1938. El sueño de una capital moderna

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ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ ALCALDE MAYOR DE BOGOTÁ Enrique Peñalosa Londoño SECRETARIA DE CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE María Claudia López Sorzano DIRECTOR INSTITUTO DISTRITAL DE PATRIMONIO CULTURAL Mauricio Uribe González SUBDIRECTORA DE DIVULGACIÓN DE LOS VALORES DEL PATRIMONIO CULTURAL Margarita Castañeda Vargas INVESTIGACIÓN Y TEXTOS Fabio Zambrano Pantoja Alfredo Barón Leal COORDINACIÓN EDITORIAL Y DE PUBLICACIONES Ximena Bernal Castillo DISEÑO GRÁFICO Yessica Acosta Molina CORRECCIÓN DE ESTILO Bibiana Castro Ramírez RECOPILACIÓN IMÁGENES HISTÓRICAS Alfredo Barón Leal FOTOGRAFÍA Carlos Mario Lema Museo de Bogotá Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá Fondo Gumersindo Cuéllar Biblioteca Luis Ángel Arango

IMPRESIÓN Buenos y Creativos S. A. S Bogotá, 2018 Instituto Distrital de Patrimonio Cultural www.idpc.gov.co Calle 8.ª n.o 8-52 ISBN 978-958-59919-9-6

Johanna Galindo Urrego Juan Sebastián Pinto Muñoz José Leonardo Cristancho Castaño

Publicación que acompaña la exposición temporal “1938. El sueño de una capital moderna”, realizada en el Museo de Bogotá, durante el segundo semestre de 2018

ASISTENTE ADMINISTRATIVA Gloria Carrillo Buitrago

CURADURÍA Alfredo Barón Leal IDEA ORIGINAL Mauricio Uribe González INVESTIGACIÓN Fabio Zambrano Alfredo Barón Leal EXPOSICIONES TEMPORALES Ángela Santamaría Delgado Mónica Ángel Láscar, asistente ÁREA DE MUSEOGRAFÍA Carolina Corredor Rojas Sebastián Carranza Monroy Carlos Arturo Rojas Pérez Ana María Collazos Solano Juan Felipe Espinosa de los Monteros Miguel Rodríguez Silva ÁREA DE EDUCACIÓN Marcela Tristancho Mantilla Ana María Sánchez Lesmes

ÁREA DE CONSERVACIÓN Y REGISTRO Angela Eraso María Antonieta García Restrepo Juan David Angarita

AGRADECIMIENTOS Academia Colombiana de Historia, Archivo de Bogotá, Biblioteca Luis Ángel Arango, Biblioteca Nacional de Colombia, Caracol Radio, Centro de Documentación IDPC, Comité Olímpico Colombiano, Diario El Tiempo, Empresa de Acueducto de Bogotá, Fundación de Amigos de Bogotá, Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, Instituto Geográfico Agustín Codazzi, Museo de Arquitectura Leopoldo Rother / Universidad Nacional de Colombia, Museo Nacional de Colombia, Museo de la Independencia, RTVC Señal Memoria - Sistema de Medios Públicos, Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá, Martín Anzellini Reyes, Alfredo Barón Leal, Juan Ricardo Barragán Aguilar, Hernando Cabarcas Antequera, Sebastián Carranza Monroy, Santiago Cruz, Mario Cuéllar, Magnolia Hernández, Carlos Francisco Martínez, Samuel Monsalve Parra, Christian Toro, Laura Mejía Torres, Lucía Romero, Óscar Salamanca, Sergio Trujillo Dávila, Danilo Pizarro, Jean Carlo Sánchez, Cristian Padilla, Zoraida Gutierrez Ospina. Pedro Duque, Diana Galindo, Robinson López, Germán Mejía Pavony, Vicente Moros, Olga Lucía Hurtado, Andrés Hernández, Bernardo Vasco.



JUEGOS DEPORTIVOS BOLIVARIANOS IV CENTENARIO DE BOGOTÁ. 1938. LITOGRAFÍA. SERGIO TRUJILLO MAGNENAT. COLECCIÓN SERGIO TRUJILLO DÁVILA


CAMACHO ROLDÁN. PÁGINA DEL ÁLBUM BOGOTÁ IV CENTENARIO 15381938. 1938. COLECCIÓN PARTICULAR



CONTENIDO 09

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Presentación.

EL IV CENTENARIO. EL SUEÑO DE UNA CAPITAL MODERNA.

MEMORABILIA BOGOTANA PARA UN CUMPLEAÑOS SANTAFEREÑO.

Mauricio Uribe González

14 Introducción. Fabio Zambrano Pantoja

Fabio Zambrano Pantoja

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Bogotá, una modernización con poca modernidad.

La fundación y su memoria antes de 1938.

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Nuevas herramientas para el gobierno urbano: urbanismo, valorización y planeación.

El IV Centenario de bogotá ¡se vino la pachanga!

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¿Veinte años no es nada?

La celebración.

77 El sueño de una capital moderna [PLAZA DE BOLÍVAR, TRANVÍA, CATEDRAL PRIMADA DE BOGOTÁ, CAPILLA DEL SAGRARIO]. CA. 1940. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ. COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ

Alfredo Barón Leal

81 Fuentes

214 218 Fuentes.


De cómo se celebra el centenario de una ciudad

A tan solo 20 años nos encontramos de celebrar, en 2038, el V Centenario de la fundación de Bogotá. Por este motivo, en el marco de la conmemoración de los 480 años de la capital, desde el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural y el Museo de Bogotá hemos querido reflexionar acerca de cómo se festeja una efeméride tan importante en la historia de una ciudad. Nos remitimos a una memoria, quizás no tal lejana, de la manera en la que Bogotá se preparó, con la suficiente antelación y con un verdadero “proyecto de ciudad”, para una celebración de la que tuvieron plena conciencia, no solo las autoridades municipales y nacionales, sino toda la sociedad capitalina de la época. “Bogotá 1538-1938” señalaban todos los documentos y los mensajes en aquel periodo. La gran mayoría de los habitantes para ese 1938 (poco más de 330.000) se percataron de las numerosas obras en distintos puntos de la ciudad y de la larga lista de festividades, en fin, del espíritu de la celebración, de acuerdo al nutrido programa de actividades que duraron cerca de un mes y medio (entre el 18 de julio y el 31 de agosto). Bogotá estaba, literalmente, “lista para la foto”, como se advierte en los abundantes álbumes fotográficos que se editaron para mostrar lo mejor de la ciudad durante aquel suceso irrepetible. El 28 de julio de ese año se puso en servicio la imponente planta de tratamiento de Vitelma, y por esos días también entraron en funcionamiento el teatro de la Media Torta, la Biblioteca Nacional y el Teatro San Jorge, pocos años después de la inauguración del parque Nacional Olaya Herrera y mientras se avanzaba en la construcción del magnífico conjunto de la Ciudad Universitaria. Se desarrolló durante las fiestas la gran Exposición Nacional del IV Centenario —industrial, comercial y agropecuaria— en el barrio Palermo y se llevó a cabo la primera edición de los Juegos Bolivarianos en los


estadios de El Campín y de la Universidad Nacional, este último intitulado a Alfonso López Pumarejo, promotor, desde la Presidencia de la República, de las iniciativas que pretendían convertir a la vieja capital en una ciudad realmente moderna, como era el anhelo de la República Liberal, iniciada en 1930 durante el gobierno de Enrique Olaya Herrera, y de la Revolución en Marcha, que con tanto ahínco se pregonaba durante la administración de López. Este habría de concluir su mandato al día siguiente de la celebración de tan trascendental aniversario, el 7 de agosto, para que Eduardo Santos diera continuidad a los festejos. Con ocasión del IV Centenario en 1938 se realizó el mapa oficial de la ciudad, basado en los primeros vuelos equipados para la toma de aerofotografías, se emitieron billetes y monedas y se fundieron medallas que recordaban los cuatro siglos de existencia de la urbe, desde aquel 6 de agosto de 1538 en que don Gonzalo Jiménez de Quesada fundó, en el hermoso Valle de los Alcázares, una villa con el nombre de Santafé de Bogotá, que habría de convertirse en la capital del reino y del Virreinato de la Nueva Granada, y luego de la naciente República de Colombia. En la actualidad, el Plan de Desarrollo de la administración del alcalde Enrique Peñalosa definió su visión de ciudad con miras a la celebración del V Centenario de la fundación de Bogotá en 2038, y se está preparando para ello con un sólido plan de obras y acciones, como la recuperación integral del río Bogotá, la adecuación del Sendero de las Mariposas en los cerros orientales, la ejecución de grandes proyectos viales y de movilidad —como la extensa red de ciclorrutas y el metro—, amplios conjuntos habitacionales, parques y centros culturales y deportivos, entre otros, tal como se pudo


PÁGINA OPUESTA: ESTADIO ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO

apreciar en la reciente exposición “Bogotá proyecta futuro”, producida y exhibida en el Museo de Bogotá y en la ciudad de Burdeos (Francia) durante 2017. Es este entonces el espacio para reflexionar acerca de la ciudad, un museo que tiene en cuenta la historia para pensar la Bogotá del futuro. Un museo que sigue presentando exposiciones temporales como esta, y que se prepara para la reapertura de su colección permanente en la Casa de los Siete Balcones, dentro de pocos meses y con ocasión de la celebración de los primeros 50 años del Museo de Bogotá en 2019. En lo que resta de este año y durante el siguiente, continuaremos proponiendo más exhibiciones importantes, desde diferentes temáticas y perspectivas, para contar una ciudad tan compleja e interesante como la nuestra, honrando el compromiso por renovar, fortalecer y consolidar el Museo de Bogotá como el museo de ciudad que la capital se merece.

Mauricio Uribe González Director general Instituto Distrital de Patrimonio Cultural



EXPOSICIÓN AGROPECUARIA 4.° CENTENARIO DE BOGOTÁ. TÉMPERA SOBRE PAPEL. 1938. SERGIO TRUJILLO MAGNENAT. COLECCIÓN SERGIO TRUJILLO DÁVILA


REVISTA CROMOS. EDICIÓN CONMEMORATIVA 1938. COLECCIÓN MAURICIO URIBE


introducciรณn

fabio zambrano


La conmemoración del IV Centenario de la fundación de Bogotá, celebrada el 6 de agosto de 1938, se convirtió en el momento de la convergencia de diversos procesos históricos que transformaron sustancialmente la ciudad y señalaron el derrotero de su tránsito en las décadas siguientes. El sentimiento que se tenía al comenzar los años treinta era que la capital se encontraba muy atrasada con respecto a sus similares latinoamericanas, que los déficits en la infraestructura urbana no solamente afeaban la ciudad, sino que la hacían insalubre, y que era necesario que Bogotá se convirtiera en capital efectiva de Colombia. En la opinión pública era frecuente encontrar el argumento de que la nación se merecía que la capital presentara un escenario urbano acorde con la condición de ciudad moderna y dejara el aspecto de atraso que tenía, tanto en el urbanismo capitalino, como en la sociedad que la habitaba.

efemérides sucedieron cuando la ciudad acogió símbolos de la hispanidad, como el Teatro Colón, la plaza España, el monumento a la reina Isabel y Colón, todo ello como parte de un discurso político de rechazo a las ideas europeas que propugnaba las transformaciones sociales, en especial la cultura francesa. Luego, en el aniversario del Primer Centenario del 20 de julio de 1810, se reafirmó que el mapa de la ciudad era el mapa de la patria, pues fue el momento de erección de estatuas y bustos de los próceres de la independencia. La novedad estuvo en la inauguración del parque de la Independencia y la realización en él de la Exposición del Centenario, que convocó a miles de bogotanos a presenciar los avances que tenía el país en industria, agricultura y artes. Ahora, en 1938, se hacía un esfuerzo para que Bogotá se representara como una urbe moderna y en constituirla como la capital de la nación colombiana. Con este propósito se creó, desde 1934, la Junta Pro Centenario de Bogotá, por iniciativa del recién posesionado presidente de la república, Alfonso López Pumarejo (1934-1938), decisión que va a contar con el concurso del municipio de

Cabe señalar que las conmemoraciones anteriores se habían celebrado con un profundo sentido de resaltar el origen hispánico de Colombia, como había sucedido con la celebración del IV Centenario del descubrimiento de América, en 1892. Estas 15

“A Colombia le hace falta una capital.... digna de la República”. Germán Arciniegas

PÁGINA OPUESTA: VISTA DEL CENTRO DE LA CIUDAD. CA. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


que expresaba la ciudad se anunciaban insuficientes. Al comenzar los años treinta, Bogotá se administraba con las mismas instituciones que se habían heredado del siglo XIX y que en ese momento ya no servían para la nueva sociedad urbana que habitaba la capital. Sus habitantes se estaban convirtiendo en urbanitas más cosmopolitas; los medios de comunicación rompían el aislamiento que los había tenido aislados; el café, nuevo espacio público en expansión desde los años veinte, impulsaba nuevas elaboraciones de opinión pública y aparecía la clase media. Todo esto hacía que se tratara de una sociedad urbana más compleja, bastante diferente de la que había habitado la ciudad pocas décadas atrás, especialmente por ser más laica.

Bogotá, el departamento de Cundinamarca y el Gobierno central. Desde un comienzo, el IV Centenario se convirtió en un proyecto nacional que transformó de manera sustancial a la ciudad. Pero lograr esto no era fácil. Si durante las décadas anteriores se habían consolidado algunos avances en la modernización, representados en la mecanización del transporte, el servicio de energía eléctrica y de teléfono, la llegada del cine, la radio y la industrialización, todavía hacían falta adelantos en la transferencia de estos aportes a la cultura urbana, a las relaciones públicas y en especial al ejercicio efectivo de la ciudadanía. La democratización de la vida urbana era el déficit más acentuado que tenía la sociedad bogotana y esto se reflejaba en el acceso al espacio público, el cual estaba fuertemente limitado según la pertenencia a las clases sociales. Al espacio público, al igual que a la ciudadanía, tenía acceso una pequeña porción de la sociedad.

Este nuevo paisaje urbano hacía necesario darle paso al gobierno urbano, es decir, a la capacidad de planear el futuro de la ciudad, incluir a todos sus habitantes y dotar al municipio de herramientas de intervención que transformaran la ciudad que se había heredado del siglo XIX. No se podía seguir gestionando la vida urbana con las mismas instituciones de administración municipal que ha-

Además, la ciudad se encontraba en una rápida transformación y los instrumentos de que disponía el municipio para hacer frente a los desafíos 16


bían funcionado en el primer siglo de vida republicana, aquellas que mostraban una total insuficiencia para dar cuenta de las demandas de esta ciudad.

morar el IV Centenario de su fundación introdujo transformaciones en las instituciones de gobierno urbano que le permitieron afrontar los retos que el crecimiento de la ciudad acarreó en las décadas siguientes.

A estos nuevos instrumentos de gestión pública, como fueron la planeación y la oferta de servicios públicos, en tanto herramientas de integración de todos los bogotanos, se les sumó una transformación de gran importancia en la formación del gobierno urbano, manifiesta en la aplicación del impuesto de valorización, la oficina del catastro municipal y la modernización de la nomenclatura de la ciudad. El establecimiento de esta nueva fuente de recursos municipales marcó la senda por la cual la ciudad iba a transitar en las décadas siguientes para la financiación de sus proyectos. Con la conmemoración del IV Centenario, ciertamente se avanzó mucho con respecto a la Bogotá de los años treinta, y si bien no se solucionaron todos los problemas que tenía acumulados la ciudad, en especial los relativos a las carencias de los servicios públicos, los esfuerzos realizados dieron paso a un nuevo periodo en la historia de la capital. La ejecución del programa para conme-

En efecto, la aplicación de los principios de la planeación urbana, acompañados de una nueva base tributaria, la modernización de los servicios públicos, la dignificación de los barrios obreros, el reconocimiento de la necesidad de la inclusión social, la ampliación del espacio público y la oferta de nuevos edificios nacionales, que se convirtieron en hitos urbanos, marcaron el tránsito de la ciudad en los años posteriores a 1938. La afortunada coincidencia del desarrollo del Plan de Obras para el IV Centenario, la creación del Departamento de Urbanismo, la dirección de Karl Brunner y el gobierno de López Pumarejo aseguró el éxito del proyecto de transformación de Bogotá. Es importante señalar que esta conmemoración no se limitó a la ejecución del Plan de Obras y a la modernización de los servicios públicos. Todo esto demandó cambios del Estado local, pues el 17


PANORÁMICA AÉREA DEL CENTRO DE LA CIUDAD. CA. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


CÚPULA DEL CONVENTO DE SANTO DOMINGO. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


municipio logró varias reformas administrativas de vital importancia. Además, la participación de la sociedad fue significativa, tanto en los eventos como en la movilización de la ciudadanía que, sin distinción de clases sociales, organizó juntas barriales para intervenir de diferentes maneras. Como bien lo sabemos, todo esto se mostró insuficiente para el crecimiento explosivo que iba a presentar Bogotá a partir de los años cincuenta, cuando surgieron nuevos desafíos a la gestión pública; más allá de los nuevos retos que tuvo que enfrentar la capital, los instrumentos de gobierno urbano que se crearon en los años treinta son los que se han utilizado desde entonces: la planeación urbana, el impuesto predial, la universalización de los servicios públicos y la concepción de que la ciudad debe ser para todos sus habitantes.

Fabio Zambrano Pantoja Profesor titular Universidad Nacional de Colombia

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EDIFICIO CÓRDOBA / URIGAR. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ.

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EL IV CENTENARIO. EL SUEÑO DE UNA CAPITAL MODERNA

fabio zambrano


cotidiana de los urbanitas capitalinos. A la economía cafetera, se le sumaron la incipiente industrialización, el ingreso de capital extranjero, además de la indemnización por Panamá, recursos que le permitieron al país afianzar la tenue modernización que se vivía desde principios de esa centuria. Los efectos de esto se dejaron sentir en Bogotá con la llegada del automóvil (1905), el inicio de la construcción de la carretera Central del Norte, (1905), el Ferrocarril de Cundinamarca (1909), el tranvía eléctrico (1910), el cine (Teatro Olympia, 1912), la radio (1929), entre otros cambios. A diferencia de los primeros ferrocarriles que nunca se concluyeron (el del Norte y el del Nordeste), el de Cundinamarca comunicó a Bogotá con el puerto de Girardot y dejó por fin a la ciudad con una conexión eficiente con el río Magdalena2.

boGOTÁ: UNA MODERNIZACIÓN CON POCA MODERNIDAD Bogotá inició el siglo XX bajo los efectos de la modernización que acarreaba la economía exportadora, la cual había sido esquiva al país durante la centuria anterior. Por primera vez, el país contaba con un producto de exportación, el café, que le permitía disponer de un factor económico estable y cuyo cultivo tenía un auge notable en Cundinamarca, impulsado en buena parte por los empresarios bogotanos1. Las tres primeras décadas del siglo XX fueron de un crecimiento continuo de la economía nacional y Bogotá no era ajena a ello. Su paisaje urbano empezó a transformarse con el empleo del cemento, el vidrio y el ladrillo, que reemplazaron al adobe y la tapia pisada como materiales de construcción. La arquitectura moderna hizo su aparición y los servicios públicos comenzaron a transformar la vida

Sin embargo, el atraso de la ciudad en sus servicios públicos, acumulado durante todo el siglo XIX, en especial la ausencia de un moderno abasto de aguas y de alcantarillado, amenazaba la higiene

1 Museo de Desarrollo Urbano, Bogotá siglo XX (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, Instituto Distrital de Cultura y Turismo, 2000), 20.

2 Fabio Zambrano Pantoja, La ciudad colombiana (Bogotá: Iriarte, Montes Editores, 1993), 122.

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PÁGINA OPUESTA: [OBRAS PÚBLICAS, AVENIDA JIMÉNEZ]. CA. 1938. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ. COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ


de toda la ciudad y se había convertido en causal de alta mortalidad. Además, Bogotá había crecido en su demografía, pero no en el área urbanizada, resultando de ello una fuerte densificación3. El transporte mecanizado ofrecido por los automóviles, los tranvías y luego los buses urbanos, además de los trenes y sus estaciones en la ciudad (Chapinero, Usaquén, Fontibón y Bosa), fue en gran parte responsable de la caída sustancial de la alta densidad habitacional a raíz de esta modernización de la movilidad. Esto explica que el espacio que ocupaba la ciudad se estirara, en sentido norte-sur, al ritmo del surgimiento de las nuevas urbanizaciones que seguían las huellas de las vías que se iban construyendo, sin mayor control del municipio4.

más graves. La gripa de 1918 desveló la pobreza de la mayoría de los habitantes de la capital y puso al desnudo las pésimas condiciones de vida de muchos bogotanos, y la amenaza que significaba esta situación para todos. Esta epidemia emplazó en alerta a la ciudad de la necesidad, obligatoria, de mejorar los precarios servicios públicos. Por ello, desde entonces, la solución de los servicios públicos se convirtió en una prioridad para el municipio, así como en una demanda constante de los urbanitas capitalinos5. La modernización de los medios de comunicación, como la aparición de las revistas ilustradas (El Gráfico, 1910; Cromos, 1916), además del cine, los nuevos periódicos (El Tiempo, 1911) y la radio, provocaron el efecto de comparar con otras capitales latinoamericanas; ya no fue suficiente argumentar que Bogotá era la Atenas Suramericana, como se afirmaba a finales del siglo XIX, sino que era necesario transformar la ciudad para su modernización, y para ello se requería otra concepción de la gestión urbana6.

Con esta dinámica y descontrolada urbanización, el déficit en los servicios públicos no hizo sino volverse más notorio y los efectos en la salud pública, 3 Germán Mejía Pavoni, Los años del cambio. Historia urbana de Bogotá. 1820-1910 (Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, 1998), 220. 4 María Isabel Martínez Chaparro, Máquinas sobre ruedas. Bogotá y la llegada del automóvil (Bogotá: Editorial Script, 2016), 218 y ss.

5 Fabio Zambrano Pantoja, Historia de Bogotá, tomo III: Siglo XX (Bogotá: Fundación Misión Colombia, Villegas Editores, 1988), 170. 6 Museo de Desarrollo Urbano, Bogotá siglo XX, 41.

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[PASEO BOLÍVAR]. CA. 1937. AUTOR SIN IDENTIFICAR. REGISTRO MUNICIPAL,N.O VII, 1937

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CONSTRUCCIÓN DEL ALCANTARILLADO DE LA PLAZUELA DE CHIQUINQUIRÁ. CA. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


PLAZUELA DEL BARRIO CHIQUINQUIRÁ. CA. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


PLAZUELA DEL BARRIO CHIQUINQUIRÁ. CA. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


BARRIO OBRERO DE BOGOTÁ. CA. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ.


BARRIO LA PERSEVERANCIA. CA. 1939. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ


CONSTRUCCIÓN DE LA AVENIDA JIMÉNEZ. 1938. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ


[TRANSPORTE DE LADRILLOS, CHIRCALES DEL SUR DE BOGOTÁ]. 1938. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ


[PRENSADO MANUAL DE LADRILLOS, CHIRCALES SUR DE BOGOTÁ]. 1938. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ


NIÑOS DISFRUTANDO DE JUGUETES EN VENTA ARTESANAL CALLEJERA. FOTOGRAFÍA. 1938. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ


[CONSUMO DE CHICHA]. CA. 1938. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ


[CONSUMO DE CHICHA]. CA. 1938. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ


Es importante destacar que el cine latinoamericano, en especial el mexicano y el argentino, produjeron una gran influencia en el público bogotano gracias a la apertura de salas especializadas en donde el idioma común facilitaba la comprensión de los argumentos, además de la conexión que se hizo con la música, que desde entonces entraría a formar parte de la cultura bogotana. Más allá de estas influencias, el cine también permitió que este público se enterara de cómo se vivía en estos países vecinos, y se creó un efecto de comparación que fue importante7. En 1938 la ciudad contaba con 27 salas de cine8. Las nuevas ideas que permitieron pensar la ciudad de manera diferente a como se venía haciendo empezaron a aparecer en los años veinte. Sin embargo, los intentos de introducir transformaciones en el manejo de la ciudad habían fracasado, como sucedió con la propuesta del Plano Bogotá Futuro (1923-1925), el cual no se aplicó, a pesar de haber sido adoptado en el Acuerdo 74 de 19259. Todavía

PUBLICIDAD ESTAMPA, N.O 1, SEPTIEMBRE DE 1938. Los principales diarios que circulaban en la ciudad eran El Diario Nacional, El Espectador, El Tiempo, El Siglo, La Razón, El Liberal y El Nacionalista. A estos se sumaban revistas como Cromos, El Gráfico, Mundo al Día y Pan, entre muchas otras. En septiembre de este año hizo su aparición la revista Estampa.

7 Jorge Nieto y Diego Rojas, Tiempos del Olympia (Bogotá: Banco de Colombia, Fundación Patrimonio Fílmico, 1992), 128 y ss. 8 Luis Alfredo Barón Leal, “Los cines bogotanos: los edificios de la hechicera criatura”, en Bogotá fílmica. Ensayos sobre cine y patrimonio cultural (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, 2012), 124 y ss. 9 Alberto Saldarriaga Roa, Bogotá siglo XX. Urbanismo, ar-

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ESQUINA DE UNA CALLE DE BOGOTÁ AUTORIZADA PARA UBICAR CARTELES DE ESPECTÁCULOS, CINE Y POLÍTICA. 1939. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ. Se destacan los carteles de la película mexicana Calumnia y de la norteamericana Under - Pup, ambas de 1939.


AVISO PUBLICITARIO DE LA VOZ DE LA VÍCTOR. EL GRÁFICO, 10 DE FEBRERO DE 1934


faltaban instrumentos de gestión de la ciudad para hacer posible la planeación urbana.

nor competencia, el municipio había administrado la ciudad en el día a día de su funcionamiento.

Un impedimento para lograrlo era el tema de las finanzas municipales, pues las principales rentas, como la del tranvía, se encontraban pignoradas a bancos extranjeros que habían financiado obras en las décadas anteriores. Era urgente encontrar nuevas fuentes de ingresos, como fue el impuesto predial10.

Sin embargo, se carecía de la capacidad de orientar su destino y de ejecutar el gobierno de la ciudad de modo que incluyera a todos sus habitantes. Se había heredado una sociedad fuertemente excluyente, donde los beneficios de la modernización eran para una estrecha minoría, con una fuerte presencia de la Iglesia católica como factor de poder, institución que actuaba decisivamente en el juego político, y que era decisivamente repelente de las ideas modernas que circulaban en el mundo11.

La introducción de una nueva dimensión en el manejo de la ciudad se realizó con el aprestamiento de la ciudad para la realización de la conmemoración del IV Centenario de su fundación. En ese momento se inició la transformación en la gestión de la vida urbana, puesto que a la administración de la ciudad se le agregó una nueva dimensión, la del gobierno urbano. Hasta entonces, con mayor o me-

Como resultado de la modernización que vivía Bogotá, esta se había convertido en una ciudad de mayor complejidad social, puesto que acogía a diversas clases sociales; además, su economía estaba más integrada a los circuitos nacionales e internacionales y, gracias a la industrialización, poco se parecía a aquella basada en la artesanía, como había sucedido hasta entonces. También fue muy

quitectura y vida urbana (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, 2000), 95. 10 Yezid Castaño, “Las finanzas del Distrito Especial”, en Bogotá, estructura y principales servicios públicos (Bogotá: Cámara de Comercio de Bogotá, 1978), 69.

11 Miguel Ángel Urrego, Sexualidad, matrimonio y familia en Bogotá. 1880-1930 (Bogotá: Ariel Historia, Fundación Universidad Central, DIUC, 1997), 45 y ss.

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significativo el inicio, en 1930, de un nuevo periodo político, la República Liberal, momento en el cual se hizo un esfuerzo por extender la ciudadanía de manera efectiva a un mayor número de colombianos hasta entonces por fuera del ejercicio de esta12. Así, nos encontramos con un momento en que la modernización empezaba a acompañarse de la modernidad. Esta singularidad requirió pensar la ciudad de manera diferente, lo que tomó forma en el surgimiento del gobierno urbano. Se comenzó a gobernar para toda la ciudadanía, concebida como urbanitas que tenían derecho al acceso a todos los servicios públicos.

NUEVAS HERRAMIENTAS PARA EL GOBIERNO URBANO: URBANISMO, VALORIZACIÓN Y PLANEACIÓN Estas son, en líneas generales, las consideraciones que deberá tener en cuenta el Plano Regulador definitivamente aprobado. Este Plano, junto con el Código de Urbano, que se presentó hace pocos meses a la consideración y aprobación de las autoridades municipales, formarán los fundamentos sobre los cuales se podrá adelantar el desarrollo urbano de Bogotá de una manera que permita presentarla el año 1950 como una ciudad moderna, cómoda y bella. Karl Brunner 13

13 Karl Brunner publicó en 1938 un artículo titulado “Bogotá en 1950” en el que argumentó la necesidad de aplicar los principios de la planeación urbana para regular el crecimiento de la ciudad. No hay un documento que formalmente lleve por nombre Plan Regulador. Sin embargo, el artículo referenciado es de gran importancia, pues en él presenta su propuesta de planeación de la ciudad. Registro Municipal (Ediciones del Concejo), Homenaje del Cabildo a la ciudad en el IV Centenario de su fundación, 1938, 177.

12 Marco Palacios y Frank Safford, Colombia, país fragmentado, sociedad dividida. Su historia (Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2007), 541.

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La dimensión de la ciudad y la complejidad que resultó del crecimiento demográfico al pasar de 100.000 habitantes en 1905 a 330.312 en 193814, y la ampliación del espacio urbano que los nuevos habitantes demandaban, fueron causales de nuevas exigencias que desbordaban los instrumentos que existían hasta entonces para administrar la ciudad. Este crecimiento se explica por el uso del automóvil, el tranvía eléctrico y el autobús que permitieron la extensión de los barrios residenciales. El resultado de la mecanización del transporte es una de las causas que explica que, mientras la población de Bogotá se triplicó, el área urbanizada se multiplicó por 8, al pasar de 326 hectáreas en 1900 a 2.514 en 193815.

No menos importante resultó ser la especulación con la tierra urbanizable que estaban haciendo los propietarios de las haciendas cercanas a la ciudad, beneficiados sin mayores esfuerzos del crecimiento de la urbe. El crecimiento de la ciudad era imparable y mostraba una fuerte tendencia a extenderse hacia el norte, abandonando definitivamente la forma compacta que había presentado hasta finales del siglo XIX. Por primera vez había edificios que eran más altos que las torres de la catedral, es decir, surgían nuevos símbolos urbanos. A pesar de estos cambios, es bueno recordarlo, era frecuente encontrar que las nuevas urbanizaciones no contaran con los servicios básicos, en especial el de alcantarillado, carencia que era de lo más sentido por los habitantes17.

Este abrupto cambio en su extensión física se constituyó en un desafío que no había existido en la centuria anterior, cuando la ciudad mantuvo una fuerte densificación, como ya lo señalamos16.

Era evidente que la aplicación de las herramientas de las que hasta entonces se disponía estaba desbordada por las nuevas realidades.

14 Julián Vargas Lesmes y Fabio Zambrano Pantoja, “Santa Fe y Bogotá: evolución histórica y servicios públicos (1600-1957)”, en Bogotá 450 años. Restos y realidades (Bogotá: Ediciones Foro Nacional, IFEA, 1988), 22. 15 Saldarriaga, Bogotá siglo XX, 87. 16 Saldarriaga, Bogotá siglo XX, 87.

17 Vargas y Zambrano, “Santa Fe y Bogotá”, 11 y ss, 42.

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SECCIÓN DE LEVANTAMIENTO, SECRETARÍA DE OBRAS PÚBLICAS. PLANO DE LA CIUDAD DE BOGOTÁ. 1930/1932. FONDO CARTOGRÁFICO, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ. La Sección de Levantamiento de Obras Públicas Municipales realizó este plano en 1930, sobre el que hizo correcciones y anotaciones en 1932. El objetivo de este documento de trabajo fue registrar el desarrollo de

la ciudad a comienzos de la década del treinta. A partir de la simple traza, se identifica el surgimiento de barrios que para 1938 se encontraban urbanizados y en proceso de consolidación, como Teusaquillo y Santa Teresita, entre el centro y Chapinero; Río Negro, San Fernando y la Providencia, al norte; Santa Inés y el Restrepo, al sur; Puente Aranda, al occidente, y el barrio obrero Chiquinquirá, junto con un sitio conocido como la Media Torta, al oriente.


ANTECEDENTES

Hasta entonces y desde 1909, la Dirección de Obras Públicas Municipales fue el ejecutor municipal de las obras en el espacio público, de equipamientos colectivos, de asistencia técnica a la municipalización de los servicios públicos y su prestación, y del manejo del plano municipal20. Para regular el crecimiento de la ciudad se creó el Departamento de Urbanismo de Bogotá, mediante el Acuerdo del 28 de agosto de 1933. Dependiente de la Secretaría de Obras Públicas Municipales, el Departamento le permitió a la ciudad empezar a aplicar instrumentos de urbanismo por primera vez en su historia21. Ese mismo año, en diciembre, el municipio contrató por tres años al urbanista austriaco Karl Brunner con el encargo de “organizar y dirigir el Departamento de Urbanismo” y realizar el “plan general de la ciudad de Bogotá, que se referirá a la corrección de la parte existente y a su desarrollo futuro”22.

Con tres medidas el municipio trató de darle manejo a este crecimiento. La primera de ellas fue el Acuerdo 10 de 1902, que reglamentó las construcciones, la apertura de calles y la urbanización de terrenos. La segunda, el Acuerdo 15 de 1917, que creó la Junta de Mejoras Públicas Municipales, encargada de regular el cumplimiento de las normas. La tercera, en 1923, el Plan Bogotá Futuro, con el que se trató de dotar a la ciudad de un instrumento que le permitiera regular la estructura urbana y controlar su crecimiento y sus transformaciones internas18. Este plan fue la primera visión coherente de regulación del crecimiento de Bogotá, y la extensión del ensanche previsto equivalía a cuatro veces la ciudad construida en 1923, previendo una ciudad de más de un millón de habitantes. De este plan, que fue aprobado mas no implementado, quedaron fragmentos en los trazados de los barrios Claret, Inglés y Gaitán19.

18 19

20 Álvaro Suárez, Bogotá, obra pública (Bogotá: Alcaldía Mayor de Santa Fe de Bogotá, 1999), 59. 21 Acuerdo 28 de 1933, Registro Municipal, n.o 16, 1933, citado por José Miguel Alba, “Bogotá: capital de la República. Plan de Obras para el IV Centenario” (tesis de Maestría en Historia, Universidad Nacional de Colombia, 2018), 84. 22 Andreas Hofer, Karl Brunner y el urbanismo europeo en América Latina (Bogotá: El Áncora Editores, Corporación La

Saldarriaga, Bogotá siglo XX, 88. Saldarriaga, Bogotá siglo XX, 96.

44


La dirección que Karl Brunner le imprimió a este Departamento fue fundamental para la transformación de la ciudad. Su influencia no se limitó a la planeación de Bogotá, pues publicó el Manual de urbanismo, inauguró la cátedra de Urbanismo en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional y ejerció una clara influencia en la primera generación de arquitectos que intervinieron en la capital. Algunas de sus propuestas definieron el desarrollo de Bogotá, como la conclusión del Paseo Bolívar; el inicio de la avenida Caracas; el parque Nacional; las urbanizaciones Bosque Izquierdo, Palermo, San Luis y El Retiro; El Centenario; el trazado del barrio popular Modelo del Norte y el trazado del barrio El Campín23.

la acción del Estado local debía beneficiar a todos sus habitantes y, en especial, proyectar su crecimiento futuro. De esta manera, para que la ejecución de las obras fuera posible, fue de singular importancia la aplicación de la planeación urbana, aunque en sentido estricto no hubo un plano guía sino un Plan de Obras24.

Como ya lo señalamos, la ciudad había dispuesto de varias instituciones municipales que le habían permitido administrar su funcionamiento, pero los problemas no resueltos, la dimensión de su población y el ritmo de crecimiento que tenía hacían necesario intervenir toda la ciudad, pensando en que 24 Diego Arango, “Pensado la ciudad del futuro, la planeación urbana en Bogotá 1902-1951” (trabajo de grado, Departamento de Historia, Universidad de los Andes, 2000), 57.

Candelaria, 2003), 115-116. 23 Saldarriaga, Bogotá siglo XX, 99.

45


DEPARTAMENTO MUNICIPAL DE URBANISMO, “ESTUDIO DE SANEAMIENTO DEL PASEO BOLÍVAR”. 1935. REGISTRO MUNICIPAL, AÑO LVII, N.OS 117120, NOVIEMBRE Y DICIEMBRE DE 1937

46


SECRETARÍA DE OBRAS PÚBLICAS MUNICIPALES, DEPARTAMENTO DE URBANISMO. 1936. KARL BRUNNER, ARCHIVO DE BOGOTÁ, FONDO DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE PLANEACIÓN DISTRITAL (DAPD). 669-3. Proyecto de urbanización del sector comprendido entre la carrera 1.a y el Paseo Bolívar por las calles 13 a 16.

47


“ESTUDIO ESTUDIO DEL ENSANCHE DE LA CALLE REAL, MANUAL DE URBANISMO (BOGOTÁ: IMPRENTA MUNICIPAL, 1939). Durante los seis años de su estadía en Bogotá, entre 1933 y 1938, casi todos los proyectos de Brunner fueron llevados a cabo, con una gran influencia en el desarrollo de la capital. Luego, desde 1938 hasta 1948, trabajó como asesor del Gobierno nacional, como urbanista privado y docente universitario. Siempre se mantuvo en la búsqueda de alternativas al trazado reticular heredado de la ciudad colonial, como se deja sentir en el proyecto del Park Way, de los barrios Palermo, El Campín y Bosque Izquierdo. Sin embargo, no todas las propuestas de Brunner fueron ejecutadas, como fue el caso de la zona de ensanche hacia el occidente y suroccidente, con la que buscaba contrarrestar la expansión hacia el norte: esta ciudad satélite no se construyó. Tampoco fue aceptada su propuesta de la nueva avenida Central, vía que buscaba conectar el Palacio de Nariño con la Gobernación de Cundinamarca, obra que debía estar acompañada con la ampliación de la carrera 7.a.

48


CRECIMIENTO DE LA CIUDAD Y DIFERENCIA DE LAS ZONAS URBANAS SEGÚN EL USO, 1935 REGISTRO MUNICIPAL (IMPRENTA MUNICIPAL), N.OS 76-77, 1936, 116-131. ARCHIVO DE BOGOTÁ. Este plano ilustra el artículo “El desarrollo urbano de la capital y las obras del Cuarto Centenario”, escrito por Julio Vergara y Vergara en 1935, siendo director de la Sección de Avalúos del Catastro Municipal. Dice Vergara: “Con el deseo de contribuir al desarrollo y embellecimiento de la ciudad capital quiero expresar algunas ideas sobre mejoras urbanas y quizá tengan interés en los momentos en que se discuten las obras que han de ejecutarse con ocasión del próximo centenario, obras que decidirán el porvenir de Bogotá”.

49


BOGOTÁ 1938. LITOGRAFÍA. SECRETARÍA DE OBRAS PÚBLICAS. FONDO CARTOGRÁFICO. COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ. La primera nomenclatura establecida en la ciudad se remonta a 1774, cuando se dividió la ciudad en barrios y cuarteles y se realizó la numeración de las manzanas y puertas. La medida se tomó para empadronar la población y definir las funciones de los alcaldes de barrios, guardianes del orden de la ciudad. Durante la República se ensayaron varias nomenclaturas, pero al comenzar el siglo XX todos los esfuerzos de enumerar las calles y las casas se encontraban completamente desbordados. Para subsanar esta situación, el 28 de abril de 1931 se dictó el Acuerdo n.o 14 que reorganizó la oficina de Catastro y creó la Sección de

Nomenclatura, definiendo que las vías públicas se organizaran en carreras, en sentido sur-norte, y las calles, de oriente a occidente. Se dio inicio a una ardua labor de elaborar las placas, en fondo verde y el número resaltado en blanco, y la colocación metódica de estas en todas las puertas que existieran en la ciudad. Las placas en latón costaban $ 1,50 cada una. Este esfuerzo era fundamental para lograr el cobro del impuesto predial y de valorización, y fue la base para la elaboración del mapa levantado en 1938, el cual no solamente es la representación cartográfica de la ciudad, sino también el instrumento que permite la aplicación de la nueva tributación urbana.


LOS PLANES DE MEJORAS Y OBRAS Y LA JUNTA PRO CENTENARIO DE BOGOTÁ

mensión más cosmopolita y acentuaban la capacidad de comparación con la vida urbana de otras ciudades latinoamericanas, que obligaba a desarrollar políticas públicas incluyentes. Las asistencias masivas a las 27 salas de cine estaban causando cambios en la manera de ver el mundo, al propiciar la comparación con las ciudades donde se escenificaban las películas que acá se proyectaban, además de introducir nuevos gustos musicales, por el tango, las rancheras y la música caribeña, ritmos que rápidamente se popularizaron26. Cabe resaltar que el Plan de Obras priorizó los temas de saneamiento y de higiene, pues establecía la construcción del nuevo acueducto como de primer orden, además de concluir las redes de alcantarillado, la canalización de riachuelos, la construcción de colectores, la canalización de los ríos San Francisco y San Agustín, y la construcción de servicios de sanitarios públicos. La regulación del cauce de los ríos San Francisco y San Agustín se había iniciado desde finales del siglo XIX y se finalizó en el marco de este Plan de Obras27.

En octubre de 1933, el Concejo de Bogotá aprobó el “Plan de mejoras y de obras públicas que deberá desarrollarse en celebración del Cuarto Centenario de la fundación de Bogotá” para “el progreso y embellecimiento de Bogotá” y “el adelanto moral y material de sus habitantes”25. Cuando se inició la discusión del Plan de Obras del IV Centenario, se asumió que había que resolver estos problemas acuciantes para la ciudad y hacer lo que faltaba: un acueducto moderno, la ampliación de la red de alcantarillado, extender el alumbrado público, impulsar la arborización, la popularización del deporte y la construcción de barrios obreros, como ya se señaló. Los medios de comunicación de masas estaban creando un nuevo horizonte social, puesto que involucraban a la población bogotana en una di25 Acuerdo 34 de 9 de octubre de 1933, Registro Municipal, n.o 20, 1933, 639.

26 27

51

Zambrano, Historia de Bogotá, 136-137. Museo de Desarrollo Urbano, Bogotá siglo XX, 52-53.


JULIO PARDO DÁVILA. 1934-1935.

CARLOS ARANGO VÉLEZ. 1935-1936.

JORGE MERCHÁN CORTÉS. 1935.

52

FRANCISCO JOSÉ ARÉVALO IZQUIERDO. 1936-1947.

MANUEL ANTONIO RUEDA VARGAS. 1937-1938.


IMÁGENES: AUTOR SIN IDENTIFICAR. COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ.

JORGE ELIÉCER GAITÁN. 1936-1937. .

GONZALO RESTREPO JARAMILLO. 1937.

GERMÁN ZEA HERNÁNDEZ. 1938-1941.

GUSTAVO SANTOS MONTEJO. 1938.

Desde el inicio de los preparativos de las festividades del Cuarto Centenario, en 1934, hasta la conclusión de estas, en 1938, la ciudad tuvo once alcaldes. Uno de ellos duró dos meses, tres ocuparon el cargo por tres meses y uno, Francisco Arévalo, ocupó el cargo cuatro veces. Esta inestabilidad administrativa contrasta con la continuidad que mostró la ejecutoria de los programas, la permanencia de Karl Brunner al frente de la Oficina de Planeación, y el propósito general de modernizar la ciudad. Sobresale Jorge Eliécer Gaitán, burgomaestre bogotano entre junio de 1936 y febrero de 1937. Durante estos nueve meses se destacó por su preocupación por incluir en el programa de obras a los barrios que más las necesitaban, de manera que stas tuvieran un carácter incluyente. El 6 de agosto de 1938 el alcalde de Bogotá era Gustavo Santos, hermano de Eduardo Santos, quien comenzó a ejercer la Presidencia de la República al día siguiente, 7 de agosto de 1938.


En segundo lugar, estaba la mejora de la infraestructura de transportes (aeropuerto, calles y avenidas), la conclusión de las avenidas sobre los ríos San Francisco y San Agustín, la construcción de varios tramos de la avenida Caracas, las carreras 7.ª y 13, y lo que se consideraba como la obra más importante: la construcción del Paseo Bolívar, entre el parque Nacional y San Cristóbal. En este lugar, ubicado al oriente del centro, habitaban cerca de 16.000 personas, quienes ocupaban viviendas sin mayores condiciones de higiene, carentes de servicios públicos, y desempeñaban trabajos poco calificados. El programa de urbanismo cambió de manera sustancial esta porción de la ciudad28.

Especial atención recibía la mejora de los servicios de higiene, como boticas, médicos domiciliarios, la vigilancia de inquilinatos, la lucha contra la tuberculosis, la construcción de un laboratorio municipal y la construcción de seis edificios escolares. El proyecto de construcción del Estadio Central Municipal se destacó como un componente importante de las obras del Centenario que, una vez concluido, se convirtió en un referente urbano de especial significancia. El Campín, como coloquialmente se le llamó, se constituyó en un hito urbano de primer orden. Además, este centro deportivo estaba complementado con estadios en barrios obreros, donde también se construirían bibliotecas, salones para conferencias y clases de arte y oficios; sin embargo, estas obras no pasaron de la formulación, con la excepción de dos gimnasios que se inauguraron, uno en Paiba y un campo de deportes en Chapinero29. En los barrios obreros, se propuso dotarlos de jardines. A esto se le agrega la construcción de cuatro plazas de mercado en cuatro sectores de la ciudad, además de la Cárcel

Luego estaba el mejoramiento del servicio de energía y se tenía como meta que toda la ciudad contara con alumbrado público. A esto se le sumaba la construcción de una planta pasteurizadora de leche, la oferta de equipamientos sociales y servicios de administración pública, tales como centros de bienestar social, de salud, de educación, de recreación, y deporte y cultura. 28 Urrego, Sexualidad, matrimonio y familia en Bogotá, 245.

29

54

Alba, “Bogotá: capital de la República”, 169.


Municipal, el Cementerio del Sur y un monumento a Gonzalo Jiménez de Quesada. En resumen, todo lo que le hacía falta a la ciudad, déficit resultante de una urbanización acelerada, sin normas y sin control del Estado30.

Teniendo en cuenta que ya se habían celebrado los 400 años de la fundación de Cali y de otras ciudades, la Cámara de Representantes se vio motivada para solicitar al Concejo de Bogotá la organización de una comisión especial para definir las obras más importantes a ejecutar como parte de la conmemoración. La suma de los esfuerzos de los gobiernos nacional, departamental y municipal fue definitiva para el éxito de esta iniciativa.

Si bien en 1933 el Concejo de Bogotá había aprobado el “Plan de mejoras y de obras públicas que deberá desarrollarse en celebración del Cuarto Centenario de la fundación de Bogotá”, el 14 de septiembre de 1934 se emitió el Decreto Presidencial n.º 1538, por medio del cual se creó la Junta Pro Centenario de Bogotá, en la cual participaron varios concejales de la capital. Con esta junta se dio la partida a la organización de los eventos que se realizarían en la capital y se consolidó la presencia del Gobierno nacional en las fiestas de este Centenario. Así, la festividad bogotana se convirtió en nacional31.

También hay que tener presente que el 7 de agosto de 1934 inició el gobierno de Alfonso López Pumarejo, mandato que se ejecutó bajo el lema de la Revolución en Marcha. Este gobierno se caracterizó por acelerar la inserción del país en una sociedad más laica y más incluyente de los movimientos sociales y de las organizaciones que estaban surgiendo, como el sindicalismo32. No es gratuito que parte de las obras del IV Centenario incluyera la construcción de barrios obreros y de mejoras en estos.

30 Mario Alberto Domínguez Torres, “El Plan de Obras del Cuarto Centenario de Bogotá: modernidad o modernización”, en Recordar la fundación, celebrar el futuro. 1938: el Cuarto Centenario de Bogotá. Textos 17 (Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, 2007), 19 y ss. 31 Enrique Martínez Ruiz, “Cuarto Centenario de Bogotá. barrios y urbanizaciones”, en Recordar la fundación, celebrar el futuro. 1938: el Cuarto Centenario de Bogotá. Textos 17 (Bogotá:

Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, 2007), 107. 32 Álvaro Tirado Mejía, Aspectos políticos del primer gobierno de Alfonso López Pumarejo (Bogotá: Editorial Planeta, 1995), 25.

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Esta acción presidencial respecto a la creación de la Junta Pro Centenario formaba parte de la política de destacar a Bogotá como capital de la nación, y por lo tanto de convertirla recipiente de símbolos nacionales, como la Universidad Nacional, la Biblioteca Nacional y el parque Nacional (iniciado con anterioridad), entre otras obras33.

intercambio económico y la apertura a las migraciones de otras regiones34. Los recursos para la financiación de las obras del IV Centenario provinieron de los presupuestos nacionales, departamentales y municipales. Como las obras iban a tener un impacto positivo en la valorización de muchas propiedades, se procedió a definir el impuesto de valorización. Este recurso se constituyó en un instrumento de gobierno urbano de mucha importancia. En efecto, la Ley 72 de 1926 autorizaba al municipio para organizar sus rentas, impuestos y cobros. Luego, la Ley 195 de 1936 agregó a las facultades conferidas la potestad del municipio de Bogotá de “dictar las medidas conducentes para hacer efectiva a favor del Municipio de Bogotá, la contribución creada por medio del artículo 3º de la Ley 25 de 1921 y determinar su inversión”. Con base en ello, el alcalde, Jorge Eliécer Gaitán, presentó al Concejo el Acuerdo 11 de 1937 para establecer el impuesto

Cabe destacar que las comunicaciones terrestres estaban convirtiendo a Bogotá en el centro de las vías, carreteras y ferrocarriles, que en la década anterior habían recibido un fuerte impulso. Gracias a ello, la capital cumplía la función de servir de eje conector de la frontera con Venezuela y el puerto de Buenaventura. Además, el transporte aéreo, que conectaba la ciudad con Barranquilla, ayudaba a derrotar la dictadura del aislamiento que había vivido la ciudad. Así, la función de ser la capital nacional dejaba de ser retórica y meramente simbólica, como había sido hasta entonces. Ahora, estas nuevas infraestructuras de comunicación terrestre y aérea permitían un mayor 33 Observatorio de Cultura Urbana y Fabio Zambrano, Tres parques de Bogotá: Nacional, Simón Bolívar, El Tunal (Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, 2003), 94.

34 Fabio Zambrano Pantoja, Ciudad y territorio. El proceso de poblamiento en Colombia (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1993), 145.

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ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO Y EDUARDO SANTOS. CA. 1942. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ. La celebración del Cuarto Centenario de la ciudad tuvo como marco la presidencia de Alfonso López Pumarejo (1934-1938), durante la cual se llevaron a cabo todos los preparativos, y la de Eduardo Santos (1938-1942), posesionado el 7 de agosto, un día después del cumpleaños de la ciudad.

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de valorización y la inversión por este recaudo35. El Acuerdo 8 de 1938 creó la Oficina de Valorización. El cobro de valorización se hizo sobre las propiedades beneficiadas de las obras:

Es importante destacar que la celebración del IV Centenario generó una fuerte movilización ciudadana, de todas las clases sociales. El anuncio de los planes, el inicio de las obras y la propaganda que se hizo de estas efemérides produjeron la participación de toda la sociedad bogotana. En 1936 se organizaron asambleas de juntas en los barrios del occidente de Bogotá, para solicitar que el presupuesto para financiar las obras fuera repartido equitativamente en toda la ciudad36.

• Obras del Paseo Bolívar • Apertura, ensanche y arreglo de la avenida Jiménez • Apertura, ensanche y arreglo de la avenida Caracas • Arreglo de la avenida del Centenario • Apertura, ensanche y regularización de las calles o plazas públicas de la ciudad

Entre 1934 y 1938 se presentaron 333 solicitudes de obras originadas en 106 barrios capitalinos. Para los habitantes de los barrios obreros, el IV Centenario fue tomado como una oportunidad para que se solucionaran los déficits de infraestructura que más los aquejaban: alcantarillado, acueducto, vías, salud y educación. La mayoría de las solicitudes presentadas al Concejo provenían de barrios en consolidación. Los habitantes de estos barrios se organizaron en juntas de mejoras y otras formas asociativas para presionar la inclusión de sus

Además, el municipio organizó la Lotería del Centenario, y este ingreso extraordinario estuvo destinado a financiar la construcción de la pasteurizadora, modernizar el servicio de aseo, la clínica de maternidad y las mejoras en los barrios obreros. Algunos concejos municipales de varios municipios compraron boletos de esta lotería.

35 Registro Municipal, n.os 153 a 158, 31 de julio, 1939.

36

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Martínez, “Cuarto Centenario de Bogotá”, 105.

PÁGINA OPUESTA: VISTA DEL SECTOR DEL PARQUE NACIONAL Y DEL BARRIO TEUSAQUILLO. 1934. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ. Al fondo del parque se destaca el Colegio del Sagrado Corazón y, detrás de este, los potreros donde más tarde se construirá el barrio de La Magdalena.


ANUNCIO LOTERร A DEL CENTENARIO. 1938. REVISTA PAN, N.ยบ 23, AGOSTO DE 1938

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barrios en las obras que emprendía la ciudad37. Es interesante señalar que, con posterioridad a esta participación ciudadana, las juntas de mejoras se convirtieron en una forma de sociabilidad barrial que antecedieron a las juntas de acción comunal, que comenzaron a funcionar en 195838.

mecanismo, se buscaban soluciones a las necesidades de la ciudad desde el punto de vista del ciudadano39. Esto es lo que se registra en los documentos del Concejo y que ayuda a entender por qué ciertos barrios se vieron beneficiados por la intervención del municipio.

Este mecanismo de participación ciudadana fue de gran importancia para la realización de las obras que beneficiaron a ciertos barrios. Se ha identificado una línea continua entre los “negocios sustanciados por la presidencia”, es decir, las propuestas que el presidente del Concejo presentaba para su aprobación, y los informes de las comisiones específicas, los proyectos de acuerdo y los acuerdos que sancionaban la realización de una obra. Los asuntos que presentaba el presidente del Concejo motivaban la visita de las comisiones de esta entidad a los barrios para hacer un diagnóstico de la obra propuesta. Gracias a este

En septiembre de 1935 el Concejo aprobó una segunda versión del Plan de Obras, que descartó algunas e incluyó otras. El Acuerdo 12 del 5 de septiembre de 1935 recogió propuestas que venían haciéndose y las sistematizó en un Plan de obras para ser entregadas en 1938. Con doce obras claves se esperaba dar solución a los déficits más sentidos; estas eran40: • Saneamiento y embellecimiento del Paseo Bolívar • Construcción de nuevos barrios para albergar a los desplazados del Paseo Bolívar • Construcción de obras de alcantarillado y pavimentación • Construcción de escuelas públicas

37 Martínez, “Cuarto Centenario de Bogotá”, 112. 38 José Alejandro Cifuentes Sarmiento, “Barrios obreros en Bogotá: San Cristóbal y la vivienda obrera. 1910-1940” (tesis de Maestría en Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia, 2018), 81.

39 Cifuentes, “Barrios obreros en Bogotá”, 106. 40 Domínguez, “El Plan de Obras del Cuarto Centenario de Bogotá”, 19.

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• Construcción de una planta pasteurizadora de leche • Construcción de cuatro campos deportivos locales y baños públicos en barrios obreros • Construcción de un estadio olímpico • Construcción, regularización y ensanche de vías, de acuerdo con el plan de la Secretaría de Obras Públicas • Construcción del Palacio Municipal • Levantamiento de un monumento a los fundadores • Publicación de la historia ilustrada de la ciudad • Publicación de manuscritos inéditos del Archivo Municipal

CONCEJO DE BOGOTÁ. ACUERDO 12 DE 1935, SOBRE LA CELEBRACIÓN DEL IV CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DE BOGOTÁ. ARCHIVO DE BOGOTÁ

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Al proyecto del Paseo Bolívar se le adicionó la construcción de una urbanización para acoger a los afectados por el desplazamiento resultante del parque que se iba a edificar en ese lugar; así mismo se adicionó la construcción de un estadio y cuatro campos de deportes en distintos lugares de la ciudad. La propuesta de la planta de pasteurización de leche fue presentada por las asociaciones de médicos y se propuso un Palacio Municipal que acogiera la Alcaldía y demás dependencias municipales y salones para las sesiones del Cabildo41. Al concluir 1935, el Concejo aprobó una adición al Plan de Obras: un hospital municipal en Chapinero.

municipio se hizo cargo de la obra de este estadio, El Campín42. En un lapso de veintitrés meses, entre 1933 y 1935, se sintió la influencia de Karl Brunner. Para ese momento se definió que la ejecución de las obras quedaba repartida entre la Secretaría de Obras Públicas Municipales, encargada de las obras de alcantarillado, la pavimentación de vías y las escuelas públicas, y la Dirección General de Obras del Centenario, a cargo de la ejecución de la intervención en el Paseo Bolívar, el estadio, los campos de deporte y el ensanche de las vías43.

CENSO DE POBLACIÓN Y DE VIVIENDA DE 1938

El estadio fue propuesto en 1933 como Estadio Central Municipal, proyecto que fue modificado cuando la Gobernación de Cundinamarca ofreció $ 180.000 para la construcción de un gran estadio que se llamara Estadio de Cundinamarca. Al año siguiente se conoció la oferta de la donación de un lote por parte de Luis Camacho Matiz, y el

41

El censo de 1938, considerado como el primer conteo poblacional moderno realizado en el país, introdujo variables innovadoras, como el registro de la población rural y urbana, de la población acti42 Alba, “Bogotá: capital de la República”, 163-164. 43 Ospinas y Cía, Crónica de una empresa (Bogotá: Ediciones Anthropos, 1995), 23.

Alba, “Bogotá: capital de la República”, 104.

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va e inactiva, el censo de edificios, la provisión de servicios públicos a las viviendas y el registro de la población extranjera. Uno de los propósitos era que el conocimiento de la demografía colombiana sirviera de guía para las políticas públicas, organizar el aprovisionamiento de los servicios públicos y orientar el plan de vivienda campesina.

más importante era la elaboración del censo electoral y el servicio militar44. Los resultados que arrojó el censo para Bogotá y Cundinamarca fueron los siguientes: en el departamento habitaban 1.174.607 personas, de las cuales solamente 413.689 correspondían a la población urbana. En Bogotá habitaban 330.312 personas (de las cuales 6.396 eran extranjeras), y esto mostraba que solamente quedaban 83.377 habitantes urbanos en el resto del departamento. El contraste entre la capital y su entorno era muy grande, pues se trataba de una urbe en un paisaje humano completamente rural, que habitaba en pequeños municipios y la mayoría en las veredas. La población de Bogotá se dividía entre 325.658 habitantes urbanos y 4.654 rurales. El número de hombres correspondió a 147.378 y el de mujeres, a 182.93445.

En 1917 el Gobierno nacional aprobó una ley para realizar el censo nacional de población al año siguiente, y luego uno cada diez años, a partir de 1918. El censo de 1918 se llevó a cabo y los resultados del siguiente, el de 1928, no fueron aprobados debido a la manipulación de las cifras derivada de la presión de los gobiernos locales por alterar la población de sus municipios. Para solucionar las precariedades en los cálculos demográficos, el Gobierno nacional creó una Oficina Preparatoria del Censo y organizó la asesoría de un comité de expertos extranjeros para darle la solidez necesaria y superar las limitaciones derivadas de la organización heredada del siglo XIX, cuando la demografía nacional dependía de los informes del alcalde, el cura y el maestro de escuela, y cuyo fin

44 Victoria Estrada Orrego, ¿Cuántos somos? Una historia de los censos civiles y de la organización estadística en Colombia en la primera mitad del siglo XX, Historia Crítica 64 (abril-junio, 2017): 149. 45 Contraloría General de la Republica, Censo General de Población, t. III (Bogotá: Imprenta Nacional, 1940).

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En Bogotá se contaba con 36.104 edificaciones, de las cuales 21.704 tenían servicio de acueducto, 23.884 contaban con conexión de alcantarillado y 26.218 con energía eléctrica. Las edificaciones sin ningún tipo de servicio eran 8.236, por lo que, si se tiene en cuenta la existencia de inquilinatos, podemos afirmar que cerca de la tercera parte de los habitantes de la ciudad carecían de cualquier tipo de servicios públicos. Esta fue la radiografía urbana que mostró el censo y que nos permite entender mejor el sentido de las obras del IV Centenario y su énfasis en mejorar la oferta de servicios públicos46.

que en cumplimiento de la Ley de 1917 debía realizarse en 1948, no se pudo adelantar, en razón a que el país se encontraba padeciendo el azote de la Violencia, y ese año, precisamente, fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán47.

Cabe destacar que el censo dejaba de ser un instrumento para validar las elecciones, como había funcionado hasta entonces, y se convirtió en otra herramienta para el gobierno urbano, entre otros propósitos. El esfuerzo que hizo el Gobierno nacional de establecer un sistema moderno de estudio de las dinámicas demográficas es un hecho que hay que destacar. Sin embargo, el siguiente censo, 46 Contraloría General de la Republica, Censo General de Población.

47

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Estrada, “¿Cuántos somos?”, 159.


que en diferencias que surgieran de las relaciones económicas o en la jerarquización del espacio urbano. El hablar bien, el vestir de “cachaco”, el observar modales tradicionales, y otros principios del canon que se recogió en la idea de que Bogotá era la Atenas de Suramérica, fueron las ideas que se usaron para establecer las diferencias sociales. Esta cultura urbana era profundamente excluyente de la mayoría de los habitantes bogotanos, analfabetos o con escasa educación, y por lo tanto como principio identitario no estaba formulado para que en él se incluyera a la población bogotana, sino a una reducida elite49.

LA CELEBRACIÓN Como ya se ha mencionado, los años treinta significaron para Bogotá la transformación de la vida urbana capitalina y de la consolidación de la ciudad como capital de la nación. La modernización de la vida urbana, lenta en las dos primeras décadas del siglo XX, se había intensificado en los años veinte y aún más en los treinta, entre otras causas debido a la superación del ancestral aislamiento que la habían dejado desconectada de las fuerzas modernizadoras que ya habían modificado a otras capitales latinoamericanas. Por ejemplo, no se contó con los efectos transformadores de las migraciones extranjeras, ausencia que dejó a la élite tradicional sin competencia en su preeminencia social48. Así, la sociedad bogotana estuvo regida, hasta comienzos del siglo XX, por principios sociales y culturales propios de la sociedad tradicional que empleaba fronteras de distinción social basadas en la diferenciación cultural, más

En este momento, cuando en la urbe se empezaron a acompasar la modernización con la modernidad, las obras que se realizaron para la conmemoración del IV Centenario contribuyeron de manera significativa a cambiar el paisaje urbano y a crear nuevos referentes identitarios bogotanos. En el siguiente capítulo, “Memorabilia bogotana 49 Fabio Zambrano Pantoja, “De la Atenas Suramericana a la Bogotá moderna. La construcción de la cultura ciudadana en Bogotá”, Revista de Estudios Sociales (Universidad de los Andes, Bogotá) (febrero, 2002): 1.

48 Según el censo de 1938, solamente el 1,9 % de los habitantes bogotanos eran de origen extranjero, proporción muy diferente a la de otras capitales latinoamericanas.

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para un cumpleaños santafereño”, se tratará en detalle el tema de las obras y eventos de la celebración del IV Centenario; sin embargo, por ahora no sobra decir que la construcción de nuevos edificios públicos incluyó la Biblioteca Nacional y la Universidad Nacional, pero también a Vitelma como la primera planta de tratamiento de agua potable, así como la realización de espacios públicos como el teatro al aire libre de la Media Torta, o el estadio Nemesio Camacho “El Campín”, que contribuiría años después, de manera sustancial, a la formación de una cultura deportiva alrededor del futbol. Además, si bien de carácter invisibles, las nuevas instituciones de gobierno urbano también contribuyeron a crear un nuevo horizonte cultural.

que la ciudad experimentara una transformación sustancial. A diferencia de las conmemoraciones anteriores, en 1938 el escenario fue toda la ciudad y participaron todos sus habitantes, unos como actores de los eventos, otros como usuarios de las obras y los demás como espectadores. Bogotá fue el escenario de la conmemoración50. Respecto al segundo Plan de Obras de 1935 propuesto para la celebración del IV Centenario, puede decirse que el Palacio Municipal, el monumento a los fundadores y el hospital no fueron construidos, como tampoco se publicó la historia ilustrada de Bogotá ni los documentos del Archivo de la ciudad. Cabe señalar que con las obras del Paseo Bolívar se construyó la Avenida de la Circunvalación, trazada en la parte baja de Monserrate y Guadalupe, presentada en la prensa como “el moderno Paseo Bolívar”51. Esta avenida, junto con la conclusión de la canalización del río San Francisco,

Los nuevos servicios públicos, más los equipamientos culturales, los escenarios deportivos y de recreación, los monumentos en el espacio público, los aportes a la infraestructura educativa, los equipamientos para el servicio de salud, las obras de urbanismo, los congresos, las conferencias y exposiciones, los conciertos y las fiestas, las publicaciones de ediciones especiales de periódicos y revistas y los álbumes fotográficos generaron

50 Hugo Delgadillo, “El parque del Centenario en Bogotá: transformación urbana, itinerarios y discursos” (tesis de Maestría en Historia y Teoría del Arte, la Arquitectura y la Ciudad, Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, 2017), 69. 51 El Liberal, 31 de julio, 1938.

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en su conjunto ofrecieron una nueva movilidad en el centro de la ciudad.

Estos juegos se constituyeron en el primer evento deportivo internacional que realizó Colombia y el primero en el que compitieron mujeres en varios deportes. Los espectadores pudieron asistir a los estadios de la Ciudad Universitaria, hoy estadio Alfonso López, y al estadio El Campín, a presenciar las competencias de fútbol, atletismo, lanzamiento de disco, y en otros escenarios las competencias de golf, equitación, basquetbol y tiro. Los que no podían asistir tenían la oportunidad de seguir las justas por la radio, puesto que se realizaron transmisiones radiales, con cubrimiento nacional y enlaces a emisoras de los países competidores. Con estos juegos el deporte se masificó, y en especial el fútbol inició su camino a la formación de equipos profesionales53.

Además, el municipio recolectó fondos entre personas y empresas privadas, que se destinaron a: construcción de un refugio infantil del barrio Centenario, financiado por los bancos de la ciudad; gimnasios infantiles instalados en diversos parques de la ciudad, costeados por la Compañía Nacional de Chocolates; arreglo del Chorro de Padilla, con dineros recolectados por el comité de comercio; obras en el hospital de La Misericordia, financiadas por el municipio de Barranquilla y el departamento del Atlántico; el hogar infantil de la calle 55, con fondos de la empresa privada, al igual que el refugio infantil del barrio Ernesto Samper; y los arreglos del Circo de la Santamaría, sufragados por los clubes privados y la colonia española52; esta plaza de toros fue adquirida por el municipio. De todos estos escenarios y de los numerosos eventos es importante destacar los Juegos Bolivarianos, que se realizaron del 5 al 22 de agosto.

A continuación, y con el fin de dar cuenta de la magnitud de la celebración, se reproduce la programación definitiva, publicada en la Guía del IV Centenario de Antonio Saab en1938: 53 Andrés Felipe Hernández, “Los Primeros Juegos Deportivos Bolivarianos de Bogotá y la integración regional por medio del deporte”, Cuerpo, Cultura y Movimiento (Universidad Santo Tomás, Bogotá) 5, n.o 1 (enero-junio, 2015): 106 y ss.

52 “Cómo fueron repartidos los aportes para el Centenario”, El Liberal, 1.º de agosto, 1938.

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PROGRAMACIÓN DEFINITIVA DEL IV CENTENARIO. ANTONIO SAAB, GUÍA DEL IV CENTENARIO (BOGOTÁ: EDITORIAL CENTRO, 1938) COLECCIÓN ALFREDO BARÓN LEAL









tes de la celebración del IV Centenario, eran los instrumentos de gobierno urbano que se propusieron en ese momento como “los fundamentos sobre los cuales se podrá adelantar el desarrollo urbano de Bogotá de una manera que permita presentarla en el año de 1950 como una ciudad moderna, cómoda y bella”54.

EL SUEÑO DE UNA CAPITAL MODERNA En la edición especial del Registro Municipal, publicada el 6 de agosto de 1938 como homenaje del Cabildo a la ciudad en el IV Centenario de su fundación, el urbanista Karl Brunner publicó un artículo titulado “Bogotá en 1950”. En este, Brunner proyectaba una profunda reforma urbana a realizarse en los doce años siguientes, complementaria de las obras realizadas con motivo del IV Centenario, consistente en la descongestión del centro de la ciudad, reubicando los edificios de mayor afluencia de público y trasladándolos a la periferia; la creación de nuevas plazas; la construcción de nuevas arterias que facilitaran la circulación y la extensión del comercio a otros sectores de la ciudad; la evacuación de las industrias que se encontraban en el centro y la creación de una zona industrial; y la urbanización del ensanche sur y occidental de la ciudad.

Sin embargo, a mediados del siglo XX la ciudad no siguió los lineamientos de esta planeación urbana. Varios fueron los motivos para no que no se aplicara este plan. En primer lugar, el crecimiento demográfico de la ciudad rebasó los cálculos que Brunner había hecho, cuando esperaba que la ciudad creciera de 350.000, proyectados para 1938 (el censo del 5 de julio de ese año contabilizó 330.312), a 500.000 habitantes en 1950, cuando el censo de 1951 registró 715.230 habitantes, y en 1964 fueron censados 1.697.311 urbanitas. Estos años fueron los de la más alta tasa de crecimiento demográfico que ha tenido la ciudad en toda su historia, como consecuencia del incremento de

Formulaba este urbanista un ambicioso Plano Regulador, el cual, junto con el Código Urbano presentado a las autoridades municipales meses an-

54 Brunner, “Bogotá en 1950”, 177.

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las migraciones a la ciudad, sumado a su propia demografía.

el acontecimiento que entorpeció los sueños de convertir a Bogotá en una capital moderna56.

Los resultados de esta explosión demográfica se dejaron sentir de manera dramática en la expansión del área urbana, la cual pasó de 2.514 hectáreas en 1938 a 8.084 en 195855. Este crecimiento urbano desbordó totalmente la capacidad que tenía el municipio para convertir a Bogotá en una ciudad “moderna, cómoda y bella”, como esperaba Brunner. De esta manera, la demografía, la urbanización acelerada y, además, la Violencia, desbarataron los proyectos que se tenían en 1938. En efecto, un factor perturbador de la ciudad proyectada en 1938 fue la Violencia que azotó al país precisamente en esos años. La guerra no declarada entre los partidos Liberal y Conservador causó más de 200.000 muertes en los años cuarenta a sesenta, y además ocasionó migraciones, factores responsables de una profunda perturbación en el funcionamiento del Estado. En especial, el Bogotazo, sucedido el 9 de abril de 1948 como consecuencia del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, fue

Hubo que esperar hasta el Frente Nacional (19581974) para encontrar de nuevo el establecimiento de la planeación como un instrumento central en el gobierno urbano. Precisamente, en los años sesenta se aplicó a profundidad la planeación urbana, acompañada de una estabilidad administrativa representada en la continuidad de los alcaldes al frente del gobierno de la ciudad.

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Los esfuerzos realizados como parte de los preparativos de la celebración del IV Centenario naufragaron en la profunda desinstitucionalización que afectó a Colombia y a Bogotá. Precisamente, uno de los propósitos del incipiente gobierno urbano de los años treinta fue el control del crecimiento urbano, mediante la regulación de las urbanizaciones que sin control estaban expandiendo la ciudad sin proveer de servicios públicos el suelo rural 56 Sin embargo, no hay que olvidar que hubo diversas opiniones según las cuales esta destrucción era la oportunidad para modernizar el centro histórico, como bien se expresa en la revista Proa publicada con posterioridad a este acontecimiento.

Saldarriaga, Bogotá siglo XX, 87.

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que esta incorporaba. Como nunca en la Historia de Bogotá, su crecimiento fue el resultado, en gran medida, de la especulación del suelo urbano. La creación del Distrito Especial (1.º de enero de 1955) no logró frenar este sistema propio de una urbanización mercantil especulativa.

en manos de las fuerzas del mercado de tierras, y en particular de los especuladores quienes fueron los que definieron su forma. Igualmente, si uno de los propósitos de las obras del IV Centenario, así como de las políticas públicas de los gobiernos de los años treinta, fue construir una ciudad más incluyente, de suturar las diferencias entre el norte y el sur de Bogotá, el resultado de esta urbanización sin mayor control fue que se acentuó la exclusión social y, en especial, la diferenciación del sur excluido y el norte privilegiado se consolidó para infortunio de la sociedad urbana.

La valorización, como un instrumento importante del gobierno urbano, fue otro aporte del esfuerzo por modernizar la ciudad que debió esperar varias décadas para que se convirtiera en una herramienta fundamental en la consolidación de las instituciones locales. En razón a que más de la mitad del crecimiento urbano se realizó bajo la modalidad de urbanizaciones ilegales, informales o piratas, ni el propietario de la tierra ni los nuevos urbanitas cumplían con las normas de inclusión de las urbanizaciones en el catastro, y mucho menos pagaban los impuestos correspondientes.

Una de las estrategias de inclusión social y urbana que formaba parte de las obras del IV Centenario fue la oferta de servicios públicos modernos, como el acueducto de Vitelma. Resultado de la urbanización acelerada y al margen de las normas urbanísticas, pronto los nuevos barrios se encontraron sin acceso a los servicios públicos, en especial sin acueducto, carencia que se convirtió en un objetivo de las luchas barriales de los años sesenta.

Una de las propuestas centrales de Karl Brunner, la urbanización del occidente de Bogotá como una estrategia para equilibrar el crecimiento lineal norte-sur que tenía la ciudad, no se realizó. En su reemplazo, el desarrollo de la ciudad estuvo

En conclusión, el sueño de una capital moderna que se formuló en 1938 pronto se desbarató por 79


las realidades que surgieron una vez concluyeron los festejos. El Estado central, así como el local, se encontraron desbordados por la insurgencia de un país que difícilmente pudo ser regulado por las instituciones de gobierno que existían. En 1950 Bogotá no logró ser “una ciudad moderna, cómoda y bella”, como en 1938 Karl Brunner esperaba que lo fuera.

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MEMORABILIA* BOGOTANA PARA UN CUMPLEAÑOS SANTAFEREÑO

alfredo barón leal 84


Aunque la experiencia de las primeras ciudades se dio en las islas del Atlántico, pronto se pasó a tierra continental. La desaparecida Santa María de La Antigua del Darién está considerada como la primera fundación en lo que también se conocía como Tierra Firme. La Villa Rica de la Veracruz le permitió a Hernán Cortés iniciar la conquista de los aztecas y desde los asentamientos de Panamá partieron las expediciones que habrían de abrir el sur del continente por mar, como la de Francisco Pizarro sobre los incas, o por tierra, como la de Gonzalo Jiménez de Quesada sobre el territorio muisca57.

LA FUNDACIÓN Y SU MEMORIA ANTES DE 1938 Una de las mayores colonizaciones urbanas de la historia sobre un territorio se ejerció sobre el continente americano, al que los europeos llamaron el Nuevo Mundo. Durante aproximadamente un siglo, los españoles llevaron a cabo la fundación de una serie de ciudades con el objetivo de dominar el territorio que por siglos había estado habitado por civilizaciones y pueblos indígenas. Los nuevos poderes políticos y religiosos, junto con lo militar y lo simbólico, se debían concentrar en un solo lugar, como la ciudad. Muchas fundaciones y proyectos de nuevas urbes fracasaron, se trasladaron, fueron abandonados, devastados por ataques indígenas o incendios o, simplemente, olvidados. Esa fue la suerte de fundaciones como el Fuerte Navidad (1492) o La Isabela (1494), realizadas por Cristóbal Colón en sus primeros viajes. Otras se construyeron sobre la destrucción de ciudades indígenas, como Cusco en Perú o Tenochtitlan en México, y otras en su mayoría partieron de cero.

* Esta palabra del inglés proviene directamente del latín (plural neutro de memorabilis) y se traduce al español como cosas memorables o colección de objetos que tienen un valor sentimental.

La leyenda de El Dorado y la búsqueda de una llegada al Perú por tierra terminaron perpetrando la conquista del altiplano andino. El primero en hacerlo fue Gonzalo Jiménez de Quesada que, luego de dos años de exploración y saqueo, el 6 de agosto de 1538 dejaba un asentamiento militar bajo el nombre de Santafé, al que posteriormente arribaron Nicolás de Federmann y Sebastián de Be57 Manuel Lucena Giraldo, A los cuatro vientos: las ciudades de la América hispánica (Madrid: Ambos Mundos, 2005), 38.

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PÁGINA OPUESTA: CONGREGACIÓN EN LA PLAZA DE BOLÍVAR. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO


AMERICAE NOVA TABULA. 1649. GUIJELMO BLAEUW. ATLAS VAN LOON. El mapa ilustra las principales fundaciones de América, donde se destacan Santo Domingo, Cartagena y Cusco, junto con imágenes de sus habitantes.

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lalcázar. Fue a partir de este encuentro que lo que se conoce como la primera fundación de la ciudad se perfeccionara el 27 de abril de 1539, fecha en la cual se cumplieron los requisitos que se debían tener para fundar ciudades a la española: nombrar un cabildo, justicia, proponer un lugar para trazar la ciudad, asignar solares para los vecinos y la iglesia, entre otros.

Recibiéronse estos generales al principio muy bien; y donde a poco nacieron entre ellos no sé qué cosquillas, que el oro las convirtió en risa; quedaron muy amigos y conviniéronse que a cada treinta soldados de estos dos generales se les diese de comer en lo conquistado y que adelante se conquistase, como si fuesen primeros descubridores y conquistadores; con lo cual quedaron muy amigos y en paz; y en el año de 1539, a 6 de agosto y día de la transfiguración del señor, los tres generales, con sus capitanes y demás oficiales y soldados, fundaron esta ciudad en nombre del emperador Carlos V, nuestro rey y señor natural, y este dicho día señalaron solar a la santa iglesia catedral que fue la primera este Nuevo Reino.

El 6 de agosto se tomó entonces como la fecha de cumpleaños de Bogotá. Aunque no se tienen muchas referencias de celebraciones en la Colonia que conmemoraran este acontecimiento, sí era una fecha que ya formaba parte de la memoria de la ciudad. La consagración de la ermita del Humilladero el 6 de agosto de 1544, segun Ignacio María Gutiérrez, da a entender que los conquistadores deseaban conmemorar la fundación de la ciudad y la llamada primera misa. Al respecto escribiría Juan Rodríguez Freyle, cien años después después de 1538, en su popular libro conocido como El carnero, pero ubicando curiosamente el día en 1539:

Diéronle por nombre a esta ciudad Santa Fe de Bogotá del Nuevo Reino de Granada, a devoción del dicho General don Gonzalo Jiménez de Quesada, su fundador, por ser natural de Granada; y el Santafé, por ser su asiento parecido a Santa Fé, la de Granada; y el de Bogotá por haberla

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PAPEL PERIÓDICO ILUSTRADO, AÑO 1, N.º 1, 6 DE AGOSTO DE 1881

poblado a donde el dicho cacique de Bogotá tenía su cercado y casa de recreación.58

Un poco antes de Freyle, fray Pedro Simón, entre 1623 y 1626, hizo un recuento de cómo cada 6 de agosto se hacía memoria de la fundación. Cada víspera del día de la transfiguración del Señor (6 de agosto, según el calendario eclesiástico), se juntaban en el Cabildo todos sus miembros y luego, acompañados por los más ilustres de la ciudad, caminaban hasta la casa del alférez real. Este se les unía y llevaba el pendón real y de allí iban hacia la iglesia mayor a misa. Posteriormente salían a caballo por las principales calles de la ciudad acompañados con instrumentos como tambores, chirimías y atabales. Al otro día se repetía la ceremonia hasta la misa; posteriormente salía una procesión del Corpus Christi y se exhibía el pendón de la conquista —no el original, pues ya había desaparecido, sino otro elaborado para cuando se coronó Felipe II—59.

58 Juan Rodríguez Freyle, El Carnero (Bogotá: Círculo de Lectores, 1985), 57. 59 “Las conmemoraciones coloniales sobre la fundación de Bogotá”, El Espectador, 4 de agosto, 1938.

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También en la historiografía bogotana es escasa la alusión a las festividades de la fundación durante el siglo XIX. Sin embargo, pueden encontrarse algunas pocas referencias a las celebraciones que se realizaban el día de la fundación de la ciudad. Por ejemplo, el 6 de agosto de 1881 circuló por primera vez el Papel Periódico Ilustrado. Esta nueva publicación, en su edición número 1, hacía alusión a la fiesta patria del 7 de agosto y a la celebración del cumpleaños de Bogotá. En esta crónica se da cuenta de cómo cada 6 de agosto se realizaba una peregrinación a la capilla del Topo en la Catedral Primada, en donde se exponían los mantos y prendas que utilizó fray Domingo de las Casas durante la misa fundacional y también una cruz o retablo llamado el Cristo de la Conquista60. Estos dos objetos, como se puede ver, ya funcionaban como las primeras piezas de las cosas memorables relacionadas con la fundación y el cumpleaños de Bogotá. Para entonces, la figura del conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada ya tenía tal relevancia que llegó a convertirse desde entonces en uno de los principales símbolos de

la ciudad. En la entrada de este primer número del Papel Periódico Ilustrado aparece la tumba del conquistador junto a las figuras de Bolívar, el Salto de Tequendama, el Observatorio Astronómico y la Catedral Primada. De allí que en este número se hable de la fundación de Bogotá. Sin embargo, la edición conmemorativa del diario El Espectador de 1938 explora algunos periódicos, como La Bandera Nacional de 1837, El Alacrán de 1849, El Correo Nacional y La Gaceta de la Nueva Granada de 1832, en los cuales se tienen registros de un discreto Plan de Obras y una sencilla celebración para los trescientos años de la ciudad. Para entonces, todo se engalanó, y a pesar de que la guerra con España era reciente y aún había resentimientos contra los españoles, se llevó a cabo un Plan de Obras liderado por el Cabildo en cabeza del general Santander, que lo presidía. Se suministraron partidas económicas para arreglar las calles Real, de Florián, del Molino del Cubo, la calle Nuestro Padre Señor San José o calle 13; se arreglaron el acueducto del río de arzobispo, los puentes de San Francisco, San Victorino y el de la quebrada de San Bruno. Se destinó dinero para

60 Papel Periódico Ilustrado, año 1, n.o 1, 1881, 14.

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la celebración un Te Deum y se ofrecieron cenas, iluminación y pólvora. Se fundaron, además, nuevas escuelas públicas en San Victorino, Las Nieves y Santa Bárbara. Un hecho especial fue la iluminación con faroles y mecheros de gas.

da, en la Quinta se realizó una ceremonia curiosa que consistió en enterrar la bandera de España. Uno de los concurrentes a la fiesta se sorprendió porque la bandera no fue arrastrada, ni pisada ni quemada, como era la costumbre; solo se enterró y se pronunciaron los siguientes versos:

El día de la celebración del 6 de agosto de 1838 se llevó a cabo el siguiente programa: una misa a las 9:00 de la mañana en la basílica primada. Una sesión del Consejo a las 10:00 de la mañana, con la presencia del presidente de la República. A las 2:00 de la tarde tuvo lugar un certamen público en el colegio San Bartolomé. A las 6:00 hubo pólvora e iluminación general y a las 7:00 de la noche se hizo la quema del diablo en el atrio de San Francisco. Los demás días se llevaron a cabo regocijos populares consistentes en juegos de cohetes, corridas de toros, peleas de gallos, carreras de caballos, carreras de burros amarrados y, de nuevo, la quema del diablo en la Plaza Mayor de San Francisco. Uno de los aspectos más interesantes se realizó en la Quinta de Bolívar, que fue adornada con la bandera la República y los retratos de varios próceres. A pesar de las fiestas conmemorativas en homenaje de Jiménez de Quesa-

Yace aquí de una bandera El trapo sucio y rasgado El que ha sido sepultado Por trapo de lavandera Seguida de sus iguales Nos hizo funestos males y la enterraron por eso Sin honores nacionales.61

61 “Hace cien años, Santander presidía el Cabildo que festejaba el Centenario”, El Espectador, 4 de agosto, 1938.

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EL IV CENTENARIO DE BOGOTÁ. ¡SE VINO LA PACHANGA! La celebración del cuarto Centenario de Bogotá en 1938 sería la ocasión para armar una gran fiesta urbana. La programación se desarrolló entre el 18 de julio y el 31 de agosto de 1938. Sin embargo, como se vio en los capítulos precedentes, cinco años atrás ya había comenzado la planeación de la celebración, la cual incluía principalmente el desarrollo de una serie de obras públicas para “arreglar la casa”; la programación de actividades culturales para todos los gustos, desde ópera en el Teatro Colón hasta toros en los campos populares de Paloquemao; la instalación de monumentos en parques y avenidas; la publicación de un centenar de libros conmemorativos y la producción de una serie de objetos (estampillas, monedas, medallas, billetes, platos, trofeos, etc.) como recordatorios de la fiesta. Las obras públicas fueron las que más acapararon las noticias de la época. Varias se desarrollaron y otras se quedaron proyectadas o propuestas. Mu-

TEATRO COLÓN. PROGRAMA DE MANO DEL FESTIVAL IBEROAMERICANO DE MÚSICA. 1938. SEXTO CONCIERTO SINFÓNICO, ORQUESTA SINFÓNICA NACIONAL. BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA

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chas provenían de los acuerdos 34 de 1933 y 12 de 1935 del Concejo62, y fueron ideadas o vendidas bajo el rótulo de la celebración, así formaran parte de proyectos anteriores, como la planta de tratamiento de Vitelma, el estadio El Campín o la Cárcel Municipal. El Plan de Obras del Cuarto Centenario era una recopilación de necesidades que la ciudad ya tenía63. Otras grandes construcciones provenían de la iniciativa estatal, como la construcción del campus de la Universidad Nacional o la Biblioteca Nacional, y con ocasión del Centenario se publicitaron como si formaran parte del plan de celebraciones. El resto de obras provino de la iniciativa privada o extranjera, como la instalación de monumentos y edificios donados por otros países o la construcción de teatros públicos, por ejemplo la Media Torta o el Teatro San Jorge. Paralelamente, se empezó a recibir una serie de regalos simbólicos que, como muestra de fraternidad, enviaron distintos países, ciudades y re-

giones de Colombia. Las obras de infraestructura y arquitectónicas, los monumentos y placas, los homenajes, las fiestas, misas y procesiones y las piezas conmemorativas entonces desarrolladas y producidas conforman, a la luz de hoy, un conjunto de especial interés patrimonial para la historia de la ciudad por el significado urbano y simbólico que tuvieron durante la celebración del IV Centenario de Bogotá.

62 Acuerdo 34 de 1933 y Acuerdo 12 de 1935. 63 Mario Alberto Domínguez Torres, “El Plan de Obras del Cuarto Centenario de Bogotá: modernidad o modernización”, en Recordar la fundación, celebrar el futuro. 1938: el Cuarto Centenario de Bogotá. Textos 17 (Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, 2007), 30.

PÁGINA OPUESTA: BAILE DEL CENTENARIO DE BOGOTÁ, ORGANIZADO POR EL ADMINISTRADOR DEL TEATRO COLÓN DON PANTALEÓN GAITÁN. 1938. APORTANTE: PANTALEÓN MENDOZA. ÁLBUM FAMILIAR. COLECCIÓN MDB-IDPC

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INSTITUTO DE BOTÁNICA (1937), UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA.

FACULTAD DE DERECHO (1938-1940), UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA.

ESCUELA DE VETERINARIA (1938), UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA.

FACULTAD DE ARQUITECTURA (1938), UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA. FOTOGRAFÍAS: CARLOS LEMA-IDPC, 2018


CIUDAD UNIVERSITARIA, PLANO GENERAL. TÉMPERA SOBRE PAPEL. 1937. LEOPOLDO ROTHER. FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA-IDPC, 2018

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niente a los eventos y actividades a realizar durante el Cuarto Centenario y qué entidades se harían cargo de cada una de ellas. Por ejemplo, el Ministerio de Guerra se encargó de la organización de desfiles y revistas militares; el Ministerio de Educación, de exposiciones artísticas y de la inauguración de Biblioteca Nacional; a las academias de la Lengua, de Historia, de Medicina y otras se les encomendaron los homenajes a los conquistadores, los congresos, las conferencias y discursos, así como las publicaciones de carácter histórico; a la Sociedad Colombiana de Ingenieros se le encargó la inauguración de monumentos y obras públicas; la Sociedad de Mejoras y Ornato estuvo a cargo de las placas conmemorativas y medallas y de un álbum; la Dirección Nacional de Educación Física y el Comité Olímpico Colombiano, en asoció con el Polo Club, el Country Club, el American Sport Club y el Club Colombia, tenían a su cargo la organización de los Juegos Olímpicos. Por su parte, las colonias extranjeras tuvieron la libertad de acordar cuál sería su aporte a la celebración del Centenario. La intención principal de las actividades era que toda la ciudadanía participara y que la cele-

Eventos La programación de la celebración contempló también una serie de actividades sociales con el objetivo de fomentar la cultura, el deporte, la ciencia y el conocimiento histórico sobre la ciudad. Se realizaron exposiciones de arte, arqueología y del libro en la Biblioteca Nacional; la Academia de Historia organizó un congreso de historia; el Teatro Colón presentó conciertos, recitales de poesía, bailes y muestras fotográficas. Todo esto corrió en paralelo a una serie de actividades desarrolladas en los barrios populares de la ciudad con misas y juegos artificiales. El desfile militar en honor a los restos de Gonzalo Jiménez de Quesada y la eucaristía de conmemoración de la misa fundacional fueron las ceremonias que revistieron, por su importancia simbólica, la mayor solemnidad. Y, por supuesto, no podían faltar los grandes eventos, como la primera edición de los Juegos Bolivarianos y la Exposición Nacional del IV Centenario. En la primera semana de enero de 1938, una junta de exalcaldes de la ciudad determinó lo concer96


bración llegara a todas las personas, sin importar su condición social64.

Guillermo Hernández de Alba. El acta fue colocada dentro de la urna, lo mismo que las dos medallas de bronce acuñadas por la Alcaldía de Bogotá y por la Academia Colombiana de Historia.

TRASLADO DE LOS RESTOS DE GONZALO JIMÉNEZ DE QUESADA

La urna con los restos del fundador fue puesta sobre un armón de artillería tirado por dos parejas de caballos y cubierta con el pabellón nacional. Dos soldados llevaron el estandarte de la conquista perteneciente a las tropas de Carlos V y la cota de malla con que llegó Jiménez de Quesada. Al iniciarse el desfile, las tropas que conformaban la calle de honor hicieron tres descargas de fusilería. Un escuadrón de caballería de la Escuela Militar iba delante y le siguió un desfile con los invitados civiles del Gobierno, la Sociedad de Mejoras y Ornato, la Academia Colombiana de Historia, y miembros de la Iglesia y de la sociedad bogotana. Los restos del conquistador fueron llevados a la Catedral Primada y colocados en el centro de la capilla de Santa Isabel de Hungría. Allí se encontraba la tumba que realizó el escultor Luis Alberto Acuña con una escultura yacente del fundador, dentro de la cual fueron colocados los restos del

Este evento se programó para el 5 de agosto a las 10 de la mañana. Consistió en trasladar los restos del fundador de Bogotá desde el Cementerio Central hasta la Catedral Primada. Para esto, se hizo una parada militar con tres mil soldados dispuestos en calle de honor entre el cementerio y la plaza de Bolívar. Los restos del fundador se encontraban enterrados en un espacio del camellón central del cementerio frente a la capilla. Para este acto se levantó un acta de inhumación en pergamino que firmaron el alcalde de la ciudad, Gustavo Santos, el presidente de la Academia Colombiana de Historia, Daniel Ortega, los doctores en historia Daniel Samper y Luis Augusto Cuervo y Enrique Otero de Costa; el redactor del acta fue 64 Gabriel Felipe Rodríguez Guerrero, “La Exposición Nacional del IV Centenario: el mapa de la modernidad”, Textos (Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia) 12 (2005): 36.

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TRASLADO DE RESTOS DE GONZALO JIMÉNEZ DE QUESADA A LA CATEDRAL. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO

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TRASLADO DE RESTOS DE GONZALO JIMÉNEZ DE QUESADA A LA CATEDRAL. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO


TUMBA DE GONZALO JIMÉNEZ DE QUESADA. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO


ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA. ESCUDO DE GONZALO JIMÉNEZ DE QUESADA. IMPRESO (FACSIMILAR). BOLETÍN DE HISTORIA Y ANTIGÜEDADES, N.O 285-286, JULIO-AGOSTO DE 1938.

GONZALO JIMÉNEZ DE QUESADA. 1960. BRONCE FUNDIDO Y SOLDADURA. JUAN DE ÁVALOS Y TABORDA. FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA-IDPC, 2018.

El escudo de armas de Gonzalo Jiménez de Quesada le fue otorgado por el rey Felipe II en mayo de 1546, debido a los méritos obtenidos por la tarea de la conquista del Nuevo Reino de Granada. Está conformado por dos partes: arriba se encuentra un león de oro en campo colorado que sostiene una espada desnuda, en memoria del ánimo y el esfuerzo por haber conquistado las tierras del Nuevo Reino. Abajo hay una montaña, en memoria de las esmeraldas que enriquecen el suelo conquistado sobre un mar de aguas azules y blancas. Sobre la montaña se encuentran siete árboles en campo de oro. La orla del escudo está conformada por cuatro soles de oro y cuatro lunas de plata. El timbre del escudo está conformado por un yelmo cerrado y por una divisa que tiene un león de oro con una espada desnuda en la mano. Finalmente, del yelmo sobresalen las alas de un águila negra que recuerdan al águila negra de la ciudad que él fundó.

Esta escultura fue obsequiada por el Gobierno español a Bogotá como símbolo de hermandad. Se inauguró el sábado 6 de agosto de 1960 en la plazoleta de la iglesia de Las Aguas. En 1968 fue trasladada a una plazoleta entre las carreras 8.a y 9.a frente al edificio de la Caja Agraria y, finalmente, en 1988, con motivo de la celebración de los 450 años de Bogotá, fue de nuevo trasladada a la plazoleta del Rosario, donde aún permanece. Este monumento fue adoptado por la Universidad del Rosario en 2017 por medio del programa Adopta un Monumento del IDPC, con el objetivo de protegerla y permitir el disfrute de la plaza y su monumento de una forma armónica y segura.


TUMBA DE QUESADA, POSTERIORMENTE CONVERTIDA EN CENOTAFIO. 1910. CLIMACO M. NIETO. IDPC / ARCHIVO DE BOGOTÁ

CAPILLA DE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA. PIETRO CANTINI / LUIS ALBERTO ACUÑA. FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA- IDPC, 2018

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MISA CAMPAL

conquistador junto con los escudos de España y de Bogotá grabados en plata65.

El sábado 6 de agosto a las 9:00 de la mañana se realizó la ceremonia que conmemoró la misa fundacional de la ciudad. El acto se llevó a cabo en el atrio de la Catedral frente a una plaza de Bolívar colmada por la presencia de diez mil personas, procedentes de colegios, delegaciones y público en general. La ceremonia contó con algunos aspectos curiosos, como la construcción, frente a la casa consistorial, de una iglesia pajiza de dos pisos, a “imitación” de la que, según las crónicas, se construyó el 6 de agosto de 1538. Bajo esta iglesia se instaló el retablo del Cristo de la Conquista, del que se cree fue el mismo ante el cual se ofició, cuatrocientos años atrás, la misa fundacional (ya se había mencionado que el original había desaparecido); para complementar la ocasión, monseñor Concha Córdoba, quien oficiaba la misa campal conmemorativa, ¡utilizaría el mismo cáliz y los mismos ornamentos que utilizó fray Domingo de las Casas en 1538!

El adelantado murió en Mariquita en 1579 y sus restos fueron enterrados en el templo del convento de Santo Domingo, con la solicitud de que en su tumba se pusiera la inscripción “Expecto Resurrectionem Mortuorum”. En 1597 fueron trasladados a Bogotá y enterrados en la Catedral, donde fueron hallados durante la construcción de la Catedral actual; permanecieron allí en el presbiterio hasta que, en 1892, fueron llevadas al Cementerio Central y ubicados en la entrada de este. Es curioso que la entrada del cementerio realizada por Pietro Cantini en 1905 lleve la misma inscripción en su portada que la de la tumba del adelantado, pero en plural. Con la ampliación de la calle 26 su mausoleo se reubicó adentro del cementerio66. Luego del traslado de los restos en 1938, el antiguo mausoleo se convirtió en un cenotafio.

65 “Los restos del fundador de Bogotá en la Basílica primada reposarán”, El Espectador, 5 de agosto, 1938. 66 Alberto Escobar, Guía del Cementerio Central de Bogotá (Bogotá: Corporación La Candelaria, 2003), 50.

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CONMEMORACIÓN DE LA PRIMERA MISA. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO


CONMEMORACIÓN DE LA PRIMERA MISA. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO


PRIMEROS JUEGOS DEPORTIVOS BOLIVARIANOS

como boxeo en la plaza de toros y tiro al blanco en el Campo de Santa Ana67.

Los Juegos Deportivos Bolivarianos fueron sin duda uno de los eventos principales por su carácter internacional. Se desarrollaron entre el 5 y el 22 de agosto. A las 3:40 de la tarde comenzó la ceremonia con la llegada del presidente de la República al estadio, acompañado por oficiales de la aviación de Estados Unidos, quienes asistían para la transmisión de mando del Gobierno colombiano. Luego se hizo el desfile de las delegaciones deportivas de los países participantes. Se tomó el juramento y se izaron las banderas; el comité organizador de los juegos mandó diseñar una plaqueta conmemorativa de bronce, en la cual se encuentra dicho juramento. Este fue el primer evento de escala internacional que realizó Colombia. El 4 de agosto llegó la llama olímpica a Bogotá, luego de recorrer la ruta libertadora desde Santander. Los juegos se desarrollaron principalmente en los estadios Alfonso López de la Universidad Nacional y Municipal de El Campín. Sin embargo, otros escenarios se utilizaron para otros deportes,

La obra más reconocida de estos años, de Sergio Trujillo Magnenat, está relacionada con los Juegos Bolivarianos. Se trata de una colección de doce carteles que representan doce deportes. Estos se convirtieron en los carteles oficiales del certamen y fueron galardonados en Viña del Mar68. En estos afiches aparece el escudo que representa a los Juegos Bolivarianos y que se utilizó para adornar el arco de entrada del Estadio Municipal. Sergio Trujillo realizó una apropiación del escudo capitalino para llevar a cabo este diseño. El escudo está compuesto por un águila negra, geométricamente muy fuerte y de alas extendidas que con sus garras sostiene dos granadas, y bajo esta se encuentran cinco anillos olímpicos. Estos afiches se consideran como lo mejor de la obra de Sergio Trujillo en el campo del diseño gráfico y reco67 Andrés Felipe Hernández, “Los Primeros Juegos Deportivos Bolivarianos de Bogotá y la integración regional por medio del deporte”, Cuerpo, Cultura y Movimiento (Universidad Santo Tomás, Bogotá) 5, n.o 1 (enero-junio, 2015): 100-112. 68 Katia González Martínez, Marco Ospina, pintura y realidad (Bogotá: Fundación Gilberto Alzate Avendaño, 2011).

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ESTADIO ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO


ESTADIO ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO


ESTADIO ALFONSO LÓPEZ PUMAREJO. 1938. FONDO GUMERSINDO CUÉLLAR, BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO


SERIE DE SIETE AFICHES Y UN DIPLOMA DE LOS JUEGOS ATLÉTICOS BOLIVARIANOS, IV CENTENARIO DE BOGOTÁ. 1938. LITOGRAFÍA. SERGIO TRUJILLO MAGNENAT. COLECCIÓN SERGIO TRUJILLO DÁVILA

gen el lenguaje art déco de la época69. Para este mismo evento, Trujillo desarrolló el diseño gráfico del diploma de participación y premiación de los juegos, en el cual se encuentran los símbolos de los escudos de los cinco países participantes, una figura masculina y otra femenina que sostiene en su mano derecha las fachadas de la iglesia de San Francisco y de la capilla de la Bordadita. A su vez, Marco Ospina elaboró varios bocetos de afiches para los Juegos Bolivarianos, uno titulado Bogotá Juegos Olímpicos Bolivarianos 1938 y otro titulado Juegos Atléticos Bolivarianos 1938.

EXPOSICIÓN NACIONAL DEL IV CENTENARIO 69 Pablo Juan Fajardo, Sergio Trujillo Magnenat: artista gráfico, 1930-1940 (Bogotá: Banco de la República, s. f.), 91.

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[BOGOTÁ IV CENTENARIO. BROCHE CONMEMORATIVO JUEGOS BOLIVARIANOS]. METAL. 1938. AUTOR SIN IDENTIFICAR. COLECCIÓN PARTICULAR

PLACAS CONMEMORATIVAS JUEGOS BOLIVARIANOS / JURAMENTO OLÍMPICO. METAL. 1938. COLECCIÓN PARTICULAR


las secciones agrícola y pecuaria se encontraba el pabellón de la fábrica de cerveza Germania, en el cual se mostraba el proceso de fabricación de la bebida, y finalmente se encontraba un quiosco circular en la zona pecuaria. Las secciones industrial y agrícola ocupaban la mitad de la exposición; la otra mitad lo ocupaba la pecuaria. En el diseño de los diferentes pabellones participaron arquitectos como Walter Benno Lange, Pablo de la Cruz, Jaime Martínez Cárdenas y José María Orench70. Para este evento, Sergio Trujillo Magnenat realizó tres carteles que tenían como objetivo invitar a la Exposición Nacional del IV Centenario. Cada afiche llevaba el lema “Exposición Agropecuaria IV Centenario agosto 1938”.

El Ministerio de Agricultura, la Gobernación de Cundinamarca, la Sociedad de Agricultores de Colombia, el Ministerio de Industria y Fomento, la Cámara de Comercio de Bogotá y la Federación Nacional de Industriales, entre otros, se unieron entre enero y marzo de 1938 para hacer la Exposición Nacional del IV Centenario. La exposición se planteó como una obra capaz de enseñar a la población del país y la ciudad los beneficios de la modernización; se hacía énfasis en lo nacional y se trascendía el cumpleaños de la ciudad para abarcar al país. Para su desarrollo se escogió un terreno abierto de 60.000 metros cuadrados en donde se levantaba el trazo de la urbanización de Palermo, entre las calles 45 a 48 y las carreras 17 y 21. La exposición se inauguró el 10 de agosto y se dividió en tres sectores: el agrícola, el pecuario y el industrial. Un eje central atravesaba de forma simétrica la exposición. Este comenzaba en un pórtico consistente en una estructura compuesta por dos torres que daba ingreso en la parte central a la zona industrial, donde se encontraba la torre de comunicaciones desde la cual transmitían las emisoras La Voz de Bogotá y Nueva Granada. Entre

PARADA MILITAR EN EL CAMPO DE MARTE

70 Rodríguez, “La Exposición Nacional del IV Centenario”, 41-69.

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FOTO ZORRILLA. [EXPOSICIÓN NACIONAL DEL IV CENTENARIO]. 1938. BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO

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[EXPOSICIÓN NACIONAL DEL IV CENTENARIO]. EL GRÁFICO, N.º 1391, AGOSTO DE 1938.


EXPOSICIÓN AGROPECUARIA IV CENTENARIO DE BOGOTÁ. TÉMPERA SOBRE PAPEL. 1938. SERGIO TRUJILLO MAGNENAT. COLECCIÓN SERGIO TRUJILLO DÁVILA


TRASLADO DE LAS VÍCTIMAS DE LA CATÁSTROFE AÉREA EN EL CAMPO DE MARTE EL 24 DE JULIO DE 1938. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ

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El domingo 24 de julio se realizó una parada militar en el campo de Marte en el entonces municipio de Usaquén (hoy Cantón Norte). El programa consistía en una revista aérea a cargo de la Fuerza Aérea; contaba con la presencia del presidente de la República, Alfonso López Pumarejo, y el presidente electo, Eduardo Santos. Infortunadamente se produjo un accidente cuando un avión colisionó con un costado de la tribuna y explotó a corta distancia de la misma, con el trágico balance de 64 muertos y 120 heridos.

Desde principios de la década del treinta se había planteado el desarrollo de varias obras públicas para la conmemoración del IV Centenario. El parque Nacional, por ejemplo, se creó con la Ley 50 del 17 de abril de 1931; el propósito era construir un gran parque para conmemorar los cuatrocientos años de la ciudad y fue contemplado en el plan de regularización del urbanista Karl Brunner. Aunque el parque fue inaugurado en 1934 por el presidente Enrique Olaya Herrera, la obra daría pie a una serie de intervenciones grandes en la ciudad con vistas al año 1938. Otra obra proyectada para esta década fue la avenida Caracas, iniciada en 1933 y culminada por tramos hacia 1936, pero reinaugurada en 1938. Esta obra también fue propuesta por Brunner. Dentro de la celebración que se llevó a cabo entre el 18 de julio y el 31 de agosto, se inauguraron aproximadamente treinta obras. Varias de estas se habían realizado con antelación, como la planta de tratamiento de Vitelma y la represa de La Regadera, desde 1934, y el Paseo Bolívar, desde 1936. INSTITUTO BOTÁNICO NACIONAL, BUSTO DE MUTIS Y JARDÍN DE HUMBOLDT

OBRAS DE INFRAESTRUCTURA Y ARQUITECTURA

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INSTITUTO NACIONAL DE RADIUM. 1932. ALBERTO WILLS FERRO, ARQUITECTO. CA. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


EDIFICIO DE LA CRUZ ROJA. 1934. ALBERTO MANRIQUE MARTÍN, ARQUITECTO. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


PLAZA DE MERCADO DEL BARRIO LA CONCORDIA. CA. 1940. AUTOR SIN IDENTIFICAR. FONDO LUIS ALBERTO ACUÑA, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ


BIBLIOTECA Y TEATRO INFANTIL DEL PARQUE. 1938. CARLOS MARTÍNEZ, ARQUITECTO. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ.


BIBLIOTECA DEL PARQUE NACIONAL. CA. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


BARRIO RESIDENCIAL DE SANTA TERESITA. CA. 1939. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ.


EDIFICIO PARA OFICINAS DEL ACUEDUCTO MUNICIPAL. 1936. JOSÉ MARÍA MONTOYA VALENZUELA, ARQUITECTO. REGISTRO MUNICIPAL N.OS 89, SEPTIEMBRE DE 1936

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IGLESIA DEL CARMEN. 1938. JULIO A. SÁNCHEZ. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ. EL SANTUARIO NACIONAL DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN FUE CONSTRUIDO POR EL COADJUTOR SALESIANO GIOVANNI BUSCAGLIONE ENTRE 1926 Y 1938, AÑO EN QUE EL TEMPLO FUE CONSAGRADO.

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RELIEVES ALTAR MAYOR VOTO NACIONAL. FUNDACIÓN DE LA CIUDAD. 1938. FOTO: CARLOS LEMAIDPC, 2018 En 1938 se concluyeron varias obras en la iglesia del Voto Nacional: la construcción de la cúpula adornada con vidrieras de colores con la bandera nacional; el altar mayor, en el cual se encuentran relieves en bronce alusivos a la fundación de Bogotá y primera misa en Santafé y la instalación del reloj.


RELOJ DEL VOTO NACIONAL. SE TRATA DE UN REGALO DEL MUNICIPIO DE BOGOTÁ A LA IGLESIA, EN EL CUARTO CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA CIUDAD . FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA-IDPC, 2018

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La primera obra en ser inaugurada dentro del programa de festejos del IV Centenario, el 18 de julio de 1938, fue el Instituto Botánico Nacional, dirigido entonces por el presbítero Enrique Pérez Arbeláez. Esta obra, diseñada por el arquitecto Erich Lange entre 1936 y 1937, es de gran importancia porque fue el primer edificio en ponerse al servicio en la recién creada Ciudad Universitaria. Para entonces, contaba con herbario, museo botánico, laboratorios de fitopatología, fermentación, entomología, microscopía, talleres de preparación y desinfección, una biblioteca, salas de dibujo y fotografía. La labor del instituto era de suma importancia para el estudio de la botánica del país, tanto de clima templado como de tierras cálidas71. En este mismo escenario se inauguró ese mismo día, en el patio principal del edificio, un busto del Sabio Mutis donado por la municipalidad de Cádiz, complementado el 4 de agosto con el parque Humboldt donado por la comunidad alemana residente en Bogotá. Con estas obras se deseaba establecer un pequeño conjunto dedicado a las

MONUMENTO AL SABIO JOSÉ CELESTINO MUTIS. CA. 1939. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ. Busto inaugurado en el Instituto Nacional de Botánica, uno de los primeros edificios de la Universidad Nacional en funcionamiento.

71 Pablo Rodríguez Murillo, “Las labores en el Instituto Nacional de Botánica”, El Gráfico, n.º 1388, 16 de julio, 1938.

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MONUMENTO A HUMBOLDT. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ. Monumento inaugurado el 4 de agosto de 1938 frente al Instituto Nacional de Botánica de la Universidad Nacional. Su donación fue realizada por la colonia alemana residente en Bogotá.

DETALLE DEL MONUMENTO A HUMBOLDT. 1938. FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA-IDPC, 2018

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ciencias naturales en la universidad, que se complementó con el edificio de Veterinaria, frente al parque Humboldt, edificio también diseñado entre 1937 y 1940 por Erich Lange. Además, el 4 y el 8 de agosto el Instituto Botánico realizó una exposición floral; la entrada valía 5 centavos y, luego de un concurso floral, resultó ganadora una Catleya aurea realizada en oro por la joyería Krauss.

PUBLICIDAD JOYERÍA KRAUS. REVISTA PAN, N.O 23, AGOSTO DE 1938

BIBLIOTECA NACIONAL

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Dos días después el 20 de julio fue inaugurado a las nueve de la noche, con discursos, baile y una suntuosa fiesta, el palacio (como se le decía entonces) de la Biblioteca Nacional. Esta fue una de las obras más importantes de la programación de los festejos del Centenario y se elogió bastante a su creador, el arquitecto Wills Ferro, que inicialmente había concebido el edificio con un estilo más cercano al neobarroco, pero luego, para hacerlo más acorde con las líneas modernas de la época, terminó siendo diseñado con una fachada art déco que es la que presenta actualmente. La obra cuenta en su entrada con dos letreros diseñados por el artista Sergio Trujillo Magnenat, correspondientes al día de la creación de la Real Biblioteca de Santa Fe, el 9 de enero de 1777, y el de la inauguración del nuevo edificio, el 20 de julio de 1938. Desde entonces, la actividad de la Biblioteca Nacional en el campo cultural bogotano empezó a tomar importancia, pues inmediatamente, para el mes de agosto, y para darles vida a las fiestas centenarias, su director, el historiador Daniel Samper Ortega, organizó la Exposición del Libro y se puso en marcha una programación cultural de exposiciones de arte con la participación de vein-

tiocho países de América, Europa y Asia que enviaron ejemplares de sus principales obras literarias, de esculturas y pinturas. Algunas de ellas fueron las exposiciones de artes plásticas de Ecuador, Bolivia, Venezuela y Panamá y la exposición internacional del libro de Japón. Francia exhibió dibujos de Corot, Ingres y Gauguin. España regaló una colección de dos mil volúmenes y expuso obras de Picasso. Por su parte, Alemania exhibió una donación de dos mil libros delante de una gran bandera del partido Nazi72. La Exposición del Libro contó además con una serie de conferencias a lo largo del mes de agosto.

ESCUELAS Y HOSPICIOS

72 Germán Izquierdo, “Los libros nazis de la Biblioteca Nacional”, Arcadia, n.º 152, 23 de mayo, 2016. https://www.revistaarcadia.com/libros/articulo/biblioteca-nacional-1938-libros-nazi-hitler-goering/48884

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PÁGINAS 136, 137: LETREROS DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA. SERGIO TRUJILLO MAGNENAT. FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA-IDPC


BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA. CA. 1938. AUTOR SIN IDENTIFICAR. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ


EXPOSICIÓN DE LIBROS DONADOS POR ALEMANIA EN LA BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA. 1938. AUTOR SIN IDENTIFICAR. BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA


Entre 1937 y 1938, el municipio construyó 23 escuelas ubicadas en barrios obreros, para la instrucción de hombres y mujeres, que se sumaron a las 188 que existían en 193773. Para las celebraciones del cuarto Centenario se inauguraron escuelas en los barrios San Fernando, Santander, Palermo y La Perseverancia. La del 20 de Julio tenía una capacidad para 160 alumnos distribuidos en cuatro aulas. En la escuela Manuela Beltrán, o Instituto Profesional para Señoritas, ubicada en la calle 57 con Caracas, se impartían clases de mecanografía, radiotelegrafía, mimbre y modistería. A esto habría que agregar una escuela donada por la fábrica Bavaria y otra escuela llamada Sohama. ESCUELA BARRIO PALERMO. 2018. FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA-IDPC

Además de la formación educativa infantil, las inauguraciones de hospicios y hogares para niños desamparados fueron parte importante en los festejos del IV Centenario. Estas obras fueron promovidas en parte por señoras de la sociedad bogotana; en cada visita e inauguración se contaba con la presencia especial de la primera dama de la nación, Lorencita Villegas de Santos. Una de 73 Registro Municipal, n.o VIII, 1938: 25.

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ESCUELA MANUELA BELTRÁN. S. F. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ

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estas obras fue el Amparo de Niños, edificio diseñado con maestría y gran expresión en ladrillo a la vista por el arquitecto Vicente Nasi y construido por la firma Cuéllar, Serrano Gómez. El conjunto edilicio se construyó con varios pabellones, patios y una capilla y su construcción fue impulsada en 1934 por doña María Michelsen de López, esposa del presidente Alfonso López Pumarejo para cuidar a niños en condición de abandono hasta los dieciocho años.

hebreos más famosos del siglo XII74. Luis Benhetrich, a nombre de la comunidad hebrea, entregó el refugio al alcalde Gustavo Santos, en agradecimiento por la protección que la ciudad hizo al pueblo que huía de la persecución nazi, lo cual, sin ninguna duda, no deja de contrastar con los demás homenajes que hizo el Gobierno alemán a la ciudad, como las donaciones de libros, las exposiciones de materiales de enseñanza, el parque Humboldt y el bautizar una calle de la ciudad de Berlín con el nombre de Bogotá. En el recién construido barrio Centenario se inauguró un hogar infantil, al igual que en el barrio Ernesto Samper. Y el 31 de agosto, último día de los festejos del Centenario, se puso la primera piedra del Hogar Infantil de la Perseverancia, obra obsequiada por las colonias caldense y antioqueña75.

El 20 de agosto se inauguró el Refugio Infantil Ramban, donado por la comunidad hebrea y construido en un tiempo récord de tres meses para dar refugio a cien niños. Estaba ubicado en el barrio de Chapinero, en la calle 66 con carrera 15, y posteriormente se convirtió en el Hospital de Chapinero. Lamentablemente fue demolido a principios del siglo XXI. Al acto de inauguración de este refugio asistieron cerca de trescientas personas, en su mayoría pertenecientes a la comunidad hebrea, quienes entregaron la obra al alcalde Eduardo Santos. El refugio llevaba el nombre Ramban, abreviatura de Maimónides, uno de los médicos

Una de las grandes obras de 1938, y tal vez una de las menos reconocidas, es la Escuela de Policía General Santander, llamada para entonces como los cuarteles de la hacienda Muzú sobre el camino a 74 “La colonia hebrea obsequió a Bogotá un hogar infantil”, El Tiempo, 21 de agosto, 1938. 75 “Termina el Centenario”, El Espectador, 30 de agosto, 1938.

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AMPARO DE NIÑOS DE BOGOTÁ. TINTA SOBRE PAPEL (FACSIMILAR). 1938. VICENTE NASI. MUSEO DE ARQUITECTURA LEOPOLDO ROTHER, UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA. Este conjunto arquitectónico, compuesto por varios pabellones y una capilla, fue construido por Vicente Nasi para la señora María Michelsen de López, fundadora del Amparo.


ESCUELA DE POLICÍA GENERAL SANTANDER. CA. 1939. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ.

La Escuela de Policía General Santander del barrio Muzú fue inaugurada el 4 de agosto de 1938. Para entonces constaba del edificio de guardia y torre, la enfermería, un edificio para dormitorios, otro para garaje y talleres, casino y pesebrera, entre otros. El diseño de la escuela fue elaborado por el arquitecto Carlos Martínez.


Bosa. Fue diseñada por el arquitecto Carlos Martínez y se inauguró aún sin terminar el 4 de agosto de 1938. Su construcción corrió a cargo de las firmas constructoras Trujillo, Gómez y Martínez Cárdenas y Coleman. Tenía capacidad, en el momento de su inauguración, para quinientos alumnos. Para entonces, constaba de un edificio de guardia y torre, enfermería, un edificio para dormitorios, otro para garaje y talleres, casino y pesebrera, entre otros. La avenida central que va de la guardia al edificio principal fue bautizada con el nombre del presidente Alfonso López Pumarejo. El día de su inauguración asistieron el presidente, sus ministros y directores de la Policía. Durante el acto se condecoró a doce agentes con la medalla del Centenario que había mandado acuñar la Academia de Historia con la efigie de Gonzalo Jiménez de Quesada76. La escuela por fortuna aún permanece intacta en su estructura arquitectónica, como se concibió en los años treinta.

La Cárcel Municipal fue una de las obras que se inauguraron para cerrar la programación del Centenario. La construcción del edificio fue dirigida por el ingeniero Jorge Camacho y se inauguró el 30 de agosto de 1938, con la presencia del presidente Eduardo Santos y de su principal impulsor, Jorge Eliécer Gaitán. Durante su alcaldía, entre 1936 y 1937, Gaitán había concebido la necesidad de establecer en Bogotá una cárcel que reformara al interno y no simplemente que castigara al recluso, y que además sirviera para descongestionar las dos cárceles que la ciudad tenía a su cargo. Desde entonces, la cárcel recibiría reconocimiento como una de las mejores de Latinoamérica. Fue construida en la calle 1.ª, a espaldas del edificio del Instituto Nacional de Radium77. Arquitectónicamente, lo que más llamaba la atención de la obra era el puente que comunicaba las dos secciones de la cárcel y cruzaba la calle a lo largo de 10 metros. Fue remodelada a finales de 1999, durante la

CÁRCEL MUNICIPAL 76 “El jueves se inaugura la Escuela General Santander”, El Espectador, 3 de agosto, 1938. “A las diez se inauguró la Escuela General Santander”, El Espectador, 4 de agosto, 1938.

77 “A las 11 de la mañana fue inaugurada la Cárcel Municipal”, El Espectador, 30 de agosto, 1938.

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CÁRCEL MUNICIPAL DE BOGOTÁ. CA. 1940. AUTOR SIN IDENTIFICAR. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ. Edificio dirigido en su construcción por el ingeniero Jorge Camacho. La obra fue inaugurada el 30 de agosto de 1938 por el presidente Eduardo Santos y su impulsor, Jorge Eliécer Gaitán. Fue remodelada a finales de 1999 y es considerada una de las mejores cárceles del país.

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primera alcaldía de Enrique Peñalosa, y es considerada una de las mejores cárceles del país.

Esta reubicación surgió como iniciativa durante la alcaldía de Jorge Eliécer Gaitán, la cual dio pie al surgimiento del barrio Centenario que se pensaba inaugurar el 20 de agosto, pero que terminó siendo inaugurado el 29 de ese mes, como uno de las últimas grandes obras entregadas durante la celebración del Centenario. Cuatrocientas fueron el número de viviendas entregadas a los nuevos vecinos, coincidiendo así el número de estas con el número de años de la capital79. El Paseo Bolívar, entre tanto, se convirtió en un paseo mirador. Se trataba de una vía de 16 kilómetros que partía del parque Nacional, circundaba la falda de los cerros tutelares de Bogotá, Monserrate y Guadalupe, y terminaba en la planta de tratamiento de Vitelma80. Fue inaugurado con un desfile de más de quinientos carros que llevaban invitados de la Alcaldía, y que partió de la avenida Caracas a la altura de la calle 30 y reinauguró el tramo de esta vía. El desfile continuó hacia la iglesia de Lourdes en Chapinero y de allí tomó la Séptima para luego

PASEO BOLÍVAR Una de las obras más recordados fue la del llamado Paseo Bolívar que, con vistas a las celebraciones de 1938, sufrió un proceso de reubicación: “para el embellecimiento del Paseo Bolívar, y como medida indispensable de higiene para la ciudad, el Municipio adquirirá los predios y viviendas que forman las barriadas que se encuentran en condiciones malsanas que se extienden a lo largo de este Paseo, así como también en otros sectores de la ciudad y principalmente en los barrios de San Diego, Egipto, Belén y La Peña. Estas viviendas serán destruidas y los terrenos convenientemente saneados con desagües y arborización adecuados”78.

79 “La inauguración del barrio obrero será el 29 de agosto”, El Espectador, 15 de agosto, 1938. 80 “Las obras públicas del Centenario”, El Tiempo, 1.º de septiembre, 1938.

78 Acuerdo 34 de 1933.

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PASEO BOLÍVAR. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ

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subir por el parque Nacional, por el llamado “puente de las naciones”. Luego pasaría por la Perseverancia y tomaría el nuevo Paseo Bolívar, convertido ahora en la avenida Circunvalación. En este tramo, el desfile pasó por el Chorro de Padilla y por los miradores allí instalados y continuó hacia Vitelma, donde se ofrecería una copa de vino81. Fue así como el otrora Paseo Bolívar, lugar de muladares y casuchas, se convirtió en un lugar retratable que entró a formar parte de los álbumes de la ciudad. Toda esta ciudad a la sombra permanecería al margen de la ciudad moderna, de la ciudad mostrable que se representa en los álbumes de 1938.

según la programación, se había planeado para el 28 de julio, dentro de los festejos de la celebración, una visita a la planta y a la represa de La Regadera. Este fue el primer acueducto moderno de Bogotá y de Colombia y funcionó hasta 2003. Su construcción empezó en 1934 y se inauguró en 1938, como un regalo de la nación para la ciudad con ocasión del Cuarto Centenario de fundación de Bogotá. Desde su puesta en funcionamiento se consideró un hito en la historia de la ciudad al reemplazar los viejos tanques de agua de Egipto, San Diego y Chapinero, que funcionaban desde finales del siglo XIX, y al utilizar agua desde el recién construido embalse de La Regadera, inaugurado también en 1938. Para la creación de la planta y la represa se juntaron varias firmas. El diseño de la planta fue realizado por la firma Fuller & Everett, con la interventoría de la firma Chester M. Everett y el ingeniero sanitario Geo C. Bunker, quien ya era famoso entonces, porque había promovido la utilización de cloro en el agua en 1920. La construcción de la planta fue realizada por la firma colombiana Lobo Guerrero y Sanz de Santamaría,

PLANTA DE TRATAMIENTO VITELMA La planta de tratamiento de Vitelma fue sin duda la principal obra pública que se entregó para el Centenario. Esta fue oficialmente inaugurada el 5 de agosto con la presencia del alcalde, el gerente del Acueducto y los miembros del Cabildo82, aunque, 81 “El moderno Paseo Bolívar”, EL Liberal, 1.º de septiembre, 1938. 82 “Ayer fue inaugurada la planta de filtración en el nuevo

acueducto”, El Tiempo, 6 de agosto, 1938.

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PLANTA DE TRATAMIENTO DE VITELMA. SAÚL ORDUZ. 1960. COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ

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PERFIL DE LA CASA PRINCIPAL DE LA PLANTA DE TRATAMIENTO VITELMA. TINTA SOBRE PAPEL. 1935. FULLER & EVERETT CIVIL ENMGINEERS, BARRY BUTLER GUILLAN CONSULTING ARCHITECT. EMPRESA DE ACUEDUCTO DE BOGOTÁ. FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA-IDPC


la represa de La Regadera fue construida por la firma Sanders Enginneering Corporation y la tubería de conducción, por Lock Pipe Company.

El estilo arquitectónico de la planta forma parte del periodo de transición, con rasgos principalmente de estilo neocolonial. Su aspecto de templo católico, más que de planta de tratamiento, está principalmente dado por su torre, que se asimila con un campanario y su planta de una nave donde se encuentra el salón de filtros, además de contar con una capilla y una pila de agua a modo de bautisterio. De allí que Vitelma sea considerada como un templo del agua y que se encuentren elementos como candelabros con los cuales se hacían procesiones desde la iglesia de la Peña y los barrios populares aledaños. La edificación se caracteriza por el lujo y elegancia de sus materiales importados para pisos, escaleras y barandas, realizados en mármol de carrara, finos guardaescobas, marcos de puertas y ventanas y las bellas luminarias.

La represa llamada de La Regadera se encuentra ubicada a 3.000 metros de altura y fue proyectada para almacenar cuatro millones de metros cúbicos de agua. El conjunto, a rasgos generales, consta de la mencionada represa, un tubo de conducción de 22 kilómetros de concreto reforzado y cilindro de acero. La planta de tratamiento fue situada a 2.800 metros de altura en San Cristóbal, con un aireador primario y tubos de conducción hasta los tanques de San Diego y Egipto. Uno de los principales elementos utilizados en Vitelma fue el cloro, producto de gran importancia para garantizar la potabilidad del agua. Como era traído de Europa o de Estados Unidos, la Segunda Guerra Mundial afectó su importación. Por eso, en 1942 se constituyó la Compañía Nacional del Cloro, cuya fábrica se estableció al pie de Vitelma, y su producción no solo suplió la demanda de la ciudad sino también la del país.

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REPRESA DE LA REGADERA. SAÚL ORDUZ. 1950. COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ

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TEATROS

de la fundación, a partir de la contratación de la firma norteamericana Fred T. Ley para el diseño de un nuevo teatro para la ciudad. El encargado del proyecto fue el arquitecto norteamericano Richard Aeck. El teatro, al igual que muchas otras obras, se inauguró años después, el 20 de junio de 1940, y luego fue rebautizado como Teatro Municipal Jorge Eliécer Gaitán. Por su parte, el Teatro San Jorge fue diseñado por Alberto Manrique Martín y construido por la firma Fred T. Ley and Company. Fue inaugurado el 7 de diciembre de 1938. Si bien no formó parte de las obras motivadas por la celebración, es una de las más representativas de la época.

Muchas de las nuevas obras recreativas con las cuales se engalanaría Bogotá a partir de 1938 provinieron de iniciativa extranjera. Uno de estos fue el teatro al aire libre de la Media Torta donado por la comunidad inglesa. El teatro formaba parte del proyecto del Paseo Bolívar y, una vez la ciudad compró los terrenos de la finca del señor Jesús Perilla, la comunidad inglesa invirtió 10.000 pesos para la construcción del teatro que se realizó en tres meses. El teatro fue inaugurado el 13 de agosto entre champaña y bailes con un recital poético realizado por Víctor Mallarino. El objetivo del teatro era llevar la alta cultura a las comunidades obreras y campesinas en un lugar que fuera de libre acceso83.

Otra de las donaciones realizadas por comunidades extranjeras tuvo lugar el 31 de agosto, cuando la comunidad libanesa donó a la ciudad un puesto de socorro o de emergencia, que se construyó en la carrera 7.ª entre calles 26 y 27. El edificio era de dos pisos, con la particularidad de que en su fachada tenía una especie de cruz roja, el año de 1938 y el lema “De la colonia libanesa a Bogotá”. Tenía capacidad para atender hasta diez personas que no superaran los tres días en observación.

Otro teatro inaugurado y construido con motivo del IV Centenario de Bogotá fue el Colombia. Con esta obra, la Compañía Colombiana de Seguros se vinculó a la celebración del cuarto Centenario 83 Ana Puentes, “La Media Torta de Bogotá, territorio de diversidad cumple ochenta años”, El Tiempo, 30 de julio, 2018.

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TEATRO SAN JORGE. 1935. ALBERTO MANRIQUE MARTÍN. ARCHIVO DE BOGOTA


TEATRO SAN JORGE. CA. 1939. DISEÑADO POR ALBERTO MANRIQUE MARTÍN Y CONSTRUIDO POR LA FIRMA FRED T. LEY AND COMPANY. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ. Fue inaugurado el 7 de diciembre de 1938. Si bien no formó parte de las realizaciones motivadas por la celebración, es una de las obras más representativas de la época.


En la planta alta se encontraban las habitaciones para el personal de enfermeras y el servicio de clínica interna para un galeno permanente; en la planta baja estaban la sala de consulta, el salón de espera, un salón para cirugías de emergencia y otro para hospitalizaciones. La obra tuvo un valor de 15.000 pesos reunidos por todos los miembros de la comunidad libanesa84. Esta comunidad, junto con la española y la judía, conformaron una de las más grandes migraciones a la ciudad, por motivaciones de persecución y guerras civiles en sus países de origen. La inmigración de libaneses a Colombia y a Bogotá se dio entre 1880 y 1930 a causa de la dominación del Imperio turco sobre sus territorios.

PUESTO DE SOCORRO DONADO POR LA COLONIA LIBANESA A BOGOTÁ. 1938. REGISTRO MUNICIPAL, N.O IX. Ubicado en la carrera 7.a entre calles 26 y 27, fue entregado a la ciudad el viernes 12 de agosto de 1938.

84 “La colonia libanesa dona un puesto de socorro a Bogotá”, El Tiempo, 1.º de septiembre, 1938.

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ESTADIO MUNICIPAL Y ESTADIO ALFONSO LÓPEZ

Fue diseñado y construido entre 1936 y 1940 por el arquitecto alemán Leopoldo Rother, responsable también del trazado del campus. En su momento

Aprovechando el desarrollo de los primeros Juegos Bolivarianos, se llevó a cabo la inauguración de los estadios Municipal y Alfonso López. Este último, también conocido como Estadio Nacional, formaba parte del proyecto del complejo de edificios de la Ciudad Universitaria85.

Revista Proa 282 (junio de 1979): 28. Para el gobierno de López, esta institución debía ser el reflejo de la nueva política de permitir que la educación fuera accesible a todos, que se convirtiera en símbolo de igualdad de oportunidades y emblema del espíritu de renovación del momento. Además, debía ser expresión formal de la ciudad moderna, planificada, reformada y a la vanguardia del nuevo país. Para lograrlo, el Gobierno nacional abrió una convocatoria internacional para recibir propuestas de profesionales interesados en participar en este proyecto. Entre los concurrentes se presentaron Fritz Karsen y Leopoldo Rother, ambos alemanes, el primero experto en pedagogía y el segundo, arquitecto. Karsen se convirtió en consejero educacional del Gobierno colombiano en 1936. Fue desde este cargo que se involucró en los proyectos de la reorganización del sistema educativo colombiano, de la formación de los futuros pedagogos y de la organización de la Universidad Nacional de Colombia. Leopoldo Rother, arquitecto alemán, propuso aplicar los conceptos de escuelas modernistas, como la Bauhaus. En 1936 se trasladó a Colombia. Entre sus construcciones más reconocidos en la Universidad Nacional de Colombia se cuentan: el estadio Alfonso López Pumarejo (1937), las oficinas administrativas (1938), las porterías para las entradas de las calles 26 y 45 (1938), las viviendas para profesores (1939), el Laboratorio de Ensayo de Materiales (1940), el edificio de Ingeniería (1940), en asocio con Bruno Violi, la imprenta universitaria (1946), hoy Museo de Arquitectura Leopoldo Rother. Ana María Pinzón, “27 de agosto: natalicio de Leopoldo Rother (1894-1978)”, 12 de agosto, 2012, www.a57.org, consultado el 15 de octubre de 2015 y citado por Juliana Zambrano Moncada, “Centro de ideas, centro de decisiones. UNAL-CAN. ¿Renovación? ¿ciudad a la vanguardia?” (Bogotá: Instituto de Estudios Urbanos, Universidad Nacional de Colombia, inédito), pp. 23 y ss. (Nota complementaria realizada por Fabio Zambrano.)

85 La construcción de la Ciudad Universitaria, emprendida por el gobierno de Alfonso López Pumarejo, no formaba parte de los festejos del IV Centenario, pero sí del proyecto de modernidad que estaba impulsando en su presidencia. Cuando se celebraron estas festividades, el estadio universitario ya estaba construido y sirvió, además de lo ya descrito, como escenario para la inauguración de los Juegos Bolivarianos. En la construcción de la Ciudad Universitaria se expresaron las ideas que el gobierno de López Pumarejo tenía de la ciudad moderna, de la planeación urbana, de la concepción de ciudadanía y de las funciones del Estado en sus intervenciones. En los años treinta, la Universidad Nacional, fundada en 1867, todavía se encontraba inmersa en el siglo XIX y muy poca era la relación que tenía con los cambios que vivía el país. No contaba con un campus y sus dependencias se ubicaban en antiguos edificios dispersos en la ciudad. Fue el presidente López Pumarejo quien decidió reunir esta institución en un solo espacio y dotarla de una estructura administrativa autónoma. Para ello gestionó la Ley 68 de 1935, con la cual la Universidad Nacional quedó constituida como un organismo autónomo, con personería jurídica, fuerza decisoria y plenos poderes para adaptarse a sí misma como una organización interna capaz de permitir su normal desarrollo. Luz Amorocho, “Universidad Nacional de Colombia. Evolución histórica de su planta física, 1934-1963”,

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ESTADIO MUNICIPAL DE EL CAMPÍN. 1938. GUMERSINDO CUÉLLAR. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ

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y durante el desarrollo de los juegos, fue el campo deportivo más importante de la ciudad. El estadio fue inaugurado el 5 de agosto a las tres de la tarde al tiempo con la inauguración y apertura de los Juegos Bolivarianos, a partir de la llegada del fuego olímpico bolivariano obtenido de una hoguera encendida a los pies de la escultura del Bolívar, en la plaza de Bolívar de Bogotá. Desde allí, el atleta venezolano Popo Pimentel arrancaría la maratón que, por relevos de diferentes deportistas de cada uno de los seis países, llevaría la llama bolivariana hasta el estadio de la Ciudad Universitaria.

ra de la época tal como fue inaugurado, sin mayores alteraciones. Al costado norte aún se pueden apreciar las dos “torres maratón” que sostienen lateralmente cinco anillos olímpicos descoloridos por el paso del tiempo. Dos antiguos parlantes Telefunken, que suministraban el sonido al complejo, permanecen ahora como testigos mudos de los eventos que alguna vez anunciaron. El Estadio Municipal, más conocido como El Campín y proyectado por el arquitecto Luis Gutiérrez, fue inaugurado en el marco de los Juegos Bolivarianos el 15 de agosto por parte del presidente Eduardo Santos y el alcalde de la ciudad, Gustavo Santos, ante 50.000 personas. La multitud que presenció el evento da a entender que, al momento de su inauguración, ya había superado en tamaño al Alfonso López. Luego de un desfile inaugural realizado por las comitivas deportivas, se interpretaron los himnos de los seis países participantes y se encendió de nuevo la llama olímpica, con lo cual se consagró el estadio al deporte. La obra de este estadio fue promovida por Jorge Eliécer Gaitán durante su alcaldía pero, a diferencia del Alfonso López, del antiguo Estadio Municipal no queda ni

Su diseño está conformado por una planta elíptica rodeada por graderías descubiertas y una gran gradería central cubierta por una plancha de hormigón en voladizo, con capacidad de albergar entre 16.000 y 20.000 espectadores (las fuentes señalan cifras diferentes). Bajo esta estructura central se encuentran los vestieres y baños86. El edificio, hoy en día lamentablemente abandonado, aún conserva toda la esencia de la arquitectu86 Alberto Escobar, Guía elarqa de arquitectura (Bogotá: Ediciones Gamma, 2007), 154.

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ESTADIO MUNICIPAL DE EL CAMPÍN. 1938. GUMERSINDO CUÉLLAR. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ

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ESTADIO MUNICIPAL DE EL CAMPÍN. 1938. GUMERSINDO CUÉLLAR. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ

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ESTADIO MUNICIPAL DE EL CAMPÍN. 1938. GUMERSINDO CUÉLLAR. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ

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la sombra; con el tiempo fue ampliado y fuertemente remodelado. Este se construyó en los terrenos que donó Nemesio Camacho, por lo cual el estadio llevaba su sobrenombre de “El Campín”. Se trataba de una sencilla estructura elíptica con unas graderías descubiertas y rodeadas por inmensos arboles de eucalipto y otras especies de la antigua hacienda de Chapinero. En un costado se encontraba una gradería central cubierta y graderías occidentales; contaba con una alta torre de siete pisos donde estaban los controles, banderas, el palco presidencial y se anunciaban los equipos en disputa87. Durante el desarrollo de los Juegos Bolivarianos las torres maratón exhibieron el escudo de los Juegos Olímpicos, con el águila fuerte que los caracteriza. El estadio contaba con campo de fútbol, pista de atletismo y pistas para saltos.

MONUMENTOS La celebración del Cuarto Centenario representó para Bogotá la oportunidad de instalar varios monumentos en el espacio público, así como se había hecho durante las conmemoraciones del Centenario de la Independencia en 1910, y como se haría más adelante para el sesquicentenario del mismo acontecimiento en 1960, en 1992 con la construcción del Museo Vial de la avenida El Dorado y a principios del siglo XXI, durante la primera alcaldía de Enrique Peñalosa, cuando se instalaron varios monumentos en parques y en el espacio público recuperado. La mayoría de ellos fueron regalos de otras naciones como símbolo de amistad con la capital de Colombia. Ya se había mencionado que el primer monumento donado para el IV Centenario fue el busto del sabio José Celestino Mutis en el Instituto Botánico, al cual siguió la donación del parque Humboldt hecho por la colonia alemana. Con este tipo de donaciones se empezaron a dotar y llenar de significado los nuevos espacios que estaba construyendo la

87 Antonio Saab, Guía del IV Centenario de Bogotá (Bogotá: Centro, 1938), 368.

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ciudad en la década de los treinta, como la Ciudad Universitaria, el parque Nacional, los parques de barrio y algunas plazuelas de la ciudad.

MONUMENTO A LAS FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA. 1938. FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA-IDPC, 2018.

MONUMENTOS EN EL PARQUE NACIONAL

Monumento donado por las Fuerzas Militares de Colombia y el personal civil del Ministerio de Guerra. Se encuentra ubicado el parque Nacional.

El recientemente construido parque Nacional recibió dos importantes monumentos. El primero de ellos fue el llamado Monumento a la Bandera o Monumento a las Fuerzas Militares. El jueves 28 de julio a las 10:00 de la mañana se puso la primera piedra de este monumento por parte de los miembros del Ejército nacional. Esta es sin duda una de las esculturas más raras y desconocidas de la ciudad. Para empezar, su ubicación no es la más óptima pues, a pesar de que está sobre una pequeña colina y a pocos pasos de la alameda y de la rotonda principal del parque, su visibilidad es prácticamente nula ya que la cubre el puente vehicular que atraviesa el parque Nacional, el cual fue construido posteriormente. El monumento es una obra de estilo art déco de gran factura y mide aproximadamente 10 metros 165


de altura. Se trata de un soldado con traje militar de abrigo y casco de los años treinta que empuña en su mano izquierda una daga, a su costado se encuentra lo que parece ser una mujer o un ángel alado que lo guía y que simboliza la libertad. La inscripción, de clara inspiración art déco, sobre el pedestal del monumento dice: “Las Fuerzas Militares de Colombia y el personal civil del Ministerio de Guerra a Bogotá en su IV Centenario agosto 6 de 1938”. De acuerdo con la programación, en agosto se puso la primera piedra, por lo cual se supone que el monumento sería inaugurado mucho tiempo después. Desafortunadamente el autor del monumento y del espacio que lo circunda es hasta el momento desconocido. La segunda obra instalada en el parque Nacional fue la torre del reloj suizo donado por la comunidad suiza. Su instalación se realizó el lunes 1.º de agosto y desde entonces es una de las piezas de mayor reconocimiento en el parque.

RELOJ DEL PARQUE NACIONAL. 2018. FOTOGRAFÍA: CARLOS LEMA-IDPC

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MONUMENTOS DONADOS POR OTROS PAÍSES Los gobiernos de Italia, México y Argentina donaron monumentos para el espacio público bogotano. Italia donó un busto y un pedestal dedicado al inventor Guillermo Marconi, el cual fue inaugurado tiempo después de la celebración, el 1.º de diciembre de 1938. El monumento fue obra del arquitecto italiano Vicente Nasi y se instaló en el jardín oriental de la Biblioteca Nacional. El pedestal que sostenía el busto consistía en una severa pieza de mármol gris perla sobre el cual se talló un poético epígrafe del maestro Guillermo Valencia: “Fundió sonido y tiempo, fecundizó el espacio, magnificó la vida, eternizó el instante. Marconi, honor del mundo numen y prez del lacio”.

BUSTO DE RAMÓN TORRES MÉNDEZ EN EL ATRIO DE LA IGLESIA DE SAN AGUSTÍN. REGISTRO MUNICIPAL NO IX. IMPRENTA MUNICIPAL. BOGOTÁ 1939. AUTOR SIN IDENTIFICAR. El busto a Ramón Torres Méndez fue inaugurado el 2 de agosto. Se encontraba situado en el costado occidental del atrio de la iglesia de San Agustín. Fue retirado para construir el edificio de los Ministerios.

Con el tiempo el monumento fue trasladado al parque del barrio Quinta Camacho sin su pedestal original, a la calle 70 con carrera 11, de donde fue hurtado en 2006.

IMAGEN DEL MONUMENTO A TORRES MÉNDEZ EN SU UBICACIÓN ORIGNAL. XXXX

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BUSTO A MARCONI. REGISTRO MUNICIPAL, N.O IX (IMPRENTA MUNICIPAL, BOGOTĂ ). 1939. AUTOR SIN IDENTIFICAR. Monumento donado a la ciudad por la colonia italiana. Estuvo situado en el costado sureste de la Biblioteca Nacional. Su pedestal fue realizado por el arquitecto Vicente Nasi.

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MONUMENTO A BENITO JUÁREZ. REGISTRO MUNICIPAL (IMPRENTA MUNICIPAL, BOGOTÁ), N.O IX, 1939. Monumento inaugurado el 16 de septiembre como obsequio del Gobierno de México a Bogotá en el barrio El Nogal, frente a la vivienda que realizó el arquitecto Vicente Nasi en 1931 para el presidente Enrique Olaya Herrera.

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En el actual parque El Nogal, en la calle 77 con carrera 11, se encuentra la escultura del político y prohombre mexicano Benito Juárez elaborada por el escultor Juan Cruz Reyes. Esta escultura fue un obsequio del Gobierno de México para Bogotá en su IV Centenario. Como toda obra de arte de este país, se trata de una pieza de gran tamaño, y una de las esculturas de pie más grandes de nuestra ciudad. Según el Acuerdo 44 de 1937, la escultura debía instalarse en el extremo occidental de la avenida México, actual calle 7788. El acto fue realizado el viernes 16 de septiembre, día en que se celebra la Independencia de ese país, a pesar de que en la programación de los festejos del Centenario se tenía planeada para el domingo 28 de agosto. El acto fue encabezado por el presidente de Colombia, Eduardo Santos, y el ministro de México.

los Libertadores. Fue entregado por el Gobierno argentino a Bogotá como símbolo de hermandad y con ocasión del cuarto Centenario de Bogotá. Su entrega se realizó en dos actos. El 3 de agosto de 1938, durante la programación de los festejos del Centenario, se descubrió la primera piedra del monumento en presencia del presidente Alfonso López Pumarejo; y luego, en mayo de 1941, se entregó el conjunto en presencia del presidente Eduardo Santos. El diseño del espacio público y del pedestal fue elaborado por Alberto Manrique Martín y la escultura, que era una copia de la estatua ecuestre de la plaza de los Libertadores de Buenos Aires, fue elaborada por Joseph Louis Doumas.

El monumento a José de San Martín se instaló en la intersección de la carrera 7.ª y la carrera 13 con la calle 32, en un espacio conocido como plaza de 88 Hugo Delgadillo, Bogotá, un museo a cielo abierto: guía de esculturas y monumentos conmemorativos en el espacio público (Bogotá: Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2008), 248.

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ENTREGA DEL MONUMENTO A SAN MARTÍN. CA. 1942. FONDO DANIEL RODRÍGUEZ, COLECCIÓN MUSEO DE BOGOTÁ. El monumento a José de San Martín fue entregado por el Gobierno argentino a Bogotá con ocasión del Cuarto Centenario, en dos actos: el 4 de agosto de 1938 se descubrió la primera piedra del monumento, y en mayo de 1941 se entregó el conjunto, con el pedestal elaborado por Alberto Manrique Martín y la escultura, copia de la estatua ecuestre de Joseph Louis Doumas ubicada en Buenos Aires.

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ÁLBUMES

LIBROS, AFICHES, MONEDAS Y RECUERDOS

Dentro de tales publicaciones, los álbumes tienen un especial interés, porque por medio de ellos se quería dejar un registro de la ciudad de entonces. El Álbum Bogotá 1538-1938, de la Sociedad de Mejoras y Ornato, y el libro Bogotá IV Centenario 15381938, promocionados por la Librería Colombiana como “La Bogotá de hoy”90, fueron los álbumes que más se vendieron y se publicitaron como piezas de colección y como los libros que recopilaban y mostraban mejor a la ciudad moderna91. Dos libros más, ambos titulados Álbum de Bogotá, uno de ellos publicado por la editorial El Escolar, fueron puestos a disposición del público a menor costo para mayor acceso de la ciudadanía. A estos se deben agregar Bogotá colonial, Bogotá moderno. Homenaje a Bogotá en su IV Centenario y Bogotá 400 años: arte, comercio, industria, publicado por la litografía Jaramillo y Alcázar, el cual realiza una recopilación fotográfica acompañada de publicidad de empresas de construcción, como la

En 1938 salieron a la luz más de un centenar de publicaciones conmemorativas, entre álbumes, antologías poéticas, libros de Historia de Bogotá, ediciones especiales de institutos y academias, y números de colección de revistas y periódicos. Esta fue la primera vez que en Bogotá se realizaba tal cantidad de obras en un mismo año. Había que aprovechar la ocasión para que, además del respectivo homenaje, se consolidara una visión de la Historia de Bogotá. El Acuerdo 59 de 1936 y el Decreto 388 de 1938 fomentaban la producción y compra de libros relacionados con personajes bogotanos o con poesía sobre Bogotá89.

89 Yolanda López Correal, “La promoción de la cultura en la celebración del IV Centenario de Bogotá”, en Recordar la fundación, celebrar el futuro. 1938: el Cuarto Centenario de Bogotá. Textos 17 (Bogotá: Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, 2007), 167.

90 El Espectador, 4 de agosto, 1938. 91 “Dos piezas de colección”, El Tiempo, 20 de agosto, 1938.

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BOGOTÁ 1538-1938. 1938. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ. COLECCIÓN FUNDACIÓN DE AMIGOS DE BOGOTÁ


BOGOTÁ IV CENTENARIO 1538-1938. 1938. CAMACHO ROLDÁN. COLECCIÓN PARTICULAR


BARRIO RESIDENCIAL DE SANTA TERESITA. CA. 1939. SOCIEDAD DE MEJORAS Y ORNATO DE BOGOTÁ.


Compañía Constructora de Obras de Cementos, las Tejas Mayólica y los Ladrillos Simac, que mostraban el desarrollo de la ciudad gracias a sus productos.

de moda entonces, y la moderna, que estaba surgiendo en aquella década. La introducción de técnicas constructivas modernas, como el uso del acero, formaba parte de los anuncios en los cuales se publicitaba la nueva arquitectura de Bogotá, que se presentaba como la ciudad de vanguardia. Esta es la ciudad que se registra en los álbumes del cuarto Centenario y que hoy en día se echa de menos, así como ellos echaban de menos la ciudad colonial, pues los álbumes de 1938 resultaban también un ejercicio de reconocimiento de sus propios cambios. Por ejemplo, el álbum Bogotá antiguo. IV Centenario. Fundó Gonzalo Jiménez de Quesada para decoro de América, publicado por la Tipografía Nacional, habla de “la ciudad que se va” a partir de 32 fotografías del siglo XIX; según los editores, la mayoría de ellas tenían más de ochenta años y fueron tomadas con la primera cámara de fotografía que llegó al país. En varios de ellos aparecen fotografías de finales del siglo XIX y principios del XX, de lo que denominan “Bogotá antiguo” y algunos otros se acompañan de grabados sobre las joyas coloniales del centro de la ciudad. El libro Bogotá colonial. Homenaje a Bogotá en el IV Centenario de su fundación, publicado por la Ti-

Durante la década del treinta Bogotá había alcanzado un desarrollo urbano notable que se reflejaba en cierto esplendor arquitectónico. Fue en esta década que se conformó buena parte del patrimonio cultural bogotano, con barrios como Chapinero, Teusaquillo, La Magdalena, Palermo, Santa Teresita y Santa Fe, denominados hoy sectores de interés cultural. Estas obras fueron construidas en diferentes puntos de la ciudad y desarrolladas por arquitectos como Alberto Manrique Martín, Carlos Martínez, Alberto Wills Ferro y José María Montoya Valenzuela o por firmas de arquitectura como Casanovas y Manheim; Constructora Cóleman; Cuéllar Serrano Gómez; Herrera Carrizosa Hermanos; Fred T Ley y Cía.; Pérez, Buitrago y Willliamson; Rocha, Santander y Cía.; Tulio, Ospina y Cía.; Uribe, García Álvarez y Cía., entre otras. Se trataba de una ciudad que combinaba la arquitectura colonial y republicana con el art déco, 176


pografía Gómez y que contenía diez dibujos de la ciudad colonial elaborados a pluma por el alemán Jannot, recibió elogios hasta del presidente de la República, Eduardo Santos, quien dijo: “[…] con los evidentes poquísimos materiales de los que usted dispone ha hecho a fuerza de arte y de consagración una obra encantadora que quedará como de las más simpáticas del IV Centenario […]”92

Las Cruces, Egipto, San Victorino, Las Aguas y las Nieves. En 1920 existían cerca de dieciocho barrios designados como “barrios obreros”94, cuyas condiciones de vivienda eran muy precarias y el acceso a los servicios públicos era prácticamente nulo95. En estos barrios las habitaciones eran pajizas y pequeñas, desprovistas de agua, excusados y caños; las deyecciones aparecen esparcidas por todas partes. Decir barrio obrero en Bogotá significaba decir insalubridad, carencia de agua, excusados, alcantarillado y servicios de aseo y vigilancia96.

Estos álbumes solo reúnen imágenes de la ciudad mostrable, la moderna, la turística y la del progreso, que se pone en evidencia al hacer el ejercicio de comparación con fotos más antiguas. Estos álbumes dan una imagen parcializada de la ciudad y nunca muestran la otra cara, lo que debe permanecer oculto, como la pobreza que a principios del siglo XX se encontraba en los sectores populares del oriente y el sur de la ciudad, pero también en el norte y en el occidente93. Es de suponer que los lugares donde se presentó esta situación eran sectores tradicionalmente populares, como

ANTOLOGÍAS POÉTICAS Las antologías poéticas fueron también objeto de varias publicaciones. Es sorprendente la cantidad de prosistas y poetas que emergieron entonces y dedicaron sus poemas a la ciudad, a la conquista y a sus aspectos urbanos. El libro de ciento treinta sonetos titulado Almas y cosas de mi ciudad, de

92 “El álbum de Bogotá colonial del señor Gómez”, El Espectador, 10 de agosto de 1938. 93 Mauricio Archila Neira, Identidad y cultura obrera: 1910-1945 (Bogotá: Cinep, 2004), 58.

94 Archila, Identidad y cultura obrera, 58. 95 Fundación Misión Colombia, Historia de Bogotá (Bogotá: Villegas Editores, 1988), 30. 96 Fundación Misión Colombia, Historia de Bogotá, 32.

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Carlos Balen Groot, es tal vez el mejor ejemplo de lo que se podría llamar poesía urbana bogotana. Al respecto, por medio del Decreto 388 de 1938, el Concejo ordenó la adquisición de quinientos ejemplares de este libro para su posterior distribución gratuita97. En este texto, la poesía pasa sin mayor orden de aborígenes y conquistadores a la capa española, al copetón, al Chorro de Quevedo, a la cota de malla de Quesada, a la desaparecida silla de manos, a la silla frailera, al papayo, a la loca Benita, etc. Igualmente sucede con el libro Prosistas y poetas bogotanos, compilado por el Ministerio de Educación Nacional, en el cual se recopilan poemas de distintos escritores. La mayoría de periódicos publicados para el Centenario van acompañados con una amplia y significativa muestra de poemas, algunos de reconocidos escritores y otros de aficionados, cuya calidad artística evidentemente no es la mejor. Se trata de poemas de carácter evocativo sobre el pasado glorioso de la ciudad, sus calles, su cumpleaños y diferentes aspectos urbanos. Por ejemplo:

Oración lírica a Bogotá en su IV Centenario Dios te salve, señora de la risa y de las flores De los ojos azules como el rostro del mar Si Gonzalo Jiménez inició tus albores Domingo de las casas levantó en ti un altar.98

GUÍAS DE CIUDAD, CRÓNICAS Y RELATOS Las guías de la ciudad resultan ser una de las obras más interesantes para el IV Centenario. Las Guía del IV Centenario, de Antonio Saab, y la Guía ilustrada de Santa Fe de Bogotá, de Ricardo Valencia Restrepo, son ediciones oficiales especialmente importantes pues fueron realizadas exclusivamente para la celebración. Cada una incluye la programación de los festejos del cuarto Centenario de la ciudad, entre el 18 de julio y el 31 de agosto, y tienen secciones con suplementos referentes a los Primeros Juegos Bolivarianos. Desde el siglo XIX, estas guías tenían como objetivo mostrar los diferentes aspectos comerciales de la ciudad y su 98 Fragmento de un poema de José David Cañizales, publicado en la edición conmemorativa de la revista El Gráfico, 6 de agosto, 1938.

97 López, “La promoción de la cultura en la celebración del IV Centenario de Bogotá”, 167.

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simple revisión nos permite tener una imagen muy distinta a la que ofrece un álbum. La tercera edición de la Guía manual ilustrada de Colombia dedicó la mitad de su contenido al IV Centenario y a la fundación de la ciudad. Hace énfasis en la ciudad moderna, con edificios como la Biblioteca Nacional, la Universidad Nacional, el Teatro San Jorge y el proyecto de loteo del barrio Palermo, donde se estaba realizando la Exposición Nacional.

Estas publicaciones del Concejo de la ciudad se caracterizan por tener una portada muy elaborada que distingue a toda la colección.

La Academia de Historia participó con la publicación de varios libros de crónicas y relatos, algunos de ellos reediciones de versiones anteriores, como Estampas santafereñas, de Guillermo Hernández de Alba; Tradiciones santafereñas, de Manuel José Forero, y Bogotá, de Antonio Gómez Restrepo, escrito en 1918, pero que para esta edición se actualizó a la ciudad de 1938. Finalmente, el Concejo de Bogotá publicó las Actas de la Junta Municipal de Propios de Santafé 1797-1823 en tres tomos, una edición especial del Registro Municipal, Homenaje del Cabildo a la ciudad en el IV Centenario de su fundación 1538-1938, y el famoso libro Calles de Santa Fe y Bogotá homenaje en su IV Centenario.

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RICARDO VALENCIA RESTREPO, SANTA FE DE BOGOTÁ IV CENTENARIO 1938 - GUÍA ILUSTRADA. 1938. COLECCIÓN FUNDACIÓN DE AMIGOS DE BOGOTÁ


[ANUNCIO DE PRENSA. EXPOSICIÓN NACIONAL DEL IV CENTENARIO]. EL TIEMPO, 6 DE AGOSTO DE 1938.


PALERMO URBANIZACIÓN RESIDENCIAL. GUÍA NACIONAL (BOGOTÁ: S. E., 1938)

PÁGINA OPUESTA: PALERMO URBANIZACIÓN RESIDENCIAL. GUÍA NACIONAL (BOGOTÁ: S. E., 1938)



MANUEL JOSÉ FORERO, TRADICIONES SANTAFEREÑAS. 1938. COLECCIÓN PARTICULAR


ACTAS DE LA JUNTA MUNICIPAL DE PROPIOS DE SANTA FE DE BOGOTÁ V1-1797-1808 (BOGOTÁ: CONCEJO DE BOGOTÁ, 1938). COLECCIÓN PARTICULAR


REGISTRO MUNICIPAL. HOMENAJE DEL CABILDO A LA CIUDAD EN EL IV CENTENARIO DE SU FUNDACIÓN 1538-1938 (BOGOTÁ: CONCEJO DE BOGOTÁ, 1938). COLECCIÓN MAURICIO URIBE GONZÁLEZ


MOISÉS DE LA ROSA, CALLES DE SANTAFÉ DE BOGOTÁ. HOMENAJE EN SU IV CENTENARIO. 1938 (BOGOTÁ: CONCEJO DE BOGOTÁ, 1938). COLECCIÓN FUNDACIÓN DE AMIGOS DE BOGOTÁ


EDICIONES ESPECIALES

El 6 de agosto de 1938 empezó a circular una curiosa revista llamada Bacatá, editada por los jóvenes Alberto Villamil Rendón y Alfonso Lozano Caballero. El primer y único ejemplar contenía historias y poemas realizados por los pueblos de Cundinamarca a Bogotá, a la cual consideraban el corazón del departamento y el cerebro de Colombia. Uno de ellos, por ejemplo, decía:

Algunas revistas publicaron ediciones especiales para el mes de agosto. El 2 de agosto de 1938 se puso en circulación la edición conmemorativa de la Revista Cromos por cincuenta centavos. Se anunciaba que contenía la Historia de Bogotá desde su fundación hasta 1938. Contenía dibujos, escritos y la obra El romancero de Santafé, de Isabel Lleras Restrepo, la cual había sido premiada por la Academia Colombiana de la Lengua. El diario El Tiempo también lanzó un especial conmemorativo con una portada azul con la pintura de Gonzalo Jiménez de Quesada, obra realizada por Ricardo Acevedo Bernal. Al respecto, en la columna titulada “Emilia” de El Espectador, se afirma que la edición conmemorativa del periódico El Tiempo “es la primera que vale la pena de guardarse y de leerse. Aunque por su tamaño y material es un poco incómodo de leer, es interesante por los grabados y los artículos que hablan de la ciudad”99.

Homenaje de Guasca Salve a ti, Bogotá reina de andinas urbes generadoras de cóndores que apacientan la luz de sus amores con las épicas águilas latinas. Salve a ti que conduces y encaminas la pleyade inmortal de tus menores hermanas cuyos almas resplandores doblan la caridad de tus colinas. En el grandioso festival que apenas refrendará tu título de Atenas no cifrado en estéril hojarasca siquiera finja el balbucir de un niño escucharás con material cariño el homenaje férvido de Guasca. Guasca, Agosto de 1938

99 “Al margen del Centenario”, El Espectador, 7 de agosto, 1938.

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EL TIEMPO.EDICIÓN CONMEMORATIVA, 6 DE AGOSTO DE 1938. BIBLIOTECA NACIONAL DE COLOMBIA


ISABEL LLERAS RESTREPO. ROMANCERO DE LA CONQUISTA. CORTESÍA REVISTA CROMOS,1938


BACATÁ. 1938. COLECCIÓN PARTICULAR


NUMISMÁTICA Y FILATELIA CONMEMORATIVA

la celebración y porque la imagen allí reproducida pareciera más una fiesta que el cuadro de la misa fundacional. La otra imagen del billete representa la efigie de Gonzalo Jiménez de Quesada rodeada por las figuras alegóricas del trabajo y la riqueza, y extraída de una medalla de bronce elaborada por el medallista y escultor belga Alphonse Mauquoy para la Academia Colombiana de Historia.

El Banco de la República participó de los festejos con la emisión de monedas y un billete conmemorativos del IV Centenario. Estas piezas estaban destinadas, por un lado, a la circulación pública y, por otro, a ser obsequiadas como recuerdo al personal de embajadas y misiones acreditadas con motivo de los festejos de la transmisión del mando presidencial y a diferentes funcionarios públicos. El billete de 1 peso, conocido hoy en día dentro del mundo de la filatelia como “la pachanga”, es uno de los objetos más interesantes producidos en la celebración. La elaboración fue ordenada por el Banco de la República a la empresa norteamericana Bank Note Company. La imagen principal del billete representa la misa de fundación de Bogotá a partir de la pintura elaborada hacia 1920 por el pintor Pedro Alcántara Quijano Montero, y que se encuentra en el salón Gonzalo Jiménez de Quesada (antiguo salón del Cabildo) del Palacio Liévano. Su sobrenombre obedece a que el billete fue producido durante las fiestas de

El gerente del Banco de la República envió los dos primeros ejemplares del billete, en marco de plata y con las armas de la ciudad, al alcalde el 1.º de agosto, y luego fue puesto en circulación al público general el 6 de agosto100. Piezas similares fueron ordenadas por la Alcaldía de la ciudad de Bogotá: una medalla de bronce, otra de plata y otra de oro, elaboradas también por Alphonse Mauquoy, con la efigie de Gonzalo Jiménez de Quesada por el anverso, y en el reverso el escudo de Bogotá grabado con la leyenda “1538-1938 Santa Fe de Bogotá”. Las medallas de oro de esta colección fueron entregadas por parte del alcalde de la 100 “El Banco de la República y el IV Centenario de Bogotá”, El Tiempo, martes 2 de agosto, 1938.

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ciudad, en una ceremonia que se llevó a cabo en el Teatro Colón, a diez personalidades, entre ellas presidente Eduardo Santos y su esposa, Lorencita Villegas, y escritores como Antonio Gómez Restrepo. En esta misma ceremonia se entregó un reconocimiento a la comunidad salesiana y a la madre obrera ¡que más hijos vivos tuviera101!

tratadas por empresas colombianas para realizar piezas especiales. La Waterlow and Sons Limited imprimió la familia filatélica de siete estampillas con ilustraciones de Quesada, Bochica, la calle del Arco, la iglesia de la Bordadita, la iglesia de Santo Domingo, el escudo de Bogotá y la misa de los fundadores, imagen tomada de un grabado realizado sobre la ya mencionada pintura de Pedro Alcántara Quijano Montero. Esta misma empresa publicó una serie de doce postales de la ciudad con el título Bogotá 1538-1938. Otras piezas aún más curiosas y de difícil consecución fueron realizadas por la fábrica de Loza Roshentall, que produjo un plato con el escudo de Bogotá y la leyenda “Fundada el 6 de agosto de 1538”, el cual se vendía en la tienda de Durana Hermanos; y la fábrica alemana Graf von Henneberg produjo un plato conmemorativo en porcelana y cobalto que se vendía en la Cristalería Zapp con la leyenda “Cuarto Centenario de Santa Fe de Bogotá 1538-1938”.

En una clara añoranza del pasado monárquico colonial de Santafé, el Gobierno autorizó a la Casa de la Moneda la acuñación de una extraña moneda a partir de los cuños que conservaba de la época colonial. La pieza consistía en una moneda que llevaría por el anverso la efigie de Fernando VII, con una pequeña águila como representación del escudo de Bogotá, y por el reverso se encontraba el escudo del Imperio español acompañado extrañamente por los años 1538-1938. Empresas extranjeras, como la ya mencionada Bank Note Company, la Waterlow and Sons Limited de Londres y la fábrica Roshentall, fueron con101 “Ayer fueron entregadas las diez medallas del Centenario”, El Tiempo, 5 de agosto, 1938.

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BILLETE CONMEMORATIVO DEL IV CENTENARIO DE BOGOTÁ. "LA PACHANGA". 1938. BANCO DE LA REPÚBLICA. COLECCIÓN SANTIAGO CRUZ




PÁGINA OPUESTA: LA PRIMERA MISA EN SANTA FE DE BOGOTÁ, PEDRO ALCÁNTARA QUIJANO MONTERO. ÓLEO SOBRE TELA. 1920. ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ

PRUEBA ESTAMPILLA. WATERLOW AND SONS LIMITED / LONDRES. IMPRESO. CA. 1937. COLECCIÓN SANTIAGO CRUZ



MEDALLA CONMEMORATIVA DEL IV CENTENARIO DE BOGOTÁ. ACUÑACIÓN EN BRONCE. 1938. ALFONSE MAUQUOY. COLECCIÓN CARLOS FRANCISCO MARTÍNEZ

MEDALLA DE LA ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA EN EL IV CENTENARIO DE BOGOTÁ. ACUÑACIÓN EN BRONCE. 1938. ALFONSE MAUQUOY. COLECCIÓN PARTICULAR

PÁGINA OPUESTA: LA MISA (DIBUJO BASADO EN LA OBRA DE PEDRO ALCÁNTARA QUIJANO MONTERO). DIBUJO A TINTA CHINA. CA. 1937. AUTOR SIN IDENTIFICAR. COLECCIÓN SANTIAGO CRUZ


MEDALLA CONMEMORATIVA DEL IV CENTENARIO DE BOGOTÁ. BUSTO DE FERNANDO VII. ACUÑACIÓN EN METAL, EMITIDA POR EL BANCO DE LA REPÚBLICA. 1938. COLECCIÓN SANTIAGO CRUZ


FAMILIA FILATÉLICA CONMEMORATIVA DEL IV CENTENARIO DE BOGOTÁ. 1938. WATERLOW AND SONS LIMITED / LONDRES. COLECCIÓN SANTIAGO CRUZ


POSTALES BOGOTÁ 1538-1938. 1938. WATERLOW AND SONS LIMITED / LONDRES. COLECCIÓN ALFREDO BARÓN LEAL


PUBLICIDAD PLATO CONMEMORATIVO ROSENTHAL. 1938. EL TIEMPO, 4 DE AGOSTO DE 1938

PLATO CONMEMORATIVO. PORCELANA. 1938. ROSENTHAL. COLECCIÓN ALFREDO BARÓN LEAL


PUBLICIDAD PLATO CONMEMORATIVO CRISTALERร A ZAPP. 1938. REVISTA PAN, N.ยบ 23, AGOSTO DE 1938


bia y una serie de canciones alemanas y colombianas104. Las relaciones con Alemania y otros países se plantearon también en una serie de exposiciones y muestras de arte en diferentes lugares de la ciudad, por ejemplo en la Biblioteca Nacional, donde Bolivia, Panamá, Ecuador, Venezuela y Japón participaron en muestras de arte y ferias de libros traídos de estos países. En Barranquilla se realizaron una misa campal, un desfile militar y una marcha con antorchas de clubes deportivos de la ciudad105. Allí mismo, la naviera colombiana bautizó a uno de sus mejores barcos para pasajeros con el nombre de Jiménez de Quesada106. El alcalde y miembros del Cabildo de Tunja y el gobernador de Boyacá, entre muchos otros, entregaron al alcalde de la ciudad un cuadro del fundador de la capital boyacense, Gonzalo Suárez Rondón, realizado por el maestro Miguel Díaz V.107. En París, el 5 de julio se hizo una recepción con invitados internaciona-

Homenajes externos Los homenajes de otras regiones de Colombia y de otros países también formaron parte de la celebración. Mientras que aquí el libro Calles de Santa Fe y Bogotá, de Moisés de la Rosa, sirvió para devolverles a las calles del centro de la ciudad su antiguo nombre con la postura de unas tablillas verdes con letras blancas en las esquinas de la ciudad, en Berlín, Alemania, se le dio el nombre de Bogotastraes a una calle de 200 metros de longitud ubicada en un barrio residencial de esa ciudad102. El Cabildo de Bogotá recibió esta noticia a través de un cable enviado por la Legación Colombiana de Berlín como símbolo de amistad entre ambas naciones103. El evento se llevó a cabo el 6 de agosto y a este asistieron altos funcionarios oficiales y delegaciones extrajeras, así como miembros de la sociedad berlinesa. Contó con una audición por radio, retransmitida en Bogotá hacia las ocho de la noche, la cual empezó con el himno de Colom-

104 “El sábado se inaugura la avenida Bogotá en Berlín con solemne ceremonia”, El Tiempo, 4 de agosto, 1938. 105 “Sentido homenaje a Bogotá hubo ayer en Barranquilla”, El Espectador, 9 de agosto, 1938. 106 El Tiempo, 20 de agosto, 1938. 107 “El homenaje de Tunja a Bogotá”, El Tiempo, 4 de agosto, 1938.

102 “Las calles de Santa Fe”, El Espectador, 29 de agosto, 1938. 103 Registro Municipal, t. IX, 1938, 58.

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les y de Bogotá con el objetivo de hacer un homenaje a la ciudad por su cumpleaños y, por medio de la colonia francesa, se entregó la biblioteca del científico Federico Lleras Acosta a la ciudad. Ciudades como Quito, Panamá, Ciudad de México y Lima enviaron delegaciones de los cabildos de las ciudades capitales a entregar diplomas de felicitaciones al Cabildo de Bogotá. La capital era el centro de una jubilosa radiación nacional sobre la cual confluían los fervientes homenajes de las más apartadas regiones108. Bucaramanga envió a la capital una comisión nombrada por el Concejo Municipal de esa ciudad con el objetivo de entregar una hoja de tabaco tallada en oro109. Girardot y Cali enviaron también tarjetas de oro y Antioquia envió un “chicharrón” o una pepita de oro encontrada en la mina La Clara de Puerto Berrío; el grano de oro tenía un peso de 434 castellanos y ley de 864 milésimos110. España, a pesar de la guerra en que se encontraba en Europa, también parti-

108 “Ofrenda”, Bacatá, 1938, 1. 109 “Hoja de tabaco tallada en oro se obsequiará a Bogotá”, El Espectador, 1.º de agosto, 1938. 110 Registro Municipal, n.º 8, 1938, 404.

VILLA EN LA CALLE BOGOTÁ EN BERLÍN. DISEÑADA POR EL ARQUITECTO FELIZ LIEBERT EN 1905. OSCAR GRÜNER / VERLAG FRIEDRICH WOLFRUM & CO. HOCHSCHULBIBLIOTHEK GEORG-SIMONOHM-HOCHSCHULE NÜRNBERG.

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PÁGINA OPUESTA: CALLE BOGOTÁ EN BERLÍN. FOTOGRAFÍA: GISELA ZARATE, 2018.


cipó de los homenajes y obsequió una flor con las siguientes palabras: Nosotros los hijos de España hemos renunciado ya el recuerdo de un Cortés destructor de templos, de un Pizarro encendiendo hogueras de Inquisición, de un Quesada conquistador, de un Balboa conduciendo jaurías contra los indios de un Ponce buscador de oro porque por el porvenir del mundo y de la cultura lo que importa es la imagen de un Cortés levantando ciudades, de un viejo Pizarro plantando naranjos andaluces en los huertos del Perú […] y es finalmente la imagen de un Jiménez de Quesada tan vuestro como nuestro en el que vosotros colombianos no recordáis nunca el guerrero sino al fundador y el licenciado porque vosotros sabéis muy bien que nuestra raza como el pueblo Colombia con el pueblo España no se ha rendido nunca a la espada ni a la escuela pero siempre se ha rendido generosamente al corazón y al espíritu.111

El gobierno de Bogotá decidió realizar la Lotería del Centenario con el objetivo de recoger fondos para las obras que se estaban haciendo. Muchos de estos billetes de lotería fueron adquiridos por los cabildos de otros municipios del país, como Popayán, Cúcuta, La Calera, Chinú, Ocamonte, entre otros112. Cali entregó un diploma, un escudo heráldico de Bogotá con el lema “Cali a Bogotá en su IV Centenario” y unas placas con algunos de los antiguos nombres de Santafé113.

112 Registro Municipal, n.º 8, 1938, 208. 113 Registro Municipal, n.º 8, 1938, 240.

111 El Tiempo, viernes 19 de agosto, 1938.

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TARJETA DE ORO OBSEQUIADA A BOGOTÁ POR EL COLEGIO DE SANTA LIBRADA DE CALI. 1938. REGISTRO MUNCIPAL (IMPRENTA MUNICIPAL, BOGOTÁ), T. IX, 1938

HOJA DE TABACO EN ORO OBSEQUIADA POR LA CIUDAD DE BUCARAMANGA A BOGOTÁ. REGISTRO MUNCIPAL (IMPRENTA MUNICIPAL, BOGOTÁ), T. IX 1938

ACUERDO 25 DE 1938 DE LA CIUDAD DE CALI, EN EL CUAL SE ASOCIA A LA CELEBRACIÓN DEL CUARTO CENTENARIO DE BOGOTÁ. REGISTRO MUNCIPAL (IMPRENTA MUNICIPAL, BOGOTÁ), T. IX, 1938


PUBLICIDAD Y CARTELES La publicidad y los carteles publicitarios también jugaron un papel importante en la celebración. Varias empresas nacionales y extranjeras dedicaron diversos anuncios publicitarios para saludar a Bogotá el día de su cumpleaños, los cuales aparecieron en periódicos y revistas. Entre los homenajes publicitarios dedicados al cumpleaños de Bogotá se encuentran los realizados por empresas como la Compañía Nacional de Cigarrillos, los Almacenes Ley, Parker, Johnnie Walker, Scadta, el Servicio Aéreo Colombiano, la Compañía de Tejidos Unión, Bavaria, Glauser and Company, la General Electric, Máquinas Pfaff, etc. Algunos anuncios contenían, además del saludo a Bogotá, mensajes que invitaban a los Juegos Bolivarianos, la atracción principal dentro de los eventos de la celebración. Otros carteles invitan a la Exposición Nacional del IV Centenario, realizada en donde hoy se encuentra el barrio Palermo, pues varias empresas exhibirían sus productos en este evento que era considerado la segunda atracción principal de

PUBLICIDAD SCADTA. 1938. EL LIBERAL, 12 DE AGOSTO DE 1938

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PUBLICIDAD SCADTA. 1938. EL LIBERAL, 12 DE AGOSTO DE 1938


PUBLICIDAD COMPAÑÍA NACIONAL DE CIGARRILLOS S. A. EL TUNJO. 1938. EL TIEMPO, 6 DE AGOSTO DE 1938


ANUNCIO TEATRO MUNICIPAL. 1938. REVISTA BACATÁ, 6 DE AGOSTO DE 1938


ANUNCIO DEL HOTEL GRANADA. 1937. RICARDO VALENCIA RESTREPO, GUÍA ILUSTRADA. 1938. COLECCIÓN PARTICULAR


Artistas como Marco Ospina, Sergio Trujillo Magnenat, y Santiago Martínez Delgado, entre otros, elaboraron una amplia colección de carteles relacionados con el Centenario. Un tercer cartel, diseñado por Ospina, fue elaborado especialmente para invitar a la gente a las celebraciones de la ciudad. Este afiche consistía en una abstracción de varios símbolos bogotanos: la plaza de Bolívar, los cerros de Monserrate y Guadalupe, el Capitolio Nacional y las desaparecidas fuentes de la plaza, con el lema “Visite a Bogotá en su Cuarto Centenario”115.

la celebración. En la exposición participaron 105 empresas de varios rincones del país, como Bogotá, Barranquilla, Medellín, Cali y Cartagena, entre otros114. En los anuncios se invitaba a la feria para disfrutar también de las “grandes atracciones”, como pistas de baile, de patines, restaurantes, carros de carreras, aeroplanos y competencias. Otros también invitan a las Ferias y Fiestas de Fontibón, donde se realizaban “juegos en potreros gratis y vigilados”; y algunos más a los Festejos Populares de Paloquemao, donde se presentaban corridas de toros, globos monstruos, fuegos artificiales, verbenas, bandas de música y competencias de piropos. Para el 6 de agosto, el Teatro Caldas anunciaba que, en conmemoración del IV Centenario de la fundación presentaba, la obra de teatro De Bacatá a Santafé, en la que se ponía en escena cómo se realizó la conquista española y cómo se fundó la ciudad. Una obra de teatro similar a esta se había presentado el 6 de junio de 1877, titulada La fundación de Bogotá, donde se desarrollaba una acción que sucedía el 14 de agosto de 1539.

Ospina también participó en el concurso organizado por la Dirección General de Censos de Edificios y Población para promover el Censo Nacional de 1938 y elaborar algunos de los afiches, al igual que Sergio Trujillo Magnenat y Santiago Martínez Delgado. Con los resultados se realizó una exposición de carteles, considerada como la primera exposición de este tipo en Colombia116. La obra de Martínez se desarrolló principalmente en revistas 115 Pedro José Duque López, Cartel ilustrado en Colombia: década 1930-1940 (Bogotá: Universidad Jorge Tadeo Lozano), 299. 116 González, Marco Ospina, pintura y realidad, 45.

114 Rodríguez, “La Exposición Nacional del IV Centenario”, 45.

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ANUNCIO HOTEL GRANADA. 1938. REVISTA PAN, N.O 23, AGOSTO DE 1938


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VISITE A BOGOTÁ EN SU IV CENTENARIO. 1938. MARCO OSPINA. FUNDACIÓN MARCO OSPINA PRO ARTE

COMPAÑÍA COLOMBIANA DE SEGUROS. VIDA. 1538-1938. 1938. COLECCIÓN PARTICULAR


como Cromos y Vida, con diferentes alusiones al Centenario, a Gonzalo Jiménez de Quesada y al pasado colonial y prehispánico.

¿VEINTE AÑOS NO ES NADA? Muy bien lo canta Carlos Gardel en su tango Volver: “sentir que es un soplo la vida, que veinte años es nada”. ¿Qué son veinte años? ¿Es mucho o es poco? Todo depende de cómo se mire y se plantee. En especial cuando se trata de proyectos urbanos. Una curiosa caricatura de 1940 nos sirve de ejemplo, ya que plantea críticamente la cuestión de lo que quedó inconcluso para el IV Centenario. Efectivamente, muchas obras se desarrollaron con posterioridad a 1938 y algunos planes de modificación urbana y de mejoras en los servicios públicos no se habían cumplido para 1940, por lo que el artista augura su conclusión para el quinto Centenario.

Por su parte, Sergio Trujillo Magnenat fue quien creó más obras relacionadas con el Centenario. Su obra se reprodujo en diferentes carteles, revistas y libros, como el relato de La ciudad creyente y el Romancero de la Conquista y la Colonia. El afiche color azul que representa a la iglesia de San Francisco con el lema “IV Centenario Bogotá 1938” resulta emblemático para la celebración.

En 1988, Bogotá cumplió 450 años de fundación y se planteó una nueva celebración, quizás con menos impacto urbano, posiblemente al ser Bogotá una ciudad mucho más grande o porque no se llevó a cabo un ambicioso plan de obras y de celebración durante mes y medio, como el que se hizo para 1938. La celebración de 1988 se desarro218


CARICATURA V CENTENARIO. 1940. LISANDRO SERRANO. EL TIEMPO, 7 DE FEBRERO DE 1940


lló a lo largo de una semana, del 1.º al 6 de agosto. Se entregaron publicaciones históricas, se hicieron verbenas en barrios y localidades, desfiles de coches antiguos, partidos de fútbol entre Millonarios y Santafé, charlas, conferencias y exposiciones, y eventos en la Media Torta. Se trasladó la escultura de Gonzalo Jiménez de Quesada a la plazoleta del Rosario y el gobierno de Portugal donó un mosaico y una fuente para la plaza Holguín, sobre la calle 10.ª, a un costado del Palacio de San Carlos. Una obra interesante fue la remodelación de la avenida Jiménez, que sacó los rieles del tranvía, amplió sus andenes y la decoró con dos escudos de Bogotá en el suelo: uno entre las carreras 7.ª y 8.ª, y otro en la plazoleta Nueva Granada, a la altura de la carrera 5.ª. Esto entre muchas otras actividades.

momento, como la Ciudad Salitre, la Ciudadela Colsubsidio, la remodelación de la avenida Jiménez y el proyecto de la Nueva Santa Fe. La exposición planteaba también una visión futurista de la ciudad, por ejemplo en el desarrollo de un diseño de la plaza de Bolívar, y se preguntaba cómo sería la ciudad de 2038. Su objetivo no era mirar a Bogotá en tonos de sepia sino ver y plantear un futuro posible. Quizás esta es la misma reflexión que queremos suscitar con la exposición y su respectiva publicación, al hablar de 1938 como “el sueño de Bogotá como una capital moderna”: ¿Cómo soñamos la Bogotá de 2038?

En esta celebración, el Museo de Arte Moderno y la revista Proa organizaron una exposición titulada “Bogotá cuatro y medio: transformaciones, proyectos, visiones”. En esta se hizo un breve recuento del desarrollo urbano de la ciudad, desde su fundación hasta la urbe metropolitana, y se exponen algunos proyectos en desarrollo para ese 220


"BOGOTÁ 500 AÑOS: VISIONES". MUSEO DE ARTE MODERNO PROA.BOGOTÁ. 1988.


por medio del deporte”. Cuerpo, Cultura y Movimiento 5, n.o 1 (enero- junio de 2015): 50-78. Izquierdo, Germán. “Los libros nazis de la Biblioteca Nacional”. Revista Arcadia (Bogotá), n.o 152, 23 de mayo, 2016. https://www.revistaarcadia.com/libros/articulo/biblioteca-nacional-1938-libros-nazi-hitler-goering/48884 López Correal, Yolanda. “La promoción de la cultura en la celebración del IV Centenario de Bogotá”. En Recordar la fundación, celebrar el futuro. 1938: el cuarto Centenario de Bogotá, 161-174. Textos 17. Bogotá: Facultad de Artes Universidad Nacional de Colombia, 2007. Lucena Giraldo, Manuel. A los cuatro vientos: las ciudades de la América hispánica. Madrid: Ambos Mundos, 2005. Rodríguez Freyle, Juan. El carnero. Bogotá: Círculo de Lectores, 1985. Rodríguez Guerrero, Gabriel Felipe. “La Exposición Nacional del IV Centenario: el mapa de la modernidad”. En Recordar la fundación, celebrar el futuro. 1938: el Cuarto Centenario de Bogotá, 5-71. Textos 17. Bogotá: Facultad de Artes Universidad Nacional de Colombia, 2007. Saab, Antonio. Guía del IV Centenario de Bogotá. Bogotá: Editorial Centro, 1938. Periódicos y normas Acuerdo 34 de 1933. Acuerdo 12 de 1935. “A las diez se inauguró la Escuela General Santander”. El Espectador, 4 de agosto, 1938. “A las 11 de la mañana fue inaugurada la Cárcel Municipal”. El Espectador, 30 de agosto, 1938.

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