Saltar navegación e ir al contenido principal
Biblioteca digital de Bogotá
Logo BibloRed
Saltar el buscador

Esta ingresando al contenido principal

Ciencia para niñxs_ Curiosidad_D
  • Exposición
  • Ciencias naturales

Estás en: Cartografías del asombro. Un recorrido por la ciencia comunitaria en Bogotá

Asombrosamente cotidiano

Explorar, preguntar y experimentar son formas de habitar el mundo desde que llegamos a él. No hace falta atrapar bichos ni hacer experimentos extraños: basta una pregunta para empezar a explorar.

La curiosidad hace parte de nuestra naturaleza. En la niñez esa curiosidad se expresa de manera más desbordante y espontánea, en una mezcla entre asombro y la necesidad de entenderlo todo de inmediato. De niños, la observación, las preguntas, la experimentación y las respuestas tienden a ser directas, imaginativas y desafiantes. No es que en la adultez dejemos de ser curiosos, solo que lo hacemos de una manera un poco más estructurada y condicionada bajo experiencias previas. Esta es una invitación a la curiosidad, esa chispa que enciende la exploración, iluminando preguntas que nos llevan a descubrir, aprender y reinventar el mundo.

Y ¿por qué?

Aunque la curiosidad y la imaginación son los recursos más valiosos que tenemos, están en peligro. Esto se debe a que, a medida que crecemos, nuestra curiosidad se mezcla con rutinas y expectativas cada vez más complicadas, que la relegan a un segundo plano.

El "¿qué quieres ser cuando seas grande?" de repente se torna en un enjambre de convicciones y obligaciones, donde las preguntas curiosas se apagan y conducen a respuestas predeterminadas. Pero, ¿qué pasaría si recuperamos esa chispa de la infancia? Algunos dicen que quienes se dedican a la ciencia tienen esa chispa un poco más encendida, pues su vida gira alrededor de hacerse preguntas que nadie más se ha hecho.

La curiosidad como la mejor escuela

¿De qué formas podemos cultivar esta curiosidad desde la niñez? ¿Qué ocurre cuando nos alejamos de encontrar la solución más rápida y, en cambio, abrazamos la duda y la imaginación? Los niños y niñas de Bogotá nos enseñan que existen formas de aprender el mundo y hacer ciencia sin necesidad de grandes tecnologías.

La ciencia, entonces, no es solo una disciplina académica que sucede en laboratorios a puerta cerrada: es un viaje constante de descubrimiento y fascinación. Nos enseña a cuestionar lo evidente y buscar más allá de lo que vemos. En este sentido, un científico o científica también son quienes mantienen viva la curiosidad. La curiosidad es la capacidad de maravillarse ante lo cotidiano y de encontrar magia en lo que otros subestiman.

Esta es una invitación a abrazar de nuevo a la curiosidad y volver a asombrarnos en nuestra vida diaria.

Debemos mirar con más atención, permitir que nuestras mentes recuperen la curiosidad de la infancia, hacernos más preguntas y no conformarnos con respuestas superficiales. Observemos, exploremos, experimentemos, ya habrá tiempo para revisar lo que no funciona, pero primero, atrevámonos a preguntar y probar.

La do-ciencia

¿Cómo pueden los profesores, mediadores y cuidadores alimentar la sed de curiosidad de la juventud?

En Bogotá, existen personas que le apuestan al aprendizaje desde otras perspectivas, en donde lo importante no es estar en lo correcto, sino mantener la mente abierta y dispuesta a encontrar otros caminos para hacer ciencia.

Descubre en este video algunas experiencias que buscan alternativas a la experiencia de aprendizaje.

Recursos recomendados

¿Cómo podemos despertar la curiosidad aprendiendo sobre ciencia?

Recopilamos algunos contenidos que te pueden ayudar a recordar que el quehacer científico surge de hacernos preguntas sobre el mundo.

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones