Saltar navegación e ir al contenido principal
Biblioteca digital de Bogotá
Logo BibloRed
Saltar el buscador

Esta ingresando al contenido principal

1920.jpg
  • Exposición
  • Ciencias sociales

Estás en: Manuel Zapata Olivella, cartografía de una vida

Pasión vagabunda

Los viajes fueron una gran fuente de aprendizaje e inspiración para Manuel. Explora los relatos de viaje que escribió a partir de sus experiencias en Centroamérica, Estados Unidos y China.

Desde su juventud, Manuel sintió una necesidad de ser y de conocer que sació a través de los viajes. Se autoexilió de Colombia, llegó a Centroamérica y después a Estados Unidos. Incluso viajó a China como invitado al Primer Congreso de la Paz de los Pueblos de Asia y del Pacífico. En cada uno de estos viajes encontró personas y experimentó situaciones que describió en sus relatos. En esta sección conoceremos un poco más del vagabundo: un escritor, una viajero, un observador.

«Sabia ignorancia»

¿Qué queda después de leer? ¿La sabiduría de conocer otras vidas y otros paisajes o la angustia de saber que no se vive lo que otros viven ni se viaja por medio de sus palabras? Manuel Zapata Olivella llamó a esa angustia mezclada con consuelo «sabia ignorancia». En sus lecturas juveniles conoció el vagabundaje en las historias de otros: autores vagabundos del amor, vagabundos de la historia, vagabundos del conocimiento, del arte o de la revolución.

Los libros, como lo cuenta a su hermano Juan en la carta a manera de introito en Pasión vagabunda, despertaron en Manuel un llamado al viaje, a conocerse y conocer a otros a través del caminar; a escuchar y escribir; a huir de Colombia para expandir sus límites. Con el viaje buscaba saciar su necesidad de ser.

Su primer descubrimiento lo tuvo cuando viajó a Bogotá desde su natal Lorica para estudiar Medicina: pocos eran los estudiantes de su raza, de su color. Al final de la carrera, en 1943, y con la angustia de ser, emprendió un viaje a pie que comenzaría siguiendo —sin éxito— los pasos de Arturo Cova, el narrador de La Vorágine. Después, tomaría ruta hacia el norte para llegar a Centroamérica y Estados Unidos. Un viaje en el que el destino o meta tenían menos peso que la propia añoranza del camino, superar obstáculos y tragarse la belleza del paisaje.

Mientras viajaba, escribía. Como resultado de casi cinco años de viaje, Manuel publicó dos libros: Pasión vagabunda y He visto la noche. El primero cuenta su experiencia en Centroamérica, donde fue boxeador, cargó bananos y café, lavó platos y ejerció como médico y periodista.

El segundo, He visto la noche, se centra en sus experiencias en Estados Unidos. El racismo y la pobreza, resultado de las leyes segregacionistas Jim Crow, forman parte de un contexto en el que también presenció la hermandad, la revolución y el ejercicio de la política al ritmo del jazz; así como la literatura del Renacimiento de Harlem, el barrio neoyorkino que conoció gracias al apoyo del poeta Langston Hughes.

Después de ese primer vagabundeo regresó a Colombia. «En la Costa hay la costumbre de enterrar la placenta de los hijos para que no se alejen nunca de la tierra. Algo así me pasó. Después hice otros viajes pero siempre regresé a mi tierra», dijo en una entrevista cuando le preguntaron por su retorno al país. Unos años después, en 1952, viajó a la República Popular China, época en la que solo se podía llegar con invitación previa. Junto a varios intelectuales, participó en el Primer Congreso de la Paz de los Pueblos de Asia y del Pacífico en Pekín. Manuel consignó sus experiencias en un país antiguo, pero recién formado después de la guerra civil, en el libro de viajes China 6 a. m.

En 1965 Zapata Olivella emprendió otro de sus viajes, esta vez por España, Francia, Alemania, Checoslovaquia, la Unión Soviética y China, en la primera gira fuera del país del Grupo Internacional de Danzas Folclóricas Colombianas, liderado por su hermana Delia Zapata Olivella. El objetivo que compartió con ella en esa travesía fue mostrar la danza y música de las costas colombianas en diferentes escenarios alrededor del mundo.

Para Manuel Zapata Olivella el viaje fue fuente de experiencia, conocimiento e historias. A partir de los lugares que recorrió y las personas que conoció, puso en duda y reconoció su identidad, sus ideales, sus objetivos y su escritura. Ahora, a través de sus textos podemos rememorar su vida, sus viajes y sus libros. Podemos recrear los pasos de un vagabundo que viajó a pie y vivió para entender sus luchas y las de sus ancestros.

Recursos recomendados

Tres textos, tres realidades

«He visto la noche», «Pasión vagabunda» y «China 6 a. m.» relatan las experiencias de un Manuel que huyó del país para recorrer Centroamérica a pie; de un latino de color que experimentó el racismo en Estados Unidos y de un colombiano viendo el renacer de una nación ancestral después de la guerra.

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones

Itinerario de lectura

A través de los itinerarios de lectura puedes profundizar en las temáticas y los momentos de la vida y obra de Manuel Zapata Olivella que hemos abordado en las diferentes secciones de la exposición. Con mapa, brújula y una propuesta pedagógica para la reflexión, entrarás en terrenos en los que el diálogo y la lectura conjunta de diversos materiales te ayudará a explorar muchos de los cuestionamientos de Manuel en tu cotidianidad.

Si eres un viajero solitario en esta exposición, puedes resolver estas preguntas con nosotros y ahondar en la reflexión que inspira la vida y obra de Manuel. Si eres un mediador y acompañas a un grupo en el recorrido por la memoria del Ekobio mayor, estos itinerarios te ayudarán a dinamizar tus espacios de mediación con propuestas pedagógicas pensadas para dialogar alrededor de temas como géneros literarios, momentos históricos y reflexiones sobre la raza y la cultura en la obra de Manuel.

El viaje como género

Los viajes de Manuel Zapata Olivella y los textos escritos a propósito de ellos son una muestra del interés del escritor por la tradición literaria de los relatos de viaje. En este género, el viaje y la escritura se mezclan para ofrecer relatos de experiencias y descripciones de lo vivido. Antes que Manuel, varios autores viajaron para perderse, encontrarse y escribir sobre lugares desconocidos del territorio americano. La tradición de las crónicas de Indias, durante los siglos XV y XVI, y los diarios de viajeros en los siglos XVII, XVIII y XIX dialogan con libros de la tradición clásica, como la Biblia o las tragedias griegas, que parten de la premisa del viaje y el movimiento transformador.

A partir de la lectura de los relatos de viaje Pasión vagabunda, China 6 a. m. y He visto la noche, de Manuel Zapata Olivella, y de los relatos de viaje de otros autores, dialogaremos sobre el viaje como género y la tradición de estas narraciones en América Latina. De esta forma crearemos una bitácora de viajes cotidianos. En esta colección podrás encontrar todos los recursos que necesitas para nuestro itinerario de lectura: Colección Pasión vagabunda.

Vagabundo en otras tierras

¿Qué es el viaje? La mayoría nos hemos desplazado de un lugar a otro con el fin de descansar, explorar, conocer o cambiar de ambiente. En el apartado «Por la ruta de Arturo Cova» de Pasión vagabunda, Manuel dice que la única forma de huir de Colombia era como turista o vagabundo. A partir de experiencias propias, y de la lectura de «Carta a manera de introito» y de «Por la ruta de Arturo Cova», dialoguemos para identificar la diferencia, si la hay, entre turismo y viaje. ¿Qué diferencia al turista del vagabundo?

A través de los ojos del autor

Las crónicas de Indias fueron de los primeros relatos de viaje de América. Su objetivo principal era documentar y describir el nuevo continente: sus paisajes, animales, personas y culturas. Desde esta descripción, pretendían ser objetivas y decir la verdad; pero, sin quererlo, el autor terminaba modificando el relato según sus creencias e ideologías.

Con la llegada de los españoles a América, el mundo se hizo más grande; y las crónicas son muestra de la sorpresa y extrañeza de los ojos que la miraban. ¿Qué suele pasar cuando viajamos? ¿Nuestro mundo se hace un poco más grande? Leamos uno de los textos del libro Cronistas de Indias en la Nueva Granada (1536-1731) y uno de los relatos de China 6 a. m. pensando en el papel del autor al describir lugares y culturas diferentes a las que conoce. ¿En qué momentos se evidencia la mirada del autor al describir lo que ve? ¿Qué tanto se parecen la naturaleza, los paisajes y los animales que se describen en las crónicas a los que conocemos?

El relato de viaje

El relato de viaje, como género literario, tiene unas características especiales que han sido definidas por investigadores:

Si eres un mediador con un grupo, divídelo para que cada uno pueda leer apartados de uno de los relatos de viaje de Manuel. Después, respondan en una plenaria:

Bitácora de momentos cotidianos

Manuel viajó para saciar su necesidad de ser y, en el proceso, descubrió cosas sobre su propia identidad reflejada en los otros. En los relatos de viaje el otro es vital para quien escribe. A partir de la identidad del autor, de sus experiencias y creencias, se narra lo nuevo. ¿Es posible ver cosas cotidianas con ojos de un extraño?

Experimentemos como autores llevando una bitácora para describir varios de nuestros recorridos cotidianos. Describamos un recorrido en bicicleta, un viaje en transporte público o una compra en la tienda, y hagamos una lectura en voz alta de los textos escritos. Recordemos las características del relato de viaje, los textos de Manuel y los descubrimientos e inquietudes que planteamos a partir de los caminos recorridos.