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Libros de thomy

Libros chéveres, Editorial: EDELVIVES, ilustrados por: Benjamín LACOMBE
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  • Avatar creador Thomas  Romero Salazar
    Creador Thomas Romero Salazar
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Biblioteca de Señoritas - Año II N. 39

Por: | Fecha: 15/01/1859

.. II. Revista de Bogotá. e, el olrno d l --tutlio i la laboriosidnd, i (•1 úni- 1\Iui poco e lo qu hai que contar que pu 'da co i ' .. Ju. ivo d .)seo <.1 's rútila la sociedad, pue- 1nt re. ar a nu tra" 1 e tora .. f.,a. fi ta qn ~, - d '11 haber ll 'vado a citna. gun nos han in f'ot1nado ha habido l'll la plaza del J atna'" ~e habia publicado un tratado cotn pl to :seiior 1\n·ubla, o n 1\lonja~-burrro, corno di ) don de ortografía c.a .. tcllana; i los 1n titutores se han Eui nio l iaz, han llarnado n1ui poco la at ncion. Yi.sto ·on~tant rnt.)nt' Pn grand s apuros para en­' 1' a 1 p a r • e e q u E' • '""t a (·la..., ~ d e fi s la · en 13 o g o t á se s P ií a r d t• bid a tn en te esta parte d e la g r a t n á t i e a , si n ~ .. tá anticuando co1no las palabras capote, ala- una guia, in una sola regla que facilitase el apren­tnaco, 'sclavina i otras quc.a In. civilizaciou ha ido diznje · pu s la de observar i st:'\guir el uso de poco a poco poniendo n derrota ·on lo objeto lo autore ~ -clá~ico~ , ps un buen cons ljo a faltad) qu r pr 'sentaban. otro tHPjor, pero no es regla . <·gura para facili- Lo que tna .. ha dado de qu • hablar "n toda la tar el aprendizaje de la ortografía castellana. · erna na s la ituacion de 1 n Óp("'ra ¿ ~ t• acabar<Í 1~1 fíor 1 pi a no G onza lez, a quien tanto debe o no . a acabará : a e hnbrün atni tado otra 1·1 juventud de u pais, i que fué el prirnero en v~:z? ómo se queda O$~i in beneficio? 1 ~ .. o l3ogolá que introdujo en su :lstab1ecitniento de i rna~ e prt .. guntan todo ... , in obtener re ,pue ta al- ducacion, con1o cosa necesaria e indispensable, guna sati fac{oria. I a todas :-. tn , nosotro .. n()"' el e tudio erio de la ortografía castellana, no abi~tnamo · a sola"" p n ando c.;¡n cótno es po ·i ole pod i a tn éno de apelar por toda guía a ]a práctica; tanta cli~cordancia entre Jos jénio de la ntJnonía.. i así raque, para enseñar n1ateria tan importante, 1To hai r lll dio, el adajio aqu l de que'' en ca~a dictaba a sus discípulo largos trozos de historia de herrero cuchillo de palo," es el adnjio mas JI e- o literatura, que laboraba cuiuaclosamente de no de verdad de cúanto~ tiene la Jeno-ua ca .. tclla- antetnano, i en los guese encontraban los vocablos na. i son los n1édicos, viv n quejúndo e de en- de llHls difícil ortoo-rafía, i aquellos que, co1no fern1edaJes i dolencias, i tnu ho de ello no salen corbela i corveta,, abrasa?· i ab'ra=ar, bello i vello, de ]a catna ~i no por tnuerte de un obispo; si son basto i ttaslo, ena i cena, zumo i surno, cebo i sebo, las panadera ;..,e co1nen el pan que queda crudo o i otros, s0 pronuncian deltnistno n1ouo en la Atné· el que se quema; si On lo. matadores, cuanUo llc- ~ rica española, i cuya ortografía varía con el . ig­gan a probar la carne, e, de brazo o cogote; i .. ¡ nificado.. ""'na vez escrito' los espresatlo .. trozos son los jénios de la arn1onía, no viven sino de di- por los alutnnos, el señor González correjia a ca­sonancia!' C'"'panto.·as i peligroso de acordes. <.la uno de nlJo. u plana particular1nente, dándo- Tatnbi ~ n ha dado rnucho de que hablar ]:!Jlllfo- les al propio tietnpo ciertos consejos sPgun los saico, periódico literario, redactado por cu-atro jó- erro r es que cncla uno babia cotnetido. J~sto era ven ·, cn~ ... O" n o n1br es ~otos b< tarian para acre- d todos Jos din., durante dos o tna~ afio .. , al cabo Jitar cualqui r publi ncion: los ~efior< .José 1\la- d~ los cuale!', Pra seguro que lo " alurnnos cono­nuel ñiarroquin, l{icardcJ arra. quilla, .José la- cian a fondo la ortografía, pero, e~o sí, a fu rza ría V c:.rgara i Joaquín ].J orda . IIan vi~to ya la luz d(~ dictar, e~cribir, COlTPjir i acon "' uar. 1 ~eñor pública tres nÚtll ro~, i el cllarto ~aJdrá todo Pll J\ Iarroquin la gloria de haber aliviado en la en e­v e r. o, que es tanto con1o decir que 1\Iarroquin i ñanza <.le e .. ta n1aleria, una de la s rnns inlportan­Carra quilla se han propu sto hacernos ele año t es en la in .. truccion de la juventud, un ntil por nuevo el regalo tnas delicioso que puede hac )rse ciento (ll trabajo de l os in. titutores i (•1 de los a u ' Critnrc ·, dándono"' un nún1ero <-ntero del ]}fo- di ·cíp ulo s. A. él la gloria de ser el pritnrro que saico enriquecido to uo él con u.') initnitab le ~ co- ha :\scrito un tratado racional i cotnpleto de la pJa . D 'se arnos a la publicacion <.le nue tro · con1- ortografía castellana; pues ni e n l~ ... paña P o­pañero de n1artirio (pues¿ que otra cosa es sino n occ una obra, no diretnos cürnpleta, pero ni nt c-_ el tnas l!ruel martirio redactar pPriódicos literario uiocre siqui~ra sobre a unto tan esenciaL El se­en este. país?) larga vida i tn ejor suerte de la que ñor ~Iarroquin ha venido, pue ·,a resolver el pro­} e ha e a bid o a 1 a pobre B 111 L ro 'l' E A , que, e u a n t o b le n1 a de 1 a enseñanza J e la ortografía e a te llana ; mns se afana por gustar, tnénos en "O se tn erece. i es seguro que, por m ed io de su tratado, un nifio , Acaba de publicar e en la tipograf1'a de los que haya estudiado gratnática, e.._cribirá ortográ-señores Pizano i Pércz una obrita titulada 'I'n ATA- ficantcnte en n1 é nos de s )is rne es. DO COMPLETO DE ORTOGRAFÍj\. C .A TEIJLAN.A POH Jo- F.Jn otra ocasion, cuando ha)' Bogotá dos ji- ca "taíio i de peoi:· a~pecto que e J primero : e~ te gantes colinas, a la una de las cual e s llatnan Gua- iba cargado con un a tillo formulado en costales mui dalupe, i l\'Ion ·errate a la otra; teniendo en u eri- negro , llevando todos los encargos para la casa, zada cú ·piue, la últirna, una e rrnita que, de"dH n1u- con 1 ·te nt ~s en tnaiz, chocolate i sal, i un real chas legua de distancia, percibe la vista fácilrnen- de vela~ acornocladas en un tarro de guátlua. Un te. Algunas ce sus faces se ven cuhierta de perro mui lanudo sPguia detras de la viajera, i una miserable vejetacion; pero otras, enteratnente vez que ayuel se detuvo en confidencias con un verticales, 1nu e .. tran la arenosa roca de qq.e se inclivid u o de su misrna especie que bajaba para con1ponen, como lo"' trozos de una muralla fortni- la ciudad, ella, parando el caballo en el camino, dable. El pequeño rio que atraviesa la ciudad, le gritó: aparece por una temibl e grieta que se Jlatna el Azabache! tomáf quichito! l3oqueron, i la cual, adornas, sirve de camino a los 1 El p e rro dió un ahullido por respuesta, i corrió páram os de Oriente, a la parroquia de Choachí, ? a ponerse al pié de la eñora. i a algunas otras. ~ l\1Ias arriba del itio llamado "El paso de la A la derecha, al pié de Guadalupe, e abre ~ Aduanilla" reposaba '"entado un caballero alto de del rio una acequia, que conduce las cristalina · e u erpo, de facciones tne la ncólicas i color ntore­aguas a las pilas i fu e nt es públicas, i a much,,s ; no, que tenia un libro en la man·o, abierto por una casas particulares; i olra que va a impulsar la ) látnina en que ·e veían caracoles i conchas, i a m á 1uina de tejidos i algunos n1olinos ntas. El cuy os pié se notaba r movida la tierra con un cu­ruido de la fab rica, e l golpear de la lavanderas i chillo que e .. taba cerca . Luego que el tropel de S\lS confidencias, o sus regaños, fortnan un ron- S los e aballos dejó ue ~ e r ahogado por el estruendo­traste raro con el silencio del otro lado, donde > dP.l rio, levantó el solitario los ojos, i viendo a la aparece , entre los áridos barrancos, la arboleda de ~ carbonera del rosado, que pasaba por el frente, ]a quinta de Bolívar, dejando ver, por entre sus ( le dijo : verdes copas, una pila <.le ja .. pe i algunos de Adios! sus corredores. 'in e fu erzos nos lleva el pen- Adios, señor ! le contestó ella, poniéndose samiento a felicitar el destino de aquellas si- tnui colorada. lenciosns paredes, que sirvieran de temporal retre- ~ l\li e ncargo ? l e dijo el caballero. ¿Se le han te al lib Et rtador de Colombia en otro (iompo i a < olvidado 1nis fó~iJe--? las educandas de Bogotá en la época presente .. . :r o, señor; es que hasta ahora no he topado ¡Salve palabras sacrosantas ''lib ertad i educa- nada, pero estoi con el cuidado. cion ! '' ~ Yo veré! dijo el solitario, volviendo a fijarse Por el cauce del rio ácia arriba se ven trozos an1e- ) en su pequeño libro nazantes de ro~a, a la altura lle ciento o doscien- ( A pocos pasos alcanzó a la viajera un carbo­tas- varas, entre ellos el llamado '' Pico de Gua- ~ nero que llevaba dos bestia por delante, i con camaya, "que la ilu ion hace ver desde Bogotá ) a ... pecto de reconvencion, le dijo: como una cabeza de esta a\r~, ason1ándose Üe en- > Opa! 1 toda,ría me lo niega 1 tre la grietas de la pel1a, pero que no es sino un Qué· cosa? le respondió la. jóven como ad-can de roca atravesada en el borde de aquella, 1nirada. como un trozo de leño, volando tnas de dos varas Lo del cachaco •••• N o se haga tan disimu-ácia a fu era. lada. Es un contraste que enternece ver en un plie- ¡Así todos mis pecados! Avemnria! esclatnó gue de aquellas e. pantosas peñas la labrq,nza del ella. " Alto de las cabra " de un infeliz arrendatario, ~ I entónces por qué se la pasa él aguaitando el cual tien~ que subir teniéndose con una mano, ~ en lo mas oscuro de los caminos, entre las peñas? miéntras que en la otra lleva el azadon abollado Buscando unos pescados que •••• por las piedras. De este establecimiento baja una Entre las peñas? •••. no me haga U. tan de fuente que, al llegar al camino,se desliza bañando , una vez •••• no vaya a ser a U. a la que él quiera con diversos hilos i gotas la peña viva, en un ancho ~ pescar! ' • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .. l~I'r AS. 1 -1\. tní para qu ? •••• Lu ego nv hai p sea Jos 2 guidas qu e ·aceu ,,epultadas, i que cornponen l a s f us i les ? c ape de la part e del globo q u e hoi hab i ta n las ii r e n qu é p e. c a do .. fu .. ilesa o-or a ! s peci ' :5 tnod e rnas . - ,..- í, eño r: hec h o~ p ied ra ; i conch a i cara- I.J os paran1 e r-o no sal ian qué pen ar de l os pa-co 1 es. e os j o 1 ó ji e o ~ d e do n J o rj e . Un os l <) tenia n p o r - ¿ l>n qué ya no es a pr~'"' t ar la candel,, n i a ( jubila<.lo otro por s anto, i otros por guaquista. t o mar el fi atn bre , ni a e n c arga r rnadern, ni a pre - La r e putacion d santo ra rnui del caso e ntre g untar po r lo venados q u e arri rnan? ••• I "'O q ue aquella jenlc senci l la, qtH· veía :\ 1 con t inente r e ­soi tn n c o tudo .... . fh .xivo deJ nat u rali~tn, .· u propension a la sol e c.la d , - -En v r u a d que e l c a ball ro no e d eso~, i su trato t an af~tblt' i hutnani t ario con los infe li­po rq u e aun q ue nos t o pa por ahí , n o n o ~ ha b la s in o ces. olan1ente lfuljencio; e l para tnPro, disen t í a s as pi e dra c o 1n o e n la t ie r rn,. e b ab ia pu e t o a lee r co n 1na p ront i tud i con n1énos co to . E s nu1s el capítulo 14 de lo l...f e tn e n lO u e J eo l oj ía ue l at nd i tlo ell }as tesorer í a~, en l o~ ll1Crc a dos , e n l os doctor I.~y e H, " obre f o rn1ac io n e s re c ie nte s i te1·- alrn a cP nes, i h as t a f' n el ce :n ent ri o . 1 l n Cll an t o ciarías." a la t· e putac i on d sabi o, n o h u i p a r a q u é - d ec ir. r ... o podia e l profe sor encontrar un .. iti o mas 1 ~ ) conce pt o d e g uaqui ~ ta tarn p uc o Pra un d )s - silen c io o en todo el rnu ndo, ni e l c auc e del pu e nte pr o pó s it o , pu ·s án t Ps qu e d o n J o rje f r ec u e nta se de J=>andi , ni la cueva de 1'uruni, ni l o,.. R o b 1.)s d e a q ue ll o"' parajes, otro.., ha b ia n es tado p o r allí bus ­Fu..., a g a!' u g á, i ú 1 t i t n a rn e nt e , n i e l e e n1 ent e r i o , n i e a n do la gua e a de 1 " H oy o el e l e n n d o , " q u e ; se­las catacuJnbas. D e solita ri o pa s a ,l s it io a l úo·u - gun los pa r a rne r os , c rct un d epós i to de esc u dos e n hre i e '"" pant o~ o. ' e l e van t an a un lado i a o tro Ja la fal d a de Guucla l upe, ju n to a un p Pq u eño m anan ­p e ñas corno rnuralla. d e fo rm e , erizad a· d e picos t ial, dan do v i~ t a a la p ue rta d e la Verac ruz, en te ­co n1 o ca ~ ti 1 1 e jos o to r re . , ha t a 1 a altura de e i e n t o n · a do a 11 i po r u n 1 i e o d e Sa n ta f é , qu e , a l j r se a o do cientas v·a ras, tno .. trando retazos en que s e E -- paña, lo e pultó j u n tam e nte c o n e l c ad áve r d e l ven e s tup e ndas lajas arregladas corno ladrillos d e e c lavo qu e le a y udó e n la tnani o bra, d ejaudo por alg un calicanto, litnpia de veje tacion e n partes, s eña "" e l p uiial clavad o. Añad e n que un car bo­rni e ntras que en otras asornan entre las gri e tas rai- n e ro que ha lió e l p u ñ a l i lo pre ent ó a la A udi e n­ces, pa j as i ratnas, como en algunos e difici os d e c ia , fu ¿ s in d ic a do conto c ó tnp l ic e, ha s t a qu fl , p or Ja ciudad de ~fariquita. ~ ' i hai algo qu e s e pueua un os papel e .. hallados e n ,artaje na, s e d e scifró PI llarnar e pulcro, fu e ra d e las hu e sa s o c e tnente rio s , tnistPrio, e splicado por e ltuis m o a c tor e n art1culo es aquella grieta e spanto s a; i si hai al g o qu e pu- de 1nu e rt e . E uJEN IO Dí.Az. di e ra llamarse el jeniu d e las ruina , , podría s e r don Jorje s e ntado en aqu e lla actitu d . .f1~l arbusto llatnado trornp e to, e l tun o , el salvi a 11na poetisa de trece a ñ os. · n egro i el cordoncillo no aparece n alll sino para Esc ri ben d l\1 ad r id co n fe cha 11 d o ctubre : n1 e n g li a de la vejeta e i o n ; i si la í1 o r d e 1 a b o r 1 a "1, e n g o g u e e o n. i g 11 a r u n nomb r e 111 as e n 1 os Íro, L_ l n1udo, lnt rte, dcsrnayado 1 yerto, !di triste cor,tzon s.igued~ i~rto'1 Tan ricas, bellas i esplenden~es ga las ¡,Qué in1pona que de::pliegue la na t ura 1 rrilla i d e ot r os ,·a t e ? ( i (.¿ué i1nportan los perfnn1e' que en sus alas 1\ l e trae Fa von io a 1n i nlan _ron o cura 1 ¡,Qué lo-s cantare que de cunor exhalas, l\1elíflno ruiseñor, en In espesura, I e ~ o ' 1nunnurios del crL, ral sonoro ~l ue yo enturbiara con nli acerbo lloro'? Elena a d iv in a a Na p oleon, i co rno no can ta pa· ra el mun d o, s in o para e lla mi s tua, pu ls a su lira i arroja so nid o s a d n1irabl es . C o mo pru eb a d e nue tr o ase rto , dan1o s a l a e s­tampa e~tos y e r sos d e E l ena, consag r ados a l h éroe de Auste rl i t z : - De tu cañon los rimbombantes sont»s A ún prll"ecen tronar por e l vacío, 1 que ondean tu~ fúludo ' pendones De,de el J o r dan al Be r esina frio. Cuan to nliden d e l é t e r las r ejiones l .Jogró abarcar t u i ru ne n so pod<· río; Q ue t u águ iJa in1pe r ia i quiso e n su vu elo BaJo .-u-> alas cobtjar el suelo. L a fa 1na al estende r , se fatigaba, D e t us h azañas la inmo rtal n1 cnto r ia I tré m u la ji1nió }a üen ·a esclava, B ajo l a pesadumb r e de t u g l oria. J.J a fortu n a ~u electo te acJarnaba, J a r ra ..., t r ~ndo t u ca r ro la v ic~oriaF Jb as h o ll ando envejecidas l eyes, 1 a l m undo dando en tu s soldados r eyes. 1\JTas ¡ ai! r~frena tu arroga n cia fie r a, 1 n o alces t anto la cesárea frente ; Qu e e~ r ei el sol d~ la celes te e::,fe r a 1 rije o tr o poder su car ro a r d i e nt e. S i a tu pa~o tembló la Europa ente r a, N o a l dest ino do1nar quiera~ de1nen t ~ ; Que a u nque a l seniÍrlo e l corazon se asombre, ¡J iga n te de l a guerra! t ú eresho tnbre . L a v oz q u e ri je a l sol, q u e a l m a r q u e bra nta , Dic tó l a l e i q u e o b e d eció e l d e=' t i n o , 1 a un so pl o se r o n1 pió bajo tu pl a nta D e l á ureo ca rro e l eJe di a tn a ntino . .. ru g loria h uyó , c u a l po l vo que le v a nta I esparce al punto e l r a ud o t o rb e llin o , ¡.:nvolv ien d o e n ~us b rum as ...;a nta Ele na Al astro pu ro de l\ i a r e n go i Je n a. S ~ < 1'ínüdo el corazon, casi ~e asu la De t u eterno viuor naturaleza · Pues ... ien t o al¡~e ~de la suerte' injusta l Joblar~e ya 1nijuvenil cabeza. y· o a1no las son1bras de la noche adusta; Las den:-..as bnuuas- la invernal tri!)teza: 1 tne place escuchar los ronco~ sones - on que rujen violentos aquilones. 1 nsensata de nl Í ! Du l ce consue lo ¡, Dú n de lo puedo halla r ? N o : n i l a n oche De su opaco crespo n te n d ido e l velo ; ..... ... ¡ la a u r o r a ~ d sa li r d e su áu r eo coche; 1\ i e l cie r zo rud o d e v as ta n do e l suelo; 1.\'i e l au r a abriendo de la ftúr el broche: 1.'\ a da le place al corazon doliente, " Q ue ya cansado de latir ~e si ente. La que infeliz de~dc e 1 nace r ha ~ido, En todo e n cuentr a sol edad i ho r rores .. . . Para mi pobre pecho dolorido - o tiene ya la pri 1na vera flores, ~ "' i J u z e 1 e i e 1 o, ni 1 a 111 a r .., o n id o , .. ·¡pa z la noche, ui la !'lurora albores .... J)ónde encont ra r r efujio n1i espe r a nza ,., ¡ ~~olo a la t un1 b a n ü d olo r n o alca nza ! · l1 ... n la a ur o ra, c uando d ebe prese ntir l o· dolore s, El ~ na s e pinta a gobiada p o r e l p e so d e ellos, i ve ~ n eg.r o t o dt~ _Jo qu e d e b e se : d e col o r de rosa: ¿ n o ~ e-- t a esa na na c antand o h o t a Jo s tr ece año s l o q u e cantará cuand o haya pr obado t ristezas i atn arg u­ras , cuan d o la c o pa d e la v id a n o l e brind e 1nas ' c~;? rito s ndl_l·dc para 1 ecornpen a l 1 J 1110. ¡ 'st par . ~ ~o· un e l ord n ln\· ariahle del juego, s o Llega al palenque de fu~ letra la fdtin1a; p ro ( sacó t\1 r efran que d ía a í: e:s bi e n g 1ro qu e ·u bi rá adond o lo e:s dad o :su- ~ "M a s \•ai pájaro e n m a no que buitre \•o lando." Lira los qu e no llevan ala pre tadas. 'I'odos lo:s eoncurrent s solta1nos la ri .. a a de - Correspondencia d Ubaque. E n :\ro, 12 de 1 ~9 . p cho d e la ciío rita qu e p rxnan er í ( séria i co­lor ~le s arlata ; a r glon seguido se leyó el ver­so 1gu1ente: _ T o todo 1 o prO'-'e to se realizan, i rn ucha · " Lo s ca till os ~n r.l aire J " • 'uelcn se r pcrjudiciale · : vec .. Í1o .. e r al izan corno se proy e tan · a í e ' A t a n alto"' edificios que el baile donde la ·t;ñora * : , d ~ que hablé en "rTo hai ba s t an t es nultcriales. 1ni anterior, 1 lo ~ conlpadres que tlebian sacarse Apesar d lo alusivo del verso las risa. fu ron en 1 a no eh e de 1 di a de año n u evo, no t u vi <: ron 1 u- rn é nos es t repito "' a , porque 1 o .. j ó v r n es er e yero n gar el prin1 e ro ino el do~, porque un pa ~o a 11 "' >· faltar a la galantería, continuando una burla que tn eque, a donJe concurrieron gran parte de la "'e - tanto disgu "taba a la cñorita r; pero el para-qué ñ o r i t a , J a · d e j ó tan fatigad a · q u e n o e e u e o u t r a - 1 e i u o i q u e d e i a a .. í : ron di puesta a soportar las faena de Jos cotn- '' l)ara que se tnire en se <'spejo," padre . hizo olvi<.lar las bu \na· int ncion ' de los caba- An tes de entrar a describir la di \ r r~i on de lo llero , i dieron rienda suelta a la h i Iaridatl con compadre en !a noche del dia do·, <.lebo d cir a ruido , a.· carcajadas. mi .. Jectore. que tuve. la ruejores intf!n ion e s del I a. ados unos poco~ mom e nto .. , todo quedó en mundo de ofrecerle~ en esta carta una noticia ~o4 .. nc- caltna, i .. e .. continuó )1 ju .. go con r o-ularidad i ta sobre el oríjen de lo cotnpadres; pues he crei- órd e n; tal V(~z tnuchos i n1Úcha · no 0 quedaron do que sPría de un grande in te res el conocitniento contentos con us comadres i co1npadr s, pero yo, de las raice~ de esta costurJ1bre, que tan con1un ec. hornbre sin pretcnsione ni e "' peranza -- , quedé en nuestro pais i que ha <.lado lugar a n1as de un cornpletan,ente atisClcho con rni matrona coma­gran baile. Per:suadido,pues, de que el traba jo tne- dre, que 1n e protnetió cuidal'me n1ucho en el pa­recia la pena, me puse a consultar toda e"\ las obras seo del fin cl \1 año, a que tengo n1 u i buen as in ten­que creía rne podían ilu trar en esta in ve tigacion; sione de asistir. i ni los E ji pcios, ni los li enicios, ni los Griego , I.Ja funcion concluyó con algunas vueltas de ni los Caldeos, ni los Asirios, ni lo ,hino ·,ni baile, al son de una deleilo a baudola hábihnente los Romanos, ni los .~ rabes, ni los 1\1 uisca., ni los tocada, i todo no retiran1os contentos i satis­Aztecas, ni los Tunebo , ni los oajiros dicen na- fec hos. da sobre esta int re~ant e co turnbre; i de. pu s de 'orno creo que e '"' ta será )a últinHt qu e escribo tantas indagaciones he \·(!nido a persuadirn e de desd e el pu e blo de Ubaque, potqu c el destino que los únicos d·atos que babia sobre este particu- tne llatna. a e, a ciuuad, voi a hablar algo obre lar, debieron caer en el famoso incendio de la bi- las n1odas xnas notables dC!! e ta ocicdad ; i no blioteca de Alejandría. vayan a reirse porque hablo de 1noda , que en Pues, con1o iba diciendo, el dos por la n oche e te pueblo, aunque pequeño i r e tirado, ta1nbien nos reunirnos en una h er1nosa sala, a donde ha- las hai, i tnui legante~ i variadas. bian llevado de antetnano tod0s los elementos ne- La señorita· se vi --- ten jeneraltnente con telas cesarios para la funcion, es decir, rnultitud de pa- sencillas, como Jas zaraza .. r ejcnles, lo li tados pelito:s con los nornbres d e las señoras, señoritas de algodon i lana, i las tnus elina ~ . Los traj s son i caballeros; los verso , lo .. r e franc .. , i lo pa?·a- aju.tados, pero sin cotilla, i llevan iPnlpre una qué, cuidadosamente escritos i arrollados a rna- jardinera del rni "tno jénero, que l1ace veces de pa­nera de cigarro. De pues de haber colocado caaa fiolon o tnanteleta. La crinolina tarnhi en acampa­clase de papelitos •:n los coz r e~ pondi e ntes sotnure- ña a ]as bellas paseadora , aunque no con la. co­ros, se depo~itó cada otnbrero en las n1anos de losale Jirnen iones de las que se usan en la ciu­los jóvenes mas honrados que babia en la r eunion, dad. Los cuellos a ]a renaissc¿nce son los rnas u a­con el objeto de impedir las trarnpa, que, segun dos, i sus largas puntas, que caen sobre la espalda dicen, son tnui frecuente en este juego. Una vez ~ i el pecho, hacen un belJí ~irno juego con las ne­posesionado cada cual de su de~tino, el jóven que gras trenzas en que tejen sus cabellos, único pei­tenia en un. sotubrero los nombres de las señoras, nado que aco lumbran; así es que los burujos no sacó uno i leyó recio el de la señorita ; in- ' ti e nen aplicacion ninguna en este pueblo. En Jos tnediatatnente el que tenia los papeles con el notn- son1breros hai una xnayor variedad quP en el resto bre de los caballeros sacó uno, i cuando lo estaba uel vestido : Jos de jipijapa, finos i p eq u eños, con desenvolviendo se notaba en la fisonornía <.le Ja una ancha cinta negra en la copa, i cujros laz os señorita la emocion que la ajitaba; el latido de caen ácia un lado, son bastante usados; pero los su corazon se oía a alguna distancia i su respira- ~ que pueden llamarse a la tnoda propiarnente, son cion estaba contenida: ella esperaba, sin duda, ~ los de paja de Italia con grandes alas caiuas ácia un compadrito especial; pero, qué chasco! cuan- ~ adelante i ricia a tras, tern1inadas con una blonda do leyeron el notnbre del seiíQr N. caballero dis- ~ o encaje negro de seis dedos de ancho, i que, cu .. tinguido, pero avanzado en años, ella no pudo < briendo casi la totalidad de la cara, dan un aire de ménos de manifestar su disgusto con un jesto, i ~ misterio que embellece hasta a un cococlri lo en creo que hubiera dado hasta un grito de espan- < forma de rnujer; los colores 1nas otnunes en es­to, si no hubiera considerado que descubría un se- < tos sotnbreros son el carmelita 1 el gris, con aclor­ereto. 1 para cohno de burlas, parece que el re- S nos de cintas de colore3 adecuados, i colocaJos , , • .. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - 14 DE RITAS. con csqu1sito gusto; alo-unas v ces tienen adornos de rarno .. de pequeñas flore~, que le ientan tnui bien . Por últitno vienen le. tle fi e ltro, de diferente:s tamaños, con blonda i adornos enteratnente se­nl e jan tes a los de paja J e I t a l i u, que sin d u da son los rnas elegantes i de gusto mas r ·fin \ldo. :8n e uan to a las co tutn brcs, nincru nas son mas putas i "enci ll as, que la s que se lle~ran en e l pue­blo de U baque. La franqu eza en las relaciones, la sinceridad en las ofertas i la hospitalidacl para con todo el tnundo, son lo ra..,go:s característicos ue la fzuniJias que habitan por es te tien1p0 e n e -- ta de 1 i e i o.· a n1 orad a. Las vi ita.. no ti e n e n hora cl e­tenninaJa, ni la ca" a s lugar especial para r eci­birla : los corred o t e ·, las ventanas i aun la mis rna calle sirven .. de salones d e r ec ibo, in que se e chen d e o1 Pnos l os divanes, las turquesas ni los e pejos. La n ~ccs idad J e ocupar el t ie tnpo e n las horas que no son d e baño ni de pas~o, hace las vi~ itas tan ftecu e ntes, qu e puede decirse, qu e los habitantes de Ubaque llevan todos la vida de una sola familia, con las costurnbres patriarcales de los primeros ti e mpos. Tal v e z tnañana tne despido de mis antiguos amigos d e quince dia , i confieso que el , .. alor me falta, i que t e mo mucho que las lágrimas corran por n1is m ejillas al decir adios. P e ro la finn e resolucion que tengo de volver al fin del año, i la esperanza de encontrar a las mismas familias, me datán fuerzas para emprender de nuevo el ca­mino de Bogotá, el que de ~ eg u ro re e o j erá l1 o n dos suspiros escapados de mi pecho. Ñor Juancho i Ñuá :Petrona. Novela orijinal porun humori 5ta ingles, traducida al caste­llano clá -- ico por L. II. L. PRÓLOGO . .1. o puede existir novela sin pró logo, como no puede existir ave sin ala , pescado sin agalla· i diablo sin rabo. E to lo dijo Aristóteles en uno de sus 1nanuscritos perdidos, de los cuales no se sabe sino que se redujeron a gas i ceniza en el incendio de la biblioteca de Alejandría. Esto sen­tado, o de píé, o acostado, como se quiera, entre­Jnos en el fondo de la cue tion, rebosando en aque­lla inefable, íntima, irrecu able i sincera satis­faccion que se esperimenta de pues tle haber curn­plitlo con un itnperioso deber; i cuando la con­ciencia está tan limpia, pura i trina, como el canto del cucarache ro, la Rosina de nuestros bosques. Nuestra novela no será romántica; será el á i­ca en superlativo grado; i para no esponernos a de ]izarnos ni un ápice, ni un punto matemático de nuestro propósito, aunque nuestros héroes vi­v- en en las montañas, i lo ma natural habría sido arrancar una plun1a del ala de una águila, ta­jarla con cristal c.le roca i tnojarla en tinta del cie­lo, despues de haber bebido ahí la inspiracion; he m o .. prefe rido, como el arroyuelo. que, ansioso de lJ anura. d <:'se i ende el e J os nevad os i bu e a su • lecl1o i abre su cauce por entre eltnusgo i los gui-jarro , saltando por ·obre las rocas o e co dién­do .. e entre la rnal ~ zn.; hcrno ~ prefe rido, repetirnos, bajar a la llanura, e tacándono lo piés, llenán­donos de sabañones i tropezándonos con los terro­nes, en pos de un ganso, para robarle una pluma de la cola i beber inspiracion en su mollera. I es con quesla piuma, caro lector, que e~tamos escri- 1 biendo esta nov e Jita, la qu ~, aunque clá ica, no pert necc a escuela nin guna \onocida, ni a la d las 1 iéves, ni a la d e anta Bcirbara, i mucho n1 "'­nos a la de 1 a n ict orino. I J , A CU .1\. Ii n o tnbr c Juancho Guainá , l cuna ]~ ... pino me dió .. Ciudad qu • no se fundó, Ni se fundará. jurnas ~ ; Pues b i e n, cuenta r or J u ancho : tuye por tna­dre a Bríjida Diaz. Padre no tuve, o al n1é nos no tn e acuerdo haberlo t e nido ; solo o.cé que nací al pié de un espino, i eso de o ida .. no tna , por­que tampoco me acuerdo hab r pre enciado tan tri "te acontecimi e nto . I Petrona dice que, gracias a Dios, ni pad1 e ni n1adre ha tenido; i en sus pe­le as conn1igo se afirr11a orgullo í.. itna en que mas h o nroso es no haber nacido que hab e r venido al mundo d eb ajo de un d )spreciable espino, que no sirve ni siquiera para l eña. ¡ Qui é n creería que siendo mi cuna tan espino .... a corno lo fué, hubiera yo ll egado a ser lo que soi ! l o se sabe cótno ni cuándo fuirnos a parar P e trona i yo a la haci e nda de hutnbipe ; lo cierto fué que cuando árnbos habíamos llegado ya a la edad de diez años poco mas o ménos, eché de ver, para mi desgracia, que la n1uchacha no era rnaluca de cara, i ella tne agarró un cariño que uaba 1niedo. Recibimos ha ta In edad de doce años Petrona j yo, sPgun mis cuentas, doscientos n1il trescientos dí~z i ocho azotes; ciento treinta i dos mil puutapié , hot tadas, pell1zcos i ra~guños; muda1nos de pellejo corno las culebras, mil ciento trece veces ; no nos desayunarnos con alitnento alguno novecientos veintiun dias; dornlimos cons· tantemente al raso, sin mas cobija que el cielo, ni mas cuero que el puro suelo; i no nos muda­mos de ropa sino síete veces, si puede llamarse ropa lo que hacia alarde de e u brir nuestros cuer­pos. Pero hubi~ra preferido esto i mas a lo que luego me sucedió; la muerte misma tne hubiera sido mas grata. Por entre Jos harapos que abrigaban e] cuerpo de la infeliz Petrona, se divi aban las formas rnas eductoras: brazo bien contorneados, pantorri­lla clásicas, unos ojos, un pelo, una cara que ni los azotes, ni el so], ni el hambre, ni ]a desnudez habian podido desfigurar. u piel aseada habria sido tan blanca cotno la nieve. Le coji, o 1nejor dicho, nos cojirnos un cariño atroz; i como cui­dábamos desde la edad de cinco año una manada de ovejas, con1Íamos en ]a rnisn1a e cudilla nues­tra flaca n1azamorra: un sorbo ella, otro yo. Así habríamos querido pasar en la inocencia, nuestra 'ida entera; pero j ai! al hijo de mi amo .se,le antojó hacer asear a Petrona, comprarle enaguas de frisa, carnisa con arandela bordada de negro i colorado, mantilla negra, sornbrero cubano, i, lo que fué peor, Jlevár ela a la ca~ a al servicio de su rnadre. uando ]a ví n1e pareció un ánjel ; qui e hablarle, ya na me conoció. 1 iña Petrona, le dije casi llorando ¿ya no me conoce? -"--i Anda a cuidar tus ovejas, andrajoso, fué su respuesta. l\'le quedé frio; hubier-a preferido recibir diez mil azotes i ayunar di~z años. Empezó a decaeY • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BIBT..~IO'I'EG 1\ lJ 1~ 15 mi ánimo desde ese dia; cotncnzaron a p rd;r~en1e __ Cotno a eso de las cinco dieron vista a un valle ' las oveja , i anapan~ 1ni fipl ~:ozqut_,, se 1n e huy·ó. nuevo para 'U· ojo , h errnoso por la variedad de .l o habia congoja io-ual a la n1ia; pue rne bice "Us cot~tol'nos, i p o r )as ~a a ... de can1po, que, aun­in e_n i?.l.e a tod~ los tnalos trat~tniento" qu e "e que pajJZn la nu ~, blanqneab n con gra1 a ilusi o n m e Hl fl 1 J 1 a n e o n t 1 n u a n1 ente por n1 1 aban d n n o. P or al lado de á r boJ <.l s a i 1 a dos n d e a J CY. lJ nos tr r u p o.. de fin me achacaron el robo tlel pe r ro i de la .. oveja,, , bo que. 11~1 Ir o vill e ro, La 1\l e reeJ l!Jl .. \ r bol i Lo i i, arna;rado i a fu e rza de palo i rejo me lit>varon ~~~r as casa · de ~ampo, de que ya ~cnian noticias, a la caree]. (Co Hinuará.) fiJaron la at~nc1on de la ~ viaj e ras. 1\1 anochecer ocu paro u esta la casa en e l llano 4 Jnudar tentperamento. I. con la curio. idad que era de esperarse. Di,..cutía.~ e entre una fatnilia bocrotana, co rn- L :1 señoritas, aunque estropeada~, se levantaron pue ta de las eiíoritas Lui a i Rut, su rn aclre i > 111 ui tetnprano al otro dia. I.~a casa no e ra cerrada Anj elita, la criada, por una parte,i Jon Jorj , don '11 coutor·no, sino que por las dos pu<)rtas fr o nte­. l\figuel el doctor 1 o-ría· i don Pepito, an1igos riza de la sala se estendia la vi la al occidPnte ue la ca...,a, por otra, la t erna cle lo lugare:· apro- ha la un trozo de llano inrn ed iato all\ agdalena, i pó~i to para que la efío rita Lu i a u1uJase ten1pera- hasta 1 inl ponente Qu ind ío. Al salir al corredor 1ne nto, a. aber: '\7illeta, Ubaque i l i' u aga. ugá . las señovitas, volaron de entre los naranjos del illeta, por lo inforrn e d e don Pepito, e ra cálido patio unas tortolitas acan e lauas, tan pequ eñas co­i tenia adernas la ventaja cle lo clarinPtes, i bue- mo un canario, i se par aron sobre unas 1natas de nas alas de baile. U baque era el predilecto para plátano, que es taban aliado dPl n o rte. don lig ue!, p o rqu e Yivia allí un cornpadre suyo, · Qué lindas avecitas! esclamó Rut. i por hab e r sido el t e atro de su ... tn ejo r es dias, 1 gozando de s u libertad sob r e un tnundo e n-donde obtuvo un sí, que le ha dado encantos por cantador, r espondió Luisa. Qu é árbole .. ! Qué fra­dos año , i en e l que aun e stá como e tnbriagac.lo. gancia! CJ,u é suavidad de ten1p e ratura! Qu é ]indo DonJorje, el padre Anselmo i el doctor Al g rías e F usagasugá ! .••••.••. Un torrente cle lá g rimas estaban por Fusaga UO'á, al cual \'O to e""' taba tatn- inuntló todo el rostro de la señorita: todo eJ peso bi e n ad crito el de Anjelita, porqu e l e habian di- de su d o lor, p or la ingratitud de su an1ante, se des­choqu e habia t oches lind ís imo , i ella hacia ti e m- cargó sobre su corazon, pu es ese era su mal. po que bregaba por con -eg uir un par. 'e quedaron las h e rtnanas apoyadas por unos Don 1\Iiguel dejó sus ocupacion s i a su seño ra instantes en una baranda, rni é nt ras les pasó su por acompañar a su sobrina a Fu~·aga "ugá, que prirner asombro, i de .. pues fu e ron r econociendo fu é el lugar que obtuvo mayoría de votos; i se u nue,·a tnorada , con1o ( l viajero que desetnbar-emprendió catnino. ca a n1ill eg uas de s u país. I.Jas dueñas de la casa Fuera de otras, hubo que hacer una parada las vinieron a Yisitar, i corno Jos intérpretes dP. larga en el Peñon, porqu e Ja e nfe rma, en prese n- R oma, les iban de cifrand o los non 1bres, Jos obje­cia de los buques, recordó su pa::;eo del Salto, i tos i los rni ste ri os con franqueza i cariño, pero se afectó detnasiado. Aquí ton1aron las once la sin cobrar plata corno aquellos. En li"'usagasugá viajeras, en este patio provitlencial, que jamas se estin1an a la jente decente, al contrario de otros enmonta ni se enyerva, destinado para e l de can- pu eblos; la sirven i la acarician. so, i el reparo de los equipaje . Frecuenternente Una jóven de aquella familia, 11amada Cármen, se ven en este sitio h ojas de plátano o de chisgua, grac i o a, fina i tnui aseada, tornó cariño por la s cáscaras de huevo i re tazos del Tien1po i d e l Por- bogotana .. , i la acotnpañó t odo e l di a, i en tnu c hes venir, frau1n entos todo~ de .fiarnbres, bien de sal o ~ de sus paseos subsecuentes. Corno todo era nuevo de dulce. 0 ) para ellas, todo el dia vivian preguntándole, de Cuando las viajeras estuvi e ron a caballo, se le s n1oc.lo que su conversacion era un eterno catecismo. mostró el camino que tenían que andar: una P o r qué huele tan agradablemente toJo es te o-rieta profunda, corno scalera de casa alta, cor- sitio? le pregun tó Ru t a u cice roni femenino. fada en la peña viva, es maltada de helechos, mus- Porque e :-. tán flor e ados los chiritnO)""OS i al-o- os i Jíquen ; reo-a da del agua neccsar ia para gunas plantas del llano. ~ant e n er la hun1ecJaJ; erizada de escalon es de Cuál e chirimoyo ? pi e dras trastorna da s , i cubierta por encima de ár- Aquel que está allí e n la huerta. boles e levadí~im os d e susca, chuguacá i guayabo I carga ? amarillo, que se a pi ican en Bogotá para l os e di- Fú ! l\1uchísirno ! tni señora. ficios. A esta vista se estrernecieron las v iajeras, Cuándo r se santiguaron, i hubo qui e n suspirara, recordan- En junio i en novi e~b : e . do a Bo'-"otá i lo que la palabra encierra. En to- 1 son sabrosas las chllnnoyas de aquí? da la m~ntaBa no hubo sino ]a novedad de la m e - Muchísitno ! lancolía, porque las selvas son de suyo triste s, e I podrerno~ conse g~ ir? ' iban corazones que poco necesitaban para estarlo. A hora esta para co¡er una casualtnente . El puente del rio de F usagasugá sobre la ba- I aquellas hojas ancha~, de qué son ? rranca, i sobre un can de palos i piedras, cons- De plátano, mi seño ra .. truido de vigas rollizas, i solado de tierra, fué para Ai ! qué J.indura ! varnos a ver esa belleza, las señoritas una pintura maravillosa presentada gritó Rut, corrtendo para ~ 1 lado de la hu e rta. por entre las espesas ramas, al pié de las peñas Llegaron allí las señontas, abraz a~o n la rna ­fracturadas i entre los ruidos del torrente. Lo pa- ta de plátano, ' e pas ea ron por d ebaJO de u nas saron a pié' bien cojidas de,I brazo de! tio Miguel. tauta~ de .dominico i d e guineo, i de val'ios árbo~es Desde allí subieron la pruner pendiente por una frutales, Interrogando eternamente~ su c~mp.ane~ loma forzada hasta el sitio de Cruz-grande. ra Cártnen. El platanal estaba 1nu1 barndo, 1 alh ' ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. / f ,. - 16 s entadas aJa ~o mbrn de esas anchas, fr escas i ) pezaba a fatigat·, el cucharo o el g ualandái, volu ptuosas hojas quisieron tornar ese día 5U cho- ~ cubi e rt o de l rnanto 1norado de "'U densa flor, cola te en .;o1npañ1a de Cármen, que, aunque des - les oft ecia su de liciosa so rnbra) entre los perfutnes calza , tenia toda .. las cualidades de sociabilidad: ~ que son peculiares a aque llas sabanas deli ciosas. aseo , dulzura, injenuitlad i gracia. Un chorro J e > Era l á~ titna que caJa una no 1le vasc su Cánnen ag ua 1nur~1ura ba a Jos pi és de las bogotanas, tnié n- ~ al la<.lo, porque los obje tO" para autne ntar el cate­tras los toches cantaban por encima, rebu llendo ci 1110 ~e rnultiplicaban a cada paso. ]as h ojas con slas aleteos. (~ué graciosos anin1al itos estos ! cl ijo Rut al -M ui di ch<:>sa es U, decia Lu i~ a a su guia fu- l recoj e r:-e la ropa para dar un pequ eño salto. - saga ' uguen e , por vivir fn este paraiso ! Í - "\l írjen de Belen ! co11testó Cárn1en, para ar- -De Yeras que no h a i corno Sagasugá; pero derlos todos ! en esta vida no hai quien no padezca su poquito. ~ 1\.vemaría! 1,an célebres? esc1amó la bo- -Pnclece U. tarnb1en ? córno ? •••• ¡ cuéntenos! gota na. En casa que no faltan n1ales •••• i a í, que ( Estoi mui peleada con ellos por los daños no deja uno de tener algo que sentir tan1bien. de las e caleras del Peñon, i de ]as empalizadas tnen i AnJelit.1, qu~ rcvo1 eteaban con graciosa co- de San }"'ortunato, n1e tirita todo e) cuerpo. Si quetería. Las bogotanas e taban encantadas, re- ese camino estuviera bueno se vtndna todos Jos cardaban el huracan i la. ll oviznas de Bogotá; i años medio Bogotá, huyendo de )as lluvias de San en tónces e t a m bi (.)11tc u u lee, el aire despejado, el Juan •.•• ; Vean estas ho nn i~as 11ev a nJ o flores ! perfume U e los chi1·imoyo , el su a ,.e calo1· de ~ ¿ desde dónde las tra erán ? dijo la señorita Luisa. diez i seis grados, era el .b~den, no de. los poeta , &ino ~ Unas son flores de gualandái i otras son da­de los historiadores. Don Jorje habia guindado -- u ~ lias de aquell_a casita, de donde una amiga rnia, hatnaca, que era blanca i adornada de gr~•ndes fle- respondió Cárn1e~. cos,i cuy:o ondeo, era su deleite, cotnf\ tamhien era Dalias? .••• preguntó Rut. Tengo una ta~a una gloria verdadera pa1·a la señorita que de ella que nos lle\'Ó a casa un señor naturalista ¡ i las tomaba posesion prirnero. A \ cces partian dos las pienso tanto! porqué quién sabe ahora si no n1e dulzuras de la áe1ea cama; i hubo tatnbien ocasion las riegan. lVle encantan n mí Jas dalias; i no que una tercera en uiscordia vino a toxnar su pat te, sabia que se daban en estos lugare:·. resultando un grupo de tres ánjeles, paseando lo Ji""'ué que una señora qne estuvo aquí de pa­aires sobre una blanquecina .nube, cuando Anje- seo me escribió, i me mandó las semillas i unas Jita, prendida del lazo, las mecia con sual··idad,son- agujas de hacer croché, i me dice tantos cariños riéndose de ver tan lindas a sus señoritas. en la carta ! ~ue~o qne estu,,.o ordenad~ el tnov~liari~ i las \rntnos, dijeron todas, vamos, vamos allá! •• oh!•gacton~s del personal, dona 1\.ntontna htzo su Qué linda se ve ]a casita! parece dP. pesebre! pr1mer sahda cotno el ave 1nadre que avanza con su cria a un nuevo catnpo, sin huracan, sin lloviz- ~ Cuando sintieron _a las bogotanas en la estanci­na, sin em~Jedrados, sin crítica ni azar de ningun } ta, salieron todas las personas que en ella estaban. jénero ; Joña .Antonina estaba loca Je contento; Salió Concepcion, la amiga de Cárn1en, descalza solarnente Lui~ a suspira ha, i con1o que se violenta- como la prirnera, i como elJa de n1ui finos 'mo'da­ba para no gozar ¡tal vez es el ascetisrno del amor les, e introdujo de Ja mano a una clc las señoras, i 1nas cruel que el relijioso, si hen1os <.le creer en siguiéndose las otra~, las hizo s untar, las paseó la filosofía de Cervantes, cuando nos describe los luego, les n1ostró sus granados i sus dalias, de las padecirnientos voluntarios de don Quijote; i . i Jos que Rut cojió una i la llevó a su boca en el acto. arnores del sigl6 XIX son como los del siglo Encanto a las bogotanas el asco de aquella es­XVII ! tancita, en rnedio de la pobreza. Repararon las Cármen guiaba el convoi. La elástica grama camas tendidas, un c'unison, el de grande unifor­recibia con sua\'idad los pequeños piés de las bo- me, colgado en una ,·ara que Cencepcion lJalnaba gotanas : una bandada de coclies con su grito de percha, i por debajo (te la cual todo estaba en campana, o la mas bella rr1ariposa llan1aba en perfecto arreglo. ocasiones sus ojos a lo alto ; i cuando el calor en1· (Continuará.) • • , Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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Biblioteca de Señoritas - Año II N. 39

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