temas y herramientas requeridas para concebir y producir la obra de arquitectura. Mientras que el Taller dedicado a la concepción y formalización del proyecto arquitectónico era el centro del currículo, los demás cursos atendían cada uno de los saberes que requiere la disciplina, los cuales se consideraban necesarios para su desarrollo. Se esperaba que el estudiante adquiriera una gran destreza y entendimiento de la geometría y el dibujo, como herramientas básicas en la generación del proyecto, así como también un amplio conocimiento en los saberes de la construcción para poder formular las propuestas adecuadas para la edificación. Debido al crecimiento y complejización de las ciudades en el país, y a la profundización del tema en la cultura arquitectónica internacional, hacia el final de sus estudios, ya se contaba con una asignatura de urbanismo. A continuación se presenta con más detalle un panorama de las asignaturas de aquel entonces con los nombres de los docentes que estuvieron a su cargo, y con un breve comentario sobre la incidencia que ellas tuvieron en las diversas prácticas de Arturo Robledo y de manera específica, en su hacer como proyectista.34

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Universidad Nacional de Colombia, Archivo Central, folio del 6 de julio de 1949. Documento firmado por Eduardo Mejía Tapias y José María García Amaya.

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Los dibujos

fig. 15. Esta perspectiva del proyecto para la casa de Jaime Torres en Bogotá, de 1955, es un ejemplo de la manera como Arturo Robledo se valía del dibujo en el proceso de diseño del proyecto arquitectónico. Robledo, Drews & Castro. Bogotá, 1955. A partir de la ubicación de ciertos puntos en el lote trazó los ejes rectores y encontró el camino para el manejo del proyecto.

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Se relacionaban con el manejo de los instrumentos necesarios para la expresión y representación de las ideas y para el desarrollo y concreción del proyecto. Ellos eran: dibujo lineal, dibujo al natural y dibujo al carbón. Muchos de estos cursos, heredados del pénsum tradicional, como el dibujo al natural y al carbón, fueron dictados por maestros de las artes plásticas (fig. 14). En el curso preparatorio cuando ingresó Arturo Robledo, los profesores eran: Alipio Jaramillo, Helí Moreno, Luis de Albornoz, Enrique Wiesner, Néstor Gutiérrez, Jaime Ibáñez y Rafael Ruiz.

Sobre el tema, Eduardo Angulo comenta: … Helí Moreno Otero era el profesor de dibujo al carbón, que era diferente del dibujo lineal. Hacíamos cosas que en la actualidad, en el tiempo del computador, jamás se le hubieran ocurrido a alguien, como por ejemplo hacer paralelas con un aparato que se llamaba tiralíneas, con distancia entre ellas de un milímetro. ¡Y le medían a uno el milímetro a ver si estaban bien hechas! Ahora uno puede hacer una raya cada milímetro, y le salen todas las que quiera, y mucho mejor, claro… Este dibujo lineal nos lo daba un arquitecto que trabajaba en el Ministerio de Obras Pú-


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blicas, se llamaba Rafael Ruiz, y nosotros le decíamos “Characias”, porque era uno de los términos que él usaba. El de las paralelas al milímetro era él. Moreno Otero era el profesor de dibujo que utilizaba yesos y figuras35. Durante muchos años de su vida profesional, Arturo Robledo demostró sus altas cualidades para el dibujo. En varios testimonios de sus compañeros y colegas se encuentran expresiones de admiración por su gran capacidad para la realización rápida de esquemas en perspectiva de las ideas que tenía del proyecto en el que podía estar comprometido. Su dominio del dibujo al natural y de las técnicas del carbón y la acuarela, le permitió realizar bocetos, retratos y pinturas diversas, relacionados muchos de ellos con la fiesta taurina, que como se dijo era una de sus aficiones (fig. 14). En su vida de arquitecto, mientras tuvo control sobre sus manos, la herramienta del dibujo fue la compañera en la concepción de los proyectos (fig. 15). Luis Ernesto Quintero, quien estuvo a su lado cuando diseñaron el centro Curiplaya en Florencia, Caquetá, cuenta: … Me sorprendió ya en ese momento la pulcritud en el diseño que tenía Arturo, su habilidad para dibujar. Siempre se sentaba ahí en la gran mesa que teníamos. Con su estilógrafo hacía perspectivas inmediatas de lo que estábamos hablando. Las formas arquitectónicas que él dibujaba en perspectiva no eran tan sencillas porque, si bien estaban en recintos rectangulares, había otros elementos que no lo eran, y hacer los dibujos de tales elementos, así a mano alzada, y para el trabajo, no era tan sencillo36.

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Testimonio de Eduardo Angulo, ya citado. Testimonio de Luis Ernesto Quintero ya citado.

Dentro de los testimonios recolectados se recojan apartes de las palabras de Hernán Villa-Roel, colaborador de Arturo Robledo en diferentes ocasiones, cuando se refiere a la facilidad con que podía reconstruir, con base en la memoria, los entornos de los sitios de los proyectos. Él comenta: … Y recuerdo la memoria prodigiosa de Arturo cuando reconstruyó en dibujos a modo de una visión aérea, lo que era el parque Santander, con sus techos y otros detalles, para el proyecto del concurso del Banco Central Hipotecario… Me sorprendió de verdad. En ese tiempo no había las facilidades de tomas aéreas que hay ahora… Entonces él llegó con el trabajo, con un dibujo de todos esos techos, de la iglesia, del parque, del Banco de la República, del entorno total del lote37. A partir de la década de los años noventa del siglo pasado, Arturo Robledo empezó a tener problemas con sus manos que le impidieron volver a dibujar. Sin embargo, decidió dedicarse a aprender por sí mismo el dibujo digital, y sus últimos proyectos los realizó de manera autónoma, con el uso de esta herramienta. Luis Carlos Colón fue testigo de este aprendizaje en el comienzo de los años noventa y al respecto, dice: … Era una persona que no se negaba a usar las nuevas tecnologías, que no les rehuía, ni les tenía miedo, no era conservador, sino todo lo contrario. Es decir, las consideraba muy útiles. Arturo en ese entonces ya era una persona madura, no era ningún joven, y sin embargo se puso en la tarea de aprender, y de aprender solo, estudiando un manual38.

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Testimonio de Hernán Villa-Roel, ya citado. Tomado del testimonio del arquitecto Luis Carlos Colón sobre Arturo Robledo. Bogotá, diciembre de 2007. Recolectado para esta investigación.

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Las geometrías y la trigonometría Las geometrías y la trigonometría se enseñaban como saberes e instrumentos indispensables para la conceptualización y manejo del espacio en dos y tres dimensiones. Las asignaturas dictadas incluían geometría analítica, geometría descriptiva, perspectiva y sombras, además de la trigonometría. Es de anotar que el espacio es uno de los grandes temas del Movimiento Moderno, y su presencia en el pénsum, en el momento que aquí interesa, tenía como propósito la búsqueda de su comprensión. Esto puede explicar los reclamos de los estudiantes cuando le pedían al profesor de la materia que la dictara a partir de ejemplos concretos del espacio arquitectónico.

fig. 16. Un ejemplo de la importancia para Arturo Robledo de la geometría en la gestación del proyecto, son sus estudios para el Parque Metropolitano Simón Bolívar de Bogotá, 1981, del cual fue director A partir de la ubicación de ciertos puntos en el lote trazó los ejes rectores y encontró el camino para el manejo del proyecto. (Ver página 163-167 en este documento).

Los profesores encargados de la materia durante los años referidos, eran: en geometría descriptiva y perspectiva y sombras, Humberto Chica Pinzón, decano en el momento del ingreso de Arturo Robledo a la carrera, siempre se desempeñó como profesor de esas asignaturas. Al él se refiere la anécdota anteriormente narrada, en la cual los estudiantes le solicitaban que hiciera su clase más concreta y menos especulativa, de tal manera que pudiera ser útil en su formación profesional39. Como respuesta a este pedido parece que el profesor adaptó su enseñanza a las solicitudes de los estudiantes, pues los alumnos de las generaciones posteriores no tuvieron queja alguna, y por el contrario, lo recuerdan como un excelente docente. Hernando Pinzón Isaza fue otro de los grandes profesores que dictó cursos de geometría y trigonometría, y también fue decano de la Facultad. Con él, Arturo Robledo compartió diferentes

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Documento 0259, ya citado.

experiencias como colega. Otros docentes que figuran encargados de estas asignaturas fueron Santiago Guarín y Luis Felipe Silva. La relación de Arturo Robledo con la geometría fue íntima y definitoria en el ejercicio de su profesión. Como se verá en el momento de examinar sus obras, él enfrentaba la elaboración de los proyectos con una clara conciencia de su manejo, pues la consideraba material fundamental de la arquitectura. Sus alumnos en el Taller de Diseño y los colegas que trabajaron con él, recibieron grandes lecciones al respecto. No se trataba tan solo del dominio de un instrumento, sino que era el medio a través del cual la obra nacía y definía sus límites en el espacio. En los dibujos de sus proyectos, muchos de ellos caracterizados por una gran racionalidad, se distinguen las líneas originales que sostienen y controlan la obra e indican la vinculación con la tierra y con su entorno (fig 16). Oswaldo Pérez de los Ríos, quien trabajó con Arturo Robledo en el proyecto del parque metropolitano Simón Bolívar, dice: … Además de esa pura razón geométrica y matemática que le permitía argumentar que exactamente este punto debía quedar aquí porque se demostraba la interrelación que se generaba con los otros puntos de referencia, había razones más fundamentales en el sentido metafísico. Para Arturo, la geometría tenía significado. Hablar de la geometría dinámica y la estática era hablar de la geometría de la vida, de la geometría incluso con su significación oculta, y que para el lector menos informado podía no querer decir nada40.

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Tomado del testimonio del arquitecto Oswaldo Pérez de los Ríos sobre Arturo Robledo. Bogotá, diciembre de 2007. Recolectado para esta investigación.


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Alberto Iván Correa Herrán, al referirse a una perspectiva del proyecto de la calle 127, comenta: … Entonces me dijo: “… esa perspectiva yo la hice con… no sé, como con 27, o algo así, puntos de fuga”… Yo había ido a Italia y le traje de regalo un librito de perspectiva de un arquitecto italiano muy importante que no recuerdo en este momento… Estuvimos comentando mucho sobre ese libro, porque se trataba de un arquitecto que hacía perspectivas complejas con varios puntos de fuga, en una época muy anterior al autocad y esas cosas de ahora. Se trataba de perspectiva hecha a la manera del Renacimiento, que era una maravilla… La habilidad de Arturo para manejar esa forma compleja recordaba un poquito el diseño de la plaza del Campidogglio, y logró hacerlo de qué manera tan brillante41.

La teoría y la historia En el currículo de la época aparecen algunos cursos relacionados con la teoría y la historia. Los primeros, que fueron dictados por arquitectos, estaban ligados al proyecto mismo y reflexionaban sobre temas y obras de diferentes momentos de la historia, como también sobre los hechos que estaban ocurriendo en la actualidad de la arquitectura. Los segundos, estaban acompañados de una información sobre la historia del arte que comprendía a la arquitectura. Luego de la reforma de 1948, se incluyó una historia de la construcción que reforzaba el conocimiento y la responsabilidad sobre del oficio. Algunos de los cursos eran dictados por profesores formados en el área de humanidades, y otros por ar-

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Testimonio de Alberto Iván Correa, ya citado

quitectos que habían estudiado en el exterior y poseían una clara formación integral. En 1949, el curso de historia del arte se cambió por uno de sociología del arte, que ya incluía una aproximación al contexto42, y se implementó la historia de la construcción centrada en aspectos de la arquitectura que afinaban la formación en el oficio y generalista del arquitecto. Cuando Carlos Niño se refiere a la enseñanza de las historias y las teorías en aquella época, dice lo siguiente: Entre 1940 y 1947 se mantuvo un pénsum que incluía una historia del arte en el primer año y luego dos o tres historias de la Arquitectura. Hacia 1946, además de los dos profesores (se refiere a Karl Brunner y a Luis de Zulueta) se sumaron los arquitectos Vicente Nasi y Luis Cortés Silva; por aquellos años la referencia fundamental era la Historia de Banister Fletcher, texto que primará hasta la aparición de los textos modernos de Giedion, Pevsner o Zevi. Ya en 1948, con la decanatura de Eduardo Mejía Tapias, se adoptó de una manera más decidida la visión de la arquitectura moderna y más específicamente lo que podríamos llamar “la concepción Bauhaus” para la enseñanza de la Arquitectura; se trataba más del método empleado por Walter Gropius en la Escuela de Harvard, donde el arquitecto Mejía había estudiado junto con otros colombianos que también contribuirán a la consolidación del Modernismo en el país (Angulo Flórez, 1987: 52-53).

fig. 17. Tema libre Dibujo a lápiz de Arturo Robledo. Sin fecha.

Es muy interesante detenerse en algunos de los docentes de historia y teoría de la época, pues su perfil incidió claramente en Arturo Robledo como en muchos otros estudiantes de la época. Entre esos docentes figuran:

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Documento 382, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. (Se refiere a la Resolución No. 107 del 10 de marzo de 1949). Firmado por Arturo Robledo y otros.

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Carlos Arbeláez Camacho, encargado de la asignatura Introducción que se dictaba en el primer año. Luego de la reforma, fue profesor de Historia de la Construcción. Este arquitecto, además de haber ocupado cargos profesionales de importancia, como por ejemplo la dirección del Banco Central Hipotecario, fue fundador en 1963, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Pontificia Universidad Javeriana, y desde allí desempeñó un papel relevante en reflexión y conservación del patrimonio arquitectónico del país. La Introducción también fue dictada por Herbert Ritter, asociado de Carlos Martínez Jiménez en el diseño de la avenida de Las Américas en Bogotá, y primer director de la oficina del Plan Regulador de Bogotá, en 1949. Esta oficina tuvo el encargo de estructurar el plan de trabajo para el estudio solicitado a Le Corbusier y a Wiener y Sert. Otro de los docentes que figuraba como profesor de historia y que aún permanecía cuando Arturo Robledo ingresó a la Facultad de Arquitectura, era Karl Brunner, quien llegó al país en 1932, con la misión de formular un Plan Regulador para Bogotá. Como arquitecto y urbanista hizo valiosos aportes a la planeación y diseño urbano de varios lugares del continente americano y de Bogotá en particular, los cuales en aquel momento, cuando se imponía el urbanismo del CIAM (Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna) especialmente del de 1933, no fueron comprendidos por quienes apoyaban las ideas del urbanismo moderno. Esta situación fue causa importante de su retiro de la Facultad en 1947. Se requirieron muchos años y la aceptación de nuevas teorías sobre la ciudad, para que su labor fuera reconocida.

Luis Cortés Silva también figuró entre los docentes de historia, lo mismo que Luis de Zulueta, español exilado en Colombia después de que estalló la guerra civil en su país y el general Francisco Franco llegó al poder. Este profesor estaba formado en filosofía y se había desempeñado en la política en España. Inicialmente dictó los cursos de Historia del Arte, y luego, en 1951, a raíz de la reforma del pénsum, dictó Sociología del Arte, en un intento de relacionar los temas del arte con aspectos sociales, de acuerdo con las solicitudes que desde ya empezaban a formularse. Como profesor de Teoría de la Arquitectura se desempeñaba Leopoldo Rother, de origen alemán y llegado a Colombia en 1936, debido a la presencia del nazismo en su país. A su llegada estuvo encargado de formular el plan regulador de la Universidad Nacional (Devia de Jiménez, 2006), y de dictar la clase de Teoría de la Arquitectura. En sus clases hacia referencia no sólo a sus conocimientos de la arquitectura clásica sino a las nuevas tendencias de la arquitectura. Vicente Nasi, quien también hacía parte de esta nómina, ingresó como profesor de historia en los alrededores de los años cincuenta, cuando ya Arturo Robledo estaba terminando su formación. Las palabras de Eduardo Angulo ayudan a configurar el perfil de algunos de estos profesores: … Entre los profesores puedo recordar a Don Luis de Zulueta, que fue nuestro profesor de Historia del Arte, y nos abrió ese mundo enorme de las artes plásticas con su sabiduría y su entrega a la cátedra. Fue tan importante, que selló o cambió un poco

el pensamiento de muchos de nosotros con respecto al arte en sí. Nos descubrió caminos que jamás hubiéramos sospechado. El otro fue Leopoldo Rother, que fue nuestro profesor de Teoría. Una persona de una sencillez increíble, de una dedicación aún más increíble que su modestia. Persona que, tal vez, dedicaba la mayoría del poco sueldo que debía ganar a la compra de revistas;… y siempre compraba dos ejemplares: uno para guardar en su biblioteca… y el segundo para cortarlo y pegarlo en una serie de fólderes que le servían para mostrarnos las diferentes etapas de la arquitectura. Nos ponía a hacer unos ejercicios excelentes. Nos abrió también mucho campo en la historia de la arquitectura contemporánea43. Arturo Robledo Ocampo fue un lector constante, y muchas de las lecturas que frecuentó a lo largo de su vida estuvieron centradas en la historia de la arquitectura. A ellas llegaba no sólo para informarse y por el gusto mismo de conocer, sino porque allí encontraba inspiración y herramientas para sus proyectos. Con todo y que durante sus estudios no tuvo una instrucción sistemática en historia de la arquitectura, los profesores que dictaban la materia estaban vinculados a la práctica profesional y sus enseñanzas recogían la experiencia del proyecto y de la obra. Esto fue definitivo en su formación, pues la historia estuvo ligada a su práctica; al momento de concebir un proyecto siempre invocaba alguna referencia. Era un gran conocedor de las diferentes manifestaciones de la arquitectura, de sus lenguajes formales y constructivos.

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Testimonio de Eduardo Angulo, ya citado.


La arquitec tura como modo de vida EXPERIENCIAS, MARCAS Y DIRECCIONAMIENTO

Un testigo de este saber fue Oswaldo Pérez de los Ríos, quien comenta: … Hacíamos de vez en cuando exploraciones sobre la historia de la arquitectura. Por ejemplo, él a mí me aclaraba muchísimo sobre la razón de ser de los estilos, pero no solamente eso, sino de los estilos correlacionados, o como correlato de la sociedad que se estaba viendo en ese momento. Yo no podría aseverar de manera cierta que Arturo fuera un firme defensor de la idea de la arquitectura como correlato de la cultura o de la sociedad correspondiente a esa situación; de la arquitectura, digo, como expresión de la naturaleza social o de la naturaleza cultural… Pero sí había algo de eso. A partir de ese pensamiento él lograba explicar que el desarrollo de los estilos iba más allá del mero capricho del creador, del arquitecto como una persona separada de la sociedad e inspirada a través de datos mágicos. Es decir, él consideraba que había cierta coherencia entre lo que estaba sucediendo en el desarrollo tecnológico, con la cuestión de los materiales, y por supuesto con la evolución del pensamiento, porque finalmente la arquitectura expresaba ese pensamiento a través de la forma. Tuvimos muchas discusiones sobre la arquitectura moderna. Hablábamos, por ejemplo, de Loos, de Le Corbusier, de lo mucho que esa arquitectura representó en algún momento, y tratábamos de hacer una especie de “revival” en el sentido de lo simbólico-significativo. Finalmente estábamos trabajando un parque ceremonial, un parque que pretendía tener significado más allá del uso o del manejo del ocio. Por eso es que hablábamos en algunos momentos de la historia, de la cual él era un profundo conocedor44.

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La tecnología Durante el período que Arturo Robledo era estudiante, el arquitecto no sólo tenía la responsabilidad sobre el diseño arquitectónico de la obra y su propuesta del sistema constructivo, sino que debía participar del diseño y del cálculo de la estructura. El ingeniero cumplía un papel mucho menor en los procesos de materialización comparado con el que se le asigna en la actualidad, cuando se le adjudica la responsabilidad de la solución estructural. Por este motivo se requería que los arquitectos en formación recibieran una preparación cuidadosa en matemáticas, física y en los demás saberes relacionados con el comportamiento de los materiales. Conviene recordar que en 1947, la Facultad acababa de cumplir sus primeros diez años de existencia, y que hasta 1936, solamente existía un Departamento de Arquitectura que pertenecía a la Facultad de Ingeniería, que se había creado en 1929. Esto fue determinante para que muchos de los docentes de la carrera de Arquitectura relacionados con el área de la construcción fueran ingenieros. Luego de la reforma de 1949 se estableció un taller en el cual convergían temas de urbanismo y construcción, y muchas veces el docente director era quien dictaba los cursos correspondientes con estas asignaturas. Sobre la regla de cálculo, instrumento que se utilizaba para los cálculos estructurales, Eduardo Angulo recuerda:

fig. 18. El cuidado por la resolución constructiva en cada uno de sus proyectos se puede ejemplificar con el dibujo de la escalera de la Universidad Tecnológica de Pereira, 1957. Robledo, Drews & Castro.

… Pero existía el otro aparato, considerado hoy en día de museo, que era la regla de cálculo, que hoy en día no aparece en la mente de las gentes. La regla de cálculo en realidad, en el día de hoy, a cualquier muchacho

Testimonio de Oswaldo Pérez de los Ríos, ya citado.

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que se le pregunte qué es eso, no tiene ni idea; ni siquiera saben de las calculadoras de mano, de esas que antes había y que también desaparecieron45. Los profesores responsables de impartir Aritmética y Algebra eran Otto de Greiff y Alfonso Daza, en el primer año, y Henry Yerley, en el segundo. La Física estaba a cargo de Guillermo Gómez, y Materiales de Construcción, de Camilo Mayo, quien además se desempeñó como secretario de la Facultad durante la primer decanatura de Arturo Robledo (19601965). Otro de los grandes profesores de Resistencia de Materiales fue Guillermo González Zuleta, reconocido profesional de la ingeniería que participo en importantes obras de arquitectura, como el estadio de béisbol de Cartagena, realizado con la nueva tecnología del concreto. También fueron docentes de esta área, en cuarto año, Carlos Valencia y Enrique García Reyes de la asignatura Diseño de Estructuras, y Doménico Parma, durante algún tiempo, de Resistencia de Materiales. Este ingeniero, de nacionalidad italiana, que ha sido considerado en la historia de la arquitectura en Colombia como uno de los grandes innovadores, fue colaborador de los arquitectos más sobresalientes del país, entre los que figura Arturo Robledo. Gabriel Serrano, mencionado anteriormente como impulsador decidido de las ideas del Movimiento Moderno, tanto en la teoría como en la práctica, fue también, en aquella época, profesor de Resistencia de Materiales. Este ingeniero-arquitecto siempre fue considerado por Arturo Robledo como punto de referencia tanto en su formación como en el ejercicio profesional. En la asignatura Edifi-

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Testimonio de Eduardo Angulo, ya citado.

cación, que aún quedaba del antiguo pénsum, figuraron los nombres de Roberto Franco Solano y José María Montoya.

El urbanismo

Sobre el cuidado puesto en el detalle constructivo hay varios testimonios de los colegas que fueron testigos de su modo de proyectar. Luis Ernesto Quintero recuerda a Arturo Robledo cuando se desempeñó como coordinador del proyecto Curiplaya, con los siguientes términos:

Con base en lo referido por Hans Rother en la celebración de los cincuenta años de la Facultad (Angulo Flórez, 1987: 57-63), se puede afirmar que cuando estudió Arturo Robledo solamente se contaba con un curso de urbanismo al final de la carrera. A partir de la reforma del decano Eduardo Mejía Tapias, en 1948, la materia empezó a hacer parte de los talleres de arquitectura, pero habría que esperar hasta mediados de los años cincuenta para que esta asignatura se considerara en el pénsum como un saber con su propia lógica e identidad. Es de anotar que la visita de Le Corbusier, en 1947, y el plan piloto que propuso para Bogotá, en 1951, en compañía de Wiener y Sert, se convirtieron en estímulos claros para el desarrollo de esta asignatura. De la misma manera, y con un impacto que ha perdurado a través del tiempo, fue la labor que en esos años emprendió la revista Proa, recién fundada, en el impulso de los temas urbanos desde la mirada de los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, CIAM.

… El diseño de Arturo Robledo en ese momento para mí era algo muy serio, no muy a mi alcance en realidad, y por eso también me sorprendía la habilidad que tenía para definir cada uno de los espacios, cada una de las cosas que había que hacer. Y, siendo él el director del diseño, también me sorprendía que elaborara hasta el último detalle del edificio que se estaba diseñando. Él era capaz de señalarnos cómo era que teníamos que hacer el último enchape, la última baldosa, la que quedaba en el último rincón. Cómo había que resolverla para que quedara bien. No abandonaba ninguno de los detalles46.

No obstante que no había una formalización de la materia Urbanismo como un saber autónomo, sí hubo presencia de diferentes temas urbanos en el Taller, y muchos de los docentes de la Facultad estuvieron vinculados a proyectos específicos relacionados con este campo. Cuando Arturo Robledo empezó sus estudios en 1947, Fernando Martínez y Guillermo Bermúdez elaboraban el plan piloto para el desarrollo de Tumaco; en 1949, Herbert Ritter, profesor de la Facultad, era responsable de la coordinación del plan piloto para Bogotá que, como se dijo, se le había encargado a Le Corbusier en compañía de Wiener y Sert. Se puede afirmar que la prin-

Para Arturo Robledo adentrarse en este campo del saber fue fundamental. Siempre estimó la materialización del proyecto como algo que debería pensarse desde el comienzo mismo del proceso proyectivo, y no como un agregado posterior. El control de la totalidad de la estructura, la modulación de los componentes del edificio para facilitar su construcción, el diseño de los detalles fueran temas que enfrentaba con el mayor rigor, y son características de la construcción de sus obras (fig. 18).

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Testimonio de Luis Ernesto Quintero, ya citado.


La arquitec tura como modo de vida EXPERIENCIAS, MARCAS Y DIRECCIONAMIENTO

cipal formación en Urbanismo, se impartía en el Taller, y que la presión social del momento, caracterizada por las migraciones del campo a la ciudad, exigía que el tema estuviera presente. El profesor a cargo del curso de Urbanismo, que se dictaba de manera independiente, fue Santiago de la Mora (Carrasco, 2004), un distinguido arquitecto español que llegó al país en 1940, y se vinculó a la Universidad Nacional en 1946, donde dictó esta cátedra hasta 1950. En 1952 publicó el libro Planeamiento versus arquitectura (De la Mora, 1952), y en 1975 regresó a España luego de la muerte del General Francisco Franco.

fig. 19. El tema urbano va a estar presente a lo largo de la práctica profesional de Arturo Robledo. Un ejemplo de ello es el temprano proyecto de la urbanización La Majada. Paz del Río, Boyacá. 1954. Robledo & Drews.

Durante su transcurso como estudiante, Arturo Robledo se interesó en las cuestiones concernientes al problema urbano a través de las propuestas de los CIAM que eran impulsadas en el medio profesional y en la Facultad por los arquitectos formados en el pensamiento de la arquitectura moderna, tales como Carlos Martínez, editor de la revista Proa, Gabriel Serrano, su profesor, con quien además inició su vida laboral desde el segundo año de carrera, y Eduardo Mejía Tapias, quien era decano y profesor. Pero su principal formación la recibió a través de su práctica profesional pues, desde los años cincuenta, cuando apenas iniciaba su ejercicio, debió enfrentar proyectos de urbanizaciones y conjuntos de vivienda que incluían equipamientos diversos y propuestas de espacios públicos, para medios que exigían respuestas integrales de habitabilidad. Ejemplos de lo dicho se encuentran en su amplio y cuidadoso Portafolio en vivienda (A. Robledo Ocampo, 2005) (fig. 19). Quizás la escuela que lo acercó y marcó definitivamente en el área del urbanismo la tuvo cuando se desempe-

ñó como subdirector de Planeación Distrital, en 1959, mientras Carlos Martínez era su director, y debieron enfrentar temas relacionados con el desarrollo urbano de Bogotá. Esta experiencia le fue de gran utilidad para la labor que realizó como decano de la Facultad de Arquitectura y la orientación que dio al currículo, y para la elaboración del proyecto del parque metropolitano Simón Bolívar (1980-1983), del cual fue director. Otros aprendizajes significativos en el área los tuvo primero en 1996, cuando estuvo de director de una de las curadurías urbanas de Bogotá, que en ese momento se inauguraban; y, la segunda, cuando entre 1998 y 1999, el rector de la Universidad Nacional, Víctor Manuel Moncayo, le encargo la realización de la propuesta para el plan director del desarrollo físico del campus de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá.

El Taller Antes de la reforma de 1948, al Taller se le denominaba Composición, y a partir de ella, en la mayoría de los documentos, aparece con el nombre de Taller. Esta asignatura, dedicada a la concepción del proyecto, era el eje de la formación, la que tenía una mayor dedicación horaria. Allí convergían los demás saberes, no necesariamente relacionados con conocimientos especializados sino como parte de una mirada integral. Luego de la reforma mencionada, muchos estos saberes empezaron a demandar una dinámica propia, y por ello se vio la necesidad de invitar al Taller a profesores expertos en construcción y urbanismo. Al examinar los documentos de la época sobre la enseñanza en el Taller, además del arquitecto proyectista a cargo del mismo, aparecen nombres de profesores encargados de dictar Urbanismo y

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Construcción. En la época a la que se hace referencia, no se trataba de aprender a manejar un repertorio formal con su gramática, sino de concebir la obra en su totalidad, con sus problemas de función, de forma, de construcción y de entorno. Se partía del proyecto, se reconocía su destino social y se situaba en medio de una ciudad que estaba en acelerado proceso de transformación. La materia Composición se empezaba a dictar en segundo año. Fueron profesores de ella, en 1948, Herbert Ritter, Eduardo Mejía Tapías, Manuel Restrepo y Carlos Ritter. Cuando Arturo Robledo cursó el tercer año, en 1949, ya se había dado la reforma y la asignatura apareció con el nombre de Taller III, y estaba a cargo de Juan A. Menéndez, José María García y Jaime Hoyos. El encargado del cuarto año era Fernando Martínez Sanabria, de origen español pero radicado en el país desde la edad de catorce años, que se había graduado de arquitecto en la Universidad Nacional en 1947. Luego de recibir su grado ingresó como profesor del Taller I, que tenía como tema el dibujo; muy pronto pasó a ser profesor de Taller IV, y posteriormente, director de tesis, asignatura ésta, que años más tarde, se transformó en Proyecto de Grado. Cuando se le preguntaba a Arturo Robledo por sus Maestros, se refería a Fernando Martínez con mucho afecto y como uno de sus grandes profesores; lo caracterizaba como un personaje carismático y con una sobresaliente disposición para la arquitectura que complementaba con una amplia cultura general. También se desempeñaron como docentes Augusto Tobito y Roberto Franco, en cuarto año, y Eduardo Mejía Tapias, a quien ya se mencionó,

fig. 20. Desde sus primeros años de práctica profesional se puso en evidencia su capacidad como proyectista. Un ejemplo de ello es la casa de Alonso Londoño. Bogotá, 1956-1957. Robledo Drews & Castro

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La arquitec tura como modo de vida EXPERIENCIAS, MARCAS Y DIRECCIONAMIENTO

en quinto año47. Entre los profesores de sexto año se encontraba Bruno Violi (Varini, 1998), arquitecto italiano que dejó una clara huella entre sus estudiantes y una sobresaliente obra en el país. Arturo Robledo le profesó una gran admiración, en especial por el rigor y la sobriedad con que realizaba su práctica profesional (A. Robledo Ocampo, 2005: 177). Él fue quien dirigió su tesis de grado. Por aquellos años, muchos de los arquitectos recién graduados que luego se destacaron como profesores y como profesionales de la arquitectura, se iniciaron como docentes de la Facultad. Algunos de ellos tuvieron en ciertos momentos, cercanía con Arturo Robledo, y su mención ayuda a reconstruir con mayor precisión el ambiente de su desempeñó como arquitecto y la orientación que le dio a la profesión. Entre ellos pueden mencionarse: Dicken Castro: con él conformó la firma Robledo, Drews y Castro, entre 1954 y 1957; en las décadas siguientes ocupó un papel destacado en la arquitectura colombiana, y particularmente en la creación y evolución del diseño gráfico en Colombia, campo en el que se le considera como uno de los fundadores. Un reconocimiento especial le mereció su desempeño como Decano de la Facultad de Arquitectura de Interiores de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, de Bogotá. No fue profesor de Arturo Robledo pero sí hizo parte del ambiente académico de la época48. Guillermo Bermúdez: gran amigo de Arturo Robledo que inició su trabajo en el Taller de Arquittura de la Facultad, en 1949. Tuvo una actuación notable como profesor de esta asignatura,

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Sobre los docentes de la época y el pénsum, ver: Documento 446, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 20 de febrero de 1950. Ver: revista Mundo, No. 8, junio de 2006, Bogotá. Número dedicado a Dicken Castro.

hasta su retiro en 1986, además de una destacada labor profesional (Montenegro y Niño, s.f.). Hernán Vieco: decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, y reconocido docente de Taller. Durante su vida tuvo una relación cercana con Arturo Robledo, al igual que su hermano Samuel Vieco, quien estuvo vinculado por un amplio período, al Banco Central Hipotecario y desde esta entidad, dió un claro apoyo a los programas oficiales de vivienda de los años sesenta y setenta. Sobre los profesores de la época, comenta Eduardo Angulo: … En cuanto a Taller, creo que tuvimos excelentes profesores. Tanto Arturo como yo y como muchos tuvimos a Fernando Martínez como profesor de cuarto año, lo mismo que a Eduardo Mejía (fallecido hace muy poco), que era una persona de unos méritos increíbles y de una preparación maravillosa porque recibió master y doctorado de dos universidades norteamericanas; si no me equivoco, Harvard fue una de ellas. Tuvimos también a Bruno Violi, quien nos abrió otro camino, especialmente en el último año, que era aterrizarnos un poco, quitarnos esa idea de que la arquitectura solo eran unas líneas que se ponían en un plano. Para Bruno Violi su mayor interés era que nosotros aprendiéramos eso, pero que también comprendiéramos que se trataba de construirlo, y que había que diseñar para poder construir… Y esa fue otra gran lección de Violi: la forma en que trabajaba sus prefabricados, el cuidado con que ejecutaba los diseños de sus detalles. Y no puedo dejar de nombrar a Guillermo Ber-

múdez, quien también fue, pese a las bromas que le hacía a todo el mundo (porque a él le encantaba hacer rabiar a la gente tomándola del pelo), digo que pese a eso, como profesor y como arquitecto fue maravilloso…49. El Taller fue siempre un espacio vivencial de Arturo Robledo; allí realizó su actividad docente y transmitió a sus alumnos, los conocimientos sobre el proyecto y la obra arquitectónicos, con gran generosidad y claridad. En su actividad de proyectista dio muestras de una actualización permanente en los temas relacionados con la arquitectura, y en sus tareas como profesor se le reconoció la integralidad e integridad con las que abordaba la enseñanza del proyecto. A esa disposición se le sumaba una gran capacidad para el desarrollo mismo del proyecto. Al respecto, Alberto Saldarriaga Roa comenta: … Y era un proceder muy típico de Arturo, en que a él le cabía en la cabeza la totalidad del proyecto, y lo podía racionalizar y volver un esquema geométrico viable… De esa idea preconcebida en algún momento captaba la totalidad del proyecto, lo racionalizaba y lo convertía en un esquema realizable. Eso era un prodigio de trabajo. Y no gastaba mucho papel haciendo borradores. No utilizaba papel haciendo “sketches” o esquemas. Pensaba primero, y dibujaba luego…50. Luis Carlos Colón tuvo la oportunidad de trabajar con él durante los años 1991 y 1992, y ello lo llevó a manifestar lo siguiente: … una anécdota que ilustra de manera esquemática algunos de los aspectos que más

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Testimonio de Eduardo Angulo, ya citado. Tomado del testimonio del arquitecto Alberto Saldarriaga Roa sobre Arturo Robledo. Bogotá, enero 2008. Recolectado para esta investigación.

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me sorprendieron en mi paso por la oficina de Arturo se refiere a cierta ocasión cuando se estaban trabajando tres o cuatro proyectos al mismo tiempo. Uno de ellos era Calle del Sol, el otro era el proyecto de la Avenida Suba con calle 100, y el otro era un pequeño edificio de oficinas que se estaba haciendo en la 93. Y me sorprendía muchísimo que las cuatro personas que estábamos en ese momento en la oficina, le hacíamos preguntas sobre algún aspecto de cada proyecto, en particular una dimensión o algo por el estilo, y Arturo era capaz de responder de memoria, sin siquiera mirar los planos. Entonces, eso me hacía a mí pensar que él tenía literal y absolutamente claros los tres o cuatro proyectos en su cabeza51. Alejandro Botero Robledo, recuerda de sus largas conversaciones con Arturo Robledo, lo siguiente: … Siempre recuerdo que le gustaba decir que a los proyectos había que trabajarlos y refinarlos hasta que –y aquí viene la metáfora– “resemblaran un instrumento de cuerdas”, que se va templando y templando hasta que da la nota perfecta. En mi parecer, esta es una de las alegorías más bonitas que haya escuchado; o algo que en mi opinión solo se obtiene con años de experiencia y conocimiento del oficio, el hecho de quedar uno mismo satisfecho y tranquilo con su trabajo. Para él hubo muchos proyectos inconclusos, fuesen en el papel o construidos, que le molestaban e inquietaban. Situaciones puntuales en las que se hubieran podido hacer mejores cosas, o solo ir un poco más allá. Le trabajaba por meses a ideas en las que los clientes apenas le habían comentado inten-

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Testimonio de Luis Carlos Colón, ya citado.

ciones, sin adelantar absolutamente nada. Su compromiso era consigo mismo, y con el resultado final. Él mismo sabía la suerte final de muchos proyectos, pero la idea de un buen proyecto bien resuelto le obsesionaba. Incluso llegué a conocer planos totalmente resueltos de un edificio sobre el cual había tomado la decisión de no mostrárselos al cliente porque no lo consideraba “a la altura”52.

Sus condiscípulos Los estudiantes de arquitectura requerían de grandes inversiones de tiempo para llevar a cabo los proyectos y hacer las presentaciones. La Facultad contaba con talleres equipados con mesas de dibujo donde permanecían los alumnos durante todo el día y buena parte de la noche entregados al cumplimiento de sus tareas y especialmente del proyecto. Las noches enteras dedicadas al trabajo permitían forjar grandes amistades y el intercambio permanente de ideas entre unos y otros. Las presentaciones se hacían con dibujo a mano alzada y con el apoyo de algunos instrumentos como la regla T, las escuadras, el compás y el tiralíneas. Eduardo Angulo recuerda: Éramos muy dedicados a nuestra profesión y a nuestros estudios, hasta el punto de que muchas veces nos quedábamos toda la noche en la facultad. Cuando tocaba entregar un proyecto eran dos y tres noches. Había gente que sabía cómo estudiar y se iba para su casa y demás. Otros se iban a las ocho de la noche y llegaban a las ocho de la mañana, y estaban en el mismo punto después de trabajar doce horas,

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Tomado del testimonio de el arquitecto Alejandro Botero Robledo sobre Arturo Robledo. Londres, febrero de 2008. Recolectado para esta investigación.

fig. 21. Hans Drews Arango, condiscípulo, amigo, y socio en su fructífero ejercicio profesional en la década de los cincuenta. Dibujo a lápiz de Arturo Robledo, 1951. fotografía: autor desconocido.


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o de hacer que trabajaban. No utilizábamos drogas, pero sí alguna cosa cuyo nombre no me acuerdo, y le ayudaba a uno con el café (tinto) a no dormirse. Nuestra vida de estudiantes fue una vida muy agradable, una vida en la cual pudimos aprender muchísimo53.

Varios de los condiscípulos de Arturo Robledo jugaron un papel importante en la segunda mitad del siglo XX, cuando se hizo necesario enfrentar el crecimiento de las ciudades con sus requerimientos de planeación, vivienda y equipamientos educativos, de salud y recreativos. Igualmente algunos de ellos fueron protagonistas del avance de la formación en arquitectura del país, y participaron en la apertura de nuevas facultades. Entre los condiscípulos de Arturo Robledo que tuvieron un vínculo significativo con él, en algún momento de su vida personal y profesional, pueden mencionarse los siguientes54: Hans Drews Arango: además de condiscípulo fue su amigo cercano y compañero de oficina. Desde el inicio de la carrera se creó entre ambos una amistad que persistió hasta su muerte trágica en 1961. Este hecho lamentable dejó una huella profunda en Arturo Robledo. Al momento de su muerte, Hans Drews ocupaba la decanatura de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de los Andes. En el último año de estudios, en 1951, ingresó como instructor en el Taller I, al lado de Dicken Castro. Juntos conformaron la firma Robledo & Drews, que por algún tiempo se convirtió en Robledo, Drews y Castro. (fig. 21) Enrique Triana: aunque no concluyó su carrera en la Universidad Nacional, siempre fue

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Testimonio de Eduardo Angulo, ya citado. Sobre los estudiantes que ingresaron con Arturo Robledo a la Facultad de Arquitectura en 1947 ver: Documento 320, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 14 de febrero de 1947. Los nombres citados se toman de las conversaciones sostenidas entre Arturo Robledo y la autora de esta investigación.

un amigo estimado de Arturo Robledo y su gran admirador. Su vinculación con la Universidad Nacional como docente de la Facultad de Arquitectura, por más de cincuenta años, le mereció en fecha reciente, un reconocimiento por su labor en la formación y también por la alta calidad de su práctica arquitectónica. Sobre el inicio de la mutua amistad, Enrique Triana recuerda: … La historia comienza en 1947, cuando yo llegué a la Nacional y quise pasar esos exámenes tan horribles, y encontré que había una persona que hacía todo mejor que yo, lo cual era bastante frustrante porque yo me sentía muy autosuficiente. Entonces, como dicen, en lugar de pelear con el enemigo, resolví unirme a él, y fue cuando nos volvimos muy amigos, y muchas circunstancias ayudaban a eso. Primero, porque vivíamos en el mismo barrio; cogíamos el bus de la Nacional en la misma esquina, unos buses que existían y que iban a la Universidad…

… Era como el bus del colegio. Ahí lo cogíamos con el profesor que nos daba la clase de las 7:00 a.m., Carlos Arbeláez, quien nos dictaba Introducción a la Arquitectura. Entonces eso nos unía aún más. Ese año para mí fue muy importante, porque yo había salido de un colegio bastante estricto, y me sentía ahora bastante libre. Ahí nos juntaron, y estuvimos muy cercanos también a Samuel Vieco. Éramos los tres más amigos55. Ignacio Piñeros Torres: fue condiscípulo suyo desde el Instituto del Carmen en Bogotá. A partir de esa época establecieron una gran amistad que perduró a lo largo de su vida. Con él y con

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Testimonio del arquitecto Enrique Triana Uribe en conversación con Rafael Vega sobre Arturo Robledo. Bogotá, marzo de 2008. Recolectado para esta investigación.

fig. 22. . Condiscípulos Ignacio Piñeros Torres. Consdicípulo, y socio en algunos proyectos. Dibujo a lápiz de Arturo Robledo. 1949. Arturo Robledo, atrás centro, con Samuel Vieco, derecha, y Graciela Samper, abajo derecha.

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Hans Drews realizó su tesis. En su vida profesional pudieron compartir algunos escenarios, como el de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, donde Ignacio Piñeros fue profesor, luego de haber cursado estudios de posgrado en Alemania (fig. 22). Hernán Herrera Mendoza: fue otro de los grandes amigos de Arturo Robledo. Con él compartió sus años de estudiante y algunas experiencias de la academia. Fue el autor del edificio de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, hoy edificio principal de la Facultad de Artes, que se otorgó por concurso público en 1964, durante la primera decanatura de Arturo Robledo. Como se mencionó, algunos de los condiscípulos de Arturo Robledo participaron durante su vida profesional en la fundación y posterior funcionamiento de varias de las facultades de arquitectura en Colombia. Este hecho le facilitó, cuando fue decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, un contacto cercano, y una especial colaboración en el intercambio de experiencias tendientes al mejoramiento de los programas de arquitectura. Las relaciones establecidas se formalizaron a partir de 1978, en torno a la Asociación Colombiana de Facultades de Arquitectura, entidad creada por iniciativa de los diferentes decanos, con el propósito de velar y estimular la formación de la arquitectura en el país. Entre los estudiantes de la época que actuaron en diferentes ámbitos relacionados con la formación del arquitecto, pueden mencionarse: Aníbal Moreno Gómez, destacada arquitecto,

fundador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad América; Armando Velasco Zúñiga, Lida Caldas de Borrero, Harold Borrero Urrutia y Francisco Zornosa Arana, docentes sobresalientes de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Valle en Cali. Lida Caldas de Borreo, una de las primeras mujeres graduadas de arquitecta, ha sido impulsadora de los temas de paisajismo en el país y gestora de los primeros cursos de posgrado en ese campo, en el programa de Arquitectura de la Universidad del Valle. Ricardo González Ripoll, otro estudiante de la época, tuvo una actuación destacada en la arquitectura de Barranquilla y en especial en la Universidad del Atlántico. En los asuntos gremiales tuvo la oportunidad de compartir con su condiscípulo, Eduardo Angulo Flórez, quien ha jugado un papel notorio en esas lides, tanto en la Sociedad Colombiana de Arquitectos como en la Asociación de Arquitectos de la Universidad Nacional. Fue el responsable del libro Cincuenta años de Arquitectura, 1936-1986, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, que recoge la historia relacionada con el primer medio siglo de existencia de la Facultad de Arquitectura de esta institución56. Graciela Samper Gnecco: aunque se retiró de la carrera antes de finalizarla, fue una de sus grandes amigas. Se casó con Guillermo Bermúdez, y fue la madre de los arquitectos Daniel y José Alejandro Bermúdez, conocidos ampliamente en el medio profesional57. Enrique García Reyes: destacado profesional de la arquitectura, fue su compañero desde los estudios de bachillerato en el Instituto del Carmen.

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Testimonio de Eduardo Angulo, ya citado. Daniel Bermúdez ha sido premiado en diferentes ocasiones, como por ejemplo en las bienales de arquitectura de Colombia y de Quito del año 2004. José Alejandro Bermúdez ha desarrollado una importante obra principalmente en Barichara, Santander.


La arquitec tura como modo de vida EXPERIENCIAS, MARCAS Y DIRECCIONAMIENTO

Otros compañeros destacados Al revisar los listados de estudiantes que ingresaron entre 1947 y 1951 a la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, es posible evidenciar que un amplio número de ellos se destacó en la vida profesional, y que varios fueron protagonistas de la construcción del país en los ámbitos de la arquitectura y del urbanismo. A continuación se hace una breve mención de algunos de ellos: Hans Rother Treunfels, hijo de Leopoldo Rother, fue notable profesor de la Facultad en distintas asignaturas como las historias de la arquitectura y el urbanismo; Jaime Camacho, junto con Julián Guerrero, fundó la firma Camacho y Guerrero, sobresaliente en la construcción de la ciudad y del país; Patricio Samper Gnecco ocupó diferentes cargos públicos como el de director de Planeación Distrital; Leonardo Ayala, fue docente prestante de la Facultad de Arquitectura de la Nacional;. Guillermo Avendaño, trabajó por muchos años con Fernando Martínez; Tulio Echeverri, tuvo un desempeño profesional destacado en Cali; Diego Llorente Martínez, trabajó con Jaime Ponce de León; Guillermo Rubio Jáuregui realizó algunos trabajos con Arturo Robledo. En los listados de estudiantes de 1951, el último año de estudios de Arturo Robledo, además de Julián Guerrero, ya mencionado, también aparecen: Edgar Bueno Tafur, quien trabajó con la firma Obregón y Valenzuela y luego constituyó su propia oficina; Manuel Carrizosa Ricaurte, de la firma Ricaurte, Carrizosa Prieto, decano de los Andes en el año 1979; Humberto Cruz Herrán, de la firma Londoño y Cruz; Manuel García

Camacho, reconocido profesor de la Facultad en la cátedra de urbanismo; Roberto Londoño Domínguez, docente por un largo período, en el programa de Arquitectura de la Universidad Nacional, al igual que Enrique Moya Cadena; Federico Obyrne Barberena, quien trabajó con Francisco Sornoza Arana en Cali; Eduardo Pombo Leyva, socio de Carlos Arbeláez Camacho en la firma Arbeláez y Pombo; José Prieto Hurtado de la firma Ricaurte, Carrizosa y Prieto; Helga Mora, docente reconocida del área de historia de la arquitectura; Paulino Gómez Basterra, con quien Arturo Robledo desarrolló algunos de sus últimos proyectos58.

Para cerrar Además de los estudios formales de arquitectura, es conveniente señalar que Arturo Robledo nunca dejó de estudiar ni de actualizarse en los campos relacionados con la disciplina. Hasta el momento de su ingreso a la Clínica Nueva en Bogotá, donde pasó sus últimos días y ocurrió su muerte, estuvo analizando las últimas tendencias, investigando en sistemas constructivos nuevos y tradicionales, recordando hechos de la historia de la arquitectura que alimentaban su propia producción. Su formación la complementó con un conocimiento humanista que le posibilitó una mirada abierta, compleja y profunda del habitar y, por ende, de la profesión. Sus búsquedas estuvieron dirigidas a la comprensión de la naturaleza y la complejidad del habitar humano, y a poder dar respuesta como arquitecto, a cada uno de los problemas que se le presentaban para resolver (fig. 23).

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fig. 23. Fotografía de Arturo Robledo en su acta de grado de arquitecto 1954.

Sobre los estudiantes de la época ver: Documento 326, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1947. Documento 00455, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1948. Documento 0318, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1949. Documento 419, de la División de Archivos y Correspondencia, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1950.

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PARTE II LA VIDA PROFESIONAL AL SERVICIO DE LA ACADEMIA Y DEL GREMIO DE LA ARQUITECTURA


Su práctica al servicio de la academia

fig. 24. Arturo Robledo en su despacho. Fotograffía: autor desconocido.

La arquitectura fue el punto de referencia elegido por Arturo Robledo para situarse en el mundo y habitarlo en un amplio sentido. Su práctica profesional no se limitó a los campos del proyecto y la ejecución de la obra, sino que dedicó varios años de su vida a trabajar en el mejoramiento de la formación y en la consolidación de la profesión en el país. Como se dijo, en su equipaje traía desde la infancia debido a la influencia del padre, una disposición para el servicio, y esto parece haber sido decisivo para el compromiso que a lo largo de su vida adquirió con lo académico y con lo gremial59, y para la orientación que le dio a su ejercicio profesional. En este capítulo se tratará en primera instancia, su labor en el campo académico que si bien se dio en simultáneo con lo gremial y con la práctica misma, le permitió expandirse en su ser íntegro, poner en acción todo el bagaje adquirido y continuar formándose y aprendiendo de los colegas y de los estudiantes. Luego se abordará el campo de lo gremial, en el que puso su empeño en hacer reconocer a la arquitectura como una disciplina que tiene su propia ética, y que en tanto que es una manifestación fundamental de las culturas, debe ser reconocida y respetada.

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54

Esta afirmación se hace con base en conversaciones entre el Arturo Robledo y la autora de esta investigación.


La arquitec tura como modo de vida LA VIDA PROFESIONAL AL SERVICIO DE LA ACADEMIA Y DEL GREMIO DE LA ARQUITECTURA

Arturo Robledo se desempeñó como docente de arquitectura en diferentes momentos del período comprendido entre 1952 y 1986, tiempo en el que intercaló esta función con algunos cargos académico-administrativos en la Universidad Nacional, como fueron: decano de la Facultad de Arquitectura entre 1960 y 1965, decano de la Facultad de Artes entre 1978 y 1980, vicerrector en 1966 y rector encargado entre febrero y abril de 198060. En años posteriores, cuando ya estaba retirado de la institución, participó en comités de acreditación de algunos programas de arquitectura del país y fue asesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica.

1952-1986. El docente Si la formación del arquitecto falla, es más por un exceso de atención a modelos foráneos, por un querer estar al día con movimientos derivados de otras circunstancias históricas, por falta de identificación, profundidad, humildad, constancia y decisión para enfrentar nuestra problemática con nuestros propios recursos, por ignorancia de nuestra tradición y ausencia de claridad en la búsqueda del bienestar para nuestra gente. (Arturo Robledo en: Ágora, No. 1, 1964). Arturo Robledo se inició como docente en 1952 en el Colegio Mayor de Cundinamarca y en 1956 ingresó a la Universidad Nacional al área de Taller, y allí permaneció hasta 1986, cuando se pensionó de la Universidad Nacional. Cuando comenzó su vida de profesor de la Universidad Nacional, en época del decano Pablo Lanzeta, se sucedían profundos cambios en

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el país y se demandaban transformaciones en la enseñanza de la arquitectura. La mayoría de los documentos encontrados mencionan sus actuaciones en los cargos directivos y poco sus realizaciones como docente, por tal motivo lo que aquí se presenta en relación con esto último, fue tomado, principalmente, de conversaciones y testimonios de sus alumnos, colegas y amigos. Como se explicó con anterioridad, Arturo Robledo creció en un ambiente familiar donde la docencia estuvo presente, y su dedicación a ella durante su vida profesional no puede verse alejada de ese legado inicial. Puede afirmarse que siempre fue un maestro, no solo en el aula, sino en la oficina donde realizaba los proyectos, y en las charlas con sus colegas, amigos y otros estudiantes de arquitectura de diferentes universidades, que lo visitaban con frecuencia.

fig. 25. Arturo Robledo, expositor en la Sociedad Colombiana de Arquitectos. Fotofrafía: autor desconocido.

Arturo Robledo no se destacó por su habilidad para la charla magistral, sino por la generosidad y claridad con las que impartía sus conocimientos a cada alumno, al grupo de estudiantes de Taller con quienes discutía su trabajo, al grupo de colegas con quienes emprendía un proyecto o debatía sobre las tendencias de la arquitectura, y a los amigos con quienes compartía sus gustos por el arte, la música, la arquitectura, la literatura, sus experiencias de vida y las preocupaciones por los problemas del país y del mundo. Como ya se dijo, era una persona tímida, y esta característica parecería estar en consonancia con una pequeña dificultad para expresarse originada en la niñez, que se manifestaba como un ligero tartamudeo que le impedía hablar con la fluidez que requiere el orador. En los eventos públicos donde intervenía como uno de los protagonistas, lo hacía acompañado de escritos que le permitían comunicar sus ideas organizadas, sin peligro de algún incidente molesto.

ROBLEDO, Arturo. Hoja de vida elaborada en el año 2005.

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fig. 26. Arturo Robledo en un congreso en Caracas con otros participantes. Fotografía: autor desconocido.

De acuerdo con sus alumnos, Arturo Robledo en su actividad como docente de Taller dejó traslucir algunos aspectos de su ética personal y de su personalidad en general, tales como su gran sentido de lo social y de lo justo, junto con la capacidad para confiar en los demás. Estos rasgos, afirman ellos, se unían a la claridad y convicción con que exponía y transmitía sus ideas sobre la arquitectura, la cual partía de la aceptación de los numerosos y diversos determinantes externos que acompañan la generación del proyecto y la ejecución de la obra, como son entre otros, las características del lote, el tipo de cliente que la solicita, el programa que se propone, el presupuesto con el que se cuenta, la normativa vigente y el contexto socio-económico existente, para mencionar tan sólo algunos de ellos. Todo aquello que define la obra, más que obstáculos, lo consideraba como el material base de donde surgía el proyecto, con el que había que contar, trabajar y aprovechar al máximo. Como se mencionó al hablar de su formación, él era una persona de amplios conocimientos en temas diversos, que no se limitaban a la arquitectura sino que se extendían a la cultura en general, y que transmitía de manera espontánea a sus estudiantes y a las personas que colaboraban con él, lo mismo que a sus allegados en conversaciones informales. Lorenzo Fonseca quien fue su alumno, recuerda:

… El enamoramiento del grupo de “los buenos” (del grupo nuestro) con Arturo, se basaba en esa lógica que siempre lo acompañaba. Mejor dicho, había una racionalidad con la cual se quedaba uno –como dicen ahora– anonadado, porque se planteaban unas ideas, las hipótesis espaciales, y él, mediante la pregunta-respuesta, o el raciocinio lógico, o la conjetura y la refutación, nos iba haciendo caer en cuenta de que lo que estábamos diciendo no se reflejaba en los planos, o no tenía el sentido que uno creía plantear. Entonces él, de una manera muy didáctica, muy pedagógica, lo llevaba a uno a que se diera cuenta del error. Pero nunca decía “eso está mal”, “esto no sirve”, o “esto no sé qué…”, sino empezaba a indagar. O sea, a través de la pregunta nos conducía a que con la respuesta llegáramos a decir “la embarré”, “eso no debe estar ahí” o “el error está aquí”61.

La actitud distante que a veces demostraba, hizo que en muchas ocasiones lo consideraran como arrogante; sin embargo, como lo dicen sus amigos, éste era un rasgo asociado más bien con la timidez y las dificultades de comunicación, que superaba cuando encontraba al interlocutor adecuado para departir y disfrutar del conocimiento.

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Tomado del testimonio del arquitecto Lorenzo Fonseca sobre Arturo Robledo. Bogotá, enero de 2008. Recolectado para esta investigación.


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Cargos académicoadministrativos A propósito de algunas características del desempeño de Arturo Robledo en los cargos académico-administrativos, es de utilidad como preludio antes de examinar cada uno de ellos, empezar con las palabras de Fernando Montenegro Lizarralde que narran su propia experiencia: … Él, desde que lo conocía a uno, muy joven, iba entreviendo para qué servía. Por ejemplo, yo recuerdo muy claramente que fue la guía inicial de Carlos Niño por el lado de la historia. Él fue quien lo indujo a la idea de la investigación en torno a “Arquitectura y Estado” en el archivo del Ministerio de Obras Públicas. Posteriormente, recuerdo sus intenciones con otros colegas, con otros compañeros, para fundar la Escuela de Diseño Industrial. A mí, de alguna manera, me fue preparando en la noción de ser directivo de la Universidad Nacional desde muy joven. Él fue el decano que me recibió a mí cuando entré de profesor. Mi recuerdo, no sé si por intuición de él, o por necesidades del servicio, es que fui apareciendo desde muy joven como coordinador en el mismo Taller. Y eso fue por una guía especial de él. Él comprendía mucho. Obviamente, primero que todo, los arquitectos no servían todos para las mismas cosas. No estábamos uniformados intelectualmente. Cada uno podía ejercer un papel, un rol muy particular en el desarrollo de la academia, de la Universidad y de la profesión. Y eso lo hacía él en forma muy sabia, creo yo62.

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1960-1965 Primera decanatura: afianzando e integrando saberes En 1960, cuando Arturo Robledo ocupaba la Subdirección de Planeación Distrital, fue llamado para ser decano de la entonces Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional ( 27). Llegó a este cargo con la función de pacificador, pues acababa de ser destituido el decano Pablo Lanzeta, pero prontamente demostró su capacidad para orientar la institución, como lo reconocen los docentes de la época. Desde una posición firme, era capaz de reconocer las capacidades de cada uno y de darle el espacio para desarrollar sus ideas y propuestas. Conocía a fondo la situación del país pues, además de su disposición a reconocer y preocuparse por sus problemas sociales y económicos, acababa de ocupar un cargo oficial en Planeación Distrital. Esta circunstancia le había permitido acercarse a los temas de la planeación urbana y a las necesidades nacionales relacionadas con la construcción y crecimiento de las ciudades y de su arquitectura, y por ello no dudó en impulsar reformas que apuntaran a su conocimiento y solución. Su ejercicio profesional desde el inicio, en los años cincuenta, se había caracterizado por su claridad, rigor y búsqueda de nuevas propuestas, que lograba gracias a la actualización permanente en asuntos concernientes a la arquitectura y a la cultura. Esta experiencia y actitud ante el conocimiento también se constituían en respaldo importante para el cargo que se le encomendaba, el cual requería de madurez y criterios consistentes. Es necesario poner de presente que además del bagaje relacionado con

fig. 27. Arturo Robledo en su primera decanatura. Fotografía: Bené.

fig. 28. Arturo Robledo nunca abandonó su práctica profesional. Mientras estuvo en la academia, desarrolló diversos proyectos como el que se ilustra con el dibujo del proyecto de vivienda de interés social para la Supermanzana 5, urbanización Techo. Bogotá, 1961.

Tomado del testimonio del arquitecto Fernando Montenegro Lizarralde sobre Arturo Robledo. Bogotá, febrero de 2008. Recolectado para esta investigación.

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fig. 29. Arturo Robledo con docentes. Fotografía: autor desconocido. Con Guillermo Bermúdez y Hernán Vieco Con Hernán Vieco, Manuel Vicente Rojas y Reinaldo Valencia Guillermo Bermúdez, Enrique Triana y Sergio Trujillo

el saber disciplinar y el desempeño profesional, Arturo Robledo anteponía ante cualquier acción sus sólidos principios éticos, entre los cuales eran notorios, su preocupación porque la justicia estuviera presente en todas las decisiones, la confianza que depositaba en sus colaboradores y el respeto por la institucionalidad. Esta posición encontró respaldo en muchos pero también le representó numerosas dificultades que llegaron en algunas ocasiones a convertirse en obstáculos para sus logros profesionales y en enemistades que nunca pudo resolver. No obstante, como lo manifiestan quienes estuvieron en su cercanía, siempre mantuvo una actitud abierta y flexible a los diferentes comportamientos y modos de pensar. Lo que no admitía eran las faltas contra la ética. Durante su primer período de decano ocurrieron reformas académico-administrativas de importancia, y transformaciones en el pénsum que vale examinar con cuidado, pues muchas de ellas le dieron una nuevo rumbo a la carrera. Cabe manifestar que al ser el programa de arquitectura de la Universidad Nacional en Bogotá, el primero en abrirse en el país, y que muchos de sus egresados lideraban en aquel momento el panorama de la arquitectura nacional, cualquier viraje en la enseñanza que en él se desarrollara, se convertía en motivo de imitación, o al menos de cuestionamiento, para el resto de los programas de otras universidades que para la fecha, apenas se estaban iniciando. Con el fin de comprender los aportes de Arturo Robledo a la formación en arquitectura vale la pena detenerse en los cambios curriculares

58

que impulsó y apoyó en cada una de las áreas, partiendo de la confianza que depositaba en los proponentes y de la visión propia que poseía. Su decanatura impulsó a los docentes en sus propuestas y permitió que se dieran transformaciones significativas para lograr respuestas más adecuadas a la situación del país. Fue en ese momento cuando se cambió del sistema de régimen académico anual al semestral, y se abrió el pénsum a énfasis específicos. En el discurso de graduación de 1963, Arturo Robledo dijo lo siguiente:

No puede aspirarse, ni aun entendiendo el ejercicio de la arquitectura en un sentido más estricto –y soy uno de los que así lo entiende– a producir únicamente este tipo de arquitectos: no lo permiten ni las diferencias personales –de cultura, de temperamento, de situación económica, etc.– ni las diferencias del ambiente en el que se desenvuelve la actividad de cada uno. El progreso y la competencia de la profesión necesitan para su incremento de profesionales especializados en algún sector del campo general de actividades que cubre la Arquitectura o en campos afines de la misma. Es un fenómeno que ocurre en algunos momentos del crecimiento de una profesión, absolutamente inevitable, que corresponde a necesidades de su desarrollo. Aceptada esta premisa, la actitud universitaria más acorde con los requisitos del país y del momento, no es la de hacer más riguroso el filtro para obtener únicamente el producto más refinado, mientras los campos de especialización y las disciplinas colaterales se surten empíricamente, sino justamente salir al paso de estas necesidades, preparando académicamente, desde la misma escuela,


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al profesional especializado, dentro de una mayor flexibilidad en los planes de estudio, que sean más acordes con las necesarias, y respetables, diferencias individuales63. Los cambios propuestos en el pensum afectaron la enseñanza y marcaron una dirección. A continuación se describen algunos de ellos:

t

t

t

El urbanismo t

Como se mencionó, cuando Arturo Robledo ingresó a su primera decanatura acababa de desempeñarse como subdirector de Planeación Distrital bajo la dirección de Carlos Martínez. Esta experiencia centrada en la puesta en marcha del plan piloto para Bogotá y en la expedición de algunas normas de gran importancia sobre temas como la protección del patrimonio, le dio un vasto conocimiento de la ciudad y de su problema urbano. Era el momento en el que ya se estaba presentando un crecimiento desbordado de las ciudades, y los problemas urbanos exigían de herramientas adecuadas para su solución. La formación no podía hacer caso omiso de dicha circunstancia y debería preparar a los estudiantes para abordarlos. Por ello, al asumir el nuevo cargo, y con el apoyo de algunos docentes formados en la materia en el exterior, apoyó la implementación de cinco cursos que buscaban, en palabras de Hans Rother Treunfels, los siguientes objetivos: t

t

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Adquirir una visión de conjunto sobre los problemas del diseño urbano, para ubicar la obra de arquitectura adecuadamente con los intereses de la comunidad. Este objetivo comprende varios aspectos:

t

t

t

Capacidad de plantear los diseños de edificios aislados y de conjuntos integrados en el contexto urbano. Desarrollo del sentido de conjunto en el tratamiento de los temas buscando enlace entre el proyecto arquitectónico y la ciudad. Comprensión del significado, método e imperfecciones de las autoridades municipales, en el control de las actividades privadas de edificación y programas públicos. Aprender técnicas mínimas en planificación que le permitan al arquitecto aceptar responsabilidades de participación y aún de dirección de estudios urbanísticos en ciudades menores y trabajos en equipo en ciudades mayores. Conocer la unidad de objetivos y las relaciones estrechas existentes entre los diversos niveles y sectores de planificación urbana, regional y nacional: física, económica y social. Crear interés en los estudiantes hacia una actividad donde se requería un número mayor de técnicos y dirigir a los arquitectos hacia la realización de estudios adicionales (Angulo Flórez, 1987). Además de los mencionados, también fue posible establecer cinco cursos dedicados a enseñar la historia de la ciudad en relacióncon las condiciones sociales de cada época. Los profesores que estuvieron al frente de ello fueron Leonardo Ayala Giraldo, Edgar Burbano Pérez y Luis Raúl Rodríguez Lamus.

fig. 30. Arturo Robledo con docentes y otros. Fotografía: autor desconocido. Con Germán Samper Con Alberto Estrada Con visitantes japoneses

Las modificaciones ocurridas estimularon el inicio de la investigación en los temas de la ciudad y fueron antecedentes de diferentes cursos en planeación, como el que se abrió en 1966, con el liderazgo de Manuel García Camacho, y del arquitecto

ROBLEDO, Ocampo, Arturo. “Palabras en acto de graduación de 1963” (citado en Angulo Flórez, 1987: 124-125).

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francés, recién llegado al país, Jacques Aprile-Gniset, quien desde un comienzo se destacó como investigador de las ciudades colombianas. Con hechos como éste, se concretaba una de las orientaciones propuestas por Arturo Robledo, como era la de dar cabida a las especializaciones en la formación del arquitecto de tal modo que pudiera responder a las nuevas realidades (Angulo Flórez, 1987).

Las estructuras Es pertinente recordar que en los inicios de los años sesenta se vislumbró un enfoque diferente en la enseñanza de las estructuras y se empezó a trabajar en esa dirección pues, como lo relata Jairo Novoa Chaparro64, en ese momento se reconoció que la aplicabilidad de lo aprendido en esta materia, en los procesos de diseño y de construcción de la obra, era poco, pues la pedagogía utilizada y el saber transmitido estaban ligados a una formación matemática en abstracto, más relacionada con en el campo de la ingeniería, y que era preciso, iniciar un proceso que llevara a un aprendizaje de las estructuras ligado a la arquitectura misma. En este sentido fue de mucha conveniencia la visita en 1964, la Universidad de Maracaibo, del profesor Kurt Siegel, de la Universidad de Stuttgart, con el fin de dictar un curso al cual asistió como representante de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, el profesor Hernando Pinzón. A partir de allí se iniciaron una serie de contactos con el profesor Siegel y con la universidad a la que estaba vinculado, los cuales dieron sus frutos en 1969, cuando se estableció un convenio para que docentes colombianos fueran a dicha universidad, a adquirir nuevos métodos para la enseñanza de las estructuras. Fue el profesor Jairo Novoa Chaparro el primero en aprovechar el convenio.

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NOVOA CHAPARRO, Jairo y HERNÁNDEZ, Luis Gillermo, “Sobre la enseñanza de las estructuras” (Angulo Flórez, 1987: 65).

Entre los temas que cobraron relevancia estaba el estudio para realizar la carrera de Construcción y la creación de un laboratorio de materiales65. El primero de ellos nunca se pudo concretar en la sede de Bogotá, al contrario de lo que sucedió en Medellín, donde este programa se inició en 1968. Entre los profesores que se vincularon con la enseñanza de las estructuras y los procesos de construcción de la obra, figuraban: Julio Arrieta Jiménez, Juan Antonio García y García, Camilo Mayo Caicedo, Hermes Paixao da Silva, Hernando Pinzón Isaza, Luis Francisco Ruiz Perutty, Rafael Serrano Camargo, Gabriel Solano Mesa, Luis Alejandro Tobar Sánchez, Abraham Winner. De los nombrados, siete eran ingenieros, y estaban dedicados a la enseñanza de Matemáticas y Resistencia de Materiales66.

La historia y la teoría Carlos Niño Murcia se refiere a la enseñanza de la historia y la teoría de la arquitectura de ese momento, en los siguientes términos: En el año 1960 fué adoptado un pénsum con dos o tres primeros semestres de humanidades (ideas generales, literatura, etc.) y, solamente a partir del séptimo semestre, con cuatro cursos de historia de la arquitectura. Ya se utilizaban los nuevos autores, Giedion, Pevsner, Zevi, aunque se les conoce más por discusiones generales en la Facultad que por los cursos de historia propiamente dichos. (Angulo Flórez, 1987: 54).

Para 1960 continuaba como docente de la cátedra de Teoría, Leopoldo Rother Cuhn, y de la de historia, su hijo Hans Rother Treunfel. Entre 1961 y 1963, Rogelio Salmona Mordols se incorporó a

65 66

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Documento de la División de Archivo y Correspondencia, Universidad Nacional, Bogotá, 1961-1965. Documento de la División de Archivo y Correspondencia, Bogotá, 1961.

esta última y allí transmitió los conocimientos aprendidos en la Escuela de Altos Estudios de París donde asistió a los cursos de Pierre Francastel (Angulo Flórez, 1987: 54). En 1962 regresó de Alemania Alberto Corradine Angulo, y junto con Helga Mora de Corradine, Hans Rother Treunfels, Manuel García Camacho y Reynaldo Valencia Rey impulsaron la investigación en la historia de la arquitectura en Colombia, y dieron comienzo a diferentes trabajos sobre la arquitectura colonial y otras temas67. En esta época visitó el país el arquitecto argentino Mario Buschiazzo en un viaje que tenía como propósito promover los estudios de la historia de arquitectura en los diferentes países de América Latina, y la creación de institutos de investigaciones estéticas. Su visita y el propósito que la respaldaba despertaron un gran interés en el tema y un nuevo estímulo para las investigaciones sobre el patrimonio colonial y para la enseñanza de dichos temas. Como apoyo para la docencia de las materias de historia se logró recolectar un valioso material visual y bibliográfico.

El proyecto El proyecto se consideraba como el eje de la formación alrededor del cual giraban el resto de saberes de la profesión. Sus clases se impartían en el espacio del Taller con independencia de las demás asignaturas. El profesor de Taller poseía un saber integral que incluía los conocimientos requeridos para la gestación del proyecto arquitectónico y la configuración de la obra, y el éxito de su labor dependía de que fuera, él sólo, capaz de transmitirlos. En ese sentido la experiencia en construcción arquitectónica era necesaria para asegurar una bue-

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NIÑO MURCIA, Carlos. “Sobre la enseñanza de la historia y la teoría” (Angulo Flórez, 1987: 54).


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na transmisión del oficio. La formación en las humanidades (entre las que figuraba la historia), quedaba a la iniciativa de cada profesor, y ello marcaba diferencias importantes entre los docentes responsables del curso. Los mejores docentes de la época eran aquellos que además de transmitir el oficio, situaban la obra en relación con la cultura.

de vivienda relacionados con el desarrollo de la ciudad, en la renovación urbana y en el desarrollo de los equipamientos.

… considero necesario insistir, con el mayor énfasis, en que la arquitectura puede y debe realizarse, con el mismo amor y la misma atención, en los niveles que tradicionalmente se han venido considerando como los más bajos de la sociedad; que la obra de arte no puede aspirar a la perfección sino en la medida en que deba vencer dificultades, y que aun los desheredados de la fortuna pueden aspirar al goce de la poesía del espacio, que les brinda el arquitecto68.

Las nuevas tendencias de la arquitectura llegadas a través de los profesores que venían del exterior y de los libros y revistas disponibles en la ciudad, alimentaban las discusiones internas. Entre éstas cabe recordar la que se dio desde mediados de los años cincuenta entre quienes defendían la arquitectura orgánica y aquellos que apoyaban el llamado racionalismo. A la par que se tenía información de la arquitectura finlandesa, especialmente de la obra de Alvar Aalto, algunos arquitectos que regresaron al país trajeron un mayor conocimiento de ella y en general de las tendencias organicistas. Fue el caso de Dicken Castro que recién llegaba de Estados Unidos, y de Rogelio Salmona que, si bien venía de trabajar con Le Corbusier, a su llegada proponía separarse de la tendencia racionalista impulsada por éste y acogerse a las posibilidades que planteaba el organicismo. Estos arquitectos, con Fernando Martínez Sanabria como uno de ellos, empezaron a centrar sus puntos de vista sobre esta tendencia. Rogelio Salmona, por ejemplo, a raíz de que en el concurso para el edificio del colegio Emilio Cifuentes, en Facatativa, no se le otorgó el primer premio al proyecto presentado por Fernando Martínez Sanabria, escribió una carta que a la luz de la mirada actual, se ha considerado como un manifiesto a favor de la arquitectura orgánica (G. D. Rodríguez, 2008).

Además de que la vivienda social se convirtió en tema central de diferentes talleres, muchos de los docentes participaron y se enriquecieron académicamente, en la realización de proyectos

Fue en este momento cuando la enseñanza del Taller empezó a profundizar en una arquitectura moderna ligada al paisaje circundante y construida con base en materiales tradicionales,

En su primera decanatura, Arturo Robledo propuso con gran convencimiento, la vivienda social como tema prioritario para los talleres. Esto lo proclamó en medio de la celebración de los veinticinco años de fundación de la Facultad, para la cual se preparó un gran evento que comprendía entre otras actividades, una exposición de proyectos arquitectónicos que fue preludio de lo que serían las bienales de arquitectura de la Sociedad Colombiana de Arquitectos iniciadas en 1962. En el discurso de inauguración del evento, Arturo Robledo resaltó el papel social del arquitecto y su obligación de atender el problema mencionado. Él dijo:

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sin negar las posibilidades de las estructuras en concreto. Con ello se emprendió en el ámbito profesional, la búsqueda de nuevos lenguajes para la arquitectura del país, que plantearon no solo la necesidad de reconocer sus condicionantes de orden socio-económico, sino también las posibilidades plásticas sugeridas por sus paisajes y los materiales tradicionales, y las bondades de las tradiciones constructivas para su materialización. De esas búsquedas y discusiones se alimentaron importantes realizaciones como las casas Wilkie y Calderón de Fernando Martínez Sanabria, el conjunto del Polo de Guillermo Bermúdez y Rogelio Salmona, y más tarde, las Torres del Parque de Rogelio Salmona. Arturo Robledo desde la decanatura apoyó y participó de la discusión con sus propios criterios. En su arquitectura siempre vinculó lo racional constructivo con lo sensible de la forma, que incluía el manejo de la escala y de manera específica de la proporción, además del cuidado por la calidad volumétrica y espacial. Sus realizaciones nunca dejaron de demostrar un diálogo abierto con la conformación de paisaje natural y urbano sin perder la sistematización y el rigor que exige la práctica del oficio. En las listas de la época, figuraban los siguientes profesores de Taller: José María Arboleda Duque, Ricardo Anzola Betancur, Guillermo Bermúdez Umaña, Rodrigo Bonilla Escobar, Edgard Burbano Pérez, Jaime Castell Centanaro, Dicken Castro Duque, Manuel García Camacho, José María García Amaya, Julián Guerrero Borrero, Hernán Herrera Mendoza, Gabriel Largacha Manrique, Roberto Londoño Domínguez, Fernando Martínez Sanabria, Eduardo Mejía Tapias, Luis Alfredo Pinto Ramírez,

ROBLEDO OCAMPO, Arturo. “Discurso en los 25 años de la Facultad de Arquitectura, 1936-1961”, en la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, octubre 19 de 1961 (Escala, No. 5, 1963).

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Ignacio Piñeros Torres, Rogelio Salmona Mordols, Luis Tamayo Ricaurte, Néstor Tobón Botero, Enrique Triana Uribe, Reinaldo Valencia, Rey Ricardo Velásquez Mazuera, Hernán Vieco Sánchez y el mismo Arturo Robledo. De estos, siete habían realizado estudios en el exterior69. Muchos de los docentes nombrados marcaron durante casi tres décadas la enseñanza del Taller en la carrera de Arquitectura de la Universidad Nacional, y la enriquecieron a través de los años con su permanente y calificado desempeño profesional. Muchos fueron ganadores de bienales de arquitectura, de concursos para la realización de diversas obras, y participaron en importantes proyectos promovidos por el Banco Central Hipotecario y el Instituto de Crédito Territorial. Son ejemplo de lo dicho, los premios obtenidos en las bienales colombianas de arquitectura de 1962 y 1964 por docentes de la Facultad. En la primera de ellas el primer premio lo ganaron Gabriel Serrano Camargo y Gabriel Largacha Manrique con el Edificio de Ecopetral en Bogotá; y en la segunda, Guillermo Bermúdez Umaña obtuvo premio con la “Residencia Bravo (Angulo Flórez, 1987: 141). De esa época data el concurso para la remodelación de la plaza de Bolívar de Bogotá cuyo ganador fue Fernando Martínez Sanabria (Angulo Flórez, 1987: 143). En la Universidad se impulsó el concurso para un nuevo edificio para la Facultad de Arquitectura y el ganador fue Hernán Herrera Mendoza.

La tesis Un hecho importante ocurrido durante la primera decanatura de Arturo Robledo, tuvo que ver con el cambio de reglamento para la presentación de la tesis y la graduación de los estudiantes.

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Documentos del Archivo Central, Universidad Nacional, entre los años 1961 y 1965.

Sucedía que en ese entonces, al terminar los estudios, los estudiantes presentaban su propuesta de proyecto de tesis, pero no tenían que desarrollarla de inmediato, sino que podían obtener del Consejo Profesional de Arquitectura e Ingeniería un permiso hasta por cinco años, para trabajar en la profesión. A menudo, la vinculación laboral que adquirían les retrasaba el grado o era causa de que muchos de ellos nunca terminaran sus tesis. Con miras a solucionar esta situación, Arturo Robledo propuso un reforma en los reglamentos referentes a la tesis, y logró que se estableciera una norma mediante la cual un alto número de aspirantes a arquitectos que tenían el título represado, luego de cumplir con ciertos requisitos, pudiera graduarse. Eduardo Angulo cuenta este hecho de la siguiente manera: … Él ayudó mucho a que algunos pudieran o terminar las materias que tuvieran pendientes, o cursar una, y eliminó la tesis para un grupo de personas que había terminado totalmente las asignaturas de la carrera; para ellas se hizo un grado colectivo. Mucha de esta gente, entre ellos yo –que duré como dos años sin empezar a trabajar la tesis–, cuando terminaba llevaba sus notas al Consejo Profesional, y allí le daban por cinco años una licencia que se llamaba “matrícula provisional de arquitecto”. Entonces era posible ejercer la profesión durante ese tiempo sin ningún tipo de limitación. Ya cuando se terminaba el plazo lógicamente la matrícula se vencía, y se le acababa a uno el permiso para poder ejercer. Tal vez por esta matrícula provisional las personas dejaban empezada su tesis, y simplemente se quedaban muchas de ellas en el aire70.

70

Testimonio de Eduardo Angulo, ya citado.

Para cerrar: Arturo Robledo sabía de la importancia de construir comunidad académica en los niveles nacional e internacional y por ello aprovechó la oportunidad de fortalecer lazos mediante su asistencia en calidad de decano, a diferentes eventos entre los cuales pueden mencionarse: el II Congreso Latinoamericano de Facultades de Arquitectura realizado en México en 1961, el II Seminario de Facultades de Arquitectura realizado en Cali en 1963, y el III Congreso Latinoamericano de Facultades de Arquitectura realizado en Córdoba, Argentina, en 1964. Además de sus tareas como cabeza de la Facultad de Arquitectura, participó activamente, como decano asesor de la rectoría, en la formulación de la reforma de la Universidad del año 1965, la cual contó con el liderazgo del rector José Félix Patiño. Esta reforma, de carácter académico-administrativo, logró congregar diferentes disciplinas existentes en la Universidad en torno a nuevas y amplias facultades conformadas en razón de las grandes áreas del conocimiento. Una de ellas fue la Facultad de Artes que se conformó con las carreras de Arquitectura, Bellas Artes y Música.

1966. Vicerrector y rector encargado. Puesta en marcha de la reforma universitaria de 1965 Con el fin de colaborar con la rectoría en la puesta en marcha de la reforma recién aprobada, Arturo Robledo durante 1966, se desempeñó como vicerrector de la Universidad Nacional.


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Son de resaltar dos de las tareas que en este cargo llevó adelante, la primera, el apoyo dado a la consolidación académica de la reforma; y la segunda, el apoyo al desarrollo de la planta física de la Universidad de acuerdo con los requerimientos de la nueva organización. La reforma de 1965 que aún continúa vigente a pesar de diversas modificaciones, ha sido de gran significación para la Universidad en general, y de manera particular para el campo de las artes, pues sus disciplinas y profesiones han tenido la posibilidad de contar con un estatuto que les ha permitido gozar de las mismas oportunidades que el resto de los campos del saber de la Universidad, algunos de ellos relacionados con el conocimiento científico proveniente de las ciencias naturales y de la salud, y otros con el de las ciencias humanas, en un momento como el actual, cuando la investigación se ha convertido en uno de los principales retos del sistema educativo nacional e internacional. Las artes habían estado presentes en la Universidad desde su creación en 1867, a través de la Academia de Bellas Artes y del Conservatorio de Música; posteriormente, en 1929, la Arquitectura hizo su ingreso formal como un departamento de la Facultad de Ingeniería, y en 1936, como facultad independiente. La reunión en torno a la Facultad de Artes de estas tres profesiones, la música, las bellas artes y la arquitectura, determinó un cambio en la orientación de cada una ellas, pues si bien la nueva situación reconocía sus propias particularidades y oficios, también las impulsaba a constituirse como disciplinas con pedagogías y maneras particulares de enfrentar y crear conocimiento. Para

la arquitectura este suceso fue de gran significación pues no se integró con las ingenierías, asociadas predominante con las matemáticas y las tecnologías, sino que se afirmó en su pertenencia a las artes, con su relación con la estética y la cultura. La visión de Arturo Robledo fue definitiva para esta decisión. Acerca de la creación de la Facultad de Artes, el arquitecto Fernando Montenegro comenta: … Por eso cuando se funda la Facultad de Artes, él es quien la arma, y él es quien tiene la intención de reunir a la Escuela de Bellas Artes, al Conservatorio Nacional y a la Facultad de Arquitectura en una sola facultad, la Facultad de Artes, con muchas resistencias en esa época. El mismo Arturo me lo confesó, me lo dijo en algunos momentos. Tuvo problemas también llevado por su carácter de organizador, cuando llegaban los artistas plásticos a atacar el edificio de Arquitectura. Recuerdo una anécdota en que él mandó cerrar la puerta, no porque se opusiera a los artistas, todo lo contrario, Arturo fue de las personas que creyó en el arte como una manera integral de entender la cultura; sencillamente lo hizo porque él entendía que no se trataba del trasteo de cosas dentro la Universidad, sino de la organización de una nueva facultad, y eso es algo que hay que entender con mucha claridad. O sea que la conformación de una gran Facultad de Artes no era la gran reunión en un mismo cajón de tres entidades viejas, sino que era una manera distinta de entender la Universidad y, por lo tanto, había que hacer una transformación radical.

Entonces, toda esa anécdota de cerrar las puertas del edificio, cuando llegaron los camiones con el trasteo, lejos de ser un rechazo como algunos lo vieron, era claramente una intención de que ellos acudieran a una facultad nueva, y de que la institución que venía en los camiones ya no existía. Se trataba de una nueva institución, y había que verla con esos ojos71.

En el momento de la creación de la Facultad de Artes, la carrera de Arquitectura contó con cuatro departamentos, a saber: el Departamento de Arquitectura, encargado del proyecto; el de Construcción, el de Dibujo y el de Urbanismo. El Conservatorio de Música se integró como Departamento de Música, y las Artes Plásticas como Departamento de Bellas Artes. Puede decirse que la nueva organización fue de gran importancia para el desarrollo y concepción de las artes en el país, pues además de lo expuesto, por primera vez se les dio una clara legitimidad dentro de las áreas de conocimiento de la Universidad. El plan para el desarrollo de la planta física de la Universidad, como se dijo, fue otra de las acciones relevantes que apoyó la vicerrectoría de Arturo Robledo. La dirección de los proyectos tuvo como responsables a los arquitectos Eduardo Mejía Tapias y Ricardo Velásquez Mazuera, y su construcción contó con un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo. El plan comprendió una remodelación de la Plaza Santander, hoy Plaza Che, un edificio para la biblioteca central, el Auditorio León de Greiff que fue ganador de la bienal de 1974-1975, la Torre Administrativa y el Museo de Arte.

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Testimonio de Fernando Montenegro Lizarralde, ya citado.

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1977-1980. Segunda decanatura: desarrollos disciplinares, el impulso a la investigación y a la extensión Arturo Robledo fue nombrado decano de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional en 1977, para suceder a Ricardo Velásquez Mazuera. A su llegada debió enfrentar grandes retos, pues el final de los años setenta exigía la consolidación de un pénsum que había estado fuertemente cuestionado desde finales de la década anterior, principalmente por los estudiantes que se manifestaban dentro de la Universidad, al igual que en otros países del mundo, contra los autoritarismos y dependencias, y exigían programas más acordes con la realidad nacional. Era el momento del impacto mundial del “Mayo del 68” francés, del auge de los movimientos de izquierda, que en diferentes países de América Latina solicitaban la transformación de los regímenes establecidos mediante expresiones ligadas e inspiradas, muchas de ellas, en la revolución cubana, y, también, era el tiempo de la politización de la enseñanza en varios lugares del mundo y particularmente, en las universidades públicas colombianas. Estas circunstancias contribuyeron a que al final de la década de los años setenta, se hiciera necesario una enseñanza que recuperara la naturaleza misma de las disciplinas que se habían desdibujado en el afán por encontrar explicaciones económico-políticas a las desigualdades existente, sin dejar de asumir una posición ante los diferentes problemas que aquejaban al país y a América Latina.

fig. 31. Parque Metropolitano Simón Bolívar, Bogotá. 1980-1992. Fotografía: Carlos Hernández Llamas

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fig. 32. Arturo Robledo en su segunda decanatura Fotografía: María Esther Galvis

Arturo Robledo como decano debía encontrar respuestas a las demandas de los estudiantes de artes, y de manera particular de los de arquitectura. El país exigía profesionales preparados para atender diferentes urgencias del habitar que se producían de manera acelerada sin rumbo ni control alguno. La Universidad entendió la situación y Arturo Robledo fue uno de sus líderes para llevar adelante algunas de las transformaciones requeridas en los campos de la docencia, la investigación y la extensión. Su actividad no se dio solamente en la Facultad de Artes sino que se extendió al Consejo Superior Universitario donde actuó como decano representante del Consejo Académico. En algunos lapsos de este período debió atender funciones relacionadas con la dirección general de la Universidad, como sucedió entre febrero y abril de 197872, cuando se desempeñó como rector encargado, y durante 1979, cuando hizo parte del Comité Operativo para la reforma de la Ley Orgánica de la Universidad. A continuación se resaltarán algunos de sus logros.

La flexibilización del currículo Como decano comprendió la conveniencia para la calidad de los profesionales a formar, de la flexibilización del pénsum de cada uno de los programas de la Facultad, mediante la implantación de diversos énfasis que permitieran a los estudiantes prefigurar sus campos de desarrollo disciplinar y prepararse para una práctica profesional acorde con las necesidades del país, y a través de reglamentaciones específicas para superar algún obstáculo en la formación. Sobre el particular comenta Manuel Vicente Rojas, vicedecano de entonces:

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Documento de la División de Archivo y Correspondencia, de la Universidad Nacional de Colombia, entre 1977 y 1980.

… Y ahí me pidió el favor de que lo acompañara como su vicedecano. En la vicedecanatura, después de ver todo eso que habíamos encontrado, y el problema tan grave de pénsum que tenía la Facultad, porque se había cambiado dos veces, y no se habían pasado los cambios por el Consejo Académico, ni se habían pasado por Consejo Superior. Resulta que el problema que se presentaba era que los graduados durante esa época, si se iba al fondo del asunto, no estaban graduados, y los que se iban a graduar tampoco. Bueno; ¿y entonces qué se hizo? El Consejo de la Facultad se echó para atrás. Se tomó el último pénsum del programa. Se miró qué materias faltaban y qué materias sobraban, y se les dijo a los alumnos que pensábamos que iba a haber un problema supremamente grave, que todo lo que habían hecho en ese año y medio estaba invalidado, a menos que coincidiera con el pénsum anterior. Y se organizaron una serie de cursos intensivos. Y se realizó un trabajo de dos meses. Todo el mundo hizo un curso intensivo para completar las materias que no se habían dictado, y que se habían quitado sin aprobaciones. Un ejemplo de eso fue la geometría descriptiva, que antes era de cinco semestres, y era opcional. Entonces nadie la tomó. Tocó hacer unos cursos intensivos para remediar cinco semestres en el tiempo en que ya se iban a graduar. Fue una labor fuerte, y a partir de todo eso Arturo le dijo al Consejo que él quería hacer el pénsum nuevo, pero no de arquitectura sino de la Facultad total. Y entramos en un trabajo muy intenso, en el cual lo acompañé yo bastante, para hacer el pénsum nuevo de la Facultad73.

73

Tomado del testimonio del arquitecto Manuel Rojas sobre Arturo Robledo. Bogotá, diciembre de 2007. Recolectado para esta investigación.


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Una reforma para resaltar en esta dirección para resaltar, fue la intensificación de las materias al final del currículo. En el caso de arquitectura, cada uno de los saberes que participaba en la concepción y configuración de la obra empezó a consolidarse como saber autónomo, más allá de su convergencia en el proyecto, y ofreció énfasis específicos, desde el Departamento correspondiente. El Departamento de Arquitectura estaba encargado de la enseñanza del proyecto, que continuaba siendo el punto de convergencia de los demás saberes, y el eje de la formación; el de Construcción atendía todos los aspectos relacionados con la materialización de la obra y profundizaba en los temas atinentes; el de Dibujo impartía las asignaturas destinadas a adquirir conocimientos y destrezas en la expresión y la representación del proyecto; y el de Urbanismo se dedicaba al estudio de los temas inherentes a la ciudad y el territorio. La historia se dictaba en la Facultad de Ciencias Humanas.

Los énfasis en urbanismo Entre los énfasis implementados se menciona el de urbanismo cuyas asignaturas y contenidos comenzaron a tener una gran presencia en la Facultad. El profesor Hans Rother Treunfels lo recuerda, a manera de objetivos, en los siguientes términos: t

t

t

Iniciar al arquitecto en el manejo de los distintos mecanismos que controlan el desarrollo urbano (Angulo Flórez, 1987: 62).

Estas transformaciones en la enseñanza se alimentaron como en el caso de su primera decanatura, con docentes formados en el exterior, los cuales, además de ser los encargados de llevar adelante los programas propuestos, estaban comprometidos con la formulación de posgrados, entre los que figuraba el de Urbanismo y Planificación, en cuya creación se había empezado a trabajar desde 196774. Todos estos hechos requirieron de la presencia del decano que los apoyó y aprobó políticas para su ejecución.

El impulso a la investigación y la renovación de la enseñanza de la historia Como hecho central de este período, Arturo Robledo advirtió la necesidad de otorgarle un espacio académico propio a la investigación, que si bien había sido planteada como uno de los pilares de la Universidad, en la reforma 1965, en la Facultad de Artes aún no contaba con unidad académica con destino explícito para ello, pues aunque los departamentos la incluían como una de sus funciones, su principal actividad se concentraba en la docencia. En sus propias palabras él dice:

A comienzos de la década de los años sesenta, sexta del siglo, iniciamos en las Facultades de Arquitectura de las Universidades Nacional y Javeriana el estudio y levantamiento de nuestra arquitectura histórica, con participación de los estudiantes, por el período colonial. Casi veinte años más tarde, desde el decanato de Artes, se dio un nuevo impulso al rescate, al menos

Profundizar en el conocimiento de la ciudad y sus modelos teóricos inherentes a su desarrollo histórico. Conocer y definir el campo del arquitecto como diseñador urbano y las posibilidades de intervención real en la construcción de la ciudad.

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documental, de tradiciones más recientes, pero no menos valiosas, cuyos protagonistas comenzaban a desaparecer al tiempo con su obra, sin que de ellos quedara siquiera testimonio, amenazado no solo por la demolición sino también por el olvido. Esta iniciativa tuvo una acogida afortunada, fruto de la cual son varias monografías, algunas publicadas y otras en proceso, registro hasta entonces en buena parte inédito, pero indispensable en la filiación de nuestra herencia cultural, al que estos volúmenes contribuyen de manera notable (A Robledo en N. Tobón, 1989: 11-13). Fue así como se creó en 1978, el Instituto de Investigaciones Estéticas como una base transversal para la investigación en los campos de la historia y la teoría de las diferentes disciplinas de la Facultad de Artes, y del patrimonio cultural del país. En su propuesta de creación se venía trabajando desde los años sesenta, luego de la visita del profesor argentino Mario Buschiazzo, la cual como se dijo anteriormente, tenía el objetivo de fomentar la investigación histórica y la creación de institutos de investigaciones estéticas con base en los modelo de los ya existentes, el Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Autónoma de México y el Instituto de Estudios Americanos Mario Buschiazzo de la Universidad Nacional de Buenos Aires. La iniciativa del profesor argentino ya había dado sus frutos en Colombia, primero en 1973, con la creación del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Javeriana, y luego en 1972, con la del Centro de Investigaciones Estéticas de la Universidad de los Andes. El primer director del Instituto, el crítico de arte Germán Rubiano Caballero, recuerda su

El posgrado en Urbanismo tuvo posibilidad de concreción en 1984, pero solo se inició como maestría en Urbanismo en 1991.

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creación y al decano de entonces, Arturo Robledo, con las siguientes palabras: … De esa manera, al año siguiente, en 1978, yo ya estaba en la Facultad, y muy pronto nació el Instituto de Investigaciones Estéticas. Allí estuve durante dos años largos, muy cerca de Arturo, por el cargo de director que tenía. Tuve la mejor de las impresiones de él. Era un hombre absolutamente serio, discreto, de pocas palabras –y me encanta la gente que habla poco, pero que está diciendo cosas siempre importantes–, que nunca se iba por las ramas, sino que iba al grano, a los puntos clave que había que tratar, no solamente en la Facultad, sino ya en términos personales75.

… También recuerdo las muchas veces en que él leía algún texto que yo había escrito… Generalmente le gustaban mucho, pero nunca dejaba de decir en qué no estaba de acuerdo y por qué, y hacíamos discusiones interesantes, porque, ya al final, no había esa diferencia jerárquica, y nos hablábamos con la diferencia de edades, pero nos hablábamos horizontalmente y discutíamos fuerte76.

Entre las investigaciones de la época que recibieron decidido apoyo de Arturo Robledo, figura la de Néstor Tobón Botero, “La Arquitectura de la Colonización Antioqueña”, para la cual él mismo realizó el prólogo. En éste escribe:

Cuando, hace diez años, analizábamos sus tentativas para formular un programa de investigación para su año sabático en la Universidad, que integrara su formación de arquitecto y planificador urbano con sus estudios de ciencias sociales, tuve el acierto de inducirlo al tratamiento del asunto que, desde entonces, habría de absorberle toda su capacidad de trabajo y llegaría a constituirse en justificación de su vida (A. Robledo, en N. Tobón, 1989: 11).

Además de la creación misma del Instituto, Arturo Robledo apoyó con vehemencia, la conformación del Archivo de Arquitectura que dio pie a notables investigaciones, como “Arquitectura y Estado” de Carlos Niño Murcia. En el prólogo de su publicación, este arquitecto investigador le da los agradecimientos con las siguientes palabras: Quiero agradecer expresamente a: Arturo Robledo, decano de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional (1977-1980), generador e impulsador del Archivo de Arquitectura –dentro del cual se inscribe esta investigación– por su apoyo incondicional y permanente al trabajo, (…) (Niño Murcia, 1991: 11).

Este mismo arquitecto también se refiere a su actitud crítica hacia el conocimiento producido, cuando dice:

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Testimonio de Germán Rubiano Caballero, ya citado.

En el Instituto de investigaciones Estéticas se congregaron los profesores de la Universidad que dictaban las historias en los programas de la Facultad de Artes. Su pertenencia a esta unidad académica los responsabilizaba a llevar adelante investigaciones sobre su área de conocimiento y a impartir la docencia en el área. Es de recordar que a la llegada de Arturo Robledo a su segunda decanatura, las asignaturas de historia pertenecientes al pén-

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Testimonio de Carlos Niño Murcia, ya citado.

sum de Arquitectura, se dictaban algunas en el Departamento de Urbanismo y otras en el Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Humanas, que también atendía los departamentos de Bellas Artes y Música. Al no existir en el país una carrera de Historia del Arte, las clases estaban a cargo de algunos profesores formados en las áreas de humanidades, de otros que habían realizado estudios de historia del arte en el exterior, y de otros que habían adquirido los conocimientos en este saber, de modo autodidacta. Desde el comienzo de su labor, Arturo Robledo tuvo como uno de sus propósitos apoyar la enseñanza de esas asignaturas y adelantó acciones en esa dirección. Esperanza Mojica, alumna de la época, recuerda: … Arturo Robledo nos introdujo los seminarios de historia que no teníamos antes. Por eso nosotros empezamos a estudiar a Le Corbusier, porque él propuso, unas electivas: la ciudad colombiana, la historia precolombina… Él trajo a Hernando Camargo otra vez, y lo puso a hablar de Le Corbusier, y nosotros asistíamos encantados, y ahí estábamos todos los del grupo77.

La creación de la carrera de Diseño Industrial La Facultad de Artes en 1977, había agregado a sus programas originales, Arquitectura, Bellas Artes y Música, el de Diseño Gráfico. Este último se inauguró como estudios en publicidad hacia el año 1968, y posteriormente se consolidó como la carrera de Diseño Gráfico, dependiente del Departamento de Bellas Artes. En 1978, se agregó a los

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Tomado del testimonio de la arquitecta Esperanza Mojica sobre Arturo Robledo. Bogotá, febrero de 2008. Recolectado para esta investigación.


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mencionados, el Departamento de Diseño Industrial. Este programa se derivó del de Arquitectura, como respuesta a la demanda de profesionales formados en ese campo. Su propuesta y aprobación provino de algunos docentes arquitectos de la Facultad que se habían orientado hacia la práctica de esta profesión. El programa fue respaldado por el decano, el Consejo Directivo de la Facultad y las otras instancias de la Universidad. Sobre la creación del Departamento de Diseño Industrial, comenta Fernando Montenegro: … Un gran académico que reconoce claramente el carácter distintivo de la Universidad, sabe para dónde va la Universidad y propone una nueva, no una de retazos: en esa perspectiva, por ejemplo, le encarga a Guillermo Sicard y a Ramiro Achury la conformación de la carrera de Diseño Industrial, que posteriormente fue creciendo, y con otros sectores distintos promueve la fundación de una carrera de Cine y Televisión, la fundación de una carrera de Diseño Gráfico, que se fueron creando todas a partir de ese tronco. Y digamos que la línea de alejarse de las antiguas escuelas de arquitectura, de artes plásticas y del conservatorio, para crear una universidad nueva, se muestra con esos signos78.

El apoyo a la extensión universitaria Un notable avance para la extensión universitaria durante esta decanatura, fue la creación del Centro Hábitat. En él se reunieron los intereses investigativos del Departamento de Urbanismo y los del Servicio Interamericano de Información sobre Desarrollo Urbano, SINDU.

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Testimonio de Fernando Montenegro Lizarralde, ya citado.

Este último había sido concebido como la unidad encargada de recopilar y archivar la documentación producida por el Centro Interamericano de Vivienda y Planeamiento, CINVA, el cual fue creado en 1951 y tuvo como sede la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional. Desde el comienzo de sus actividades y a lo largo de su existencia fue referencia obligada, a nivel nacional como internacional, por la alta calidad de los estudios sobre vivienda que llevaba adelante. Entre las primeras actividades ofrecidas por el Centro Hábitat figura la realización de dos cursos sobre hábitat con el apoyo de las Naciones Unidas; pero su principal reconocimiento se debe a que se convirtió en una importante oportunidad para la extensión universitaria. Sus primeros directores fueron Manuel Vicente Rojas y Néstor Tobón79. También se creó por la época, la Oficina de Proyectos con la misión de atender los encargos que se le hacían a la Facultad, a manera de consultoría, particulamente en el campo de la arquitectura. Fue en ese momento cuando por iniciativa del decano Arturo Robledo, se le encomendó al Departamento de Arquitectura la elaboración del Parque Metropolitano Simón Bolívar para Bogotá. Este proyecto que se realizó bajo la misma dirección de Arturo Robledo, además de haber sido una importante escuela de formación para los que allí trabajaron y de haber tenido un impacto altamente positivo para la ciudad, inauguró un espacio dedicado a la relación universidadsociedad. Sobre ello dice Alberto Iván Correa: … Pero también inauguró Arturo otra cosa que era la extensión universitaria. Es decir, el sentido de que la Universidad no era una

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Testimonio de Manuel Rojas, ya citado.

cantidad de señores de edad, como una torre de marfil, encerrados en sus cosas, mientras que en la sociedad ocurrían problemas gravísimos, y la Universidad estaba por un lado encerrada, y los problemas se sucedían por otro… Arturo promovió la idea de que la Universidad tiene que meterse en los problemas reales de la sociedad y participar en ellos, afectar a la sociedad con propuestas80.

Arturo Robledo desde su cargo de decano continúo, como lo había hecho en su primera decanatura, estableciendo lazos en torno a la comunidad internacional de arquitectos, y con ese propósito orientó su participación en algunos eventos como la Conferencia Regional del Hábitat, organizada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, y realizada en México en 1979, y la III Conferencia sobre el Hábitat, también realizada en México en 1980.

Para cerrar: Al evocar a Arturo Robledo como constructor de espacios académicos se evidencia su estatura como gestor de procesos significativos y las posibilidades que tiene un directivo para promover políticas y acciones que apoyen el conocimiento sin perder de vista la dimensión humana y particular de los profesores y de los estudiantes. Los docentes de la época dan testimonio de su empeño por optimizar el nivel de las diferentes carreras que se agrupaban dentro de la Facultad de Artes, apelando no sólo a la implementación de cambios en sus pensum, sino alentando a los profesores a continuar formándose en sus respectivas áreas, pues consideraba que ésta era una ma-

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Testimonio de Alberto Iván Correa, ya citado.

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mitir los saberes de las artes y en particular los de la arquitectura. Para ello contaba con un capital humano con grandes iniciativas y posibilidades de avance, con una facultad que estaba encontrando su rumbo, con un país con necesidad de profesionales que pudieran afrontar y resolver sus problemas, y con un campo de conocimiento estrechamente comprometido con la una calidad vida que tenía como ética el respeto por el ser humano. Referente a la gestión de Arturo Robledo como decano y orientador de la Facultad, Fernando Montenegro dice lo siguiente:

fig. 33. Arturo Robledo en la Plaza Ceremonial del Parque metropolitano Simón Bolívar en Bogotá. 1988. Fotografía: María Esther Galvis

nera privilegiada de cualificar su enseñanza. Cecilia Ordóñez, ceramista y docente del Departamento de Bellas Artes, cuenta que ella pudo viajar a estudiar cerámica en los Estados Unidos, gracias al estímulo dado por Arturo Robledo y a una beca que él mismo le ayudó a gestionar, luego de que advirtió de sus posibilidades con ese arte, y del aporte que a su regreso, podría brindar a la Universidad81. El objetivo de su mandato era abrir oportunidades para que se pudieran expandir y trans-

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Tomado del testimonio de Cecilia Ordóñez sobre Arturo Robledo. Bogotá, febrero de 2008. Recolectado para esta investigación.

… Yo conocí siendo muy joven a Arturo Robledo, desde la época en que trabajaba con Fernando Martínez. Entre Fernando Martínez, Guillermo Bermúdez y Arturo Robledo existía una unión bastante fuerte en torno a la Universidad Nacional. Y en algunos casos, por ejemplo en los cumpleaños de ellos, o en algunas reuniones, regularmente se veía a ese grupo del cual nunca formó parte Rogelio Salmona. Arturo fue muy amigo de los tres por separado. Digamos que uno reconoce en ellos parte de lo que es la construcción de la arquitectura contemporánea colombiana sobre la que hemos hablado… Carlos Niño la llamaba arquitectura del lugar, o lo que se denomina racionalismo orgánico… El más académico, sin ninguna duda, fue Arturo. Arturo, primero que todo –hay que reconocerlo–, fue el gran creador de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, y acompañó al doctor José Félix Patiño en lo que ha sido la conformación de


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la Universidad Nacional contemporánea. Y en esa perspectiva, a pesar de que todos ellos fueron profesores, Arturo fue el que mejor entendió los problemas de la academia en una forma integral, los problemas de la investigación, los de la extensión, las publicaciones, y el reconocimiento y necesidad de expansión de los programas curriculares a partir de unos troncos iniciales: las artes plásticas, la arquitectura y la música. Él se destacó entre todos ellos debido a que sabía y comprendía muy bien que la Universidad no era solamente un problema de formación, sino que iba más allá de eso. Y que realmente lo que se estaba dando con las experiencias de Guillermo Bermúdez, de Fernando Martínez, de Rogelio Salmona, desde el punto de vista de desarrollo de la Universidad, era algo que estaba allá, escondido, aunque no se hiciera explícito. La Universidad Nacional fue el gran laboratorio de la arquitectura contemporánea, y en eso hay que reconocer la participación de todos ellos, pero fue Arturo quien lo entreveía mejor como una labor académica íntegra82.

Arturo Robledo dejó la decanatura en 1980, para dedicarse a la elaboración del proyecto del Parque Simón Bolívar, y en 1986 se retiró en calidad de jubilado, de la Universidad Nacional. Su trabajo académico con esta institución le mereció las distinciones de Profesor Emérito en 1983, y la de Profesor Honorario en 1991.

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Testimonio de Fernando Montenegro Lizarralde, ya citado.

Otras labores académicas En la década de los noventa, cuando ya se había pensionado de la Universidad Nacional, los procesos de globalización se hicieron presentes en la formación en arquitectura, a través de las acreditaciones, las cuales. si bien en algunas profesiones como la de Arquitectura existían desde años atrás en diferentes lugares del mundo, en el caso colombiano fueron concebidas como controles desde el Estado de la calidad de los graduados. En este marco, las universidades empezaron a someter sus programas a acreditaciones de orden nacional e internacional, y con ese objetivo, Arturo Robledo fue invitado a participar como miembro representante de Colombia, en el Comité Acreditador que regía los procesos de la acreditación del Royal Institute British of Architecture, RIBA, para la evaluación de los programas de Arquitectura de la Universidades Nacional y Católica. Estos procesos se iniciaron en 1995, se repitieron en 1997 y en algunos años posteriores. Luego de ese proceso, continuó como asesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica. Álvaro Botero que formó parte de la comisión acreditadota del RIBA, recuerda lo siguiente:

tos colombianos, la contraparte del RIBA para la acreditación de las carreras de arquitectura de la Universidad Nacional y de la Universidad Católica, junto con Arturo, y esto fue una convivencia muy fuerte que tuvimos durante una semana; lo mismo pertenecimos los dos a la junta asesora curricular de la carrera de Arquitectura de la Universidad Católica, donde yo podía oír todo lo que decía Arturo sobre la enseñanza de la arquitectura, sobre lo que significaba enseñarla aquí en Colombia, lo que significaba ser profesor de ella, cómo debería armarse un currículum, y esto era realmente maravilloso…83.

En varias ocasiones, también fue convocado como jurado de la asignatura proyectos y como evaluador de alguna propuesta académica. Una de las últimas evaluaciones la realizó para la maestría en Vivienda de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, y en ella tuvo la posibilidad de reiterar la importancia de la formación del arquitecto en este tema tan apreciado por él a lo largo de su vida. Él dijo:

… estoy convencido que la idea de la identidad y la vitalidad de nuestra arquitectura dependerá fundamentalmente del acuerdo entre los datos bien comprendidos y asimilados con humildad acerca del problema en cuestión (se refiere a la vivienda) y la respuesta iluminada por la visión y la comprensión humana capaz de dignificar aún los espacios habitables más humildes84.

… Yo tuve el privilegio también de haber sido nombrado en la junta de los arquitec-

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Tomado del testimonio del arquitecto Álvaro Botero Escobar sobre Arturo Robledo. Bogotá, marzo de 2008. Recolectado para esta investigación. Carta dirigida al Consejo de Facultad como concepto de evaluación de la maestría en Vivienda de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, firmada por Arturo Robledo Robledo Ocampo (En archivo personal del arquitecto Julio Abel Sánchez y conocida por la investigadora durante su testimonio sobre Arturo Robledo. Bogotá, febrero de 2008).

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El cuidado de la profesión desde el ámbito gremial A lo largo de su vida profesional, Arturo Robledo manifestó un continuo interés por el afianciamiento de la práctica profesional en el país, y ello lo llevó a intervenir activamente en actividades de orden gremial. Su motivación respondía a su concepción ética sobre el papel del arquitecto en la sociedad, a los deberes que tenía con ella y también, a su aspiración de que al arquitecto se le reconociera y respetara como importante profesional. A continuación se hará una breve descripción y análisis de las principales tareas que realizó en beneficio de la consolidación de la práctica de la profesión y del gremio de los arquitectos. Para el desarrollo de este apartado se consultaron los archivos existentes de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, las versiones disponibles de su hoja de vida, los testimonios de colegas y amigos, y las publicaciones que dan cuenta de su pensamiento y de sus acciones en este campo85. Fue imposible acceder a la documentación sobre su participación en la Asociación de Arquitectos de la Universidad Nacional por no poseer un archivo organizado que permitiera su consulta. La información recopilada se presenta a modo de una primera estimación de su participación gremial, la cual se dio en diferentes escenarios, a saber

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Cabe decir que muchos de los documentos que podrían dar cuenta de las actividades realizadas por Arturo Robledo en el campo gremial, no pudieron ubicarse para ser consultados, debido, entre otras razones, a la falta de tradición en estas entidades en relación con el cuidado de la conservación y archivo de la documentación que da cuenta de sus historias.

1960. Miembro del Consejo Nacional de Ingeniería y Arquitectura durante nueve años, que se reparten en los dos períodos en que se desempeñó como decano de la Facultad de Arquitectura y de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional. 1961. Presidente honorario de la Asociación de Arquitectos Egresados de la Universidad Nacional, AUN. Esta distinción le fue otorgada por ser socio-fundador de dicha asociación. t 1965. Miembro Correspondiente de la Sociedad Bolivariana de Arquitectos. t 1966. Vicepresidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos. t 1967. Presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos. t 1974. Presidente de la Asociación de Arquitectos de la Universidad Nacional, AUN. Gerente Provisional de la Cooperativa de Arquitectos de la Universidad Nacional, CODAUN. t 1975. Presidente del Consejo Administrativo de CODAUN. t 1977. Socio Correspondiente del Colegio de Arquitectos de Venezuela. t 1982. Socio Honorario de la Sociedad Colombiana de Arquitectos. t 1984. Medalla 50 años de la Sociedad Colombiana de Arquitectos86.

A continuación se expondrán algunos aspectos de su participación en la Sociedad Colombiana de Arquitectos, SCA, y en la Asociación de Arquitectos de la Universidad Nacional de Colombia, AUN.

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Información tomada de la hoja de vida de Arturo Robledo Ocampo, 2005.

Vinculación con la Sociedad Colombiana de Arquitectos, SCA Arturo Robledo se vinculó a la Sociedad Colombiana de Arquitectos tan pronto obtuvo su título de arquitecto, y desde allí siempre ocupó una posición de liderazgo en la consolidación de la profesión de la arquitectura en el país. Fue presidente de la entidad durante 1967, luego de haber sido vicepresidente en 1966, y fue miembro y participante activo hasta su muerte en julio de 2007. A partir de su primera decanatura, entre 1960 y 1965, sus campos de acción se ampliaron hacia la defensa y construcción de lo gremial, debido a la responsabilidad que sentía por el futuro de los estudiantes de la carrera, por la práctica profesional de los colegas y de él mismo, enmarcado todo ello, en su interés por colaborar en los procesos de modernización del país, entre los cuales pensaba que debería figurar la consolidación de la profesión. Desde su vinculación a la Sociedad Colombiana de Arquitectos, y particularmente a través de los cargos allí desempeñados, emprendió la lucha por la definición y cumplimiento de la ética profesional, y su posición al respecto la expuso en diferentes ocasiones. Apoyó y trabajó en tareas relacionadas con la instauración de los concursos de arquitectura, como un instrumento incluyente de los arquitectos en general, y como posibilidad para muchos jóvenes de abrirse camino en el mundo de la práctica; de igual modo, se involucró en acciones tendientes a reglamentar la práctica


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de la profesión y su ejercicio. En esta dirección propugnó por una reglamentación favorable para la ciudad y expuso con vehemencia sus argumentos a favor de la defensa de los hechos urbanos y arquitectónicos. Con actitud firme y decidida trabajó aspectos referidos con una reglamentación del ejercicio de la profesión que incluía las tarifas de cada una de sus tareas. Así mismo, comprendió la validez de fomentar la construcción de una comunidad de arquitectos en los ámbitos nacional e internacional, y de manera prioritaria en América Latina. Por esta razón siempre estuvo dispuesto a acudir a eventos relacionados con este propósito, dentro y fuera del país. El arquitecto Eduardo Angulo, compañero de faenas de Arturo Robledo, en la Sociedad Colombiana de Arquitectos, recuerda:

fig. 34. Arturo Robledo en actividades de carácter gremial. Fotografía: autor desconocido. Con ex presidentes de la Sociedad Colombiana de Arquitectos. Germán Pardo Sánchez, Manuel Carrizoza Ricaurte, Germán Suárez Betancourt, Elly Burckhardt de Echeverry, José Pablo Uricoechea, Cecilia Cifuentes de Caro, Alejandro Sokoloff Moreno, Jorge Bernal Arango y Hernando Vargas Rubiano, entre otros Con Ana Chee-Chong y Germán Súarez Betancourt Con otros colegas

… Con Arturo trabajamos mucho en conjunto en el campo gremial. Fuimos miembros de las juntas directivas de la Sociedad de Arquitectos durante muchos años, presidentes también, y en especial tuvimos que trabajar bastante con el gremio; tal vez nuestro trabajo más importante fue el de incentivar a las entidades públicas y privadas para abrir concursos de arquitectura que no eran muy fáciles de hacer en esa época. Pudimos ir al Congreso de la República; me acuerdo en algunas comisiones del Senado tratando de hacer una reglamentación de la profesión, una reglamentación legal, separarla un poco de esa gran unión que teníamos, y que era lógica, con los ingenieros. Y en realidad sí se trabajó mucho en el campo gremial. No solamente en la reglamentación de la profesión, en la apertura de concursos, sino también en publicaciones87.

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Testimonio de Eduardo Angulo, ya citado.

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Desde su primer período como decano fue consciente del deber de ofrecer a los futuros arquitectos la posibilidad de ejercer la profesión en las mejores condiciones, y ello fue determinante para estrechar vínculos con la Sociedad Colombiana de Arquitectos que, desde su fundación en 1964, buscaba afianzar la práctica de la arquitectura en Colombia. Por esta razón, diferentes iniciativas surgidas en la academia tuvieron repercusiones en el gremio de los arquitectos, ya que muchos de los cuales eran docentes de diversas facultades de arquitectura del país. Un caso que ilustra este vínculo fue el ya mencionado de la celebración de los 25 años de la fundación de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia, en 1961, cuya exposición de mejores proyectos de los arquitectos colombianos, se convirtió en antecedente y estímulo para el inicio, en 1962, por parte de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, de las bienales de arquitectura. El arquitecto Eduardo Angulo Flórez docente de la época en la Facultad, comenta algunas circunstancias del inicio de las bienales de arquitectura: … Éramos de la junta directiva, hace tiempos, y Germán Samper era presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, cuando Hernán Vieco propuso la creación de una bienal de arquitectura. Y fuimos de los miembros del comité de selección, y ésa es una de las cosas que hoy en día le ha dado un gran valor a la arquitectura nuestra88.

Durante su vida profesional Arturo Robledo estuvo siempre vinculado con la Sociedad Colombiana de Arquitectos: participó en las

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Ibíd.

reuniones de ex presidentes, en las asambleas anuales donde se definían nuevos directivos y políticas, y fue jurado de concursos en numerosas oportunidades. Uno de los temas que lo acompañó y distinguió su labor, y que tuvo además, influencia en varios de sus colegas, fue la posición que asumió acerca de la ética del arquitecto, la cual dejó cifrada en diversos escritos. Alejandro Sokoloff dice al respecto: … El punto de referencia, todavía me acuerdo, era el de examinar la ética profesional de los arquitectos… entonces se hacía un análisis de si este hombre era o no un arquitecto que cumplía con las riendas de la vida profesional. Fue un editorial sumamente bien escrito, porque Arturo era muy cuidadoso para escribir; no le faltaba un milímetro en la precisión de las frases. En la gramática, en la puntuación, en todo era excelente. Ese editorial para mí refleja la condición excepcional que tenía Arturo de profunda honestidad, en especial en lo que tenía que ver con la arquitectura, aunque para él lo era en todo. Su visión de la profesión era absolutamente ética89.

En sus actuaciones como jurado de concursos tuvo oportunidad de demostrar sus principios éticos y la claridad en los comentarios y juicios que emitía. Julio Abel Sánchez comenta: … Me hizo comentarios sobre la manera como se realizó el juzgamiento, sin saber que yo había estado participando directamente en ese proyecto. Allí noté la franqueza, el espíritu de comunicación, el sentido crítico de lo

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Tomado del testimonio del arquitecto Alejandro Sokoloff Moreno sobre Arturo Robledo. Bogotá, enero de 2008. Recolectado para esta investigación.

que corresponde a dar un fallo justo a un proyecto que estaba en ese momento en proceso de evaluación. Sin saber que era el proyecto ganador, me hizo explicaciones al respecto. Yo mantuve reservas para dar opiniones, puesto que no quería hacerlo en ese momento, pero los juicios de valor que planteó me permitieron encontrar en él a una persona correcta, a una persona seria y objetiva en la forma de hacer los planteamientos90.

Participó como jurado en los siguientes concursos: t 1954. Club Campestre, Cali. t 1959. Plaza de Bolívar, Bogotá. t 1961. Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional, Bogotá. t 1962. Centro Administrativo, Cali. t 1963. Beneficencia del Meta, Villavicencio. t 1963. Salón Anual de Artistas Colombianos. t 1965. Hospital Naval, Cartagena. t 1966. Aduana Nacional, Cúcuta. t 1973. Oficinas del Congreso de la República, Bogotá. t 1975. Centro Administrativo, Santa Marta. t 1980. Ampliación hotel Hilton, Bogotá. t 1980. Remodelación Plaza de Bolívar, Manizales. t 1983. Cámara de Comercio, Duitama. t 1985. Premio Corona de Arquitectura. t 1986. Selección y calificación de la X Bienal de Arquitectura. t 1987. Sede de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, Manizales. t 1988. Parque Metropolitano del Café, Cerro Volador, Medellín. t 1989. Admisión XII Bienal de Arquitectura, Diseño. Seccional Cundinamarca, SCA. t 1993. Parque público San Antonio, Medellín.

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Testimonio de Julio Abel Sánchez, ya citado.


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Vinculación con la Asociación de Arquitectos de la Universidad Nacional, AUN

prana; la tuvo en 1961, cuando en su condición de decano de la Facultad de Arquitectura, propuso en compañía de otros colegas, la creación de la Asociación de Arquitectos de la Universidad Nacional, AUN, con el fin de afianzar la comunidad de arquitectos egresados de su alma mater, velar por la calidad de la profesión y apoyarse mutuamente en el campo laboral. Estuvo vinculado a la asociación hasta que ésta cesó actividades a finales de los años noventa, cuando el ejercicio profesional entró en una dura crisis laboral. Desde los inicios de la organización, debido a su liderazgo, fue nombrado presidente honorario, y en 1974 se desempeñó como presidente. Una labor primordial cuando ocupó esta posición, fue la creación de una cooperativa que agrupó a los asociados con el fin de prestar ayuda a los estudiantes de arquitectura. Con este propósito enlazaba lo gremial con lo académico.

Como se ha dicho las intervenciones de Arturo Robledo en el campo gremial se extendieron a lo largo de su vida profesional. Su primera actuación sobresaliente al respecto es muy tem-

Desafortunadamente, por la falta de información disponible, no se pudo ahondar más en la actividad gremial de Arturo Robledo y muchas preguntas quedan abiertas sobre el particular.

En su interés por participar en la comunidad profesional nacional e internacional, asistió a los siguientes seminarios: t 1961. VII Congreso Nacional de Arquitectos, Medellín t 1962. VIII Congreso Nacional de Arquitectos, Cali. t 1968. Congreso Panamericano de Arquitectos, Bogotá. t 1977. V Congreso de Arquitectos del Grupo Andino, Caracas, Venezuela.

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PARTE III ARTURO ROBLEDO, CONSTRUCTOR DE ESPACIOS ARQUITECTÓNICOS Y URBANOS


Se ha afirmado que la vivienda propia es la cumbre de la realización de un arquitecto, su máxima expresión. No pude hacerme a un espacio habitable propio que fuera producto de mi concepción, y verificación de mis capacidades. En cambio, puedo asegurar que he vivido en todos los proyectos que imaginé, a todos los probé, en todos participé, a cada uno me ligué con afecto, con respeto e interés por conocer e interpretar los valores humanos de sus futuros habitantes que compartimos como seres sociales, miembros de la comunidad (A. Robledo Ocampo, 2005: 177). Arturo Robledo fue un arquitecto a cabalidad del ejercicio profesional. En medio de sus ocupaciones académicas y gremiales donde, como se ha visto, tuvo un activo y destacado desempeño, realizó diferentes proyectos que le merecieron un sitio descollante en la arquitectura en Colombia. Si en los cargos que ocupó en dichos campos se puso de presente su capacidad como líder en la orientación de la enseñanza y de la profesión, fue en el ejercicio mismo de la arquitectura donde demostró su competencia para proyectar el habitar humano y configurar espacios para lo público, lo privado y lo íntimo. A través de esta actividad en la que se involucró desde 1950, antes de terminar sus estudios, adquirió un conocimiento profundo de la arquitectura que puso a disposición de sus propósitos y tareas en lo academia, y en sus gestiones en las instituciones de carácter gremial. fig. 35. Práctica profesional Arturo Robledo. Fotografía: María Esther Galvis Hans Drews, Dicken Castro y Arturo Robledo Fotografía: autor desconocido

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La información recopilada acerca de las obras y proyectos tuvo como fuentes el archivo personal de Arturo Robledo, hoy custodiado por la Universidad Nacional, su Portafolio en vivienda (A. Robledo Ocampo, 2005), el archivo de su familia, las publicaciones que consignan sus proyectos, los testimonios de amigos y colegas y las mismas obras construidas existentes que han podido ser visitadas. La indagación que se presenta parte en primer término, de señalar algunas características de su concepción y abordaje del proyecto como un preámbulo al abordaje de las obras y proyectos específicos, que se sucede a continuación. Estos se presentan ordenados con base en cinco períodos ordenados cronológicamente y separados entre sí por lo que en este documento se ha denominado pausas, en las cuales realizó labores como funcionario, en alguna entidad. Ellos son: 1950-1959, 1960-1968, 1973-1978, 1980-1996, 1996-2007. Dentro de cada uno de los períodos, las obras se clasifican por temas de la siguiente manera: vivienda unifamiliar, vivienda multifamiliar, equipamientos urbanos, arquitectura asociada con la educación, y arquitectura industrial. El orden de éstos varía de acuerdo con su significación para el período. Con base en la información recolectada se hace un breve comentario de los proyectos más sobresalientes y una ubicación físico-temporal de los demás. Al final del documento se incluye una lista del total, acompañada de una ficha con el tema del proyecto, el propietario o cliente y su localización. En algunos no fue posible completar esta información por la falta de documentación, pero se consideró conveniente presentarlos por la calidad de su arquitectura y porque son representativos de su trayectoria.

Muchas de las obras de Arturo Robledo son en gran parte desconocidas y la crítica sobre ellas es escasa; sin embargo, es necesario reconocer el esfuerzo editorial de las revistas Proa y Escala para darlas a conocer. Lorenzo Fonseca, editor de la revista Proa, dice al respecto: … Y como yo empecé a trabajar con Carlos (Martínez) en la revista Proa, entonces se generó otro vínculo con Arturo, que fue el vínculo editorial. Ya en ese momento yo tenía dos referentes importantes en mi vida profesional, que eran Arturo, por una parte, y Enrique Triana, por la otra. Y los dos, desde entonces, y de alguna manera, eran unos personajes con una modestia profesional total. En las páginas de Proa siempre quise, y siempre busqué la forma de exaltar tanto la obra de Enrique como la de Arturo, porque eran personajes que no se preocupaban por su imagen desde el punto de vista de la producción, sino que hacían y pensaban. Entonces, mi vínculo con Arturo a partir de Proa fue siempre el de buscar la manera de realzar su obra, y dejar constancia de ella. Los números de Proa que se dedicaron a sus proyectos demostraban la búsqueda constante de excelencia en la obra, que no había sido tenida en cuenta. Era un poco equivalente al caso de la obra de Enrique Triana, que en cierto modo las hacía pero no se divulgaban. En Proa tenemos una serie de entregas dedicadas a Arturo, donde se pone en evidencia su calidad arquitectónica91.

Además de su desempeño como proyectista, durante su ejercicio profesional ocupó diferentes cargos administrativos que le permitieron

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Testimonio de Lorenzo Fonseca Martínez, ya citado.

impulsar e incidir en diversos proyectos. Los cargos a los que se hace referencia fueron92: t 1952-1954. Arquitecto director de proyectos para la Siderúrgica Nacional de Paz de Río, con Cuéllar, Serrano, Gómez y Pardo, Restrepo y Santamaría. t 1959-1961. Subdirector (aplicación del Plan) del Departamento Administrativo de Planificación Distrital de Bogotá, y encargado de la Dirección. t 1961-1964. Asesor técnico en urbanismo y vivienda del Instituto de Crédito Territorial. t 1963. Miembro de la Subcomisión de Inmuebles Nacionales de la Comisión de Ordenamiento de la Administración Pública, coordinada por el Ministerio de Obras Públicas. t 1967- 1969. Arquitecto asesor de la Oficina Administrativa para el Programa de Educación en Colombia, OAPEC, y el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares, ICCE, en construcciones para la educación. t 1967. Arquitecto asesor para los proyectos de la Biblioteca Central y del Centro Estudiantil en la Ciudad Universitaria de Bogotá. t 1968. Director del proyecto urbanístico Hacienda Córdoba en Bogotá para el Banco Central Hipotecario. t 1969-1973. Funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, como especialista de proyectos de educación, ciencia y tecnología, y de vivienda y desarrollo urbano, en Brasil y Chile. t 1980-1985. Director del proyecto del parque Simón Bolívar de Bogotá, realizado por el Departamento de Arquitectura de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, para el Ministerio de Obras Públicas y Transporte.

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Información tomada de la hoja de vida de Arturo Robledo, 2005.

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Algunas constantes de su arquitectura

de Marta Traba, impulsaba las obras de Ramírez Villamizar, Edgar Negret o Alejandro Obregón, entre otros (Niño Murcia, 1991: 225-243).

La aproximación a su concepción y modo de abordar el proyecto se realizará a partir del examen de diferentes factores y aspectos que intervienen y deben resolverse en el procesos de su gestación, a saber: su postura en medio de lo universal y lo particular, la importancia del tema y el cliente, la implantación y su entorno, la importancia de las propuestas funcional y formal y de la solución constructiva.

Si bien muchos de los jóvenes exploraron caminos en la dirección de una arquitectura que estuviera vinculada con el movimiento internacional y se abriera a nuevos modos de vida, también se preocuparon por incorporar en la realización del proyecto, referentes locales como el paisaje, las técnicas constructivas y otras características del territorio. En el caso de Arturo Robledo esta preocupación estuvo presente no sólo por la formación recibida, sino por su ética profesional que se manifestaba en una gran responsabilidad con el país y sus necesidades concernientes al habitar.

Lo universal y lo particular El medio donde empezaba a ejercer Arturo Robledo a comienzos de los años cincuenta, estaba impregnado del entusiasmo por la arquitectura moderna a causa del empuje dado por algunos sectores de la profesión, que como se indicó anteriormente, incluía alusiones y valoraciones de dicha arquitectura, desprendidas de su conocimiento directo adquirido a través de viajes particulares, o mediante las publicaciones que llegaban y divulgaban la expansión de las ideas del movimiento moderno y de sus realizaciones más sobresalientes, entre las que figuraban las de Brasil y Escandinavia. Su inicio en la práctica no puede entenderse por fuera de este ambiente profesional en el cual sobresalían entre otros, Gabriel Serrano, Carlos Martínez, Fernando Martínez, Guillermo Bermúdez y Jorge Arango. Este movimiento se daba en correspondencia con el ingreso en el país de otras corrientes culturales como la de la abstracción, que bajo el liderazgo

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resolución general de la obra. El cliente era un factor que no podía obviar ni restar importancia, el foco de referencia permanente pues a él estaba dirigido el proyecto. El cliente poseía un modo de vida que debía tratar de comprender y respetar, y unas creencias y expectativas sobre su pedido con las que debía dialogar a través de las diferentes etapas de elaboración, para encontrar acuerdos y darle la orientación más adecuada al proyecto, sin ceder a los principios de su arquitectura, que incluían una importante consideración de la afectación de la obra sobre el espacio urbano y la esfera de lo público en general. Además, y como un factor decisivo, el cliente imponía un límite con el presupuesto de que disponía para la ejecución, y con ese factor había que contar y obtener, por más precario que fuera, el mejor resultado.

El tema y el cliente Es obligación del arquitecto una aproximación humilde a las reales necesidades y capacidades del cliente, sean de orden material, económico, cultural, espiritual, de dignidad y ofrecerle la mayor calidad posible en la escala que se trabaje (A. Robledo Ocampo, 2005: 179). Es de destacar que para Arturo Robledo la arquitectura encontraba su sentido en el habitar mismo, y por ello, en su ejercicio profesional los aspectos relacionados con el tema que debía abordar y con el cliente que lo solicitaba, le indicaban desde el comienzo, la significación social que tendría el proyecto, y la dirección que debería darle. El tema le demandaba consideraciones concernientes a las esferas de lo público, lo privado y lo íntimo, y de allí derivaba criterios para enfrentar el programa, la implantación y la

El sitio, la implantación y el trazado geométrico El sitio es, físicamente, una condicionante de la mayor importancia por cuanto, como asiento de la obra, si sus características son debidamente comprendidas y apreciadas, pueden imprimir al proyecto buena parte de su distinción, al vincularlo significativamente a las peculiaridades de su ámbito particular (A. Robledo Ocampo, 2005: 186). La implantación representa un encuentro con la tierra con todas sus exigencias y misterios y con un territorio con todas sus implicaciones culturales. El sitio destinado para la ejecución del proyecto le exigía a Arturo Robledo, una intervención singular tanto en lo correspondiente a las cualidades del suelo y la topografía, como a


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las del entorno existente, esto es las de la ciudad y del paisaje en general. Las primeras le exigían toda la responsabilidad e ingenio para la propuesta constructiva, y las segundas, le reclamaba respeto y diálogo, y le servían de marco para la resolución integral de la obra. La forma del lote previsto con sus dimensiones y alrededores, junto con el tema y el programa, eran material básico para el trazado de los ejes rectores a partir de los cuales disponía la orientación y el trazado geométrico sobre el cual la función y la forma debían desplegarse. Los criterios y propuestas de accesibilidad estudiados cuidadosamente no sólo definían el ingreso sino también el vínculo fundamental con el entorno.

La función y los modos de vida El programa arquitectónico es el punto de partida en el diseño del proyecto. Es su contenido. La satisfacción de los requerimientos del programa constituye el servicio del arquitecto y su razón de ser. A partir de allí, la calidad del servicio puede ir de una satisfacción prosaica y meramente material, higiénica y estable, a producir el canto que demandó Valéry y la emoción poética de rango universal (A. Robledo Ocampo, 2005: 186). Vale recordar que la formación de Arturo Robledo se dio en un momento cuando el tema de lo funcional, en el sentido de un respuesta al modo habitar, era dominante y orientaba en gran medida la solución formal y constructiva de la obra. En su caso, esta concepción se reforzaba con sus experiencias de infancia y juventud ligadas a la arquitectura de la colonización antioqueña con su manera particular de ajustarse a un modo de vida. Los desarrollos de planta, alzado y de la es-

pacialidad en su conjunto tenían como punto de partida un programa en el cual la naturaleza de las funciones que se albergaban habían sido estudiadas en detalle pues las consideraba tan importantes como los demás componentes de la obra. Es de anotar que en los años cincuenta en medio de los conflictos socio-económicos del país, se empezaron a generar una serie de transformaciones en las formas de vida. Los procesos de inmigración del campo a la ciudad, ligados a los procesos de modernización y violencia, aceleraron el crecimiento desbordado de la urbe y favorecieron la desintegración de los modos de habitar ligados a conductas ancestrales asentadas en el ámbito rural, a la par que introdujeron nuevas formas de organización familiar y de comportamiento social. La familia de tipo patriarcal, dominante hasta ese momento, empezó a dar paso a la familia nuclear, la vivienda requirió de soluciones colectivos con una serie de servicios compartidos, y la ciudad demandó equipamientos diversos. En medio de este panorama de crecimientos acelerados y de cambios en las estructuras económica y familiar, la arquitectura tuvo que buscar nuevas propuestas, y Arturo Robledo, con sus colaboradores o de manera independiente, no dudó en hacerlo. Las nuevas condiciones del habitar en la dimensión de lo urbano como de la edificación siempre fueron tenidas en cuenta en su arquitectura; el programa y el esquema funcional les dieron cabida. En sus proyectos de vivienda, de equipamiento y de espacio urbano, es frecuente encontrar zonificaciones definidas con base en un reconocimiento cuidadoso de los eventos que deben albergar, de su relación con lo público y lo privado, y del tipo de servicios que requieren para su funcionamiento.

La forma, el espacio y la significación La geometría representa la exactitud, la armonía y el orden. Es el instrumento idóneo para la clase de arquitectura que prefiere la claridad y la evidencia material, a las brumas y la ausencia de solidez. Indispensable para la coordinación dimensional, para templar y ajustar las vibraciones que produce la presencia simultánea o gradualmente sucesiva de espacios y elementos configuradores (A. Robledo Ocampo, 2005: 186). Podría decirse en términos generales acordes con el movimiento moderno, que la solución formal de la arquitectura de Arturo Robledo está claramente vinculada con la función, sin embargo, es necesario señalar algunos rasgos que le imprimen singularidad como son sus interpretaciones del tema y lo que representa para la esfera de lo social y para el cliente y sus aspiraciones, la cuales plasma con gran destreza mediante el manejo de la geometría y la resolución plástica y constructiva. Sus obras de vivienda, por ejemplo, se anclan a la tierra mediante un definido núcleo que se configura con servicios, accesos y circulaciones. Esta concentración a la vez que facilita el manejo de las instalaciones y su contacto con lo subterráneo, conforma una espacialidad que sirve de pausa y separación entre lo social y lo privado, dispuesto a su alrededor o simplemente yuxtapuesto. La existencia de ese núcleo sugiere una metáfora orgánica en el sentido de sembrar la casa, y otra mecánica, en el sentido de garantizar el correcto funcionamiento de las demás dependencias. Este cuidado con la propuesta formal de acuerdo con la naturaleza de la función, está también presente

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en el resto de su producción. El volumen en su totalidad se conforma con un manejo cuidadoso de las proporciones y de la búsqueda de armonía entre las partes diferenciadas de acuerdo con su función y significado. Su arquitectura transmite sentimientos de equilibrio y una placentera contención para los que la habitan. El encuentro entre lo racional y lo orgánico que se revela en su obra, pone de presente, de un lado, la fuerza de la razón que se manifiesta con notoriedad, en el cuidado permanente de la sistematización del proceso constructivo a través de las diferentes etapas de su concepción y generación; y de otro, en el celo por el uso de la geometría que a la vez que le da la posibilidad de domesticar un territorio mediante límites y modulaciones, le permite recoger los rasgos de lo orgánico proveniente de la tierra en donde el proyecto se implanta, expresados en fuerzas provenientes de la geografía, en atributos de los paisajes construidos, y en las características propias del ser humano que requiere salvaguardarse. Sus obras exhiben, de un lado, la fuerza de la razón que lo asistía en la búsqueda de una clara lógica estructural y constructiva aprendida desde sus años de formación en la academia y en su temprana práctica profesional; y de otro, la riqueza de la experiencia profunda con una arquitectura de íntima conexión con la vida y con la geografía que desde sus años de infancia, le enseño a apreciar la diversidad de texturas, de colores y topografías, las vistas lejanas y cercanas y la riqueza de cada ambiente93. Cuando el lote poseía topografía y paisajes que

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Se hace referencia a la experiencia de Arturo Robledo en la arquitectura de la colonización antioqueña, de la cual se habló en la primera parte de este trabajo.

se destacaban, Arturo Robledo comprendía que debía acogerse a ellas, pero si por el contrario, no contaba con mayores determinantes, dejaba que el objeto arquitectónico se moviera en su superficie y encontrara en ese recorrido, la sinuosidad faltante. Este movimiento surgía de la búsqueda del sol, del entendimiento de la naturaleza y jerarquización de las actividades programadas, del reconocer y sentir el viento, y del propósito de crear el micro-clima adecuado. En ese desplazarse cada proyecto encontraba su ritmo, su tonalidad, como él mismo solía decir. Es de anotar, que en medio de la racionalidad que caracteriza sus obras, es frecuente encontrar algún elemento perturbador que rompe el orden, el cual puede provenir del paisaje, de la forma del lote o del desvió que introduce en la disposición espacial para albergar alguna actividad o motivo que quiere destacar. Álvaro Tobón, en entrevista a Arturo Robledo pocos años antes de su fallecimiento, relata una anécdota contada por él en tal ocasión: … El nacimiento del parque Simón Bolívar es bellísimo…, se empieza a desarrollar a partir de un punto que él percibe que es, y lo comienza a elaborar con Oswaldo [Pérez] y con el equipo… Arturo cuenta que cuando están en el proceso de construcción, un día llegó al parque, y los obreros le contaron que se habían encontrado una pareja haciendo el amor; y él les preguntó que en dónde, y le mostraron exactamente el punto desde el cual se había generado todo el proyecto del parque… es decir, el centro de la plaza ceremonial que estaba en construcción94.

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Tomado del testimonio del arquitecto Álvaro Tobón sobre Arturo Robledo, Bogotá febrero de 2008. Recolectado para esta investigación. Ver también (A. Tobón et al., 2006-2007, en proceso de publicación).

La materialización de la obra y la búsqueda de permanencia en el tiempo El arquitecto debe poseer un completo dominio de la técnica para superar airoso el conflicto con la materia y lograr la obra de su espíritu. En el proceso creativo debe coordinar numerosos factores de orden material, económico y social, e incorporar una serie de recursos, elementos y personas, de los cuales depende, pero el resultado será siempre obra de la intención expresiva individual (A. Robledo Ocampo, 1962). En la construcción del habitar humano las fuerzas propias de la tierra deben ser controladas por medio de estructuras y procesos constructivos que responden a lo existente y aprovechable en un medio y momento histórico particular y a los recursos económicos, técnicos y tecnológicos disponibles en una sociedad, tanto en lo que tiene acumulado por la tradición, como en las posibilidades de abrirse a nuevas experimentaciones. Consciente de estos factores y acogiendo los límites que conllevan, Arturo Robledo elaboró sus proyectos con esmerada vigilancia de la sistematización de las diferentes partes de la obra de acuerdo con la tecnología propuesta. Su responsabilidad la entendía más allá del ejercicio de diseño, y, por ello, además de prefigurar de manera general su ejecución, se preocupaba por definir y precisar los detalles constructivos con la convicción de que la buena arquitectura se aseguraba su permanencia en el tiempo.


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Alberto Saldarriaga comenta: … A mí lo que me parecía interesante y asombroso era la facilidad con que Arturo racionalizaba un problema y lo convertía rápidamente en una solución, y cómo esa solución al tiempo la racionalizaba para volverla repetible, transformable… Con una idea de un tipo de vivienda él podía evolucionar varios tipos… A mí me asombró muchísimo esa facilidad mental, porque además ni siquiera la dibujaba. Él trabajaba con la cabeza, y era impresionante. Yo me acuerdo muchísimo… yo le preguntaba y él me respondía desde allá como si tuviera el papel o el plano en la mano95.

edificio de oficinas en la calle 93, y el ejemplo que puso Arturo fue una obra de Borromini. Y lo que me llamaba la atención era que el recubrimiento no era el diseño del piso en sí mismo, no era algo independiente del resto de las dimensiones del edificio, sino que estaba estrechamente vinculado con el perímetro y con las divisiones de las ventanas, que quedaban establecidas sobre el perímetro97.

Obras y proyectos

Oswaldo Pérez dice: … Hay que tener la capacidad de resolver un problema planteado en términos funcionales, con un profundo conocimiento de los materiales, que no era algo que para Arturo tuviera poca importancia… Para él, hasta el despiece de un piso tenía sentido más allá de la mera apariencia. Es decir, además de que rendía y había menos desperdicios, existía también otro tipo de razones de por qué seleccionó tal o cual madera…96.

Los proyectos y las obras realizados por Arturo Robledo cubren diversos temas, a saber: vivienda individual y multifamiliar para los diferentes estratos socio-económicos, equipamientos educativos para los distintos niveles de formación, primaria, secundaria y universitaria, arquitectura industrial y comercial, planeación y diseño urbano. En el presente estudio se tuvieron en cuenta tanto proyectos construidos como no construidos, por considerar que en todos ellos hay una continua exploración y un aporte que merece destacarse.

Luis Carlos Colón recuerda: Al respecto, Alberto Saldarriaga dice: … Otra anécdota tiene que ver con la forma como se resolvían ciertos detalles de los proyectos. Por ejemplo, en algún momento estábamos haciendo el despiece de un piso, o planteábamos las posibilidades de despiece del recubrimiento de un piso para un

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Testimonio de Alberto Saldarriaga Roa, ya citado. Testimonio de Oswaldo Pérez de los Ríos, ya citado.

… En el tema de la vivienda logró eso que es tan difícil de proponer en soluciones económicas y flexibles… con principios muy sencillos, con principios nada complicados98.

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1950-1959 De la vivienda unifamiliar al encuentro con la ciudad y sus equipamientos La arquitectura doméstica debe tener aspiraciones diferentes a la grandeza, ser ámbito de intimidad y de vida familiar, pero su conjunto adquiere creciente significación en la conformación y consideración de los asentamientos humanos y como indicativo de la calidad de vida de sus habitantes, contemporáneamente asimilados como consumidores (A. Robledo Ocampo, 2005: 9). Como él mismo lo cuenta en su Portafolio en vivienda (A. Robledo Ocampo, 2005: 12), desde los años universitarios se vinculó con oficinas de arquitectos en tareas que tuvieron que ver con el dibujo de planos, con el desarrollo de ideas, de esquemas de diseño y de detalles constructivos. En sus anécdotas relata que en algunas de las oficinas de entonces, como era usual a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, lo contrataban para que diseñara en “estilo moderno”. A continuación se relacionan algunos de los proyectos realizados entre 1950 y 1959, primero cuando aún era estudiante, de manera

Testimonio de Luis Carlos Colón, ya citado. Testimonio de Alberto Saldarriaga Roa, ya citado.

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individual, con Moreno Londoño y Cía. Ltda., y con Cuéllar Serrano Gómez; y luego, después de su grado de arquitectos, en las propias compañías, Robledo &Drews, y Robledo, Drews y Castro. Se consideró como fin de este primer período su nombramiento como Subdirector de Planeación Distrital, en 1959.

Primeros proyectos Edificio de renta para Ernesto Castro, 1950 (fig. 36) Se señala este temprano proyecto, elaborado cuando estuvo vinculado a la firma Moreno Londoño y Cía. porque a pesar de ser una de sus primeras realizaciones, revela ciertas características que estarían presentes en muchas de sus obras posteriores, principalmente de vivienda, como las que se refieren al manejo del programa y a la disposición del esquema funcional con base en una separación de las áreas social, de dormitorios y de servicios, y una articulación mediante accesos y circulaciones. La circulación en planta y en alzado se configura a la manera de un eje desde donde se despliega, a lado y lado, el resto del programa, y se afianza la edificación en su comportamiento estructural; podría decirse que se siembra. La fachada, con funciones portantes, se arma con base en la retícula conformada por las vigas y columnas, y por la configuración de antepechos y ventanas que se suceden una tras otra. Casa para Teresa Arias Robledo, Manizales, 1951 (fig. 37) Su práctica profesional independiente la inició desde que era estudiante de arquitectura cuando tuvo la oportunidad de elaborar dos anteproyectos de vivienda unifamiliar para

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unos parientes, Teresa Arias de Robledo y Hernando Botero Peláez asociado con Jaime Ocampo Avendaño. El primero, localizado en un lote esquinero en Manizales, buscó adaptarse a dicho lote aprovechando los ángulo obtusos de las esquina como base y límite de la organización de la planta. Hacia el costado izquierdo, armó el borde del proyecto siguiendo el paramento, con una franja conformada por la zona social; en el centro, para absorber la apertura de los ángulos, localizó accesos y servicios; y hacia el lado derecho, en paralelo con el otro paramento, ubicó la zona de dormitorios. La fachada la logra con base en el lenguaje racionalista de la arquitectura del Movimiento Moderno, muros blancos lisos, interrumpidos por ventanales de vidrio, y en algunos tramos, por balcones con barandas con chambrana, a la usanza de la región. Las cubiertas inclinadas, en teja de barro, continúan la tradición del lugar. Casa de Hacienda El Cortijo, para Hernando Botero Peláez y Jaime Ocampo Avendaño, Territorio Vásquez, Magdalena Medio 1952 (fig. 38). El otro proyecto realizado en esa época fue la vivienda para Hernando Botero Peláez y Jaime Ocampo Avendaño,en la hacienda “El Cortijo”, en Territorio Vásquez, en el Magdalena Medio. La propuesta se basó en la tipología propia de las casas de campo de la región, con un núcleo de habitaciones y servicios rodeados de corredores amplios, con cubierta en teja de barro extendida en derredor en anchos aleros, que resguardan corredores y fachadas de los rigores del clima. En este proyecto se aprecia el respeto por la geografía, el paisaje y el clima y se prefigura la incidencia que estos factores tendrán en la resolución de proyectos posteriores, en relación

fig. 36. Edificio de renta

para Ernesto Castro Bogotá. 1950 Arturo Robledo en Moreno Londoño y Cía. Ltda. Planta primer piso Planta segundo piso Planta cuarto piso Perspectiva


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fig. 38. Casa de hacienda "El

Cortijo" para Hernando Botero y Jaime Ocampo Caño Minero, Magdalena Medio, límite entre Boyacá y Santander. 1952 Arturo Robledo Planta estructural Corte longitudinal Corte transversal Perspectiva general

con la función, la forma y la construcción. En la propuesta hay un evidente influencia de la arquitectura tradicional de la cultura antioqueña, en especial la de las áreas de ganadería en territorios cálidos. Casas pareadas y otros proyectos para Herberto Segura, Bogotá, 1951 - 1954 (fig. 39 y fig. 40) Herberto Segura fue un constructor que, según cuenta Arturo Robledo, lo contrató por intermedio de Hans Drews para que realizara algunos proyectos (A. Robledo Ocampo, 2005: 14). Unos los elaboró él solo y otros en compañía de Hans Drews. Cuando Arturo Robledo se refiere a los proyectos realizados en 1951, siendo aún estudiante, señala la notoria influencia de Bruno Violi y de Fernando Martínez quienes para ese entonces eran sus profesores. El primer proyecto, localizado en la carrera 17 con calle 59, posee locales en primer piso y vivienda en los pisos altos. Estas características hablan de la demanda por edificaciones de uso mixtos que empezaban a manifestarse en la ciudad como consecuencia de la urbanización creciente. La fachada está conformada por franjas horizontales configuradas por los vanos de las ventanas y los antepechos en granito bordeados con marcos en concreto. La construcción se efectuó con muros portantes en ladrillo, material que en el interior queda a la vista, y la cubierta se ejecutó de tal modo que permitiera la luz cenital (A. Robledo Ocampo, 2005: 14). En la planta de las casas se define con claridad un área central de accesos, circulaciones y servicios que permite separar la zona social de la de dormitorios. Esta área es

fig. 37. Casa para Teresa Arias

de Robledo Manizales. 1951 Arturo Robledo Planta primer piso Planta segundo piso Perspectiva general

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fig. 40. Edificios de renta para

Herberto Segura

fig. 39. Casas pareadas para

Herberto Segura Bogotá, carrera 17 No. 58A-60. 1951 Arturo Robledo y Hans Drews con Moreno Londoño y Cía. Ltda. Planta primer piso Planta segundo piso Planta tercer piso Foto fachada principal Perspectiva fachada principal Perspectiva fachada posterior

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Carrera 14 con calle 60, Bogotá. 1954 Robledo & Drewsl Planta primer piso Planta tipo, segundo y tercer pisos Planta de servicios Perspectiva Carrera 14 a con calle 61. Bogotá. 1954 Robledo & Drews Fotografía: autor desconocido Planta primer piso Planta segundo piso Fachada principal


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constante en las casas pareadas, construidas la una en 1951, y la otra en 1952 (A. Robledo Ocampo, 2005: 14-15). Para Herberto Segura realizó otras dos casas, una en el barrio El Recuerdo de Bogotá, y la otra en Chapinero, en 1955, cuando ya había fundado la compañía con Hans Drews, las cuales conservan algunas de las características antes descritas; la primera, el antepecho corrido, mientras la segunda resalta los paneles verticales de lleno y vacío, y mantiene la línea horizontal que definen los antepechos y balcones (A. Robledo Ocampo, 2005: 28-29).

Con Cuéllar Serrano Gómez, 1952-1954 Desde el segundo año de su carrera, a los diecisiete años, se vinculó como dibujante con Cuéllar Serrano Gómez, la empresa que lideraba la aplicación del lenguaje moderno en la arquitectura no sólo con la utilización de geometrías ortogonales en planos y volúmenes desprovistos de ornamento, sino con el empuje a la industrialización de la construcción, mediante la modulación y racionalización el diseño arquitectónico y la utilización de los nuevos materiales como el concreto reforzado y el vidrio. En entrevista con la Sociedad Colombiana de Arquitectos, Arturo Robledo recuerda la importancia de este trabajo en su formación. Él dice:

Siendo estudiante de segundo año, les había dibujado obras como el material gráfico para el hospital San Carlos, dos proyectos de la clínica David Restrepo, edificios, residencias que me dieron una aproximación a la escala, por la verificación inmediata del dibujo con la obra, y una

visión que me atrevo a calificar de íntima, del dominio y la riqueza de Serrano y Largacha, al tiempo que observaba en acción el trabajo de arquitectura de Carlos Arbeláez y Jaime de la Torre, y de los ingenieros Doménico Parma, Rafael Serrano, Víctor Trejus, Luis Alejandro Tovar, Enrique Acosta (A. Robledo Ocampo, 2005: 178). Desde muy temprano Arturo Robledo estuvo ligado a la realización de grandes proyectos que fueron encargados a Cuéllar Serrano Gómez, como los de la empresa Siderúrgica de Belencito en Paz del Río, donde tuvo la oportunidad de trabajar en los proyectos de la vivienda y la escuela para los empleados de esta industria. También desarrolló diferentes elementos prefabricados que luego fueron utilizados en obras tales como el edificio de Ecopetrol, de la misma firma. Cuenta Arturo Robledo que José Gómez Pinzón, en su cargo de gerente ejecutivo de la firma, decidió adjudicarle diferentes responsabilidades en torno a las construcciones en diferentes localidades de Boyacá, dependientes de la Siderúrgica de Paz de Río, las cuales él enumera de la siguiente manera:

… el diseño, las compras y los suministros; la relación con los ingenieros de obra; y la dirección arquitectónica de los edificios de todo tipo que fue necesario levantar; y autoridad para entenderme directamente con los directores de Paz del Río y con los interventores y contratistas extranjeros (A. Robledo Ocampo, 2005: 178). Los proyectos que se le encomendaron a Arturo Robledo en esta empresa fueron realizados en muchas ocasiones, en compañía de

Hans Drews Arango, quien al igual que él fue contratado desde que estaba en su segundo año de carrera. Esos proyectos fueron: las casas para empleados en Paz del Río (fig. 41), en 1953, las casas para ingenieros en Santa Teresa, Paz del Río y Mina la Chapa (1953) que contaron entre otros equipamientos, con Caja de Ahorros (fig. 42), y en Belencito en 1954. El Club de ingenieros para está agrupación lo desarrolló la firma Robledo Drews en 1956 (fig. 43). Los diseños de las casas los desarrollaron estos jóvenes aprendices de arquitectura a partir de unos esquemas básicos de Gabriel Serrano. Las agrupaciones urbanas fueron propuestas de Arturo Robledo a quien se le había asignado esa responsabilidad. Entre los proyectos para Belencito, también figuran en el mismo año algunas casas para empleados (fig. 44), las cuales, según sus propias palabras, se consideraban como “casas de urgencia” (A. Robledo Ocampo, 2005: 26) que se diseñaron para albergar personal técnico proveniente de Francia. Esta labor la atendió desde el anteproyecto hasta el amoblamiento final, con el apoyo de Antonio Bierman que tenía un almacén de muebles (A. Robledo Ocampo, 2005: 26). Las agrupaciones contemplaron proyectos de equipamientos varios, como son: para Belencito, un plan general, central telefónica y espacios de recreación, edificio de correos, laboratorios físico y químico y caja de ahorros; para Paz del Río, Iglesia y casa cural (con Luis Acevedo); para la Chapa, casa de baños para mineros del carbón, garaje de locomotoras y casino para empleados. Además de lo mencionado, tuvo que trabajar en asuntos concernientes a la revisión y adaptación de proyectos de edificios para procesos industriales.

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fig. 42. Casas para ingenieros,

Paz del Río Santa Teresa, Paz del Río y Mina la Chapa, Boyacá. 1953 Cuéllar Serrano Gómez con Arturo Robledo y Hans Drews Fotografía: autor desconocido Localización general Plantas, agrupación casas tipo Casas tipo

fig. 41. Casas para empleados,

Paz del Río Paz del Río, Boyacá. 1953 Cuéllar Serrano Gómez con Arturo Robledo y Hans Drews Fotografía: autor desconocido Localización general Plantas, agrupación casas tipo Casas tipo Perspectiva del conjunto

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fig. 43. Casas y club de

Ingenieros en Belencito Belencito, Boyacá. 1954 Proyecto casa: Cuéllar Serrano Gómez con Arturo Robledo y Hans Drews Proyecto Club de Ingenieros: Robledo, Dreus & Castro, 1956 Localización general Planta casa tipo Planta Club de Ingenieros Maqueta Club de Ingenieros

fig. 44. Casas para empleados y

Caja de Ahorros, Belencito Belencito, Boyacá. 1954 Cuéllar Serrano Gómez con Arturo Robledo y Hans Drews Proyecto Caja de Ahorros: Robledo y Drews Localización general Agrupacion casas tipo Perspectiva general Planta casas tipo Planta Caja de Ahorros Fachada principal Caja de Ahorros Fachada lateral Caja de Ahorros

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En estas primeras obras se advierte el manejo racional y sistemático de los espacios en las viviendas de un solo piso. En ellas es posible caracterizar la clara zonificación por actividades, propia del pensamiento arquitectónico moderno en el que se había formado, en la que se identifican la zona de acceso y servicios, la social y la de dormitorios. El proyecto sigue una modulación en su construcción que incide en la fachada, donde se suceden vanos de ventanería sobre antepechos que conforman un plano vertical, y cerramientos como paneles que van de piso a techo, y logran un ritmo constante, mientras las cubiertas en placa de cemento, se inclinan lo necesario para terminar el volumen y permitir la caída del agua que se recoge en canales de borde con bajantes. Cuando Arturo Robledo se refiere al tratamiento de la fachada en el caso de las casas de empleados de Santa Teresa, en Paz del Río, lo califica de muy “italiano”, quizás por la influencia de Bruno Violi, como sucedió con las casas de Herberto Segura (A. Robledo Ocampo, 2005: 22). Las agrupaciones se adecuan n en cada caso a las características del terreno y conforman espacios de vecindario para el uso colectivo.

Robledo & Drews, 1954-1955 y 1958-1961, y Robledo, Drews y Castro, 1954-1958 Como lo cuenta Arturo Robledo, fue por iniciativa de Hans Drews, luego de haberse retirado de Cuéllar Serrano Gómez y un poco tiempo antes de viajar a Europa, que ambos fundaron la compañía Robledo & Drews, la cual empezó a realizar proyectos desde 1954 (A. Robledo Ocampo, 2005: 32). El viaje de Hans Drews aportó a la firma información

muy valiosa acerca de las últimas tendencias en arquitectura, y especialmente sobre las que estaban en auge en los países del norte, como Suecia (A. Robledo Ocampo, 2005: 32 y 62). A finales de 1954 se vinculó el arquitecto Dicken Castro, y se constituyó la firma Robledo, Drews y Castro. Dicken Castro, muy cercano a Hans Drews, acababa de regresar de Estados Unidos empapado de referencias sobre la nueva arquitectura que se estaba realizando en ese país, las cuales, al igual que las aportadas por Hans Drews, enriquecieron al equipo de trabajo. Dicken Castro permaneció en la firma hasta 1958, pues de nuevo emprendió viaje.

Vivienda Unifamiliar Las obras realizadas en 1954, en los inicios de la firma Robledo & Drews, fueron en su mayoría de viviendas unifamiliares y multifamilliares. La primera casa que aparece es la de Hernando Martínez Cárdenas en Bogotá (fig. 45), proyectada en dos pisos, con la zona social y la de servicios en el primero, y la de dormitorios en el segundo. La casa posee la característica anotada, un núcleo a la manera de pivote que enfatiza el afianciamiento en la tierra, conformado por accesos, circulaciones interiores y escaleras, desde donde se desprenden la zona social que tiene su propia ambientación, y la de dormitorios con carácter privado e íntimo (A. Robledo Ocampo, 2005: 32-33). Carlota Zuleta de Martínez, propietaria de la casa recuerda: … La casa se dividía en dos: una sección era para nosotros, Hernando y yo, los adultos;

la otra sección de la casa era para los niños, con un gran salón para que tuvieran donde hacer tareas, donde guardar los objetos… y las alcobas de ellos estaban alrededor de una terraza muy buena. Y teníamos una sala nuestra… porque era todo en la parte social, y alcobas nuestras; era muy funcional... La alcoba del servicio quedaba arriba, para que cuando nosotros saliéramos de noche las muchachas se encargaran de los niños… El hecho es que mi recuerdo de Arturo como arquitecto, es que él empezaba desde adentro de la familia, para saber qué quería la familia, y para saber entonces cómo hacía la casa99.

De la misma época es el anteproyecto de la casa para Benjamín Alvarado en Bogotá (fig. 46), desarrollado en tres plantas, destinada la primera a la zona social y de servicios, la segunda a los dormitorios, y la tercera, a una terraza jardín y sala de juegos, donde se manifiesta la influencia de Le Corbusier (A. Robledo Ocampo, 2005: 36-37). Willy Drews se refiere a la arquitectura de los entonces jóvenes arquitectos en los siguientes términos: … Hacían ellos [Arturo Robledo, Hans Drews y otros] una arquitectura que en su momento era lo que nosotros los jóvenes estábamos mirando. Era una arquitectura que tenía mucha influencia de Alvar Aalto, de los finlandeses, que se veía en el uso del ladrillo, en el manejo de los espacios, pero sobre todo era de una lógica y una racionalidad muy importantes, y… el

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Tomado del testimonio de Carlota Zuleta de Martínez sobre Arturo Robledo. Bogotá, febrero de 2008. Recolectado para esta investigación.


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fig. 45. Casa para Hernando

Martínez Cárdenas Bogotá, carrera 11 con calle 88. 1954 Robledo & Drews Planta primer piso Planta segundo piso Corte transversal Corte longitudinal Perspectiva general

rigor era uno de los aspectos esenciales. Entonces, para nosotros, los que estábamos empezando a estudiar en ese momento era el tipo de arquitectura en la cual creíamos, y era lo que se estaba tratando de enseñar por lo menos aquí en la Universidad de los Andes. Los espacios tenían que ser adecuados a la función, no había malabarismos arquitectónicos ni malabarismos estructurales. Eran unas cosas muy racionales, de muy alta calidad, y por eso es una lástima que no hayan figurado de forma más importante en la historia de la arquitectura del siglo XX100.

Cuando ingresó Dicken Castro, la firma continuó resolviendo encargos la gran mayoría de las veces, de vivienda unifamiliar y multifamiliar. Las características anotadas sobre las primeras viviendas siguieron estando presentes. Entre las viviendas unifamiliares realizadas en el lapso de 1954 a 1957, además de las ya mencionadas, figuran, en Bogotá, las casas para Germán Alvarado (fig. 47), Jaime Durán (fig. 48), Blas Buraglia (fig. 49) Jaime Torres, Pedro Celis (fig. 50), Emilia Zuleta de Calderón (fig. 51), Fernando Restrepo (fig. 52), Miguel Nalús (fig. 53), Alberto Lotero (fig. 54), casa y edificio para Jorge Nalús (fig. 55 y fig. 56), Alonso Londoño (fig. 20), Margoth Torres de Campo (fig. 57), y en Cali, una casa para Mario Castro (fig. 58)101.

100 Tomado del testimonio del arquitecto Billy Drews sobre Arturo Robledo Ocampo. Bogotá, febrero de 2008. Recolectado para esta investigación. 101 Al final de este documento se incluye un listado con la totalidad de las obras encontradas en el archivo personal de Arturo Robledo Ocampo.

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fig. 47. Casa para

Germán Alvarado fig. 46. Casa para Benjamín Alvarado Bogotá, carrera 5 con calle 69. 1954 Robledo & Drews Planta primer piso Planta segundo piso Planta tercer piso Perspectiva fachada principal

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Bogotá, barrio San Felipe. 1955 Robledo Drews & Castro Fotografía: autor desconocido Planta primer piso Planta segundo piso Corte Longitudinal Corte fachada Fachada principal


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fig. 48. Casa para Jaime Durán Bogotá, Park Way, barrio La Soledad. 1954 Robledo, Drews & Castro con Álvaro Moreno Planta baja Planta principal Corte

fig. 49. Casa para

Blas Buraglia Bogotá. 1955 Robledo, Drews & Castro con Obregón & Valenzuela Perspectiva: Hans Drews Planta baja Planta principal Corte Perspectiva

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fig. 50. Casa y estudio

para Pedro Celis BogotĂĄ, carrera 1E No. 74-75. 1956 Robledo, Drews & Castro Perspectiva estudio: Beatriz GarcĂ­a Moreno Casa, planta primer piso Casa, planta segundo piso Estudio, planta baja Corte longitudinal, casa y estudio Detalles estudio Corte detalle estudio Detalle estudio Detalle estudio Interior estudio

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fig. 52. Casa para

Fernando Restrepo Suba, urbanización Provenza. 1956 Robledo, Drews & Castro Perspectiva general: Hans Drews Planta principal Planta baja Corte transversal Perspectiva fachada principal Perspectiva general

fig. 51. Casa para Emilia Zuleta de Calderón Bogotá, carrera 15 con calle 88. 1956 Robledo, Drews & Castro Planta principal Planta baja Corte longitudinal Perspectiva fachada principal Perspectiva fachada posterior

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fig. 53. Casa para Miguel Nalús Bogotá, calle 80 No. 9-69. 1956 Robledo, Drews & Castro Planta primer piso Planta segundo piso Planta tercer piso Perspectiva fachada principal

fig. 54. Tres casas para Alberto Lotero Bogotá, carrera 14 con calle 50. 1956 Robledo, Drews & Castro Planta primer piso Planta segundo piso Perspectiva general

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fig. 55. Casa para

Jorge Nalús Bogotá, carrera 19 con calle 85. 1957 Robledo, Drews & Castro Perspectiva: Hans Drews Planta primer piso Planta segundo piso Corte longitudinal Perspectiva interior

fig. 56. Edificio para

Jorge Nalús Bogotá. 1957 Robledo, Drews & Castro Planta primer piso Planta segundo piso Planta tercer piso Planta cuarto piso Corte longitudinal Perspectiva fachada principal Perspectiva general

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fig. 57. Casa para Margoth

Torres de Campo Bogotá, avenida circunvalar con calle 76A. 1958 Robledo, Drews & Castro Fotografías: Carlos Hernández Llamas Perspectiva interior: José Enrique. Robledo Planta primer piso Planta segundo piso Corte longitudinal Corte longitudinal Fachada principal Cortes detalle estudio Detalle estudio

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fig. 58. Casa para Mario Castro Duque Cali, barrio Santa Mónica. 1955 Robledo, Drews & Castro Fotografías: Dicken Castro Planta principal Planta baja Corte longitudinal Perspectiva general Fachada principal Patio interior

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En relación con estas obras se señalan los comentarios que hace Arturo Robledo sobre la Casa Celis, de 1956:

fachada que ya estaba proyectada y que no corresponde mucho con lo que sucede en el interior (A. Robledo Ocampo, 2005: 56).

La última vivienda cuyo proyecto trabajamos con Dicken Castro es la casa para don Pedro Celis, que se hizo en dos etapas: la primera corresponde a la parte alta en dos pisos, que es una obra donde el criterio de economía fue fundamental, prácticamente sin acabados, los materiales están a la vista, la novedad en el tratamiento de los muros a la vista es que las juntas no se marcaron, ahora muy de moda. La urbanización permitía que el que primero construyera tomara la franja de servidumbre que hay al fondo de los lotes donde van los desagües de las viviendas de la parte alta, con un ancho de tres metros y es, desde luego, área non aedificandi. Dos años después se ocurrió la idea de construir un estudio taller en el fondo del lote, pero como no se podía construir contra el lindero posterior por su condición non aedificandi, se ocurrió la idea de darle frente al estudio y al taller sobre esa zona y más bien hacer un jardín en la cubierta. La construcción en una bóveda de empuje en rasilla, los muros de contención son en piedra, las medianeras son en ladrillo a la vista. Fundamentalmente la casa en la parte alta es de Dicken, pero la solución de la escalera y el salón, que no estaba muy madura, fue mi decisión, aprobada por el cliente sin modificar para nada la

De este comentario se resaltan la correspondencia entre la economía y la apariencia del material que se deja al descubierto, la posibilidad de desarrollo progresivo que aparece en la manera de edificar esta arquitectura, y la modalidad del trabajo de los arquitectos alrededor de un mismo proyecto.

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Y luego, sobre la Casa de Margoth Torres de Campo, de 1958, dice el arquitecto:

Es una obra que recoge algunas de las especificaciones de la casa Celis, tratada con mucho más rigor y economía. El aspecto interior, a base de madera, ladrillo y estuco blanco, tiene de nórdico. Hans Drews había tenido la oportunidad de recorrer el barrio Sholom de Arne Jacobsen que habíamos admirado en revistas, lo mismo que la obra de Gunnar Asplund, Sven Makelius y otros suecos de los llamados neoempíricos por Bruno Zevi, que dirigieron nuestras miradas y nuestro interés a influencias liberadoras provenientes de vertientes que correspondían a manifestaciones contemporáneas diferentes. Mario Campo la amplió, construyendo sobre la cocina a continuación de la alcoba principal porque la familia se les creció, fuera de programa. De todas maneras la ampliación es muy discreta, cuando volví a la

casa años después, no percibí perturbación alguna (A. Robledo Ocampo, 2005: 58). Este comentario es muy diciente de cómo esta firma de arquitectos fue una de las pioneras en el país en acoger tendencias que mostraban desarrollos de la arquitectura moderna diferentes a los provenientes de Francia y Alemania. En sus proyectos aparece la relación con la historia y particularmente con la arquitectura escandinava, a la vez que la posibilidad del desarrollo gradual, que en este caso, pudo hacerse sin mayores perturbaciones, como él mismo lo dice, porque de algún modo el espacio para ello había quedado dispuesto. Los encargos de vivienda unifamiliar continuaron durante el resto de la década, entre 1958 y 1960, bajo la firma Robledo & Drews, luego del retiro por motivo de viaje de Dicken Castro. De esta época son la casa en Bogotá para Luis Callejas (fig. 59), dos casas en Manizales para Alberto Robledo Arias y Jaime Ocampo Avendaño (fig. 60), una en Medellín para Carlos Ángel Villa (fig. 61), y dos en Cartagena para Juan Pupo Mora (fig. 62). Un ejemplo anecdótico y curioso es el de las viviendas en serie proyectadas por Arturo Robledo y Rogelio Salmona (fig. 63), en 1958, que a pesar de haber tenido su origen en una conversación informal y de que sus esquemas apenas se dibujaron en una servilleta, han sido publicadas en más de una ocasión (A. Robledo Ocampo, 2005: 84 y 85)


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fig. 60. Casa para Jaime Ocampo Manizales. 1959 Robledo & Drews Planta primer piso Planta segundo piso Corte fachada Perspectiva fachada interior

fig. 59. Casa para

Luis Callejas Bogotá, urbanización El Lago. 1958 Robledo & Drews Planta primer piso Planta segundo piso Corte Corte Esquema Fachada principal

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fig. 61. Casa para

Carlos テ]gel Villa Medellテュn, barrio El Poblado. 1958 Robledo & Drews Planta Corte transversal Corte transversal Perspectiva general Perspectiva fachada principal Corte transversal

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fig. 62. Dos casas

pareadas para Juan Pupo Mora Cartagena, Bocagrande. 1959 Robledo & Drews Fotografía: Hans Drews Planta primer piso Planta segundo piso Corte longitudinal Fachada principal Perspectiva general

fig. 63. Casas en serie Prototipo. 1958 Arturo Robledo y Rogelio Salmona Planta primer piso Planta segundo piso Corte longitudinal Planta de cubiertas Maqueta

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Vivienda multifamiliar El edificio de renta fue uno de los temas de la época que se generalizó y evidenció el florecimiento de la vida urbana. En muchas ocasiones no se destinaban únicamente a vivienda, sino que incluían otros usos como los comerciales u otro servicio. Un ejemplo de ello, realizado en colaboración con Moreno y Londoño, fue el Edificio para Rogelio Sánchez (fig. 64) en Bogotá en 1956, localizado en Chapinero Alto. En el proyecto se conforma un punto fijo hacia la mitad del lote desde donde se distribuyen los

fig. 64. Edificio de apartamentos

para Rogelio Sánchez Bogotá, calle 65 No. 5-61. 1956 Robledo, Drews & Castrol Fotografía: autordesconocido Planta primer piso. Planta piso tipo Esquemas planta Perspectiva fachada principal Perspectiva fachada interior Fachada principal

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apartamentos. La estructura con base en vigas y columnas queda expuesta en la fachada, y se convierte en motivo de su resolución plástica, pues en cada uno de los espacios de la retícula se confinan los antepechos y las ventanas, y su conjunto conforma franjas horizontales que se suceden paralelamente, entre los pisos segundo y cuarto. En el primer piso hay un local destinado a tienda de escala de barrio (A. Robledo Ocampo, 2005: 60-61). Otro de tales edificios diseñado a nivel de anteproyecto, que contó con la colaboración del arquitecto Álvaro Moreno, fue el de Marco Tulio Quijano (fig. 65), en Sogamoso, Boyacá en 1954, con un programa que incluía cuatro apartamentos, teatro y locales comerciales (A. Robledo Ocampo, 2005: 44 y 45). Deben también mencionarse en Bogotá, los proyectos para el Local con vivienda (fig. 66) en 1954, y el edificio para Mopal (fig. 67), en 1955, y el edificio para Fernando Arango en 1956.

fig. 65. Edificio de renta con

locales y teatro para Marco Tulio Quijano Sogamoso, Boyacá. 1954 Robledo, Drews & Castro con Álvaro Moreno Perspectiva general Planta tipo apartamentos

Acerca de las edificaciones de uso mixto –vivienda multifamiliar con locales de uso comercial–, realizadas en este período, vale la pena mencionar el anteproyecto presentado en el concurso para la sede del Banco Industrial Colombiano, BIC, sucursal Antiguo Country (fig. 68), un “banco para señoras” según cuenta Arturo Robledo (A. Robledo Ocampo, 2005: 82), que se hizo por encargo de la firma de ingenieros de Enrique García Reyes, una de las invitadas a participar en el concurso. La propuesta localizada en un lote esquinero, consiste en un cubo horadado de acuerdo con las funciones de vivienda y financieras que alberga, un sótano para estacionamientos, y accesos en el primer piso para las oficinas del banco y los apartamentos que se distribuyen en los pisos superiores.

Urbanizaciones En sus comienzos, la firma Robledo & Drews tuvo la oportunidad de proyectar dos urbanizaciones, la primera de ellas, en Pereira en 1954, fue un encargo del Banco Central Hipotecario que contó con la colaboración del arquitecto José Ignacio Vásquez (fig. 69). Sobre este proyecto dice Arturo Robledo:

Son casas para clase media, del tipo que hacía el Banco Central Hipotecario en varias ciudades, de más o menos 150 metros cuadrados, en este caso con cuatro alcobas y un baño arriba, servicios, salón comedor, sitio para el automóvil, en un lote que cae hacia una quebrada, que corre por el lindero sur del lote. Tienen un mismo piso alto de dormitorios, los pisos inferiores cambian con la pendiente de cada lote, incluso dentro de una misma cuadra… (A. Robledo Ocampo, 2005: 34). Además de la anotación sobre la topografía que se convirtió en motivo importante del diseño de la casa, Arturo Robledo se refiere al clima, a sus condiciones de humedad, y a cómo esta circunstancia determinó la propuesta de la cubierta, lograda con una placa de anchos aleros y canaletas en los bordes para recoger el agua y proteger la edificación de la humedad (A. Robledo Ocampo, 2005: 34-35). La implantación se rige por la ruta del sol y busca la exposición o protección de acuerdo con la ubicación del lote. La topografía inclinada, en muchos de los casos, incide en las plantas y se aprovecha para diferenciar ambientes de acuerdo con las varias actividades. Las viviendas presentan una organización en tres zonas, donde una de ellas se configura como un punto fijo, con circu-

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fig. 66. Local con vivienda

para Mopal BogotĂĄ, Chapinero. 1954 Robledo & Drews Planta primer piso Planta segundo piso Perspectiva fachada principal

fig. 67. EdiďŹ cio de apartamentos para Mopal BogotĂĄ, calle 32 con carrera 18. 1955 Robledo, Drews & Castro Planta locales y consultorios Planta apartamentos, primer nivel Planta apartamentos, segundo nivel Corte longitudinal Perspectiva general

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fig. 68. Edificio de

apartamentos y sucursal del Banco Industrial Colombiano Bogotá, carrera 17 con calle 85. 1957 Robledo, Drews & Castro Planta local banco Planta semisótanos, garajes, servicios Planta apartamentos en un piso Planta apartamentos dúplex, primer nivel Planta apartamentos dúplex, segundo nivel Corte Perspectiva general

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fig. 69. Barrio Banco

Central Hipotecario Pereira. 1954 Robledo & Drews con José Ignacio Vásquez Fotografías: autor desconocido Localización general Planta tipo uno y dos, primer piso Planta tipo tres, primer piso Planta tipo cuatro, primer piso Planta tipo, segundo piso Esquema fachada conjunto Corte casas tipo tres Conjunto Corte casas tipo uno y dos Maqueta Esquema fachadas Casas

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fig. 70. Urbanización

Instituto de Fomento Industrial, planta de fertilizantes Barrancabermeja, Santander. 1955 Robledo, Drews & Castro Perspectiva: Hans Drews Perspectiva general Localización general Planta casas tipo

fig. 71. Urbanización

El Parnaso para Ecopetrol Barrancabermeja, Santander. 1957 Robledo, Drews & Castro con Guillermo Bermúdez y Germán Samper Perspectiva general: Jaime Vélez. Perspectiva detalle: Hans Drews Localización general Planta tipo uno, primer piso Planta tipo uno, segundo piso Perspectiva de las casas Perspectiva centro cívico Perspectiva aérea

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laciones y servicios, las otras dos, la social y la de dormitorios, se dirigen respectivamente hacia los extremos del lote, y buscan, la primera, las visuales más abiertas, y la segunda, la orientación más tranquila. Las fachadas presentan un plano conformado por llenos y vacíos, en una composición que se acerca al lenguaje neoplasticista, con muros de cierre que gracias a unas ranuras horizontales y verticales, se liberan y alivianan el volumen. La otra agrupación de vivienda encomendada a Robledo & Drews fue la urbanización La Majada (fig.19) destinada a los mineros de Paz del Río y ubicada en un costado del cañón del río Chicamocha. Aunque el proyecto tan sólo alcanzó un nivel de esquema, la agrupación anticipó futuros planteamientos y propuestas urbanas de Arturo Robledo. Esta urbanización parte de un damero conformado por los lotes de las casas que es atravesado por una vía principal a la manera de eje, desde donde se desprenden en forma ortogonal, hacia cada uno de los lados, vías secundarias y caminos peatonales internos. Arturo Robledo dice que “El esquema propone unas casitas muy compactas pero aisladas con más espacios en la agrupación” (A. Robledo Ocampo, 2005: 38). En 1955 cuando ya se ha integrado Dicken Castro, la firma Robledo, Drews y Castro recibe el encargo de la urbanización para vivienda del Instituto de Fomento Industrial planta de fertilizantes, en Barrancabermeja (fig. 70), proyecto en el que se evidencia una gran atención al clima por la orientación de las casas, los amplios aleros de la cubierta en placa que vuelan libres sobre las columnas, mientras los muros en forma de paneles permiten la ventilación por la parte superior y por los costados. Las casas se organizan

siguiendo el perímetro del lote triangular, dejando la esquina ortogonal para los equipamientos comunes, y el centro como área recreativa de uso colectivo. Éste es uno de los proyectos que inaugura una modalidad de composición que aparecerá con frecuencia en futuras urbanizaciones. De 1957 es el proyecto El Parnaso, vivienda y urbanización (fig. 71), también elaborado por la firma Robledo, Drews y Castro para obreros de Ecopetrol en la ciudad de Barrancabermeja, que contó con la participación de Guillermo Bermúdez en la propuesta de uno de los tipos de vivienda, y de Germán Samper en la propuesta urbana y en la de los locales. Arturo Robledo desarrolló los primeros tipos de vivienda y el centro cívico con escuela, cine y servicios comunales (A. Robledo Ocampo, 2005: 76-79). Barrio Polo Club para el BCH, Bogotá 1957-1958 (fig. 72) En 1957, como resultado de un concurso del Banco Central Hipotecario para la urbanización El Polo Club, la firma Robledo, Drews y Castro desarrolló inicialmente, 25 casas con proyecto urbano incluido en el costado oriental, y luego, seis casas más, al norte. Con esta obra lograron dejar una notable impronta en relación con la agrupación urbana, en un momento de gran expansión de Bogotá. La urbanización se localizó en aquel entonces en el borde de la ciudad, en los alrededores de la calle 80, entre las carreras quince y treinta. El trazado urbano del proyecto anticipó una de las características que estaría presente en la concepción de muchos conjuntos de vivienda en ciudades como Bogotá, como es el respeto por el peatón en su entorno, mediante la propuesta

de circulaciones peatonales y espacios abiertos y verdes de uso colectivo y escala de vecindario que le otorga singularidad y contención. Todo ello se logró con un cuidadoso manejo de la escala y de la proporción y gracias a su capacidad para lograr espacios contenidos y apropiados para el uso al que se destinan. A propósito, es interesante anotar que en los CIAM102 de la década de los años cincuenta, se produjo un cuestionamiento a la ciudad racionalista de la Carta de Atenas, que había olvidado la escala del peatón y favorecido la movilidad del automóvil103. Queda en claro en la arquitectura de la vivienda de la urbanización El Polo, su vinculación con algunas de las propuestas de Le Corbusier, no sólo en lo referente a la organización de los espacios en torno al núcleo de circulación y servicios y a la terraza jardín, sino también con respecto al tratamiento de fachada con ventanería y antepecho corrido. Pero a la par de esas similitudes, aparecieron otros rasgos que hacían alusión a la arquitectura escandinava, como el ladrillo a la vista de los muros de carga. Sobre este proyecto que fue fruto de un concurso del Banco Central Hipotecario, dice Arturo Robledo:

“La arquitectura debe ser blanca” aseguraba con vehemencia alguno de los amigos del Banco. El uso del ladrillo y la admiración por Alvar Aalto eran vistos como señales de seria debilidad mental. La expresión de las casas corresponde al sistema de construcción, los muros de carga son en ladrillo a la vista tanto en el interior como en el exterior, la fachada es una membrana liviana de protección en parte transparente y en parte opaca. Anne Berty en Architectures Colombiennes, dice que el ladrillo está usado tímidamente,

102 Congreso Internacional de Arquitectura Moderna 103 Sobre los CIAM ver (Solá Morales, 2005).

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fig. 72. Barrio Polo Club,

Banco Central Hipotecario Bogotá, carrera 24 con calle 88. 1957-1958 Robledo Drews & Castro Fotografía antigua a color: Hans Drews Fotografías actuales a color: Carlos Hernández Llamas Localización Planta casa tipo primer piso Planta casa tipo segundo piso Corte Conjunto Perspectiva interior Fachada casa Conjunto estado actual Conjunto estado actual Dibujo fachada

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pues quería todo en este material, contrariando la primera posición de los amigos del BCH. Los antepechos son livianos en bloque, la ventanería es una obra en madera de muy buena calidad (A. Robledo Ocampo, 2005: 72-73). El proyecto arquitectónico y urbano de El Polo Club fue anticipatorio de formas de vida urbana que se generalizaron en las décadas siguientes, y referencia permanente para proyectos posteriores de la ciudad. Ocurrió en un momento de grandes transformaciones sociales que fueron preludio de comportamientos concernientes a las nuevas conformaciones familiares, que en esta propuesta, encontraron una posibilidad de respuesta. Por ejemplo la casa, fue concebida pensando en las modificaciones que podría sufrir a través del tiempo sin perder los atributos originales de su arquitectura; y lo urbano ofreció nuevas maneras de habitar la ciudad. Ya no se trataba de trazar una retícula que se repitiera al infinito, sino recintos a escala de barrio, configurados mediante parques y caminos peatonales. Dicken Castro al referirse al trabajo de Arturo Robledo en esta época, dice: … Nosotros estuvimos trabajando especialmente, mientras estuve en Robledo, Drews y Castro, en las primeras casas de El Polo, que son un excelente ejemplo. Casi todo era liderado por Arturo, pero había mucha contribución de nosotros dos, tanto de Hans como mías. Colaborábamos muy bien. Hicimos Paz del Río, varios edificios, varias urbanizaciones, también con mucho éxito; una oficina que en este momento existe allá en Paz del Río, y muchísimos proyectos más104.

Otros temas en la época Entre 1954 y 1958, Robledo Drews y Castro llevó a cabo otra serie de obras y proyectos que dieron cuenta del empuje del desarrollo urbano de las ciudades en Colombia, entre ellas figuraron equipamientos de tipo gubernamental, comercial, recreativo, de salud e industrial, y de manera sobresaliente, educativo acerca del cual se hablará a continuación. Entre los primeros se cuentan: en 1954, el edificio para la Gobernación del Tolima (fig. 73) en asocio con Martínez Cárdenas & Cía, y en 1957, el edificio de oficinas para la Gobernación de Cundinamarca, en Bogotá, con la participación de Ingecon; en 1955, el edificio de oficinas para José Carlos Ángel, en Pereira (fig. 74); el centro cívico y comercial y las escuelas para los barrios San José y Cevillar del Instituto de Crédito Territorial, en Barranquilla (fig. 75); equipamientos de carácter privado como el Club Los Lagartos en Bogotá, con refugio y teatro infantil, embarcadero, pasarela, portería y control y una construcción para bombas y filtro (fig. 76); un centro colectivo en Suba, un anteproyecto con Cuéllar Serrano Gómez, para la Beneficencia de Cudinamarca, en Bogotá, y la Subestación Teléfónica de Muzú, Cundinamarca. En relación con la industria figuran: en 1956, las oficinas para Icollantas en el Muña elaboradass con Cuéllar Serrano Gómez; en 1957, un anteproyecto en Cali para la fábrica Carvajal y Cía; y en 1958, la dirección arquitectónica de los edificios de la planta de Tibitó, de la Empresa de Acueducto de Bogotá, en Zipaquirá. En el tema de la salud, vale mencionar, en 1954, la propuesta para la Clínica Country, en Bogotá (fig. 77).

fig. 73. Edificio para la

Gobernación del Tolima

104 Tomado del testimonio del arquitecto Dicken Castro sobre Arturo Robledo. Bogotá, diciembre de 2007. Recolectado para esta investigación.

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Ibagué. 1954 Martínez Cárdenas & Cía. con Robledo & Drews Planta primer piso Planta primer piso y semisótano Planta segundo piso Planta tipo oficina Corte


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fig. 75. Centro cívico y escuelas para

el barrio Cevillar del Instituto de Crédito Territorial Barranquilla. 1955 Robledo, Drews & Castro Perspectiva plaza centro cívico Perspectiva calle centro cívico Perspectiva de conjunto centro cívico

fig. 74. Edificio de oficinas

para José Carlos Ángel Pereira. 1955 Robledo & Drews Planta baja Planta mezanine Planta oficinas Corte longitudinal Corte longitudinal Fachada

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fig. 76. Remodelación y ampliación

del club Los Lagartos Bogotá. 1954-1955 Robledo & Drews y Robledo, Drews & Castro Fotografías: Dicken Castro División de Archivo y Correspondencia, Universidad Nacional Localización fuente Planta refugio, fuente de soda y otros Planta sótano, vestier y taberna Planta bar-grill, embarcadero Vistas ampliación refugio y teatro infantil Perspectiva bar-grill, embarcader Fachada norte, garajes Caseta de filtros Ampliación refugio y teatro infantil Ampliación refugio y teatro infantil Ampliación refugio y teatro infantil Ampliación refugio y teatro infantil Perspectiva general

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fig. 77. Clínica en la

urbanización Antiguo Country Bogotá. 1964 Robledo & Drews Planta primer piso planta mezanine Planta segundo piso Planta tercer piso Planta cuarto piso Planta quinto piso Planta terraza

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Es de anotar que en esta época la firma Robledo, Drews y Castro empezó a elaborar sus primeros proyectos de arquitectura relacionados con la educación, y que éste será uno de los tema a los que Arturo Robledo hará invaluables aportes en los años posteriores. De ese entonces se destaca, en 1957, la primera etapa del proyecto para la Universidad Tecnológica de Pereira (fig. 78) obtenido por concurso, que recoge la experiencia acumulada desde 1956, en obras como, el Liceo Pereira de la Universidad de los Andes (fig. 79), el colegio de primaria para la Compañía de Jesús en Pasto, y el edificio para el colegio de La Salle en Pereira (fig. 80). En 1957, bajo la firma Robledo & Drew, proyectó la escuela primaria para Acerías Paz del Río; en 1958, el colegio de primaria para la Compañía de Jesús, en Manizales, y en 1959, obtenido por concurso, el Liceo Bolívar, en Cartagena (fig. 81). Este último proyecto logró dentro de la racionalidad y la modulación alcanzada, un esquema abierto que respondió de manera adecuada al clima y se ajustó al programa solicitado que incluía auditorio, cafetería, laboratorios, aulas, biblioteca y una zona de administración y servicios (Proa, No. 266, marzo de 1977).


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fig. 78. Universidad

Tecnológica de Pereira Pereira. 1956-1957 Robledo, Drews & Castro Planta primer piso Planta segundo piso, aulas Corte transversal, talleres Fachada norte, talleres Corte edificio de aulas y edificio administración Fachada oriental, talleres Fachada aulas Perspectiva general

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fig. 80. Colegio La Salle Pereira. 1956 Robledo, Drews & Castro Divisi贸n de Archivo y Correspondencia, Universidad Nacional Planta segundo piso Mezanine sobre el segundo piso Planta auditorio Perspectiva general

fig. 79. Liceo Pereira,

Universidad de los Andes Pereira. 1955-1956 Robledo, Drews & Castro Divisi贸n de Archivo y Correspondencia, Universidad Nacional Localizaci贸n general Planta Planta inferior Fachada sur Fachada norte

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fig. 81. Liceo Bolívar Cartagena. 1959 Robledo, Drews & Castro Fotografías: autor desconocido Localización general Planta primer piso, aulas Planta aula máxima Corte aula máxima Fachada aula Fachadas aulas Detalle corredor Fachada interior Fachada norte

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1959-1960, primera pausa: Subdirector de Planeación Distrital En 1959, el arquitecto Jorge Gaitán Cortés, alcalde de Bogotá, nombró a Carlos Martínez como director de Planeación Distrital, y él, a su vez, nombró a Arturo Robledo como subdirector. En este cargo tuvo bajo su responsabilidad el estudio y propuesta de obras de gran trascendencia para la ciudad, como fueron las del Plan Regulador de Winner y Sert que tenía como base el Plan Piloto de Le Corbusier. Si bien durante el gobierno militar de Rojas Pinillla se habían llevado a cabo diferentes transformaciones en Bogotá, se hacía necesario continuar con una serie de acciones tendientes a mejorar su configuración. El plan, finalmente, fue concretado por Jorge Rivera Farfán, quien sucedió a Carlos Martínez. De esta época data la primera ley de patrimonio que empezó a tener clara visibilidad a partir de la década de los setenta, cuando se creó Colcultura, aunque que ya en su formulación contenía una normativa significativa para proteger el centro histórico de Bogotá. Este capítulo de la práctica de Arturo Robledo, a pesar de no tener una larga duración en el tiempo, debido a que fue llamado por la Universidad Nacional para ocupar la decanatura de la Facultad de Arquitectura de la sede de

Bogotá, se considera de real importancia, pues ocurre en un momento decisivo para la ciudad, cuando se empezaban a definir políticas para la puesta en marcha del Plan Regulador. Desde su cargo de subdirector y en algún momento de Director encargado, lideró algunos de los procesos que allí ese iniciaban, como fueron los estudios preliminares y de zonificación para el Centro Cívico de Bogotá (fig. 83), en conjunto con Ricardo Velásquez y Néstor Tobón. La experiencia que adquirió en esta época fue decisiva para la labor que a continuación emprendió en la Universidad Nacional, durante su primera decanatura que, como se dijo, se inició en 1960. Sobre la labor cumplida por Arturo Robledo en Planeación Distrital, Carlos Martínez escribe en la revista Proa No. 266, dedicada a presentar parte de su obra, lo siguiente: En ejercicio de su cargo asumió una directa participación en los diversos proyectos que estaban en proceso y con acertados juicios los enfocó globalmente y dirigió con ordenada discriminación todos los detalles. Entre esos figuran como principales la reglamentación de los proyectos de urbanización, y los estatutos relacionados con la zonificación y sectorización de la ciudad, estudios que lamentablemente, por habernos retirado del servicio público, no tuvieron la aprobación del Concejo a pesar de la unánime aceptación acordada por la Junta de Planificación ante la cual habían sido sustentados. En cambio el plan vial general en el que tan directamente participó y que sí contó con los tres debates reglamentarios, tuvo su aplicación directa en

el terreno bajo la dinámica administración del alcalde Virgilio Barco. Esas variadas e inteligentes intervenciones de Arturo Robledo elevaron a la Oficina a la categoría de escuela de planificación urbana a nivel superior. Así lo reconoció el cuerpo de colaboradores, ingenieros, arquitectos y técnicos que entonces figuraron en su nómina. Y según los conceptos desinteresados de algunos visitantes extranjeros, todavía después de tantos años, me es grato escuchar de no pocos de esos profesionales las expresiones de reconocimientos por la participación en el estudio de tantos y tan complejos problemas urbanos de Bogotá, adelantados en equipo y con responsabilidad conjunta (Proa, No. 266, marzo de 1977: 8).

Lorenzo Fonseca, sobrino de Carlos Martínez, recuerda a Arturo Robledo con las siguientes palabras: … Carlos se expresaba en unos términos muy elogiosos de Arturo, que era una persona extremadamente sensible, extremadamente inteligente y extremadamente ordenada, hasta el punto de que Arturo, mientras Carlos estuvo de director de Planeación, fue la mano derecha de él. Y el equipo de trabajo que armaron fue de lujo también… Hicieron mucho por la ciudad. Y creo que fue Arturo el que lideró la parte de plantear, y de poner por escrito, lo que era en ese momento el nuevo plan de ordenamiento, el plan para la ciudad. Me acuerdo que introdujeron una serie de cartillitas sobre la revisión del plan vial, y sobre la sectorización y los usos…105.

105 Testimonio de Lorenzo Fonseca Martínez, ya citado.

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fig. 82. Foto grupo de Planeación

Distrital Bogotá 1959 Carlos Martínez, primera fila, tercero de derecha a izquierda; Arturo Robledo, segunda fila, centro

fig. 83. Centro Cívico de Bogotá Bogotá. 1960-1961 Planeación Distrital. Arturo Robledo, Ricardo Velásquez y Néstor Tobón Planta Perspectiva de la propuesta para la Plaza de Nariño Maqueta

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1961-1968, vivienda, arquitectura escolar y algo más Arturo Robledo inició su práctica independiente en 1961 (A. Robledo Ocampo, 2005), luego de dejar su cargo en Planeación Distrital y aceptar la decanatura de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, la constancia de su ejercicio la respaldan las numerosas licencias solicitadas a las directivas de esta institución, que se encuentran en los archivos de la Universidad Nacional. Por esta época fallece su amigo y socio Hans Drews Arango, decano en ese momento, de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de los Andes. La muerte trágica de este joven y prometedor arquitecto dejó en la vida de Arturo Robledo una honda herida que nunca sanó totalmente, y unos interrogantes que nunca encontraron respuesta. La década de los años sesenta trajo consigo un giro en el tipo de proyectos que hasta ese momento había realizado. No obstante que dentro de la actividad profesional, el tema de la vivienda unifamiliar continuaba vigente, en su hoja de vida solamente aparecen dos casas registradas, mientras que el resto de proyectos se centra en conjuntos multifamiliares destinados a atender el crecimiento acelerado de la ciudad, el cual se apreciaba en las extensas áreas de asentamientos informales que acogían a numerosos inmigrantes de escasos recursos

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económicos que llegaban a Bogotá y a otras ciudades principales, en busca de oportunidades de trabajo y de mejor calidad de vida, luego de haber sido desplazados de sus lugares de origen por los conflictos socio-políticos del país. A la par de esto, también dentro de la misma área urbana, ocurría una movilidad interna de los diferentes estratos socio-económicos que se reacomodaban de acuerdo con las nuevas circunstancias, y demandaban soluciones urbanas y arquitectónicas. Además de la vivienda, los equipamientos de salud, educación y recreación, empezaron a ser una necesidad inaplazable para la ciudad. Muchas de estos pedidos se convirtieron en proyectos y obras en la práctica profesional que Arturo Robledo realizó en esta década, como a continuación se describe.

Vivienda unifamiliar Como se dijo, de esta década datan dos casas unifamiliares en Bogotá: la casa Habitec (fig. 84), en el barrio Bellavista, en 1961, y un anteproyecto de la casa para Mariela de Camargo (fig. 85), en el barrio La Macarena, en 1967. La primera de ellas, conocida también como la casa Hoffman, y proyectada y construida por Arturo Robledo cuando la sociedad Robledo & Drews se encontraba en liquidación (A. Robledo Ocampo, 2005: 102-103), merece una atención especial. Localizada sobre la avenida circunvalar en Bogotá, en un lote con terreno inclinado, esta casa que se desarrolla en dos plantas con diferentes niveles, da cuenta de su gran madurez y solvencia en el manejo de la arquitectura de la vivienda. En ella como en casos ya citados, se combinan la claridad del manejo de los espacios

sociales, de dormitorios y de servicios con un fuerte enraizamiento logrado por la concentración de los accesos y las circulaciones. Aunque los ambientes se diferencian entre sí por su proporción, acabados e iluminación, se interceptan unos con otros mediante desniveles y dobles alturas sin desdibujar la función para la cual fueron concebidos. Es notoria la libertad de la fachada principal, expuesta al poniente, pero protegida del sol por el retroceso de la ventanería y el franco muro que a la vez que la sostiene, encuadra la zona social ya aislada del ruido de la vía por un muro de piedra y un jardín adyacente. La ventanería con leves cambios en los antepechos, expone en fachada la diferenciación y jerarquización de los espacios interiores; el salón se amplia con el leve ángulo hacia el exterior de la suya, y el comedor encuentra una variación y modo de hacerse visible cuando su ventana muerde el antepecho y rompe la línea horizontal continua, marcada por los marcos en madera de las demás. En el nivel más alto se resuelven los dormitorios con una circulación propia sobre el vacío de la zona social, y ventanería sobre la fachada posterior que se recuesta en la topografía del lote. La construcción es en ladrillo a la vista tanto en el exterior como en el interior.

Conjuntos de vivienda multifamiliar En relación con la vivienda multifamiliar, vale la pena detenerse en cuatro proyectos que elaboró en esta década y ofrecen propuestas urbanas y arquitectónicas de interés, en relación con el crecimiento de la ciudad. El primero de


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fig. 85. Casa para Mariela de Camargo fig. 84. Casa Habitec para

Marlene Hoffman Bogotá, avenida circunvalar con calle 75. 1961 Arturo Robledo con Álvaro Moreno Fotografías: Carlos Hernández Llamas Planta primer piso Planta segundo piso Corte longitudinal Fachada principal Fachada principal Fachada principal

Bogotá, carrera 4 entre calles 29 y 30. 1967 Arturo Robledo con Alberto Moreno (esquema inicial) Desarrollo posterior: Luis Acosta Méndez y Míndele Vargas de Acosta Planta primer piso Planta segundo piso Planta tercer piso Planta cuarto piso Corte longitudinal Fachada principal

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ellos es el de la Supermanzana 5 en Techo (fig. 86), promovido por el Instituto de Crédito Territorial, en el sector hoy conocido como Ciudad Kennedy; el segundo, es el conjunto de vivienda de la calle 26 con carrera 32 (fig. 87), un encargo del Banco Central Hipotecario; el tercero, es Las Colinas, realizado para la Caja de Vivienda Popular (fig. 88); y el cuarto, también por iniciativa el Banco Central Hipotecario, es la urbanización Hacienda Córdoba (fig. 89 ). Supermanzana 5 en urbanización Techo, Bogotá 1961 (fig. 86) Este fue el primer proyecto que Arturo Robledo realizó luego de la muerte de Hans Drews Arango, y como el mismo lo reconocía, le permitió elaborar parte del duelo por tan dolorosa pérdida106. El tema que enfrentó fue el de la vivienda social, con el que sentía un gran compromiso como lo manifestó en esa misma época, en la celebración de los 25 años de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, cuando señaló como prioritario para el arquitecto, atender con la mayor calidad y buscar respuestas a la escasez de vivienda de los sectores menos favorecidos. Cuando elaboró el proyecto se desempeñaba como asesor del Instituto de Crédito Territorial. El proyecto se localizaba en terrenos del antiguo aeropuerto de Techo, hoy Ciudad Kennedy, como parte de una ambiciosa urbanización de vivienda social llevado a cabo por iniciativa del entonces presidente de la República, Alberto Lleras Camargo, y con el apoyo financiero de la Alianza para el Progreso (A. Robledo Ocampo, 2005: 104-105). En la supermanzana 5 de forma rectangular, con área cer-

106 En algunas conversaciones con la autora de esta investigación, Arturo Robledo hizo referencia a este hecho.

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fig. 86. Supermanzana 5,

Techo, para el Instituto de Crédito Territorial Bogotá, Urbanización Techo (Ciudad Kennedy). 1961 Arturo Robledo Localización general Detalle localización Variaciones en la agrupación de apartamentos Planta apartamentos tipo uno Planta apartamentos tipo dos Planta apartamentos tipo tres Planta apartamentos tipo cuatro Fachada bloques Fachada bloques Fachada bloques Corte edificio Corte edificio Corte por escaleras Perspectiva detalle conjunto Perspectiva detalle conjunto


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cana a las 14 hectáreas se acomodaron 1200 apartamentos repartidos sobre una retícula en ocho agrupaciones de bloques de cuatro pisos y área central con servicios de uso comunal, y dos alrededor de los accesos principales en los bordes oriental y occidental. Los edificio en los bloques están dispuestos uno al lado del otro, con un leve desplazamiento, que permite la configuración en forma circular del espacio central, y confiere a todo el proyecto, notable sinuosidad y movimiento. Las circulaciones vehiculares se resuelven como límite entre una y otra agrupación, mientras las circulaciones peatonales que van a la par de éstas, se introducen en el interior de cada módulo o llevan hasta la zona central de la supermanzana propuesta como área libre de uso comunitario. Las circulaciones peatonales acompañan el ingreso al punto fijo de cada edificio, donde se encuentran las escaleras cruzadas que conducen a los diferentes pisos. Éstas parten de una planta en forma de s que facilita su desarrollo en menor espacio y despliegan en alzado un movimiento y ritmo particulares que confiere singularidad a todo el conjunto. El interior de los apartamentos consta de un área fija de servicios, de una planta libre con posibilidad de divisiones diversas para las actividades sociales y los dormitorios. Este proyecto representa una interesante y sugerente propuesta para la vivienda social pues contempla entre otros aspectos, la economía y flexibilidad necesarias en este tipo de edificación, sin que la arquitectura pierda su dimensión poética.

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Apartamentos Calle 26 para el BCH, Bogotá 1962 (fig. 87) El conjunto de vivienda de la avenida-calle 26 con carrera 32, en Bogotá, encargo del Banco Central Hipotecario y realizado en asocio con Ricardo Velásquez, fue proyectado cuando el crecimiento de la ciudad se convertía en una realidad inaplazable de enfrentar, cada estrato económico demandaba soluciones de habitación y la ciudad requería ser densificada en aras a una mayor eficiencia. Los edificios blancos de la 26 con 32, como comúnmente se les llama, ofrecieron una propuesta de alta calidad para la configuración de tejido urbano a partir de conjuntos de vivienda con espacios de uso colectivos, y para la vivienda multifamiliar de las clases medias. Los edificio de apartamentos se suceden de manera continúa sobre los bordes occidental y oriental del lote, y conforman fachadas perpendiculares a la 26; la occidental logra continuidad, mientras la oriental se interrumpe hacia la mitad del lote, con un acceso. Entre los dos bloque se configura un espacio central de uso común, con acceso independiente desde la fachada y caminos peatonales que a través de rampas y escaleras conducen a cada uno de los edificios. El desplazamiento leve entre los edificios contiguos, como en la propuesta de Techo, permite que los edificios conformen en el extremo sur, un recinto curvo que controla la escala del espacio colectivo y crea ambientes independientes para otra actividades, entre las que se cuentan la zona de juegos de niños. Con los movimientos sinuosos logrados con tal disposición, las formas orgánicas se introduce en este proyecto a diferencia del conjunto del El Polo, donde los espacios colectivos se conformaron dentro de la trazado reticular.

Las fachadas externas, en altura de cinco pisos, se configuran con los garajes en el primero, retrocedidos del volumen en altura que vuela sobre la línea de paramento, y crea una franja de sombra antes de descansar en el piso, que confiere liviandad a la totalidad del volumen. En los demás pisos, las líneas horizontales de los antepechos cambian de altura de acuerdo con la función, los más bajos son los de los dormitorios secundarios, y los más altos, los de la zona de ropas. La fachada interior que mira hacia el espacio colectivo, se define con los frentes de los salones que poseen antepechos bajos, y con la fachada de los dormitorios principales que tiene un antepecho mayor y están dispuestas medio piso más alto. Estos detalles unidos al desplazamiento entre los edificios, dan movilidad y ritmo al conjunto. Los juegos de altura de la fachada revelan el escalonamiento de los espacios interiores, el cual recuerda la propuesta espacial del Raum Plan de Adolph Loos, que propone un espacio interior que se explota en diferentes niveles y ambientes que se interceptan unos con otros, y logran una gran variedad y riqueza espacial. Sobre este conjunto, dice Arturo Robledo:

Inicialmente estaba pensado en ladrillo, pero ante una grave escasez de material resolví cambiar. Constructivamente se diseñaron con el sistema Unicel que Doménico Parma y Prefabricaciones tenían en ese momento en el mercado. Como se ve en el corte y las plantas, los muros y los entrepisos están hechos con este sistema, conformando en efecto una jaula de concreto armado, aligerada con bloques prefabricados muy bien estudiados y muy bien ejecutados, que permitían unos revesti-


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mientos con espesores mínimos y alivianaban la estructura que sobre un suelo con baja capacidad portante requirió solo un relleno consolidado en la base de las zapatas corridas de los muros, que disminuyó también los costos de cimentación, según diseño de Víctor Romero. El sistema Unicel no se limitó a las placas y muros de carga sino a los antepechos que se ligan y son continuidad de las placas mientras los otros bordes quedan libres para que se puedan dilatar y mover, de ahí que en la obra a pesar de los sismos, de los cambios de temperatura, no hay una sola grieta, porque los efectos de ambas condiciones en los antepechos estaban previstos, y a pesar de los refuerzos de hierro, los costos se mantuvieron en unos niveles bastante bajos. La otra parte del cierre es una ventanería en madera, semejante a la del Polo, con algunas modificaciones que la aproximan a la de la Bogotá vieja (A. Robledo Ocampo, 2005: 108-109). Este conjunto de vivienda desde su ejecución, se convirtió en una referencia obligada de los urbanizadores de Bogotá, no solo por sus calidades urbanas que aportaron una modo de entender y construir la ciudad, sino también por la claridad y riqueza de la solución arquitectónica con su apropiado manejo de escala en el exterior y el interior, su control de las proporciones de acuerdo con la particularidad de cada espacio, sus espacios de transición entre los ambientes públicos y privados y en general, y por sus exploraciones a nivel constructivo (J. E. Robledo Ocampo, en A. Robledo Ocampo, 2005: 190-203). Igualmente, muchos profesores de arquitectura la toman como ejemplo

para inducir a sus alumnos en diferentes aspectos de la profesión. Enrique Triana dice sobre este proyecto: … Y es que ahí se reúnen dos características muy interesantes. Por un lado, que los edificios están técnicamente bien resueltos, de manera que se conservan impecables, y por el otro, que los habitantes los quieren tanto que los mantienen bien. Es decir, yo creo que muy pocas veces se ha dado la circunstancia que se dio allá, de que al cumplir los veinticinco años de construido el proyecto, los habitantes en lugar de buscar al arquitecto para “juzgarlo”, porque las cosas se taparon o se dañaron, lo hicieron para celebrar con él, y agradecerle porque hizo esa vivienda tan grata, y por los veinticinco años de haber vivido ahí… Además tienen los apartamentos una gran sutileza, como el trabajo con niveles que diferencia la zona social de la de alcobas, y la mayor altura en las zonas sociales… en el corte se ven las compensaciones que hacen que cada piso cambie… Y todo ese cuidado para que la casa sea grata…107.

Alberto Iván Correa se expresa al respecto: … Cuando los estudiantes abocaban el tema de la vivienda tenían que mirar ese proyecto, porque era muy bien concebido, muy bien implantado, muy racional. Y tal vez ahí había una característica destacable de la arquitectura de Arturo, y es que tenía una conjugación de libertad con racio-

107 Testimonio de Enrique Triana Uribe, ya citado.

nalidad. En ese proyecto, cuando uno mira la planta, ve que hay varios espacios que se logran, dentro de una propuesta muy racional. Y en el interior, los apartamentos tienen también diferencias espaciales, pero cuando se mira el conjunto, de nuevo es un conjunto muy racional. Entonces digamos que eso era muy seductor, y que era una lección de arquitectura que nos tocó a todos los de esa generación 108.

Otros proyectos de vivienda de la década de los sesenta En 1967, Arturo Robledo realizó el proyecto Las Colinas (fig. 88), en Bogotá, por encargo de la Caja de Vivienda Popular con destino a trabajadores del Distrito. Localizado en el sur, en el remate de la carrera Décima, este proyecto se desarrolla en dos terrenos situados al oriente y al occidente del cerro, con unidades de vivienda y equipamientos comunitarios. Las casas en dos pisos se escalonan sobre la pendiente del terreno a partir de una escalera que sigue su inclinación, las vincula y permite diferentes posibilidades de agrupación. (A. Robledo Ocampo, 2005: 118-119). A continuación, en 1968, elaboró el proyecto Urbanización Hacienda Córdoba (fig. 89) en Bogotá, para el Banco Central Hipotecario, en la avenida Suba con la calle 127, con equipamientos comunitarios sobre una zona verde continua, mientras las casas, en uno, dos y tres pisos, conforman agrupaciones menores en torno a espacios abiertos de uso colectivo, y las circulaciones peatonales conectan los diferentes ambientes. El Banco decidió luego hacer un concurso y este proyecto no fue construido (A. Robledo Ocampo, 2005: 120-121).

108 Testimonio de Alberto Iván Correa, ya citado.

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fig. 87. Apartamentos Calle 26, para

el Banco Central Hipotecario Bogotá, calle 26 con carrera 32. 1962 Arturo Robledo con Ricardo Velásquez Fotografías en blanco y negro: Germán Téllez. Fotografías actuales en color: Carlos Hernández Llamas Planta del conjunto Planta apartamento tipo Corte longitudinal edificio Corte longitudinal edificio Corte longitudinal edificio Fachada interior del conjunto Fachada acceso al conjunto, calle 26 Fachada exterior del conjunto

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La arquitec tura como modo de vida

Fotografía Germán Téllez Castañeda

Fotografía Germán Téllez Castañeda

Fotografía Germán Téllez Castañeda

Fotografía Germán Téllez Castañeda

Fotografía Germán Téllez Castañeda

ARTURO ROBLEDO, CONSTRUCTOR DE ESPACIOS ARQUITECTÓNICOS Y URBANOS

Fotografía Germán Téllez Castañeda

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fig. 87. Apartamentos Calle 26, para

el Banco Central Hipotecario FotografĂ­as Carlos HernĂĄndez Llamas Fachada sobre la calle 26 Fachada interior del conjunto Sala-comedor apartamento Fachada interior del conjunto Fachada sobre la carrera 32 Zona de juegos Fachada posterior externa Fachada principal interna Interior del conjunto

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La arquitec tura como modo de vida ARTURO ROBLEDO, CONSTRUCTOR DE ESPACIOS ARQUITECTÓNICOS Y URBANOS

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Además de estos proyectos de gran escala, en 1965 elaboró el proyecto de Apartamentos en El Cerro (fig. 90), para cuatro de sus hermanos y sus familias, y dos apartamentos para la renta. El proyecto se escalona en los cerros orientales de Bogotá, junto a la quebrada La Vieja, y dispone accesos por la parte superior y la inferior que se conectan con circulaciones internas que conducen a los apartamentos. Acerca de este proyecto, Arturo Robledo dice :

Los apartamentos son distintos pero están diseñados con los mismos criterios, dándole la misma importancia a los condicionantes de vista, inversión, topografía, etc., además del programa interno que resulta ser ligeramente diferente para adaptarlo al modo de vida de cada uno de ellos (A. Robledo Ocampo, 2005: 112). En esta última frase, donde hace referencia a las modificaciones de cada uno de los apartamentos propuestos de acuerdo con la particularidad de sus habitantes, sintetiza su entendimiento de la arquitectura. Para él, el habitar humano no puede pensarse por fuera de los modos de vida, y por ello los distintos espacios que ofrece deben tener la capacidad de ser modelados por sus moradores. Esto lo expresa claramente en el proyecto El Batán (fig. 91) de 1968, en Bogotá, para Hernando Martínez Cárdenas, cuando dice:

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Las pretensiones mías aquí son más ambiciosas, en un intento de solución generalizable, flexible, variable, de viviendas que se pudieran adaptar a otros sitios y ofrecieran una variedad que no fuera simplemente cosmética sino que se correspondieran a modificaciones en el programa interno y en el modo de vida de cada familia (A. Robledo Ocampo, 2005: 116). A continuación hace alusión a las condiciones del mercado que no le permitieron hacer esa búsqueda, pero deja notar su aproximación a la arquitectura como un campo de exploración donde el destinatario se convierte en causa principal de investigación para el proyecto, y la historia en fuente necesaria para elaborar pensamiento y encontrar sugerencias para la resolución del proyecto. En el caso referido recurre a la arquitectura colonial y toma el tema del balcón para readecuarlo al lenguaje de la arquitectura moderna. De este período también son, la urbanización Aguas Claras de vivienda social, realizada para el cliente anterior, los apartamentos de la calle 39 con carrera 13 (fig. 92), elaborado en asocio con Ricardo Velásquez, en 1963, y el proyecto de vivienda para hermanas y enfermeras del hospital de Belencito, desarrollado con Ricardo Velásquez y Alvaro Moreno (fig. 93), en el mismo año.

fig. 88. Urbanización Las Colinas,

Caja de la Vivienda Popular Sur de Bogotá, barrio Las Colinas. 1967 Arturo Robledo Localización general Planta casas tipo Corte casa tipo Corte agrupación casas


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fig. 89. Urbanización

Hacienda Córdoba, Banco Central Hipotecario Bogotá, barrio Niza. 1968 Arturo Robledo con Ignacio Piñeros Localización general Detalle localización Planta agrupación casa uno Planta agrupación casa dos Planta agrupación casa tres Perspectiva agrupación casas Perspectiva aérea

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fig. 91. Conjunto de

vivienda El Batán Bogotá, barrio El Batán. 1967 Arturo Robledo Plantas agrupaciones casa tipo Esquema fachada Perspectiva del conjunto

fig. 90. Apartamentos en El Cerro Bogotá, urbanización El Cerro, lote 56. 1965 Arturo Robledo Planta segundo piso dúplex Planta primer piso dúplex Planta apartamento uno Planta apartamento dos Planta apartamento tres Planta apartamento cuatro Esquemas del edificio

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fig. 93. Vivienda para

hermanas y enfermeras del Hospital de Belencito Belencito, Boyacá. 1963 Arturo Robledo con Ricardo Velásquez y Álvaro Morenol Localización Corte Corte Corte Fachada sureste

fig. 92. Apartamentos en la carrera

13 con avenida 39 Bogotá 1963 Arturo Robledo y Ricardo Velásquez Planta primer piso Planta segundo piso Planta tipo apartamentos una alcoba Planta tipo apartamentos tres alcobas Corte

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Arquitectura relacionada con la educación En 1964, Arturo Robledo realizó el proyecto para la Universidad Pedagógica Nacional (fig. 94) en Bogotá, y para su formulación contó con la participación de algunos docentes de esa institución. El proyecto pensado para que se desarrollara en Valmaría al norte de esta ciudad, incluye un análisis de las necesidades de planta física, un programa para las nuevas edificaciones y una propuesta para su plan maestro. El planteamiento presentado alcanza racionalidad y calidad espacial en el esquema. La revista Proa en relación con este proyecto dice:

fig. 95. Centro Femenino de

Rehabilitación Yomasa Bogotá. 1965 Arturo Robledo Planta Localización Cortes

Se adoptó el sistema de mallas corbusianas, cuya distancia entre ejes principales se fijó teniendo en cuenta el mínimo común multiplicador de los espacios docentes en combinación con las distancias óptimas entre los servicios comunes: escaleras, baños y ductos, y en función del empleo de elementos constructivos prefabricados y de su sistematización máxima (Proa, No. 266, marzo de 1977: 16). De 1965 es el proyecto para el Centro Femenino de Rehabilitación Yomasa D.E. (fig. 95) en Bogotá, que realizó por encargo de la Secretaría de Asistencia Social del Distrito. El programa de rehabilitación, además de las referidas a la vivienda y la reclusión, incluía actividades orientadas a la capacitación. El proyecto se configura en torno a un eje extendido de circulación central que comunica a las dependencias, que al desprenderse de él, conforman espacios abiertos que se intercalan con las edificaciones y permiten su diferenciación fig. 94. Plan general y

anteproyecto de la Universidad Pedagógica Nacional Valmaría, 17 kilómetros del centro de Bogotá. 1964 Arturo Robledo Localización general Usos del terreno Usos de áreas construidas Circulaciones cubiertas

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fig. 96. Prototipos y proyectos

por actividades; el sistema construido es en muros de ladrillo revocados, elementos de concreto que enmarcan las ventanas, y cubierta cerámica. La propuesta contempla dormitorios con capacidad para 350 camas destinadas a las madres con sus hijos. Entre los espacios ofrecidos cabe destacar una guardería para la estadía de los niños durante el día mientras las madres realizaban sus labores. En 1968 el gobierno nacional creó el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares, ICCE, mediante el Decreto No. 2.394 de 1968, que sustituyó a la Oficina Administrativa para Programas de Educación en Colombia, OAPEC, en un momento cuando el país presentaba un alto déficit de aulas para la educación primaria109. Entre 1967 y 1968, Arturo Robledo asumió en estas entidades, los cargos de director y asesor de proyectos de colegios y de escuelas técnicas y normales. Un ejemplo de ello fue su participación como asesor del grupo para el diseño de un nuevo tipo de escuela primaria en Colombia, conformado por el arquitecto Jorge Herrera Pontón y el ingeniero Alejandro Tobar (fig. 96). Como lo registra la revista Proa No. 198, el diseño proponía el desarrollo progresivo de la escuela con base en las siguientes características: a) en la adopción sistematizada de las mejores soluciones constructivas experimentadas; b) en la elección y disposición de un aula modelo, como germen de un proceso de expansión armonizada en la que intervienen las necesidades espaciales de las poblaciones escolares y los factores humanos y financieros de la comunidad; y c) en la adaptabilidad de las unidades escolares a los nuevos sistemas de enseñanza primaria... (Proa, No. 198, febrero de 1969: 11 y 12).

109 El aporte de estas instituciones al desarrollo de la arquitectura escolar en Colombia, por su importancia, merecería una investigación particular.

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de escuelas OAPEC-ICCE 1967-1968 Proyecto escuela mínima: Jorge Herrera Pontón. Asesores: Arturo Robledo, Luis Alejandro Tobar y Arturo Londoño2 Unidad básica Dos aulas Tres aulas Cuatro aulas

Cinco aulas Planta cubiertas, maqueta Maqueta Perspectiva


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fig. 97. Colegio

Vocacional Paulo VI Bogotá. 1965 Arturo Robledo Planta general primer piso Fachada Corte fachada Corte fachada

Sobre la importancia de la participación de Arturo Robledo en este proyecto, Lorenzo Fonseca comenta: … Un hecho que representa la importancia de Arturo en el desarrolla de la arquitectura en el país fue cuando dirigió el ICCE, y se produjo una sistematización de la cuestión educativa, de las aulas, del número de alumnos, de la organización espacial de los mismos, de un lenguaje formal para las diferentes regiones del país, que estaba adelante de su tiempo. Al igual que en su trabajo en Planeación, contó con un importante grupo de profesionales, entre los cuales se pueden mencionar a Rafael Maldonado y a Amanda Agudelo110.

Otro caso que vale la pena mencionar es el anteproyecto para el INEM de Ciudad Kennedy, realizado con Alejandro Tovar y Arturo Londoño, en el cual se propone un sistema de normalización y prefabricación ligera que se convirtió en modelo para la arquitectura escolar que se hacía en todo el país; lo mismo que la propuesta para una escuela mínima elaborada en compañía de Jorge Herrera Pontón. Durante su vinculación con el ICCE, diseñó una estructura modular con el propósito de que pudiera ser usada en diferentes construcciones. Además de estas construcciones del Estado, en 1967 elaboró el proyecto para el colegio vocacional Paulo VI (fig. 97), de la Comunidad de los Sagrados Corazones en Bogotá.

110 Testimonio de Lorenzo Fonseca Martínez, ya citado.

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Otros temas de la época En 1964 Arturo Robledo emprendió en compañía de Ricardo Velásquez, el estudio urbanístico y el programa de requerimientos para la unidad médico-asistencial del hospital universitario San Juan de Dios en Bogotá, vinculado a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. El haber participado activamente en la dirección de la Universidad en la época de la reforma del rector Patiño, cuando se planteó la necesidad de ampliar su planta física, le permitió en 1967, asesorar algunos de los proyectos del campus de la sede de Bogotá, como el de la Biblioteca Central y el del Centro Estudiantil. Entre los proyectos institucionales de la época, también figuran la propuesta para el concurso de la sede del Banco Central Hipotecario en Bogotá (fig. 98) en 1962, y el proyecto para la ampliación del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (fig. 99) en 1964, en la misma ciudad, en asocio con Ricardo Velásquez.

fig. 98. Concurso para la sede del

Banco Central Hipotecario Bogotá, Parque Santander. 1962 Arturo Robledo Localización Planta primer piso Planta oficinas y cafetería Planta servicios complementarios Planta estacionamientos

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Planta plataforma Planta tipo torre Fachada principal Corte Corte


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Perspectiva espacios del público Perspectiva oficinas Perspectiva hall bancario

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fig. 100. Planta

Industrial Winer Bogotá. 1964 Arturo Robledo con Ricardo Velásquez Planta general Corte Fachada este Perspectiva de la entrada

fig. 99. Ampliación Instituto

Geográfico Agustín Codazzi Bogotá, carrera 30 con calle 48. 1964 Arturo Robledo con Ricardo Velásquez Planta tipo Fachada sur Fachada occidental

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Además de los equipamiento en educación, salud y servicios, los años sesenta abocados a la modernización del país, demandaron construcciones relacionadas con la industria. En este tema, Arturo Robledo realizó en 1963, el proyecto de bodegas para Almaviva en Girardot; y en 1964, con Ricardo Velásquez, las instalaciones para la planta industrial Winer (fig. 100).


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1969-1973, segunda pausa: Asesorías para el Banco Interamericano de Desarrollo, BID

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Entre 1969 y 1973, Arturo Robledo se desempeñó como funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo, BID; primero en Brasil, y luego, a partir de 1971, en Santiago de Chile. En ambos lugares cumplió tareas como consultor de arquitectura escolar y de vivienda, y en Brasil participó en la conformación de algunos planes de estudio de carreras de arquitectura. El gran afecto que sentía por la estadía en Brasil lo transmitió a sus amigos y colegas, como lo consigna Luis Carlos Colón: … Y hablaba con muchísimo cariño, con afecto, de su temporada en el Brasil, y cuando fue consultor del BID, para América Latina en temas de vivienda. Hablaba con muchísimo afecto de esa época, relataba la experiencia tan importante que había sido el haber viajado por distintos lugares, y haber visto tantas cosas diferentes112.

1969-1971 Durante la estadía en Río de Janeiro tuvo a su cargo la parte física de dos programas de enseñanza superior y media-técnica con res-

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Fue imposible conseguir documentos que ampliaran la información que se consigna en la presente investigación. 112 Testimonio de Luis Carlos Colón, ya citado.

ponsabilidades sobre aprobación de proyectos, licitaciones, programación, control de avance, autorización de desembolsos y asistencia y supervisión técnica de nueve universidades: Federales de Brasilia, Río de Janeiro, Minas Gerais, Bahía, Pernambuco y Ceará, Estatal de Sao Paulo, Rural de Minas Gerais y Pontificia Católica de Río, y de 112 escuelas técnicas113. De este período, y de acuerdo con la propia valoración de Arturo Robledo, merecen destacarse las siguientes actividades: t Colaboración en el diseño del Plan General del Campus de la Universidad Federal de Ceará, en Fortaleza. t Colaboración en el diseño de los Laboratorios Especiales de la Escuela Técnica Federal de Pernambuco en Recife. t Colaboración con la Comisión Especial del Plan de Mejoramiento y Expansión de la Enseñanza Industrial del Ministerio de Educación y Cultura del Brasil, en la preparación de las “Bases para el Análisis y Planeamiento de Cursos Profesionales” que reestructuró la enseñanza técnica en ese país, como parte del programa de asistencia técnica del BID114.

1971-1973 Con el mismo banco y en funciones similares en Chile, realizó entre 1972 y principios de 1973, antes de su regreso a Colombia, proyectos para las sedes de la Universidad Católica y la de Chile, Técnicas del Estado, Norte y Técnica de Valparaíso, y tuvo además a su cargo la finalización del programa de viviendas de emergencia que se debió implementar por el terremoto recientemente ocurrido.115.

Durante su estadía en Chile, tuvo la oportunidad en 1971, de asistir al Congreso Latinoamericano de Vivienda celebrado en Río de Janeiro, Brasil, y en 1972, al Seminario sobre Planeamiento Universitario, celebrado en Trujillo, Perú. En marzo de 1973, unos meses antes del golpe militar al presidente Salvador Allende, regresó de forma definitiva al país. En relación con este período por fuera del país, su hermano, José Enrique Robledo, comenta : Para Arturo, la misión con el BID constituyó una etapa significativa en más de un aspecto; con relación a su profesión por una parte, y con su vida personal y familiar por otra. Sin duda que con este llamado se le hacía un reconocimiento a su prestigio, a su saber y experiencia, y a la par de ser una oportunidad atrayente por las perspectivas de trabajo que se vislumbraban, por las tareas que le serían encomendadas y por las condiciones salariales ofrecidas, el reto iba a ser considerable por la trascendencia y el alcance de las responsabilidades que asumiría. Pero, como una consecuencia inevitable, el viaje al exterior implicaba apartarse del medio local de la profesión, de cerrar las posibilidades de ser requerido o convocado para eventuales encargos de trabajo. Entre algunos de los colegas persiste el convencimiento de que el viaje fue desventajoso para él, de que alejarse del país para alguien con el renombre suyo era desconectarse y perder vigencia. Es difícil

113 ROBLEDO, Arturo. Hoja de vida elaborada en el año 2005. 114 Ibíd. 115 Ibíd.

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pensar que Arturo no hubiese sopesado con detenimiento y buen juicio los pros y los contras de tal decisión. Al interior de su familia se precipitaron cambios sustantivos, cambios que con certeza tocaron su vida personal y afectiva. La inminencia del traslado al extranjero generó en todos manifiestas expectativas de optimismo, acompañadas de ilusiones nuevas para ajustar y reafirmar la unión familiar. Algo bien explicable. El país, Brasil, con su arquitectura de avanzada y sus manifestaciones culturales que él reconocía y apreciaba, y el lugar preciso de destino, Rio de Janeiro, la ciudad donde vivió de niño, de inobjetables atractivos, con una situación económica esperada de holgura, se conjugaban en su conjunto como circunstancias que auguraban un futuro promisorio y de tranquilidad. Con todo, su primer matrimonio iba a terminar allá. Y fue justo en Río de Janeiro donde conoció a la que sería su segunda esposa, Anita, quien lo acompañaría después a Chile en la continuación de su gestión con el BID, y luego, de regreso a Colombia, durante más de treinta años hasta el final de sus días.

Su actividad como docente también se vio interrumpida. Tuvo que abandonar la cátedra de taller de diseño arquitectónico que dictaba en los últimos semestres en la Universidad Nacional. Por aquella época, como estudiante que era yo de arquitectura, me hice una reflexión que recién he vuelto a recordar: de seguir los hechos su curso normal, lo consecuente hubiese sido que en algún momento él llegase a ser mi profesor. Claro, no lo fue, y siempre he pensado que por nuestras maneras de ser tal vez, o por unos pudores inescrutables de familia, nos evitamos unos momentos que serían incómodos para los dos. A mi graduación como arquitecto tampoco asistió. Para mí, que he seguido vigilante y con interés su huella, en lo profesional el lapso de su experiencia en el extranjero, no deja de revestir un tanto de misterio. Al menos hasta ahora ha sido dificultoso disponer de evidencias o de testimonios directos sobre su desempeño como arquitecto. No ha sido posible aún corroborar mediante planos o documentos a la vista las labores que desempeñó afuera116.

116 .Testimonio del arquitecto José Enrique Robledo sobre Arturo Robledo. Bogotá, octubre de 2009. Recolectado para esta investigación.

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1973- 1977, vivienda masiva, arquitectura industrial y algo más A su regreso de Chile, en 1973, Arturo Robledo se reintegró al ejercicio profesional en el país, con temas que variaron entre las urbanizaciones y las agrupaciones de vivienda, los edificios de apartamentos y la arquitectura industrial.

Agrupaciones de vivienda En ese momento, la urbanización de la ciudad continuaba a un ritmo acelerado y demandaba la construcción de agrupaciones de vivienda para los diferentes estratos económicos. En este contexto realizó durante 1977, los estudios urbanísticos preliminares para Metrópolis, Lourdes y San José, de Pedro Gómez. En el mismo año, por pedido del Banco Central Hipotecario, desarrolló una propuesta para Mutifamiliares Córdoba (fig. 101) que no se construyó pero que fue la base en 1979, para su participación en el concurso del BCH sobre el mismo tema (fig. 102). Desafortunadamente para la arquitectura en Colombia, ninguna de estas dos propuestas se construyeron; la primera porque el Banco decidió abrir concurso, y la segunda, porque fue eliminado de éste, debido, según sus propios comentarios, a que conservó algunas características del proyecto inicial, lo cual, dice, fue considerado impropio por alguno de los jurados

que hicieron la evaluación (A. Robledo Ocampo, 2005: 132). El planteamiento y formulación de este proyecto mereció que la revista Proa le dedicará una sección especial donde enfatiza sus ventajas y valores sobre los demás proyectos presentados (Proa, No. 279, marzo de 1979: 25-29). A continuación se señalan algunas de sus características.

fig. 101. Multifamiliares Córdoba para

el Banco Central Hipotecario Bogotá, avenida 127 entre carreras 48 y 52. 1977 Arturo Robledo. Asesor paisajismo: Alfonso Robledo Anzola Maqueta localización Fachada conjunto Perspectiva conjunto

Multifamiliares Córdoba para el BCH, Bogotá, 1977 (fig. 101) Arturo Robledo elaboró en 1977 un anteproyecto para 80 apartamentos con comercio local en la Urbanización Hacienda Córdoba. Se trataba de distribuir una serie de apartamentos en lotes localizados a lo largo de la calle 127, entre las carreras 48 y 52. Este proyecto es de gran relevancia en la arquitectura de Arturo Robledo, porque muestra aspectos que si bien estaban latentes en algunos de sus proyectos anteriores, aún no habían aflorado con la contundencia y claridad que en él se presentan. Ellos se relacionan no sólo con el diseño mismo de la vivienda que ya había logrado niveles avanzados de consolidación, sino con la libertad y particularidad en el manejo de la forma y en las relaciones que establece con la ciudad. A la vez que conserva la racionalidad constructiva que caracteriza su obra y el respeto por el cliente y sus modos

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fig. 101. Multifamiliares C贸rdoba para

el Banco Central Hipotecario Planta plazoleta comunitaria Planta estacionamientos Planta general de conjunto Planta apartamentos sobre plazoleta Planta apartamentos

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fig. 101. Multifamiliares C贸rdoba para

el Banco Central Hipotecario Cortes Fragmento de fachada Perspectiva del conjunto Perspectiva plazoleta comunitaria

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de vida, exhibe una faceta de su personalidad que no había estado explícita en los otros proyectos anteriores, y es su relación con la música, y de manera específica con el jazz, que lo inspira para a partir de un motivo particular, lograr variaciones diversas. La especial significación que tuvo para él este proyecto y el afecto que le generó puede advertirse en las palabras con que él mismo lo describe:

El planteamiento tiene puntos para destacar: uno, es el tratamiento del proyecto como una figura con identidad específica, no como una mera agregación de elementos similares reiterables a lo largo de la vía, mediante el establecimiento de un orden superior, que regula repetición, movimiento, variaciones y otras alteraciones, para que la figura final, que se despliega y serpentea a lo largo de 1.200 metros, adquiera una cualidad que no alcanzan sus componentes por separado, para lograr finalmente una figura reconocible y memorable. Los espacios se contraen, se expanden, se organizan rítmicamente con las inflexiones de la vía rápida que los alimenta, compuestos a la manera de una gran suite de jazz, en seis movimientos. Los apartamentos no son elementos rígidos que se multiplican, sino variaciones dentro de un sistema que parte de una división fundamental que ubica el área de dormitorios en el interior y la parte social y de servicios hacia la vía, mientras que las dimensiones y formas pueden acomodarse según circunstancias diferentes a medida de su despliegue y su desplazamiento, con posibilidad de una gran variedad en áreas, en tamaños, en disposición interna… (A. Robledo Ocampo, 2005: 128). El proyecto de la calle 127, aunque no se realizó, merece ser valorado altamente pues presenta

una notable propuesta tanto en lo urbano como en el desarrollo de la vivienda que implica aportes en el ámbito de lo colectivo y lo privado del propio conjunto, como en lo público que atañe a la construcción e imagen de la ciudad en general. En este proyecto se reúnen con mayor complejidad, los rasgos más característicos de la arquitectura de Arturo Robledo. La racionalidad en la distribución de los espacios y en el sistema constructivo se une al serpenteo de las formas del esquema urbano que crean continuidades sinuosas a lo largo del terreno de los 1.200 metros, y a las variaciones en las fachadas resueltas con una gran libertad en la disposición de llenos y vacíos, ligados al uso de los espacios interiores. Estos definen su singularidad en los ambientes que ofrecen, en las dimensiones de largo, ancho y altura que introducen diferencias en las relaciones con el adentro y el afuera, de acuerdo con la actividad a la que estén destinados. Este proyecto se ha convertido en referencia para el trabajo de algunos arquitectos que han encarado el tema del diseño de conjuntos de vivienda multifamiliar en el país. Iván Correa, quien trabajó con la firma Rueda Morales, narra cómo este proyecto fue tema de estudio de esa oficina, y concluye: … El proyecto le hacía un aporte estético a la ciudad. Al crear esas fachadas, que eran sistemáticas pero a la vez variadas, sistemáticas y a la vez diferentes, que creaban espacios interiores y exteriores que tenían un movimiento, un movimiento que es muy difícil de obtener cuando se está pensando en que se requiere una industrialización de la construcción, y una velocidad para construir y demás. Entonces, cuando uno mira la planta, parece un proyecto

pintado como por un fino acuarelista. No son unas cajas embutidas en unos lotes, sino un bello diseño, y entiendo diseño además como el dibujo de las cosas. De manera que ese proyecto es un momento brillante de la arquitectura de Arturo. Se conjugan admirablemente su rigurosidad y su sistematización, con lo contingente y lo particular. Y ése, pues, es el sueño dorado de toda buena arquitectura…117.

Concurso Multifamiliares Córdoba para el BCH, Bogotá, 1979 (fig. 102) Como se dijo, Arturo Robledo en 1978 fue nombrado por segunda vez, decano de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional; este cargo si bien le demandó una importante parte de su tiempo, no le impidió continuar ejerciendo la profesión en proyectos tales como el del Concurso Multifamiliares Córdoba (fig. 102), que no ganó pero ha merecido amplios y elogioso comentarios como el anotado de la revista Proa. Entre sus anécdotas contaba que al momento de su nombramiento como decano, le hizo saber al rector de entonces, que si ese proyecto fuese seleccionado él se retiraría de la Universidad pues sentía un especial compromiso con su realización118.

117 Testimonio de Alberto Iván Correa, ya citado. 118 Esta anécdota es tomada de conversaciones sobre su obra, entre Arturo Robledo y la autora de esta investigación.

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La arquitec tura como modo de vida ARTURO ROBLEDO, CONSTRUCTOR DE ESPACIOS ARQUITECTÓNICOS Y URBANOS

fig. 102. Concurso Multifamiliares Córdoba

para el Banco Central Hipotecario Bogotá, avenida 127 entre carreras 48 y 52. 1979 Arturo Robledo con Hernando Malagónl Planta apartamentos Maqueta del conjunto Corte fachada Corte fachada Perspectiva del conjunto

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Arquitectura industrial Es de resaltar la incursión que en la década del setenta hizo en la arquitectura industrial, y la posibilidad que ésta le ofreció de regresar a temas que practicó al inicio de su carrera. De esta época datan dos importantes proyectos, la Zona Franca Industrial de Cartagena (fig. 103) en 1975, y los laboratorios Unidad Tecnológica Wilheim Schmitt, de Cervecería Bavaría, en su planta de Techo en Bogotá, en 1979 (fig. 104). En 1976 elaboró otros dos de menor dimensión, el primero fue el proyecto estructural y la construcción de la sala de máquinas para Carboquímica, en Bogotá, en colaboración de los ingenieros Guillermo Robledo y Guillermo González; y el segundo, la construcción de la estructura de las bodegas de Xerox, con Guillermo Robledo y la firma Equipos, Andamios y Encofrados. A continuación se harán algunas anotaciones sobre los dos primeros. Zona Franca Industrial de Cartagena, Pasacaballos, 1975-1976 (fig. 103) Este proyecto que fue adjudicado por el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo, Fonade, mediante concurso de méritos y desarrollado en colaboración con CDI ingenieros, estuvo destinado a la Zona Franca Industrial de Cartagena, e hizo parte de un ambicioso proyecto del Ministerio de Desarrollo de la época, que tenía como objetivo general promover e incidir en el crecimiento socio-económico de Cartagena, y a su vez, convertirse en un modelo para ser seguido en proyectos de este tipo en el país. Los objetivos particulares fueron: la generación de empleo, la promoción social, el crecimiento de

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fig. 103. Zona Franca Industrial

de Cartagena Cartagena, Pasacaballos. 1975-1976 Arturo Robledo, director de Arquitectura y Urbanismo Localización general Primera planta servicios generales Segunda planta servicios generales Tercera planta servicios generales Corte servicios generales Corte servicios generales Perspectiva interior nave industrial Corte servicios generales Fachadas naves industriales


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las exportaciones, la diversificación de los mercados externos, la transferencia de tecnología y el impulso a otros sectores de la economía (Robledo Ocampo et al., Escala, No. 82: 1). Desde su inicio y con miras a cumplir con los objetivos propuestos, se vio la necesidad del trabajo de profesionales de diferentes disciplinas agrupados de acuerdo con su especialidad, bajo la orientación de un comité que se desempañaba como director del proyecto. Los grupos conformados fueron: Estudios Económicos, Ingeniería y Servicios Públicos, Arquitectura y Urbanismo, Población y Medio Ambiente, Administración y Promoción y Desarrollo Ambiental. El director general del proyecto fue el ingeniero Alberto Ospina Taborda, y Arturo Robledo tuvo a su cargo la dirección del grupo de Arquitectura y Urbanismo. A través del proceso del proyecto hubo una gran coordinación entre el grupo de Arquitectura y el de Ingeniería, dirigido este último, por el ingeniero Humberto Bozi. El proyecto se planteó como un parque industrial en el cual se debería atender al sector industrial bajo la modalidad de productos para la exportación y al comercial con sus requerimientos; se deberían incluir servicios centrales, servicios comunitarios y amenidades, y otros proyectos arquitectónicos específicos, además de concederle un gran valor al medio ambiente y al paisaje. La propuesta parte de un planteamiento básico donde se conforma un “corazón” y cinco islas que giran a su alrededor, y se comunican entre sí mediante ejes viales que se rodean de paisaje de acuerdo con la topografía y la flora del lugar. Cada uno de estos elementos se genera en un esquema en espiral, que sugiere

el crecimiento continuo y la idea del desarrollo progresivo. En el centro del esquema, considerado como el corazón del proyecto, se localizan los servicios de apoyo: bomberos, bodegas, bombas subcentrales, la administración con sus dependencias y los accesos por tierra y mar tanto para personas como para carga. Las islas constan de unidades industriales con un sector de trabajo cubierto y otro descubierto, un área de oficinas, un patio común de cargue y descargue, una cafetería y vías diferenciadas por la función: las de carga, las peatonales, las que conducen a las zonas de trabajo y las de recreación.

dimensión ornamental y en su aporte al medio ambiente en general. En la propuesta que buscó recuperar las especies nativas y proponer espacios arquitectónicos relacionados con la naturaleza, se puso de presente la experiencia de Arturo Robledo en Brasil donde conoció a fondo la importancia del paisajismo en la arquitectura moderna de ese país. Sin duda, se partió de una gran conciencia ambiental que se agregaba a la relevancia que tenía el proyecto para el progreso de la región a nivel de su industrialización, oferta de empleo y capacitación de la población (Robledo Ocampo et al., Escala, No. 82).

Los edificios en cada una de las islas, a la manera de naves, incluyen la posibilidad de crecimiento en sus extremos anterior y posterior, y de transformación en su interior de acuerdo con las diferentes actividades, e incluso la ampliación o remodelación de los baños. En el interior de las naves, sobre un mezanine y con la mejor orientación en relación con el clima y el paisaje, se localiza una zona de oficinas dotada de una óptima calidad ambiental para los que allí trabajan. La construcción de los edificios se propuso en materiales que pudieran adquirirse en el lugar y que no requirieran de una mano de obra muy especializada. Por ello los muros se realizaron en bloque de cemento y las cubiertas en concreto con base en estudios precisos sobre la orientación, la ventilación y la iluminación. Algunas de las fachadas fueron recubiertas con piedra, mientras que otras fueron trabajadas en calados para permitir la ventilación y el manejo del clima cálido y húmedo.

Guillermo Martínez quien trabajó en este proyecto con Arturo Robledo, recuerda:

Uno de los temas que se abordó con mayor cuidado fue el paisajístico. Éste se trató en su

… En alguna oportunidad tuvimos que exponer el anteproyecto de la zona franca… Prácticamente lo sacamos en treinta días, la idea general o el concepto de lo que era el proyecto, y lo hicimos en un debate con otra gente invitada a Cartagena, en un espacio en donde se dio la presentación de otro proyecto de una persona que estaba allá también –el nombre no viene al caso–, de una persona de talla nacional. Estaban presentando el otro proyecto, pero ellos llevaban como cinco meses trabajando, y todavía no fraguaba, y nosotros ya teníamos la idea y el concepto del manejo del paisaje. Y ahí se respetó la morfología del terreno. Creo que Arturo quedó muy satisfecho con la producción de ese proyecto, pero lo que sucede con las obras de uno, que cada vez que las mutilan, siente uno como si lo mutilaran, como si le quitaran un dedo o un brazo. Él siempre estuvo pendiente del desarrollo, y de cómo arrancaba la

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obra. Y bueno, eso es todo lo que tengo que agregar, pero para mí fue una experiencia maravillosa trabajar con Arturo119.

A propósito de la repercusión que este proyecto tuvo dentro del medio de los arquitectos, Alberto Iván Correa comenta: … Yo me acuerdo que cuando estaba estudiando publicaron su famoso proyecto de la Zona Franca de Cartagena. Un proyecto que daba gusto examinar, debido a la elegancia de los dibujos y a la inteligencia de la concepción. Es uno de los primeros proyectos que recuerdo…; el concepto arquitectónico, el estructural y el paisajístico formaban un todo120.

Unidad Tecnológica Wilhem Schmitt, de Cervecería Bavaria, planta de Techo, Bogotá, 1979 (fig. 104) Otro proyecto sobresaliente que realizó Aturo Robledo en la década de los setenta, relacionado con la arquitectura industrial, fue la Unidad Tecnológica Wilhem Schmitt, de Bavaria, en Bogotá, en las inmediaciones de la planta existente, en Techo. Esta unidad estaba destinada a realizar ensayos y pruebas relacionados con su producción. Su implantación se propuso en inmediaciones de la cafetería y de las oficinas administrativa existentes con el propósito de conformar una plazoleta que mejorara las condiciones de trabajo y habitabilidad de los empleados que frecuentan estas dependencias. El edificio está conformado con base en tres funciones que definen su zonificación, a saber: la planta de “clarízima”, materia prima destinada a un tratamiento especial de la cerveza, la planta piloto y de oficinas y el laboratorio. Presenta

119 Tomado del testimonio del arquitecto Guillermo Martínez sobre Arturo Robledo. Bogotá, marzo de 2008. Recolectado para la presente investigación. 120 Testimonio de Alberto Iván Correa, ya citado.

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un planteamiento en dos pisos totalmente modulados con base en un cuadrado de 1,35 metros de lado. La estructura se propone en columnas, entrepisos en concreto y cerchas metálicas. El aporticado continuo de la estructura se convierte en parte de la resolución de la fachada, y se separa un poco de la ventanería propuesta en vidrio y aluminio; el resto del cerramiento se realiza en muros de ladrillo a la vista (Robledo Ocampo, Escala, No. 116: 5-32).

fig. 104. Unidad Tecnológica

Wilhem Schmitt, de Cervecería Bavaria Bogotá, avenida Boyacá. 1979 Arturo Robledo6 Planta primer piso Planta segundo piso Corte Corte Corte Fachada con ampliación


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Otros temas de la época Centro de Convenciones de Cartagena de Indias, 1977 (fig. 105) Este proyecto de 1977 para el concurso que se abrió para el Centro de Convenciones de Cartagena vale la pena mencionarse por su concepción y desarrollo integral con el entorno. El proyecto encuentra relaciones y correspondencias entre la implantación y el entorno histórico y geográfico, mediante el trazado de ejes que tienen como dirección los monumentos existentes, el obelisco del parque Centenario y el baluarte de Barahona, y el reconocimiento de los ejes que se genera en la Calle Larga y en el que se dirige hacia el centro de la ciudad. A partir del uso de coordenadas polares con ángulo de 7º 30’ controla el desarrollo radial

del proyecto, sus plantas y alzados e involucra las referencias existentes recién mencionadas. El claro esquema organizativo da cabida a las principales demandas del programa: auditorio, gran salón, cafetería, circulaciones y accesos peatonales, marítimos y vehiculares. El manejo formal lo logra mediante una volumetría escalonada con arcos que se suceden en galería y se jerarquiza con la cúpula que cubre el auditorio y establece diálogo con el resto de cúpulas de la ciudad, y con el museo circular que envuelto en un rampa de ascenso crea un punto de tensión en el conjunto. La estructura, totalmente racionalizada, está propuesta en columnas y cáscaras livianas en concreto, con el propósito de establecer correspondencia entre el lenguaje contemporáneo del Centro de Convenciones y el del centro histórico (Robledo Ocampo, Escala, No. 105-106: 21-23)

fig. 105. Concurso Centro

de Convenciones de Cartagena de Indias Cartagena, en inmediaciones del Parque del Centenario. 1977 Arturo Robledo con Hernando Malagón Perspectiva auditorio Corte Corte Corte Perspectiva conjunto

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Planta estacionamiento Primera planta Segunda planta Tercera planta

A su regreso de Chile en 1973, realizó en Bogotá, el proyecto del edificio de oficinas y vivienda para Cavinter (fig. 106), cuya propuesta contiene aparta-hoteles, oficinas, locales y garajes, y el edificio de vivienda para las familias Robledo Ruiz (fig. 107); luego, en 1974, el edificio para Jorge Vargas Posada (fig. 108), y en 1976, los Apartamentos en Teusaquillo (fig. 109). En 1978, para esa misma entidad, con la colaboración de la firma Consultécnicos, desarrolló los estudios de factibilidad para cuatro predios localizados en la carrera 14 con calle 27. fig. 106. Edificio de oficinas y

vivienda para Cavinter Bogotá, avenida Caracas con calle 27. 1973 Arturo Robledo Maqueta del conjunto Planta primer piso Planta segundo piso Planta piso tipo Planta apartamentos, edificio de vivienda

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En 1974 regresó a la arquitectura hospitalaria en la que había incursionado en la década anterior, mediante una propuesta en compañía de Hernán Herrera y de Alberto Saldarriaga Roa, para la Beneficencia de Cundinamarca dirigida a la ampliación del hospital San Juan de Dios, cuyo programa incluía áreas de hospitalización materno-infantil, quemados, cuidados intensivos, servicios quirúrgicos y partos, consulta externa, radiología, laboratorios, servicios, centrales de distribución y urgencias de maternidad (fig. 110).


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fig. 107. Edificio para las

familias Robledo Ruiz Bogotá, transversal 17 con calle 37. 1973 Arturo Robledo Planta primer piso Planta tipo Corte Perspectiva Perspectiva

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fig. 108. Edificio para Jorge

Vargas Posada Bogotá, urbanización Bosque El Retiro. 1974 Arturo Robledo l Planta jardín y depósitos Planta apartamento tipo uno Planta primer piso dúplex Planta segundo piso dúplex Corte Esquemas Perspectiva

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fig. 109. Apartamentos en Teusaquillo

para Arturo Robledo Arias Bogotรก, carrera 20 con calle 36. 1976 Arturo Robledol Perspectiva del edificio Planta primer piso Plantas apartamentos duplex Corte

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fig. 110. Ampliaciรณn del Hospital

San Juan de Dios: servicios generales, consulta externa e Instituto Materno Infantil Bogotรก. 1974 Arturo Robledo con Hernรกn Herrera y Alberto Saldarriaga Localizaciรณn general Planta primer piso, administraciรณn Planta segundo piso, consulta externa y urgencias Corte Corte Perspectiva general

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1977-1980, tercera pausa: Segunda decanatura

1980-1996, la intervención en la metrópoli

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El período a abordar,1980-1996, es de gran valor en la arquitectura de Arturo Robledo, pues en estos años desarrolló cuatro grandes e importantes proyectos en Bogotá. El primero de ellos es el Parque Metropolitano Simón Bolívar (figs. 111, 112 y 113) en el cual enfrentó el tema de diseño y equipamiento urbano de carácter recreativo y ambiental en escala metropolitana; el segundo es la Nueva Santa Fe (fig. 114), agrupación de vivienda con carácter de renovación urbana; el tercero es la Calle del Sol (fig. 115) agrupación de vivienda, de carácter de rehabilitación de edificaciones de conservación; y el cuarto es el Parque Residencial Calle 100 (fig. 116), un nuevo conjunto de vivienda multifamiliar. Además de los mencionados, continuó al frente de algunos proyectos de menor escala, en temas de vivienda multifamiliar y unifamiliar, y de servicios a los que se hará referencia en este apartado. Debido a la importancia de los proyectos de escala metropolitana y urbana, se señalarán a continuación algunas de sus características.

Equipamiento urbano Parque Metropolitano Simón Bolívar de Bogotá, 1980 - 1992 (fig. 111) Cuando se iniciaba la década de los ochenta, Arturo Robledo aún se desempeñaba como decano de la Facultad de Artes de la Universidad

Nacional en Bogotá y había sido nombrado para continuar en este cargo en el período siguiente. No obstante estas circunstancias, decidió en la segunda mitad de 1980, dejar esta posición para acometer el proyecto del Parque Metropolitano Simón Bolívar de Bogotá que fue encargado a la Universidad Nacional de Colombia y de manera específica a su Departamento de Arquitectura, por la República de Colombia, gobierno del Presidente Julio César Turbay Ayala, a través del Ministerio de Obras Públicas y de Transporte de entonces, con el propósito de dar cumplimiento a Ley No. 31 del 17 de mayo de 1979, que dice: …por la cual la Nación conmemora el bicentenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar, el sesquicentenario de su muerte y se dictan otras disposiciones.

En lo que se refiere al artículo 5º, dice: El Gobierno Nacional, por conducto del Ministerio de obras Públicas y Transporte, y con la colaboración del Distrito Especial de Bogotá procederá a la construcción: a) Del Jardín Bolivariano en el área de influencia de la Quinta de Bolívar. b) De un Parque Popular, en la Zona del Salitre, destinado a honrar la memoria del Libertador Simón Bolívar (Ministerio de Obras Públicas y Transporte, 1980: 11).

Antes de entrar a examinar el proyecto del Parque es necesario resaltar la gestión decisiva para su aprobación que desarrolló Aturo Robledo. Fernando Montenegro Lizarralde, quien

121 Este tema se desarrolló ampliamente en la Parte II de esta investigación (pag. 64-71)

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fig. 111. Parque Metropolitano Simón Bolívar

Bogotá, El Salitre. 1980-1992 Arturo Robledo, coordinador-director del equipo de arquitectos del Departamento de Arquitectura de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia Aerofotografía general Instituto Geográfico Agustín Codazzi Detalle de la aerofotografía anterior Instituto Geográfico Agustín Codazzi

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fue su colaborador en el proyecto, recuerda lo siguiente: … Cuando se va a hacer el Parque Simón Bolívar, surgen inquietudes políticas en torno al asunto. En el Congreso se plantean dudas acerca de la importancia de construirlo, y si es más conveniente llevar a cabo hospitales, colegios, escuelas, etc. Se nombra una comisión para inspeccionar y acaso para poner en tela de juicio lo que está pasando alrededor del tema. ¿Por qué hacer un parque cuando el país tiene otras necesidades? El gran defensor del Parque Simón Bolívar es Arturo Robledo. En una discusión memorable, me acuerdo …; frente a la gente del Congreso, Arturo plantea una idea que yo pienso fue fundamental: comparar el Parque con el Capitolio Nacional. En su momento, cuando se construye el Capitolio Nacional, uno de los edificios más significativos de nuestra institucionalidad, hay las mismas necesidades: no hay hospitales, no hay escuelas, no hay carreteras, no hay puentes. ¿Para qué construir un Capitolio cuando el Senado se puede reunir en el teatro Colón? Ésa es la pregunta que él hace. Y aquí dice exactamente lo mismo: la necesidad de construir un parque es la necesidad de construir ciudadanía a partir de la niñez. Cierto. Y esa es la defensa con la cual él saca adelante la noción de que el Parque es esencial para el desarrollo del país. Un parque no solamente es un espacio de recreación, sino un espacio donde se socializa, y en torno al cual converge la vida en común. Y es vital para el desarrollo de la sociedad; es así como están nuestras necesidades. Y afortunadamente hoy en día existe el Parque Simón Bolívar, porque yo creo que todos los bogotanos y los colombianos no entenderían esta

fig. 111. Parque Metropolitano

Simón Bolívar, Plan Maestro Trazado regulador Plano general Maqueta

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ciudad sin ese espacio público de tanta trascendencia. Y sirvió de ejemplo para muchos de los parques que hasta el momento se han venido construyendo en las ciudades colombianas, y para la cultura de la recreación que hoy es tan importante para el progreso de la sociedad. Y eso fue una intuición que nació de esa perspectiva. La anécdota de esta defensa me parece que es de resaltar. Frente al presidente Julio César Turbay, en el Palacio, recuerdo también muy claro cuando él le pregunta al ministro Enrique Vargas si es más importante la autopista Bogotá-Medellín o el Parque Simón Bolívar, y le pregunta asimismo cuánta gente va a utilizar lo uno y lo otro. Evidentemente una persona tan política como era el presidente Turbay, en forma automática él mismo se contestó, y dijo: “… me parece más importante el parque. Hagámoslo”122.

Para la elaboración del plan maestro se conformó un equipo interdisciplinar123 con par122 Testimonio de Fernando Montenegro Lizarralde, ya citado. 123 El equipo conformado para el desarrollo del proyecto fue el siguiente: Por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte: Director del programa: Ingeniero Julio José Fajardo Artola. Asesor del Ministro. Interventoría: Arq. María Cristina de Luzardo. Inmuebles Nacionales. En el proyecto participaron por la Universidad Nacional de Colombia: Coordinador-Director del Estudio: Arq. Arturo Robledo Ocampo. Departamento de Arquitectura, Facultad de Artes. Arquitecto Jefe: Jaime Camacho. Departamento de Arquitectura, Facultad de Artes. Arquitectos de proyecto: Alberto Estrada Pulido y Pedro Mejía Londoño. Departamento de Arquitectura, Facultad de Artes. Arquitectos: Participaron los siguientes arquitectos pertenecientes al Departamento de Arquitectura de la Facultad de Artes. Fernando Montenegro Lizarralde, Oswaldo Pérez de los Ríos, Fulvio A. Sánchez e Irma Sánchez. También participó el arq. Víctor Manuel Ayala. Botánico: Jesús María Idrobo. Instituto de Ciencias Naturales. Estudio de Recreación: participaron los siguientes profesores del Departamento de Planificación Urbana de la Facultad de Artes: Arq. Gonzalo Hoyos que hizo de Director y la Socióloga Cecilia María Hoyos- Co-directora. Los demás fueron los arquitectos: Hernando Téllez, Rafael Maldonado, Luz Amorocho, María Victoria de Téllez, Jaime Vargas, Jorge Mario Plazas y Marta Lucía Hincapié. Sociólogos y asistentes: Georgina Vallera, Stella Vecino, Camila Lobo Guerrero, Rosa de Rojas, Néstor Tobón Botero. Además de ellos se contó con los ingenieros expertos en tráfico, en instalaciones sanitarias e hidráulicas, eléctricas, un grupo asesor en administración, y como encargado del presupuesto se tuvo al ingeniero Jairo González Gómez del Departamento de Construcción de la Facultad de Artes. (Ministerio de Obras Publicas y Transporte, 1980)

ticipantes del Ministerio de Obras Públicas y Transporte, y de la Universidad Nacional, especialmente del programa de Arquitectura de la Facultad de Artes y Arturo Robledo asumió las labores de dirección y coordinación. El Plan maestro se inició en octubre de 1980 y se entregó al Ministerio, en octubre de 1981. El trabajo en sus comienzos, contó con la asesoría de un grupo de expertos de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional, JICA. El Parque ocupó un área aproximada de 110 hectáreas dentro de las 350 destinadas a instalaciones recreativas del Distrito, en terrenos la antigua hacienda El Salitre. Allí se encontraban, el Parque de los Novios, el Club de Empleados Oficiales, el Parque Popular El Salitre, la Unidad Deportiva El Salitre (Coldeportes) y el Jardín Botánico. En el lote que se le asignaba al Parque, que tenía como límites, al occidente la carrera 60, y al oriente la línea del ferrocarril, estaba ubicado el Templete Eucarístico, uno de los puntos de referencia que dieron origen al trazado del plan maestro (Ministerio de Obras Públicas y Transporte, 1980: 58). El Plan tuvo en cuenta las políticas para Bogotá en relación con las zonificaciones propuesta en el Acuerdo de 1975 (Ministerio de Obras Públicas y Transporte, 1980: 11), las características urbanas del sector y las necesidades de áreas recreativas y verdes de escala metropolitana proyectadas para 1990, cuando de acuerdo con las proyecciones de crecimiento de la ciudad, se esperaba que para esa fecha, ésta alcanzaría los ocho millones de habitantes (Ministerio de Obras Públicas y Transporte, 1980: 11). En 1982 Arturo Robledo realizó la revisión del plan

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maestro del Parque y trabajó en la preparación de los decretos de adopción del mismo, y en los anteproyectos de la plaza ceremonial y del museo monumento. Desde el comienzo de la elaboración del plan maestro se decidió diseñar elementos de carácter simbólico, que hicieran alusión a la filosofía del Libertador Simón Bolívar, y espacios que dieran cabida tanto a eventos de carácter cívico como recreativo y cultural. El programa buscaba readecuar las instalaciones existentes y edificar recintos especiales en la parte nueva del Parque, con el propósito de convertirlo en su totalidad, en un verdadero centro educativo para la ciudad. En él confluirían actividades ciudadanas ligadas con la educación, la recreación y el entretenimiento (Ministerio de Obras Públicas y Transporte, 1980: 23). Los proyectos puntuales que proponía el plan maestro hablan de lo ambicioso de su programa. Ellos fueron: el complejo cultural Simón Bolívar, considerado el corazón del proyecto, donde se concentraría la mayor cantidad de referencias simbólicas alusivas a la significación que se le quería dar al Parque. Incluía entre otros temas, la plaza ceremonial o de eventos, el monumento al sol y el monumento a la luna, un centro internacional de convenciones con teatro y exposiciones, una biblioteca, un museo del hombre americano, una sede del Parlamento Andino y del Parlamento Latinoamericano, una plaza latinoamericana, un complejo turístico internacional, un centro bancario y financiero, un centro internacional de la esmeralda, un centro de divulgación de artesanías colombianas, una casa de las artes de Colombia, una

plaza de los oficios y los menesteres, una plaza de los abecedarios, un cine continuo en tres salas, un museo del mar, un complejo social comunitario con club social, piscinas, una área de recreación infantil, un jardín de los niños, una plaza de las germinaciones, un bosque de los ancianos, una plaza de la maternidad, un club de aeromodelismo, un complejo administrativo, lugares de vigilancia, un centro de información y divulgación de las actividades del parque, un centro filatélico, la sede de Coldeportes, la sede del Jardín Botánico, un centro bolivariano de comunicación social y un museo del transporte con área de exposiciones y estación de ferrocarril (Ministerio de Obras Públicas y Transporte, 1980: 30-38). Estos temas fueron organizados en nueve zonas, a saber: “Paseo Urbano Central o Alameda, Parque Recreativo, Parque Deportivo, Parque de los Niños, Jardín Botánico, Parque Conmemorativo, Parque de la Cultura Popular y Centro Bolivariano” (Ministerio de Obras Públicas y Transporte; Universidad Nacional de Colombia, 1982: 4). Muchos de estos proyectos quedaron apenas planteados en el plan maestro, aunque algunos de los temas como la biblioteca o la plaza de artesanos se desarrollaron de manera autónoma con posterioridad, en sitios que no necesariamente estaban asignados en el plan maestro, para esos fines124. De las características físicas del plan maestro vale la pena señalar el trazado regulador que, como lo explica Arturo Robledo, tuvo como “cota cero” el centro de la plaza ceremonial, escogido en las observaciones preliminares del lote, en razón de que era la cota cero del área

124 El proyecto de la biblioteca fue desarrollado por Rogelio Salmona, al inicio de la primera década del siglo XXI y el proyecto Plaza de los Artesanos fue desarrollado por el arquitecto Fernando Montenegro Lizarralde, en la década de los años noventa, siglo XX.

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metropolitana y del tema que se iba a desarrollar. Un eje trazado entre este punto y el centro del templete eucarístico, con una longitud de 374 metros, sirvió de medida para definir los tres puntos básicos del parque: la plaza ceremonial, el templete eucarístico y el monumento a Simón Bolívar. A partir de ellos se organizó el resto del trazado (Ministerio de Obras Públicas y Transporte; Universidad Nacional de Colombia, 1982: 58). Con el plan y su trazado, Arturo Robledo demostró a cabalidad su conocimiento y destreza en el manejo de la geometría como instrumento que rige el espacio y crea límites a sus proyectos125. Sobre la experiencia en la gestación de este proyecto, Oswaldo Pérez, quien fue uno de sus colaboradores cercanos, cuenta: … El trazado regulador fue un ejercicio deliciosamente creativo a pesar de que pretendía ser no más, demostrativo. Eso al final ayudaba a tomar una cierta determinación sobre el manejo del espacio. En un espacio tan gigantesco, como de cuatrocientas cinco hectáreas, cualquier radio en el papel podía significar una monstruosidad. Una raya podía ser un muro de cincuenta centímetros de ancho. Era, de alguna u otra manera inconmensurable, en el sentido de que diseñar en esa escala es un ejercicio realmente complicado, porque uno pierde la noción del control del espacio. Para Arturo, el trazado regulador se convirtió entonces en un ejercicio para manejar y controlar aquello que de manera intuitiva era el trazo maestro, donde se hacía el gesto del camino, el gesto del lago, y finalmente, mediante el trazado regulador se

125 Sobre este proyecto ver (García Moreno, Ensayos 10).


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convertía en una relación exacta de distancia, de razón geométrica, de unas curvas que ni siquiera eran las de la geometría euclidiana, sino que eran curvas logarítmicas, senos, cosenos126.

Más adelante continúa Oswaldo Pérez: … Él me dijo: “esta distancia es trescientos setenta y cuatro metros”. O ciento setenta y ocho… en fin, no recuerdo bien. “Vamos a construir todas las referencias de medidas, de escalas, a partir de esta dimensión. Esto es lo que nos va a servir para marcar el espacio, para controlarlo”. Y haciendo centro en la plaza ceremonial, trazó una curva, que fue ni más ni menos la primera curva de aquello que iba a ser el gran útero materno. Sí, era la plaza ceremonial, que finalmente se construyó como algo que protege y que abraza al público pero, sin ser tan evidente, como, por ejemplo, la plaza de San Pedro. Pero era un útero. Si uno se fija, es una figura femenina. Hay allí una significación profunda. A partir de ahí, justamente empezamos a desarrollar el ejercicio de la geometría dinámica que estaba encerrada en el manejo de las curvas. De los trazados ortogonales empezamos a encontrar que todas las referencias, en cuanto a disposición o ubicación de ciertos puntos estratégicos en el parque, tenían una coincidencia extraordinaria, como por ejemplo, la selección de los puntos de entrada, la curva del lago, y las relaciones angulares, porque también había tramados angulares en relación con las tramas geométricas superpuestas127.

Plaza Ceremonial, 1983- 1986 (fig. 112) Dentro de los proyectos del Parque que estuvieron a cargo directo de Arturo Robledo, se destaca el de la Plaza Ceremonial del cual entregó planos detallados en 1983. Esta plaza que ha sido construida en su primera etapa, tiene como centro la “cota cero” del trazado regulador, y se conforma como un teatro a cielo abierto con base en un óvalo con accesos en cada uno de sus extremos agudos, mientras que en sus otros dos lados, el óvalo se expande en peldaños sucesivos sobre una pendiente del terreno adecuada para este fin. El eje que desde el acceso atraviesa el espacio interior central y conduce hacia la salida que comunica con el resto del parque, se marca sobre el piso adoquinado con una trama diferente y un cambio de tono. La concavidad creada por los peldaños contiene el espacio, hace que la ciudad lejana desaparezca, y que en el recinto converjan el paisaje cercano conformado por la vegetación, y el distante que ofrecen los cerros orientales y el cielo bogotano. El espacio ceremonial de la plaza recuerda antiguos espacios de adoración a la naturaleza al permitirle a ésta, en medio del área metropolitana, su recreación permanente. En la actualidad es usada para múltiples propósitos relacionados con los eventos y la recreación que tiene lugar en Bogotá. Estudios paisajísticos, 1983 -1992 Con el fin de lograr los ambientes convenientes para cada una de las actividades del programa y ofrecer un lugar con un mayor atractivo paisajístico, se realizaron una serie de movimientos en el terreno que siguieron el trazado geométrico del plan maestro y permitieron la diferenciación de los sitios para cada uno de los proyectos y ambientes propuestos, la cual fue

acentuada con un cuidadoso estudio de la vegetación y de los eventos que podrían tener lugar en el Parque. La arborización fue concebida como parte del sistema ecológico y ambiental de la ciudad, de tal manera que tuviera un impacto en el aumento de sus zonas verdes y una mejora de la calidad de vida de sus habitantes. En 1984 se proyectaron los senderos y el lago, se hizo un estudio detallado de la vegetación y se realizaron los anteproyectos para el Cuartel de Carabineros y para el Museo Geográfico. En 1985 se realizó el proyecto para el borde del lago que comprendió muros de contención, acueducto, canal, terrazas, embarcadero y puentes. En 1986 se desarrolló la rampa y el parterre del monumento a Simón Bolívar, y se ejecutó la primera parte de la adecuación del templete para la visita del Papa Juan Pablo II dada en el mismo año. Arturo Robledo se encargó con Vicon S.A., de la dirección de los trabajos arquitectónicos necesarios para esa ocasión, y estuvo al frente de la dirección de la obra del muro del surtidor, del acueducto, de la plaza ceremonial y del embarcadero. Estas tareas continuaron hasta 1988, cuando se realizaron las estructuras de la plaza ceremonial, las vías internas y los puentes, así como el paisajismo del sector central. La fuente y el lago, 1983-1992 (fig. 113) Las obras de borde del lago fueron iniciadas desde 1983 y concluidas junto con la fuente que se inició hacia 1988, a principios de los años noventa. Ambos se complementa para obtener un adecuado tratamiento del agua. La fuente permite que el agua descienda hasta el lago, por una serie de planos escalonados que recuerdan

126 Testimonio de Oswaldo Pérez de los Ríos, ya citado. 127 Ibíd.

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fig. 112. Plaza Ceremonial del Parque

Metropolitano Simón Bolívar Bogotá. 1983-1987 Arturo Robledo Fotografías blanco y negro María Esther Galvis y Beatriz García Moreno Fotografía a color Cristóbal von Rothkirch(Bogotá desde el aire, Villegas Editores, 2002).l Planta Foto aérea , , Fotos de la Plaza

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fig. 113. Fuente y lago en el Parque

Metropolitano Simón Bolívar Bogotá. 1987-1992 Arturo Robledo Fotografías: Carlos Hernández Llamas Planos detalles fuente Foto fuente y lago , , , , Fuente

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la manera de llevar el agua en la zona cafetera, donde tallos de guadua partidos en sentido longitudinal, configuran especies de canoas que al colocarlas de manera escalonada, permiten que el agua ruede y cobre a través de su caída la fuerza y purificación necesarias para prestar el servicio esperado. En la fuente del Parque Simón Bolívar la exposición del agua al exterior, su continuo movimiento y sus caídas hacen que ésta se oxigene y regenere, y así pueda alimentar al lago y hacer el circuito para, de nuevo, rodar por la fuente. Es un elemento construido que se convierte en un atractivo turístico, no sólo para ser contemplado en su forma plástica, sino como sitio de diversión por las posibilidades que ofrece de ser recorrido y apropiado. En 1991 realizó el proyecto de seis unidades de servicios para el área central. Ya para ese momento el parque había empezado a utilizarse de manera intensa por los habitantes del área metropolitana. En la última década, ha habido variadas intervenciones por fuera del plan maestro y en ellas no participó Arturo Robledo. El Parque Metropolitano Simón Bolívar es sin duda alguna un aporte significativo para la ciudad, y sus proyectos, una enseñanza de gran valor para el diseño urbano. Fernando Montenegro Lizarralde dice: … La idea que hay en el parque Simón Bolívar, que se explicita en el documento que quedó escrito, muestra cómo se racionaliza y cómo se le da intención arquitectónica a un gran espacio exterior. Es decir, cómo se dimensiona para poderlo desarrollar y construir correcta-

mente. Es algo que se inició en ese momento. Se inició el diseño del espacio público con toda claridad, y eso se debe fundamentalmente a Arturo. La mirada arquitectónica del componente abierto, del componente del espacio libre, que yo creo que sale de Arturo esencialmente, porque él entendía eso. El trabajo de diseño del parque Simón Bolívar, sin ninguna duda, fue una gran experiencia. Nadie sabía de ello. Era muy confuso el tema. Los mismos japoneses, que tenían tradición de más de cien años en diseño de parques, presentaban una idea de planificación bastante confusa y abstracta. Con la experiencia de Arturo, lo que se logra es concretar una idea, y finalmente ésa es la idea que se construye128.

Conjuntos de vivienda multifamiliar Nueva Santa Fe, renovación urbana para el BCH, primera etapa, Bogotá, 1983-1987 (fig. 114) Este proyecto fue adjudicado por concurso del Banco Central Hipotecario al consorcio constituido en un principio, por Jaime Camacho, Julián Guerrero, Arturo Robledo y Rogelio Salmona, quien luego invitó a Pedro Mejía. Localizado en nueve manzanas del borde sur del centro histórico de Bogotá, en el antiguo barrio de Santa Bárbara y con el carácter de renovación urbana, estaba destinado a 1.880 viviendas con servicios de uso comunal, de estratos medios. Arturo Robledo estuvo vinculado al proyecto desde su inicio hasta 1987, cuando se retiró por desacuerdos en el interior del grupo.

128 Testimonio de Fernando Montenegro Lizarralde, ya citado.

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Para 1984 se tuvo el anteproyecto arquitectónico y se iniciaron los proyectos de la primera etapa. En 1985 se contó con los planos detallados de dos manzanas, en 1986 se completaron los de la tercera manzana, y en 1987, se terminaron los de la cuarta que correspondían a la finalización de la primera etapa. En ese mismo año, Arturo Robledo asumió la dirección arquitectónica de la construcción de las primeras dos manzanas (500 apartamentos), y finalmente se retiró del proyecto. Cuando Arturo Robledo se refiere en su Portafolio a este proyecto menciona diferentes obstáculos durante su ejecución, entre los cuales figuran la manera progresiva como el Banco adquirió las manzanas para realizarlo, la demora en la construcción de éstas y el elevado costo de la inversión. Igualmente, hace alusión a algunos de los problemas surgidos en el grupo de trabajo de los arquitectos del consorcio, en el cual él se sentía en desventaja por no formar pareja con ninguno, mientras los demás estaban conformados en grupos de dos. Él dice lo siguiente:

Nosotros los Arquitectos también cometimos muchos errores. Siempre pensé que el hecho de tener varios arquitectos nos permitiría ofrecer más de una solución, pero primó el criterio de que debería ser única, totalitaria, que no es buena idea ni produce un buen resultado y hoy la experiencia me lo confirma, pienso que ninguna obra resiste tantas manos diversas y si no es posible dividir las tareas o las áreas, debe acudirse a transar por consenso, por cansancio o por el rasero más bajo, con desperdicios de recursos, de tiempo, y de ánimo (A. Robledo Ocampo, 2005: 142).


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fig. 114. Nueva Santa Fe

Renovación urbana Banco Central Hipotecario. Primera etapa Bogotá, barrio Santa Bárbara. 1983-1987 Jaime Camacho, Julian Guerrero, Pedro Mejía,Arturo Robledo, Rogelio Salmona. Fotografía: Carlos Hernández Llamas Fachada Localización general Detalle planta primer piso y Detalle plantas pisos altos

El proyecto respeta el trazado de las manzanas mediante la localización de parte de los bloques de apartamentos de cuatro y cinco pisos en el perímetro; los demás se ubican en los ejes en forma de cruz que dividen la manzana en cuadrantes, en cuyo interior se encuentran los jardines y espacios abiertos de uso común. Los puntos fijos se localizan en los cruces perpendiculares de los brazos de la cruz sobre los frentes del proyecto. La fachada en ladrillo a la vista con ventanas y balcones retrocede en el primer piso y crea un alero que protege los andenes, dispuestos con escalones que siguen la inclinación del terreno. Sobre la calle, en el primer piso, se ubicaron locales de comercio de escala barrial (A. Robledo Ocampo, 2005: 140-143). Edificio residencial Calle del Sol, Bogotá, 1987-1992 (fig. 115) El edificio residencial Calle del Sol, situado en la carrera 3ª entre calles 12 y 13, toma su nombre de la antigua denominación de las calles del centro histórico de Bogotá, que es parte de la herencia colonial y republicana de esta ciudad. Se realizó en una edificación considerada de conservación pero con posibilidad de intervención y de cambio de usos. La construcción de la antigua edificación fue iniciada en 1917 por el arzobispo Bernardo Herrera Restrepo y terminada años después por las hermanas Clarisas, quienes la destinaron para su convento. Más tarde se convirtió en sede del Servicio de Inteligencia Colombiano, SIC, hoy conocido como Departamento Administrativo de Seguridad, DAS. A raíz del traslado

de esta institución a otra sede, el gobierno consideró la posibilidad de asignar este edificio al Archivo Nacional, pero finalmente fue dado al Banco Central Hipotecario, en canje por la manzana del barrio Santa Bárbara, donde se localiza actualmente (A. Robledo, 2005: 144-147) . La edificación fue adquirida por Paulino Gómez y Guillermo Rubio quienes en asocio con Arturo Robledo realizaron el proyecto al que se hace referencia. Después de algunos ajustes solicitados por Colcultura en relación con la normativa para la edificación, el proyecto constó de 71 apartamentos dúplex, 62 en la parte antigua, y 9 en la nueva, 90 estacionamientos, áreas comunes y locales comerciales. La edificación renovada conservó la estructura de la construcción inicial que se reforzó con algunos muros portantes y apeló a la prefabricación in situ para resolver varios de los aspectos constructivos. Mantuvo el lenguaje neogótico de sus accesos, vestíbulos y fachadas, interpretado por los constructores locales de la época. Utilizó la altura considerable de cada uno de los tres pisos de la estructura antigua para introducir un entrepiso como mezanine de los apartamentos dúplex, con vacío sobre la zona social de modo tal que permite conservar los vanos verticales de las ventanas de la fachada externa. El proyecto se desarrolló en torno al patio interior de la antigua edificación, adecuado con jardines y áreas de descanso. Desde las ventanas colocadas al final de los corredores de los pisos altos, se contempla el paisaje propio del centro histórico de Bogotá, con sus cubiertas inclinadas en teja de barro, sus patios interiores y las diferentes torres de las iglesias que se asoman por encima de los tejados.

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fig. 115. Conjunto residencial

Calle del Sol Bogotá, carrera 3 con calle 13. 1987-1992 con Guillermo Rubio y Paulino Gómez (Rubio y Gómez Ltda.) Fotografías: Carlos Hernández Llamas Planta primer piso Planta tercer piso Planta cuarto piso Corte fachada interior Corte Fachada sobre carrera 3 Vista desde el corredor del tercer piso Esquina carrera 3 con calle 13 Corredor segundo piso Corredor lateral al patio Detalle de fachada interior Patio y fachada interior

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Parque Residencial Calle 100, Bogotá, 1990-1992 (fig. 115) El proyecto Parque Residencial Calle 100 fue obtenido mediante concurso privado convocado por la Constructora Colmena. Consta de 318 apartamentos, 556 estacionamientos cubiertos y 32 al aire libre para visitantes; posee servicios comunales con sala de reuniones, gimnasio, sala de squash y enfermería. La construcción se realizó en tres etapas entre 1991 y 1993. La irregularidad del lote sugirió a Arturo Robledo localizar la zona comunal como núcleo central, desde el cual se desprenden tres ramificaciones de bloques de vivienda, que se desplazan como una cinta serpenteante, a través de su superficie. Cada una de ellas avanza en tramos continuos y quiebres que se convierten en recintos, mientras atienden los requerimientos del programa. Los apartamentos localizados en las ramificaciones se desarrollan sobre dos crujías que corren paralelas, en alturas de cinco pisos en los tramos lineales, y de seis en las esquinas donde se encuentran los accesos. Las crujías están separadas por un vacío sobre el cual se ubican las áreas de servicios, mientras las zonas sociales y los dormitorios lo hacen hacia el exterior, sobre las zonas verdes comunales. El conjunto despliega una gran maestría en la combinación de los espacios colectivos contenidos por la arquitectura y la vegetación, con los espacios privados de los apartamentos. Los accesos situados en los quiebres de las crujías, destacados en la fachada por su verticalidad y las ranuras que introducen, perturban el volumen que se extiende serenamente en franjas horizontales conformadas por las ventanas de los apartamentos que se suceden con

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fig. 116. Parque Residencial Calle 100 Bogotá, calle 100 con avenida Suba. 1990-1992 Arturo Robledo Fotografías: Carlos Hernández Llamas Localización general Detalle planta primer piso Corte fachada interior Corte transversal bloques Corte por patio interior Perspectiva espacio común Salón comunal Detalle de fachada Detalle ingreso Fachada con ingreso Detalle del conjunto Detalle de la fachada Fachada calle 100


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un ritmo constante. Los accesos conducen a circulaciones de alta calidad plástica, lograda por la utilización del vacío de las circulaciones verticales, de los muros curvos que se combinan con los elementos estructurales, columnas y vigas, y por el manejo de la luz y las visuales que se filtran a través de las leves ranuras entre unos y otros. Con esos espacios de transición, se realza el paso de lo público a lo privado. Desde el interior de los apartamentos, a través de los llenos y vacíos, se logra una relación modulada con el afuera y en especial con la vegetación, de acuerdo con las diferentes funciones de cada uno de los espacios. El proyecto permite un acercamiento poético al habitar la tierra, en el modo como se asienta en el terreno, se relaciona con la luz, con las visuales lejanas y cercanas y por el modo como se tejen los diversos elementos.

Vivienda multifamiliar en altura En esta década obtiene el encargo para el diseño de tres proyectos de vivienda que, desafortunadamente, como él mismo lo cuenta, no se construyeron. Ellos son: en 1993, el edificio Eterna (fig. 117), en Bogotá, en la zona de San Patricio, en la autopista Norte con calle 100, que fue proyectado en altura de 7 pisos en un lote esquinero de forma rectangular. El edificio se levanta sobre pilotes, los apartamentos a partir del segundo piso se desarrolla de modo perimetral en torno a un punto fijo central hacia el cual se disponen las zonas de servicios, mientras que se libera la fachada para las zonas social y de dormitorios. El primer piso destinado en parte a locales comerciales, retrocede del paramento

y protege el andén. Las esquinas liberadas de la estructura conforman vacíos que junto con las terrazas del último piso, le confieren liviandad al volumen (A. Robledo Ocampo, 2005: 154-155). En 1994 realizó el proyecto del edificio María José (fig. 118) para Eduardo y Mauricio Rozo Gómez, en Bogotá, en la urbanización Pardo Rubio, sobre la carrera 4 entre calles 52 y 53. El proyecto encuentra límites en la no ortogonalidad del lote mientras el volumen se alza en siete pisos y deja visible la estructura del primero. Los apartamentos, cuatro en los pisos intermedios y dos en el último, se desarrollan a partir del segundo piso a lado y lado de un punto fijo central con ascensores y escaleras, circulaciones de ingreso y servicios, mientras se liberan las fachadas para las zonas sociales. En sus espacios interiores los desniveles favorecen la diferenciación de los espacios. La fachada construida en paneles livianos de concreto de gravilla lanzado, posee ventanería corrida y antepechos de diferentes alturas de acuerdo con la función del espacio interior; las esquinas redondeadas le confieren un ritmo variado y particular. Cabe anotar que fue el primer proyecto que elaboró en su totalidad, con el apoyo del computador (A. Robledo Ocampo, 2005: 156-157). El sistema constructivo propuesto lo repetirá en futuras realizaciones. Para la Compañía de Jesús desarrolló en 1995 un proyecto de reciclaje y ampliación de la sede de las Facultades Eclesiásticas (fig. 119), localizadas en Bogotá entre las carreras 8 y 9 y entre las calles 65 y 66. Se trataba de reciclar el antiguo edificio donde funcionaban dichas dependencias, construido en la década del treinta

fig. 117. Eterna Apartamentos Bogotá, barrio San Patricio, autopista norte con calle 106. 1993 Arturo Robledo Planta primer piso Plantas Perspectivas del edificio Perspectiva fachada principal

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fig. 118. Edificio María José, para

Eduardo Rozo Gómez Bogotá, urbanización Pardo Rubio, carrera 4 entre calles 52 y 53. 1994 Arturo Robledo Planta tipo Corte transversal Corte longitudinal Fachada lateral Fachada principal Perspectiva

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en forma de doble herradura (“E”), para oficinas, y de plantear en su costado oriental, hacia donde se abren los dos vacíos, apartamentos pequeños que pudieran satisfacer la demanda comercial y de vivienda universitaria de Chapinero. La propuesta nueva de los apartamentos se genera a partir de cuatro módulos configurados por cuadrados girados contenidos en semicircunferencias en la parte interna y externa, y rectángulos entre las dos. La modulación con base en pequeños cuadrados se sucede a partir de sus vértices, sobre un eje paralelo al paramento de la vía. En cada módulo, en el centro de la semicircunferencias, que corresponde al cruce de dos de los pequeños cuadrados, se organizan los puntos fijos; en los espacios cóncavos y convexos interiores se ubican los diferentes tipos de apartamentos. Los espacios cóncavos de la fachada exterior, sobre la carrera, le confieren un notorio movimiento, a la vez que abren espacios para pequeñas plazoletas que se suceden una detrás de la otra, hacia el espacio público. El uso del dibujo digital le brinda la oportunidad de profundizar y poner en práctica sus amplios conocimientos de la geometría, de los cuales es muestra evidente este proyecto.

fig. 119. Facultades Eclesiásticas

de la Compañía de Jesús, reciclaje y adición Bogotá, carreras 9 y 10 entre calles 65 y 66. 1995 Arturo Robledo Perspectiva aérea Detalle fachada Detalle fachada Plantas primer piso Plantas apartamentos tipo Plantas apartamentos nivel superior

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Vivienda unifamiliar En este período realiza varios proyectos de vivienda unifamiliar que le permiten continuar explorando el tema según las particularidades de cada sitio y del tipo de cliente. Aunque, desafortunadamente, ninguno de ellos se construyó, las propuestas planteadas ameritan detenerse en sus características. El primero de ellos es la casa en Guayaquil para la familia Arboleda Robledo (fig. 120) en 1982, localizado en un clima tropical, con cercanía al mar. Este proyecto tiene un significado muy especial para Arturo Robledo, pues es un encargo de su hija mayor y como tal, puede apreciarse un especial cuidado en su elaboración. Además de la atención puesta a las cualidades ambientales y paisajísticas del sitio, la propuesta parte de un cuidadoso estudio del modo de vida de la familia para quien iba dirigido y de la forma y espacialidad más apropiada para sus características; logro que, como él lo describe en su Portafolio, obtuvo mediante el uso de la proporción áurea tanto en planta como en corte (A. Robledo Ocampo, 2005: 136-137). La casa está diseñada aprovechando las dos diagonales del doble cuadrado. Sobre la primera de ellas, a partir del comedor, localizado en el centro a la manera de pivote, se desprenden, en primer piso, la zona social que se ramifica en dos, y la zona de servicios y garajes. En un segundo piso, que tiene como eje la otra diagonal del doble cuadrado, se distribuyen a partir de un salón de estar central, los dormitorios de los hijos, y el

principal. Este proyecto, al igual que se anotó para otros de sus más importantes, como el del Parque Simón Bolívar, que realizó por la misma época, da cuenta de la importancia de la geometría en su concepción y elaboración de la arquitectura. En 1983 realizó la residencia para Alma Hearn de Mariño (fig. 121), en una zona suburbana de Cartagena. La vivienda se genera a partir de un cuadrado en torno a un patio interior, con corredores laterales cubiertos que protegen del clima. Las diferentes dependencias se disponen en los costados del cuadrado con adecuada zonificación: en dos de los lados, los dormitorios, en el tercero, la zona social, y en el cuarto, los servicios. Las intersecciones de los lados se rompen en cada esquina para dar paso a los accesos y circulaciones. EL diseño contenido hacia el patio interior se abre al exterior en la fachada de la zona social. De este mismo año es el Refugio para Rafael Cuéllar Molano (fig. 122), en inmediaciones de la represa del Sisga, en Cundinamarca. Consta de un salón-comedor con cocineta y una habitación. Está equipado con calefacción solar y cubierta de paja para enfrentar el frío del ambiente. Como en los anteriores, el paisaje y el clima se convierten en determinantes fundamentales del diseño. Contó también con una propuesta de pesebrera en un espacio del lote destinado para ese uso. Otro proyecto de la época, fue una residencia para su segunda hija, Irma Robledo Strauss (fig. 123), en 1990, en Chía, Cundinamarca, la

cual concibió a partir de tres cuadrados localizados sobre un eje paralelo a uno de los costados del lote que configuran tres cuerpos. El cuerpo central se adelanta y alarga en forma rectangular para configurar la zona social en doble altura, mientras la parte posterior se destina al hall de acceso y a la circulación vertical. En los cuerpos laterales de la planta de primer piso se alberga la zona de servicios, y en el segundo piso, los dormitorios. Es una de sus primeras incursiones con el computador y ello parece haber incidido en el manejo de la volumetría. La utilización de la simetría para resolver la composición mediante tres cuerpos repartidos de manera simétrica y la supremacía del central, señalan una utilización de principios de composición de la arquitectura clásica, renacentista y barroca y una variación en la manera de enfrentar algunos de sus proyectos de esta última etapa (A. Robledo Ocampo, 2005: 160-161). Parecería que la herramienta del computador, la vuelta a la historia presente en algunas tendencias de la arquitectura del momento, y su propia trayectoria, lo llevan a esta exploración. La casa para Iván Fajardo en Bogotá, realizada en 1994 (fig. 124), continua la línea de sus producciones anterior; y por su riqueza espacial merece ser mencionada en este grupo de proyectos. Para cerrar el tema de vivienda de este período se recuerda su desempeño en 1981, como asesor del arquitecto Daniel Bermúdez en el proyecto que obtuvo el segundo lugar en el concurso de la Caja de Vivienda Militar para los Multifamiliares José María Carbonell, en la calle 100, en Bogotá.

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fig. 120. Casa Arboleda Robledo Guayaquil, Ecuador. 1982 Arturo Robledo Planta primer piso Planta segundo piso y corte Perspectiva volumen exterior Perspectiva aĂŠrea

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fig. 121. Casa para Alma

Hearn de Mariño Cartagena, zona suburbana. 1983 Arturo Robledo Localización Planta Corte

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fig. 122. Refugio para Rafael

CuĂŠllar Molano Sisga, Cundinamarca. 1983 Arturo Robledol Planta Esquema de caballerizas Corte y fachada Perspectiva aĂŠrea Fachada

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fig. 123. Casa para Irma

Robledo Strauss Oriente de Chía, Cundinamarca. 1990 Arturo Robledol Plantas y fachada principal Perspectiva Detalle exterior de la casa

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Otros temas de la época En el tema de oficinas se distingue el proyecto del edificio para el Centro Nacional de la Construcción, CENAC (fig. 125), en la calle 36 con carrera 20, localizado en el barrio Teusaquillo, en sus límites con La Soledad, en el remate sur del Park Way. Este entorno tradicional ligado a sus vivencias de juventud, le determinó diferentes decisiones para el diseño que se desarrolló en el englobe de dos lotes, uno de ellos esquinero, y en altura de siete pisos; los dos primeros destinados a auditorio y a locales comerciales, el segundo a oficinas del CENAC, y el resto a otras oficinas. El volumen con antepechos y ventanas corridas en varios pisos, y con cubiertas inclinadas en el último sigue en general al paramento, pero se aparta de él con la esquina en ochava que se evidencia en los pisos tercero y cuarto, el retroceso del primero, las salientes del segundo, y el balcón del sexto. (Arturo Robledo et al., Escala, No. 119: 34-38). Por estos años Arturo Robledo también llevó a cabo dos proyectos con el arquitecto Héctor García Bahamón. El primero de ellos, fue el centro cultural Curiplaya, en Florencia, Caquetá, que implicaba trabajos de renovación y adiciones de teatro y auditorio al aire libre, bibliotecas de adultos e infantil, exposiciones y museo, sala de conferencias, restaurante, fuente de soda y oficinas. El segundo, realizado en 1986, fue la restauración y adecuación del Salón de la Constitución del Capitolio Nacional para el Senado de la República.

fig. 124. Casa para Iván Fajardo Bogotá. 1994 Arturo Robledo Planta

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fig. 125. Edificio CENAC Bogotá, carrera 20 con calle 36. 1980 Arturo Robledo Perspectiva: José Enrique Robledo Planta primer piso Planta mezanine Planta piso tipo Planta sótano Fachada por la carrera 20 Corte transversal por el salón múltiple Dibujo fachada principal Perspectiva

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En 1988 fue miembro del grupo consultor designado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos para colaborar con el arquitecto Roberto Londoño Domínguez en la definición del proyecto del Palacio de Justicia, en la Plaza de Bolívar de Bogotá, que reemplazaría la sede de esa institución recientemente desaparecida por incendio, la cual igualmente, había sido diseñada por el arquitecto Londoño. Otras obras del período fueron, el edificio comercial Rozo Gómez (fig. 126),en 1994 en Bogotá, en la calle 93 con carrera 13; y el edificio de oficinas para la Constructora Colmena (fig. 127), en 1996 también en Bogotá, en la calle 82, con carrera 20. fig. 126. Edificio comercial Rozo Gómez Bogotá, calle 93 con carrera 13. 1991-1992 Arturo Robledo Fotografía: Carlos Hernández Llamas Planta primer piso Planta tipo oficinas Corte longitudinal Corte transversal y fachada Detalle escalera hall principal Fachada principal

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fig. 127. Edificio de

oficinas para Constructora Colmena Bogotá, calle 82 con carrera 20. 1996 Arturo Robledo Fotografía: Carlos Hernández Llamas Planta primer piso Planta tipo Planta sótano Planta altillo Corte y fachada occidental Fachada

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1996, cuarta pausa: Curador urbano provisional para Santafé de Bogotá

1996-2007, de vuelta a la Universidad, logros y dificultades

El corte en este momento, lo genera su cargo de titular de una de las curadurías urbanas de Bogotá, acabadas de crear por el gobierno de la ciudad, para apoyar al Departamento de Planeación Distrital en el estudio y aprobación de la construcción de proyectos urbanos y arquitectónicos. Si bien, este cargo no tuvo una larga duración sí significó para su vida una pausa en su desempeño como proyectista y una posibilidad para estar de nuevo, en contacto directo, con los asuntos del crecimiento y la expansión de la ciudad.

Los trabajos que Arturo Robledo llevó a cabo en este último tramo de su vida y de actividad profesional, estuvieron referidos a temas que había realizado a lo largo de su vida: la vivienda unifamiliar y multifamiliar, y la educación, en los niveles básicos y universitarios. En esta etapa es posible identificar en su trabajo arquitectónico una faceta donde se juntaron su madurez en la concepción del proyecto con el uso de medios digitales para su elaboración, los cuales aprendió a manejar de forma autodidacta, y los empleó como herramientas del diseño y del dibujo. Para mediados de los años noventa, cuando sufrió serios quebrantos en la movilidad de sus manos que le impidieron continuar dibujando, la voluntad y avidez de conocimiento que siempre lo caracterizaron, lo motivaron a aprender las técnicas del dibujo digital y a utilizarlas en la elaboración de sus proyectos.

Conjuntos de vivienda En 1997, luego de haber dejado la curaduría, la Corporación La Candelaria, encargada de salvaguardar el patrimonio del centro histórico de Bogotá lo nombró director de la rehabilitación

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integral del conjunto Virrey Solis, localizado en la carrera 9 entre calles 11 y 12, en el mismo barrio La Candelaria, que tenía como objetivo el fortalecimiento de la actividad residencial en este significativo sector de la ciudad. Con este trabajo continuaba la labor empezada en Calle del Sol pero por razones diversas relacionadas con la naturaleza del mismo, no lo pudo concluir. La primera década del siglo veintiuno la inició con la formulación, en el año 2000, del proyecto de vivienda social Las Colinas (fig. 128), para la ciudad de Armenia, afectada después del terremoto del 25 de enero de 1999. En un comienzo, el programa constó de unidades mínimas de 18 metros cuadrados que respondían a las especificaciones del subsidio dado a los habitantes, y luego se introdujeron otras con lotes aumentados en un 50% del área inicial pero sin subsidio. Las casas se planearon para ser construidas por crecimiento progresivo, primero en un piso y luego en dos. El conjunto cuenta con accesos perimetrales vehiculares y con circulaciones peatonales en su interior. A continuación, en 2001, proyectó el conjunto de vivienda Colinas del Viento (fig. 129), en Manizales, localizado cerca al aeropuerto La Nubia, en un terreno inclinado, como es frecuente en esa zona. Está constituido por 60 viviendas unifamiliares de 100 metros cuadrados cada una, localizadas sobre dos franjas paralelas en las cuales se suceden una tras otra, con leves desplazamientos de acuerdo con la topografía, y conforman diferentes ambientes, algunos de uso compartido, según la ubicación y orientación que les corresponda. El primer piso se destina a zonas social y de servicios, y el segundo


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a dormitorios. Cuenta con un acceso de circulación principal desde el cual se desprenden las vías vehiculares que conducen al garaje de cada una de las casas. Por solicitud de los arquitectos Paulino Gómez y Guillermo Rubio, con quienes había realizado el proyecto Calle del Sol, empezó en el 2005, la elaboración de la propuesta de renovación urbana, vivienda y comercio para la Manzana 26 (fig. 130) en las Aguas, perteneciente al Plan Zonal del centro de Bogotá. Por tratarse de un área de conservación, la propuesta recibió una serie de recomendaciones y sugerencias por parte de los funcionarios de la Empresa de Renovación Urbana de la Alcaldía de Bogotá, e infortunadamente, no contó con el tiempo necesario para llevar a cabo los ajustes requeridos, pues en 2007, ocurrió su muerte. La propuesta buscaba ser un remate al Eje Ambiental de la Avenida Jiménez, en las inmediaciones de la Universidad de los Andes y de la manzana 5 destinada a la construcción del Centro Cultural Español. El planteamiento consiste en tres torres circulares de 17 pisos de altura, destinadas a vivienda universitaria con comercio en la plataforma de los dos primeros niveles. Cada una de las torres se estructura con base en un punto fijo central, desde el cual se desprenden cuatro apartamentos por piso, equipados con cocineta, zona social, dormitorio y baño. Un proyecto edificio de vivienda, de menor escala fue Pizza d´Italia (fig. 131) en Armenia, en 2001, pedido de su sobrino Eduardo Botero Robledo. Este proyecto, como los anteriores, presenta una gran racionalidad organizativa

fig. 128. Urbanización Las Colinas Armenia, sector La Patria. 2000 Arturo Robledo Localización general Agrupación casas Conjunto Conjunto Casas tipo, variaciones en corte Variaciones planta tipo Corte y plantas casa tipo

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fig. 129. Urbanizaci贸n Colinas del Viento Manizales, sector La Alambra. 2001 Arturo Robledo Fotograf铆as: Beatriz Garc铆a Localizaci贸n general Planta primer piso, casa tipo uno Planta segundo piso, casa tipo uno Planta primer piso, casas tipo dos Planta primer piso, casas tipo tres Planta segundo piso, casas tipo dos y tres Cortes Calle conjunto Vista general del conjunto Vista calle, garajes

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La arquitec tura como modo de vida

fig. 130. Renovaci贸n urbana

manzana 26, Las Aguas Bogot谩, barrio Las Aguas. 2005-2007 Arturo Robledo con Rubio y G贸mez Ltda. Localizaci贸n Planta de plataforma Volumen del conjunto Planta tipo apartamentos Variaciones planta tipo Variaciones planta tipo Alzado del conjunto

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y constructiva, a la vez que un enorme cuidado por las visuales y las condiciones climáticas. Como solución constructiva propone una versión del sistema tradicional del bahareque que denomina bahareque metálico que fue propuesto anteriormente en las unidades de servicios del Parque Simón Bolívar y en el edificio María José (A. Robledo Ocampo, 2005: 168-169).

Vivienda unifamiliar

contiguo al acceso, el comedor con los servicios; y en el cuerpo lateral izquierdo, los garajes; en el segundo piso se localizan los dormitorios. Como él mismo lo dice, hay aquí una inspiración “casi palladiana” (A. Robledo Ocampo, 2005: 162) que indica una referencia consciente a la historia que conocía ampliamente. El estudio se soluciona en una construcción independiente en dos cuerpos, y sigue el mismo principio que la anterior.

En este período realizó tres proyectos de vivienda unifamiliar y aunque solamente uno de ellos se construyó, en los tres se aprecia su madurez y solvencia para el manejo de cada uno de los aspectos de la obra, desde la implantación hasta las propuestas funcional, formal y constructiva.

En los planos se puede observar el trazado geométrico construido en el proceso de la implantación, que se define a partir de tres circunferencias; la primera se destina al área de acceso al lote, la segunda a la casa principal y la tercera al estudio. Desde el centro de la primera se trazan los radios de las otras dos de tal manera que logran vínculo entre ellas (A. Robledo Ocampo, 2005: 162-163).

El primero de estos proyectos, realizado en 1996, es la casa y estudio para Jorge Alberto Giraldo (fig. 132), en Tabio, Cundinamarca, con casa principal y estudio para los propietarios. La casa se resuelve en tres cuerpos dispuestos sobre un eje de simetría localizado en el cuerpo intermedio conformado por dos cubos, que avanza en medio de los otros dos. A partir de ese proyecto, y como una variación a la propuesta de la casa de su hija Irma Robledo Strauss donde había optado por un partido similar (A. Robledo Ocampo, 2005: 152-153), el volumen se constituye por medio de cuatro cubos que se vinculan entre sí mediante baños, circulaciones verticales y claraboyas, que como bisagras confieren a la unión, movimiento y flexibilidad. En el primer piso se ubican: en el cuerpo central y anexo al acceso, el salón en doble altura; en el cuerpo lateral derecho

El segundo proyecto de 1998 es el de la casa para Carlota Zuleta de Martínez (fig. 133), en Barichara, Santander, uno de sus más queridos (A. Robledo Ocampo, 2005: 177), y que por fortuna, pudo llevar hasta su construcción, la cual fue ejecutada por el arquitecto José Alejandro Bermúdez. Vale recordar que esta es la segunda residencia que proyectó para la familia Martínez Zuleta pues había realizado otra en Bogotá (fig. 45), a finales de la década del cincuenta. Su localización en dicho municipio le impuso una serie de normas relacionadas con la tradición colonial del lugar. La implantación en el lote inclinado se realiza a partir de la línea de paramento de la calle de acceso mediante un cuerpo rectangular con dos pisos hacia el interior, que debido a la pendiente, constituye en un piso, la fachada posterior en muro blanco encalado con

fig. 131. Edificio Pizza d’Italia, para

Eduardo Botero Robledo Armenia, carrera 15 con calle 18 Norte. 2001 Arturo Robledo Planta primer piso, estacionamientos Planta sótano, estacionamientos Planta apartamento tipo Perspectiva fachada norte Perspectiva fachada occidental

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puertas de acceso y pequeñas ventanas en madera. En el piso alto hacia esta fachada, se encuentran los dormitorios, y hacia el interior del lote, en el costado derecho, los servicios; el piso bajo se destina a los apartamentos para los hijos. Hacia el otro costado, en un cuerpo rectangular en doble altura que se desprende girado de la intercepción con al anterior, en dirección a las torres de la iglesia del pueblo y a la vista lejana del cañón del río Suárez, se ubican el salón principal y el comedor. La casa está cubierta con teja de barro, y como el clima lo permite, posee amplios vanos sin cerramiento, tanto en la zona social como en algunas de sus circulaciones, que se abren de manera franca hacia el paisaje a la vez que mantienen el ambiente fresco. Carlota Zuleta de Martínez, la propietaria, comenta: … En Barichara es todo un arte diferente, y entonces él pudo hacer los planos de acuerdo con el sitio, lo que fue interesante. Allá todas las paredes son de barro. Él estuvo con nosotros en la obra, y nunca dijo “oiga, ya me tengo que ir, tengo afán…” Caminó todo el tiempo por la obra. El terreno no era fácil para una persona de su edad, porque tiene una pendiente muy grande, una pendiente de cuarenta y cinco grados, que cuando está sin construir es muy difícil de transitar para personas que tienen esa edad. Pero él no tuvo el menor inconveniente de subirse por todas partes, de mirar, analizar, y de explicarnos y ayudarnos a entender por qué se hacía de esa manera127.

El tercer y último proyecto de este período, es la casa para su hermano Fernando Robledo Ocampo (fig. 134), en 2001, en las afueras de

fig. 132. Casa y estudio para

Jorge Alberto Giraldo Tabio, Cundinamarca. 1996 Arturo Robledo Localización Perspectiva aérea Planta primer piso Planta segundo piso Perspectiva exterior Perspectiva interior Perspectiva fachada principal 127 Testimonio de Carlota Zuleta de Martínez, ya citado.

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fig. 133. Casa para Carlota

Zuleta de Martínez Barichara, Santander. 1998 Arturo Robledo Fotografías: José Alejandro Bermúdez Planta primer piso Planta segundo piso Fachada interna Corte Fachada salón Espacio interior

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Armenia. El programa contaba con los requerimientos propios de la vida familiar y con un estudio para su hijo, el artista plástico Miguel Robledo. Su diseño estuvo acompañado, como en muchas de las ocasiones anteriores, de un diálogo permanente con quienes iban a ser los habitantes. La vivienda no se construyó, pero quedan los planos que dan cuenta de las búsquedas espaciales y de las exploraciones estructurales que mediante una estructura metálica recogen la tradición constructiva y de habitabilidad de la región cafetera.

fig. 134. Casa para Fernando

Robledo Ocampo Armenia, vereda Pueblo Tapado. 2001 Arturo Robledo División de Archivo y Correspondencia, Universidad Nacional Planta primer piso Planta segundo piso Corte transversal Corte longitudinal Fachada occidental Fachada norte Fachada oriental Fachada sur

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Arquitectura relacionada con la educación La arquitectura relacionada con la educación la realizó en esta última etapa de su vida, en tres ocasiones, la primera como contratista de la Universidad Nacional de Colombia con el encargo de realizar el Plan director del desarrollo del Campus de la Sede de Bogotá; la segunda como concursante en algunos proyectos particulares propuestos por ese plan; y la tercera, como consultor de la Secretaría de Educación de la Alcaldía Mayor de Bogotá, que a través de la Universidad Nacional, lo responsabilizó de la elaboración del proyecto de tres institutos de educación de nivel básico. Plan director para el campus de la Universidad Nacional, Sede Bogotá 1999 (fig. 135) Por encargo del doctor Víctor Manuel Moncayo, rector de la Universidad Nacional, Arturo Robledo desarrolló en 1999 una propuesta para el Plan director para el desarrollo del campus de la Universidad Nacional en la sede de Bogotá que tenía como propósito ordenar y planificar el crecimiento de la planta física que se venía presentando durante varios años de manera casi espontánea, sin atender al trazado inicial de Leopoldo Rother, ni al conjunto de la Universidad128. La propuesta buscaba recomponer el trazado inicial de Leopoldo Rother, con las variaciones de la década del sesenta, y con las sugerencias provenientes de las circunstancias y demandas académicas del final del milenio que avizoraban el futuro. Reforzó el eje central sobre el que se desarrolla la Universidad, localizando

128 Para el trabajo se conformó un grupo con otros arquitectos encargados de los planes de los campus con el fin de hacer propuestas que respondieran a una filosofía similar. Para la sede de Bogotá se encargó a Arturo Robledo; para la sede de Medellín, a Horacio Navarro; para la de Manizales, a Rubén Coconubo; y para la de Palmira a Fulvio Sánchez. Este grupo trabajó con la coordinación de la decana de la Facultad de Artes de Bogotá, arquitecta Beatriz García Moreno, y en el caso de Bogotá, contó con la asistencia del grupo de planta física, conformado por: Enrique Triana Uribe, Alberto Saldarriaga Roa, Carlos Niño Murcia y Beatriz Vásquez, está última arquitecta jefe de Planta Física de la Universidad. Este grupo propuso a Arturo Robledo para este trabajo.

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fig. 135. Plan Director Campus de

la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá Bogotá, campus de la Universidad Nacional. 1999 Arturo Robledo Plano resumen de la propuesta Perspectiva edificio central Planta edificio central Edificios y caminos cubiertos Red peatonal principal Accesos, vías vehiculares, estacionamientos y ciclovías Estudio de arborización


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en el extremo sur la zona administrativa, y en el norte la de bienestar universitario que incluye la deportiva. Propuso completar la configuración de la plaza Che, denominada inicialmente Santander, con un edificio central interaulas, para uso de toda la Universidad, equipado con las últimas tecnologías, salas para convenciones, teatro y cine. Para la Facultad de Enfermería y para laboratorios de diferentes departamentos consideró la necesidad de nuevas edificaciones, y para otras dependencias como Cine y Televisión, Diseño Gráfico, y Derecho, la readecuación de algunos edificios existentes que se prestaban para ello. Debido al abundante tráfico vehicular del campus, planteó la construcción de estacionamientos verticales en el acceso occidental y la alternativa de un circuito de transporte unificado para su recorrido interno. Definió los lotes posibles para nuevas edificaciones, para la ampliación de las existentes, para las plazoletas y para las áreas verdes. El proyecto partió de en un cuidadoso estudio de las tendencias y necesidades de la Universidad129 pero no fue considerado como propuesta viable por la siguiente administración, la del rector Marco Palacios, quien decidió dar otro enfoque al plan regulador que se propuso durante su administración (2003-2006). Edificios para el campus de la Universidad Nacional, sede Bogotá La rectoría de Víctor Manuel Moncayo convocó, en 2002, a un concurso público para el diseño del Edifico Interaulas (fig. 136) y para el edificio para la Facultad de Enfermería y los Laboratorios de la sede de Bogotá de la Universidad Nacional. Arturo Robledo elaboró una propuesta para cada uno de ellos, pero no alcanzó

129 Como decana de la Facultad de Artes de ese entonces (1999), fui encargada por el rector Víctor Manuel Moncayo para coordinar el desarrollo de los proyectos del los campus de la Universidad Nacional en sus sedes de Bogotá, Medellín, Manizales y Palmira y fui testigo del cuidadoso estudio realizado por el arquitecto Robledo para su fin. (nota de la autora).

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a presentarlas en el tiempo estipulado. Desafortunadamente el concurso no fue tenido en cuenta por la rectoría de Marco Palacios que iniciaba su periodo pues, como ya se anotó, éste y su grupo de colaboradores decidieron darle otra orientación. El proyecto para el Edificio Interaulas (fig. 137) propuesto por Arturo Robledo se origina a partir de un triángulo isósceles que se ubica en el costado norte de la Plaza Che (Santander), sobre el eje central de la Universidad, el cual lo penetra y continúa su trayecto en dirección hacia la zona de Bienestar Universitario. En cada vértice del triángulo se traza un círculo a partir del cual se levantan los volúmenes en forma de cilindros, que definen su carácter institucional, mientras el centro se deja como un gran espacio cubierto. La construcción la planteó con estructura de columnas y vigas en concreto y cerramiento con materiales tradicionales pañetados y pintados de blanco, con la intención de lograr continuidad con el Edificio de Ingeniería de Bruno Violi y Leopoldo Rother, cercano al proyecto.

fig. 136. Edificio Interaulas,

Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá Bogotá, campus de la Universidad Nacional. 2003 Arturo Robledo Perspectiva aérea Localización Planta primer piso Planta estacionamiento Perspectiva interior Corte Perspectiva del acceso al edificio Perspectiva del edificio Perspectiva del edificio Alzado del conjunto


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Institutos Educativos Distritales En el 2005, en consultoría con la Universidad Nacional, Arturo Robledo se hizo cargo de los proyectos de tres Institutos de Educación Distrital para la Secretaría de Educación de Bogotá, que le permitieron recuperar la valiosa experiencia en construcciones escolares adquirida durante la época de su trabajo con la OAPEC y el ICCE, a la cual se hizo referencia anteriormente. Ellos son los institutos de educación del Distrito, IED, Garcés Navas, hoy Charry, Puerta al Llano, hoy Ciudad de Villavicencio, y La Palma - Ramón de Zubiría. El primero, el IED Garcés Navas (fig. 137), hoy Charry, se encuentra localizado en un lote plano comprendido entre las calles 77 y 77C y la carrera 109A. Su programa, que se realizó en dos pisos, consta de una de área administrativa, aulas escolares, servicios y áreas deportivas. La volumetría contempla elementos prefabricados en concreto, que protegen del sol. La zona de aulas se despliega en torno a un vacío longitudinal central con luz cenital y rodeado de corredores y balcones semicirculares que introducen movilidad al espacio. El segundo, el IED Puerta del Llano (fig. 138), hoy Ciudad de Villavicencio, se localiza en la calle 114A Sur con carrera 6H, en cercanías de la vía a Villavicencio. Se implanta sobre un lote inclinado en el cual se acomodan de forma escalonada los cuatro cuerpos que componen la edificación. El acceso se efectúa mediante rampas y escaleras que conducen a cada uno de los bloques destinados a albergar funciones administrativas, el auditorio y las aulas. También posee una zona deportiva.

El tercero es el IED La Palma - Ramón de Zubiría (fig. 139), ubicado en la localidad de Suba, en Bogotá. Se implanta sobre un terreno irregular en dos cuerpos que se separan y conforman un espacio para actividades deportivas. Las aulas se desarrollan sobre dos crujías paralelas alrededor de un vacío. En el segundo cuerpo, localizado sobre la pendiente, el vacío no se configura de manera paralela sino mediante un ángulo agudo que se abre hacia el exterior del proyecto. Algunos de los colegas que participaron con Arturo Robledo en la elaboración de estos proyectos, cuentan diversas anécdotas que reiteran lo dicho por otros, acerca de su enorme capacidad para la concepción y comprensión de la arquitectura y de su sorprendente manejo del proyecto, que le permitía incorporar la racionalidad constructiva sin perder la calidad de la propuesta espacial. Alberto Iván Correa, director del programa de los institutos educativos encargado por la Secretaría de Educación a la Facultad de Artes de la Universidad Nacional, y quien contactó Arturo Robledo para su diseño, comenta: … Entonces Arturo empezó a trabajar en los tres colegios que eran el del Garcés Navas, el Ramón de Zubiría y otro… omo era tradicional en Arturo, él hizo un análisis de la situación de los tres lotes, y buscó cómo establecer un sistema que permitiera solucionar el problema que encontró, y era que los lotes, como suele suceder, estaban mal orientados para colegios. Eran lotes que donde se podía construir, les daba todo el sol de la mañana y de la tarde. Arturo, en consecuencia, planteó una solución que partía de cómo protegerse

del sol, pero implantando los colegios como lo indicaba y lo permitía el lote. De manera que ideó un sistema basado en unos “BriseSoleil”, que son de forma triangular, y que en los edificios generaban sombra en los lados que se veían perjudicados por la asoleación directa sobre las aulas... Él trabajó muy bien en su sistema de concepción de los tres colegios, y aún con las presiones de la Secretaría de Educación, logró entregar los proyectos. Se empezaron a construir, y están hoy en día terminándose. En ellos están identificados ciertos criterios comunes de los proyectos de Arturo; había una coordinación modular de modo que las ventanas, las puertas, los baños, los corredores, las escaleras, estaban concebidas a partir de unas modulaciones, y entonces en la obra las cosas coincidían, coordinaban y tenían una lógica. Entre la concepción general del edificio y la estructura, había pues, una coherencia evidente130.

Omar Vaca, quien lo acompañó en sus últimos proyectos, dice: … Y, por ejemplo, en el caso de los colegios que hizo para la Secretaría de Educación, uno veía lo importante que era el tema de la modulación. Él descubrió –ignoro la manera como lo hizo– que la totalidad de los ingredientes del programa arquitectónico eran múltiplos entre sí, y que tenían un mínimo común divisor de 1,22, y que ese 1,22 producía módulos de 1,10 x 1,10 metros, que permitían una modulación tanto en planta como en alzado de todos los elementos de la arquitectura, lo cual resulta muy razonable si uno considera que un colegio es un montón

130 Testimonio de Alberto Iván Correa, ya citado.

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fig. 137. Instituto Educativo

Distrital Charry Bogotá, carrera 109A con calle 77C. 2005-2007 Arturo Robledo. El proyecto fue concluido por Omar Vaca Fotografías: Camilo Páez Localización Planta segundo piso Corte Corte Fachada principal Fachada lateral Corredor interior Aspecto exterior Fachada principal

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fig. 138. Instituto Educativo Distrital

Ciudad de Villavicencio Bogotá, calle 114A Sur con carrera 6H Este. 2005-2007 Arturo Robledo. El proyecto fue concluido por Omar Vaca Fotografías: Omar Vaca Localización Planta baja bloque inferior Planta segundo piso bloque inferior Planta tercer y cuarto bloques Corte Corte fachada Corte longitudinal, conjunto Aspecto exterior Fachada interior

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fig. 139. Instituto Educativo

Distrital La Palma -Ramón de Zubiría Bogotá, barrio Rincón, calle 128A entre carreras 88B y 92. 2005-2007 Arturo Robledo. El proyecto fue concluido por Omar Vaca Localización Planta nivel de acceso Planta aulas Corte Corte de los dos bloques Fachada

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de espacios más bien típicos, que suponen a su vez una tipificación de una serie de elementos constructivos: de los nichos, de los bloques, de la ventanería, de las puertas, de los despieces de los pisos, de la estructura131.

Para la realización de estos proyectos, y con el fin de lograr la mayor economía, propuso la utilización de paneles prefabricados en concreto inyectado e impregnados con colores permanentes, los cuales a la hora de la construcción no pudieron realizarse, porque el constructor aducía no conocer el sistema. Cuando estaba en esta exploración, en medio de grandes tensiones que agudizaron su enfermedad pulmonar que venía sufriendo desde hacía algunos años, el 12 de julio de 2007, aconteció su muerte y otros arquitectos entre ellos Omar Vaca, tuvieron que finalizar los proyectos. Mario Pinzón quien era su asistente en el último período de la realización de estos proyectos comenta:

rampas que antes no veíamos, y que ahora ya se incorpora a esto; y de otra parte, el rigor en el manejo de las determinantes de los proyectos; a las aulas, a cada aula, a un pupitre en sus proyectos nunca le daba el sol. En eso era absolutamente cuidadoso. La orientación, la respuesta al sol, la iluminación… Esa parte la desarrollaba, pues, aludiendo al tema de los solsticios y demás, el tema de la asoleación que manejábamos nosotros… Pero él lo hacía con un rigor total, y tenía los registros de cómo en cada proyecto había manejado este asunto. Y claro, la parte constructiva… lo que era la elaboración de los planos hasta el último detalle... Son cantidades enormes de planos en cada proyecto, y todo muy detallado132.

prevenido allá, y empecé a conocer al arquitecto Arturo, una persona que, digamos, marcó una huella en este tiempo de mi vida profesional, por distintas razones: la primera es que tal vez es de las personas más brillantes que yo he conocido en la vida, de una inteligencia y una agudeza realmente difíciles de describir, difíciles de precisar. Y además de eso, una persona con un gran cariño por la enseñanza, a pesar de que ya no estaba ejerciendo la docencia. Él ya no estaba dedicado a ser profesor, pero seguía siendo una persona dispuesta a compartir todo lo que sabía. Y una cosa que siempre me gustó mucho, era su agudo sentido del humor, digamos que un fino sentido del humor y del sarcasmo…133.

Omar Vaca se refiere a las cualidades de Arturo Robledo como persona, como arquitecto y a su actitud de docente que siempre lo acompañó:

… En los colegios era evidente la maestría con la cual él manejaba el tema. Todas las relaciones entre las diferentes actividades, la secuencia que le daba a esas relaciones, a los usos de los espacios. Y bueno, ya en los últimos proyectos, incluyendo algo que para nosotros es novedoso, como es el uso de las

… Y de alguna manera por los mitos que se tejen alrededor de las personas como él, uno se las imagina distantes, un poco hoscas en el trato, debido más que todo a la fama que tienen, y a lo brillantes que son, y a que han marcado un hito importante en la profesión en Colombia. Entonces llegué un poco

Estos fueron sus últimos proyectos, llenos de logros importantes, de inconvenientes y malos entendidos en sus resolución, principalmente en lo que atañe a su construcción porque al parecer como ya se anotó, el constructor responsable no entendía o no estaba de acuerdo con los métodos de ejecución propuestos. A pesar de los problemas y de su enfermedad que se acentuó en medio de tantas tensiones, hasta el último momento visitó las obras y mostró su afecto y preocupación por ellas.

131 Tomado del testimonio del arquitecto Omar Vaca sobre Arturo Robledo. Febrero de 2008. Recolectado para esta investigación.

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132 Tomado del testimonio del arquitecto Mario Pinzón sobre Arturo Robledo. Diciembre de 2007. Recolectado para esta investigación.

133 Testimonio de Omar Vaca, ya citado.


PARTE IV COMENTARIO FINAL


Acerca de su producción escrita Luego de este recorrido por la obra de Arturo Robledo que da muestra de la amplia, compleja y significativa producción arquitectónica, es necesario hacer mención de su producción escrita, que si bien no fue el centro de su actividad, sí dejó algunos documentos que recogen su pensamiento de una manera clara y precisa.

fig. 140. Autorretrato de Arturo Robledo Técnica mixta. 1952

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La arquitec tura como modo de vida COMENTARIO FINAL

En primer lugar es necesario mencionar su libro Portafolio en vivienda (1950-2002) donde recogió con gran cuidado y dedicación la gran mayoría de sus obras y proyectos en un tema que fue recurrente a lo largo de su vida. Este trabajo fue publicado por la Universidad Nacional en una primera edición en 2003; la segunda fue en 2005. Sobre el proceso de elaboración de este texto, dice el arquitecto Lorenzo Fonseca, director de la revista Proa: … Con cierta frecuencia él venía hasta acá y me mostraba y me contaba lo que estaba haciendo, que iba a ser solo de vivienda, y posteriormente tratábamos de buscar material que había aquí para enriquecer o complementar lo que ya tenía, que luego se convirtió en el catálogo de la exposición de vivienda, y que fue un logro en verdad… Él recopiló todo ese material, y consiguió disponerlo y organizarlo con la claridad que lo caracterizaba, en una secuencia lógica…134. Esta recopilación es de gran interés y utilidad para la arquitectura en general y de manera especial para la historia y la crítica de la arquitectura en Colombia, no solo por la recopilación del material planimétrico y fotográfico allí referenciado, sino también por la forma como presenta sus proyectos, puesto que al hacerlo expone las diferentes circunstancias en las que cada uno fue solicitado, el tipo de cliente para el que fue elaborado, las dificultades que se dieron en su ejecución, sin dejar de lado la descripción de las características principales relacionadas con el lote, y sus propuestas rela-

134 Testimonio de Lorenzo Fonseca Martínez, ya citado.

tivas al empleo de la geometría en el diseño, al manejo del clima y del paisaje y a la significación buscada. Esta obra a la que se entregó de lleno, y que fue generada y escrita en un momento de diversas dificultades familiares y laborales donde parecía que todo se cerraba, se le convirtió en una tabla salvadora en la que puso todo su afecto y dedicación, e incluso, a pesar de su timidez, fue una oportunidad para romper con algunas barreras de comunicación. De esto da cuenta su sobrino Miguel Robledo, a quien llamó para que le colaborara con la toma de algunas fotos. Él dice: … Me mostró fotos, planos, dibujos y diseños de años atrás, otros no tanto, e incluso cosas del momento. Mientras escogíamos el material y tomábamos fotos, él me hablaba de su trabajo, con una pasión intensa y llena de emoción que me impactó y conmovió. Fue ahí cuando descubrí, cuando conocí y reconocí a mi “tío Arturo”. Un hombre cariñoso y amoroso, que tal vez por timidez o por su forma de ser tan rígida no había sabido cómo demostrarlo. Él me dejó entrar a su mundo, al espacio físico en el que realizaba sus obras; compartió sus historias, y en todo ese proceso pude ver parte de su corazón, de su alma. Entendí que él era un hombre completamente consecuente. Era tanto o más estricto con él mismo, de lo que era con los demás. Amaba lo bello, lo bien hecho, lo estudiado y bien estructurado. Amaba la calidad, y esperaba de él y de los demás que hicieran justamente eso135.

En el Portafolio en vivienda continúa con la tradición de escritor que había iniciado en trabajos que fueron apareciendo a lo largo de su vida relacionados con temas diferentes, algunos con la formación del arquitecto, otros con la ética en la arquitectura, otros como acompañamiento de publicaciones de sus colegas y otros como presentación de algún proyecto que estaba por realizar. A continuación se presenta un listado de ellos. t “La arquitectura responde a la necesidad fundamental de alojarse”. En: Aspectos de la Arquitectura Contemporánea en Colombia. Centro Colombo Americano, Bogotá, 1977. Texto de divulgación leído en la Radiodifusora Nacional, en la semana de la arquitectura, en 1962, con ocasión de la Primera Bienal de Arquitectura. t “25 años de la Facultad de Arquitectura”. Discurso pronunciado en la Facultad de Arquitectura Universidad Nacional el 19 de octubre de 1961. En: Escala, No. 5, 1963. t “Diseño (+, -, X, %, =, ¥, >, <, &, Vs., §, $) Arquitectura”. En: Revista Ágora, vol. 1, No. 1, Bogotá, febrero de 1964. t “Anales de la arquitectura moderna en Colombia, presentación del proyecto”. En: Revista Proa, No. 288, Bogotá, febrero de 1980. t “Carrera y profesión”. En: Revista de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, año 3, vol. 2, No. 21, Bogotá, junio de 1985. t “La ética y el arquitecto”. En: Proa, No. 371, Bogotá, mayo de 1978. t Otra versión fue publicada en SCA Informa, Bogotá, 1988; y en la revista Escala, No. 100. t “Prólogo” al libro Arquitectura y cultura en Colombia, de Saldarriaga Roa, Alberto. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1986.

135 Testimonios de Miguel Robledo Ruiz, ya citados.

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t “Testimonio”. En: TOBÓN BOTERO, Néstor. Arquitectura de la colonización antioqueña. Tomo 5, “Tolima y Valle del Cauca”, Universidad Nacional, 1989. t “A propósito de revistas de arquitectura”. En: Revista Escala, No. 100, Bogotá. t “A Carlos Martínez”. En: Aspectos de la arquitectura contemporánea en Colombia. Centro Colombo Americano. Bogotá, 1977. t “Carlos Martínez, Director de Planificación de Bogotá”. En: Revista Proa, No. 404, Bogotá, agosto de 1991. t “Cogitaciones de un desocupado ¿o no activo?” Bogotá, noviembre 2 de 2002, sin publicar. t Portafolio en vivienda (1950-2002), Arturo Robledo Ocampo, Arquitecto. Facultad de Artes, Universidad Nacional. Bogotá, 2003. Segunda edición, 2005.

Aparte de los anteriores, se encuentran algunos escritos relacionados con eventos familiares como las palabras leídas en la conmemoración de los cien años del nacimiento de su padre, en el año 2000, y del nacimiento de su madre, en 2007, donde, además de expresar el reconocimiento y admiración hacia sus progenitores, reitera los valores éticos adquiridos y permite reconstruir rasgos del origen y de la integridad de su persona. El 7 de julio de 2007, luego del agravamiento de una dolencia que lo llevó a permanecer los últimos 20 días de su vida en los cuidados intensivos de la Clínica Nueva en Bogotá, Arturo Robledo dejó de existir. No obstante, como se ha podido ver a lo largo de estas páginas, su huella quedó presente en sus obras y en su pensamiento. En relación con su legado vale la

pena recordar algunos apartes de los testimonios de sus colegas recolectados para esta investigación: Carlos Niño Murcia dice: … Yo he estudiado bastante la arquitectura colombiana, y siempre he conocido a los autores años después de conocer sus obras. Y la obra de Arturo me llamaba mucho la atención, porque era eso lo que veíamos en la persona: una cosa muy rigurosa, muy austera, muy definida. Yo veía en los proyectos de Belencito, o en otros proyectos de vivienda, en ese magnífico conjunto que queda en la Calle 26 del Banco Central Hipotecario, que me parece una de las obras grandes de la arquitectura contemporánea colombiana, porque es lo que se hacía en la época, y lo que se hacía casi que en el mundo, esa influencia del módulo que se escalona para lograr movimientos, o el corte que con diferentes alturas logra variaciones en los espacios de acuerdo con su importancia y jerarquía. En el momento en que éramos estudiantes, ese tipo de proyecto lo hacíamos todos. Pero qué calidad, qué espacios tan amables, y qué conservación y comportamiento tan correcto el de esa obra en el tiempo, que hacía ver que quizás el referente ya no era Alvar Aalto o Hans Scharoun, sino los edificios de Arturo. Entonces siempre me llamó la atención esa vocación por mirar ante todo la vivienda, una vivienda con lo mejor de la arquitectura moderna, que es la fusión de la efectividad y la funcionalidad con la construcción y la expresión arquitectónica, que es aus-

tera, que es bien compuesta, que está bien hecha, y que es hermosa; y eso se ve desde la magnífica transformación que él hizo en Calle del Sol, o en el proyecto de la Calle 100 con Avenida Suba, en Niza Córdoba, y en otras tantas obras de vivienda, o al final en los colegios, donde yo soy testigo de que los jóvenes que trabajaban con él se impresionaban con su sentido experimental, con esas búsquedas que hizo al final del bahareque con concreto, por ejemplo, siempre aunadas a esa rigurosidad que, entre otras cosas, pertenece a lo mejor de la arquitectura colombiana: es el rigor de Gabriel Serrano, es el de Bruno Violi, el de Guillermo Bermúdez, y en eso también Arturo es uno de sus grandes exponentes136. Álvaro Botero Escobar anota: … Y yo desde luego seguí muy de cerca su obra porque, ya lo he dicho varias veces, para mí Arturo fue un arquitecto de culto, y digo esas palabras como, por ejemplo, los cinematografistas dicen que David Lynch es un director de cine de culto, o que por ejemplo Cormac McCarthy es un escritor de culto… ¿Y por qué digo eso? Lo digo porque lo que hizo Arturo arquitectónicamente hablando, que se pueda ver y que se pueda leer, porque parte muy importante de su obra quedó en literatura arquitectónica que no se construyó pero que sí se vulgarizó y se divulgó, es una obra que tiene un cargamento muy importante de inteligencia, es una obra muy profunda. Nunca se ciñó, por ejemplo, a un estilo… La de Arturo fue una obra arquitectónica tremendamente pro-

136 Testimonio de Carlos Niño Murcia, ya citado.

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La arquitec tura como modo de vida COMENTARIO FINAL

funda, de la cual se pueden extractar verdades de suma importancia. Arturo era una persona que se movió en muchos campos: en el de la literatura, por ejemplo; algunas veces me hizo al respecto comentarios muy inteligentes, y otras, irónicos, pues él era muy irónico. Hablábamos de cine; curiosamente es con los pocos también, por ejemplo, con quien yo podía hablar de deportes, como también una de las facetas del ser humano más importantes, y todo este cargamento de inquietudes que él tenía, lógicamente le llenaban su obra de algo más que simplemente un esplendor inmediato de salir la obra para las multitudes. Digamos que la obra de Picasso es una obra para todo el mundo, es impresionante, es grande, es abierta, es para todos. La obra de Bacon es una obra más recogida, más para una élite, más para ser mirada con inteligencia. Pero los dos son muy importantes. Y Arturo era más un Bacon en mi opinión, desde luego, que un Picasso137. El arquitecto Alejandro Botero Robledo, su sobrino, quien durante sus años de frmación estuvo a su lado, comenta: … A mi modo de ver, gran parte de las peculiaridades de su obra se deben no solo a la experiencia y enseñanzas de grandes maestros, sino a su propio criterio y mesurado juicio. Producto de otras épocas donde definitivamente las cosas se hacían de forma diferente. Porque era el país el que se estaba construyendo, no destruyendo138.

137 Testimonio de Álvaro Botero Escobar, ya citado. 138 Testimonio de Alejandro Botero Robledo, ya citado

Palabras de cierre Arturo Robledo en sus últimos años tuvo grandes dificultades económicas que, como le decía a su esposa Anita139 en son de chiste, ya estaban marcadas desde su nacimiento en los años treinta, cuando escaseaban los recursos para atenderlo, y su padre decía que a ese niño había que dejarlo hacer lo que quisiera, pues no había ni algodón para atenderlo. En una carta que le dirige a su sobrino Alejandro Botero Robledo, radicado en Londres, le cuenta:

Reconozco que estuve demorado en mi respuesta, contra mi costumbre y las buenas maneras, pero puedo explicarlo con la desorganización inherente a las incertidumbres, dilaciones y vacilaciones de la clientela, que la hay de varias clases e intereses. Por lo pronto debo seguir alimentando al grupo familiar a mi cargo con promesas, esperanzas y, eventualmente como es de rigor en esta tierra, con milagros140. Luego de este recorrido que apenas da una cuenta sucinta de su amplia y compleja producción, queda decir que el mayor agradecimiento se lo doy yo al mismo Arturo Robledo, quien me guió en el recorrido de sus obras y de su pensamiento con toda la generosidad y la sabiduría de las que pudimos ser testigos muchos de los que lo consideramos un maestro en el arte de pensar y construir el habitar, y sentimos la fuerza de su obra y la convicción de sus palabras y escritos.

139 Tomado del testimonio de Ana Elvira Chee-Chong de Robledo sobre Arturo Robledo. Bogotá, abril de 2008. 140 Citado en el testimonio de Alejandro Botero Ruiz sobre Arturo Robledo, Londres, marzo de 2008.

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fig. 141. Fuente Parque Metropolitano Simón Bolívar Bogotá, 1992 Fotografía: Carlos Hernández Llamas

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Listado de obras y proyectos realizados La mayoría de las obras y proyectos del arquitecto Arturo Robledo que se listan a continuación, reposan en su archivo personal y en las publicaciones que han divulgado su producción. Debido a la irregularidad en la información encontrada, se optó por referirla en este listado de la siguiente manera: el nombre del proyecto, su localización (al menos la ciudad) y la autoría, bien fuera independiente, en su propia firma o en asocio con otra firma u otros arquitectos.

Vivienda 1950. Edificio de renta para Ernesto Castro Local ización: Bogotá Proyecto: Moreno Londoño y Cía. Ltda. Responsable: Arturo Robledo 1951. Casa para Teresa Arias de Robledo Localización: Manizales Proyecto: Arturo Robledo 1951. Edificio de renta para Herberto Segura Localización: Bogotá Proyecto: Moreno Londoño y Cía. Ltda. Responsable: Arturo Robledo 1951. Casas pareadas para Herberto Segura Localización: Bogotá, carrera 17 No. 58A-60. Proyecto: Arturo Robledo y Hans Drews Asociados: Moreno Londoño y Cía. Ltda. 1951-1954. Casas pareadas para Herberto Segura Localización: Bogotá

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1) Carrera 17 No. 59-58 y 59-62, abril de 1951 2) Carrera 17 No. 58B-16 y 58B-24 Proyecto: Moreno Londoño y Cía. Ltda. Responsable: Arturo Robledo 1952. Casa de hacienda “El Cortijo” para Hernando Botero Peláez y Jaime Ocampo Avendaño Localización: Caño Minero, Magdalena Medio, límite entre Boyacá y Santander Proyecto: Arturo Robledo 1952. Casa de habitación Localización: Bogotá Proyecto: Moreno Londoño y Cía. Ltda. Responsable: Arturo Robledo 1952. Reforma de la casa de las señoritas Avendaño Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1952. Casa para Jacobo Vargas Localización: Sogamoso, Boyacá Proyecto: Moreno Londoño y Cía. Ltda. Responsable: Arturo Robledo 1952. Edificio de renta para Herberto Segura Localización: Bogotá Proyecto: Moreno Londoño y Cía. Ltda. Responsable: Arturo Robledo 1953. Casa para Herberto Segura Localización: Bogotá, barrio El Recuerdo, carrera 49 con calle 25 Proyecto: Arturo Robledo Arquitecto Asociado: Francisco Zornosa 1953. Casa para Blanca Castro de Sánchez Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1953. Casa para Esteban Valencia Localización: Pereira Proyecto: Arturo Robledo y Hans Drews 1953. Casas de empleados de Ecopetrol, etapas 3 y 4 Localización: Paz del Río, Boyacá Proyecto: Cuéllar Serrano Gómez


La arquitec tura como modo de vida Listado de obras y proyectos realizados

Responsables: Arturo Robledo y Hans Drews 1953. Casas para ingenieros, Paz del Río Localización: Santa Teresa, Paz del Río y Mina la Chapa, Boyacá. Proyecto: Cuéllar Serrano Gómez Arquitectos responsables: Arturo Robledo y Hans Drews 1954. Casas de ingenieros, Belencito Localización: Belencito, Boyacá Proyecto: Cuéllar Serrano Gómez Responsables: Arturo Robledo y Hans Drews 1954. Casas de empleados, Belencito Localización: Belencito, Boyacá Proyecto: Cuéllar Serrano Gómez, Responsables: Arturo Robledo y Hans Drews 1954. Edificio de renta para Inversiones Bernal de Castro Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews 1954. Casa para Esteban Valencia Localización: Pereira Proyecto: Robledo & Drews 1954. Casa para Eduardo Martínez Ángel Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews 1954. Casa para Hernando Martínez Cárdenas Localización: Bogotá, carrera 11 con calle 88 Proyecto: Robledo & Drews 1954. Barrio BCH, Pereira Localización: Pereira Proyecto: Robledo & Drews Arquitecto asociado: José Ignacio Vásquez 1954. Edificio de renta para Eduardo Wills Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews Firma asociada: Obregón y Valenzuela 1954. Casa para Benjamín Alvarado

Localización: Bogotá, carrera 5 con calle 69 Proyecto: Robledo & Drews 1954. Casa para Edith Drews de Botero Localización: Pereira Proyecto: Robledo & Drews 1954. Casa para Óscar Drews Localización: Pereira Proyecto: Robledo & Drews 1954. Urbanización La Majada Localización: Paz del Río, Boyacá Proyecto: Robledo & Drews 1954. Casa para Mario Castro Duque Localización: Cali, barrio Santa Mónica Proyecto: Robledo & Drews 1954. Casa para Jaime Durán Localización: Bogotá, Park Way, barrio La Soledad Proyecto: Robledo & Drews Arquitecto asociado: Álvaro Moreno 1954. Casas para Herberto Segura Localización: Bogotá, carrera 14 con calle 61A Proyecto: Robledo & Drews 1954. Edificio de renta para Herberto Segura Localización: Bogotá, barrio Chapinero, carrera 14 con calle 60 Proyecto: Robledo & Drews 1954. Edificio de renta para Herberto Segura Localización: Bogotá, carrera 14 con calle 61 Proyecto: Robledo & Drews 1954. Barrio Banco Central Hipotecario Localización: Pereira Proyecto: Robledo & Drews con José Ignacio Vásquez 1954. Edificio de renta con locales y teatro para Marco Tulio Quijano Localización: Sogamoso, Boyacá Proyecto: Robledo, Drews & Castro

Arquitecto asociado: Álvaro Moreno Parrado 1955. Casa para Mario Castro Duque Localización: Cali, barrio Santa Mónica Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955. Edificio Mopal Localización: Bogotá, avenida 32 con carrera 18 Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955. Casa para Jaime Torres Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews y Castro Firma asociada: Obregón y Valenzuela 1955. Urbanización Cevillar para el Instituto de Crédito Territorial Localización: Barranquilla Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955. Casa para Héctor Roa Martínez Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955. Casa para Herberto Segura Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955. Casa para Germán Alvarado Localización: Bogotá, barrio San Felipe Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955. Reforma casa de Santiago Guarín Localización: Bogotá Proyecto: Robledo Drews & Castro 1955. Casa para Blas Buraglia Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro Firma asociada: Con Obregón y Valenzuela 1955. Casa para Joaquín Prieto Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews 1955. Urbanización para el Instituto de Fomento Industrial, planta de fertilizantes Localización: Barrancabermeja, Santander

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Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955-1956. Casa para Pablo de Narváez Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Casa en la hacienda Pomerania Localización: (no se obtuvo la información). Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Casa para José Calderón Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Casa para Fernando Restrepo Localización: Suba, Cundinamarca. Urbanización Provenza Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Casa para Victoria de Carulla Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Edificio para Fernando Arango Localización: (no se obtuvo información) Proyecto: Robledo Drews & Castro 1956. Casa para Emilia Zuleta de Calderón Localización: Bogotá, carrera 15 con calle 88 Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Casa para Miguel Nalús Ardila Localización: Bogotá, calle 80 No. 9-69 Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Tres residencias para Alberto Lotero Localización: Bogotá, carrera 14 con calle 50 Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Casa y estudio para Pedro Celis Localización: Bogotá, carrera 1E No. 74-75 Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Edificio de apartamentos para Rogelio Sánchez Localización: Bogotá, Calle 65 No. 5-61 Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956-1957. Casa para Alonso Londoño

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Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957. Casa para Jorge Nalús Ardila Localización: Bogotá, carrera 19 con calle 85 Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957. Edificio para Jorge Nalús Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957. Casa para Beatriz Londoño Localización: Bogotá, barrio Chicó Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957. El Parnaso, vivienda y urbanización Cliente: Ecopetrol Localización: Barrancabermeja, Santander Proyecto: Robledo, Drews & Castro Arquitectos asociados: Guillermo Bermúdez y Germán Samper 1957. Casa para Alonso Londoño Localización: Bogotá, carrera 15 con calle 90 Proyecto: Robledo & Drews Colaboradores: Gustavo Bothe y Raimundo Gómez 1957. Edificio de apartamentos para el BIC, sucursal Antiguo Country Propietario: Banco Industrial Colombiano Localización: Bogotá, urbanización Antiguo Country, carrera 17 con calle 85 Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957-1958. Barrio Polo Club, BCH Cliente: Banco Central Hipotecario Localización: Bogotá, carrera 24 con calle 88 Proyecto: Robledo, Drews & Castro con Mario Campo y Boris Sokoloff 1958. Casa para Margoth Torres de Campo Localización: Bogotá, Avenida Circunvalar con calle 76A Proyecto: Robledo, Drews & Castro

1958. Casa para Hernando Vargas Localización: (no se obtuvo información) Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1958. Casas en serie Prototipo Proyecto: Arturo Robledo y Rogelio Salmona 1958. Casa para Luis Callejas Localización: Bogotá, urbanización El Lago Proyecto: Robledo & Drews 1958. Casa para Carlos Ángel Villa Localización: Medellín, barrio El Poblado Proyecto: Robledo & Drews Colaborador: Alfonso Esguerra 1959. Ampliación con estudio de la residencia de Pedro Celis Localización: carrera 1E No. 74-75 Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1959. Casa para Alberto Robledo Arias Localización: Manizales Proyecto: Robledo & Drews 1959. Casa para Jaime Ocampo Avendaño Localización: Manizales Proyecto: Robledo & Drews 1959. Dos casas pareadas para Juan Pupo Mora Localización: Cartagena, Bocagrande Proyecto: Robledo & Drews 1960. Casa para Francisco Triana Jr. Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews 1961. Casa Habitec para Marlen Hofmann Localización: Bogotá, Avenida Circunvalar con calle 75 Arquitecto asociado: Álvaro Moreno Parrado 1961. Supermanzana 5, Techo, para el Instituto de Crédito Territorial Localización: Bogotá, barrio Techo (Ciudad Kennedy)


La arquitec tura como modo de vida Listado de obras y proyectos realizados

Proyecto: Arturo Robledo 1962. Apartamentos Calle 26, para el Banco Central Hipotecario Localización: Bogotá, calle 26 con carrera 32 Arquitecto asociado: Ricardo Velásquez 1963. Vivienda para hermanas y enfermeras del Hospital de Belencito Localización: Belencito, Boyacá Proyecto: Arturo Robledo con Ricardo Velásquez y Álvaro Moreno 1965. Apartamentos en El Cerro para los hermanos Robledo Ocampo Localización: Bogotá, urbanización El Cerro, lote 56 Proyecto: Arturo Robledo 1966. Casa para Eduardo García Badel Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1966. Edificio de propiedad horizontal con vivienda y comercio Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1967. Casa para Mariela de Camargo Localización: Bogotá, carrera 4 entre calles 29 y 30 Proyecto: Arturo Robledo con Alberto Moreno (esquema inicial) Desarrollo posterior: Luis Acosta Méndez y Míndele Vargas de Acosta. 1967. Conjunto de vivienda El Batán, para Hernando Martínez Cárdenas Localización: Bogotá, barrio El Batán Proyecto: Arturo Robledo 1967. Urbanización Las Colinas, Caja de la Vivienda Popular

Localización: Sur de Bogotá, barrio Las Colinas Proyecto: Arturo Robledo Apartamentos en la carrera 13 con avenida 39 Localización: Bogotá (sin fecha, esta investigación lo ubica entre 1965 y 1968) Proyecto: Arturo Robledo y Ricardo Velásquez. 1968. Urbanización Hacienda Córdoba, BCH Localización: Bogotá, barrio Niza Proyecto: Arturo Robledo Arquitecto asociado: Ignacio Piñeros 1973. Edificio para el padre Abraham Gaitán Mahecha Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1973. Edificio para las familias Robledo Ruiz Localización: Bogotá, transversal 17 con calle 37 Proyecto: Arturo Robledo 1973. Edificio para oficinas y vivienda Cavinter Localización: Bogotá, avenida Caracas con con calle 27 Proyecto: Arturo Robledo 1974. Edificio para Jorge Vargas Posada Localización: Bogotá, urbanización Bosque, barrio El Retiro Proyecto: Arturo Robledo 1976. Apartamentos en Teusaquillo para Arturo Robledo Arias Localización: Bogotá, carrera 20 con calle 36 Proyecto: Arturo Robledo 1977. Multifamiliares Córdoba para el Banco Central Hipotecario (primer proyecto) Localización: Bogotá, avenida 127 entre carreras 48 y 52 Proyecto: Arturo Robledo Asesor paisajismo: Alfonso Robledo

1979. Concurso multifamiliares Córdoba para el Banco Central Hipotecario Localización: Bogotá, avenida 127 entre carreras 48 y 52 Proyecto: Arturo Robledo 1979 1980. Edificio de apartamentos en Teusaquillo para familia Robledo Ocampo Localización: Bogotá, calle 36 con carrera 20 Proyecto: Arturo Robledo 1982. Casa Arboleda-Robledo Localización: Guayaquil, Ecuador Proyecto: Arturo Robledo 1983. Refugio para Rafael Cuéllar Molano Localización: Sisga, Cundinamarca Proyecto: Arturo Robledo 1983. Casa para Alma Hearn de Mariño Localización: Cartagena, zona suburbana Proyecto: Arturo Robledo 1983-1987. Nueva Santa Fe. Renovación urbana y vivienda Localización: Bogotá, barrio Santa Bárbara Proyecto: Jaime Camacho, Julián Guerrero, Pedro Mejía, Arturo Robledo y Rogelio Salmona. 1987-1992. Conjunto residencial Calle del Sol Localización: Bogotá, carrera 3 con calle 12 Proyecto: Arturo Robledo Ocampo Firma asociada: Rubio y Gómez, Arquitectos 1990. Casa para Irma Robledo Strauss Localización: Oriente de Chía, Cundinamarca Proyecto: Arturo Robledo 1990-1992. Parque Residencial Calle 100, Constructora Colmena Localización: Bogotá, calle 100 con avenida Suba

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Proyecto: Arturo Robledo 1991. Concurso de méritos Carlos Lleras Restrepo para el Fondo Nacional de Ahorro Localización: Bogotá, avenida Boyacá con avenida Esperanza Proponente: Rubio y Gómez Ltda. Arquitectos asociados: Arturo Robledo, Fernely García M., Juan Tamasco, Nelson Camargo, Martha Jeannette M. y Martha L. Duarte. 1993. Eterna Apartamentos Localización: Bogotá, barrio San Patricio, autopista norte con calle 106 Proyecto: Arturo Robledo 1994. Casa para Iván Fajardo Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1995. Edificio María José, para Eduardo Rozo Gómez Localización: Bogotá, urbanización Pardo Rubio, carrera 4 entre calles 52 y 53 1995. Facultades Eclesiásticas de la Compañía de Jesús, reciclaje y adición Localización: Bogotá, entre carreras 9 y 10 y calles 65 y 66 Proyecto: Arturo Robledo 1996. Edificio para la Constructora Colmena Localización: Bogotá, calle 82 con carrera 20 Proyecto: Arturo Robledo. 1996. Casa y estudio para Jorge Alberto Giraldo Localización: Tabio, Cundinamarca Proyecto: Arturo Robledo 1998. Casa para Carlota Zuleta de Martínez Localización: Barichara, Santander Proyecto: Arturo Robledo 2000. Urbanización Las Colinas Localización: Armenia, sector La Patria Proyecto: Arturo Robledo 2001. Urbanización Colinas del Viento

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Localización: Manizales, sector La Alhambra Proyecto: Arturo Robledo 2001. Edificio Piazza d’Italia, para Eduardo Botero Localización: Armenia, 15 con calle 18 Norte Proyecto: Arturo Robledo 2001. Casa para Fernando Robledo Ocampo Localización: Armenia, vereda Pueblo Tapado Proyecto: Arturo Robledo 2005-2007. Renovación urbana manzana 26, Las Aguas Localización Bogotá, barrio Las Aguas Proyecto: Arturo Robledo con Rubio y Gómez

Equipamientos 1951. Casa de reposo y capilla Localización: Sogamoso Proyecto: Moreno Londoño y Cía. Ltda. Responsable: Arturo Robledo 1951. Reforma para los salones de exposición de la biblioteca Nacional Localización: Bogotá Proyecto: Moreno Londoño y Cía. Ltda. Responsable: Arturo Robledo 1951-1952. Secretariado rural y social Localización: Soacha, Cundinamarca Proyecto: Arturo Robledo, Hans Drews y Fernando Fábregas 1952. Almacén para Elías Chaparro Localización: Sogamoso, Boyacá Proyecto: Moreno Londoño y Cía. ltda. Responsable: Arturo Robledo 1952. Pabellón de exposiciones para Eternit, Cementos Samper y Manufacturas de Cemento Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews 1952. Vivienda, iglesia y casa cural para Ecopetrol

Localización: Paz del Río, Boyacá Proyecto: Cuéllar Serrano Gómez Responsable: Arturo Robledo 1953. Central telefónica para Ecopetrol Localización: Belencito, Boyacá Proyecto: Cuéllar, Serrano, Gómez y Cía. Responsable: Arturo Robledo 1954. Sucursal Caja de Ahorros Localización: Belencito, Boyacá Proyecto: Robledo & Drews 1954. Gobernación del Tolima Localización: Ibagué Proyecto: Robledo & Drews y Martínez Cárdenas y Cía. 1954. Local para Mopal Localización: Bogotá, barrio Chapinero Proyecto: Robledo & Drews 1954. Edificio de renta para oficinas y comercio para Evangelista Quinta Localización: (no se obtuvo la información) Proyecto: Robledo & Drews 1954. Local para Mopal Localización: Bogotá, barrio Chapinero Proyecto: Robledo & Drews 1954-1955. Clínica en la urbanización Antiguo Country Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews 1954-1955. Remodelación y ampliación del Club Los Lagartos Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews y Robledo, Drews & Castro 1955. Subestación telefónica Localización: Bogotá, barrio Muzú Proyecto: Robledo & Drews 1955. Edificio de oficinas para José Carlos Ángel Localización: Pereira


La arquitec tura como modo de vida Listado de obras y proyectos realizados

Proyecto: Robledo & Drews 1955. Equipamiento comunitario para el barrio Cevillar del Instituto de Crédito Territorial Localización: Barranquilla Proyecto: Robledo & Drews 1955. Centro cívico y escuelas para el barrio Cevillar del Instituto de Crédito Territorial Localización: Barranquilla Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955. Refugio y teatro infantil en el Club Los Lagartos Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955. Colegio para primaria, Compañía de Jesús Localización: Pasto, Nariño Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955. Bodegas para la Cervecería Águila Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1955-1956. Liceo Pereira, Universidad de los Andes Localización: Pereira Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Centro vecinal Localización: Suba, Cundinamarca Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Club para Ecopetrol Localización: Paz del Río, Boyacá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Monumento funerario a Luis López de Mesa Localización: Medellín Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Edificio para la Gobernación de Cundinamarca (beneficencia) Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro Firma asociada: Cuéllar Serrano Gómez 1956. Unidad vecinal de Suba

Localización: Suba, Cundinamarca Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Reformas del almacén Long Champs Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Pasarela Club Los Lagartos Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews 1956. Club para Acerías Paz del Río Localización: Belencito, Boyacá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956. Salón del Auto Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro Arquitecto asociado: Gonzalo Gouffray 1956. Bodegas de la importadora y distribuidora Sampac Localización: Bogotá Proyecto: Jaime Humberto Londoño Firma asociada: Robledo, Drews & Castro 1956. Colegio de La Salle Localización: Pereira Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1956-1957. Universidad Tecnológica de Pereira Localización: Pereira Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957. Escuela primaria Localización: Belencito, Boyacá Proyecto: Robledo, Drews & Castro Arquitecto asociado: Álvaro Moreno Parrado 1957. Escuela y centro cívico Localización: Barrancabermeja, Santander Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957. Almacén para Luis Vásquez Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957. Instituto Técnico Superior Localización: Pereira

Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957. Oficinas para la fábrica Icollantas Localización: Cundinamarca Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1957-1958. Fábrica para Carvajal y Cía. Localización: Cali Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1958. Local para el almacén Electrohogar Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1958. Club para Ecopetrol Localización: Bogotá Proyecto: Robledo, Drews & Castro con Guillermo Hernández 1959. Reforma del edificio de relaciones públicas de Acerías Paz del Río Localización: Belencito, Boyacá Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1959. Liceo Bolívar Localización: Cartagena Proyecto: Robledo, Drews & Castro 1959. Escuela Normalizada Bello Horizonte Localización: Bogotá Proyecto: Robledo & Drews 1960. Plan Regulador de Bogotá Localización: Bogotá Proyectos: Oficina de Planeación Distrital. Director de la Oficina: Carlos Martínez Subdirector: Arturo Robledo 1960-1961. Centro cívico en Bogotá Localización: Centro histórico de Bogotá Proyecto: Planeación Distrital. Director de la Oficina: Carlos Martínez Arquitectos responsables: Arturo Robledo, Ricardo Velásquez y Néstor Tobón 1962. Concurso para la sede del Banco Central Hipotecario Localización: Bogotá, parque Santander

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Proyecto: Arturo Robledo 1962. Bodegas Almaviva Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1962. Unidad médico-administrativa, hospital San Juan de Dios Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo y Ricardo Velásquez 1964. Ampliación Instituto Geográfico Agustín Codazzi Localización: Bogotá, carrera 30 con calle 48 Proyecto: Arturo Robledo y Ricardo Velásquez 1964. Club Magdalena, oficinas y casino para la refinería de Ecopetrol Localización: Barrancabermeja, Santander Proyecto: Arturo Robledo 1964. Plan general y anteproyecto de la Universidad Pedagógica Nacional Localización: Valmaría, 17 kilómetros al norte de Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1964. Planta Industrial Winer Localización: Bogotá. Proyecto: Arturo Robledo con Ricardo Velásquez 1965. Colegio Vocacional Pablo VI Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1965. Centro Femenino de Rehabilitación Yomasa Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo 1967-1968. Prototipos y proyectos de escuelas y equipamiento escolar para la Oficina Administrativa para el Programa de Educación en Colombia, OAPEC, y el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares, ICCE

Arquitecto: Jorge Herrera Pontón Asesor en arquitectura: Arturo Robledo Ocampo 1968. Instituto Piloto Nicolás Esguerra para el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares, ICCE Localización: Bogotá Arquitectos: Julio Ortiz Rico y Hebe Cecilia Suárez Asesor en arquitectura: Arturo Robledo Ocampo 1968. Colegio Deogracias Cardona para el Instituto Colombiano de Construcciones Escolares, ICCE Localización: Pereira Arquitecto: Jaime Rueda Asesor en arquitectura: Arturo Robledo Ocampo 1970. Universidad de Ceará Localización: Brasil Asesor en arquitectura: Arturo Robledo (BID) 1970. Escuela Técnica en Pernambuco Localización: Brasil Asesor en arquitectura: Arturo Robledo (BID) 1974. Ampliación del hospital San Juan de Dios: servicios generales, consulta externa e Instituto Materno Infantil Localización: Bogotá Proyecto: Arturo Robledo, Hernán Herrera y Alberto Saldarriaga 1975-1976. Zona franca industrial de Cartagena Localización: Cartagena Grupo arquitectura y urbanismo: Arturo Robledo, director Colaboradores: Ramiro Cardona, Guillermo Martínez, Hernán Piñeres, Tulio Miguel Guerrero Diago, Eduardo Camacho Casti-

llo, Fernando Robledo Ocampo, Guillermo Robledo Ocampo, Jaime Ramírez G. y Francisco Angulo 1977. Concurso Centro de Convenciones de Cartagena de Indias Localización: Cartagena, en inmediaciones de la bahía de Las Ánimas, camellón de los Mártires y parque Centenario Proyecto: Arturo Robledo 1979. Unidad Tecnológica Wilhem Schmitd, de Cervecería Bavaria Localización: Bogotá, avenida Boyacá Proyecto: Arturo Robledo 1980. Edificio CENAC Localización: Bogotá, carrera 20 con calle 36 Proyecto: Arturo Robledo 1980-1992. Parque Metropolitano Simón Bolívar Localización: Bogotá, barrio El Salitre Proyecto: Arturo Robledo, director Profesionales participantes1: - Por el Ministerio de Obras Públicas y Transporte: Director del programa: ingeniero Julio José Fajardo Artola, asesor del Ministro Interventoría: arquitecta María Cristina de Luzardo, Inmuebles Nacionales Por la Universidad Nacional de Colombia: Coordinador-Director del Estudio: arquitecto Arturo Robledo Ocampo. Departamento de Arquitectura, Facultad de Artes Arquitecto Jefe: Jaime Camacho. Departamento de Arquitectura, Facultad de Artes Arquitectos de proyecto: Alberto Estrada Pulido y Pedro Mejía Londoño. Departamento de Arquitectura, Facultad de Artes

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Por la importancia del proyecto y la vinculación que tuvo la Universidad Nacional se incluyen todos los profesionales participantes de este proyecto (ver Ministerio de Obras Públicas y Transporte, 1980).


La arquitec tura como modo de vida Listado de obras y proyectos realizados

Arquitectos pertenecientes al Departamento de Arquitectura de la Facultad de Artes: Fernando Montenegro Lizarralde, Oswaldo Pérez de los Ríos, Fulvio A. Sánchez, Irma Sánchez y Víctor Manuel Ayala Botánico: Jesús María Hidrovo. Instituto de Ciencias Naturales Estudio de recreación: participaron los siguientes profesores del Departamento de Planificación Urbana de la Facultad de Artes: arquitecto Gonzalo Hoyos, director y la socióloga Cecilia María Hoyos, co-directora. Otros arquitectos fueron: Hernando Téllez, Rafael Maldonado, Luz Amorocho, María Victoria de Téllez, Jaime Vargas, Jorge Mario Plazas y Marta Lucía Hincapié Sociólogos y asistentes: Georgina Vallera, Stella Vecino, Camila Lobo Guerrero, Rosa de Rojas, Néstor Tobón Botero Además de ellos se contó con los ingenieros expertos en tráfico, en instalaciones sanitarias e hidráulicas, eléctricas, un grupo asesor en administración, y como encargado del presupuesto se tuvo al ingeniero Jairo González Gómez del Departamento de Construcción de la Facultad de Artes

1983. Plaza ceremonial del parque metropolitano Simón Bolívar 1987-1992. Fuente y lago del parque metropolitano Simón Bolívar 1990. Unidad de servicios del parque metropolitano Simón Bolívar Localización: Bogotá Proyectos: Arturo Robledo 1991-1992. Edificio comercial Rozo Gómez Localización: Bogotá, calle 93 con carrera 13 Proyecto: Arturo Robledo 1995. Edificio de oficinas Localización: Bogotá, calle 82 con paralela de la autopista Norte Proyecto: Arturo Robledo 1999. Plan Director campus de la Universidad Nacional de Colombia, sede de Bogotá Localización: Bogotá, campus de la Universidad Nacional Proyecto: Arturo Robledo 2003. Edificio Interaulas, Universidad Nacional de Colombia, sede de Bogotá Localización: Bogotá, campus de la Universidad Nacional Proyecto: Arturo Robledo 2003. Edificio para la Facultad de Enfermería y Laboratorios, Universidad Nacional de Colombia, sede de Bogotá

Localización: Bogotá. Proyecto: Arturo Robledo 2005-2007. Instituto Educativo Distrital Charry, para la Alcaldía de Bogotá, Secretaría de Educación Localización: Bogotá, carrera 109A con calle 77C Proyecto: Arturo Robledo en consultoría con el Centro de Extensión Académica de la Universidad Nacional, Bogotá El proyecto fue concluido por Omar Vaca 2005-2007. Instituto Educativo Distrital Ciudad de villavicencio, para la Alcaldía de Bogotá, Secretaría de Educación Localización: Bogotá, calle 114A Sur con carrera 6H Este. Proyecto: Arturo Robledo en consultoría con el Centro de Extensión Académica de la Universidad Nacional, Bogotá. El proyecto fue concluido por Omar Vaca. 2005-2007. Instituto Educativo Distrital La Palma - Ramón de Zubiría, para la Alcaldía de Bogotá, Secretaría de Educación Localización: Bogotá, barrio Rincón, calle 128A entre carreras 88B y 92 Proyecto: Arturo Robledo en consultoría con el Centro de Extensión Académica de la Universidad Nacional, Bogotá.

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Bibliografía Escritos y publicaciones del arquitecto Arturo Robledo Ocampo t

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25 años de la Facultad de Arquitectura. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, octubre de 1961. Documento de Archivo 00459. Universidad Nacional de Colombia. (1963). “25 años de la Facultad de Arquitectura”. Discurso en la Universidad Nacional de Colombia En: Escala, Nº 5, Bogotá. (Febrero, 1964). “¿Diseño (+, -, X, %, =, ¥, >, <, &, Vs., §, $) Arquitectura?” En: Revista Ágora, vol. 1, Nº 1, Bogotá. (1977). “La arquitectura responde a la necesidad fundamental de alojarse”. En: Aspectos de la Arquitectura Contemporánea en Colombia. Bogotá: Centro Colombo Americano. (1977). “A Carlos Martínez”. En: Aspectos de la Arquitectura Contemporánea en Colombia. Bogotá: Centro Colombo Americano. (Mayo, 1978). “La ética y el arquitecto”. En: Revista Proa, Nº 371, Bogotá. Otras versiones fueron publicadas en: (1988). “SCA Informa”, Bogotá, y en la revista Escala, Nº 100. (Febrero, 1980). “Anales de la arquitectura moderna en Colombia, presentación del proyecto”. En: Revista Proa, Nº 288, Bogotá. (Junio, 1985). “Carrera y profesión”. En: Revista de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, año 3, vol. 2, Nº 21, Bogotá.

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.

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Parte I

la

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Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda

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(1950-2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad

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tad de Artes, Departamento de Arquitectura, Uni-

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tral Hipotecario Aerofotografías: Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Fotografías: Carlos Hernández Llamas. Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, pp. 149 y 151. Archivo personal de José Enrique Robledo.

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.08. pag 27. Toros y toreros Dibujos a lápiz y con esferográfico. Arturo Robledo. Archivo personal de Ana Elvira Chee-Chong. fig.09. pag 28. Arturo Robledo en su apartamento

de la calle 73 con carrera 7. Archivo personal de Ana Elvira Chee-Chong fig.10. pag 29. Músicos Dibujo de Arturo Robledo Archivo personal de Ana Elvira Chee-Chong fig.11. pag 31. Antigua Facultad de Arquitectura,

dad Nacional de Colombia (1982). Plan Maestro Parque Simón Bolívar. Bogotá: Ediciones Escala. fig.17. pag 41. Tema libre Dibujo de Arturo Robledo. Archivo personal de Ana Elvira Chee-Chong fig.18. pag 43. Dibujo de la escalera de la Univer-

sidad Tecnológica. Pereira, 1957 Robledo, Drews & Castro. Bogotá, 1955. Archivo personal de Beatriz García Moreno fig.19. pag 45. Proyecto de la urbanización

La

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queña Fotografías: a. Francisco Ramírez; b. Jorge Eduardo Arango (Villegas, Editores, 1989);

232

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Paz del Río, Boyacá, 1954

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La arquitec tura como modo de vida Índice de ilustraciones y fuentes

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Fotografia: autor desconocido.

Dibujo de Arturo Robledo.

arquitectura, 1936-1986, Universidad Nacional de

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Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda

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(1950-2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 30. Archivo personal de José Enrique Robledo. Fotografía Hans Drews: archivo personal de Catalina Mariño Drews. fig. 22. pag 49. Retrato de Ignacio Piñeros

tos de la Universidad Nacional, p. 140. Facultad de Artes. Universidad Nacional de Colombia. fig.28. pag 57. Proyecto vivienda de interés so-

cial para la Supermanzana 5, barrio Techo. Bogotá, 1961 Bogotá, 1961. Arturo Robledo.

Parte III fig.35. pag 78. Práctica Profesional Fotografía: María Esther Galvis. Foto Robledo, Drews y Cstro. Archivo personal de

Dibujo de Arturo Robledo.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda

(1950-2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad

José Enrique Robledo. fig.36. pag 84. Edificio de renta para Ernesto Cas-

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tro. Bogotá, 1950

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Archivo personal de José Enrique Robledo

Revista Proa No. 150, pp. 8-11.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Foto condiscípulos: rchivo personal de Ana Elvira Chee'Chong.. fig.23. pag 51. Fotografía

de Arturo Robledo en su acta de grado de arquitecto

Divisón de Archivo y Correspondencia. Universidad Nacional de Colombia.

Parte II fig.24. pag 54. Arturo Robledo Fotografia: autor desconocido. Archivo personal de Ana Elvira Chee-Chong. fig.25. pag 55. Arturo Robledo, expositor Fotografia: autor desconocido. Archivo personal de Ana Elvira Chee-Chong. fig.26. pag 56. Arturo Robledo en un congreso en

Caracas con otros participantes Fotografia: autor desconocido. Archivo personal de Ana Elvira Chee-Chong. fig. 27. pag 57. Arturo Robledo (primera decana-

tura)

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Revista Escala No. folio, 12. fig.29. pag 58. Arturo Robledo con docentes

nal de Colombia, p. 13

Fotografía: autor desconocido. Archivo personal de Ana Elvira Chee-Chong. fig.30. pag 59. Arturo Robledo con docentes

Archivo personal de José Enrique Robledo fig.37. pag 85. Casa para Teresa Arias de Robledo.

y

Manizales, 1951

otros

Arturo Robledo.

Fotografía: autor desconocido.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Archivo personal de Ana Elvira Chee-Chong. fig.31. pag 64. Parque metropolitano Simón Bolí-

var. Bogotá, 1980-1992 Fotografía: Carlos Hernández Llamas. fig. 32. pag 66. Arturo Robledo (segunda decana-

tura) Fotografía: María Esther Galvis. fig.33. pag 70. Arturo Robledo en la plaza ceremo-

nial del parque metropolitano Simón Bolívar en Bogotá Fotografía: María Esther Galvis. fig.34. pag 73. Arturo Robledo en

carácter gremial

actividades de

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Robledo & Drews.

cito, Boyacá, 1954

con Moreno Londoño y Cía. Ltda.

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1954

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Cuéllar Serrano Gómez con Arturo Robledo y Hans

Robledo, Drews & Castro con Obregón & Valenzuela.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Drews.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

nal de Colombia, p. 15.

Proyecto Caja de Ahorros: Robledo y Drews.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Archivo personal de José Enrique Robledo.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Archivo personal de Beatriz García Moreno. fig.41. pag 88. Casas para empleados. Paz del Río,

Boyacá, 1953 Cuéllar Serrano Gómez con Arturo Robledo y Hans Drews.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 27.

nal de Colombia, p. 41. Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.50. pag 94. Casa y estudio para Pedro

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Bogotá, 1956

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Robledo, Drews & Castro. Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Cárdenas. Bogotá, 1954

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo & Drews.

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Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Archivo personal de José Enrique Robledo.

Archivo personal de José Enrique Robledo.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

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2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.46. pag 92. Casa para Benjamín Alvarado. Bo-

Revista Escala No. 1, 1960. fig.51. pag 95. Casa para Emilia Zuleta de Calde-

rón. Bogotá, 1956

Boyacá, 1953

gotá, 1954

Bogotá, carrera 15 con calle 88. 1956

Cuéllar Serrano Gómez con Arturo Robledo y Hans

Bogotá, carrera 5 con calle 69. 1954

Robledo, Drews & Castro.

Drews.

Robledo & Drews.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

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Arturo Robledo y Hans Drews.

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gotá, 1955

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Bo-

Suba, 1956 Robledo, Drews & Castro.


La arquitec tura como modo de vida Índice de ilustraciones y fuentes

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

nal de Colombia, p. 67.

nal de Colombia, p. 21.

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.53. pag 96. Casa para Miguel Nalús. Bogotá,

1956

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Revista Escala No. 1, folio 3.

Robledo & Drews

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Cali, 1955

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo, Drews & Castro.

nal de Colombia, p. 65.

Fotografías: Dicken Castro.

Archivo personal de José Enrique Robledo fig.54. pag 96. Tres casas para Alberto Lotero. Bo-

266, marzo de 1977, p. 10. fig.62. pag 103. Dos casas

Archivo personal de José Enrique Robledo. Revista Proa No. 139, pp. 16-17. fig.58. pag 99. Casa para Mario

Robledo, Drews & Castro.

Revistas Proa No. 139, octubre de 1960, pp. 8 y 9 y No.

Fotografía: Hans Drews

Castro Duque.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (19502002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 97 Archivo personal de José Enrique Robledo fig.63. pag 103. Casas en serie. Prototipo. 1958

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Arturo Robledo y Rogelio Salmona

gotá, 1956

nal de Colombia, p. 55.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Drews & Castro.

Archivo personal de José Enrique Robledo.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (19502002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Revista Proa No. 106, enero de 1957, pp. 10-11. fig.59. pag 101. Casa para Luis Callejas. Bogotá,

nal de Colombia, p. 75.

1958

Archivo personal de José Enrique Robledo.

Robledo & Drews.

Revista Proa No. 116, 1958, pp. 16-17 fig.55. pag 97. Casa para Jorge

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

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2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Rogelio Sánchez. Bogotá, 1956

1957

nal de Colombia, p. 87.

Robledo, Drews & Castro.

Robledo, Drews & Castro.

Archivo personal de José Enrique Robledo.

Fotografía: autor desconocido.

Nalús. Bogotá,

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (19502002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 69. Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.56. pag .97 Edificio para Jorge Nalús. Bogotá,

Revista Proa No. 139, octubre de 1960, pp. 10-11. fig.60. pag 101. Casa para Jaime Ocampo. Mani-

zales, 1959 Robledo & Drews. Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

1957

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo, Drews & Castro.

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Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (19502002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 71. Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.57. pag 98 Casa para Margoth Torres de Cam-

po. Bogotá, 1958

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.61. pag 102. Casa para Carlos Ángel Villa. Me-

para

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (19502002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 61. Archivo personal de José Enrique Robledo fig.65. pag 105. Edificio de renta con locales y tea-

tro para Marco Tulio Quijano. Sogamoso, Boyacá, 1954 Robledo, Drews & Castro con Álvaro Moreno. Fotografía: autor desconocido.

dellín, 1958

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo & Drews.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (19502002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo, Drews & Castro.

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Fotografía: Carlos Hernández Llamas.

Archivo personal de José Enrique Robledo.

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1954

235


para

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fig.76.

Robledo & Drews y Robledo, Drews & Castro.

MOPAL. Bogotá, 1955

Robledo, Drews & Castro con Guillermo Bermúdez y

Fotografías: Dicken Castro.

Robledo, Drews & Castro.

Germán Samper.

Archivo personal de Beatriz García Moreno.

Fotografía: autor desconocido.

Fotografía: autor desconocido.

Revistas Proa No. 97, febrero de 1956, pp. 17-19, y No.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

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Archivo personal de José Enrique Robledo.

Robledo & Drews.

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Robledo, Drews & Castro.

1957-1958

Club, BCH. Bogotá,

266, marzo de 1977, p. 10. fig.77. pag 118. Clínica en

Archivo personal de Beatriz García Moreno. fig.78. pag 119. Universidad Tecnológica de Perei-

ra. Pereira, 1956-1957 Robledo, Drews & Castro.

Fotografía: autor desconocido.

Robledo Drews & Castro con Mario Campo y Boris-

Archivo personal de Beatriz García Moreno.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Sokoloff.

Revistas Proa No. 101, julio de 1956, pp. 16-17 y No.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Fotografía antigua en color: Hans Drews.

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Fotografías actuales: Carlos Hernández Llamas.

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.69. pag 109. Barrio Banco Central Hipoteca-

rio. Pereira, Risaralda, 1954

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Drews & Castro. Archivo personal de Beatriz García Moreno.

Archivo personal de José Enrique Robledo. Revistas Proa No. 113, octubre de 1957, pp. 12-19 y No. 266, marzo de 1977, p. 10. fig.73. pag 114. Edificio para

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Robledo, Drews & Castro.

Revista Proa No. 266, marzo de 1977, p. 10. fig.80. pag 120. Colegio La Salle. Pereira, 1956 Robledo, Drews & Castro.

la Gobernación del

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Universidad de los Andes. Pereira, 1955-1956

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Fotografía: autor desconocido. 2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

226, marzo de 1977, p. 10. fig.79. pag 120. Liceo Pereira,

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo & Drews con José Ignacio Vásquez. Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Archivo personal de Beatriz García Moreno fig.74. pag 115. Edificio de oficinas para José Car-

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Bogotá,

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

rrio Cevillar del Instituto de Crédito Territorial. Barranquilla, 1955

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo, Drews & Castro.

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quez y Néstor Tobón.

Archivo personal de José Enrique Robledo.

Revista Proa No. 266, p. 10.

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Fotografía: autor desconocido.

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fig.71.

Robledo & Drews Archivo personal de Beatriz García Moreno fig.67. pag 106. Edificio de apartamentos

1960-1961. Planeación Distrital. Arturo Robledo, Ricardo Velás-


La arquitec tura como modo de vida Índice de ilustraciones y fuentes

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Fotografías en blanco y negro: Germán Téllez.

Arturo Robledo.

Fotografías actuales en color: Carlos Hernández Lla-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Arturo Robledo con Álvaro Moreno.

mas.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Fotografías: Carlos Hernández Llamas.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

fig.84.

nal de Colombia, p. 117. Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.92. pag 137. Apartamentos en la carrera 13 con

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

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Archivo personal de José Enrique Robledo.

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Archivo personal de José Enrique Robledo.

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Arturo Robledo y Ricardo Velásquez.

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Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

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2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 73. Archivo personal de Beatriz García Moreno. fig.93. pag 137. Vivienda para hermanas y

enfer-

Esquema inicial: Arturo Robledo con Alberto Moreno.

Arturo Robledo.

Desarrollo posterior: Luis Acosta Méndez y Míndele

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

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2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Fotografía: Antonio Castañeda.

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reno.

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Revista Proa No. 266, marzo de 1977, p. 19. fig.89. pag 135. Urbanización Hacienda Córdoba,

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

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Arturo Robledo.

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Revista Proa No. 266, marzo de 1977, pp. 16-17. fig.95. pag 138. Centro Femenino de Rehabilita-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

tá, 1965

ción Yomasa. Bogotá, 1965

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Arturo Robledo.

Arturo Robledo.

Archivo personal de José Enrique Robledo.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

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237


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Arturo Robledo.

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Ruiz. Bogotá, 1973 Arturo Robledo.

Arturo Robledo. Asesor paisajismo: Alfonso Robledo.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

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2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

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Revista Proa No. 266, marzo de 1977, p. 24. fig.108. pag 160. Edificio para Jorge Vargas Posa-

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Arquitectura,

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metropolitano Simón Bolívar. Bogotá, 1983 -1987 Arturo Robledo. Fotografías blanco y negro: María Esther Galvis y Beatriz García Moreno. Fotografía en color: Cristóbal von Rothkirch, Villegas

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Arturo Robledo con Hernando Malagón.

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Arturo Robledo.

Revista Proa No. 287, noviembre de 1979, pp. 42-43. fig.103. pag 154. Zona Franca Industrial de Carta-

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Arturo Robledo. 2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

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para el Banco Central Hipotecario (primer proyecto) Bogotá, 1977

Archivo personal de José Enrique Robledo.

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politano Simón Bolívar. Bogotá, 1987-1992 Arturo Robledo Fotografía: Carlos Hernández Llamas Sociedad Colombiana de Arquitectos, XIV Bienal Colombiana de Arquitectura, Bogotá, 1994 Archivo personal de Beatriz García Moreno fig.114. pag 175. Nueva Santa Fe. Renovación

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Archivo personal de José Enrique Robledo.

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Revista Proa No. 266, marzo de 1977, p. 11

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La arquitec tura como modo de vida Índice de ilustraciones y fuentes

Fotografía: Carlos Hernández Llamas.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

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Arturo Robledo.

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Arturo Robledo.

Fotografías: Carlos Hernández Llamas.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

1994

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

nal de Colombia, p. 159.

Arturo Robledo.

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.115. pag 176. Conjunto residencial Calle del Sol.

nal de Colombia, pp. 145 y 147. Archivo personal de José Enrique Robledo. fig. 116. pag 178. Parque Residencial Calle

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.120. pag 186. Casa Arboleda-Robledo.

Guaya-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (19502002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 153. Archivo personal de José Enrique Robledo fig.124. pag 190. Casa para Iván Fajardo. Bogotá,

Archivo personal José Enrique Robledo. fig.125. pag 191. Edificio CENAC, Bogotá, 1980

100, Constructora Colmena. Bogotá, 19901992

quil, Ecuador, 1982

Arturo Robledo.

Arturo Robledo.

Perspectiva: José Enrique Robledo.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Revista Escala No. 119, hoja 34.

Arturo Robledo.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Fotografías: Carlos Hernández Llamas.

nal de Colombia, p. 137.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (19502002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.121. pag 187. Casa para Alma Hearn de

nal de Colombia, p. 149 y 151.

ño. Cartagena, 1983

Archivo personal de José Enrique Robledo.

Arturo Robledo.

Revista Proa No. 430, julio-agosto de 1966, pp. 57-60. fig.117. pag 182. Eterna Apartamentos. Bogotá,

1993 Arturo Robledo. Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.126. pag 192. Edificio comercial Rozo

Gómez.

Bogotá, 1991-1992 Mari-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Arturo Robledo. Fotografía: Carlos Hernández Llamas. Archivo personal de Beatriz García Moreno. fig.127. pag 193. Edificio para la Constructora Col-

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

mena. Bogotá, 1996

nal de Colombia, p. 139.

Arturo Robledo.

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.122. pag 188. Refugio para Rafael Cuéllar Mo-

Fotografía: Carlos Hernández Llamas. Archivo personal de Beatriz García Moreno. fig.128. pag 195. Urbanización Las Colinas.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

lano. Sisga, Cundinamarca, 1983

nal de Colombia, p. 155.

Arturo Robledo.

menia, 2000

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Arturo Robledo.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

do Rozo Gómez, Bogotá, 1994

nal de Colombia, p. 135.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Arturo Robledo.

Archivo personal de José Enrique Robledo.

nal de Colombia, p. 165.

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.118. pag 183. Edificio María José, para Eduar-

Ar-

239


Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

pag 208. Instituto Educativo Distrital Puerta al Llano. Bogotá, 2005-2007

Manizales, 2001

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Arturo Robledo. El proyecto fue concluido por

Arturo Robledo.

nal de Colombia, p. 163.

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.129. pag 196. Urbanización Colinas del Viento.

Fotografías: Beatriz García Moreno. Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (19502002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 167. Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.130. pag 197. Renovación urbana manzana 26,

Las Aguas. Bogotá, 2005-2007 Arturo Robledo con Rubio y Gómez Ltda. Archivo personal de Beatriz García Moreno. fig.131. pag 198. Edificio Piazza d’Italia,

para

Eduardo Botero. Armenia, 2001

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.134. pag 201. Casa para Fernando Robledo

Ocampo. Armenia, vereda Pueblo Tapado, 2001 Arturo Robledo.

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, p. 169. Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.132. pag 199. Casa y estudio para Jorge Alberto

Giraldo. Tabio, Cundinamarca, 1996

sión Académica. fig.139. pag 209. Instituto Educativo Distrital La

Palma - Ramón de Zubiría. Bogotá, 20052007 Arturo Robledo. El proyecto fue concluido por Omar

Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 1999

Universidad Nacional de Colombia, Centro de Ex-

Arturo Robledo.

tensión Académica.

Archivo personal de Beatriz García Moreno. fig.136. pag 204. Edificio Interaulas, Universidad

Vaca.

Nacional de Colombia. Bogotá, 2003

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad

Perspectiva: Archivo personal de Beatriz García Mo-

207. Instituto Educativo Distrital Garcés Navas. Bogotá, 2005-2007

2002). Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacio-

Arturo Robledo. El proyecto fue concluido por Omar Vaca.

nal de Colombia, p. 161.

de

Parte IV fig.140. pag 212. Autorretrato, 1952

Arturo Robledo.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Martínez. Barichara, Santander, 1998

Universidad Nacional de Colombia, Centro de Exten-

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.135. pag 202. Plan Director campus de la de la

reno. fig.137. pag

Arturo Robledo.

Arturo Robledo.

Omar Vaca. Fotografías: Omar Vaca.

Colombia.

Robledo, Arturo (2005). Portafolio en vivienda (1950-

Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.133. pag 200. Casa para Carlota Zuleta

fig.138.

Archivo Planeación Física Universidad Nacional de

Arturo Robledo.

240

Fotografías: José Alejandro Bermúdez.

Nacional de Colombia, p. 175. Archivo personal de José Enrique Robledo. fig.141. pag 217. Fuente Parque Simón Bolívar,

Bogotá, 1987-1992 Fotografía actual: Carlos Hernández Llamas. fig.142. pag 238. Obras significativas de Arturo

Fotografías: Camilo Páez.

Robledo, existentes en Bogotá, 2010

Universidad Nacional de Colombia, Centro de Exten-

Dibujo de mapa realizado para esta investigación:

sión Académica

Juan Sebastián Navia.



fig. 142. Obras significativas de Arturo Robledo Obras significativas de Arturo existentes en Bogotá Robledo existentes en Bogotá



Beatriz García Moreno se graduó de arquitecta en la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, en 1974; en 1992 obtuvo su Ph.D en Arquitectura - área de historia, teoría, crítica- en Georgia Institute of Technology y posteriormente ha cursado estudios en psicoanálisis. Fue Decana de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, entre los años 1998 y 2002; Directora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la misma Universidad, entre 1994 y 1998, y Presidenta de la Asociación Colombiana de Facultades de Arquitectura, entre 2000 y 2002. Ha sido profesora de Teoría e Historia de la Arquitectura en programas de pregrado, maestría y doctorado en la Universidad Nacional de Colombia, Pontificia Universidad Javeriana, Universidad del Valle y en otras instituciones nacionales e internacionales. Es autora de los libros De la casa patriarcal a la casa nuclear en el municipio cafetero de Sevilla (CEJA, 1995) y Región y lugar en la arquitectura latinoamericana contemporánea (CEJA, 2000); compiladora y autora del libro La Imagen de la ciudad en las artes y en los medios (Unibiblos, 2000), autora del libro Ciudad, universidad, universitarios, el vecindario de la calle 45 en Bogotá (Editorial Javeriana, 2007), y de varios artículos sobre la ciudad, la arquitectura y las formas de habitar en Colombia y América Latina.


Conjunto de vivienda de la calle 26 con carrera 32

El examen de la vida y obra de Arturo Robledo permite indagar en más de medio siglo de la historia de la arquitectura en Colombia, en la transformación y consolidación de su enseñanza, y en el afianzamiento del ejercicio profesional en un momento cuando los temas referentes al habitar urbano demandaron soluciones acordes con las condiciones del país. Arturo Robledo armó y vivió su vida en función de la arquitectura y todo lo que se relacionaba con ella tenía un significado que trascendía la simple práctica de la profesión. El libro transita desde sus años de infancia hasta su muerte, y detecta en ese trayecto, aquellas experiencias que marcaron su temperamento, definieron su vocación de arquitecto y orientaron su ejercicio profesional, muchas de ellas ligadas a actores y sucesos que fueron y siguen siendo protagonistas en el país. Su formación coincidió con el establecimiento del Movimiento Moderno en los programas de arquitectura y por ende con una nueva manera de enseñar la disciplina. Sus años de vida académica en la Universidad Nacional de Colombia evidencian políticas y acciones sobresalientes en la docencia, la investigación y la extensión; y las causas gremiales en las que participó, dan cuenta de su ética e interés por la defensa de la profesión. Una parte importante del libro está dedicado al pensamiento y gestación de sus obras y proyectos, y señala el legado que representan para la arquitectura. El amplio panorama que se presenta deja abiertas numerosas preguntas que se espera se conviertan en estímulo para investigaciones posteriores. ISBN 978-958-719-352-7

www.patrimoniocultural.gov.co

Supermanzana 5, Techo, ICT

Fuente en el Parque Metropolitano Simón Bolívar.

9 789587 19352 7

CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE – Instituto Distrital de Patrimonio Cultural


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