
Trece relatos nórdicos
Porque hubo un tiempo en que estos cuentos que volaban de labio a oreja llenaban las largas y frías noches del invierno boreal. Porque
hubo un tiempo en que el triunfo de la justicia era el final de todos los cuentos. Y los cuentos nos enseñan que ese tiempo que hubo todavía es, y que los seres humanos solo deseamos eso: vivir en un mundo más
justo. Ojalá que estos cuentos lleguen a tu corazón y allí se queden para que un día no muy lejano vuelvan a salir de tus labios a otras orejas, a otro corazón, y así mucho mucho tiempo. Que así sea.