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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 9

Por: | Fecha: 13/09/1907

-- REPUBLICA DE COLOMBIA ~rr tt mttmrnmmmmrrmrnmmmrnmrnrnmmmmmmmm~ Templo del ~e~:;E~~~~a~ros, por Luciano ¡ Rivera Garrido; Discurso de Monseñor Ragonesi; ~ D. Carlos Uribe; Panteón, por Diego Uribe; Silvio I Cárdenas, Joaquín Molano P, Eduardo Espinosa, etc. etc.; El Santuario de Las Lajas, por S. A Burba. no; A 1 artista Zamora (sonelo), por Julio Flórez; ~~I Palos en el nido .. . (cuento), por Rcg; BOGOTÁ ILUS· Si TRADO; Porfía (poesía), por Carlos Villafañe)¡ Ore· El! mus (poesla), por F. Martínez Rivas; Merecida ova· I ción; In memoriam, por . J. Delgado; A la luna tsoneto), por Daniel Arias Argá~z; General Pedro A.. Pedraza¡ Incendio (cuentol, por P. A. Peuraza; I Las industrias en Bogotá y Galería de Prensa, por ~ Rtg. El! Ilustraciones: El templo del Señor de lOs 1i. 81 lagros ea Buga ; Carlos Uribe; t Sra. Blanca ::;. de 131 Portocarrero; t Sr::. J ulia V. de Echeverri; t ico. ~ lás Sáenz; t Joaquín Ferro ¡ t Lucio A. Pombo ¡ 81 t Ricardo Lesmes ¡ t Francisco Umañ:l; t Mariano Tanco ¡ El antuario de Las Lajas, cerca de Ipiales¡ La recogida en el Llano; E. Espinosa Guzmán; C. Villafañe; F. Martínez R.; + Diego Fallon; cinco vistas de la fábrica de chocolate Chaves y Equilati. I va; M. Torres Rodríguez y Chmaco Soto Borda. W!Wlm!mllWmmmmnlmmmwmmmmmWlllIlm!~ Bogotá, Septiembre 13 BOGOTA Serie 2. a - j'f.o 9.~ rml"mffi~",~~rmNm:~~~::mmmmmmmmm Número uello ..................... $ 20 Id. en papel e.·trafino. •• •. . . .. • . • 50 Su cripción á la serie de 5 números ... 100 A visosJ página ... . ......... ' " ..••• 200 - t íd..... . . . . . . .. . . .. . .. . . .. 100 - t id.. . . • • •. • • •• • • • . . • • . •. • 50 •• Palabra en small-pica.............. .. 60 Avisos ilustrados, precio convencional No se admiten remitidos. La correspondencia debe dirigirse al Adminis­trador de BOGOTÁ ILUSTRADO. Apartado de correos número 159, Para todo lo relacionado con avisos enten­derse en la administración del periódico. ADMINISTRACiÓN: Carlos Tamayo, Calle 16, Parque de Santander, acera Norte, N.O 1004. WU.lIUlIl@!!¡¡¡ww¡,¡;¡¡;¡;¡ww.WWWIWJlmu.lrnmWUWTT!lTI!WI!W IMPRENTA ELÉCTRICA--I68, CALLE 10 1 9:0 7 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I I I ---, BOGarA ILUSTRADO ------- -- P RODUCTO S Y PR EC IOS DE V ENTA Bogotá, A bril1. o de 1907 Cerveza Pilsener, Lag er y Dock, docena de media bOlellas .... $ roo docena de botellas dobles....... 19 0 " " " " " Dorpel Sloul docena de medias botellas ...... J 30 " Culmbacher (marca Tlgre) docena de medias botellas ...... J 30 " Tres Emperadores docena de medias botellas ...... 200 " Higiénica docena de medias botellas ...... 180 " en barril, Pilsener, Lager y Bock, el litro ......................... JO Agua ga cosa pura, docena de medias bolellas...... 60 Agua gaseosa con diferentes jarabes, docena de medias botellas...... 80 Sparkling Bavaria Kola, docena de medias botellas...... 60 Ginger le, docena de medias botellas...... 80 Bavaria Cider (Cidra espumosa), docena de medias botellas ...... 120 Extracto de MalLa, docena de medias botellas ...... 420 Hielo, por lnayor, ]a libra ...................... .. ................................ .......... 6 Carbón mineral y vegetal de Zipacón, vendemos á los precios corrien-tes y á domicilio. Des cuentos sobre los productos embote llado s 5 por 100 en .diez ó más docenas 10 por 100 en cien ó más docenas PRECIOS: son los corrientes del día del despacho, aun en el caso de an lici paciones de dinero. BOTELLAS: Vendemos y alquilamos botellas cerveceras. BARRILES: Para la venta de nuestra cerveza en barril hay barriles desde cinco l itros. . . 1I CORCHOS Y L UPULO; Vendemos de muy buena calidad y á di-ferentes precios. I CEBADA: Compramos al contado y á los mojores precios de la plaza grandes cantidades de cebada en grano. II DEUTSCH COLUMBIANISCHE BRAU ER EI G. rn. b. H. El Ger ente, LEO SIEGFRI E D KOPP Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Serie II REPUBLICA DE COLOMBIA Bogotá Ilustrado _.1: .•. .• _ cfggOdlo de 1907 @it~(;tót--;frt~út'.nt(¡., cff?rt/ae/e~in(J:Ja 4~~ Templo de Jesús de lo Milagro en Buga, Dtl\Jartamento del Cauca- Consagrado el día 2 de Agosto por el Excmo. Sr. Delegado A postólico, Monseñor 1< rancisco Ragonesi, con asistencia del Ilmo. Sr. Arboleda, Arzobisp0 de Popayán A la fe sencilla, á la inocente fe del alma pura --que convierte en arena las montañas y les da vida á sus piadosas ilusiones, debe Buga la construcción de este suntuoso Lemplo, dedicado al Señor de Jos Mila­gros, que hasta ahora había permanecido por años de años en Su humilde Ermita de las orillas del Guada­lajara, y cuyo origen cuen la Luciano Ri vera Garrido) el galano narrador callcano, en estos sencillos tér­minos: te Tal como trescien tos años atrás, corre hoy el río al pie del sitio que ocupa la Ermita. En sus má genes desiertas, á la sombra de añosos guaduales, se alzaba la ruino a cabaña de una desvalida viejecilla, que ejercfa la humi1de profesión de lavandera, y como to-das las almas sensibles, á las que el ai lamienlo y el ilencio llevan á la meditacIón del gran misterio de lo infinito y de lo santo, piensa frecuentemente en el prodigio de la Redención del hombre, y es el pen a­miento de Jesús Crucificado, en ]a advocación de la Buena Muerte, lo que má excita su piadoso fervpr. En su fe candorosa y sencilla deplora como verdadera desgracia no poseer una imagen del sacrosanto objeto de su culto, para rendirle en su soledad la más cons­tante adoración; y como este noble y piado o senti­miento se convierta en el sueño dorado de . u callada vida, ya no piensa en otra cosa que en la adqni ición dp. Jos medios de procurar e la posesión de la anhelada efigie, siquiera sea hecha de tosca madera y de l'CS-Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. . ! . BOGOTA ILUSTRkDO ~· . tringidas dimeflsiones, por lo cual pone de lado todos los días una porción mezquina de lo muy poc/) que su trabajo la procura..... En posesión ya, con el transo curso del tiempo, de la suma ambicionada, acude pre­surosa una mañana á casa del Párroco del lugar, rara confiarle el encargo "lel camblo de la imagen ..... Pocos pasos la eparan aún de su choza, cuando, al ábando­nar la vereda que del bo que conduce á la paJíza' ha­bitación cural, encuentra á un compadre SI I)'O y amigo muy querido, á quien dos corchetes (' Inducen á la cárcel. El buen hombre es padre de familia y muy pobre; olloza como un niño é implora la misericordia de lo implacables alguaciles. Interrógalo la anciana lavandera acerca de los molÍ vos que determinan la penosa situación en que lo encuentra, y el infeliz la dice que, habiéndose cumplido el plazo para el pago de la suma de setenta reales que adeuda á un merca­der del poblado, y no permitléndole cumplir con ese deber el mal resuhado de la cosecha, SP, ve conducido á prisión, e to, agrega con sollozos que parten el alma, en momentos en que su pobre e 'posa yace mori­bunda en el lecho del dolor, y sus míseros hijos care­cen de un pan para sati facer el hambre ..... Seten ta reales forman justamente la suma acumulada con tán to trabajo y economía para cambiar la efigie del Crucificado, que la buena mujer desea adquirir ..... -" ¡No! i e dice interiormente, conmovida hasta el llanto; no se diga, ni Dios lo con ienta, que pudiendo librar de desgracia tan grande á un prójimo mio, y además, mi compad re, me excuse yo de hacerlo!" Y alzando la voz: -" Enjugue ese llanto vuesa merced, exclama: yo le daré en préstamo, para que vuesa mer­ced pueda librarse de la cárcel y torne al lado de Jos uyo , la suma que necesita para ello. i Aquí está 1 " Y vacia en la mano del a ombrado labriego el con­tenido de su exigua bol a..... Poco de pué, en la pe­drosa playa, al borde del agua, está la vi jecilJa la­vandera, contraída á su habitual tarea. El día es her­moso; claro m uéstra e el cielo, lleno de 1 uz y de ale­O'ría; cantan las ave en la fronda ; alborotan las diáfana corriente con voces de niñas que retozan; lo olores del monte aturan el ambiente con las e en­cia del polco. del tomillo..... Oc improvi o lIoa ola má fuerte que las otras arroja en las mano de la lavandera un objeto brillante, a ( como repulida joya, que en el primer momento toma la ¡.¡nciana por tra­vie o pececillo, é intenta arrojar de nuevo á la corrien­te; pero ob erva al punto que e un cuerpo duro, que sus ya can ado ojo no pueden ver muy bien ..... ¡Un Santo Cri to, en fin, no más grande que el dedo me­ñique !... .. I Oh maravilla 1 loh sorpre a! pero tam­bién, loh ozo infinito el de aquella alma enciJla y piado a 1..... Postrada de hinojos, da gracia á Dio por el ben ficio que la otorga con el dón de la precio­sa y anhelada imagen; y, levantándose, se dirige al punto á su choza, en donde, llena de veneración y r conocimiento, la guarda soJicita dentro de una ca­jita de madera, que coloca en sitio pI' ferente ..... A la mañana iguicnte, la viejecilla, tembloro a y conmo­vida, se acerca al lugar eJ) dondeha colocado el ri to aparecido, y al v r que éste ha roto las tablas de la cajilla qu lo encerraba, por et cto de su crecimiento en muchos centímetros, cae, postrada por la admira­ción, pudiendo, ayenas, dar crédito á lo que liS ojos contemplan ..... I Wué prodigio 1... .. El mi,:¡mo xtraor­dinario suceso continúa efectllándo e, hasta alcanzar la so '-rada efigie las proporcion s d un hombre de mediana statura ..... " 10h misterioso. poesía de la alma encillas y rey n tes, llán b Hos y consolador son Jo sueños con que prestas vida al pensamiento que sabe elevarse­sobre las miserias de la existencia hasta las regiones­de la sublime beatitud! ¿ Qué valen los frios razo na- o mientos de la filosof{a, qué las conclusioncs desalen­t~ doras del análisis racionalista, en prcsencia de esas rIsueñas imágenes, albores de auroras celestiales que nunca. verán extinguirla su rosada luz? .... "Las generacion es han venido sucediéndose unas­en pos de otras con la regu laridad impuesta por Dios­al desarrollo del plan maravilloso de la obra provi­dencial ; y las multitudes se ban prosternado unas después de otras á los pies de la imagen sacrosanta det Crucificado, en Guadalajara, para ofrecer la oblación de todos sus dolores y sus miserias, sus amarguras,.. sus esperanzas y sus aspiraciones ..... " '4 ... gjiscurs~ d.e Jytenseñer l\agenesi AL 1 AUGURAR E EL TEMPLO DEL SEÑOR DE LOS lIIILAGRO EN BUGA Ilmo. y Revdmo. Sr. Arzobispo, Venerables Sdcerdotes Señores: La sagrada teología y la filosofía de la historia están contestes en la siguiente indiscutible enseñanza: que en las empresas humanas, no raras veces se distinguen varios fines, fines manifiestos á que las dedica la acción libre del hombre en sus limitadas miras, fines arcanos á que las des­tina el gobierno providencial de Dios en su infinita sabidu­ría: aquéllas pueden frustrarse; éstos se al canzan infalible:" mente ya con el concurso de la voluntad humana, ya sin este concurso, ya contra la volunlad misma, de suerte que el eterno plan de la creación <>e cumple perfectamente en el tiempo prefijado. Hidalgas hijas de la Ciudad Se/lora, bajo el enérgico impulso y la sabia dirección de estos apóstoles, dignísimos discípulos del glorioso Dr. San Alfonso, y con el ccncurso­de los fieles de esta hermosísima comarca del Cauca y de toda la República, habéis edificado este magnífico templo á la mayor gloria del SC'lor de los Mz'lagros : ¿ Cabe, por ven­tura' fin más santo? Lo habéis erigido para la mayor edifi­cación de las almas, para que con su majestuosa belleza ayu­de al espíritu en su ascensión al cielo. ¿ Qué objeto ni más útil ni más provechoso? Empero, estos fines tan piadosos como elevados que han inspirado á los nobles empresarios, ¿ serán acaw los únicos y exclusivos fines de la magna empresa? ¿ O tal vez la Divina Providencia no habrá querido ordenarla á algún otro fin en el cual no se haya pensado todavía? No seré yo quien intente penetrar los consejos eterno~ de Dios, ni rasgar el velo de sus impenetrables designios. No puedo, pues, hacer una profecía ni me atreve ré á for­mular un agurio, pero sí me es Hcito formar un voto, y expresar una esperanza, esperanza y voto que me inspiran este nuevo templo al consagrarlo, este nuevo púlpito al ensayarlo. La vista de este suntuoso templo arrebata mi mente á la contemplaci6n de otro templo, el más hermoso que se ha dado á las criaturas levantar en homenaje al Creador, el templo del ordm sodal cristiano, el templo de la República Cat6lica. Este gran templo moral tiene también, en la distinciótr de clases sociales y variedad de partidos políticos, en la división de poderes y jerarquía de autoridades, en el con­cierto de corazones y voluntades de los que mandan y de los que obedecen, en la correspondencia de derechos y de­beres, en las constituciones, leyes y costumbres de sus lí­neas arquitectónicas: sus bases y pedestales, sus pilastras y columnas, sus capiteles y arquitrabes, sus bóvedas, cú­pulas y flechas. Pero si la caridad, la caridad iluminada por la fe é irradiada por la esperanza sobrenatural no la penetra en todas sus partes y constituye como la forma sustancial de todos sus elementos, falta la trabazón que­da unidad, solidez y armonía á todo el conjunto. San Agustín, en el serm61l de los templos que la anta- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO '''4.1 Iglesia nos propone para meditar en est díosas, enlazando - admirablemente el nuevo cántico con que el salmista cele.' Obrara la dedicación del templo de Jerusalén al nuevo man­- dato de Jesucristo ttt dzligalú indicem declara que el nuevo ...cántico 'es el cántico de amor, porque cantar es propio de ~os que aman, y exhorta á que amemos á Dios, y nos ame­mos mutuamente en Dios por Dios y para Dios. Qué sobrada razón, pues, la vista de este templo nuevo ..arrebata mi mente á la consideración del mandato llu evo, -del mandato de la caridad cristiana . A este mismo nuevo -mandato me IIeva la inauguración de este nuevo púlpito, porque el principio, el objeto, la esencia de la predicaci6n -evangélica es la misma caridad que el Rede ntor por antono­masia llamó mandato suyo: hoc esl proecPlum mettm yque e l Ap6stol de las gentes califica de plenitud d e la ley p/en¡'ludo Jegú dl1erlio. Podrá n de esta cátedra pronunciarse ser mon es, que por elevaci6n de conceptos, propiedad de lenguaje y elegancia de estilo sean literalmente brillantes y sublimes. 'Pero, si la caridad no los anima con su e!.píritu divino, no ,los colora con sus tintes celestiales, ni los perfuma con su -olor de paraíso, la voz elocuente d e l orador será, como se ex­presa an Pablo, cimbalum ¡inims, una campana que retañ e. Todo, pues, me habla hoy de caridad. el te.mplo, el --pú lpito, 1'8 sagrada liturgia, las notas musicales, esta nu­" lnerosa muchedumbre de fieles ll egados de tantas partes acificación entre tod os los colombianos' • como gran . m~numento que cierre para.siempre el siglo , d~ las consplraclone.s, de las revueltas y g uerras intestinas~ é Inaugure áureos Siglos de armonía, el e tr abajo y de pros_ peridad. Sea, en una palabra, el templo de la Paz. Con estos votos y d e seos de mi alma, e n no m bre de N. S. Padre Pío X, os imparto la bendición apost5lica . GALERIA DIPLOMÁTICA D. Carl os U r ibe CARLO S URIB E es bogotano y re ún e e n su sangre por su s eñor padre , D. F ran cisc o An to nio Ur ibe, un tra b a ja­dor irre du ctibl e, todo e l vigor de la r aza antioqueña, que sabe vence r s iempre en la lu cha po r la existencia, y por su madre la nobl e dama D .A El ena Cordobés de Uribe, tod a la lu z ~on qu e el vall e del Cau ca repleta los ? jos de s us hi­jos dándol es c1aridade!: fecund as con qu é g 'llarse en la os­curidad d e es a lu cha. Muy jove n r ecibi0 d e l Co legi o Ma yor de Nuestra e ­ñora d e l R os ario el titul o de Jurisconsulto, refre ndado con los sabi os consejos de l Dr. Ezeq uie l R ojas, que fue u maest ro predi lecto y lo guió co n ca ri?o en tod?s sus estu. dios . D espués se ro nsagr ó á la g e r e ncia d e valiosos nego­cios ; via jó, apr o vec ha nd o s us obse r va cio nes, en todas la latitud e s po r Europa y Amé ri ca , y cuando vuelto a l país y ya su hogar for ma do co n la e ncan tad or a rita, An?- d e Brig ard, s6 10 pensaba e n ate nd er á sus e mp resas, Sl~n:­pre b e n éfic a ~ al p rogreso de l país, fue lI ar,n a do al ser~lclo d e la Na ción en impor tantes p uestos púbhcos,. y. Suc~sJva­mente d ese mpeñó, co n nota bl e éxito, los MlOlst~nos de Fome nto y d e Hacie nda y la Go bern ació n d ~ Cundl?a~ar ­ca. D esplJ és fue enviado de M ini tro ~Jenlpo~€. nclatl o al E c uador y con tá nto a cie r to desempeño la mi Sión q ue le fu e ra co ~fiad a, q ue por seg- un da ve z ha sido a.hora llamado al mi smo al to cargo , y h oy a tiende en QUitO á nuestras am istosas r e la cio nes co n la R epública hermana . Para nosotros an tes de to do, C.arlos Uribe es un caba­llero compl eto, y esto quiere decir que si e m.p re será un buen se rvid or público y un Ministro Diplomático correcto. Su presencia aquí honra á BOGOTÁ ILUSTRADO. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA JLUSTRJ\--DO 19ante6n De la misma manera que los ojos se nublan si mir'an' de fiente al sol, los acontecimientos extra ord inarios dejan la 'm'ente sumida en un estupor gra nde, y e Ol botado el Sfn­timiento, de modo de obligar al individuo á esperar el transcurso del tiempo para poder apr eciar la grapde-za del espectáculo 6 la intensidad de la desgracia. Estas las razones por las cuales he esperado algunos días para : . ~--~~,~~,_. --~~, entretejer una corona de recue rdos y de lágrimas, del> li, nada á la tumba de mi nunca bien sentida amiga, BLANCA SANTAblARÍA DE PORTOCARRERO, Era nece ~ario que en la penumbra de las cosas idas fuera surgiendo aquella figura ari!.tocrática, delicada, dulce y hermosa; aquella fisonomía siempre iluminada por la sonrisa de la benevolencia, nunca m:blada ni por el gesto de la pena, ni por la mueca del hastío. BLANCA ANTAlIIARíA naci6 en París; t c6 á,las Religio­sas del Sagrado Coraz6n, modelar aquel delicado carác­ter y cultivar aquella inte ligencia sutil , Poseedora de una esmerada educaci6n, pas6 á Bru!> las y de ahí á Italia, donde complet6 su educación artbtica, educando la retina ante los grandes cuadros hasta el punto de er su opini6n respetada por los inteligentes en I divino arte de Rafael y de Velá quez. Años después vino á Bogotá, en donde uni6 su suerte con la de mi muy querido amigo Julio D, Portocarrero, quien encontr6 en ella 1 complemento de su vida; BLANCA ncarril6 aquellas energías, colm6 de felicidad su alma y form6 con él un hogar en I cual sen­taron sus reales la virtud y el amor. Fuimos n más de una ocasi6n huéspedes de aquel hogar modelo; en los puebios vecinos á donde se dirigían en busca de aires puros en los meses de veran o, desper­taba BLANCA el mayor cúmulo de simpatías entl e sus mora­dores : para todos una pala bra dulce, para todos una son­risa de cariño, para todos una mano generosa. Así s deslizaba la vida en medio de la plegaria, de la caricia y del arrullo. Hasta que un día aciago, día negro, día sin luz, la muerte, furtivamente, como I ladr6n que p n tra por la tapia, entr6 y arranc6 de aquel hogar la flor más bella, la joya mas preciada. Y se fue sonriendo, porque la muerte con su frío pudo cuajar la sangre n esas venas, Rudo apagar la luz en esos ojos, todos dulzura, anudar en ' esa garganta, la voz toda piedad, detener la marcha de es c~raz6n ~odo. amor, Rero ono puqo nublar la sonrisa que­sIempre l.lumm6 su rost(o y que vino á graban~e en Slf" frente pálIda de muerta corr,o el reflejo de la aurora en que . ent.ra bao Si los oj0S h~bieran podido ver el alma, ha-J brían VIsto ascend~r á los c¡elos, cuando aquellos ojos se ­nublarort, una ma~lposa, como su vida pura, como su nolP­bre, blanca. Manposa .. que volvía á sus celestiales aleros pero dejando sl,Imidos en la pena más profunda á mucho~ . seres que la am~ron, esp~ci alm e nte á su esposo, á quien le leg6 con su partl,da úna VIda de amargura, y con sus cua­tro cunas, qu~ aun r eclaman el arrullo materno una deli-cada y dolorosa misión. ' La inm~n~a m~ltitLId que lIen6 el templo, compuesta de lo más dIstinguIdo de nuestra sociedad, iba diciendo>­que la muerte de BLANCA SANTAJlfARÍA DE PORTOCARRERO revestía el carácter de un duelo sorial. El camell6n central del Cementerio se veía lleno de personas que s6lo se reti. raron después de que en medio de las preces del sacerdote y el doblar de las campanas, se cerr6 la tumba, muda é: mexorab1e como los designios de Dios. Para sus deudos, especialmente para Jul io, nueva­': lente el a ?razo de pena de quien ha pasado por esa orda­lIa,. no le. dIremos que no llore. 1 Llore, llore el noble amIgo, porque ha perdido mucho l que en cuanto á ella bástanos traer á h memoria esta preciosa copla popular; Cuando oigo las campanas doblar á muerto Feliz, digo, la nave que entra en el puerto! DIE.GO URIBE' JULIA VARGAS DE ECHEVERRI Fue breve su vida, y languideció como un lirio. Así caen las flores, en pl ena luz y cuando apenas han reci­bido el rocío acariciador de la mañana. Y entonces, se es. parce su aroma como una fugaz melodía que dice la honda tristeza de su caída .... Tal se dobleg6 ella flor breve al soplo he1ad.o, cuando su sino parecía teñir ~on un mág¡co rosa el hOrizonte que limitaba su vista y sus aspiraciones. todas, dejando .tres cabecitas de ángel que ya no sabrán ~ ás. de la sonrisa amorosa de una madre, sin sospechar­sIqUIera la crueldad eterna de su ausencia. y l esposo desolado que ha visto huír en tropel tan' ta ilusiones, debe de sentir un vago temor al seguir así solo por el sendero, porque el espíritu tan rudamente heri­do, umergido 11 hondas meditaciones que le confunden, como que vacila y desconffa de continuar la lucha. obre la tumba de D." JULIA ARGAS DE ECHEVRRRI se ost nlan innúmeras flores que el amor y la amistad con­servan frescas; si pálidas las que nosotros le depositamos, tienen la suave melanco)(a de un dolor sincero. SlLVIO CÁRDENAS Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGQTA· ILUSTRADO . 14.3 Entre los colombianos notables muertos reciente~'~n~e I en 'el Ex.tranjero, gueremos recordar, dejando sus retr¿tos eh el 'Panteón de BOGOTÁ ILUSTRADO, al Sr. Dr, NlcoLÁs SÁItNZ, nuestro profesor en la Escuela qe Ciencias Natura­les, y siempre m~y querido amigp, y al Sr. D'. joaqúfn Ferro. Del primero dijo así uno de nuestros colaboradores: De duelo nacional podemos calificar el fallecimiento del Sr. Dr. NicOLÁS SÁIlNZ, acaecido en la ciudad de Nueva York el día 9 de Junio pasado. Con la desaparición del Dr. SÁl!NZ el país pierde uno de los luchadores más asiduos en todo lo que tendiera al progreso y bienestar de Colombia. t Dr. Nicolás Sáenz Con rara perseverancia llevó á cabo la idea por él concebida de fundar un Establecimiento que prestara ser­vicios á los exportadores, el cual qued6 establecido denni­tivamente el 1.0 de Junio de 1897. Más tarde estableci6 una oficina de negocios en la ciudad de Nueva York~ co­nectada directamente con el Banco de Exportadores, con el fin exclusivo de servir los intereses del comercio, la cual ha obtenido resultados sorprendentes y benéficos para los clientes. Al despedirse de la patria en el año de 1902, obse­qui6 á la Naci6n su magnIfica biblioteca, con la siguiente carta dirigida al Sr. Ministro de Instn .. cción Pública. Dice así : " Sr. Ministro de Instruccién Pública-S. D. Señor Ministro : Aficionado desde niño al estudio de las Ciencias Na­turales y de otras varias con ellas relacionadas, dediqué los años de mi infancia y jos mejores de mi juventud á esa tarea gratísima á mi inteligencia, procurando adquirir en la forma más práctica y completa los conocimientos que hubi.era de permitirme luégo ser útil á mi familia y á mi patna. Para dar cumplido desarrollo á este empeño, he ido adquiriendo, con el transcurso de los años, unos pocos cen­tenares de libros, que forman hoy una biblioteca científica en los ramos mencionados y que juzgo podrá ser de algún provecho para los que quieran dedicarse á este nobilísimo estudio. Al ausentarme de mi patria por largos años, quiero ofre.ce~le un modesto tributo, prenda de amor y de agra­decImIento, ya que de ella recibí no s6lo la vida del cuerpo, sino también la del espíritu y la del corazón. Para dar sa­tisfacción á este deseo y ~. la que considero obligaci6n filial, regalo á la Biblioteca Nacional la mía particular qu~ he formado lentamente y de que he hecho mención. , Quiera Dios que este recuerdo que aquí dejo, des­prendiéndome de los que fueron mis fieles compañeros en los pasados años de mi vida, sirva no solamente para Ipro_ veoho de mis compatriotas, sino también para que entre ellos no muera del todo la memoria del ausente. TambiéD poseo un pequeño laboratorio rudimental que me ha Ser­vido en mis estudios y que igualmente regalo á la Nación para que lo destine á la Escuela de Medicina y ~iencia5- Naturales. Adjunto hallará Su Señoría el Catálogo de los re~ feridos libros, los cuales están desde este momento, i¡l.Sf como el laboratorio menciol.ado, á la disposición del Go­bierno. Señor Ministro : NIcoLÁs SÁIUIZ-Bogotá, Junio 23 de /902." La nota que dejamos copiada es uno de los rasgps que caracterizaban el alma blanca del incomparable ami­go que lloramos hoy de todo corazón. JOAQUíN MOLANO P . Del Sr. FERRO dijo nuestro compañero de direcci6n,. las cortas frases siguientes, que bien hubiera querido au­mentar á la extensa biografía que el extinto amigo reque­ría, si la premura del tiempo, en momentos de prepararse p:na regre ar á Nueva York, se lo hubiera permitido: "El telégrafo, con su frío laconismo, con todo el incons­ciente horror de sus vibraciones cuando hieren y desgarran las fibras más sensibles del coraz6n, acaba de avisarnos. que JOAQufN FERRO, el noble y caballeroso amigo, ha muerto en Nueva York, lugar de su residencia desde que,. va ya para muchos años, abandonó su tierra natal y fue á buscar campo propicio á sus grandes capacidades para el trabajo y á sus deseos de vencer en la lucha por la vida y surgir como bueno entre los que llegan á dominarla y á dirigirla. En la prodigiosa metrópoli del Dios éxito, en don­de tantas energías flaquean y tantas vidas sucumben ago­tadas en el diario esfuerzo, él logró sobresalir y la muerte lo hall6 victorioso sobre la tierra, cuando golpe6 á su puerta para arrebatárnoslo. t r. Joaquín Ferro " En mEdio de su triunfo, fue siempre bueno, digno y­generoso, sin que el oro de sus arcas amellara la ing~nita nobleza de su alma, y tuvo siempre para los colombIanos. que le trataban, el corazón en la mano para todos y las fruiciones de la amistad para los que lleg¡;t.ban á merecer su cariño. En este número tuvimos la suerte de contarnos nosotros durante los largos años que vivimos en Nueva York, y de aquí nuestro justo duelo al lamentar hoy su desaparición." En los Departamentos también la muerte ha hecho presa en ciudadanos distinguidos y meritorios. En Buga muri6 en el pasado mes de Junio el Sr. Dr. D. LUCIO A. Po~rno, padre de nuestros distinguidos a,?igos Jorge y Rafael, y verdadero patriarca de aquella c!Uda~ cauca~?-, que abri6 sus entrañas para guardar los despoJos del hIJo querido, cuando se preparaba á inaugurar su hermoso Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 144 liOGOT A ILUSTRADO templo. Del Dr. PO~IBO dicen algunos de sus amigos de Palmira que bien lo conoCían y estimaban, estas justísimas frases: (( Hay personajes con cuya muerte no se conforman los pueblos porque su presencia en la vida les es necesaria y estimula por sí sola los distintos actos sociales cjue se encaminan al bien. De éstos fue el Dr. POMBO, varón ejem. pIar en todo lo que moralmente es necesario para ser imi. table: esposo y padre de familia modelo, deja numerosa descendencia, organizada en la práctica de las virtudes cristianas que le transmitió; ciudadano correcto; Juez en la acepción verdadera, porque se le invistió de la facultad de administrar justicia á los particulares, y la admini stró como cumple á todo Magistrado que da el derecho á quien le corresponde; abogado probo, patrocinó con desprendi. miento las causas que pedían justicia; protector de la ju. ventud, á quien siempre aleccionó con benéficas y prácti. cas enseñanzas. t Dr. Lucio A. Pamba (( El Dr. POMBO desempeñó con lucimient puestos públicos importantes, y especialmente recorrió todas las escalas del Poder Judicial hasta llegar á ser Presidente de la Suprema Corte de Justicia. En todos e llos se di til1guió po\' su rectitud. tt Los amigos que lo supimos stimar d ploramos su muerte y enviamos á su honorable familia lIu estra voz de pésame." • También el Norte de la República ha vi to de af.Jare. cer e ntre varios de sus hijos preclaros al Sr. eneral RI­CARDO LESMlts, muerto en Vélez; al r. Dr. TmlÁ VILLA­MIL, muerto recientemente en Garagoa, y al r. D. FRAN­CISCO UAtAÑA, que rindió en Tunja la última jornada de su vida. Nació LESMItS en Vélez, en donde hizo su primeros estudios en el Colegio de la Paz, sabIamente regentado por el Dr. Zenón Solano, cuya ¡¡cción instruccionista d ejó hue­lla imperecedera en la juventud de Santander y BJyacá, y cuando apenas era un adolescente tornó arma n la guerra de 1860 y alcanzó en las tropas de su simpatías el grado de Capitán; n 1876, después de rud faena en labores de campo, volvió á responder á lista entre los suyos y alcanzó el grado de General en la sangrienta ba­talla de Garrapata; otro tanto hizo en 1885, siguiendo ya la bandera de la Regeneración como liberal independien­te, y luégQ en. 1895, .... tocánaole en suerte combatir en En­. ciso como primer , Ayud~nte. General del Sr. General t General Ricardo Lésmez Reyes, y después en la desastrosa guerra de fines del siglo, ya con el grado de General en Jefe del Ejército co­lombiano, ganado t rencilla á trencilla y galón á galón por su valor, por su disciplina y por su generosidad para con el vencido. Pasada la guerra volvió á sus labores de cam­po y luégo á la construcción de uno de los numerosos caminos que el Jefe de la Nación se ha propuesto abrir para darle vida próspera al suelo patrio, facilitando el comercio de todos sus hijos, y allí consumió las últimas energías de su existencia, que vino luégo á extinguirse en el propio suelo que lo vio nacer. Del Dr. VILLAMIL dice uno de sus amigos yadmirado. res, A. R. L., estas sentidas frases lue acogemos gus. tosos: "Comunic6nos el telégrafo la nueva aciaga de la muer­te del Dr. VILLAMlL, :>curriJa en G-aragoa en la noche del 31 de Julio. Una afección cardí,.r,\, de la cual existían no­torias manifestaciones, ha sido probablemente la que ha precipitado el de~enlace fatal que ahora deploran tántos que lo amaban y que priva al lugar en que "ivía de un miembro interesantísimo y de un cumplido cabalJero. us conocimientos de jurista eran vastísimos, y de sus faenas de abogado ha dejado huella honorable y luminosa que hará respetada su memoria entre cuantos solicitaron sus servicios profe ionales. Fundó su hogar en Garagoa hace como doce años, y ese para él nido de las más puras expansiones, fue desde entonces no sólo su centro, sino el objeto único de su vida. Si como amigo y ciudadano VILLAMIL se conquistaba el ca­riño y respeto de sus relacionados, como hombre de hogar puede en todas ocasiones señalarse como modelo acabado. Conocímoslo en 18;-8 en los claustros del Colegio del Rosario. El era, en e l enorme y;lucido grupo de estudiantes que entonces aleccionaba aquel in tituto, de los más afama­dos por su inteligencia y la integridad de su carácter. u grado de Doctor en Juri prudencia fue brillantí imo, y así habría sido su carrera política si su ingénita modestia no lo hubiera casi siempre alejado de las pliblicas faenas. Des­empeñ6 algunos puestos de e lección popular, y siempre, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • BOGOTA ILUSTRA DO 145 hasta 1899, hizo parte de los Directorios liberales de Bo­yacá, su tierra nativa. Hállase la generaci6n ;t que pertenecfa VILLAMIL ape­nas en el mediodla de la vida, y por so conmueve la ex­tinci6n de cualquiera d~ sus miembrQs connotados, preci­samente porque ésta ocurre y ha ocurrido en la saz6n de las actividades fecundas. De los hijos de ese luminoso ho­gar intelectual que fue el Colegio del Rosario de Colunje, januario Salgar, Ancfzar y Rudas (de 78 á 84) son muchos, muchísimos los que han d e~a Farecjdo. Legi6n poderosa á qu ien, por rotaci6n na tura 1, e~ tán eac omendados el pre­sente y el I?orvenir de una Naci6n, se ha visto en parte preciosa arrancada, en hora nefasta, por el simún impla­cable I I Paz á la tumba del digno ciudadano que acaba de dejar el mundial escenario entre el cariño y el dolor de sus amigos 1 A la amante compañera y á los huérfanos hijos, caras prendas de su a fecto infinito, ¿ qué podremos decir ~ les que sea un sedativo en medio ce la congoja; qué po­dremos ofrecerles que sea una consolaci6n en presencia df' la muerte? Lo único sólido q'Je existe, por lo que tiene de excelso y por lo que tiene de imperecedero es la virtud, y cuando ella ha sido el escudo y el numen de los que nos han precedido, los cora zones, al entrar en liza, afrontan incontrastables las olas de l dolor y los dardos de la muer­te. Que la sombra del amante esposo y padre extinto sea su egida, sea su fanal y-¿ porqué no decirlo, aunque parez­ca un desprop6sito en estos instantes de tristeza suprema ?­sea su consuelo en las horas aciagas de la vida," Apacible como la de las aguas murmuradoras en lejano bosque, se desliz6 sobre la tierra la vida de FRAN­CISCO UbIAÑA Q., que fue la del buen hijo, la del buen ciu­dadano, la df'1 buen amigo y la del más cumplido ca­balle ro. t D. Francisco Umaña Q. Terminados aquí sus estudios regres6 á Tunja al seno­de los suyos, en donde era la luz de los ojos de cuantos 10 rodeaban y lo quedan como él sabía hacerse querer, y trabaj6 durante algún tiempo en las labores de campo­que su señor padre tenia establécidas con cuidado inteli­gente y constllncia de todos los momentos; después, alJá por el año de 1880 viaj6 por Europa, cultivando su inteli­gencia con el atento estudio de los más nimios detalles de la civilizaci6n , y luégo volvi6 á apegarse á su terruño, en. donde fund6 el feliz hogar que llora qoy su eterna ausen­cia, y al cual enviamos, así como al resto de su familia, la '5entida expresión de nue~ tro pésame, que es brote sincero del cariño que en vida nos lig6 con aquel amigo querido. En Bogotá también ha sido numerosa la cosecha de la muerte: lIenarfa mos esta página con s610 los nombres. de los que han desaparecido desde nuestro último número para acá y entre los cuales recordamos al Sr. D. MARIANO­TANCO, muy respetado amigo-nuéstro, cuyo retrato publi - t D. Mariano Tanco mos hoy, acompañándolo con las siguientes frases del Sr. Carlos Os pina Sayer : " Uno de nuestros \'arones distinguidos, por muchos conceptos, dejó de existir en la noche del domingo. "TANCO representó la condensación de una energía superior en las fatigas de la vida . " Arruinada su familia por la extremada prisión que que sufriera su ilustre padre en las bóvedas de Puerto Ca­bello, durante la dominación española, su juicio prematuro,. su aquil'atada honradez y su decisi6n por los a suntos patrios,. lo trajeron de Secretario del primer Congreso reunido en Bogotá. " Allí comenzó para él esa serie de esfuerzos que en. medio de las dificultades deberían aquilatar las condiciones. altamente morales de su espftiru, para ser con el tiempo el fundador del comercio de introducci6n en la segunda eta-pa econ6mica de nuestra vida nacional. . " ¡ Anciano venerable: como nada envenenasteis el} la vida, la copa de la muerte no ha sido saturada de amar-gura ( _ " Si es verdad que la suma de los esfuerzos particula­res constituyen en lo social el tono distinti vo de la nacio­nalidad, desde el borde de la tumba podéis señalar como creación de vuestro empeño, uvas hermosas en las cornu­copias de nuestro escudo. "Varón engrandecido por los méritos de su intele~­tualidad, pas6 por la tierra que le cupo en suerte fecundI­zar con su trabajo y su constancia, con el verbo de la ver­dad en los labios, con la energía indomable de los atletas en el músculo y con la esperanza de la justicia en el nom­bre de Dios. "Su vida no tuvo las tormentas amargas que desatan nuestras grandes personalidades en el propio ~en '" R uge el torrente acrecentado, el río Desbórdase y anega la llanura, y en medio á tanto horror, la luna, el frío .* • Rostro muestra en fugaz desgarradura Como una cala vera en el sombrío Recinto de una inmensa sepul tura. JULIO FL6ltKZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO J9alGs en. el nido Paro. Francisco Umaña Casado, juicioso, hecho un modelo d<:: esposos vive en Tun ja mi viejo am igo Ja ime Aldana, sin pensar en otra cosa que no sea el monótono trabajo de su tienda de co­mercio, ni buscar distracciones fuera de las caricias de su esposa y de los juegos y necedarles de sus hijos. Es hoy el reverso de lo que fue años atrás, cuando so' tó al aire bo­gotano su a bundante cabell era negra, que l anas no tenía para soltar, y sólo vuelve á ex poner una que otra guedeja, a hora sí con blanquísimos hi los, carl a vez que por vísperas de Nochebuena 6 de Semana Santa abandona su tranqutlo mostrador y viene á renova r aquí el surtido para las ventas de los g randes días. Entonces reju venece, al igera el paso y tan pronto como deja a trás el hist6ri co campo del Puente de Boya cá, arro­ja en el primer recodo del camino us ve:;tiduras de per­fecto casado, acomoda en seguro rincón de la memoria la lista de los encargos cariñosos que debe traer al regre­so para su muj er y sus niños, y, curado así en salud por sus futuros deslices en la capital, apura su cabalgadura, como posta de sus ansias y deseos, tan cristianamente do­minados á la sombra del hogar, y ojos que te vieron ir .... Trota que trota devora en dos días las treinta leguas del camino, y no pára hasta que llega al hospedaje bogotano, en donde hasta los perros lo quieren y los sirvientes lo respetan y obedecen . Para Jaime, buen colombiano, el tiempo no vale di­nero ; pero como lo tiene contado y minuto perdido es placer de menos, no se da tregua ni descanso, sino que se viste, se acicala todo lo posibl e, come de carrera y sale al Cl ub en busca de sus dmigos, á tomar lenguas que le inte­resan. Quiere ~ abe rJ o todo, a ve rig ua por sus antiguas amigas, se da tra zas por sél ber si aún viven en donde las había dejado, y ya al ce bo de su d e~,e ada orientación, se despide como quien no qu ie re la cosa y marcha de visita á casa de D." María Ronderos, persona muy de su aprecio y JyLereci da 0vaci 6n Los hombres buenos de suyo, los que conservaD buena el alma por sobre las mil vicisitudes de la vida,. sin dejar que la garra de la envidia haga mella en ella y la envilezca, siquiera la desgracia haya golpea­do cruel á sus puertas, impregnan de bondad todos­sus actos y la reparten con su corazón sin que irónica sutileza se oculte en ninguno de ellos, ni intereses bastardos ni ambiciones imposihles. El que nace gente y gente vive, riega su gentileza por dondequiera que pasa. De aquí que tuviera éxito espléndido la ovación póstuma á la memoria del admirable cantor de la­luna, iniciada por Diego Uribe, el poeta del hogar y del sentimiento, cuyo espíritu de artista vaga por los­mismos plácidos campos que el Je Fallon recorriera, y de aquí también que en próximo día veamos lujo­samente realizada la idea de Max Grillo en loor á Gu-­tiérrez Nágera, ese cantor de la tierra de Méj ico, que tan cariñosa acaba de r.:ostrarse con Julio Flórez, el< gran poeta de nuestra tierra. " Presidía la peregrinación á la tumba de Fallon,.. el día 13 de Agosto en curso, segtln amable relato de nuestro querido amigo Arturo Quijano, el Sr. Rivas Groo!., Ministro de Instrucción Pública, afamado poe­ta y prosista distinguido, en compañía de un compac­to grupo de hijos de las Musas, de periodistas y de­admiradores de quien fue también un cumplido caba­llero. Haela dos afios que el cantor de la luna había muerto apaciblemente: dos año justos que aquélla se había ('clip ado, oh maravilla!, an le tan ~randeduelo.'?- Una vez lo peregrinan tes frente á la tumba de Fallon, en la galería oriental del cementerio circ ular, fue aquélla cubierta con las coronas de ~a Esc~lela Na­cional de Bellas Artes, de la AcademIa NaCIOnal de Mú ica del Centro Mil ical de D. Federico Corrales, de los Sres. Hernándcz y Zinkei en, de D. Diego Uri­be. El Nuevo Tiempo, El Correo racional, El Artis­ta, etc. En seguida ocuparon la trih.un!=1 .portátil, los Sr~s. Antonio Gómez Re trepo y Maxlmlhano Gnllo) qUle­ne se hicieron aplaudir us discur 'os, verdaderamen­te di a nos d 1 ilustre muerto y de tan solemne oca ión. El 1' . Gómez Rcstrepo hizo un ancU I lS crítico de alto mérito de la obra y vida del poeta él quien se honraba: /'s una de las piezas más completas, en su admirable conci ión, que haya merecido entre nos­otros una obra poética. El Dr. Grillo di erLó con su aco. Lumbrada ma­nera, ilu truda y galana, sobre vario tópicos de esté- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA lica, realmente merecedores de tan luminosa exposi­ción en esa solemnidad de las letras. En seguida, el selecto concurso, intimamente complacido por la severidad del homenaje q\.le acaba­ba de rendir, se dispersó con ]a conciencia de haber realizado una obra justiciera y hermosa." t D. Diego Fallon ,En memGri am Es de maestros en las bellas letras yen las artes, es­tudiar los orígenes y la formación de la personalidad ex­traordinaria de Diego Fallon ; ponderar su naturaleza pri­vilegiada ; encomiar su dicción siempre atildada y precisa, >' solazarse con la pureza, la sencillez y la profundidad de sus clmceptos. Es y será de todos los amantes de lo bello deplorar que espíritu tan pr6digo y opulento s610 hubiese dejado, si perfecto, escaso acervo literario. Mas quienes tuvieron la dicha de verle, de oírle va­ciar su alma y su fcoraz6n en frases suaves y arrulladoras, de viajar encantados y guiados por él al rededor de ese mundo ideal, de ese jardín maravilloso, suyo, ex : lusiva­mente suyo, á donde había trasladado todo lo vi ible é in­visible, yen donde la luz era amor y el ambiente simpa­tía, esos sí pueden afirmar que la grande obra del maes­tro no fue la escrita, sino la oral, y que si esa voz fue apa­gada por la muerte, su recuerdo y sus enseñanzas per­duran. Un eminente crítico francés dijo que la civilizaci6n es amplia y generosa simpatía por todo y para todo. Enten­dida as{, la civilizaci6n es una religi6n, y esa religi6n es el cri stia ni smo, no el de las meras palabras, sinu el de las obras eficaces. Son muchos los que en el templo de la fama compar­ten con Fallon los lauros de la gloria. Sin embargo, ¡ cuán pocos son los hombres civilizados de que puede ufanarse la humanidad entera! Y ¿quién entre nosotros mejdr que Fallon desempeñ6 la incomparable misi6n de hombre ci­vilizado? El, con la varita mágica de su ingenio, hada amable 10 que para el vulgo es repugnante, trocaba la fealdad en hermosura, la confusi6n en armonía, lo tosco en suavidad, ILUSTRADO endulzaba las amarguras y tristezas, embalsamaba las.. alegrías, daba forma y colorido á lo sutil é inaccesible aquilataba el bien, sublimaba lo bello, y si acaso tropeza-=­ba con la maldad y el error, empeñábase en extraerles granos de oro que tal vez sólo existían en la imaginaci6n poderosa del artista. En suma, Fallon conocía todas aque­llas. inefables evocaciones amorosas con que las a lmas su­penores sa ben despertar las sonrisas del Creador que ya­cen dormidas en el seno de la naturaleza. Hada parte Fallon del reducido número de los esco­gidos; su vocaci6n fue la humildad, su estado la abnega_ ci6n espontánea; apartó de sí con horror los más alto~ hon?res díplom~ti~os y po~íti~os <'on que le brindaron, y dedlc6se con aSidUidad á dlgmficar las ocupaciones mo­destas. Ah 1 J Los que palpáis los rigores y afanes del diario. vivir, los que estáis cercados por amotinados odios y con­cupiscencias, volved los ojos á tan humano y alto ejemplo y veréis amanecer la bonanza y la ventura! De nadie mejor que de Fallon podrá la posteridad decir: ., Fue una alma sencilla que pas6 cantando por el mundo." ------ S.]. D&LGA1)(). ... --- ALA LUNA (KN su ECLIPSE DEL r 4 DE AGOSTO DE 1905) Cuando el postrer crepúsculo moría, Brotó la luna rutilante y bella, y al surgir descubrió la noche aquella Que su excelso cantor ya no t:xistía, Que Fallon inmortal en ese día March6se al centro en que la luz destella, y girando siguió la blanca estrel!a Inconsolable en la región vaCÍa. Pero de pronto la doliente diosa, Cuando se hallaba en la mitad d¿1 cielo, Quiso seguir su marcha silenciosa Poniendo, con enorme desconsuelo, Negros crespones en su faz raJiosa Para mostrar su formidable duelo. DANIEL ARiAS ARGÁE~ ~eneral 'Ped.ro ~. 'Ped.raza Si antes de ahora nos hubiera venido la idea de­publicar en estas columnas el retrato de este estimado amigo, de seguro que hubiéramos huscado razón para ello en sus méritos como militar abnegado y valp.roso,. que desde soldado hilO su carrera grado i't grado hasta conquistar las es~rellas que ~lOy luce; . ó como. servidor leal y convenCIdo de las Ideas que mforman la reconstrucción nacional,ó como hábil organ izador,. según lo ha mostrado en la Dirección de la Gendar­mería, ó siquiera como aficionado á la fotografía y por lal colaborador, en nuestra l~oja, ó como compa­ñero en nefandos ellas dc PanóptiCO en ]a guerra pa­sada, cuando la mano de la arbitrariedad confundí.a en un solo martirio á micmbros de los di tin tos partI­dos del país, pero nunca, enjamás de losj amases COffi? literato como cuentista laureado en concursos públI­cos pu~s uo cono~íamos sus gracias de escritor, y sio embargo, es con sólo este último carácter por ]0 que hoy hubiéramos querido anteponer su retra to al cuento vencedor en e] concurso abi erto pa ra decirle al públIco, de la mejor manera posible y más galana, aJgu no~ de los inconvenientes que tiene el uso del chocolate mo-fP ) \. (.,.. l~ 1t Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO lido en piedra, y cuáles y de qué clase son las flaque­zas y ad ver idades de qui enes lo fa bric.an. Tema difícil de suyo, como q ue n o en todo campo se aúnan bien el reclamo indus t ri a l con la liter a lura, Pedraza logró dominarlo ventaj o amente y escribió un cuento interesante y ameno, mezclando tipos y de cripcionrs al obj eto del co ncurso, per o sin detener­se en deta lles exagerad os, su cios en los más de los cuentos presentados, y de modo tal, y és te s u mayor mérito, q ue valg a por sí solo como esfuerzo lite rario, además de lo que valga como reclamo i nd us tr ial, y sin que é te perjudique en lo mínimo á aquél. Esta, á Jo menos, fue nuestra opinión al j uzg ar el cuen to como jurados del concurso en asocio de los S res. E duardo R odríg uez Piñeros y Diego Uribe, y ella noS g ula al publicarlo hoy, enviá ndole á su a utor cariñosas felicitaciones, así por su obra misma como por la sorpresa que con ella n os ha d ado. cal, me dijo. La tropa va á ayudar mientras IJega.Ia Policía con sus bombas. Cortí C~)D los demás curiosos hacia el lugar indi­cado. Qué de carreras, qué de comentarios; cada cuál anti cip aba una opinión, un deseo. Antes de ll egar á la esquina de la calle 8~ senU un ruido fu erte que se acercaba, y vi aparecer como por encanto la bomba de apagar incendios . . Una iluminación r ojiza nos guió al luga r del siniestro; allí todo fue uno: d esempedrar . la calle, romper los tubos del acueducto, formar un d e pó~ito, conectar ]as- mang ueras, subir los bomberos a l tej ado y ver en el aire una con sol adora pluma de agua, á ]a vez que el re oplido de la cald era oe vapor d omin a ba todos los ruid os. Entre los porticulare s áCU­ciosús circul a ban de mano en mano Jos tradicionales tarros de Ja ta. ~ T e nía que quema rse, d ecía un embolador, tipo cuya presencia nunca fa lla ni en las fi es tas ni en las desgracias. - ¡, Pero cómo? -Pues no ve mesio que en esa tien-da muelen cacao y paeso hay que ca­/ pllta r la piedra y endespués se duer­men co n l a candela prendid a y e ar­den Jn lirnplones y puai empieza la quemasdn. Es cierto, pensé, en estas fáb ricas de chocola te en piedra, ]a pobre gente trabaja en do nde mismo vive, con pe­lTOS, gato y gallin (ls, y come y duer­me, y se enferma y muere ..... A l a ' luce de las Jl amas examiné e l loen] : licios jergone por el suelo; un es tante con ú t ile de cocina y mon­to nes de chocolate empastillado, listo para la ven la; canas tos con ropa sucia, el cajó n oe las palomas y el p aj ar del perro, la hornill a, y junto, la piedra de mojel' con su mano r ed onda y lus­trOs( l ..... ista exterior de la fábrica de chocolate Chaves y Equitativa Efectivamente, aquello era una fá­brica de moler chocolate en piedra, con todas u in comodidades y todo su desaseo! iJncendio (Cuento premiado en el concurso de choco l:J tcs) Eso de la media noche seria cuando llegué al puente (le San eru tín; todo es­taba en profun do • iJencio, y sólo se oía el murmullo so rdo de dos lras nochadores que con ver a ban en la e quin a. ])e pronto las campa nas desgrana ron Sil aterrador grito de a larma. -Fuego! F uego! g ritó uno d e aqué­ll os. - Ó, nó, es toque de genera la .. .. . -Qu ~ generala, gritó un ter ero qlle pasaba á la carr ra; es toqne d deg'iielJ o. En ese mom nto las co rnetos de lo pueslos de guard ia conles la ron ma rcial­mente e] tin .... tun .... doloro o de la em­panas, y senJos piquetes de tropa sa ll 'r on p resurosos de los cua rteles. Los pitos de los sl'l'cnos pnsiel'on su nota ::lguda en el ronco SOI1:)1' (IUI' Jl n aGa Ja illcI ad. -¿ QuÍ' s\lcede, qué sesto? ]e preo'un ­té al seoor A~·cnte. IncendIO arriba J el Chorro del lf'/8_ Después de una hora de ruda fa ena quedó domi­nado el fu ego; el cordón de soldados e replegó por orden de s u j efe y marchó para el cuart el; la Policía Visl(\ interior de In fúbrica do chocolate Chnvos y Equita tiva Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOGOTA ILUSTRADO 153 se alejó con su bomba; los curiosos avanzámos hacia el lugar del siniestro y los dueños ele la fábrica se apresuraron á defender lo que les quedaba de su po­bre fortuna, todo húmedo, todo lleno de lorlo y de mugre. Una mujer robusta, sudorosa y á medio vestir, que el fuego no le dio tIempo para más, recogía, en uuo de los cana tos de la ropa, temerosa de la rapa­cidad de los pilluelos que rondaban cerca, el chocolate del estan te ..... Salón de molinos dobles para el cacao ¿ Cómo puede haber, pensé, quien tome chocolate de ése? Sentí asco y luégo rabia al oír sobre mi caheza una ruidosa carcajada: alcé á mirar, indignado contra quien así se burlaba de la ajena desgracia, y hube de sonreír al ver un loro que desde el estante miraba afa.nado t:into tumulto y decia, como contestando á mI pre­gunta: -¿ Patojito, querés cacao 2 PEDRO A, PEDRAZA Hasta el último tercio del siglo pasado no se preparaba entre nos­otros la bebida de los dioses sino con chocolate molido en piedra, y consistía en este punto el lujo de las gentes ricas ó que mejor naci­das se creían, en usar del fabricad() en los conventos de monjas, siem­pre más cuco y más aseado, ó de) que en bolas, sin adorno alguno, venia de las labranzas de Neiva, más jugoso y aromá tico que ningu­no; pero ya para 1870 comenzó ti hablarse de las ventajas de) molido y prepal'ado en máquinas, experi­mentadas con buen éxito en Euro­pa, y por fin en ) 877 traj.o tal ma­quinaria y fundó su fábr,ICa el Sr. D. Enrique Chaves, vencI~ndo . no pocas, dificultades y. reSIstencIas, incl\lslve. la del manejO de los n:lO-tores de vapor, que en vano halJian tratado de acli­ma~ ar anteriormenle varios otros inteligentes empre­sarlOs. , Tras ruda ll\cila" natural en todo principio, la fábrIca del ~r', Chaves Impuso sus magnlfi cos produc­tos; pI pedldo p~reció superior á Sil consumo, y en­tonces, en 1889, tundó lIoa nueva fábrica con el nom­bre de ¡¡;r¡u"tali~a, ('1 SI', Lllis MarJ;! Azcllénaga, y durantc~ largo tlf>mpo los chocolates de un:! y otra, todos a radas y , abrasas, dieron á ha to al consumo de Bogot á ,y , nI> alrededores, hasta que para poder aumentar su capital y en ancha/' sus trabajos, resolvieron fun­dirlas en una . ola, con 1'1 /l ombre de léJS dos, Chaves y Equitativa, y la trasladaron al mas'nlB eo edificio que forma esquina entre la calle 20 y la carrera 1 ~, y cuyas vistas, ex lerior é ¡ntprior, así como la de tres de sus salones, publicamos ahora, aproyechan­do fotograbados y dalaS del SI'. Julio Par­ga Polanía, asiduo trabajador por el bien general, que de tiempo atrás sehapropues­to, así com9 nosotros lo intentamos, hacer conocer las industrias de nue Ir:'! r::!pilaJ. Hoy la fábrica de la Compañía de cho­colates Chaves !f Equüativa es la mejór de su especie en el país y una de las más importantes dela ciudad. Tiene una planta de vapor de cIen caballos de fuerza é ins­talación para al umbrado eléctrico directo por medio de acumuladores, con 110 focos de á ] o y 16 bujías, y departamentos espe-ciales para tostar, descascarar, desgermi­nar, refinar y molerel cacao, triturary cer­ner azúcar, mezclar uno y otro producto en las pro­porciones y con los ingredientes que el público pide, estufar, empastillar y refrigerar el choco late, y empa­carla y almacenarlo, todos ello~ espacios~s y b~eJ? v~n­lilados, de modo que el traba]o sea fáCil é IlJgiénlco para los numerosos obreros de la fábrica. A pesar de que la fábrica tiene maquinaria doble y sólo en raros casos habría de suspender trabajos por falta de algún repuesto en el momento necesario, cuenta además con talleres de herrería y carpintería, muy bien montados, en los cuales construye á la minute lodo elemento que le falte, no como remiendo sino como cos::! nueva_ Salón de mezcladores para el eh oeolat!' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 154 , BOGOTAILUSTRADO Para honor de los empresarios actuales, 'hay que 'Dolar que la fábrica, cuyos depósitos d.e materias primas son siempre abundantes y muy valIosos, no ha gastado capital extranjero alguno, )' que su organiza­ción fi cal y económica tanto consulta el provecho del .capital como el del trabajo, asegu rándoles á los obre- Salón para empastillar el chocolate {'os hospitalidades para ca o de enfermedad, pensión de retiro para la vejez ó in va lid ez absoluta, y cajas de ahorro para que guaru en 3 10'0 de sus economías y en tiempo no lejano las vean convertidas en capital para sus hij os, y además, escuelas nocturnas para todos. No ahorra, pues, la fábrica esfuerzo alguno ni para bien de sus trabajadores ni para mejorar y acreditar sus productos, y a í acaba de demostrarlo con su con­curso de cuentos á que nos hemos r eferido, felicitán­dola por el éxito alcanzado en é te como en todos sus proyectos. CSXa.lerí a ele prensa Completamos hoy el personal directivo de nuestro estimado colega La Revista de la Paz, co n )a publi­cación de los retratos de u Director, D. Manuel To­rres R odrlg uez, y de 11 mélS a. iduo co laborador, el saleroso Caslmiro de la Barra, virjo ya de conocido y popular entre los escritores colombianos. Manuel Torres Rodríguez F otograbado de Parga Pollloía Torres Rodrlguez es un joven distinguido, cuyos mér itos, cuya laboriosidad), cuyos talentos diversos lo han colocado en la posición que 001\ justicia ocupa. Hombre de honor a1to, de actividad como muy pocos, y habilidad sobresaliente, es hor uno de los que ma­yor confianza inspiran al Excmo. Sr. General Reyes: es su taquígrafo inmediato: pudiera deci.rse que la hábil mano de Torres Rodríguez lleva en sus dedos, con agilidad suma, la voz del Jefe del Estado, es decir, el alma de la con- I cordia y del progreso. La labor de Torres ' R.odríguez en d Palaéio de San Carlos debe srr y "erá tomada en cuenta y aplaudida por todos los buenos colombianos, porque ella es una contribución de inteligen­cia y de trabajo en la ohra fecunda y civilizadora del Sr. General Reyes. De fisonomía serena y perpicaz, ­de rasgos llenos de expresión, revela­dores de energías, de actividades y de talentos, que muestra el alma y el co­razón de un hombre de lucha, illte­ligentc, activo y constante, Torres Ro­dríguez irá á la altura no muy tarde, porque de la juventud que trabaja. es la vida futura; allí está el porvenir 1 A Clímaco Soto Borda le dijimos con confianza cariñosa en el prólogo de sus Siluetas parlamentarias, y he­mos de repetirle hoy, algo como esto: "Eres joven, bien lo sa­bes, y por e o t.e metes en la que andas; ni feo ni bllen mozo, así. así, pasadero, pero muy acep­table para las que logres impre ionar, que de 'se­g uro no e fijarán ni en 10 hirsuto de tu espeso biO'ote, ni en que tus cas­taños cabellos son más indómitos que Jos indios de nuestra región orienta~ . i ., que quiere Venezuela tomar e la pena de domeñar, ni, en fin, en )0 desgarbado de tu. cuerpo que, si no te e fuerza por enderezarlo, acabará en una etcétera más grande que la que debiste poner al pie de cada silueta. Con bueno estudio, inteli O'ente )' aficionado de recio á la literatura, ha e crito ba tante en pro a, en la carne de cañón de nlie tro periodi mo, y no menos en verso y en oca iones bi en, y aun cuando tus poe­sías no son todav(a sufi ciente ba O'aje para una colec­ción con tu retrato al frente que te abra la puertas de la inmortalidad, sí han figurado con honor alIado de las de bueno poetas, y en todo ca o revelan al hijo mimado, bien que un poco esquivo, de las Musas." ..~. ADVERTENCIA URGENTE Ocho días después de publicado este número, circula­rá el sig uiente de BOGOTÁ [LUSTRADO, último de la segunda serie, con numerosas vistas de la Exposici6n y festejos del 20 de Julio, cuya consecuci6n y grabado nos ha impuesto la demora de uno y o ro, por la cual pedimos excusas á nuestros suscriptores, rogándoles cubran sus cuentas tan luégo como reciban el presente. Imprenta E16cll'ica Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. I BOGdTA ILUSTRADO , B L DE ZIPACON Este carbón es el n1ejor de la Sabana; con su uso se obtiene una econoluía del 20 al 30 por 100 sobre cualquier otro: Desarrolla gran cantidad de calor en poco tiempo; al· quemarse no deja laja ú otras sustancias incolnbustibles sino apenas una ceniza fina; no contiene, como los demás carbones, grandes cantidades de a~ufre y, por consiguiente, no ataca las parrillas ni destruye las n1áquinas. Diríj anse lo pedidos á Ene Veloz Ex reso encuentra usted relojes de holsillo~ despertadores RELOJES DE TODAS CLASES, GARANTIZADOS POR 25 ANOS Plumas Sevigné. Utiles de escritorio baratísimos y EN ESOL JOYERIA DE PABLO BAQUERO S. El más variad-o y completo surtido de joyas. Sus tallere:) de Platería, Relojería y Grabado se hacen cargo de toda clu e de tra­bajos de esta especie, garantizando esmero, prontitud y cDmplimien10. lJarrera 6:, nú­mero 292. , DR. FERNANDO (CORTES S. CmUJANO DENTISTA DE' L_'l FACULTAD DE BOGOTA - Primera Calle Real) nú­: mero 239. Altos del almacén. del Sr. A. Maguin. . Extr~ccio~es sin dolor. An~stésico:)' y Analgésicos. (Somnoformo, Dentundo y ~Thit). Orifica- Ciones, edificacIOnes, calzas de esmalte, amatgamas y cement@s. Trabajos en caucho y celuloide~ TRABAJOS DE PUENTE Y CORONA LOS-TRABAJOS SONGARANTIZADOS y LOS PRECIOS EQUITATIVOS! ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. BOG O TA ILUSTR A DO Secretario de Estado de Su Santidad Pío X, des pachando en la MAQUINA HAM:VJOND la corresponden­~ cia diplomática del Vaticano. AGENTES DE DICHA MAQUINA Carnacha Roldan & Tamayo BOGOTA, CALLE 12, NUMERO 178 ~~:~~~~~~~ ~~~~~~~~~~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Bogotá Ilustrado - Serie II N. 9

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Colombia: revista de las damas - N. 4

Por: | Fecha: 15/06/1907

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. L SP:RIE l !- RE PÚB LICA DE COLOM BI A Af(o I ~-------------------- TOM. I - NÓlf. 4 JUNIO DE 190 7 C~ 1LO 1~1I lJ].f~¡ ""~"' CONDICIONES Se pubhca, POR AIIOM, cada mes. Las suscl'ipciones se dividen así: Serie de d oce números ...... $ S0-00 pzm. Id. de veinticinco, que componen un tomo ......... ... , 100-00 ., En el exterior, á. causa del porte,$ 0-75 y $ 1-25 oro, r E:s . pecti vamente. Número suelto en el mes? ir'l!eción telegráfica: Colombt. PAGOS ANTICIPADOS ~~--·------------ CONTENIDO Los hermanos R eyes (P oesía) ............... . Antonio Oter-o Herrent . ................. . PJ.GS. 49 'Sistema Fallón ................................ .. C. Cortés S.... ...... ............... ... .. .. 53 Cuando eramos niños (Yl\lse para pia.no) 'l ' r·ibuto (Poesía) .................... ............ . Amenidades ... , ............. ..... .............. .. I ndustrias caseras ............................ .. 'Sueltow ............................................ .. L;\ Aldeana (.&lletín ) ........................ . • A. JJ. S~l'ling.. ....... .. ....... ............ 53 J<:nscbio Robwdo........ ..... .. .. ......... . 58 Mil•. 7.. FlelU'iot • ........................ 60 61 62 6:S - I MPRENTA OOLOMBTA-C.\LT.r. 16, 92 B Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REPURLIC.\ DE COLO.UBL\ COLO BIA REVISTA DE LAS D \M \.S ---·--- DirecLoras: Tü:\10 I-SEHJE I ~ Bogotn, Junio 15 de 1907. } Xúmero 4. ,. ( '{) I.1 O .V[ B f L\_" "· OTERO Jlf~RHBB \ A LA 111EMORrA m: 103 HERMANOS ELlAS, EN RIQUE Y NESTOR REYES CF'ragrn ento) (1> ¡ Bien estará que el bronce Ll'3 gloria'3 de la Patria haga inmortales, Y en modeladas formas eternice, Y en regios pedestalec;, La combncia. el v:~.lor y la hidalgula! (2) ¡Bien estar1 que asom hre, Enhiesta y fi¡·me en transit:l/la v:a. La estatua, cuya a1tnra preconice La excelsitud que el hombre Sobre tll nivel de todo sér coasigue. Cuando al honor tributa Digno homenaje, ó la encumbrada ruta De la virtud y el heroísmo sigue ! (1) Sentimos n' po..lH public.11- ínt.-gramente,¡>vr ser muy extensa, la poesía de nues. t ro colabont dor y alle~a• lo muy cercano. (Nvta de la Di.·ecci6>~) . (2) Se hace alusión al prvyl!rto ue Ievantnr un monumento á h\ memoria de los he\'• manos Euriquo>, N\o,wr y Elía~ Reyes (Nota del .iltdo,:J. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 50 C'O L O~IBIA i Bien estará . . . ! Mas nó que un Arte solo De trasmiti r se encargue á las edades Venideras el peso de la fama ; Sino asociado al de vibrante lira Que los pechos inflama. Y cuyo vuelo nada habt·á que estorbe. Si es que á vivir la eternidad aspira. i Bien estará que tú viva traslades, Oh soberbia Escultura, De Jos que hoy son admiración del orbe Hasta el confin de1 tiempo la figura: Pero en unión del Estro á quien dió A polo Del verbo sujetar la rebeldía Y modelar la dulce Poesía! ¡Que labore el cincel y que publique. Según la ley de un popular comicio, (1) De Elías y de Néstor y de Enriq ue La intrepidez y noble sacrificio ; Pero también el verso Surja armonioc;o; y la pre.:-1'-tr:t historia. Y la grata memoria De cada fuerte atleta Grabe en el corazón del u:r.i ¡erso. No sólo el escultor, s:no el poeta ! i Para vo'3otros. pues, oh lid}adores, Oh bravoc; domadores De abruptas selvas y de ignoto3 llanos : Para vosotros mi canr,ión. oh hermanos, Grandes ayel' en el martirio, hoy grandes Por el renomb:·~>, alaco prego¡lcro. Que el límite borran 1o de !os Andes. Vuestras hazañas cuenta al mundo entero! ¿Quién que dilate la asombrada mente Por la región del CaquetíÍ. inclemente, Donde tiene su asiento el Exterminio. La fiera su dominio Y su atracción mas poderosa el rayo; Quién que sepa el misterio oculto en esa Inviolable montafia. A quien, airado y con terrible saña, Pr atenlió conservar del hombre ilesa. (!) Elproy cto ~~~ e:'g'r la< .-statu '" •l•• ¡,,. herlllliiO' R"ycs h.1 r.1•a l•¡ Y·',¡ '~r J,.-;:\' de la Repúl'Jica. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REYISTA DE LAS DAMAS - --- Cual celoso guardián, el Putumayo ; Quién que contemple las incultas zonas Que baña el Amazonas ( i Mar de dulce oleaje Que áun á templar no alcanza La sed devoradora del salvaje! ) Quién ha brá que no intente Decir. aunque mezquina, una alabanza De Jos ínclitos hechos Que, venciendo tamaños adversarios Y retando á elementos tan contrarios, Pudisteis realizar. de toda gente Para alto ejemplo, oh generosos pechos? i Con qué variadas voces Los montes y los valles á porfia. La andina cordillera. Y Napo y Marañón. Tigre y Morona ; Con qué agreste armon~a Naturaleza entera Un hjmno acorde en vuestro honor entona! El CPntenario roble corpulento Que se alza en la colina, Y magestuoso la extensión domina Del vasto Caquetá, cuando al empuje Del á brego violénto Tiende sus ramas y abatido cruje, ~ ,;qoR ... ! K F.,ToR ... ! parece en sus congojas Decir; XisToR ! simula El süave susurro de las hojas: Y ~f,ToR ... ! esa voz: ·.:·sToR ... ! circula Veloz ; y no fenece. Sino antes más en el espacio crece ... ! O llevado en el fáci l Carro del aura lev e, Que feli z 'POr el valle Mas delicioso muev e Las ágtles rüedas Y el docil gobernalle, Suena otro nombre. Erí ,:;. Entre las cañas ledas De bullen tes erías, Cuyas mieses al soplo juguetean De las caucanas brisas, Y parece que trinan y gorgean Y e~parcen en re dor sabrosas risas ... 5 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 52 COLOuiBIA i Mas, oh Enrique ! del ronco Pororoca (1) Tu nombre estalla en el potente grito Que lanza á veces la feroz Corriente. Cuando en la dura roca Se estrella, ó en la mole de granito Que á Magallanes junta con Alaska! ¡ Y E:sRJQt:E! en la carrera del torrente Que audaz se precipita Sin que puedan pararlo valla ó dique: E:sRH~t:E, .. ! siempre E~RIQLF ... : En el mar, la tormenta y la borrasca. En lo imponente y lo grandioso habita ! i Oh sublimes hermanos! Con tanta gloria ufana, Hoy vuestros nombres sin cesa.r repite La Patria Colombiana! i Y en espandir con eco resonante Vuestra grandeza al linde mas remoto. La Pampa con el Soto. Con Oeste el Levante Y con el Sur el Septentrión compite ! (1) Con ienti~ nMririma ti~: violencia ~::draor lman.1, qu,; se aplic:\ tamhil-n ¡~ra nom. brar l•)• impílabn v de tocar la nota ó acorde en el momento indicado. P ara mayor f.1cilidad ·ht·mo<> pnc~to alguno' mínu•ro', lo~ q11e indic:'ln ,., dedo •'on que debe lil-1 ir' " la tecln. A . B. S terhng T m.dttccióo lucha prr,,-a la Rrci~lct CoLO'IBI A y dtdica.Zct á la8 uiiora. Dv1la El(.,. (ano de R fS/I'tJII} y D oña l a s A deagn clc· Oto·o. 1 4 1 2 1 3 1 3 4, V al se t e m po - / bac h h ay baf 1 bachr, ha) Lt no •a le p i d r 2 Ll no ·~ 1~ pi ot!H t<>c!a dt~ cul• • ~l dt ri 1rno . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 54 COLO}IB I A --- --- - ·r 1, 11 'l'af Had 'l'af 1 Fan Far Fan : T' F' fat 1 i Li no u le pi de 2 Li 110 ~· le pi de ~ Ll no "!.\ 1< p1 de 11 Naf d f 1 t b t ¡ N fant .a :;, 'l , ' 'l 6 1 '! 1 1 4 l. J 1 Taf, Lan 1 Yan y Yan 1 Ynb X 1 ab 1 i • L no ,. le pi de ~ 1,1 no :!a le pi ,re 6 l.t 110 ., le 111 le 1 N. fant uatf 1 h nab .a ! b nab .a 1 1 . ' l' 1 1 r J..,¡ ni) 1, F G Y C:h 1 Na Ch Yat 1 Cl1ab R Ch !a le pi tle O l.t AU u lt: pi de I N •• le pi de !1 l.i no nnt ·a 1 F nat .a J R fachb .a ¡ F R T 1 10 Ll no 1 1 k pi de 11 J Faf fachb gacht 1 'Teyr' N l ' N ' . .} l_Ji no s• lo pl •lc L1 nn ,, k pi rt~~ Y, uat .a 1 f. unt ·:t 1 1, 1 Ch y Ch 1 Yau Chur· Nat 1 R Bach Hay 1 13 Li 01) " le pi de 11 l.~i lh.) " h- (11 de 1; L• no S·• 1< pi lit: . d, na t' R nard .a ' f. r ll ¡ .a ' ~. 1 Bef L•'ef .a .a 1 Fatf Dastl Fatf 1 Natn Rabr Natn s• Li n l .. ., le v• etc 17 Li no 'a 1~ pi rle 18 L\ UIJ ~... 1~ l•i 1lt ¡ eh' 1 X nas unt ¡ F fant .a i 'feft' Fatf, 11 Lt U4J i\ le l N fant 1 pi ,te ·tO L1 uo s.a 1" .a 1 :K faut Xaln 1 Xa) n Yau Nnyu 1 ¡1i dt ~J Ll nv ~~ le u1 tJe natf 1 b, uab .a ! bayb Nayu bayb 1 Taft, 2! Li no u. te pl el • ~U Li nv ,._ lt> b na7J .a l N fnnt 1 pi ~e ·H natf: Tat Ll 1, r\1• ~" le p· .te nl\tf .a Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. RJi:n~TA DE LA. DA)IAS 55 1 ynpf Tat 1~ ( ,¡ tN ' a te 1 y va{ y ·av 1 Y ay Ya\' Tat 1 fa 1j, pi 1h• 20 Li uo sa r,• ¡H 1h• 27 Li no Sil le: taf 1 Ya-y yatf rnpf 1 Ch tyarb 1 pi de .a ¡ Lmyh. T at 28 r.i no '' lt vi fk 1 H yarb .n 1 'üul t Ra1· Xan 1 Yndy Cha·lch Nado 1 ~~~ Li no " le JH de JO Li no ~' le pi de 1 y, unrd .a 1 R naru .a 1 ~. 1 R abchr R n.b,· l bbg 1 Habf F ef .a .a .1 Faut Dans Fatf 3 1 Li no l:!d ,; pi elt 3·! Lt n·~ ... \ h ¡u tic Li no u lt pi de 1 Fer f !t 1 cf,' i! Kaf y f 5, ~. 1 r Yap Yapl 1 R Y. i R ar Y ay ' 1 2 La "') " lt pa le a l. a n-• , _, le '" le .¡ U no u le pi ~· r yatf .a 1 l{ na rd .a 1 R \,nar j T , H Oh 1 1 S La no .. 'e ¡u ''"' ti Li "" •.a Ir , .. ••• La 110 •• le pi oc ! far ll l" 1 ]1' f:¡ th .a ~ fa n t .a 1 4 , 5, 1 ~ \ 1 y F 1 ::\, .\'o(, ' l. ,\ "nb .a • .a S L1 n " 'e 1" ·1 !l !.a '" .. 1• 1" t).¡; 1•1 Li "' -a le pi ~. ! X fa u t 1 ,·tl 1 Yn.\·, 1 Bah, 1 l, ."), l F X a l .a 1 T Y 1! 1 F;~n Danr T R 1 ' 11 Li nu " 1• \U tft" 1 ~ Lo U•• •\ 1·· , .. ••• 11 Li "" " le pi de Xaf. • 1 Y:n· 1 Rar ua1d .a 1 1 y l..& Li n1• n le 1 R nard ~. X 1 R n:,r 1" ••• 15 l.i IIH .. .a f. eh Bny ! Bach Bay ¡>i M 16 L• no " le n 1 r u Baf '¡ pi de eh 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 56 COLOMRIA ~. 1 Fant Dans Fant 1 J Yap Yapt H Y, 17 Li le "• 1 Naf DO u pi l~ l.l hu 'a h pi tlt' 19 L• no ':\. l• ¡i dt 4, y f 1 y yatf .a ¡ ! H nard .a S, 1 Rar Y ay 1 Ba~:h '/'al B»('h fab y Chab ' 'l-i 20 Li 110 'a lt pi ,,,. ~l l. nu . , ,. r• d J., r.o •a le , .. rlt 1 R nanl .a ! far \' ]' 1 .F fa<'hb farl1 1 4, .. 3, 1 1' N Ch Ynt F 1 Ynpf T p 23 Li 110 •• "' '" dt 21 Li 110 •a J de 25 l.i 110 •• lt pi de 1 N fant .a 1 N fnut .Jal ¡ Ya) yapf yetf JY 26 Li 110 1 Yay T 1 r1 "• ~7 yapf 1 ), f' Yat· Jj uo •a lt H yarb ~ el ri d ' •• b Yar 2;, Li no ~ le • ,, l, 1 .t yaru 1' pi llt ' 3, ! y 1 !O Li 1 R Rad 4 a 1 Ch J•l "' Jll b 10 .a j Faf Baf .a 1 Tajn Faf Y any ~a J, ~Ji de 31 Li no '' lt vi cJ far .a San · d no o.a lt ya u 1 Charch Natn Rabr JI Taft Rad~ 'l'aft 1 faJ!f, 32 Li no u J"· pi t1t 1 .i no H\ le pi de 2 L• no 'l'a ft 1 b t r 11 Nan nasd natj 1 Yay .... lt ,,¡ dt ) anf .a 1 Radr ;1 L• no IR Y ay ~i\ lt' pl tlt nard .a 1 r ad r r.J }¡¡ IIU i R J banb, () Ll DO 1 Fa:f J, 5, baehú 1 'fat !1& lt J 1 fh• 7 l.1 110 :fa eh b farh 1 ~ yay ! Chabch Yaby Chabch 1 ~~~ lt pi rie 5 Li no 'a 1~: pi clt nard .a 1 Faf fa eh b .a 1 ~ n e h ~a lt pi t!e fant .a 2 IY 8 Li IIU IN 1 f, ~• lt I'Í d e fa nt Lal 1 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA DE LAS DA)IAS ;)7 1 Rabn, 1 Yauy 1 Fa tÍ. 1 . , 1 Li llU ,. le 9 Lo no .. k , .. d. 10 L• no --~ 1,: pi t1t: 11 pi de 1 Y ay yanb .a 1 u uafJ .a ¡ X fant .a 1 1 1 Tant, H L 1 y Ihdr Tat lhr Ya.ly Xatn .. ., 1\: pa •le IJ l. u ... _. lt p el 1\ L1 ;l•l "' le ,,¡ d~.: ya nt 11aty 1 R uanl .a H narll .:t Rahr, ; Taft Sah::; Taft 15 Li no ":\ lt• tu cl1· lti L• no u le p1 dt 11 Ll 110 ~;1 1~ Jli flt· 1 F.li eh tf!t' Hub!l 1 ravch uaby na!!f j X a u m\:;tl natf fa¡!t: 18 Ll no !'.t lt· Yay y' lo pi dt• .a 1 R uarLl . a 1 R nanl .a 1, :;, Chab~h L·ül Chabch 1 hayb bachb 1 Tat ll eh 21 Li no • 1 lo ... de 2l Li "' ~ t .... pi de 2~ Li no . .. le pi d• Íar \. )' 1 Paf fachb .3 1 Xan fan t .a 4, y f 24 Li no ·• 1< P• ,¡, ~au fant La! 1 fapf Tat Pap 1 Yay Pap Tat 2J Li 110 •• k pi de 2G Li nu .a le pi de 1 V ay yanf yatf 1 Y ay yatf yapf 1 fa¡: 21 Li no •• le 1 Rar yarb dacl 1 bab Tat 1 Yady pa de 'lij Li no sa le pi de 29 Li no ,. le pi de ' 1 Yay yarb ' 1 R narcl .a Chabch • 3V Li uu •a ](' •1,• 1 P farb .a ¡ N a tu fach1j 1 ... JI Li 111) u '• JI ... 3'l 1 N faut .1!\ tf 1 uaifn Li no San __ _ ...,. __ 11 1! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 58 COLOMBIA EUSEBIO ROBLEDO T .R.lBUTO A la Reverenda Madre Superiora de toda la Comunidad de las Her­manas de la Caridad, en el día de su santo. (Para "CoLOMBIA.") ¡Oh ::\ladre, oh l\Iadre buena, que atnt\'esaste un día Las espumosas olas de embravecidos mare , Para. mirar b tierra, In tieira que á portín Levanta en todas purtes católieos altares! .,. ;t ti< ¡Oh Madre, cuánto goza la tierra co lombiana Besando con sus brisas tus albas vestirlurhs, Y la nevada tóca de la P rimera Hermana Que rige el reino santo de todas las Blancurn~! '* 7ic l't 'f(l lle\·as en la mano la carifio-,n. y snnta BatHler<-1, que encamina legión ele hieuheC'horn-:, En cuyos puros labios la Caridad nos ennta El himno qne consuel11 el mal de nnestms horas. '/' . ~ Y tu pendón es puro como la. blanea rama Que ostentn entre sns manos el C'Hrpintet·o S,tuto; Su nombre Lú lo llevas, y 61 es <'1 (IJ'iilanw. De la legión de Het·manm; que t•njugan nu<'stro llanto. " "' .., Jl e visto cómo fulgen sobre 111 gleba humttn:t Los tímidos pudor¿s 1le cada nín•a tóen, Diciendo á los dolientes que hallnt·t~n una IIermnnn. Que oyeron las dulzums de cnrifio-:a boca ... * "' ¡¡. U e visto c6mo bri JI a sobr·e lu tierrn dura El ala cariñosa de límpida pnloma, Tan limpia como un riego de lur. :-obre la altura Cuando en franjado ori ente el a~tro rey n¡;;oma. * .. i( Yo sé que Di os un uía en eelestiales fiestn<: Dispuso 'lne regaran en el b:111nuPte flon'"1 Qu e dieran el perfume de tocln~ l11 s florE'Rt:\¡:; Y todos los encantos las qne fueron soln"-. ,. - . :Jia~, nó: que so i Rs nun ca O'l lw11 a ré i~, oh Rosn :- , .Aunque del mun llo ntelen In~ Grn cia y Pmlorec:.: Aquí ei'tat:\n ln!'l almas cansadas y llorosa , Y 11qní vne st t·o~ ami gos : lo.:; íntimos d olMe'~. "' .. .. Aquí lo que padecen, los que el dolor mallr:lta, J•>pí ritus q11e lloran el llanto dt' e~te nelo, Cnnt=- tristezno;; hondas ntt>st t·a ,·irtucl t1ei'<1ta Eti llauto dt> t~peranza ¡oh \ 'írgenes del Ci<:lo! ,.. .. ~· Yo sé ,· uest ro s amados: los c1 u e eu bainlla rud a Dejanuo nm los hil os sangrie ntos de ~ns ,·enao;;; Y é ,·nest ro<.; (·aliares: so n hígt·imas de ,·inda Qu e llora t-uhamlH·erida suo;; st~l i tarias penn~. Dejáis caliente uido uomle el arpegio hrotR, Y en cuyo borde dísteis vuestro cantar prinwro, Para volar sicruif:' tH10 la \' estid ura rota Del c¡ue ti;·it~""enferruo bajo el extra ño alt>ro . • .. . El 'asu que una madre con íntimo cariño Os oft·eciera un día, lo dísteis generosas Al huér(nno iuocente, al ¡..;oJtlario niño Que hallc~stt>is s in abri go sob re húmedas l>altt·a~ d e uue"t•·o amo r profundo, Tú que alzas la bandera purí:; ima que gnía ~jéreito de Ro'-as regada s en el mundo ! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. GO COL01IBIA AMENIDADES HÉCHOS Y DICHOS DE LOS FlLOSOFOl:i GRIEGOS Ilay dos fil os(lfos á qutenes J uve­n;~ l prl's enta juntos para enahlecer el gran c ontr a~ t e de la llumanidad: la ri sa y e l llanto. Todo el mundo sabe que D emócri to vi~·ía l'itndo y Ileráchto llorando. 1 de uno y ot ro ltan llegado hasta noso tr os curiosas anécdotas. En la t eneb rosa filosofía de Ilet' L clito se encuentran pr i ncipios que son ya meros dtcbos ca paces de p ro ­v ocar la risa, por más que hayan sa ­hd o de labios tlel lacrimoso ht jo de Bli son . T ales son las ideas de que e l fu ego, primet· principio de todas las cosas, se trasfo rm a en aire, 1{ste en agua, y el aglia t•n tiert'il : lo mismo que las que tenía tlel so l , la l una y las estrellas, astros que suponía del la. maño que los vemos, y que subían y baj aban y se llevaban los 'apores malsanos de 1:\ Tierra, para el cua l objeto ten ían una superficie cCJnt•a,·a, dentrodela cual subían dtcltos\'apo­res . Cuando la parte COI)vexa del so l ó de la luna se volvía hacía la Tie rra , tenían lugar los eclipses, y las va· rias faces de la luna, Heráclito hablaba mu} poco; y cuando alguno le preguntaba porqué ca llaba, respondía; Habla tú, q·Me yo lloro. No con,·ino lJ erlf clito e n explicar al Rey ele Pcrsia, Darío, la doct ri na de su lil ro sobre la J).Talutalcza, Y se cuenta que por és to, el Rry es­cribi ó al fil 6sofo que su libro sie1n­pre ser?a couotido v célcbTe en­tre las genlr-s 7JoT la obsc::u r ida d . En una ocas ion hu\ o una re1·uel ta en Efeso, patrta de H erácli to , y ha. biénd osele instado á és t e para que expusiese á tod o el pueb lo la mane ra de eYitar en lo sucesivo las ~e dicio­nes, tomó 'Unas yerbas r¡ut tragó, 1nezclándolas con agua. !1 subi· clo e'" una tlibuna r¡ut estaba á la vista de todos; con lo que quiso significar que bas taría n la s obne dad y la mo:Jeración pa t•a evi t a r aque ll os males. llcráclito estaba aquejado de hL d r opesía, y como si e m p 1 e bah la\ a po r medi o de enig111as, pt rguntó ó los rn é­dícos st podrí011 trocaT el invieT- 110 con el 'l'eTano ; pero como no le entend esen, se stuncrgió según se di­ce, en tre estié1col,y murió á lo s se­senta y cinco años de edad. Dcrn ócrito, lo mi ~ oto que Il erá­clito, era muy dacio á la meditaci 6n, y al estudio; pero ñ diferencia de és­tr, que j¡,m ;1 s tuvo maestros , fue dis­cípulo de los .Ma gos y los Ca Ideos y sobretodo de Lcucipo,conquien apren­di ó la Jfísica Fuera de esto, ~iaj • rnu . eh o, siemp t·e con el tin oe inst ruirse pot· el con tacto con tod os los países. Siu et uba tgo, siempre pretendtó pa­sclr por tllC • gn•to. Cuando estuvo en la corte de Dar 'o, este Rey se ba lla l a en extremo abatí­do por la muct te dr su tuujer; el filó· sofo le dtjo q•te se c·omprometía {!. re­suci t arla, con la c-ontlictnto y pico de años Cu:~nJo esta ha ya muy prt ~i­mo á morit•, se !uzo prolon~ar por al­gún extrniro ~rtificio la vida, c un el fin de que una hermana que ten ' a pu. diese asistir r\ las fiesta & de Cere s, que por enltw•es t uviNon lugt.r. Pa· saclas és t:~ s, hi 1. o rctit•at· el calor Y olor artificial de su habitacién, y murió en sl.'guida. Charada. Hl !ls; J:n dorv tre$ me tr.s, Sq,:lm su quen r y agrad11, J ,al"·imcra ~~ eon~nnantc 1'. •• usl•ln ••n C'·t~telhnn. Y que se )lome .Jelau•e 1>·· <';t~i to•lo lo ••xtraño. llizo en Espaita su nilh, Y t·S en C~l'VillllC~ amable .Mi tLdn, digno ap••llido De g~nte muy hor10rat•le. (L 1 »he .... n elrr< imo ttftmet·.>) (Soluet.:n 1í la,¡,.¡ nthnero aniel'i~>r : Pot:\IA.) - - INDUSTRIAS CASERAS L\ lAR \ DEJ.' ~or. X. Como lo ofrecí en mi at tí cul o :~n­teriot• trnsnibo al pie de la letra esta catta. " Señora : " .M e dirijo á ustrcl sola porc¡u<> con su compañera dn redacción en la REVIS'l' \ DB L \ S 0 UfAS no ten go harta conlian ~ a, y rn e da pena que sepa hasta donde me atrrvo ...... " Pero :í usted, mi señora, sí voy á mandarle estos apuntes para que haga un artículo; ó t alvez iré yo mismo a ll evÁrselos. pues t engo mu ­c ho deseo de hacerle á usted una vi . sita. • " Sea corno fuer<', consi~naré mis datos ar¡uí p3ra ponedos á sus órde­nes. Ya u~ted sabe que tales d atos no puedl•n r eferit se stno á lo que constituye mi man 'a, como me dicen los de casa: es decir, á la hermosa Agricultura , que hirn hermosa será sí ha he redado algunas rrendas físi. cas de su m d1e , la hlonda Ceres; y r¡ue se acomo larí facíl men te entre las Inri ns{,-ias crtsPras d ·1 perí6 dico dt• qne es nsted luíhd corredac. lora l'orque yo creo· que no puede ha' u casa dt- famdia donde no cul. t i\'P.ll srquiera las hortalizas para comerlas fresc as en la sopa, ó los claveles y otras tlo1·es para demorar un os cuartos de hor a las visitas de lns no,•ros, á q uienes no se debe ele · jar sallt· siiD muy elegantes ... Y á prop0sito, si ustell me perdona una bren! dig resi ón: ¿ porqu é será qne entre noso tros s )lo los extranjeros, vicjosyjí\·enes, pueden 11 \ar con nat urali dad y si n preocupari{.n de ninguna especie, una flor, aunque sea grande y enccncltda, sobre la so lapa izr¡u ierda ? ¿ ~ s por asunto de cos­tumbre? ¿ Pero porqué no acostu m· brarnos todos á una bonita práctica que , pot· ott ·a parte, no podemos cva_ Jir en mu ch os casos? Di;a u~ted aL go soU"l~ é~to , mi scñor:-t, en el ar­t ícu lo r¡••c ojalá pueda elaborar con mi s datos; de los cuales, ciet·tamente, ninguuo he consignado hasta ahora .. Pero ya ,·o y á c rn pez a r. " En la primera y basta hny úni­ca ,·isrta q•te de usted hetuos tenido la hmll'a de r ec1bi r los de esta su casr. , pud e manif(!>tar á usted algo muy ltgcro sobre la importan cia de los abonos inorg\nicos. ¿No rel!u erda aqu éll os de que le hn uló María Lui ­sa al m o ~trarle Sil rra del j E stuv e á punto de arrt'penti rme po1· haber insi ­nu ado á usted que escr'tbiera en sus Industrias caseras sob re un as unto tan claramente expuesto y cas i ag o. t ado por el doctor O spina Alv arez. Pero como el mism o autor dice en su Inlrorluoción : •L a falta de un tratado en español, enteramente pr ác . tico, adaptado al lenguaje !]ue em. plean los agricu ll ores c olombianos , es lo que mtJ ha a nima do á esc1·ibir este lt hril o. Oj alá que él sea el prin cipio de publicaciones de la mi s­ma nat ura leza,' persisto en IJ 'l e debo usted escribir sobre la materia, mi señora. Por esta razón, siempre ha . go mis apuntC's; sólo que en lo rcl a. tivo á abonos, los es. tract aré, c·asi todos, de aquella ob ra, mi .• ntras us . teJ la consigue; porque la que yo tt•n· go ... esa 115lcd me perdonar:, que no se la preste, pu es la necesito 11 cada paso en el ejerci<'io de mi profesión. "Conviene anticipar que en los suelos prop ios para la r\ gricultn ra existt•n, en propo rci one s 'm4s ó nH•nos grandes, la arena, la greda, el cas· ca jo y muchas veces la c.a l. Pero hay otros elementos ino rgáni cos que nc. cesitan las plantas, como que ent r a n en su 1111s ma composici ón, y que hay que pt o11o rci onar á la t ier ra. T ales son: el ázoe, el ác ido fosf.J ri co , la potasa, y la cal cuando és ta no se encuentt-a en el terreno. Sobre cada uno de estos pr in cip ios activos de los vejctalt·s quiero hacer una breve ex. posictón destinada al us o de usted, mi seliora; y quiero tambrén dcci 1· en qué forma pueden a plicarse a l suelo. Princi pi a ré por e l ázoe .. " Y realmente, la ca rta del sci'ior X. concluye con un especie dr; capítul, (1) ~t·gnramcmte el señor X. no ha ~ll· l•ido qne la n~l'ísta de Aatic;tllllf(l, f!IIVÍ<\ ¡!0\lant~wtente e l cstnje á. la dtl la~ ]J \)1 1s. ( Vr1t'4 rl• lu Uit•ceiJlt). aparte sobre di c ho agl'nle , y con una pro mesa de otras ca rtas con otros cap í tulos para los otro~ agentes. Pe­ro, no obstante el haber· of, ·ecido á ruis amables lectores rle ambos sexos la inserci ón íntegra de dieha prirne ­ra ca rt a, no me es posible , dehiclo IÍ que, s c~ún dicen los impresores, se agotaron las galet'(IS que caben en este número. P ua el otro lo restante, pues. Necrología ~ ÜOW:.\IBU lamen ta la p ~ rclrcla del seilor doctor M .UIUEf, AN'L'O~LO R UE· 1 DA, una de las glor ias n1 :Í s puras del f roftJso rado na c iou al , y cuya me rno ­ria, grata para todos po1· 111if moti· vos, ser,í, sie mpr·e venerada , y ense· iiada á los jtí \•enes como cjP. rnpln Je I'C<'l1tucl y patriot rsmo . A su fa mili a presentamos n11estra m ís sincera ex. presión ele con lnl cnria 1' .\~iBlfJS ha ~~~.illlo rlc C\i,tir re. cirntPmen t e P.l sei'ior do<'lor I~'rancis. co :\lnr ulonda, c: 1 q ríen la D11·er ción de es ta Revista ac~tú lll s (·ual1d 1des dt>l Mn ns tt·o prudente, e rudtto y c~­riiioso. Enviamos nu estro p~'satne á todos los deudos del que fue n tes tro Pr ofc~ or por nrios ai'ios. AGRAD ECEMOS la exo\'da t mducitla del ll·,mct·, e JtiiO:i porqné quejarnos de elh~, toda vez que nos aman y ~ustan de lltll'Slro terruño y llllCS!rJ lllllC, 1 \' \ 1. -Oh, no: N ,,,s¡,·as htjas son in­genns, h•1n~sl~s y a1uthl;s. No d;go c¡ue os f.dta raz n, \hguel; pero si os e npeña~ei>, por cjcfllplo, en ha. cer voh·er del Col ·:;in. In mismo que :\los dcm.ís, á nueslJ'tl querido .J uan, no podría él seguir su vot•ación· -Por lo que ha e!' 1 l Juan, eso es dtfcrcnlt•, dijo el v cjr1 M ~·td ha· cicnd1 ro•lar dentro de •tn ~ran saco t>l dirlc•·o amonlona•lo ,h•l=~ntc de él. Seg'Ínlo fl lle me han •l1chn las per. sonas <'on~pi1:uas y ex1wrimcntadas con flliÍt~nPS he hablado, } St'gtÍil lo ech" dP ver en el mi~mo }•tan, és te es un "ltH'hllclto de c·:u :tclcr suave y apacthle q ue segllt'3ll11'1llc tiene \'Cr­d ·Hiera vocaci0n; lo eual releb o con l'lrla mi alma, porr¡ur <'~ 1 onra muy deseable para una f.11 nil•a, y una ben. dición de Dios, poder ciar á la I glesia 1111 sacerdote. Por c~ta razón, J uan perm anecerá rn el Colegio un afio m(!s. ~¡ es que contin:1a 11uerirndo ser ahntr; pero si c:unbia de 1dea: en­tonces volver(\ inn¡cdiatamente á car. gar con la pala y <'on h hoz. Sacu. dolt', ó labrador: que t•s ,·oja . No quie· ro hombt·es inútiles <'ll Kct·bara . - Pero bien sabt~is, Migue l, que hay jóvenPs á f111ÍI'nes la ir.~t rucción lleva muy lejos Juan ama mucho los libros; ten•lría nn pesar in'llen. so SI lo obltgaseis ú ab¡¡nt\onar los estudios; y aunr1ue no llegue á se r sacerdote, pocl1 á n•purtar gran pro­vecho y uti lidad de su sabr1· -¡ Céruo, seíiora, cómo: - \' o no sé ... P ero hay en la ciu· dad empleados r¡ue gan~Íl mucho y r¡ue ... A estas palabras él p:Hire ~l'guel cort> el vuelo á sus pensa mirntos y a las cuentas r¡ue iba echando con sus doblonrs; y lleviÍndosr la mano al som­brero, se lo cal ó atraresaJo en la ea beza. '3u muj e r se l'X(rt•rneci6. Com prendía que había f'IH j a el o á su m a r1do de una manera tt•t'Jtble. [•:1 sombrero del pa lre ~ligue ! no tuvo jaru:ts sino tres 11nsicioncs ca­racterísticas : O se lo co locaba lige nttncnte crha. do hacia atrás, y era c~ta su posición normal, la que an•nctaba qoe había paz en torno suyo; ó ~P. lo abatía u n tanto sobre las cejas, lo cual inclica. ba un pesar, uno de esos pesares que {lindos acometen y que lo mismo pe net ran en Jos pa lacios suntuosos q ue en las desmanteladas chozas; ó casi se lo atravesaba, como ahora, en los ahJnrlantes cabellos negros, para sig· nificar la resistencia, el desagrado y á \'eces la cólera - Ernpleaclo ... : jnm1s! gritó el vit-jo; nó, ninguno dt• rni~ hijos irá con mi con~culimiento á arruina •· su sa lud ni:'\ s1borear la miseria de las ci uda. des. ~o forzaré la vocación de J uan, no, sciiora; pero si no qu:siere se r sa· <·e rdotc, voh·erá á Ket bara á apren· dt••·· como •us hermanos, la c ien­cia clell:tbradot· Y entended bien que por nada cambiaré de parece r á e st e I'I'S[lCdO. - Por snpul'slo, ~ l igue l , d ijo la mujer dócilmenl t• ; el pobre muchacho sabe que sois sn tlue•io y os obedrce. rá. S.erupre he lt ;¡Lado de que nues ­t t os hijos acaten \'Uest ras opin iones y siga n vues tros c onsejos . ¿ Q ué miÍs pu rdo dec iros ? - Est Á. bien . Asunt o c:onc l u1do ... ((Ion/ i 11 u aró Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. CALZADO FINO pat•a señoras, ho10bres . ·- T 111oos ENCUEl~TRll USTED UIJ't JJ3rtJ!lJ;tf &W>JB'ffll]l)® ' EN Plazuela de San Francisco, .0 6 0 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. RF.Vn;)'J.'A DE L AS DAMAS ---- ---·--· ---- Dooret(l Legislativo numoro 47 cr.> de 190'3 ....... o (12 c..: -<1:: np: !l'.t '1 rnn;nq ca o " ··(lo urt.:n~a :E :::> - 1- c.:;) ltl P1·esident(; de le¿ Rep ftblica e .S ce d1: Uolo nbia, --1 ~ < u.. ¡- en eso do sue fncult.ades oonstituoio. & U.J hl n a le.,, -:;, rn u_ (Colltinu11oión) LW Ll..l f-----t a:: Cl Art. 18. s¡ la publio acif.o p1 ino ipia- tor de ell \ y el ~ a:: :r:: u uoflO administrador ó eoonrgacfo del c.:;) u.J e~Lnbiedn..iento dcll'rle se hu)l\ edit11do ~ cr.> __. o ~f) sernn castigados o.;ada uuo con U DI\ ~ o o LW 1- CJ:) o mUJt!\ de ci••CO á H'intc p~sO!i () rCI . u.J 1- A rt. 19. 1'otll\ puhlicacioH pcnódicb r--~ ...J u.J u.J o e~ --1 :::> llrwari en ·n priruc •ra plana y un tpo C-=:> o C:.'"' e:::>' ~ y lul(ar visiblo: l O) U- 1- e o A 1.:., L:l8 n3".tbra~ R ep1ihlic1' efe O u- cñ' u.J o ) Cl 'O lo~llbtu; '--"' .... o cr.> ·- 1 co 0:: o ~.0 F.l nomhrc de 1" pt:i,l:uci.ín; c:o w I...U ~ , ~,,0 ¡.;¡ unUlhto del lu"l\f l'n 'IUe SO ,.... 1- r::... ~ ,.. . ~ ....J L.I.J cdltl\ y la fecha do r-u puhlíoaoi•L ~ c:r.: cr.> o ll ·1 ,0 El nombre dclJlropiotario y del fi1 Cl..; ::l~ o ::E • J o dÍl'NfN' i y H ~ (_';;) Llo.J LI.J 5,0 lil :~orubrc dol c .. tablccimiento a :E Cl H tn •tlle ;;a ejita, 'l cual podrá ir en la ~ · O o o 1 ~/1 0:: - :r t:lthua pl:m.l. < LU ::::> o ~ Art. ::!u. Toda pt SOU111 indi' idn'l a.. :z: _(j 11 ex>n aprtol!illciuN•ti ó cou,eptos il,ju 1 __, e .o L.I.J nc.eos. tioou dcrerho ti bace1 io~ort11~ ~ u.J en _,¡ ,_.ittmo JlCI ¡,~ hco y d'· ..lcut•I a ~ ;z a.. L.I.J grntuitn, uun ro..:tilics···.;n ó aollltaOIÓ n "--t :;¿ o l[llfl Jl() !'XC'Oda J••' dn bJo d\'1 'o,paoio 1 r"'"><>..¡ ..::e od:: o IICllJ•RÓO f,Or d US\:rÍtO que h. hiiJn 1----l ....J __. UJPiivado. ~ L.U < Cu .,·v 1:c tut:uc. de per~ ~7 1- tas :uuspntl'll l)ucdeu cjc.citur el d._ 1 o z: ~o do que trnt& estE' llrl;oulo sue: C!:3 :::> ce: uerndetos y p•niOLtlfiR, y Bl ¡..ododistll j - c¡ue le fuer<' thl\ adn. y en C~bú de I..U o o rian: tsn cicJad eo at ndo11i al orden .. .1; a: 1 X LLI e!pre~!l 'o :E \ •t. 21. E11trcga do '}ll<~ o~ n s'lo U.! c;r., ' Cl:> t .. u "O 1 :ropronta el.c8·11ito
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Colombia: revista de las damas - N. 4

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Colombia: revista de las damas - N. 2

Por: | Fecha: 15/04/1907

, . :SIRII l!- REPÚBLICA DE COLOMBIA ARO 1 !!OH. I-NÚM. 2 ABRIL DE 1907 • , . C ONT ENIDO Correspondencia .......... , ..... : .............. .. Higiene Infantil-La penticióll ........... . El Hamo J~ Oorpus ............... ~ ..... " ..... .. Cro!Ulll in Terra (Pol1sía) .................... . .~ .. .......... ", ..... -" ... ~ .............. l.·· .... . J. l. BU1'beri ""'''''''''''''''''''''''''' I. A. de O ............................. _ .. . A. Oteyo HerreraJ • ......... " ........... .. l't:Hlagogía ... . . ..••....... " .......................• IlliHo ...................... , ....................... .. T. G. de Huertas ........... .............. .. Manuel A. Bate¡·o ....................... .. La Costurera (Poesía) ....................... .. E. Gonzá.lez CQ,t¡¡/1,?·!10 .............. . . .. Industrias CMeras ............................. . Alnellidades .. _, .......... : ...................... . Sut'ltos ............................................ .. La. Aldeana. (Folletín) ........................ . .. 11 - I I I . . I IIll'RENTA OOLOMBIA-OALI,E 16, 92 B P"a •• 17 19 21 23 2' 25 26 27 28 29 Sl Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. -- ---------------------------------------- REPUBIJICA DE COLOMBIA COLOMBIA REVISTA DE LAS DAMAS " • 4 Directoras: I ~lisa Sano ds 'Restrepo-¡ nes :flrteo.go. ds etsro. TOMO. I-SERIE I} Bogotá, Abril 15 de 1907. } Número 2. CONDICIONES Se publica, pon AltoRA,eada mes. Las suscripciones se dividen asi! SeJ'ie de doce números $ 50-00 pZIU. Id. de veinticinco, q lle co .ponen un tomo t) 100-00 )) ümero suelto en el mes de su salida t' 5-00 t' Número atmsauo "10-00)) No se devuelven originales. La correspondencia debe dirigirse á las Directoras de Colombia, calle 16, N.· 92 b. Dirección telegráfica! Colombe. PAGOS ANTICIPADOS CORRESPONDENCIA II"ABEL CAMARGO DE GONZALEZ - saluda muy atentamente á las selloras E/iea Cano de Rcstrepo é Inés Ar­teaga de Otero y les manifiesta el placer con que se ha impuesto de la circular en que se le comunica la fundación y próxima publicación de COLOMBIA, REVISTA DE LAS D AM AS, al mismo tiempo que se permite fe­licitadas por el noble proyecto, de­seándoles en su realización toda suero te de muy merecidas prospcri dades Plleden contarla en el número de suscri ptol'as. S. C. Marzo de 1907. Señm'as doña EliRa Cano de Restrepo y Dona Inés Al'teaga de Otero En la ciudad 1\1 u y sellO ras nuestras: Agradecernos el honor con que ~rs_ tedes se han dignlldo distinguirnos ofreciéndonos las columnas de su RE. VISTA COLOMBIA para la publica. ción de aquellos de nueslros trabajos que sean armónicos con su empresa. Desde luego nos permitimos con. fesar á ustedes nuestra incompetencia en el asunto; pero sí les asegurarnos, de buena volulltad, que la obra de uso tedes nos es grandemente simpática y que la ayudaremos hasta donde po' damos hacerlo. Quedamos sus amigas y seguras' servidoras. h~.; ORTIZ. SOLEDAD ORTJ:ti nogot~, 7 dc Marz;o de lD07. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. rs · COLOl\1BIA ltogotá, Mar:".O 15 de 1907 Señoras doña. EIisa Cano de Restrepo 'f D,oña Inés Arteaga d~ OtSl"O I"res-en tes. Selloras: He tenido el !ronor de recibir la atenta circular d"C ustedes, en la.cual. me expres·an su propósito de fund~r­una Revista periódica, con. el fin de tlfl'ecer á la mujer un campo ámplio, en que plleda lucir sus' ha"bilidades é jnteligencia~ Muy digna de aplauso es la empre' sa que ustedes se proponen fl1ndar, y s y le!!> avisa que gusto­Sil. se suscribe tí ella. Bogotá,ZO de Marzo de 1907 E STER aÓMEZ DE' SOLANO saluda muy cortésmente :í las sciío­ras Doña Elisa Cano de Restrepo y DOlla Inés Arteaga de Olero, les agradece en .alto grado su fino ofre­cimiento de la simpática Revista ti­tulada COLOMBIA, que han fUlldado en Bogotú y de la cllal son Directo­ras hábil es, las felicita pur dicha empresa periódica, Cjue honra el mo­vimiento intelectual de la Illujer y les manifiesta que, si por su incolll­petencia no alcan~arc el hunor de co­laboral' en aquella publicación, (juie" e y necesita la suseri pción de la llIia-ma como e1elJlcn~ instructivo df su hogar. Zipaquirá, Mario 22 de t901. B ogot á~ Marzo 18 de 1Il01 S"elloras Elisa Cano de' Re&trepo é II165 Ar· t-eaga (16. Ote.ro. Presentes Nfuy estímadas señoras: Me e8 muy grato dar hoy contel. tllción á su atenta esquela, en la euat tienen ustedes la fineza de pal'ticir" r­me la fundación-ae ta ltEVI-8TA DE LAS DAMAS, titulaua COL0MBlA ~ Ante todo doy á ustedes mis más cumplidoS' agradecimientos por I-a bondad que tuvieloll al elegirme como colaboradura de dicna' REVISTA. En euanto á la sU5-CI,ipción, lIJe es muy hOl1l'oso el manifestar á ustedes que pueden desde luego contarme-: entIe el número de las suscriptas á· tan sirnpático, útil é import:Hlte pe Módico, Después de ~eer la REVISTA yy cuando mis quehaceres me lo pe",¡­til'n, tal vez pueda colaborar con al;-' guna cosa . Soy de ustedes, A. S. S, f ALEH~DllINA C. DJ!I RERRAN· BogoM, Ma-rzo 2l de.190b Sello ras DOlla EJisa CrillO (le R estr epo JI IJuiía lilé~ A·t;.­tenga tlll Otero. Mis d:stínguidaa- sellaras: Al lamente honrada por l a parte c()~ · laborati\'a que ustedes se han digtff_. do Jispensul'me en su simpático pe-­riód! co, no om itiré medio aIgvno ue ' corres'pol1der á sus nobles y patriá­ticos deseos, en la esfera de mis cae. pacidad-es', una vez q.ue'su hoja perió­dica est'>i llamada á pmstnr servi­cios proveehC'sos y Je vital impur­tancia en toJa la República, pC'r las', virtudes é intelectualidad que ador nall á S ltS redacturas. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVI TA DE LAS DAMAS ió "------------------------------------------------------------- Con sentimientos de alta considc' -ación, me susel'ibo respet'uosa segura rervidora. CU)IE:XCIA FER J),NDEZ DE P.EREIRa Armenia, 15 de Marzo 'de HlO7 . SÚlloras .Elisa C,ll10 ue lt. ó In6s 1s.1'. teag-J ue (J. " Bogotá. Muy señoras mías: En el deseo de conocer la Re­vista OOLOMBIA <¡ue uS'te ues han em , pezado á publicar, les ruego se dig- 1 envi arme el prim'er uúrnero, con (' fin de ver si me sU:3'{'ribo ~ Anticipo á u~t e des mis a g'ra de­éimicntos y soy su atcnta seo'ura s'er- "rI' t Jo r!l, o MARtA FRANCISCA MEJÍA DE L. lb aglJ é, Ma'rzo 8 de 1007. Señoras Elisa Callo de Restrel)O é Inés Ál"teagitde Otero~ Bogotá. Muy respetadas se i~ Í'as'. Oomo he tenido el gusto de- "él' a?-'.nciada para el presente mes" la Ilpárici61l de una Revista periódica de la cual serán ustedes di gnas re_ dactoras, y deseo, desde lucgo, romar una suscripci6n, me permito suplicarles tomen nota de mi nOlllble y remitirme el primer númcro para ver cuanto vale y despachar'le inme­diatamente su valor, Desde allOra felIcito á usted es por la simp:ltica idea,y tengo el gusto de sllscibil'JIlt! alcnra servidora, TRINIDAD R. DE ANGULO r}.-.o.S É IGNACIO BARBERI HIG IE1.'4 E INFANTIL, ,AutQriz.ados por el sellor Doctor J osÉ lGNACJO RumERI para popularizar por medio de esta Revista los capítulos m,ls importantes de su libro sobre Hiy'iene 11Ifantil, reproducimos hoy lo relativo á la dentición. Fnera de ser el DocToTÍ BARBER! uno de los más ' nota­bles médícos colombÜmos y de" merecer pór muchos títulos la: c.pnfianza j estimacióÍl de to-' dos; tiene para:. ra~' madres la. inmensa ventaja: de 4aher de:'­dlcado su vida profesional y todos su conocimientos á la salud de los niííos. Una larga práct~ca, puéS, en este ramo, ba becho del SEÑOR D OOTOR. BARBELt [ una de las pl'imel'us ' , autorIdades en la materiá. Lá dentición Ouando pensé escribir est~s líneu:;-, ' tal vez mi principal objeto fue tener ocasi6n de hablar sobre este puuto, . que juzgo de capital importat)cia, y cuy'o estudio, PQ.r lá revotUCi~ n que va á ca usi{1' én el mundo de lus idéas comunes, será de notablo beneficio ' para la salud de los niño~. , Es co"tumbre, y de eso se' h'a;bh como dé lo más corriente/ decir que el ni.ño tal éstá eDfer]Iló~ Péro que eso son los dien tés. ~h propongo en ' este capítulo ll evar al ánimo del pú ~ . blico la convicción profunda, como' la tengo yo, de que los drentes, en su evollH"i6n, no tienen .influencia. al­gUl1: 1 sobre la salud del niño, y qUIi/ cunndo se dice por la gente qué l'mti­co las enfermedades de ](}S niños, efl­pecialmente en et;ta: edad, se puooe dejar muy satisfecha ú una madre cuando se le dice que lo que tiene su hijo son accide'l·t-es d~ la uenti. -, Clon. y bn es esto la verdad, q1'Ie si so ímpone- una higiene racional al niño en cuanto ú su alirnentaci61.l. y se le dan las medicinas apropiadas, éste se mejora y se cura, y sin embargo, d,~ guen saliendo hasta el fin lfi>s dientes ' que le faltan. La: primera dentición dura dos año', desde los 6 hasta los 80 meses, de modo que es muy cómodo tener durante 'todo este tiempo tí quien ecbarle la culpa de todo. Llevo añ08 de estar enseñ~ndo en mis clases eA· tas verdades, y be tenido IR satisfac­ción de ver que no he perdido el tiempo, pues en puculos á donde he- ' J, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .. REVISTA DE LAS DAMAS 21 .1 ¡ajado, l1'm ha complacido oír decir mis discí pulQS las mismas ¡ala­ras que dijera yo en su C1l80 este specto. Y el desarraigo de estas cas tiene suprema impo:tanoia, orque niños hay que se van al se. mIcro, después de una enferme-lan )ara la cual ni siquiera se ha con. ultado un módico, pensando que la 'au¡:;a de ella eran los dientes. Todas las preparaoiones que se ,ende n con el ojeto de faoilitar la :ientici6n, de calmar los supuegtos jolores, etc., 60n negocios que se c~­tátlecen como cualquier otro, y que >i bien algunos son inofensivos, otros hay, como el Jarabe de la señora Winslow, que son venenosoq. No quiero decir que U'o médico no ecesite fijarse eo el curso que Hev,\ la erupci6u dentaria, porque en pri. mer lugar, del número de dientes que tenga un niño depende la cla~e de alimento que se le pueda. permi. tir, y en segundo, pOrque sabiendo ti qué edad deben salir los respectivos diente~, es señal de raquitismo 6 por lo menos de debilidad, el que se ha. y';(Ll retrazado en su salida. Resumiendo mis ideas, diré: l. o La dentición es un acto fisio. 16gico que no es causa. de euferme. dad alguna; 2.$ Las enfermedades que se pre. .eutan durante el tiempo en que tie. ne lugar est~ acto vital, son debidas {¡ mala higiene alimenticia, ú vicios hereditarios, falta de aseo, etc.; y 3.0 Si á un niño se lQ hacen se. guir laf> reglas lligienicas convQuien. tos respecto á su alimentaci6n, no tendrá accidente alguno duranti lo. t.upci6n denta-ria. 1. A. DE O. Cuento.s Religiosos 1 EL RAMO DE CORPUS A mi querido ~adre el doctor Jesús María Arteaga. Apenas medio despierta, Jilma .procuraba sacudir el pello que mano lenía aún cerrados sus párpados, para levantarse en 8egllida~ Ya debían de ser las seis de la mañana y había dar. mido mucho. ¿ Qué sería f portIue á ella lo que le ponía los ojos pesóldos como de plomo, lo que más le causa· ba sueño profundo eran los pesares. ¿ Pero qué pesar tenía abara? - ¡Ayer estuve tan contenta: peno saba Jilma. No obstante el c~ntra. tiempo qne nos dió la niñ(J;y las bro. mas que me valieron de todos, princi. palmente de Luis José, mis alardes de fidelidad para con él-ó mi absur_ do egoísmo, como dijeron-eL día de ayer pueJo contarlo entre los '!Iás felices de mi vida. La tiesta salió tall bonita .. , toclo muy bien; y Luis José estuvo tan amable y cariiioso ... ni si. quiera me costó trab ajo contt lltarlo pOI' lo del ramo.,.¡8h! peroesloy tr i!. te, dormí mucho y yo no se qué será ..• Así pensaba Jilma mientras se re. solvía á s,alir de la calNa, y mientras. se vestía, y talve.z mientras rezaba; pens6 toda lamañana, toJo el día, y llegó hasta repasal' todos los aconte. cimientos y detalles de la víspel'a bu.cando entre éllos la causa de la tristeza que expel'i melltab a. El día anterior' se haLía re\lnido en su casa mucha gente, y esto. parecía muy natural porque era la Octava de su barrio y pOI' allí pasaba la Pro_ cea i6n. Y cÚ'mo sus padres la cansen. tían mucho á ella, la mayor, la novia de la cala, le habían invitado á todo5 lo. amigos y amiga5 que tenía, para que tuviera un rato agradab.le, una­espansi6n. Un incidente hubo que plldÚ' oon' trariarla un momento, peJ:.¡> qué ino­vaJía nada! ToJo cons~stió en un piso ' tón muy fuerte que uno de sus her ' manos, al bajarse de la silleta que selvia para alcanzal' á colgar algu­nos festones, le dió á la1d1.'ia, la ga. tica de angora, blanca COIllQ una es­punJa. de ancha y erizada cola. j Po­brecita! Debió de doledc m.ücho por que gritó como si fuera una persona; pero pronto se repuso, aunque Jilma Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. COLOMBIA no quiso dar su Agua ele Colonia para medicinada. Ah'! su Agua ge Colonia! i Esa sí Je iba dandQ Ivgar ;l una contl'ariedad :ma yor ! N o pci-n:l~tió q.lJe se le gastara .ni un poquito en Ia c~ración de la "niña, pues su hermoso botellón ara­) Jesco de Agua de Colonia era un re­galo ue su I)ovio; y semejante nega_ J-iva le I? ra,nJ eS, por el momento, la ce9'i1}J'~ Ije .ª~fl p¡g,lres 'Y hen.nano,s, que vierqn en la obsp~acjón p'e Jilma una f~ lta eje conrpis-eJ'aci61) por la po­br ·.~ gatita i~1Ofensiva; y d~Spll és , .las ,burlas mediO punzantes de todos los 'que iban sabiendo, al llegar á la casa n v~r la Qctava, el pisotón sufriuo pOI' el liq~9 animalito. El mismo Lui< José le dijo que) ~u~ql1e le agradecía 'ml1cho el exquisito aprt;:ciQ que sabía mostrar P9r IQ~ 9bs~quio~ C)'le le 4a­cia él, su novio, 1)0 le parecía corrien­~ e esa especie de absuruo egoism') que solía hacer de los enamorados personas inútiles y casi intratableª para }o~ .de'!.Hís. Tenían algo de amargo ta.les cens\1- ras y .tale¡; burlas; pero llegaron á .convertirse en anirnaua y sabrosa cbarla, Cl! ando, ya todos reunidos en la sala, .Tilma, ap oyada sual'emente t 'l el brazo de Lu :s J osé, se paseaba ol'gullosa y cllntestaba sin embarazo {l las clpnzon ctas I~ ue a ún le uil'igtan: ---;-! Conq'le ~i alguna ele nos o tra~, quer iua Jdrna-pregunlaba .una de .1 as invitadas - tuviese ab ara Ullíl } a· q7)~ eca , no le d ~ !'í a s lJi tÍ. olel' tu A;;ua dI:! Col onia? -Al¡o ra, ~í ; pqrq'le como ya Luis J osé rr.l ~ ha Qieho C)ue no le gu stá el egoísm ') de los novi os, .. -¿ Pu es C 0 rl~ r) me va fl gll sja r, as í, tan ex.a ~e r",do ~ Ilabrí as siuo ca· P ,lZ ele dt>jar morir ICI preciosa ga tir.a. . -Luis J 03é : el) castigo no le dé ú .filma lo que le trajo, dijo ot l'a. -CtÍmo : Si no veo la hora de po_ nerme en el pecho mi ramo de Cor­' pus : ~ Dónde está? - Por ahí se lo alcancé tÍ. ver en. tre el Clbbilet e, agregó una mfls. ... -Sí, allí está, Voy á traértelo; pero si se ofrecieren tus cameliaa para alg1ín caso apurado, para algu_ na medicina, pOI' ejemplo, ¿ te des.,.· prenderías de él las ? 't -Te lo prometo. Corno ya eoc';}Y t . 1 ,. , os HU onzac a por tl mIsmo, y son I'ntl novios los que á veces nos vuelven egolstas .... -; Esa sí es buena! exclamó Luis José, rpientras salía al pasillo á sacar ue la copa de su sombrero el hermosQ ramo CJ",e pu~o luégo en manos de su adorada. Jilma IQ r,eoibi6, lo contempló Q?i momento co~ inrl}enso c.arilio, y aca­baba de coloc:írselo sobre el lado iz­qllicrdo de su c11UC)ueta color de lila, cuanuo su madre, entrall~o a,l 5a16n, pronunció toJavía estas pal~9ras CQIl maliciosa sonri sa: - Lo que hay es que corno Jilma teme que se le acabe el matl· i~of nio ... -j Oh, nó, n6 ! i Eso sí n6 ! -Necesita conservar intactos los regalos para devolvérselas al sefío}'·. '-Nó, no me molesten más, que Y.9 no vuelvo ¡¡ ser e~oísta; ¿ IJO es cie~-, la Procesi6n 'habll\ terminado. Conti nuó I a fiesta en la .casa ,; y ni en el bien servido lunch, ni en los agra-dables esparcimientos 'Ie la tertulia r la danza, fJne se pro_ . -ongaron hasta la caída del sol, hubo nada que ['u!lien ocasionar tristez.a., sino antes inocente piaee,., á Jilrna. Así lo reconocía éll~, después de ha­ber traído á su ímaginaci én todos los sucesos ante,riores, y se inclinó, por consiguiente, ó. creer que el estado actual de su ánimo dependía s610 de un cansancio natural proveniente de los regocijos lÍ que se había entregado a víspera. . Mejor era p<,nsar en otra cosa: en la vis ita que le había prometido Luis José, y llue no dehía tardar. Es:e, en efecto, llegó pronto; y des. pués de saludar cariñosamente á su novia, le .preguntó cómo había pasade la noche. - Dorml mucho, le respondió JiL rua; pero hoy he estado tri~te. - rorque -te quedaste ayer muy. sola. Como no guardaste el ramo para que t-e hablan!. -de mí .. . -Ah! 'será eso .... : j Pero si el ramo se lo -dimos á Dios ... J -Si,o embargo, tu l'amo te ha he_ cho Calta ; por eso has estado triste. -Tal vez. , . Heconozco que si lo hubiera consen'ado, me habría acom­pañado h(1)' todo el día y yo le habrla preguntado muchas cosas de tí... ~Sí; ,pero de aquí en adelante ten-_ d·r ás quien te hable deveras y quien te oiga cuanto le preguntes y le dígas.. Has cambiado tu RAMO DE CORPUS por este otro, que jamás se marchita ni se agosta. y Luis José entregó á Jilftla un her. moso Crucifijo de marfil en su estuche de caoba . A. OTERO HERRERA CCELUM IN TERRA CA mi primito Manuel Ote-ro Silva., en su rrirnera Comunión.) Llenos de gozo, oh niño, y ardiel.ldo en llama/! de cnstiano celo, iGuál quisi-el1\l1 tus padl'es á porfia, Recompensar con un jirón de cielo El placer que les das. .e n e~te día! ií< "" l\Jas tú mismo, tú puedes Brinda¡' reposo al pnt e~' nal d'esef)~ Que es tu primera comunión testigo De que pued es d eci l ~ A D-los p osca, y (th Ol a lodo el ciclo está conmigo. *' '* *' VerdAd, oL infante, es cierto: Cuando libres de culpa, nos rendimos Al pie del Ara, ces&nlos quebrantos; y con il Bien Supremo, recibimos 'rodll. la corte de ángeles y santos. 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. COLOMBIA Con 108 ojos delnlUlIl, éNO ve"', cenando los del cuerpo, el coro Que en torno tuyo se pros terna y cantar ! Oye el preludio de las arpas de oro y el hosanna inmortal qne le levanta! .¡¡ *' ¡¡, Tan célica uUlonía. Es la misma q ue ofrendan los querubes Al Ílnico Incrcndo, allá. en la nlturn ... y la misma también que, hendiendo nubes, . lbja con el Señor tí. .t.u alma pura. iIo 11< Y como en pos del hijo S iémpre una madre sus senderos tl'laa, HCly In. Madre de Dios vino tí. tu peelJo, y es t.ú, en tu corazón do al Niño abraza, Como en Belén,'y le adereza. el lecho. ". /1< • iQué ternura J qué mimos, Qué cuidados tan dolces y qué blalluo :Re D'n~o maternal ti ene Maria ... ! iQ~i én en su amor (111 verla aca ri ciando Al mlsmo Dios) y en su poder no fía? .. ¡¡, ;o i Acógete tí. esa Madre! ¡Y bendícela, oh niño, porquo en tu a Im~ Se une tí. J esús con tan estrechos lazos, Para c n~eñarte tí. hallar sosiego y calma, Fel icidad y amor entre sus brazos!, >t. iIo iIo Es verdad Clue tú ahora, Ep la inocencia de tu edad primera, No conoces las lu ch ll~ que en la .,.ida, Húlo pOI' la e ~ peranza de otra Esfera, Sostiene eln.lma tí. la materia uncida. .. *' *' ¿ P ero cuál tu des tino ... ? Si t.e I!;llarda el Señur para el combnto. ¡,D6nde hallal'ó,s val or sino en AquélIe Que (lel pecado la ~ olJ e rbia a bate Y á Satanás bajo su planta huolla? 'If ~ ¡¡, No mal aper cib ido E ut l'arns en la lid , si con Muíl\ Tu peellO es c uel a ~ , te A rll1as con In Gracia, Y te propones como f'j emplo y J! ll ía :¡'~ l'Ia fa lange que antc t í ~ o espa cia. *' ~ '* i Fll lnnge n umerosa n I! hi E'naY e ll tllr:ldo~ que cn el cie lo Y II. log.'nl'on ht cima de la g IOI·ln .. . ! i8 u< pa¡:,03 sí¡:!;tl C' , ( Jh ni ii .. ! Ese moLlc lo. 1 míta , y 50rá t uya la I' ic t ol'i a! ;¡, *. , iQue al fln do lajornadll , Como esa hueste que ciesciende á tu alm~ y adora ti. Dios, exenta de dolorell Obtengas tú de eternidad 111 plt IIll~ Unido en el Señol' á tus mayores! I • 11< ,. ¿ No '\'e~ entre eSII6 filRII A tUI nobks abuelo~, quo Inpernn Por su virtnd ... ? ¿No ves á. t.us hermAno J.03 que 58 fueron yí., pero te esperan Segl1l'os en la fe de los cristianos ... ? .• ' " iAy, cnántas voces caras De seres que rompieron la atl.rlllra De la carne mort.al y 1105 dojaron, De esta mansi 6n nos lIamon, tIIn oscurll, A flotar en la lumbre que alclIn:.:al'ou! ~ i Y Ijué pott'11te ayuda Para el humano coraz6n 16 onClel'ra En la amorosa voz ele los que han mnerto i No la olvides, oh nifio, aquí en la tierra Hasta mirar el codiciado Puerto! TEODOLtNDA G, DE HUERTAS. ~ Catecismo abreviado dE;) PEDAGOGIA PRIMERA PARTE Preliminar P1'e,(junta.--Ql1é es Pedq,.CJogíaf Re8pue8ta.-Peda.go,r¡~a (fJue viene de las voces griegas páú;, nifio, y ago,condlleir),es la ciencia que IIOS da leyes y rrillcip'ios fijos para hacer J'eal y cfectin la euucación del niño. P,-Cuándo es oü:noia y l!u61ldo es a1'te la Pedagogía? R.-La PeJl1gog1a es ciencia cUllIi do eslablel!e 10i principios, y arlo cuando solamente indica los medio •. P .-Qué diferencia existe eutre P edagof/ía y Educación? R - La diferencia es esta: la Pe· dagogía es la teoría de la EUllcación del niño; y la Eclllca(~ión la pdctica ó el arte ue la Pedagogía. Se puede ser ;¡ La. seíinra G. <.le Illlel'tas, una de IlUlS. tras ml1 ~ JaborioRRs colaboradoras, es lnsti. tutora graduada de Esc:ueJa Superior. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA DE LAS DAMAS ~5 ~~~--------------~------~----------------~~--- buen pedagogo conociendo te6rica­mente las reglas de la educaci6n, sin poseer el talento prúctico de educar. P.-El arte de educar le aplica á ks niñoq solamente? R.--La educaci6n dura toda la vi­da , puesto que diariamente ejercita_ mos todas 6 la mayor parte de nues_ tras facultades ; pero el niño necesita del auxilio de sus padres y maestros para de.envolverse, al paso que el adul to es educado por la sociedad en que vive. P.-Cómo se divide la edúcaci6n ? R.-La t!ducoci ón se div ide enfí­sica ó .del cue rpo, y en psíquica ó del espí ritu. P.-Cómo se di vide la educaci ón psíquica? R. -En 'intelectual6 del cono­cimiento, estét'íca 6 de l sentim iento y moral ó de la volu ntad. P.-C uúl cs la educaci6n mús im­portante 1 R.-La educaci6n más importan­te es la cducaci{)n moral; pero para que ésta sea pe rfect a, es preciso de­Jl rrollar simultánea y paralela­mente todas las potencias del niño. P.-Qué q,uiere decir sim'ldtá­nea v paralelamente? R.J_Estas p a la bras quiren de.cir que las potencias Ls ic as, intdectua_ les y morales del niño deben desarro­llarse IÍ un mismo ti empo y pl'ocuran­do no dar la prefe r(;ncia ti ninguna. P -Existe direcci ón especia! pa­ra la educaci¿n Je las potencias del alma? R.-Hay dirección especial para la educación de la me moria , de la i. lIIa~inaci cí n, de la I'a zón, etc. P.- Cuáles son las ci encias y ar­tes auxiliares Je la educaci;Ín física ? R.- Las ciencias y artes aux ilia­res de la educación física sun la fisio­logía, la higiene, la gimnasia y la calisténica. P.-Cuáles son las ciencias au x i­liares de la educación psíquica ? R.-Las ciencias auxiliares de la tducación psíquica son la pS1'colo-gía, la b'iología, la sociología '!I en general todas las ciencias fi­losóficas y sociales. p .-Cu ~ 1 debe ser el ideal de la educación? R.-El ideal de la educación debe ser el forruar hombres perfectos, como hechos á imagen y semejanza de Dios. P.-Que nombr:') debe recibir el artista encargado de la educación? R .-El artista encargado de la educaci é.n debe llamarse educado?' 6 maest1·o. P.-Que cosas debe conoce l' el maestro ? R .- -EI Maestro debe conocer, ade­mús de las c iencias antedichas, el materi a l en q ue va á trabajar y los instrumentos del lrahajll; es decir, la. facultad es del ni üo, las formas de euucac ión y de enseñ anza, los mé to­dos y procedimientos y, pOI' último, el ¡uea l de la edu c ación, para que 8U resultado no sea un absurdo. P.-En nuestro pa ís det.en ser edu­cados el hombre y la muje.r de idén­tica mane ra? R.-El boru1 re y la mujer Ion igual es en dignidad en nuestro pa ís, pero la orga nizacion y destino ue cada uno son di stintos ; rol' con~i­gui ente 110 es posiLle educados de iMntica manera . ( Continuará) J,fA~1tET, A~no]'('1O BOTERO IDILIO E x iste en Medellín un {'emcntcrio llamado de los 1"'icos por la suntuo­sidad de Jos monumentos que encie­rra, y por ser la última morada de los '1ue fl'necen en la capital dejando cuantiosos bienes de fortuna. Sufre lino al penetrar en él cierta impre­si ón confusa, de carácter sublime, naci.ua, acaso, de la contemplación del arte que pregona el recinto y del terror inspirado por tanto huésped que duerme el sueño de la paz, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. OOLOMBIA Visitando yo por vez primera el cementerio nombrado, de prontO' me hallé ante una escena que picó vi '-a­mente mi .aleació¡;¡: URa especie ,de capilla, fabricada con lujo, a,lberga la tumba de un varón .que -elaboró en vida dquezas fabulosas por me­dio de la .car,id,ad, de la honradez y del trabajo; pero lo célebre allí es que decora el dintel de 1a portada una colmena que trabaja sin desran­so, IÍ. manera de premio otorgado por Dios á las virtudes del difunto, corno delicado homenaje de la naturaleza CIl una de sus más delicadas manifes­taciones, y COIllO lección elocuente á los grandes de III tierra. Nada mns glorioso que ese s:rnbolo, hubiera po_ dido adornar' la tumha dd hombre que transitó por el mlmdo haciendo el bien y ri.ndiendo culto al trabajo / el varón honrado y laborioso conti­núa allí su tarea, representado por ese enjambre que sin'e de centinela á Slts restos. Además, ese contrllste magnífico entre la muerte y la vida: abajo paz, .silenci{) y luto; alegría, susurro y agitación arriba, constituye un cua ­dro de legítima 1 clleza, UII idilio que tiene de cauti,'ar á las almas ella.;; moradas del Arte. Bogot,;, A~ ril de ]907· --...... +~.--- Eno. GONZÁLEZ CAlIfARGO, ' === e JJ4 t:5' La Costurera J oven y bella; tiene de marmórea escultura Los suaves lineamientos y la actit'ud serena, ,,: y en sus lánguidos:ojos algo de intensa pena Con sus tintes esboz:;t la negra desventura. Es un pálido lirio que agoniza en la oscura Cárcel de una buhardilla, una alma casta 'y buena Que sueña como todas, y como todas-llena - Su mente con el ansia de imposible ventura. * .)(0 7(- La labor inoesante con que en febril empeño La cl'llel ;nliseria quiere vencer, alejó el suerro De sus noches tediosas ; la consun9ión la agobia. * ** y en la -nostalgia Íntima de amorosa mirada, ¡Cl:ántas veces su lloro fue perla cOlldellsada En la falda inconclusa de algún traje de novia! • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. { 1 REVISTA DE LAS DAMAS 27 .¡~ l INDUSTRIA.S CASERA.S MI primera visita á la familia X. , Todo pasó corno voy á referirlo. Después de pensudo mucho, resol-ví hacer una Jc esaq visitas que, por lo cstiradas y de poca con fianza, sue­len no llevarse tÍ cabo; y como era la primera vez que la hacía .. Pero no ha­bía remedio: era preciso c1-lmpli1', como Se clice,y no sólo eso, sino corres­ponJer á las atencion es de que se me hab:a hecho objeto en la casa que iba á ·(·~ itar, Lo grave era que tales atencio­nes consistían en unos recaditos rnuy expresivos, porque uno Je mis ni ñ os estaba enfermo; en un saludo de Año r,uevo, por tarj e ta ; yen dos invi t acio­nes á refrescar, que no acepté porque no me fue posible; de manera que t o­davía no se me hab ía presentado la ocasi ón Je tratar de cerca aquella gente, tan encopetada como, por otra partl', parecía. Pero aquello " De que en más dc una ocas ión Sale lo que no se espera," es.1Por fortuna, mlly eviJente. ... Una vez en la visita, la señora de la casa resultó ser sumamente amable , Jos jóvenes muy atentos, las ni ñas en_ cantadoras, y cl señor ... ah! el señor, de unos sesenta años, tan jovial y es_ p¡,lnsivo corno un muchacho. El fIJe (Iuien primero me dijo: .-Mi I>eñor.a: ¿ conque usted de pe. riodísta, eh? S, que me alegro ! Ya estoy preparándole por ahí un articll. leja ... nó, ql,lé al'ticulejo, recogi éndole unos datos para que usted escriba. Es algo sob re 'inch"st1'ias CaSe7"aS ... l • .JQue yo cómo \'oy á saber ae eso? Pues ruire usted: puesto que crco que cn esa secci rn de su Revista tienen cabida algunas cositas sobre el al te de cultivar la tierra, y puesto que yo soy agricultor, voy á mandarle á usted,:ni I señora, una.que otra obsen'aci ón que he hecho en la práctica Je mi oficio. -Le agradezco ti usted .mucho, l>eñor. -Sí, mi s,eñora. La agricultura, ~.~~ndoes en pequeño, puede conside. raree como una industria de la casa, y sumamente nacesaria, pOI' cierto. -Papá siempre consu agricultura, dijo una de las lliiías. -Pues aquí tÍ todos nos ha enseña. do á. sembrar, agregó la mamá. -Pero supóngase usted, mi señora, que todos los padres de fa milia hicie. ran lo que hacernos aquí: premiar á sus hijos, cuando se manej an bien y se lucen en sus e:dmenes, con una eTita, corno ellos dicen) ó sea con un surco del jardín ó de la huerta para que lo cultiven J uespu és le vendan á uno mis· mo las flores y las cosechas. Pues sel'Ía una gran cosa, mi señora: así se despertaría desde la niñez el amor al ramo más impor t a nte y más ú til. Por eso aquí cRda cual tiene su éra , un as veces en el jard ín, otras en la huert ecita, y aun en aml as partes cuando al guno ba merecido tinto. Yo quis iera que usted viera los sem­brados . .. -Pero con el invi e rno está traba_ joso pasar ú la huerta, observó la se· fi ara de la casa. -Sí ; los muchachos tienen que descalzarse para dar vuelt.a á sus za­nahorias y sus tallos. Pero hl jard!n sí podemos ir. Vamos, mí señora; caminen todos. La visita, pues, iba á ser ameniza. da con la vista de las flores, y tam. bién con algunas lecciones del inteli­gente agricultor. - ·Este primer surco es la éTa de María Luisa. Haber, niña, dgale á la señora c ómo ha logrado esos lirios tan he rmosos. -De veras que est én lindos, seño­rita. ¿Qué les ha hecho? -Nada de particular. ¿ Pero qué le parece? Papá nos manda que lo hagamos todo nosotras mi~ ni as: desde picar la, tierra, porque esto d ízqne n?s. convIene ¡¡sra, que hagamos ejer­CICIO, ya que aqUI no hay gimnasio •. -¡ Qué bU f' no,! dije yo. -Pero también mucho trabajo: piemc usted qne tuve que I'cmover el suelo con anticipaci é- 11 y enterrar las Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 28 COLOMBIA yerbas que había en él·para que sir" vieran de abono. -SÍ, hija mía: yo le dejé hacer eso porque siempre es convenicute para que se pl'oduzca el manUllo ó tierra negra con la descomposición de eso. ve~etales; pero no es necesario cuando se tiene el abono que yo les traigo para el jardín. -Ah, sí. Papá nos trae para las flores varios abonos: uno liquido, tan trasparente como el agua de Padilla, y compuesto de áz~e, ácido fosfórico, potasa y cal. Ese sirve para las ma­tas que tenemos en el gabinete, mez- • clándolo con agua. Pero para estas del patio usamos más generalmente un polvo que contiene un 33,34 por ciento de superfosfato de cal; un 16. 66 de nitrato de potasa; un 25 de ni­trato de soda; y una cantidad igual de sulfato de cal. Este abono se lo aplico yo á mis lirios cada vez que pasa un invierno, y en uoa dosis de 130 gramos para este pedacito de tierra, que apenas medirá una vara cuadrada. _ .y ese mismo abono sirl'e para muchas plnntas, mi señora. agregó el padre; en la huerta lo emplean tam­bién, y en los narcisos, y aun en los jacintos. Pero en otra oportunidad le indicaré á usted otras cosas sobre los abonos. Como usted tiene que venir á visitarnos con frecuencia ... - Por supuesto, dijo la niña. Y en­tonces le diré á usted cuáles otros cui­d. ados tengo que prodigarles á mis Ii­flOS. -y si ya ha calmado el invierno, la llevaremos á la huerta, agregó uno de los jovencitos. Y allí le mostrare­! HOS todas nuestras éras. -Pero sigamos viendo el jardín me instó el comunicativo anciano. ' -Tendría muchísimo gusto, se­ñor, le respondí. Pero esta visíta se está prolongando demasía do .. . -Aunque no sea sino de paso, mire usted aquellos rosales, y aquella ma. dreselva, y aquellos mirtos .... _llellísimos, bellísimos· .-Enrique ; alcance la podaw'a para cortarle un08 jazmines , la se­ñora. -Mil gracias ... estáll tan lindos que da lástima. -No tenga usted cuidado, mi s. - ñ~!a. Lo q lIe sí no les permito d.los Dluos es qne toquen las plantas con la mano Eso suele marchitarlaL." Ha_ ber, corte los jazmines, que la señora como que tiene afin. ---Es que se va haciendo tarde .. . Pero volveré muy pronto. No olvide usted aquellos datos lJue me ofreció. -Se los enviaré, se 108 enviari!' Mientras tanto, puede uatad escribir sobre esta visita, que habrá sido para usted un tanto enojosa ... -j Oh, no señor; -Pero no vaya usted á publicar el nombre de la familia visitada pues si usted censura nuestra mane'ra de r~cibir á la gento., n08 deja sin rela. clones. -Bah ! Pondré solamente así: Mi pr-im,ira visita á lafamilia; X. y. ~n seguida me desped ;, con in­tenc~ o ~ de volver allí ti aprender co. sas utdes que trasmitiré, si mis vi" " tados me lo permiten, á 108 lectores y lectoras de est~ REVISTA. . AMENIDADES AJEDREZ SOLUCIÓN ÚNICA DEL PROBLEMA DEL NÚMEltO 1. o (Véanse las ad;vertencias de que hidmo8 preceder- la publi. I cación del problema. ) Db. juega á ARh 6- Si 1'11. ,toma Db., Ab. juega ti Rb4, Y da mate.... . Si To. pone enjaque á Rb, toman. do peon, entonc~s Ob. toma TIl. y da mate-Cualquiera otra que sea la ~ef-ensa de las negras, Ob. da mate tomando el peoo \legro. Condiciones esenciales de un pro· blema Los problemas de ajed¡rez, p·ara que sean areptables, deben llenar las Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA DE LAS DAMAS rigulentcs condiclonc~: 1.' Que se dá el rnate en un número preciso de ju. gadas ; 2,,~ Que uo tengan mns de una soIuci6n ; 3,' Qne no entren en su composicién más fichas que las indis. pensables para el mate, entre las que lo hayan de dar, ó para evitar otras soluciones, entre las que tengan la parte defensiva; 4,' Que la posición de cada una de las fichas esté moti. vada de algún modo; y 5." La mayor sutileza posible en las jugadas. Tendremos especial gusto en pu. blicar los problemas qne con las con. diciones anteriores' se nos envíen; pues creemos conveniente propender á que se extienda entre nosotros La afici6n al hermoso juego del ajedrez, considerado por algunos coruo un buen gimnasio de la inteligencia, y muy provechoso, por consiguiente, para los niños. Al efecto, hemos enoargado Ja una fiente de ajedrez para nuestra im. prenta ~ fuente qUe nos permitirá presentar como en un grabado el ta· blero, con sus fichas en todaa las po. iciones posibles. Ojala que para la llegada de esta fuente tengamos mu­chos problemas nacionales, Charada En dos tres de que á a Ita cima Tiende esta todo, una tus A quien en la tercic¿ prima llIitad de tres, no se anima A ~yudal' con int~rés. (La solución en el próximo n{j,'mero) ~i' Juegos de sala Cumple un caballero la peniten­cia ele comparar á las damas con 108 enserel! de la cocina, Dama 1.' ¿ En qué me parezco á una paila? Caballero-No es el dulce que en la pa'ila Se suele confeccionar Tan sabroso y regalado Cual la miel de tu 'mírnr. '11 lfo l« Dama 2,' ¡ En qué me puczeo á una PMrilla 1 Caballero-8abráa de hoy en adelante, Pues esto no es maravilla, Que el calor de una parrilla Guardas en tu pecho amante. '11 lit ,. Dama 3," En qué me parezco á una sartén ' Caballero-Como 1\1 fue¡;o se depura La manteca en la Bflrtln, De sus manchns la criatura, Al calor de tu hermosura So ha depurado también, ~ ,. *' D01na 4.· ¿ En qué me parezco á un charole r CaballerotL8i n Igu no de usted dijora Que so puece á un chorot, A eee tal, mucho garrote. y que por chorote muera I ,. • lit Da?na 5'" ¿ En qué me parezco al cucharón? Cc¡ballero- A&í como el cucharón Rebul1e el hirviente ajiaco. Usted ñ cualquier cachaco Le rebulle el coraz6n. 'iI .. ¡¡. Modo de fabricar tinta. azul Tómense seis tantos de azul de Prusia y uno de IÍrido oxálico (éste se vende en todas las boticas); hume­dézcanse y tritúrense los dos com­ponentes juntos hasta que formen una pasta homogénea, y disuélvase éata en agua, de manera 'lue quede sufi­cientemente espesa la tinta. SUELTOS A la disposici6n de todas las damas de la República y de fuera de_ ella ponemos las colum· nas de la presente REVISTA. Mucho agradeceremos su colaboraci6n, 10 mismo que la ue los caballeros que quieran ilustrar con su ciencia y co· nocimientos pd\cticos nuestra publi. cación, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. COLOMBIA Agradecernos alta·mente los bené­volos conceptos con que nos ha favo­recido la Prensa de la Capital, y de fuera de ella, así como también da­mos las graci as á los e alegas que nos han enviado, ó ror 1'0 ménos ofrecido', sus canjes, Bibliografía • É~f hel'lnos'a' eJici{ñ' de Barcelona hémós' réci'biM la inlefes ante novela COFol1fbian3' t itul'ada CAPRICHOS­ESCENAS DE LA. VIDA Í~TIMA- flor Rodrigo de Rabav·ánez. Agradecemos íh uchísirno el'obs'equio etel libro y su galante dedica toria; y nos promete­mos hacel' un estudio de la obra en ¡j'lgu no de nuestros próxi mos núme- 1'05, limitándonos, por ahora, á env iar' nuestros parabiertes al' autor, quien como lo da á enfendel' en su lema pl'eliminar, .se preocupa con justicia por el brillo y a'dclan10 de las letras patrias, Lamentamos profundamente la desgracia ocurrida en Chapinero en el niño Bernardo Mons'alvc Santalllal'Ía, quien muri6 ahogado víct ima de una creciente de la quebrada que atraviesa d barrio, El niño estlÍ ya g07.ando en el cielo en uni rn de su inmejorable madre, que lo reclamaba desde ba cía años . Pero el inmenso dolor para los deu ­dos que el niño ha dejado, principal ­mente para su afec tu osísimo padre el ' señor General José Dolores, ausente á la sazón, necesita de lodo el valor cristiano para que \JO sea tan lerr i­IJle y desesperante , Hacemos vo tos porque Dios envíe ese ya lor á la fa­milia del niño y en particular á nues ­tro amigo el General Monsa lve, á quien env iarnos lIuestro pésame más < since ro. A las personas que al recibo delllúmero 2 de . nues­tra pnblicación 110 hayan d~vuelto el primero, se les contarlÍ como suscrip_, torcs, En tal y írtud les rogarnos s.~o sirvan eXCllsar que al mismo tiemlfl que res remi,timos el exprsado n*me_ 1'0 2,' éste va ya' a-c0rh'rañatl'o' del' re­cibo corres:pondiente, por una s'us'­cripción' á 12· núméroir, Señú1-af dofia- Elisa Cnno de RestI'épüJ y doña" Inés lt.r· teagi]. d,e O tero, Sellaras' de mi ,mayor aprecio:: _" He ten ido ~1 hgnor de rccibir 1U, ntenta cir.cul.ar, d'e us{e~e!Í~ . é9 meros, y esperar á la vez, la colaba. ración que ustedes me solicitan, y que, pobre y humilde como será, lle_ ga rá á sus manos cuando me sea da'~ ble corresponder á la atención 'de us·· tedes: 13 . SO: S, P. P. EUSElllO ROBLEDO' ERRATAS Dos importantes se nos des- !izaron en el número 1,°: Ell la página 10, línea pri .' mera, dice: "Porque tampoco á ella la rüÍn codicia," léase: "Porque tampoco á' ell/! de la rüin r.odicia.'~ . :En la página 16, prímera co. lumna, línea 38, dice : "que han edificando," léase : "qne iban edificando," -~~-- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA DE LAS DAMAS' 31 LA ALDEANA (Novela,trflducida del francés especiulmcn­te: para la l?euisl& de las Da,mas,) ( Oont'in'uac ión) El viejo leyó hasta la última línea J.a carta que Poulard I~ había entre: gado, la dobló en seguida, la gua,rdo "O el b'olsillo de su chaleco, y arropo· do á un montón de paJa su aventador, con tal dest·reza que éste quedó sem­Inado allí verticalmente, franqueó la puerta y dijo al comisi ona do: -Hace mucho calor; vamos á casa á to:nar un vaso de sidra que consu. miremos á la salud de vuestro bra\'o Gapitán. , , " , y como 81 no lruaglnara que su invitación podía ser rehusada, s'e'puso en ma'rcha el primero con ese andar !1lOderado que había adquirido á fuer­; za de conducir sus bueyes á lo largo ~(> los surcos que iba rompiendo la re· ja del arado, E) aduanero lo siguió; y despu és de haber atrave~ado algunas calles ,P?' bladas de casas, llegaron á un vieJo edificio con ventanas en el piso bajo J' claraboyas en la parlo, supedor, la ~ual se hallaba convertida en gra­nero. El viejo Miguel se dirig:ió á la puerta del edilicio, abicrt,a complt;­t'ilmente acarició,á un SUCIO falden­llo que s'alía á recibirlo haciendo mi} piruetas; Y' franq-ueando el u~br,al: '&e volvió á su compañcro y le IndiCO un tosco asíento, ó sea, lino de los bancos que flanqueaban una amplia toesa de madera ennegrecida. Después á voz en cuello,-Hola! diJ'o , Francisca, l\'lónica! Dos ,,'as os , y nna botella de sidra ! Se sent.ó- al frente de su huésped y lb prog:ulltó: -¿Sois un aduancro nuevo en el ~t',r.io, seí'iod Pues tÍ todos los conoz. CO, J es I a primera vez ~ue os \'ea', La locuacidad con que contestó cf interrogado parecía serie habitual. Babía llegado allí en la estación an~ terior; había aprendido el oficio CD Nantes; uno de sus allegados le había aconsejado que se'colocara en aque­lla aduana y él, no sabía porqué, le había obedecido; pero la tal ocupa. ción era detestable y estaba resuclt'O á abandonarla tan pronto como pu. diera, Estas qlleju q\le apenas princi. piaba á proferir el' aduaner? fueron interrumpidas por ,la repentlIla a~a. rición de dos mucnacha5' que tralan luS' objetos pedidos por el dceño de easa, Una de cllas, la que traía la botella, era una guapetona de ,.einte años morena, de mejillas chapeadas, de t;scas maneras y de una toiletteta n descuidada como suele ser la de una despensera en servicio activo, La otra, qUé' revelaba dos ó tres años meno!j era más esbeIfa, aunque tamo bién de forruas llenas; y tenía la tez tan blanca camo un lirio, los cabellos rubios '/ un "estido y tocado embe­lIecidoll por mil adorno. y pdt ~.c arte recóndito que su companera Ig­noraba. En vez del ordinario llJan­dil llevaba en la cintura un lihdo d~_ lan'tal az'ul de peto replegado y anclla blusa; una especie ele cofia muy su_ til y muy limpi a. daba á su rostro algo de aéreo; sus mano., ligeramcnte son. rosadas, sostenían con graciosa el'c­~ ancia dos vasos que] si n? eran'de fino crist~l, 101 habla dejado muy tl'asparentes el esmero de la quc alJo­ra los conducí¡r" Al presentarse las dos jóvenes n­I udaron al recien llegado; la primera coh una sonrisa franca que dejó "er su aumil'aOle dentadura, y-Ia segunáa, la de la co'fia de gasa y delantal azul, con una venia cortés y cel'emoniosa, El viejo Costanvec, aunque hubie· ra querido ocuparse solamente en descorcha r la botell a, hab ló á las muchachas sobre algo que se hacía cnla habitación contigua, La morena Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 3l COLOMBIA le responJió llamándolo paJI't~~ y la rubi~ con el título de abuelo. Una vez informado sobre lo qne deseaba, dijo el viejo: - V uél ve á tus pasteles, Francis­ca; Mónica nos servirá. Francisca obedeció. Mónica al­canzó un descorchador que entregó á 'u abuelo, y éste con una sola mano, hizo laltar inmediatamente el corcho de la botella de sidra. Llenó ambos vasos con el líquido bullente yespu­moso como el vino de champagne, o­freció uno á Poularu, y levantando el otro: - j A la salud :lel Capitán 1 dijo, no .,in hacttr chocar el voso contra el del joven, quien repitió: - ;A la salud del Capitán l -Abuelo, dijo Mónica. Es hora de que torneis la colación. ¿ Quer'l!is pasteles? Sí, hija mía; y tra'ed también para este joven, que aunque no es de nues­tro paíjl, estoy seguro de que le agra­darán. Mónica desapareci6. pero volvió en seguida con una fuente muy pintada de flores, en la cual se veía el apeti­toso manju, que ofreció pl'Ímero al joven visitante y después á su abue-Io • . Este se hizo colocar la bandeja bien cerca y tomaba uno en pos de otro los pestiños, al paso que aquel ape­nas tomó uno con exquisita delicade. za, lo probó y se puso á conversar en estilo que fue haci éndose insensi­blemente muy florido. Arrojaba de cuando en cuando furtivas miradas á I~ blonda Mónica, quien le hallaba sentada en la extremidad opuesta del sombrío aposento; y desmigajaba e~~retaoto, con aparente despreocu pa­clOn .. el extraño bizcocho que se le habla puelto entre las manos, dejan. do caer á veces algún fragmento q'Je el falderillo, agazapado fiebajo de la mesa, devoraba sabrosamente. Con mayor gusto bebía la sidra esplirnosa, yen dos ocasiones llegó halta imitar al viejo en aquello de no llevar nunca el vaso á los labios sin golpearlo an­tes contra el -del compañero. Cuando hubieron vaciado la b ~ .... Ha, el padre Miguel se enjugó la boca con la manga de la camisa, y mIran­do el reloj que, encajonado entre dos , armados casi juntos, anunciaba el trascurso de los segundos con el m /~ J vimiento de Sil largo péndulo, se le. vant6 diciendo: --Es hora de continuar el trabajo, pues durante la recolección no hay tiempo que perder. Y como mañana es fiesta, hoy debe quedar concluída la tarea. Conque hasta otra vista,se_ ñor aduanero; saludadme al Capitán .• y que n08 veremos en la ceremonia . .-<\jl' Entollces se levantó ta rubién el aduanero, halbuceó algunos agrade­cimientos, y después de una significa­tiva cortesía que le dirigió á Mónica, salió de la quinta. - -Creo que no confundireis el ca­mino , dijo al aduanero el padre Mi­guel. mientras procuraba desatascar su pipa con un largo alfiler que des­prendió del cha leco. -¿ No convendrá guiado? pre. gtint6 Mónica á su abuelo. -No, no. Más bien levánta esas cosas de la mesa. Porque si á la h· ') de pagos ecbasen de vel' los peones que se ha descorchado sidra, querrán que se les dé. -Pero por atención á ese joven ... - Ya le he becho yo m ¡SIlIO todos los cumplidos del caso, porque me trajo una carta importante. Además, los aduaneros son de confianza, como que son nuestros amigos, nuestros pa ¡sanos. -Pero éste, que parece ser muy joven, tiene aire de forastero. -Sí, sí; eso se ve desde 1 uégo. , -y como que no es ni de Bretañ". - Eso tamb ién se nota inmediata. mente. -Es muy cortés, abuelo. -Sí, á su modo ... Péro será un pobre diablo cuando no sabe amar BU oncio, l\1ónic,ª, y sin agua Bar respuesta, se fue el. viejo al hogar, tomó entre sus dedos una brasa encendida, r¡ue le aplicó á ( Continuará) Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ Alcance á Colou.bil'~. o ~ Iegotli, Abuzo H ue 1907 S" iiul'as l~lisa llallo ,le.: r."'S t,l'CPO Ó lné.s Arteag" úe ült:l'o L,O EII eOlltf'stación al la ¡¡lenta CII'CIol_ 1(1 r de u:.lcO.· s, clJI'I't!spolluienle al me!; de Febrt:ro ú ti/lIO, It:s lIlallincsto n· tillliculus ti., "lIn~ider"clón me ~us. cribo de usledes atcnto segulo ser' viJol'. C.UIIl,O COI, TES S, A las selioras dolia Elisa C<1l1o!le Hcstrcl'0 y Jolia Inés Al teaga dú Otero. E. L. C. JOAQuíN OTER() DllRAN .Y señora saludan alent¡jIll(~ lIte á las ~t'lioras Di­redol'as de la REVISTA raE LAS DA­l\ US, COLOYlllA, y tielH'1I t>1 hOllol' oe lIlanfctiladt:s '1"t!, (lUII lllll .. s de :CCI' el prilJler nÚnu.' 'o lltl la RE\'Hl'}'A quc les anullcian, se 3l1licip ]~Jisa Galio dI! n".trepo y ]),¡il" Inés Artellgu. I!O 01;1;:1'0 E, L., C. Muy ¡'espetadas seiiora»: r En IlIi poder Sil galante ci.fuhll· 1'01' la (:ual me comunican la fl'<'I~a. ción de una ltEVlSTA periódica, dlt:. ti icada especialmente á las damas, y que será dirigida por ustedes, bajo el título de COLOMBIA, haciéndome al al mismo tiempo el altísimo honor de juzgar aprovechable mi humildel colabol'3ción. Motivo ele especial complacencia será para esta ciudad y para el paill en general la apuiclóll de la REVIS­TA. COLOMBIA Y abundantes , ha~n de ser los triunfol de toda suelte llor Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ALCANCE A COLOMBIA N.o 2 ustedes alcanzauos en esa noble tel­rea, pues además de que con la men­cionada publicación se satisfacen grandes y justos anhelos en el parti· cular, ella va á ser producida por quienes al prestigio de la mujer reú­llen valiosas dotes de virtud, de ta-lento é ilustración. .• • Labor bien ardua es la por ustedes emprendida, pero en cambio clla ten_ drá el aplauso y el apoyo de todo buen colombiano y, sobre todo, el muy eli­caz de nuestro bello sexo,ya que á Ila­die se escapa la escasez que eA iste hoy de buena lectura nacional para el hogar, exclusivamente. . Grato me es poner á sus óruenes mi insignificante pero entusiasta ~oo" peracióll en la emp.r:esa iniciada y. .considerarme, además, como suscl'ÍP" 'tor permanente. Con sentimientos d.e respeto y alta consideración quedo dc ustedes aten. to seguro servidor. . q. s. p. b. En. GONZALEZ CAMARGO Bogotá, Marzo 14 de 1907. Bogot&, Marzo 7 de 1907. S,!ñoras Arteaga de Otero y CauG de I Restrepo L.C. '" Muy distinguidas señoras mías: He recibido h amable circular de ustedes, que agradezco. Si algo vale '111: felicitación, acéptenla ustedes por ~a fu' dación de su Revista. S!.l'vase ~P~. tarme como suscriptor y contar­me entre sus colaboradores. B. L. M. de ustedes , I ALn~RTO SÁNCHEZ . Bogotá,Febrero ~4. de 1907 [ Respeta¿as señoras: ~ Por su atenta circulal' he sido i~ uesto de que ustedes han fundado en sta ciudad una Revtsta para las da­a,., cuyo nombre será COLOMBIA, Ya líacía notar en la capital la falta de n periódico que reuniera las condicio· nc-s del que ustedes dir:gen: Hoy Co­LOMBIA viene á lIeuar aquel vacío, ' procul'ando á lus hogares lectul'a Hana, instructiva y alllella; de ahí qlle su obra merezca n[loyo incondicional y decidido de todos aquellos 'lile de· séen proporcional' á su eSI)osa Y á sus hijos el mejor alimento del espíritu. 'Reciban, señOl'as, mis felicitat:Íoncs y los vutos al'dientes que hago po"que no desfllayen en la tarea lJue se han impuesto, que si 3/'dua, es meritoria. Deseo larga vida y muchos t,'iun" fos á la nueva Revista, y por último ma es grato suplica/' á ustedes cuen­ten en el número !'!e sus suscriptores á,s'u atento cguroservidor, q. b. s. p. J. SÁNCHEZ SILVESTRE RAFAEL ORTIZ saluda muy I'espetuosamente á las St'l­ñoras doña ~lisa Cano de llestrt'po y doña Inés Al'teaga de Otero, y se COII'­pince en signiíicarles que l1lestará cuanto apoyo le sea posible, á la sim· pática, patriótica y civilizadora el1l. presa pOI' ellas acometida, de la publi­cación de una Revista (Iue llevará por 110mb re COLOMBIA y cuyo primer nú­mero aparecerá en el presente ¡\-Jano· Bogotá, 6 de Marzo 190i. JONIO SOLANU tiene el hon~r de prcs·entar su ' muy atento saludo á Ins selioras Doña EII' sa Oano de Restrepo y Dolia Inés Arteaga de Otero, Dil'cctol'as de la revasta mensual intitulada OOLOM­BIA, que han empezado á publicar en Bogotá; y tiene el gusto de mani· festarles que, dados el objeto de esa empresa editorial y la importancia que alcanzará, toma una suscrí pe i6n, por conducto de su señora Doña Ester Gómez de Solano. Zipa'lui¡'á, 22 de Marzo ds 1907. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~ !OALZADO FINO ~- 1, • _ 1 " . para señoras, hombres .- ru 7 DIDOS . ~ . ENCUENTRA USTED ~ ~ LA -BOTA AMERICANA , ¡, - - "lazuela de San Francisco, N.?-600 ' I Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA ;rm I,AS DAMAS Decreto Legislativo número 47 de 1906 (12 DE BEPl'lEMBlm) eohl'e pl'C1l8:l. El Presidente de la República de Colombia, en uso de SUB faoultades constitucio· nales, DECRETA: (Continuaoión) plaros oiroular!Í.n lihres do porte por las e6tafetnl'l nacionales. Art. 9.° La. contravención á lo dis­puosto en el artíoule arterior hnni in­ourrir á los respousableB en una mul. ta de cinoo a vtlinte pesos 01'0, que im­pondrá oada uno de lo!! jefes de las ofioinas nombradas 1\ quien S6 omitie­re el envío. Art ] O. Es prohibido á los dlleño'!, administradores Ó 8llcargados do los establecimient08 de que habla el artí­oulo 5.° d"r publicidad: 1.° A producoiones anónimas ó sus­oritas por un seudónimo, eiemprc que no Bean artículos de periódico, Fin que lB firma alltágrafa del autor figure al pie del original respeotivo, 01 oUál, lo mif.'wo que los esoritos llamados origi­nales de imprenta, oonservará en bU poder durante un año el dueño del es­tableoimicnto. Las publioaciones ofon~iva.s do 01'­ráoter personal en hojas sueltas, romi_ tidos 6 oomunicados, deberán llevar la firma de su autor. 2.° A produociones que no llenen los requisitos determinados en loa ar­tíoulos 15 y 19 de ea te Deoreto; y 3.° A publioaoio!l.08 que hayan sido suspendidas por h I\utoridad 6 que lIean regidas por un Direotor inhabi. litádo. Art, 11. La violaoión de cualquie­ra de estlls prohibioiones liará oastiga­dA con alguna de lai peQ_1I señala~a8 en lo~ ordinales 1.°,4:.° Y 5.° del artí. C> < .-1 LU Cl LI._ UJ Cl Z --c ~ c::5" CJ:) c:::> c::;¡ Cl LU o-ce o ....J LU t:.:::l <::) :::c c..' <:t: o­C/.) r..,w c:::::l -.,.1 LLJ u.. e e w. O H o Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Colombia: revista de las damas - N. 2

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Velada literaria celebrada por los alumnos, para festejar el santo del señor Rector Rafael María Carrasquilla

Por: Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario (Bogotá) | Fecha: 1907

Documento en el que se reseña la velada literaria que tuvo lugar el 24 de octubre de 1907, con motivo de la celebración del santo del rector Rafael Carrasquilla. El documento también aparece acompañado de los diferentes discursos y poemas que se leyeron en la velada y que resaltan la figura de Carrasquilla para los estudiantes del Rosario.
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Libros
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Velada literaria celebrada por los alumnos, para festejar el santo del señor Rector Rafael María Carrasquilla

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Prosas-Laudes

Por: José María Vargas Vila | Fecha: 1907

«Prosas-Laudes» es un libro de literatura del célebre escritor colombiano José María Vargas Vila, publicado por primera vez en 1907, en París. Con este libro el autor inauguró la exposición de su pensamiento estético: la primera y segunda parte del libro concentran dos aspectos esenciales de su estética: la poética y la postura literaria, que luego ilustra en la tercera parte a través de una serie de comentarios literarios. En la primera parte, “Palabras de arte”, Vargas Vila diserta sobre la palabra en cuanto obra artística equiparable con otras artes. La concepción de su poética la sostiene el ‘arte ateo’, según el cual, la conciencia libre de moral posibilita la exteriorización del pensamiento rebelde y heterodoxo del artista y el escritor, a través de la verdad y la belleza. En la segunda parte, “Estética roja”, el autor insiste en su postura literaria de comprender el arte como una lucha por la libertad individual y humana. Su ‘arte rojo’ es lo opuesto a todo tipo de tradicionalismo, sujeción y moralismo, en el que el quehacer del escritor es la emancipación contra las tiranías y la fe mediante la exaltación de la belleza existente en la realidad, acción por la cual se convierte en un ser incomprendido que debe retirarse a la soledad (Penagos, 2021). La tercera parte, “Motivos”, agrupa una serie de escritos breves en los que Vargas Vila consigna apreciaciones suyas sobre ocho obras de escritores representantes de la intelectualidad latinoamericana contemporáneos a él; algunos alineados, otros no, con grandes escritores y pensadores europeos. Por la correspondencia con su poética y postura literaria, dedica sus páginas a «Claros de luna» del escritor y político venezolano César Zumeta (1860-1955); al poema dramático «Raza que muere» del poeta argentino Eugenio Díaz Romero (1877-1927); a la novela «Dionysos» del escritor y diplomático venezolano Pedro César Dominici (1872?-1954?); a la obra «Los modernistas» del poeta uruguayo Víctor Pérez Petit (1871-1947); al libelo «Un libertador» del distinguido escritor venezolano Jacinto López (1864-1942); al libro de poesías «La canción de las crisálidas» del poeta uruguayo Manuel Pérez y Curis (1884-1920); también al poeta y escritor venezolano Manuel Pimentel Coronel (1863-1905) con motivo de su muerte; y a la novela «Corazón joven» del novelista costarricense Rafael Ángel Troyo (1870-1910). Y, por último, elogia un libro impío del teólogo y filósofo francés Jean Charlier-Gerson (1363-1429). Los escritos sobre las novelas «Dionysos» y «Corazón joven» fueron publicados por primera vez en el apartado “Prosas-Laudes” de la revista «Némesis» que Vargas Vila dirigía (véanse las entregas de enero y febrero de 1905, disponibles en el archivo de Fondos Abiertos de Autores Colombianos del Banco de la República).
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Libros
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El Mercurio - N. 2

Por: | Fecha: 29/04/1906

Dominicales de "EL MERCURIO" J3ogotá, I\epública de ~otombia==~bril29 de 1906 G. :FORERO, Director NUMEROS 275 Y 276 ADVERT ENCIAS N. le 2.dmi~ ft'Ijs c:olab.raciÓ. que l. solicitada upreL'\mentc. por . 1 Di. cclor. ~ta Rcvuta se elita en Jos taUnes tiporrific01 de El- MERCUR.IO '1 . , propiedad de la C":1 Editota. G. FORERO. lIL Tl!:l!PlI1!AKENTO y LA POESÍA. N0 son únicamente 101 artistas los que tienen una manera peculiar de producirse y una inclinación determinaoa por ciertos Rsuntol 6 temas. El público (Jue consagra sus reputaciones y que por ellos le aficiona, no es todo el público-siquiera le trate ue los artistas de fam" unh'ersal-sino úni­camento la parte de público cuyo temperameuto co­rrelpouue simpáticamente con el del .rtiata, porque hulla cierta armonía cntre sua ideas y las de éste, en· tre loa gustos de uno y otro, pareciéudole al leer uua cltrofa ó contemplar un p.isaje que ya itl iJea conteo nioa eu el verso había palpitado en su ce rebro, 6 los colores veucidos y dOlllillados en el cuadro habiau di­latado su propia pupila, haciéndols entrever la belleza radiante del mismo paisaje. Elto es pura y simplcmcnte Ulla cuestión da tempertltllcntos ufine.. cría muy raro. por ejemplo, quo no fncoe un ente de lllsci l'ia_qnien gnsta de las pornogrdius escritus 6 pintadas, y de seguro que Ion enKmomuoa sombríoo. de ea .. s que parecen odiar al objeto de su umor, los lectoros asiduos del tétrico pero gl'lIuue y sobCl'bio Esprouceda. De mudem de revolucionarios parece que somos todos 101 que campamos por uuestros respctos en esta América eapanolll, que pudior!' llsmarse la parte có­mic" dol U uiverso. Pues así me explico por qué en Ilut&tras "'plíblicas ticue tintos aficionados é imita­dOI'es D. José María Vargas Vil~. Ea él un eacritor IItrevido, lleno de ideas. '1'od08 los cargos que se lo quieran bacer pueden aceptarse desde luego, menos el de Hciedad. Quo escribe con rabia, qne profesa nna moral domoledorA, que cultim intensamente el YO, quc in· juria porque 110 y porque sí; todo eso y mucho más puedo decirso de él. Per/) quo la injuria eu sua labios adquiere .,ida duradera al f .. or de su elocuencia origin"l y ardientc; que 01 aofisma diluido en "us reuoma" surge con bri· 110 de verdad inconcusa, y que ese ).0 ensalzado eu fra es vigorosas, punzantes y de una f"ctura brillanto y SOllorll, se destaca Ií m pido sobre el cristal de sus b i­l'érbol~ B-quién lo negar,i, quién lo discutirá? Para \'arg .• a Vila no merece respeto sino el ven­cimieuto, y como eu la AmériclI eipllllol .. casi todoa aomos vencidos-y no así oomo se quiera, siuo rtaly ","ttri"I,"DIIlt-resulta que touos touemos 1I1gún pun to ue coutacto con él, y de ahí su iumeuaa popularidlld en el Contiuente amuónico. y no •• oru. que el hUIIIÓvg eato de la popul.ri­dH tl. Var, .. Vlla, Vol. I-N.o 2 Vale $ 5 La csss Bonret, de París, no tieue inconveniente en declarar que D. José María es el escritor castellano que le ha hecho ganar más dinero, como que sl1slibros se leen y, lo que es mejor, le veudeu deade Chile y la Argentina basta Méjico y Califoruia, sieudo acaso en la patria del autor donde tienon menos acogida. ¡Pero es que la patria del autor si es an humbug ta;nallito en tratándose de leer pagando 1 Pero me he ssli vol· viendo á u fla scrie dd l!:stados li bres. De un tal C 3~0 lo. sociali stas (raneeses suell.ün upl'o vecha .. se d ~ la vi cturia f r" n ccs~ I'"ra volver á empezar aqu í la COllluna, pero eS'a , ez con un éxito más seguro, pues la Comuna fue h echa sin prepul'.lci6n y por una ínfima minoridad de soñadores y exaltados. Su idea genMnl es que de todas maneras ha· \, .... que lIdg ll' !Í >,lIa neutralizaci6n de la FranClu ya la caducidad ,:, . u sistema mil itar, á lo menos reuuoirlo para la defensiva y para ga rantía de la paz francesa y de E uropa, midi a n~ e el abandono d e lus colonias inú til "3. ~I p"iocipio d ~ In Idea sOCIa· lista edti ahí, en e, te punto de partida, de un real · oe bUlllanitario y • ,,,ial-i nternaciona lista. Yo expongo "sta ideM . No pretendo apreciar· la. Ella contiene "eruaues y puori liu fldes. Parece, ante tout), en o~ rrar un elemento ele er ro, sob re este r"nto : el de que las inteueioues de los socialis ta~ alemaaes son las de hacer u na g uerra de tarifas á s u~ hermanos france8e~, en C3S0 dc paz, y estar á bue· nllS con el ejérci~o ca pitalista á imperial en caso de guerra, para aloan zar con ella las colo ni a~ fra nce· saa, útiles para la prosperidad del p ro l ~tar1ado ger · mano. En Franoia babrá sobre este t6plco crueles equivocaoiones. Los sociali stas alemases quieren la guerra más que el trono alemán. E ste ~ 6 expo· ue ¡¡ todo, viotoria ó derrota le uprovec~a rian menos '[uo al pueblo, enemig.) del Gobierno SI es v~nCldo, enemigo de este lll i~ll'" g"bieruo s\ la Vlctona ?bre 01 pueblo alemán L, expHnsitiu cnloni,¡l y ~ ISUl1n U ye la importancia ,le In u.l'L.6poli , [ .. vorec l ~nuo el poderío de la da ,¡ ohr~ra . ~:. bastante slOgular que los 8ocialista ~ f,uuIlc3ed cuell ten con. la fra· \ernizaci6n de aq u\Jllos de mlÍ3 allí. del RhID, para 11 inpedir uns gnerra, cuando esta fraternidad no pue. de cumplirse sino después de esa guerra, fuese oual fuese su resultado. Se pretende que Jaurés, cuando la inminente declaraci6n de guerra en Septiembre último, había preparado mallifiestos para inducir á los obreros 111 militarismo y advertirlos del peligro. En efecto, Jaurás es capaz de medir la locura con que habría que contar ante el desarme voluntario del proleta . tariado germánieo. Entrc tanto, 61 finge contar con ál y la Cámara quiere votar la reducci6n de los períodos de instrucci6n reilitar. Verdaderamente la Francia está excedida de la nece.idad de presta· ciones de guerra y su estado de ánimo viene ti ser fe brt!. F~n cuanto á la conferencia, nadie duda del r e~ u l tado uulo de e3t~ las~im08a comedia. Los en· v iauos no son más quc monigo~ eB, á quienes el t c!ég.·,,(o de París, Londres y Berlín dicta los me lI(,rOR gestos. La guerra 110 resultará abora, pero ell. ~g fatal para ur ntro de dos aílos. Inglate. IT:' 11,) pertnitirá la potencia marítima al emana, y Ri el 8uelo alemán fueso rico, los alemanes no barían "Iecornercio por mar y no tendrían necesi· na,1 d ~ :ocornzados para protegerlo. Son la natali Ind g~rm¡llicn y la ct) ntex~ura de un suelo ingrato las que causn .':ill la guerr,!. L os hombres no harán más q ue obedecer á eAtas leyes inmodificables. P arfa, Marzo de 1906. Notas 6eo¡r4ficas RESURRECCI6N D~ BRUJ ES U N A de las más 60recientes ciudades del comercio en un pasado no lejano fue .Bruges, Brujas, situada en el antiguo país de Flandes, un poco al Sur del Mar del Norte y al Occidente del Escalda. Rivales mejor situa · das p~ra hacer e! comercio de nuestros días puesieron en mortal decadencia á Brujas. La más importante de estas rivales es, sin duda, Anvers, situada sobre e! pro· pio río, un poco arriba de su desembocadura en el Mar del Norte. Pero las neces1dades de! comercio moderno y los progresos de la ingeniería, hicieron que se pensara <:n convertir á Bruj as en una Ciudad adecuada para el tra­fico con un puerto seguro y capaz en la desembocadura del 'Escalda. De esta manera se espera volverla á su anti­gua prosperidad. Después de cuatro años de trabajos que son verda­deras maravillas de ingeniería, ha quedado tenrunado el célebre puerto que los ingenieros europeos consideran co­mo la obra más original de nuestra época. Gracias á este puerto. l' rujes ha visto renacer su ex­tinauido comercio y es, desde que la obra qued6 termi · nada, punto de escala en la navegación del Mar del Nar­te y el Escalda. Este río que nace en territorio francés y cruza á Bélgica y Holanda, es navegable por grandes embarcacio­nes en una extensión de 90 leguas. TR<.S cnmADES EN UN A E N el Departameotodel orte, en Francia. exi,ten tres ciudades que constituyen 105 vértices de un imncnlo triingulo: Lila, capital del Departamento y plala fuerte, Roubaix y Tourcoing, ciudades manufactureras. Algunos capitalistas f,onceses se han propue>to ha­cer de las tre uoa sola ciudad, r al efecto han empezado á construIr entre ellas una inmensa a"enida de 50 metros de anchura por la cual .viajará muy pronto el tramía Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 12 eléctrico. Sobre esta avenida, los empresarios han adqui­ndo lotes de terreno para construír quintas muy lujosas y habItaciones cómodas é higiénicas para obreros. Las trc!!l ciudades tienen una población de poco más de cuatrociento! mil habitantes. • PEDRO CARLOS MANRIQUE Se engalana nuestra publicaci6n con el fotogra­bado de quien tan hermosos los ha hecho. MANRIQUE, ha sido un obrero infatigable. D() ­tado de mano ligera, gusto exquisito y ojo expe­rimentado, y habiendo hecho su educaci6n artística en los grundes centros del viejo mundo, n0 !la te· nido, no ha podido tener competidores entre nos­otros en la eapecialiJad á que él se ha dedicado. Presta con ella un gran servicio al País, plles ncli­mata, mediante sus bien dirigidos esfuerzos, lo. prc­cedimientos modernos de ilustraci6n que Lan tÍtil e ~ son en la ensefianza y en la prensa. GUY DE MAUPASSANT LO HORlIIBI.F. LA noche templada se a«rcaba lentamente. Las mujeres quedaron en el salón de la quinta. Los homhres, sentados á caballo .obre las sillas del jardín, fumaban ant. una mesa redonda llena de tao %as y copitas. Los cigarros brillaban como ojo. en la sombra cada vez más den,a. Habían contado un terrible accidente acaecido la "íspera: dos hombres y tres mujeres que se ahogaron en el río frenle á la quinta, á la "ista de los invitados. El gen«al G .. . dijo: -Sí, esta(cosns son conmCJvedorn!J, pero no 80n }¡orribl ... Horrib.k, esa 'Vieja palabra , es más t'xpresiTa que ts, los que nos hemos auto-ba utizado con el nombre de CIvilizado. y que tan t olerantes DOS mostramos en Occidente, unos con otros, en materias religiosas, olvidamos tan c?m · placiente papd cnando se trat~ de pueblos perdido. en la noche de! Oriente, cuyas riquezas, despert.?odo nuestra codicia, nos descomponeu el rostro benevolo y sonriente de occidentales cultos . REVISTA POLlTICA PASADA. la agitaci6n extraordinaria que de Diciembre á Marzo se apoder6 de la sociedad colombiana, muy especialmente en la capital, ha venido una él?oca de calma co~­pleta, casi pudiéramos deCir qne de fastIdIO. Puede deci~se que no ha habido aconteci­mientos políti cos, si se exceptúa la pUblicaci?o de un Mani.fie&to conservador, firmado por velO· tiún ciudadanos y en el cu::.l se habla de apoyar al Gobierno para defender la Constitución de 1886. Parece que este documento ha hallado eco simpático en el partido á que pert~necen sus autores 6. por In menos, en grupos Imp:>r­tantes de ese partido y entre Jefes connotados del mismo, por ejemplo, el Geu~ral D. Marce· liano Vélez. Sean cuales fueren las interpretaciones 4ue al Manifiesto conservador quieran ó pueda c darse lo esencial en él-nos parece á nosotros­son s~s declaraciones en el sentido de guardar la paz y no salirse de los caminos legales en las labores polític~s . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Esto es 10 que le importa al paí9, cansado ya de la agitación y la inseguridad, y bie:1 está que todos 105 elementos políticos le den pren· das de orden y de respeto á la Autoridad y á la Ley. • * * Lo que debe preocupar más seriamente los ánimos, no es la política sino las fina nzab. Un pueblo con fi~n1.as averidas no puede ser un pueblo libre. El actual Gobierno ha hecho grandes es­fuezos para mejorar la situaci6n tenebrosa en medio de la cual acept6 el a cervo de un siglo de errores financieros y políticos. Desgraciadamente nuestras dole ncias cco n~micas son tan profl1nna s, tienen táutas y tan dIversas causa s, que la obra de r.:constrl1cción no podrá dar fruto sino con el a uuar de los años, y mediante esfuerzos con mucha tenaci ­dad y acierto dirigidos . Aunque el arreglo hecho en Londres para el servicio de la Deuda externa ha le vantado un poco el abatido crédito colombiano facil i ­tando la consecuci6n dn capitales ext¡anjerus pua obras como los ferrocarriles de Girardot Cauca, Bucaramanga y Norte, aún se observ; una apremiante necesidad de numerario, cuya f~lta es.t~ a ~fixiando á la industria y el comer· CIO naclOnall!s. Es verdad que las compaffías ferrocarrileras invierten sumas cuantiosas en el desarrollo de sus líneas, pero es necesario tener presente que la mayor parte de esas su­mas no Tienen al país sino en forma de mate­riales comprados necesariamente en el Exte· rior, y <¡ue en ~a práctica á nuestras plazas comer~Iales ~o mgresa sino el dinero r epre­sentatIVo de Jorn a les y vívert:s, yeso con g ran lentitud. Por estas r ~ zon.e s se ha peusddo por muchoe, en la convemenCla de obtener un Emprést ito extranJero, y al estudio del Gobiern o se h an sometido dos propuestas que á agentes suyos han sido hechas en Europa. Pr.opiamen~e, este es el único punto de la cr6mca finanCIera del día, y el que ha dado lu­gar á comentarios. Las dos propuest 3s han sido rechazadas por el Gobierno, por juzgar que hay en ellas con­diciones inaceptables, pero es de esperar que por parte de los prestami st as no sean ellas de­finiti vas. El empréttito, bien empleado, puede ser salvador, y estamos seguros de que el Gobier­no, que trata de obtenerlo en condiciones ven­tajosas, sabrá darle una inversi6n reproductiva que mueva enérgicamente las aletargadas enero gías del País. Sobre este asunto nos hemos ocupado, y se· guiremos ocupándonos, en la edici6n dia ria de este peri6dico. . • • Terminamos esta cr6nica reiterando nuestra confian za en la conservación de la paz y en los esfuerzos que se hacen por mejorar las cond i­ciones econ6micas del país. Enmienda El autor del artículo Santiago 8amper como pen­. ador, que publicimoBlln el número l.' de DOlUNI-O" L1I8, el el Dr. Oarlol Eduardo Coronado, _har muy oonocido y apreciado en el pala, 1 DO "'. Edllardo Ooroltllrlo, 001110 apareci6 al\(. RogamOl alllOliuente penlador y .. tililta •• Ir· TA exculISrno ... te lap."' que ya habrán oorregido 108 numer0808 admirador"l de BU prOA loberbia • ill­confandible. M. MORERA Y GALlOIA. ILUSIoNES Y lIARIPOSAI MARIPOSA, 'tú y yo BomOB peqnetlosj menguado! 80n mis Buellos y tus galllB; tú, qna puede~ volar, no tienes 8ue1108; JO, q '10 puedo Bollar, no tengo .Iftll.. .. .. 'l'ELESFORO FOREIW EL TEGUA. LA RAZON DE SUS EXI'IOS. , CONOCffiN los lectores <.1e e~La Revista al célebre curandero lIa :na,lo El Tegua, cuya fama corre de boca en boc~ y de caballa en cab",ña, entre las gentes senCIllas. El Dr. Telésforo Forero, distinguido mé­dico que ha seguido con inteligente curiosidad los progresos de este iluminado, se.ha servido escribir para las DOMINICALES, el Interesante artículo que va en seguida. _..--...- El 'r eg ll !\ no sabe leer ni escribir. Es hoy el primer médico de Sur AméricJ. Puele juzgár.sele por la n,n to que percibe. Cobm da q.U1 T1ce & veinte mil pesos diarios por consultas y tiene contratos por curaciones hasta por cincu.,ntll mil l'es1tlÍn de medicina encuentl'a públi co. No hay cnrandero que no exhiba grande! cu­racioDes certificadas por personas de valimen to. En lna COS88 ordinarias de la vida y en todo aquello que está ni alcance de la inspección inme­diata de los sentidos, In credulidad DO eDtra eD juego; porque lo que es mentira ó error se rectifica inmedintamente. De segnro que si alguDo afirma que eD el río San Francisco de Bogotá, ;hay caimanes y peces ninguno de los del 1 ugar lo cree. Cuando es difícil para el público la verifica­ción de los hechos aseverados, entonces la creduli. dad queda libre, impera sin niDguDa limitación. La credulidad se ejerce con táDta mayor in­tensidad, cuanto más eD relaoión está el hecho llfirmado con el deseo del iDdividuo que cree. Por esa ra4l6n se cree todo lo que se oye decir eD materia de curacioDes, porque todo mUDdo desea que se curen tod:lS las enfermenades. DiariameDte se oye afirmar los errores más disparatados eD relaci6n con asuDtos de mediciDa por personas que se creeD entendidas debido á que, ignorantes de la ciencia médica, se atienen á las apariencias yal vuelo de su faatasÍll, para formarse teorías y sacar consecuencias que daD como hechos demostrados. Hoy nadie pone en duJa lo que del Tegua su afirma. Sus curaciones son tan proJigiosas y su popularidad ha crecido Muto, que "Igun:ls perso­nas, relaoionando llls COSIIS Jel Teguu con los de­más sucesos políticos y cóslI!i~oi habidos en este alIo, "re~D que ya llegó el AlItacl"Ísto. Las aparienoi~s y las coincideDcias le Jan mu· cha fuerza ó. la credulidad. Se sabe que en todas las eDf"rmsllaJes provo­cadas por microbios, el organismo lucha y ~e de· ti.nd., t:¡1l.dowdo vO.QQedur un la mllloria de loa casos, sin necesidad de medicamento.. Sólo puede dar· medicamentos acertados el médico científico que CODozca el rnmlo de ataque de los microbios y el modo y los medios de la defensa del orga­nismo. Se Rabe que muchas enfermedades tienen una marcha de alternativas de mejoría y do agravación, lo que da lugar á coincidencias que ex:plotan en su favor los curaDderos. Se sabe que muchos cDfermos al cambiar de clima y'aúD con sólo trasladarse de un lugar á otro, mejoran. Los efectos de todas estas circunstanoias los imputa la credulidad al curandero y no á su verda· dera causa. Hay que agregar que el T egua es lo que en el leDguaje vulgar se llama un pícaro. Tiene repartidos sus agentes en la población de Subach oque, los cuales se iDforman con bastan­te disimulo, no con 108 propios enfermos, sino cOu los sirvientes 6 compafieros, de la eDfermedad que los lleva á la consulta. Estos ageDtes le pasan sus informes aDtes de que el enfermo se presente. CuaD' de éste llega no le permite que hable, siDO que le va relataDdo lo que siente y le dice cuál es su en· fermedad. El eDfermo se 'queda maravillado cre­yendo que el Tegua lo adivina todo. U na de mis clientes me refiere que dlls horas desp ués de haber llegado á Subachoque fue .admi. tida á la cODsulta del T egua. lLlevaba la orina de otra eDf~rma, quien la había co misionado para ha· cerle la consulta de su eDfermedad . Como el Tegua le viera la botella en que llevaba la oriDa, se lapidió, la mir6 detenidamente y despué3 le dijo: "Esta on· na no es la suya; es de otra enferma, quien debe sufrir fu ertes dolores de caderas, causados por un gol~e en que cayó de espaldas. " C)mo, esto era la sustancia de la consulta y como no habla hablado con nadie, mi cliente ha quedado firmemeDte CaD· ve.Dcida de que el Tegua cO,ooce y adivina por la arma. Este empeño del Tegua en hacerse paeur por "divino le sirve admirablemente para ejercer sobre el público la sugestión. La sugesti60. en el seDtido más geDeral. con· siste en i m plantar eD el cerebro una idea que do-· miDe las otras. El 'l'egU:a no conoce la palabra sllgesti61<, IOU· cho menos el fen6meno que rep resenta, ni el modo de acci6n que ej erce; pero sí se encuen tra en con· diciones de producirla á ce da momento, mc?ns­cieDtemente y co,o feliz resul tado, 10 que no Slem· pre logra un médico por muy enterado que esté del asunto. El T egua su¡~estío na á sus enfermos imponién. doles la idea de la curación por modos ordl08nos , Extraordinarios y maravillosos. El Teaua cuenta cinc·ueata afios de edad. Es homhre de calta estatura, de color moreno; tiene fisonomía atrevida; el ojo pequefio, vivo, brillante; la mirada escrutadora. Los enfermos en su pres,~nci" sufren una im · presióD proto nda; les parece que algo sobrenatural ronea á este hombre vulgar. S~ sienten tras¡>asados po!" 8U mirada y cogidos en sus más recondltns ,e· c}'etos; creen qlle todo lu t.uivioa y que nada le pueden ocultar. Por nntnraleza l
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Por: | Fecha: 29/01/1906

RepÚblica de Colombia LOS LUNES DEL CORREO SUPLEMENTO LITERARIO A "EL CORREO NACIONAL" Dlreotor·Redaotor, B. PALACIO URIBE ¡SERIE i.' ~ J30GOT t ~NE~O 29 DE 1906 Los cuatro Sargentos de La Rochela, traducción de J . D. .Monsalve.-Flor d e pesadilla por Manuel Ugarte.- Capri· choe de la luna, por Charles Baudclaire.-En unas boda•, por Antonio Gómez Restrepo.-Sensaciones de autom6vli, por Mauricio Maeterlink.-La melo.ncolia de Simón Boli­var, por Pedro Emilio Coll.-?distica, por Alfredo Góm cz Jaime.-Flor negra, poesia Inédita por Jullo Flórez.- Sol de invierno, por A. Fernández Garcia.-De mar á la mon· taña, poeafa por Diego Dublé Urrutia.-Una biografio. de Edgara Poe, por Am@de Barine.-La fortuna y el arte, por Joeé Nogale.-El Cisne, por Enrique lbacn. }:OS o ... ~ SA~GENTOS DE t.A .ftOCHELA (Boriu, Gouoin, Pommier, Ra.ouZa~) 6 una conspira. ción en 1822, por Charles de Negrondes, tradu. cido por J. D. Monsalve. Loa cuatro sargentos de La Rochela son cuatro cadetes condenados á muerte en 1822 por haber conspirado contra el Gobierno del Rey. El espíritu de partido se hizo dueño de la piedad que inspiran lá desgracia y la ju­ventud, para hacer de ella un arma contra la autoridad legítima; se les ha compuesto una leyenda gloriosa, una apoteosis; han venido á ser, en los retratos de fantasía, vfctimaa, héroes, mártires del patriotismo, de la libertad. Estas cuatro cabezas dejó­venea y desgraciados conspiradores fueron recogidas al pie del cadalso para seli arroja . das á la cara. de los soberanos que quisieron destronar. Pero esas leyendas, inspiradas por la pasión, no duran más que un día; lapa­sión no tarda en desaparecer, y con ella la leyenda. Esas apoteosis flamantes no pueden demorar sino unos pocos días la obra de la historia, de la justicia. y de la verdad. Esa obra p~eciosa sobre los sargentos de La Ro­chela está hecha. El fallo de la historia se ha dictado, y si algunos espíritus se apegan aún á la leyenda que cens'ura al Gobierno aquella ejecución como un crimen, ésos no aon más que los ignorantes, Jos crédulos en­gaiiados con evidente malicia. Víctimas, sí, Jos cuatro sargentos lo fueron ; perv sola­mente de los intrigantes que los impulsaron al delito y luégo los abandonaron en su des­gracia; m•rtires nó: no es m4rtir sino el que ae inmola por la justicia y la verdad. El año de 1822 . fue el de las conspiracio­nes ; no se hal1ará otro en el siglo. XIX que baya alcanzado número tan grande. A pe­sar de sus errores y defectos, la realeza le· gítima era entonces el gobierno más favora . ble á la religión, es decir, l\ 1 bien en ~1 más lato y elevado sentido de la palabra. Sin embargo, todos los enemigos del bien se de­clararon 11outra ella destle el primer tlía; Jos antiguos revolueionarios, humillados con .La. vuelta de los reyes, Jos irreligiosos, los diso­lutos, los sediciosos, los turbulentos, estaban encarnizados en su desesperación; se les vio el 20 de Marzo de 1816 celebrar el regreso de Bonaparte, con gritos que á él mismo lo sorprendieron. ''Yo creía, decía, que se ha· bían abierto totlns las cárceles, y me sentía rotleado de banditlos." En tanto que el trono restaurado dejó el GobiMno en manos de sus antiguos adver­sarios corno los LaVI\Iette, los Touché, los Talleyrantl, los Decazes; en tanto que, gra­cias á su influencia, la Uámara, renovada por quintas partes, veía engrandecerse el número ue los Diputados hostiles á ladinas · tfa fueron más raros los complots. Seguras de una victoria próxima, las facciones se n•signaban á la acción legal de la oposición por meuio de los comités y de los periódicos; apenas se vislumbra ha una que otra conspi· ración bonapartista. Pero cuando, después de la elección del regicida Gregoire y del asE'sinato del Duque 1le Berry, el Rey Luis XVIII abrió al fin los ojos y depositó su con• fianza en los amigos fieles del trono, la opo­sición desesperó de llegar pronto á sus fines, recurrió con una especie de furor á los medios violentos, á las conspiraciones, á las sedi­ciones. Al mismo tiempo, la muerte del Em­perador, que no dejaba más que un hijo en­fermizo, hizo fácil la fusión del partido bo· napartista con las otras ramas de la oposi· ción. La destrucción del trono de San Luis vino á ser el único objeto de una acción rigurosa· mente unida; se dejó para el día siguiente de la victoria el cuidado de elegir un nuevo Gobierno, y este acuerdo, hasta entonces incompleto, tlobló las fuerzas del enemigo, que aun más sensiblemente fueron aumen­tadas con el concurso y el concierto de los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Los .Lunes del O orreo revolucionarios españoles é italianos, quie­nes lanzaban sobre la Francia emisarios de sus sociedades secretas y en particular la de los Oarbona1·ios, la más ardiente y la más ra­dical de todas. Entonces el Gobierno se vio envuelto en· tre una t·ed de tramas enemigas. Los gran­des Cuerpos del Estado que debían ser sus sostenedores, comenzaron á volverse contra él ; hubo en las Ventas de los Oarbo­narios y en las logias de los franc masones militares, magistradrs y profesores. Enton­ces fue también cuando aparecieron los com­plots en todas partes. El nacimiento del Duque de Bordeaux, que parecía asegurar para siempre las Iises, aumentó más las im­paciencias y las audacias de partido. Bel­fort, Saumur, Colmar, Brest, Thouars, Saint Malo, Strasbourg tuvieron su complots ci­viles y sus revueltas militares casi simultá­neamente. La lucha era entonces difícil de sostener, y la victoria del Gobierno, ordina­riamente acompañada ue suplicios inuispen. sables, inflamaba y exasperaba el iuror de los enemigos. ll.allábase el trono sobre un volcán cuyos levantamientos no parecían sino erupciones parciales, presagios sinies­tros de una explosión más general y terrible: el Gobierno, hostigado por estos asaltos cuo­tidianos, estaba siempre sobreaviso y se sen­tia compelido por el sentimiento oel peligro á la más inexorable represión. El 21 de Enero de 1822, el 45° ele línea estaba de guarnición en París, -cuando de repente el Marqués de Foustain recibi6 or­den ue conoucir su Regimiento á La Hoclle­la. Sin prueba suficiente de que se prepara· ba una sedición, el Gobierno estaba adverti­do ue que varios cadetes estaban posefdos del espíritu de insubordinación y de que ellos tenían relaciones alarmantes con los civi­les. Habianse notado señales misteriosas de inteligencia, reuniones sospechosas y eva­siones cuya razón era difícil de explicar. Alejando este H.egimiento de la. capital se creía ponerlo en seguridad, ó en todo caso sustraerlo de las influencias perniciosas. Habiendo partido el 22 de Enero, y después de pasar por Orleans, Fours y Poitiers lle­garon e112 de Febrero á su destino. Sin embargo hubo en Orleans riñas y querellas entre muchos soldados de este Regimiento .y los suizos, que estaban acuartelados en el mismo edificio. • Un joven sargento primero llamado Bo­ries, que se había mezclado calurosamente en el desorden, recibió una herida leve en la frente y fue arrestado por el Ooronel. Este arresto fue cambiado en La Rochela por p.ri­sión militar; pero el Coronel supo bien pronto que Boriés se había ganado la guar­dia y que había saliuo ourante algunas ho­ras después de haberse presentado pre:o. Esta circunstancia llamó la atención, y se supo que había habido otras muchas eva. siones de los cadetes después de la hora re­glamentaria, que eran multiplicados los pa­seos y que tenfan reuniones sospechosas. 70 El Coronel creyó de su deber ponerse de acuerdo sobre estos hechos con el General N agle, que era el Comandante de la plaza; juntos informaron al 1\Iinistro, quien dio or­den de que fueran arrestados otros tres ca­detes llamados Goubin, Raoulx y Pommier. Fueron ronuadas sus piezas de habitación y se les encontraron en sus camas puñales, cartuchos y papeles en que constaba su afi­liación en ~ la sociedad de los Oa'rbonarios. Evidentemente, se tramaba un complot. Entonces se inició la instrucción, extendié­ronse varias declaraciones, y bien pronto fue imposible dudarlo. Se tramaba una cons­piración entre muchos suboficiales del 45,0 ; esta conspiración se relacionaba con la que acababa de fracasar en Saumur y de la cual era Jefe el General Berton; no era más que un hilo de la vasta urdiembre de conju­raciones civiles y militares que desde hacfa varios meses se estaban descubriendo por doquiera. Luis Francisco Leclerc Bories nació en 1794 en Villefranch ue Aveyron. Entró en 1816 como conscripto en el 45~ Regimiento de infantería y llegó hasta obtener el grado de sargento 1~ Sus opiniones democráticas eran ardientes, leía los periódicos más exal­tados, y no tenía más amigo~:~, lo mismo en­tre los civiles que entre Jos de su Regimien­to, que á los más apasionados enemigos de la cua ue Borbón. l\Iuy pronto entró en la sociedad secreta de los Carbonarios, y tales pruebas dio de sus sentimientos, que se le nombró diputado á la Venta central, presidi­ua por el abogado llaradere; y aun fue presen­tado á más altos personajes que manejaban las cuerdas ue aquella vasta. conjuración. También tuvo relaciones con el General Berton, Jefe de~ insurrección que debía es tallar en la Vendee. Su falta. fue la ue haber­se ganado á los otros suboficiales, y por me­dio de ellos á los sold~\dos. Raoulx, Goubin y Pommier aceptaron sus propuestas; y Jos cuatro formaron una pequeña Venta militar con el objeto de atraer poco á poco todo el Regimiento y preparar una insurrección, que estallara al mismo tiempo que la de la Ven­dee y otras varias. Cuando el Regimiento hu- - bode abanuonar á Pa.ós, estaban aguardando la señ-al de una sublevación. Bories, provisto de una gran suma d~ dinero, invitó á comer en Orleans á varios injciados; les dijo que babia llegado el momento de mostrarse dig· nos del nombre de Oarbonarios; que el Regi­miento no iría sino hasta La Rochela; que no lejos de Tours comenzaría la empresa, por la cual todos deseaban derramar su sangre; y que él iría á reunirse con los conjurados de Saumur, cuyas puertas le serían inmediata­mente abiertas. Fue al salir de esta conferencia, con la cabeza trastornada por el vino, cuando tuvo lugar la reyerta con los suizos y fue arresta­do por el Coronel ; y fue entonces también cuando pudo salir de la prisión durante al­gunas horas, de que se aprovechó para dar • sus instrucciones á Goubin y confiarle el en- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 71 cargo de reemplazarlo durante sn cautivi tla.d . Una junta de personajes de consid eración tuvo lugar en La Rochela, lugar adon prÚ:im >) FLOR OB PESADILLA J.....,...,... •• _ .. ,,.,.,,,,,uo-•• ·•-••• •·•Ut• ••• •• En la alucinaciÓfí(lel crepúsculo, la terra· za del café parecía un jardín de fuego tendí ­do ante el bulevar azul que hufa en la bru. ma salpicado por inverosímiles siluetas de transeú)ltes. Como brotaban á lo largo de lA. acer.\ los primeros focos de luz blanca, yo me incliné al oído de Gaby y lfl silbé en un vértigo: -Esta noche te tengo que matar. El agua azul de sus ojos ondeó más que solía bajo el huracán de nuestras tempesta­des. Dos lágrimas pequeñas cayeron sobre el mármol. . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Los Lunes del Oorreo -¡Por qué me quieres matar 7 suspiró la música lejana ele sus sílabas. -Yo no soy quien te mata; es tu pasado. Los ojos de mi amiga se llenaron de san­gre, como si surgiera tras ellos un crepúscu. lo de muert(l. -Mi pasado es anterior á nuestro en­cuentro, murmuró con pesadumbre· si pu­dieras ver mi alma, sabrías que s61~ te he querido á ti ..... Los violines de la orquesta lloraban sus angustias hondas envolviendo el café en una atmósfera de ensueño .... . Reviví viejas visiones .... . -La ciudad está sembrada de tus caídas insistí reconcentrado en mi locura· ¡ten e~ moa que morir! ' . Y aunque en los ojos de Gaby habfa un CJelo, la arranqué del café y nos alejámos . . . . ¡Qué habría de inquietante en la ca. llejuela estrecha, obstruida de sombra Y ¡Fue­ron las ventanas cerradas y las puertas os­curas las que empujaron mi brazo! .... No lo sé ..... ~o único que recuerdo es que Gaby me mJrÓ etra vez ron los ojos encen­didos por las estrellas de su llanto ..... -¡Si pudieras ver mi alma! murmuró de nuevo. Pero yo Ja tapé la boca y acaricié el pe­queño puñal de hoja afilada. -Sólo renunciando á la vida me puedes probar tu amor, desafinó la demencia .... Los ojos de Gaby so llenaron de luz como si todos Jos mundos se agruparan e~ uno solo. Sus brazos me ciñeron el cuello ..... Y en una indecible inmolación de mujer se resignó á la sombra. ·-Mátame ..... • • • Un grito, un relámpago de acero y la adora~a c!"yó dormida. sobre las piedr~s .... Almchnarme para besar por última vez sus rizos de oro, algo más frágil me rozó Je­Tem~ nte •.... El l'lma inmaculada de Gaby $urg1ó en un chorro de la herida roja ..... Y de ese lirio ideal que puso en fug~ mis aospechas, brotó..,¡a voz tranquila llena de perdón y de ternura . . ... -Es justo que yo muera ¡pero vive tú! Entonces comprendí la inmensidad de aquel amor y caí de rodillas, sacudido por los sollozos. 1\I~s _lágrimas rodtt.ron en gotas gruesa~ y preCJpitadas sobre la herida que fue palideciendo como si la savia de mi do- • lor neutr_alizara I_a _ m~~erte..... Sospeché que en mi llanto Iban Jirones de mi vida y que esa vida entraba en Ga.by para resu'ci­tarla. Una loca esperanza. me sacudió. La calle se:ha.b!a. transformado en un jar­dín ; los muros gnses habían desaparecido y la góndola de luz de la luna se alejaba en la noche dejando un gran surco de estrellas .... ¡Qué ocurría en torno t Gaby empezó á renacer •.... -¡ Has visto cómo era blanca mi alma t preguntó su voz frágil de dolorosa sen ti. mental. Y yo, oprimido, murmurá : ¡ me perdo­nas t Los labios se unieron otra vez. Sin embargo, un dolor amargaba la glo­ria de mi amada en el alma naciente. -Te has matado á medias, pu~sto que me has dado la mitad de tu vida •.... Tuve que desvanecer sus escrúpulos : si somos inseparables, ¡ no basta para los dos con una sola! Y en el paisaje impreciso é indefinible que se esfumaba en perspectivas de ensue­ño, nos besámos largamente sin inquirir dónde estábamos, puesto que estábamos juntos. MANUEL UGABTE La luna, que es el capricho mismo, mÍI'Ó por la ventana mientras dot·mías en tu oama, y se dijo: -Esta niña me agrada. Y bajó despacito !u escalera de nobes y pasó sin hacer ruido al través de los vidrios. Luégo se extendió sobre ti con la suave ter· nm·a de una madre y depositó sus colores en tu faz. Las niñas de tus ojos quedaron \'ardes y tus mejillas pálidas. Contemplan­do elita visitante fue como tos ojos se agran· daron de un modo tan ext1'8ño, y te oprimió tan tiernamente la garganta, que te quedó para siempre la gana de llorar. Mientras tanto, en la expansión de su gozo, la luna llenaba todo el aposento como una atmósfera fosfórica, como un pez lumi­noso; y toda esta luz ¡,ensaba y decía: -Sufrirás eteroamen-t~ la influencia de rui beso. Serás bella á mi modo. Amarás lo que yo amo y lo que me ama: el agua, las nnbes, el silencio y la noche; ~1 mar inmen­so y verde; el agua infot·me y multiforme; el lugar en que no estés; el amante Á qnien uo conozcas; las flores monstruosas; los per­fumes que hacen delirar; Jos gatos que se pasman bajo 1 pianos y gimen, como las mujeres, con voz 1;onoa y dulce. -Y serás amada por mis amantes, oot·te­jada por mis cortesanos. Serás la reina de los ojos verdes, cuya garganta yo estl'eohé en mis caricias nocturnas, de los que gusten del mar, del m~n· inmenso, tumultuoso y vor. de, del agua informe y multiforme, del lu­gar en que no estén, de la mujer á quien no conozcan·, de las flores siniestras, pareci­das á los incensarios de una I'eligión desco­nocida, de los perfumes que turban la vo­luntad y de los animales salvajes y volup­tuosos que son los emblemas de su locura. Y por eso, maldita querida niña mimada, estoy ahora tendido á tus pies, buscando en toda tu persona el reflejo de la temible di­vinidad, de la fatídica madrina, de la nodri­za envenenado1·a de todos,los lunáticos. CHARLES BA.UD'ILAIBE Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 78 EN YNAS BoDAS Ouando la na ve rápida se aleja Seres queridos poi' el mar llevando, Los va el adi6s lloroso acompañando \ De amantes prendas que en la playa deja . Así también cuando gentil pareja, " • De la ilusi6n las velas desplegando Al reclamo de amor parte cantando, Algo, en la sombra del hogar, se queja. ¡Do va la barca ico en el abismo y el mágico aparato la precede; los árbole~ que ~e tánt~s años la flanquean plácidamen. te, parecen JUntarse, agrupar 2us verdes ca. bezas y conjurarse ante el fenómeno que surge para cerrarle el paso; pero como ven que no se detiene, se retiran, se alejan se contorsionaD, vuelven á encorvarse s~bre mi1 y con voz sumisa. y arcana, sus miles de hoJaS murmuran á mi oido los cánticos volu. bies del espacio, que admira y exalta á su viejo enemigo finalmente vencedor: la velo­cidad. En los trenes el espacio l:levorado pasa ante nuestros ojos, pero pasa lejos de nos. otros ; no lo tocamos, no lo podemos gozar. pero aquf, en este carrito de fuego, dócil Ji~ gero, milagrosamente infatigable, entre 'las ala~ replegadas de este p'jaro de llama, que Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Los .Lunes del Correo vuela desflorando la tierra para admirar sus flores, que acaricia los campos de grano, que aspira los arroyos, que conoce la sombra de los árboles y entra en las aldeas, aquí el es­pacio se hace verdaderamente hermoso, se hace proporcionado á nuestros ojos, á los de­seos de nuestra alma, insaciable y meticu­losa. Ahora no se espera ya la llegada que rea­bre los ojos é invita á la aleg!ía del mirar; todo el camino es una llegada continuada, y los goces que pregustan, al alcanzar la meta se multiplican, porque todo toma la adorable forma de la meta. &!AURIOIO MAETERLINK --~!o!~- ~¡ MELA:r-{COLÍA DE plM6N J3üLÍVAR ~ '-"' ~"'-""-~--....----.--.....---~ El treinta y uno de Diciembre, á las doce de la noche, cuando la campana canta con su lengua de bronce la epifanía ~1 Año Nuevo, en la Plaza Bolívar todos se abra­zan, y Jos ojos de la estatua se iluminan con una maravillosa ilusión; cuando la campa­na, cual una gran flor sonora, deja caer sus doce pétalos sobre la multitud, el Liberta­dor ve á sus pies el pueblo que soñ6: unido al fin en un abrazo generoso y fuerte, y _ siente entonces renacer la esperanza que perdió en los tristes oías de San Pedro Ale· jandrino, cuando sus manos de agonizante reposaban en el lecho con infinita pesadum­bre, cuanuo lofli8ollozos del mar eran un eco de su propio corazón. . El resto del año, Simón 13olivar en su corcel olímpico, sufre una incomparable me­lancolía.. El ha oído las palabras de los fal­sos patriotas, de los falsos héroeos, de los falsos apóstoles, y su espada no puuo herir· los en el pecho ; él conoce al espía, al trai­dor, al que compra la hija del pobre y bebe en copa de oro las lágrimas que el misera· ble vierte en su desolación, y no pudo gol­pear sus frentes con los cascos de su caba­llo ; él ha visto marchitarse las coronas que pusieron en el granito del pedestal y disi­parse los más bellos entusiasmos; él escu· cha el grito que implora misericordia, y no puede llevar el pan y el agua á los que tie­nen hambre y sed de justicia. Pero el bron­ce siente la santa cólera y · la suprema pie­dad: ¡oh tranquilos parroquianos de la Plaza Bolívar que por una moneda de níquel com­práis el derecho de vivir sentados bajo el parpadeo de las lámparas eléctricas, bajo los cielos color de violeta y Jos árboles que deshojan sus :flores de sangre I Las noches de retreta el alma lírica de Simón Bolívar se llena con la divina em­briaguez de la música, y recuerda las tar­des dofadas de Lima, y el rumor de los bosques, y los crepúsculos de las p'mpas, y la nieve de las cor Jilleras, y las verdes pal­mas de la victoria, y los besos de Manuelita Sanz, y sus juegos infantiles, y su casa pa· terna, ahora destruida por los mercaderes. 74 Gusta que los nifios jueguen á su rededor, y ae divierte con las bombas de papel, las guirnaldas de fanales y los lirioa de fuego que se abren en el terciopelo del espacio. Un tiempo fue menos desdichado porque dos golondrinas hicieron un nido en su tri­cornio .... En el silencio profundo de la media no­che, cuando la ciudad duerme y sólo algún perro cruza fugitivo por la plaza ó algún mendigo reposa en un escaño del pedestal, un sueño loco se apodera de su espíritu : sueña que su caballo se convierte en Pegaso, que su capa bate el éter como un ala, y que en vuelo vertiginoso va á arra-ncarse de la tierra y á perderse más allá de las estrellas, dejando un reguero de chispas en el camino de los astros. PEDRO EMILIO COLL Jv'iÍSTXCA Envidio á esos monjes de oscuras edades, aquellOB fantasmas de melancolía, que huyendo á la vida y á sus veleidades amaban las grutas y las sole~ades, el- húmeño claustro, la celda sombría. Aquellos tocados de fe prodigiosa que hallaron deleites en rudo suplioio, y, como se ciñe de espinas la rosa cual de un armadura, su carne gloriosa, ciñeron las puntas de agudo cilicio. Aquellos espectros de faz amarilla, de voz cavernosa, de barbas de invierno; filósofos graves con alma sencilla que s6lo buscaban del bien h semilla y amaban la gloria temiendo el iufiet·no. Aquellos que amantes oraban de hinojos ante el Cristo, pálida flor del mutil'io ; aquellos de fieras sangrientos despojos, aquellos donceles de tímidos ojos aquellas doncellas de manos de lirio 1 Felices los tristes, felices los graves, que amaron al Cristo, que amaron al cielo; viajeros que á puerto llevaron sus na ves; su vida fue el paso de místicas aves que á climas dichosos sesgaron el vuelo ! Oh! pobres de aquellos, que atrás, en la (senda, perdieron el rumbo, perdieron la guía. ¡ Qué iner"mes estamos en ruda contienda l De internas bonasoas en noche tremenda es luz que se apaga la filosofía l ¡ Oh ancianos, oh niñas de castos fervo1·es, felioea vosotros, feliz vnestra suerte; los dulces, los tristes, ya sois vencedores ; y en tanto, en la cárcel de eternos dolores el vasto rebaño le teme á la muerte t ALJ'B.DO GOMEZ JAIME 1906 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 7fj . Los Lunes del Correo FLOR NEGRI! (INÉDITO) ¡No dudes más de mí! Yo sé que lloras "Y: que la duda agranda tu tristeza: Tiene esa duda garras destructoras Que arrasan el jardín de tu belleza ! No dudes más de mL ... Glaucas auroras Tus ojazos, rocían la maleza ' De ortigas y de zarzas punzadoras Que en mí se m br6 la suerte. Mi cabeza ' Sueña con los miríficos asombros De una dicha inmortal, siempre que toca La tersa y tibia curva de tus h~mbros! Yo no amo más que á ti ! .... ~lor es tu boca,' Que habré de trasplantar á mis escombros .. _. Porque es la única flor que me provoca ! JULIO FLOREZ ... -.. ................................................................ ...................... ~ ...................... .. ..................................... .......... ........... ................. .... .. .................. .......... ........... ............. ..... ............. . , .. ,.,_ ¡Qué oro tan pálido, qué oro tan lívido, qué oro tan exangüe, el oro de este sol de invierno! Oaracas amaneció vestida, como una hada, de vaporosas lllUselinas. Desde las agujas de las torres caía la neblina sobre Ja ciudad, en claros, vaporosos pliegues. Y por sobre ár· boles y casas, de cada rama, de r.ada alero, parecía estar prendida por millones de ma­ravillosos alfileres. Rompiendo los claros velos sutiles una campana que llamaba á misa, tiritaba de frío; la llamn de un farol de gas, parpadeante como una pupila, se helaba; y en un tímido l'Byo do sol que se aventuró por el..aire, mhó la palidez y la meluncolía de un convaleciente. ¿Por qué está el sol tan pálidof ¿Pot· qué está el sol tan triste? ¿Se habrá cansado de alumbrar tántas miserias? ¿Acaso nó' existe ya el amor? ¿Por qué sufre de hipocondría? ¿Por qué padece de murrias? ~am.inando á la ventura en el pálido día de mvterno, entl'o á un bazar de cosas vie­jas: muebles, joyas, armas, toda suerte de oachivaohes en heteróclita confusión. En estos viejos bazares de Oaracas, en es­tos bazares de cosas viejaf!, está la vida de la ciudad y casi la historia de Venezuela. En un rincón miro un arcabuz. Es un vie­jo arcabuz, mordido por la herrumbre, de­vorado por el orín, lleno de cicatrices ...... ¿A quién perteneció este arcabuz? me p1·egunto. ¿Qué español lo trajo á Améri­ca en tiempos de conquista? ¿De su boca infame y negra salió la bala que pntió el corazón de nuestro abuelo el Cacique? En un armario veo un libt·o, forrado en pergamin.o amarillo, de ouya pasta no se ha borra~o todavfa la huella de los dedos qne lo hoJearon. Es nn libro místico y es el li­bro de una monja. En la primera página hay una~ iniciales, y luégo .una inscripción en tU'Cinoas letras que diCe: Convento de Cat'melitas descalza3. ¿Fue acaso un recuer­do? ¿A qué monja perteneció? ¿Cuántas noches de insomnio, pobladas de tentacio­nes, no mató aquella lectnra? Medula mística es tu nombre, viejo libro conventual! ¿Eran bellas, eran grandes eran ojerosas, eran profundas las pupilas d~ la monja, hoy convertidas en polvo, que te leyeron, ¡oh viejo libro místico? Y más lejos, aquí y allá, espadas, retra­tos, zarcillos, aldabas, cerraduras y llaves · llaves enormes, llaves gigantescas, llave~ monstruosas, llaves fantásticas, llaves fabu­losas, de todos los tiempos, de todas las épo­cas, llaves bistól'icas, llaves crueles, llaves místicas, llaves de iglesia, llaves de calabo. zos, llaves de casas solariegas, pesadas, ma­cisas, formidables ...... El día de invierno penetraba tímidamen· te a.l bazar y ponía su beso triste en todas las cosas. Al beso de la 1 uz adquiere el ba­zar no sé . qué vida intensa y profunda. Todo tiene allí sn historia. Todo tiene allí 1 su dolor. Aquello tiene aspecto de hospital. Y es un hospital, un hospital de cosas vie­jas. Aquel piano de teclas ahumadas debe estar asmático . .. Al tocarlo, al oprimir so viejo mecanismo, debe toser con una toa cas­cada y afónica. Aquel violín, enjuto y ra­quftico, debe padecer de t·euma, sin dudR. Pero por sobre todos los instrumentos, los que más tristezas evocaron en mí fue¡·on aquellas guitanas, aquellas viejas guitarras españolas, manchadas de vino, estropeadas por el uso, con la huella de mil dedos infa­mes. ¡Cuántas cosas me hicieron pensar aqoe-' llas pobres guitarras enfel'mas, oolooadas tn ringlas, huérfanas de cuerdas, llenas de te­larañas y polvo! Al verlas en tan lamentable estado pensé Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Los Lunes del Correo en los vet·sos de Darío, en aquellos versoé q!l~ la describen de manera tan bella y tan hr1oa: Urna amo:JOsa de voz femcmina C&ja de música de duelo y placer, Tiene el acento de una alma divina, Talle y caderas como una mujer. Aquel talle, aquellas caderas, estaban aja. dos; aquella voz femenina se había apagado t So música, sn voz, su alma, que era un can­to de cigarras dormido en los bordones, ha­bía muerto, había volado, se había desva­necido! No quedaba allí sino un cadáver, un armatoste frío é inerte, un ruin esque­leto de madera. Y aquellas guitarras hijas del sol, herma· nas de los claveles, de la sangre de los to­ros, del vino, de los puñales y del amor, me hicieron ver el día cada vez más pá'iido, cada vez más triste como si la tierra fuera un inmenso hospital y el sol una triste vela amarillenta ..... . A. FERNÁNDEZ GARCIA ~ N O V 1 A El amor es golondrina que -á aquietarse no se allana ni en collado ni en colina ; hoy anida en tu ventana y mañana en mi alero se avecina. La amistad es yedr.a eterna que en verano adhiere á un muro y en el mismo muro invierna, y que al cabo sj su tumba halla el muro, de seguro con el muro se derrumba. A la amistad nada arredra . .. . así1 pues, flor peregrina, no te olvides. de esa yedra cuando seas golondrina! DIEGO DUBLÉ URRUTIA ••••• P. .~.~ .... ~~~.~.~.~:..~~ .. ~~ .... P..~~~~~ .. f..~~. (Traducido para Los LuNEs) M. Emile La u vriere consagra á Edgard Poif, su vida y su obra, un hermoso libro tan fecundo en observaciones originales como rico en razonamientos. La vida de este ilus­tre desgraciado ha sido estudiada desde el punto de vista patológico, el único que permite ser justo con él ; es difícil indicar cou mayor'J)recisión la repercusión del estado 78 morboso del hombre sobre la obra del poeta. He ahí un feliz ejemplo de lo que puede dar la alianza de la ciencia con la crítica litera­ria, por la explicación de ciertos genios oon­fusos, visiblemente manifiestos á la locura. Edgard Poe ha sido un{) de estos des­afortunados, y no hay otro cuya memoria haya permitido tánta intromisión de la cien­cia en el dominio de la psicología. Antes que ella se hubiesé mezclado, los admiradores de Poe le hacían tanto perjuicio como sus enemigos : los unos y los otros es­taban de acuerdo en ver en él una especie de genio del mal. Se le admiraba por su sa­tanismo cuando era un Baudelaire y se cu­bría la cara ante él cuando era un Reveren­do americano ó la Revista de Edimburgo. Los progresos de la patología han pres­tado á Poe el inapreciable servicio de hacer­lo descender de su pedestal de perversidad. El " perverso de cuenta" de la Revista de Edimburgo en 1858, no es para nuestra ge­neración más que un enfermo, un pobre en­fermo que no tiene nada de bello pero tam­poco nada de criminal, porque ha detestado su abyección y ha luchado á brazo partido por separarse de ella. Su desgracia fue la de nacer de una ma.· dre tísica y de un padre alcohólico y tísico también, nacido, á su vez, de una raza be­bedora en que la degeneración estaba ya avanzada. Edgard Poe fue un niño anormal en sus acciones, con una herencia terrible que hubiera sido necesario combatir con la higiene y la educación. Tenía una hermana con tres cuartas partes de idiota y un her­mano pernicioso. Hace un siglo no se cono­cían ni el daño ni sus efectos. Huérfano an. tes de haber cumplido tres años, Poe fue recogido por una familia absurda que hizo precisamente todo lo que se necesitaba para acabar la destrucci6n de su sistema nervioso y de su buen sentido y que se indignó por haber sembrado vientos y recogido tempes· tades. A los diez y ocho años se enganchó en el Ejército americano en donde su con­ducta fue "irreprochable,'' según su hoja de servicios que aún existe. "No tiene malos hábitos, añadía su Jefe, no bebe y es digno de toda confianza." A los veinte años se re­cibió en una escuela militar. Su mala estre· lla parecía conjurada. .En trabajos recientes sobre el alcoholis­mo se ve que no todos los alcohólicos son ebrios. Existen diferentes maneras de em­briagarse, bien caracterizadas y descritas ya para que sea posible confundirlas. Habiendo tenido que ocuparme de Edgard Poe, hace algunos años, llegué á la misma conclusión de M. Lauvriere. Atenuamos, aunque por distintas vías, la responsabilidad de Poe en el exceso de dilirium tremens que terminó con aquella gloriosa vida miserable. Veamos c6mo vivía Poe. Se lee en una de sus cartas escrita á los treinta años: "Yo no encuentro ningún placer en_ estos estimu­lantes de los cuales he pretendido separarme muchas vece e. N o ha sido por amor al plaeer Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 77 por Jo que he expuesto mi vida, mi reputa­ción .... y mi razón." Con efecto, jamás había bebido por pla­cer ni aun al principio. ''No fue el gusto del brevaje lo que lo atrajo-explicaba uno de sus amigos de la U Diversidad ;-apuraba un vaso lleno y lo vaciaba sin gustarlo." No era tampoco Ja excitación que podía producirle el alcohol, porque después de...be­bel' caía cQmo somnolente. En su vaso no encontraba sino Ja supresión de una apre· miante y dolorosa necesidad que se presen­taba de manera irregular con algunos meses de intermedio. Poe se imaginaba entonces estar curado y regocijábase. Hacía que en ello tomasen parte sus amigos y daba gracias á los dioses. Cierta vez le sobrevino una de­presión física y moral, que apenas conocía, y su júbilo, oscurecido con su salud, le dio un nuevo aspecto que le dejaba más enfermo y más avanzado en el camino de la locura. Estas extravagancias toman en medicina el nombre de dipsomanía. " Los ebrios, dice el Dr. Trelat, son gentes que se embriagan cuando encuentran la ocasión de beber. Los dipsomaníacos son enfermos que se embria­gan siempre que les sorprende el acceso." Y el Dr. Magnan : " Todos los autores dis­tinguen hoy el alcoholismo de la dipsomanía que es una forma particular de la monomanía instintiva, cuyo primer origen reside en la herencia." Según los mismos sabios, el acceso hace del dipsomaníaco una especie de enajenado. El Dr. Trelat hace notar el caso de una mu­jer á quien esta enfermedad lo había costado su fortuna y su situación : " N o se podía oír sin compasión el relato
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Los Lunes del Correo - N. 7

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Margarita

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Alma Joven: órgano de la academia Menéndez Pelayo

Por: Manuel De Sandoval | Fecha: 1906

A finales del siglo XIX y principios del XX las funciones de las revistas culturales se encaminaron en la divulgación de obras literarias de autores locales y extranjeros, publicación de poemas, cuentos y novelas. En general, su objetivo era acercar al público, a las producciones culturales que circulaban en el momento. Las revistas entonces se convirtieron en medios y nichos para la creación de nuevas vanguardias literarias que se popularizaban, sobre todo, en el público joven universitario. Durante transición de siglo, la mujer estuvo relegada de la participación política, tanto en temas de sufragio como en de opinión pública, por esta razón muchas de las revistas literarias estaban dirigidas al público femenino, considerado con: “tiempo y espíritu” para las cuestiones culturales. En las páginas de la revista “Alma Joven: órgano de la Academia Menéndez Pelayo” fundada el 24 de junio de 1917 por los miembros de la academia literaria bogotana, bajo el epígrafe "Pro Patria et Verbo" (Y la palabra por el país), se invitaba abiertamente a las mujeres colombianas a “ser parte del desenvolvimiento de las ideas modernas", por medio de la publicación de sus trabajos literarios.
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Alma Joven: órgano de la academia Menéndez Pelayo

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Vida Intelectual - Año II N. 23

Por: | Fecha: 15/07/1905

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Ailo 11 S:lnl:l Fe, Julio 15 de tOOS Núm. z! <\) ida Intelectual ~ J REVISTA QUINCENAL ~ DE LITERATURA, DERECHO Y CIENCIAS SUMAR I O DECADENCIA MORAL-Domingo G. Silva ......... . c-.RA BLANCA-José Zahonero ...•................. LA HIJA DE ESPANA (poesía)- AibOI'( O Risco . . ... . EN LA TABERNA lpoesia)-Lols V. M ohando .... .. ALUIZIO AZEVEOO Y PtREZ OALOÓS - G. A. M ar- UnC.t zu, iría ................................ . HACIA LA CUMBRE (pocsia)-JUU\l Aymerlc h .... . LA ODISEA DE UN QUINTO- IIe rnúndoz VillaOSéUSll. PRESAOIOS (poesía)-A. M lguén s Pnrrado ...•. .• EL CAUDILLAJE AROENTINO- J OSÓ M. !llonzón •.•.. FLORES Y NIDOS (poesia)- F. A COl> la y Ltll'll. .. .. VISIÓN PAMPEANA (pOObÍU)-JosÓ M. Queved o ... . UNA CARTA JuliO Vt•rn c ............. .. ......... .. lES CESIBLE LA ACCIÓN REIVINDICATORIAI-ZullÓO :.t:utlrtl'/. ...................................... . VOCES IJIIJl'SÍ:II-CUsiUIIO :\IOOC~al ............... . LA UNICA AMIQA LEAL (poos ía)- J. S. LÓpOz dO Gvlll!ll'll ....................................... . • • • (pvt"•ÍIIl Antonio NQricga V u roJa ........ . LA LENOUA DE CERVANTES-AntoniO d O Val buena EL POEMA DE MI TIERRA(POOSÍU)-l'cdr o N. B orr o ttn LA SOBERBIA DEL CÓNDOR (pOOSÍil)-Luls !lhll'tilll':t. ~l:trc·v;, ....................................... ·· CORO NEL JOS~ M. AOUIRRE- H:tUIÓII J 1...1.,'Íll)-C"arlo., 0 \"ÓIIJI: ... EL MINISTER IO FISC,t.L Julio A . llU.,:tlliCh€' .••••. PROVINCIAS HERMANAS (f10CSÍ3)··0lllldl ll o VÚ:t.IIUCZ l.mhwiin . . .. . .. ........ .. Pág. 1 S li zo 30 39 ~o ~ il s.; g¡; 87 89 113 JIS ll:i II G m 139 ll:l 151 IGI 1G8 170 l i l 11 i li!l JH8 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAL EL ANGEL DE LA RESIGNACIÓN-Eduardo 11 . Du ffau LOS VOLCANES- V. López Bormú<.lezoo. oo. oo 00 oo .. CREER EN SI MISMO- José G. Paz .. oo .. oo oo oo oo 00 • EL CANALIZO DE GEL VES-AntoniO Cursachoo oo oo DE LIRIOS Y NENÚFARESSpoesía)-Ramón Bergman SECRETO MÉDICO- José l. Pi cazo ... .... . .. .. • •.•.. INGENUIOAOES-AlcidCS Arguedas ............... . MARIANO MORENO-Nicanor llloHnas (hijo) ••... . · ZAPIOLA-5. Ecllegaray ................... ....... . YO PECADOR-Carlos Maria Ocanto:¡ ............ . NUESTRO ANIVERSARIO· ........................... . SANTA FE Imp. LA VELOCtoAo-Umberto 19. y·s. Luis 1e o es Acaba de aparecer 199 202 205 209 213 215 228 230 213 248 249 Rimas be Amor P oR G. A. M ARTfNEZ ZuviRfA 2.a EDICIÓN AUMENTADA EJEMPLARES DE LUJO En papel d el J npón, encuadenwción piel de Hus ia, cantos dorados, agotada. En papel Yelin, ene. AmateUJ', S 3.00 En papel de hilo » , Edición común, rúst.ica, .. )) 2.00 1.00 Se remite fl'an co de por te al que envíe su importe en bonos postales al Sec•·eta•·io de VIDA INTELECTUAL, y á todos los suscritores d<> la rovista que pag.uen un semestre adelnntndo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Año 11 Santa Fe. Julio t s ele t 90S Núm. 23 VIDA INTELECTUAL LITERATURA- DERECHO - CIENCIAS Olrect o,.e a: DR. RAMÚ:'< J . LASSAG A DR. Ju1.10 A. BUSANICHE RAMÓN J. DoJ.DAN Secr•tarJo: Adml nlttrodor: G. A. MARTÍ :' • corazón que lo noble sólo e nct e rra, enamorada música del nido, Dios e n la eternidad! m ad r e en la tierra! ¡Ay! del huérfano errante, en su locura, cuando e l pesa r s u corazón taladre busca r á en vano con filial ternura los e ntreabi e r tos brazos de su madre! Y ante la realidad desoladora - e ntristecid a e l a lma hasta la muerte,­fuera de sf, ma ld eci rá la hora que vino al mundo con tan n egra s uerte!... Cuando in vade al espíritu agi tado una amar g·a y g lac ial m e lancolía, y e l corazón en fe rmo y a ngustiado apaga e n nu es tros labios la alegría! Buscamos las felices e m ociones, y al hallar solamente s u s des pojos , se ntimos que se Yan las ilus ion es y se ll e n a n d e lágrimas los ojos! V e n m e dio á ese destierro tan profundo, no pudiendo s ufrir ta nto d es ,·elo, levantamos los ojos d e est e mundo pidie ndo una palabra d e cons u e lo. En ese instante, e n que al do lor se entrega la voluntad y e l co razó n estalla, ¿qui é n es e l ángel q u e á an imarnos lle o-a •· desafiando e l furor de l a bata lla? l:> Es nu estr a madr e. Una muj e r s incera que po r s u hijo h no:; ta •m v ida inm o la ... Y o la perdí! ... y mi ex istenc ia di e ra . ' r o r mtrarla una ve.%, una \'e% sola! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INT'ELIWTUAL I V L as lágrimas moj a ron las m ejillas, miré á Egmundo, y 'lo v i que solloz aba,­l a luz a bría s u broc he, y e n puntillas la rubia auro r a e n l a t a be rna e ntra ba. Es~e nio, dij o e nto n ces: «S i los bue n os d e b e n s ufrir, c u a l bestias, r esigna d os, y o prefiero se r mal o , porqu e a l m e n os tendré la libe rtad d e los m a lvados ! Y presinti e ndo una desdic ha e te rna, co nte mpló á s u adve r sario d e hito e n hito, y a b a ndo n a nd o Juego la ta be rna se a lej ó r e pitie ndo «estoy m a ldito !» Llevaba la m e le na a lb o rota d a, y e n s u a ltiva actitud, so le mne y ruda, parecía aquella alma desolada e l espectro dolie nte d e la du da! E ra inme n so s u grave d escon s u el o, é invadió nuest r as a lmas ele t a l s ue rte, qu e sentimos s u gélido desve lo c on e l tris t e sil e nc i o d e la mue rte . H ast a que v in o a l fin á d ecid irnos e l sono ro tin-tá n d e un a ca m pan a, y juzgam os prude nte de s pedirnos con la fra nca es pres ió n: ¡ha s ta maí'ía né\1... A fu e ra. P o r la s call es, e n legio nes, multitudes de h o mbres y muje r es, o s t e n tando s us rús ticos b la s o n e s d es fil a b a n ca n tando á lo s ta ll e r es. Mi e ntras e l ast ro-re y, des p a rra ma ndo sobre el mundo s u lumbre tan qu e rida , ihn tra nquil a m e nt e de s perta ndo <:\ los p o bres me nd igos de la \·ida. 29 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ' 30 VIDA I NTELECTUAL Las brisas al pasar l os arru ll aban con plegarias de amor y de consuel o, y las o-randes usin as salpicaban la magestuosa claridad del cielo. Lms VENTURA MoHANDo. En Buenos Aires, lOO& . ALUIZIO AZEVEDO Y PtREZ GAiDóS l CASUAL IDAD Ó PLAGIO r Acabo de leer Doita Perfecta de Pér ez Galdós ¡Rara coincidencia! Hace dos días l eí la última página de El lllulato de Aluir.io Azevedo, en la Diblioteca de La Nación. Y digo rara coincidencia, porque á n o haber sido casi simultán eas ambas lecturas, creo que n o habría observado la semejanza sorpren dente de las dos novelas, la exacta cot't'espondencia d e los tipos que en ella figuran. Voy á d emostrarlo, sin entrar ni por un mo­mento en las peligro::.ns honduras de la originalidad artística; qui::.iera alejar h n<, ta la más •·cmota idea del vlagio, que ::.iempro deja ver tímidamente l a punta de una oreja en lu s lontananzas imaginativas d ol l ecto r malicioso. Hago constar únicamente que Dona Pe,.fecta es del allo 76 y El ~,lfulato del 80. Y con todo, á no conocer estas fechas, s i se ofre ­ciera la duda, habría ascgurndo que Pérez Galdós, lomó de Azevedo los Ct\I'ACtercs y hasta el argu- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA IN1.'ELECTUAL 31 menlo de su novela, tan vigorosos y sueltos se pre­sentan en El Mulato los mismísimos personajes que se asoman descoloridos y algo enredados en Dof!a Pe1'{ecta. En la novela de Galdós, cedámosle la primacía por su mnyor ednd, las principales figuras son las de Pepe Rey, Ro sarito, el Canónigo Don Inooencio y Dofta Perfecta. En la novela de Azevedo son las de Ra.imundo, Ana Rosa, el Canónigo Diego y .... en r ealidad hay otras. pero estas tres bastnu. Pepe Rey es un ex celen te joven, que frisa en los treinta y cuatro nftos; de complexión fuerte, arrogante, todo un buen mozo. Lo que más se ad­mirli en su rostro son sus ojos, que parecen negros sin serlo. Sobrio de palabras, no admite retrué­canos en el pensamiento. No conoce la dulce to­let ·ancia del condescendían te siglo que ha in ven­tado singulares velos de lenguaje y de hechos para cubrir lo que á los vulgares ojos pudiera ser de­sagradable. Este es en extracto la pintura que de Pepe Rey hace su creador. Lo que sigue no lo dice, pero se desprende. Educado en el más revolucionario de los siglos, en todas sus obset'Vtl.Cioncs se adivina un a t·dien te anhelo de ver renovado el mundo y hechos nilicos los antiguos moldes de ai\ejas conciencias, para fundit· las modernas en modei'Oos troqueles, con la marca dol L'iglo. Mucho aftin por regenerar ni hombre, mucho amor á la humanidad, mucho des­precio por las creencias que á él se le antojan su­persticiones. Item más: es honrado, caballero y simpt\tico. Ct·ee en Dios y ha viajado mucho. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 32 VID A I NTELECTU AL El Dt•. Raimundo J osó Da Silva, t ambi én li a viajado much o y tambi6n cree en Dios, allá, en un Dios á ~u manera, dulzóu y acomodaticio. Tiene veintis éis a t1 os, es alto y elegante; as­p e cto de fuerza é inte li~encia. El r asgo ca rac ­terís tico de sh fisonomía son sus ojos gran des, lle nos de sombrns azules. Sus modales son cultos y sobri os, s u manera de hablnr es en voz buja y si n vueltas, a l pttn, pan y al vino, vino, no importa qué efecto produzcan s us pn labt·a:s. Es t e es ol r er.rato quo hace el autor. .Además se cl esprende que es hijo ama n te de ~u s iglo, que od ia la sup <'rst'ición , y po r odia1· la Sl;pcrst.ición, des precia la r eligió n; qu<' quie!·e libertar las con­c iencias d e los viejos yugos, s njett\udola , pQr su­puesto, 1\ los m od ern o::; ¡ qu e quiere regene r a t· la humanidad y que ama al h o mbre. EH do s pal!tbras : Raim.tlndo es ol mi¡¡ mís imo Pept> Rey, un p oco más j oven , y 111\da tm\ s. Hosnrito <'3 UlHI. muchacha d e apariencia d eli ­cada y d é bil , que anuncia inclinacion es á lo que l os portuguesel.> Jlaman sauclacles. No es preci s n m ente h e rm osa , pero al verla tan dulce y tan m odesta no se echan d o me nos l as perfe cciones de que cn. rece. E~ m u y apegada á las cosas de r e ligi ón. · Ana R osa es una mucl1n chn no h ermosa d e l todo, P<'l'O linda y agradable; un poco so t)adora. muy dulce, muy amante y muy r c ligios n. Su ecl nd es más ó menos la d e Ros arito, t\ In que ('H J' CSl.lll1 idas e u en Lns os en todo igual. El Oanónigo Do n l uocencio es un s anto ntrón, algo m 1\s qu e scx.agcn nr io1 viejo amigo do la casa, en la que s u pnlnbra es la m :\s auto rizada de spués d e la U<' Oio s liábil, s ugn z, it·ónico y antip1\t ico, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAL 33 - como suel e n serlo todos los sacerdotes que in Yen tan estós mansos novelistas volterianos. El Canónigo Don Diego es otro santo varón, de sesenta. ailns á lo menos, bastante ilustrado, bas­tante sagaz y bastante antipático. Muy amigo de la familia de Ana Rosa de l a cual es consejero y para la. cual sus conse,ios son ieyes, y muy amigo también de sazona.¡· s u conversación con latines, exactamente lo mismo que Don Inocencio, a l cual se parece como si l os dos fuer an jemelos. Tenemos, pues, que los t 1·es personajes princi­pales de la novela. de Azevedo son los mismos que figuran en la do Galdós. Queda e n la do éstn Doíla Pel'fecta, madre do Rosarito, carácter amasado con religiosidad ex­trema, altivez y blandu1·a, que MB i en junto, no tiene similar, digamos, on la n ovela de Azevedo, poro que podemos reco n st1·uir amasando las cu.a­lidades que tienen pot· su parte 1\fan u el Pescada, padre de Ana. Rosa, y Doila l\laria Bárbara. s u abuela, que suministra por s í sola toda la b1 •a.vezn. y a ltivez y religiosi dad del carácter d e Do11a. Perfecta. En l a. novela de Galdós hay dos ó t1·es perso­najes más que no dejan de encontrarse entre los doce 6 t r ece quo aún nos quedan en la de Azevedo. P er o para la masa , tanto ele Doíla Pe1'(ecta, como de El .Mulato, tenemos ya la. harina, la. leva.· dura y la sal. P epe Rey va t\ Orbajosa á conocer á su prima Rosa.rito, con quien debe casarse, por haber sido asi dispuesto por sus solícitos papt\s. La muchacha es do perla:;; 61, buen mozo; y es claro, se enamoran , y Jo que a n tes fuera voluntad do li)S padr·es se t r ansforma en anhelo de l os hijos. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 34 VIDA I NTEL I!lOTUAL E l mismo día de la llegada 61 se lo dice, y e lla le contesta, usí, sobre e l pucho, comv par 0s que a lgún lecto t· q uisqu illoso podl'ia poner á aqu e l amo r f ulminante como e l pict•nto de potas a. Azevedo, más conoc~dor de l cot•azón b um~mo ó más paciente que Pét·ez Galdó:S para elabo r a r las pasiones de s us h éroes, no 11os so rp r endo<\ las p ri­mer as da cambio con una d ecla1·ación tan i n ver osí­mi l; con todo su Ana Ro ~ a r•s mas adelanLada que Rosar ita, pues so le declara t\ Rtlimun do· antes qua el primo le haya dicho : «p o r ahí te pud t·ac::. » ·Pero el caso es el mismo. En la novela de G a ldóR, Dorul P e rfecta favore ­ce los a mores de s u ilija con s n obl'ino, pePo d o gcrl­pey zu mbido: IMtitnada po r unn observació n d o P epe R ey acerca d e l os inconvenie ntes de po n e r pantalones A los Nii'los Dios y t~zuzuda po r e l can ó­nigo D. Inoce ncio, que pon e de re!it>ve In irt·cli gio­s idad de l sob t in o, r esu elv e aco rtat·la rienda~¡ aque­llos desbocados corazones y ha~ta r omprr d e una vez el n oviazgo por e ll a amas ntl o; y e n cuatno é l rendid o galán acude á. so li ci tttt' la mano el e la mu­chacha, l a r esq uemada señ o ra se la nit>ga r e d o nda­m ente. En la novela de .Azevedo n o h ay n i ngu na Dotla Perfe cta que favorezca l os sec1·etos amores do Rai ­mundo y Ana Hosa; pero en cuanto trn cicnden afuera, lns circunstancias se nive ll\n: e l pad r e d e l a muchaclta y su abuela. azuzados t a mbién por el omni'p ote nte canón igo D. Di ego, so op onen y quie­r en co t·tnt·l os á to do trnnCl', nunque por n\ZOnos más só lidas qu e las de Doi\a P orfecLn. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAL 35 Los pes puntes d e P é r ez Galdós son muy flojos; e l lectot no halla razonabl e que la graq s e)'l.ot·a s e e ntre tenga en jugar á escondidas con los co razon es d e los muchachos, fraguando un matrimo nio y rom­piéndote des pues p o'r s i fueron ó no fu eron artísti­co s l!nos calzo nes pues ~o<. p or ella al ;Nii19 Dios de l~\ Cate dral. La n o v e la de Az ev e d o e3 d e co¡; tut·a más firme. Cuando e l e namorado Raimtt11d o pide t\ Ma;nu e} P escada In mano de s u hija, él se la nieg a, al prin­ci pio s in d e cir p orqué, d espués d a ndo la r nz ó n: s u hija no pue d e c a sarse co n un mul11 to . Rnimundo J osé da Silva es hijo d e una esclnva . , P e p e Re y, fui·~oso co n la n egativa d e n tía, se muda d e :, u c n ~a y c omi e nza á fr aguar po r c n.r t as un plan para casarse co n s u pri mn, con t t·.a vie n to y mare a. Raimundo da Silva, furi oso con la n cgntiva d e s u t-ío, s e muda d e s u casa y comie nza á ft ·agua r po t· cat·tas un plan para c a~ ar.s o cr> n s u pl'ima, ~o ntnt vion to y runrea. En ambas nove las loJ dos padres buscan d os novios para s us tituir t\ los d eE airud os primos. En ambas s e ins inúa el escáncl tl lo c o m o callej ó n sin raás salida que el matrimonio. P e ro e n In no v el!\ do .Aze vedo, )nas cruda, e l esc1\n da! o se vu e lve un hecho cuando en la d e Galdós n o p á.; A. d e un a mur­muración. Los d os pt·et endi cn te3 proyoctnn un rapto. La n och e d es ignada p a ra e ll o, a l ll egar lll lll>t 'a, Aq1\ R os a, e n un 1\ c t·u el indecis ión, c~ t 1\ 1\ pnnto el e r eve­lt\ rsel o t od o¡\ s u padre. Rosarito e n me dio d e h\ mi s ma crudclis imu ang us tia, so lo c ue n t a t o d o t\ u mndre. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 36 VIDA I NTELECTUAL Pepe Rey á media noche snlta las tapias de l a. casa de su tía y p e n etra en 11\ quinta. Detrás de él viene Caballuco, un semi bandido, á quien guarda e n la casa D. l11oCencio y á qui en el poco favoreoido canónigo ha la nzado contra Pepe Rey, lavándose antes las manos , como Pilatos. P e pe Rey es muerto de un balazo por Caballuco y se hace c ircular la noticia d e un s uicidio. En la n ovela de Azevedo también se frust r a e l rapto, y también po r la inte rv e nci ó n d e l otro canó­ni go que bnce sorprender por la policía á Raí­mundo . . E sa noche mis ma, vagando el desvenrurad o p o r las calles, es mue rto de un balazo po r Diaz, el p r e­sunto novio d e Rosarito, á quien ha armado y d eci­dido el también poco favorecido canón igo D. Diego, que, como el otr o, se la vtt las manos, aunque no lo haga notar el autor. La mue t•t e de Raimundo se hace pasa r por u n s uicidio. Las dos novelas están completas en su acción principal. En las dos juegan las mismas pasiones: amor y ambición; en las dos enredan la trama las m ismas iutl'igas: el fanatismo y e l descreimiento; en las dos el escrúpulo 6S h ábilmente sembrado pOl' dOS Can ó ­nigos en e l co razón d e dos p ad r es, que se oponen a l matrimonio de dos hijas, con dos pl'imos: iguales personajes é id énticos cat·actercs. Otra casualidad: el teatro de la acción es el p ueblo d e origen de lo s do s pl'imos, e l Ma rañón y Orbaj osa. Allí se los a is la, se los odia, se les arma intrigas, porque con s u espí ri tu !\lLivo, co n s u cere­bt ·o p o<\er oso, CQJl s u corazón n obl e, hace n so mbra 1\ l os vecinos ignol'antes, ta im ndos y vulgares de Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA ~ELKCTUAL 37 aquellos anincouados poblachones de provincias: pueblo c:1ico, infierno grande. Viendo tantas casualidades en las dos novelas, se me ''ier.e á la memoria el cuento de aquel palut·­do que tenia la camisa llenE! ... ele casualidades. La tesis en la novela de Galdós se resume en sus últimas línea.c:: •es cuanto por ahora podemos decir de las personas que parecen buenas y no lo son». -Doña Perfecta. El alma de la novela de Azevedo,es una canden­te diatriba contra los prejuicios de raza.-El Mulato. Las dos me desag1·adan por su carácter de po­lémica anti-religiosa. En esto Galdós es tibio y di­solvente; Azevedo es brutal y explosivo. Pero como obra de arte prefiet·o El Mu-lato á Dofla Perfecta. Pérez Galdós es una de l as grandes figu1·as de la novela contemporánea espadola; su obra es colo­sal; ha sido traducido muchas veces¡ Dofla Perfec­ta, no más, tiene á lo menos diez traducciones ... y sin embargo (diganme hlas femo, trátenme de bát·­baro los feroces adalide3 d el naturalismo galdosia­no, no importa) n o puedo leet· sin bostezar, sus no­velones pastosos, chirles, en que su estilo d esmaya­do, leñoso y flojo va envolviendo u.l lector en una niebla de aburrimiento desesperante. Confieso que para mi Pórez Galdós es opio. Yo no sé si influirá en ello la parte material del libro, impreso en esa edición característica de las ohras de Ga ldós , en papel amarillento, sucio, lus­troso, con t ip os pesados, s in asomo de esa elegante resurrección elzeviriana que ha inundado la tipo­grafía mode1·na, edici()nes plagarlas de er1·ores tipo­g ráficos á pesar de anunciM en la carl\tula una esmerada corrección que no aparece. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 38 VI DA I NTELECTUA L S us d escripcio n es-exac tas tod o lo que se quie­¡ ·a- so n abt·uma. d o ra. s, hechas á mat·tillazos, en f rio. com o el g ar.p a c ho, s in mno r d e a t·t is ta. L os d iá logos-r eales tod o l o qu e se quiera-so n ma tad o r es. Sus perso naj es n o habl a n co mo ~1 común d e l as g e n tes : di ce n el iscu r sos. ¡Qu é en o rme dif~re n cia entre es tos d iálogos y l os ditUogos d el 'inimi t abl e P et·e da, esos diálogos ll e n os d e sang r e, d e vida, d e ue r\li os d e l g rll.n mon ­t a t1 és, e n que tan d e r eli eve se d es ta c an aquell os impag- ables tipos d e s n Li e l'l'u c a ! . P et·ed a es tod o fibra y colo r is ta exim io . bolo ma es vibra nte, Mmoni oso y s ttb y ngado r. A larcó n es elegan te y am e no . La Pat·d o Ba z 1i n es traviesa y cálida. P é r ez Ga ld ós, frío si empre, en oca si o nes ama­n e t·ado, con sus t ira das d e una pi eza . s in articu la­cion es, p eca mi l veces de r a mpl ó n. Ado t·o los e.>t il os flu id os y c ali e ntes que corren com o b r o::c e den et!d o con mús ica d e campanas . Ado r o las plumas q ue g r a b a n co mo buril e s en la im agi nncíón del lccto t· I M fi g uras y los pai saj es d e sus cr eaciones. Alu izio Azoved o es maestro en ~:> ll o . Alicer s u Mu lato, u no se d etie n e sor·prendido y a dmit·ado de q u e aque l lib1 •o t a n bi e n ca rpin teado como n ovela y tan bi en escl'i to, sea obra. d e un ce­r ebt·o de vein te ai'i os . E3 d e lamentar h ondnme nte qn e sea tan cr u d o e n a lg un os do s us pasaj es y tan brutal en s us accesos d o hid t·o f1> bi a a n Li-t· e lig io a . San t u v~·. 11)05 G. A. MAR'rtNE Z Zm·r RtA . Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAL HACIA LA CUMBRE 1 Alta la frente en que la luz chispea De ins piración a ugus ta y soberana, A conquistar los la urns del mafiana Va el excelso cruzado de la idea. No le arredra la lu c ha gigantea: Bajo e l mis t e rio de la noche arcana, Ya vislumbra la me t a no lejana Donde el sol de la gloria centellea 39 Los <\s p e ros zarzales de l camino Ensangrientan los pies del per~gdno Que ya la cumbre de s u sueiio alcanza. Huye la sombra por la luz vencida, Y alumbra el derrotero de s u vida La g randiosa v is i ó n de la esperanza! JI Helo en la cumbre. Su acti tud se r e na Es la del fiero gladiador des nudo, Cuando e mbrazaba e l fulgurante escudo Del ci r co antiguo en la sangrienta arena. H ondo clamor bajo s u s plantas suena, Y el o rbe entero le contempla mudo, Al yer que a l fin de s us fatigas, pudo Asi r el lauro y a nulat su pe na. Allí, desde la c umbre solita ria, Escruta s u pupila visionaria D el universo e l s ingula r prosceni o. Y es e n la roca de s u excelso rito, Sacerdot e que e leva al infinito La hos tia co nsagr ada de s u genio. Córdohn, l!IOS JuAN AYMt::RtCH. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 40 VID A I NTELECTUAL LA ODISEA DE UN QUINTO Después de la Misa mayor, todo el pueblo se había re unido en l a plaza, fr e nte á la pue rta del Ayuntamiento, esperando que se abriera para ver cóm o terminaba la fun c ión: la guerra civil ard ía más encarnizada que nunca, e l Gobi erno había decretado una quinta numerosá, y el Do­mingo aque l era el sei\ alado para el sorteo de lo s mozos. . L a con curre ncia se h abía disgregado en corrill os, entre los cuales pululaba un e njambre de beduinos desarrapados con los ojos encen­didos y las orejas de á palmo, atisbando sem­blantes, r ecogiendo palabras, y dispuestos á tomar por asalto los b,1 ncos de la esc ue la , ins ta­lada e n e l salón de sesiones de la casa concejil, con el propósito d e no perder detalle alguno de aquel espt::ctácu lo tan interesante, y ser los primeros e n esparcir á los cuatr o v ientos l os no mbres de los seis quin tos con su núme ro correspon di en te. En todos lo s semb lantes se pintaba la · a n­s iedad propia de las circuns tancias; e l Gobierno pedía tres soldados, caso nunca visto en el pueblo,y cualesquiera que fuese n los conden ados á cargar co n el maldecido chopo, despertaban v ivísim as s impatías en a que ll os sencillos cora­zones, entonces oprimidos por l a más terrible incertidumbre. D e aqur que apena s se habla ra entre los h ombr es, pues la cnridad prohibía echar cálc ulos sobre materia tan espi n osa para 110 (orsar la s u erte,· en cambio, un grupito de dejas Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VI DA I NTELECTUAL 41 . que nada tenían que perder ni que ganar en el as unto habían hecho ya el sorteo varias veces , aunque no de una manera definitiva. · - ¡Apuesto y gano-decía una bruja más fea que Lucifer-á que el número uno le toca á Colás! Colás era el mozo más apuesto, el tai'iedor de guitarra más notable, el jugador de pelota más valiente, incansable y ágil de l pueblo; pero con un alma tan pura, con un corazón tan sencillo, que todo el mundo lo amaba por su candidez de nii'io de dos ai'ios,por su encantadora ingenuidad, por sus nobles y ger.erosos sentimientos. Una de sus frases favor itas lo retrataba de cuerpo entero: estaba tan convencido de su inutilidad para to:lo lo bueno, por lo mis mo que e ra bueno de verdad, que al echarle en cara alguna de sus muchas y meritorias acciones, contestaba al cnnto, más rojo que un pimiento.- «¡Pe ro s i yo no sirvo pa m\, pa naica de es te mund o !• En cambio sabía amar con toda s u alma á Rosalía, una rosa á medio abrir, pequei'iita, com­pungida, con cara de Magdalena p e nite nte y ufl.itas de gata melindrosa. La afirmación de la bruja fué aceptada sin oposición. por las comadres. -Lo mesmico pienso yol-dijo otra vieja cuya nariz de ave de rapifl.a abrigaba propós itos de artic u larse en breve con el extre mo de s u barba. -¿Querréis creer lo qu e he sofl.áo es ta noche?-agregó una te rcern. - Figuraos qu e ese bendito de Dio es tU\' 0 ronda ndo la c all e de la VJrgen hasta las dos y cuarto d e la madrugá, y copla \' a, copla viene, pos que en tóa la Qo che me Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 42 VIDA IN'l'EJ, ECTUAL h a dejáo pe gar e l ojo, has ta qu e se des colgó con la siguiente, s a c á de s u cabeza, por supuesto: Ca ll e cica de la Virge n, ¡cu á ntas v eces te h e r o ndáo y l as que te ronda r é, s i no me ll e v a n soldá o! A bando nó la ca ll e; m e d o rmí en s eguía con e l á nim a e n un puño de puro acongojá por el sentimie nto d e la co pl a , y e n el mesmo ins tante, m e se a parece e n s u efl. os ese v e nturáo de Dios, vestfo d e me litar, co n una g orra azul llena 'de ga lones, un s abl e á la c intura y unas botas de m o ntar que relumbra ba n como un s ol. ¡Reina S a ntís im a, qu é g u a po mozo es taba! --¡T oma ! -excla m ó l a de la nariz de cimi­ta rra-¡Com o que no h ay o tro e n cien leguas á la la r eónda qu e l e m oj e la o r eja! -Pues d ej a á ése y t o ma al otro, á Vicentillo O liY~\ -a ñ a di ó 1a bruja de los s ue ñ os-Yo' lo s i e nto po r l a p obre Juana. ¡Mujer, lás tima da de ve rl a ! ¡Qu é p oc a co ncenc ia tiene n los go­bie rnos !.. .. ¡Desc rís mese os t é e n c ri a r un hijo pa que luego ve ngHn con s u s ma nos limpias es o s sef"i orones d e l os Ma<.l ri les á ll e v á r selos á la g uerra !.. .. ¡M a l ra yo los p a rta!. .. . ¿Porqué no van ellos con s u tro m pa? -¿Ellos?.... ¡G üe na es ésa!-ex c lamó una a lfe ñ i que co n más bilis e n el c uerpo qu e s angre e n l as ven as.-¡ P os si el qu e má s y e l que me nos es tln calzo nazos que e n S il vida le ha vi s to las o r ejas a l lobo! -¡ Pos que vavan sus hi jos! - ¡P e ro s i los gobie rn os no ti e n e n hijos , muje r! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INT{!:LEOTUAL 43 - ¡Pos que r evienten! - ¡Am~n!-conte s taron todas con profundísi-mo r ecogimiento. La aparición de los quintos en la pla za mató en seco todas las conversat'iones. Pre entáron­se e llos muy. engala nados y animos os , p e ro las sonrisitas de conejo qu e se dibujaban en s us la­bios demos traban bien á las cla ras que la proce­s ión iba por dentro. Descqll a ba sobr e todos Co­lás por lo airoso y varonil de s u pe rso na y e l convencimiento d e que todas l as miradas iban dirigidas á él como no vio presunti\'o que era de la h e rmos a y dis putada Rosalía. Abrióse l a pu e rta d el Ayuntamiento para dar paso al alca ld e, á los concejales y al secr eta­rio, qu e ll evaba un lío de pape les bajo el brazo. L os quintos atravesaron lo s co rrill os: la ansie­dad e ra muy grande; lo s hombres desfilaron l e n­tame nte cq n el co razón oprimido y e l semblante taciturno como c: i fueran» presenciar una catás­trofe; las muj er e > se ar r e m o linaron e n l a puerta ávidas de vislu 11brar lo que pasaba dentr o ; á Coh\s se le oyó m urmurar por lo bajo: •¡Si juera posible ... si eso juera po sible ! ... • Era de tod o punto imp os ibl e lo que deseaba e l bu e n Colás, y así se lo hic iero n co mpre nde r a l ma nifes tar él i woluntariamente su nobilís imo propósito. •¡Si jue r a ¡10S ibl c, - murmuró e n voz alta, co mo .:; i soi\ ar a, - si juera pos ible ... iría yo por tóos!• -Te has gtle lto loco?- le dijo un vejete en­t.- nrándo se con é l. Coll\s se sobresalt ó, comprendiendo a l punt o, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 44 VIDA INTELECTUAL no que había dicho un dis parate, sino que era un dis parate muy laudable, indigno de s u nulidad. Abie rta la sesión y leídos los artícu l os de la ley, r efe rentes a l acto y otros muchos papelotes que solo tiene n por o bj e to prolongar la agonía de lo s quintos, un nif'ío de seis años sacó un nom­bre, el de Colás, y otro de la mis ma edad, un nú­me r o, e l seis: e ra e l m~\s a lto. Todo el mundo se extrañó: Colás bajó humi­llado la cabeza, y al verse libre, no se alegró; le parecía imposible tanta s uerte. --¡Vicente OJival - leyó el secretario des do­blando la s egunda papeleta que le alargaba el nif'ío. -¡Eluno/-murmuró al instante enseñando el número. En un ex tre mo d e la sala se oyó resonar un soll ozo co mprimido: era el padre de Vicente. Dirigióse hacia é l e l mozo, con la cara más ama­rilla que la cera y tambaleándose como un beodo; estrech ó al viejo e ntre s us brazrJs, y sacando fu e rzas de fl aqueza, díjo le: -¡Animo, pa dre, qué d emonio ... no mueren tóos e n la guerra, y c u a ndo no; con aflojar la m osca ! ... Y soste niéndose mútuamente, se dirigieron á la call e. Colás l os vió salir co n tanta p ena, que, no pudiendo r eprimir un impuls o de su corazón, ech ó tras e llos. -¡Colás, aspérate un ins tantel-gritóle un co mpa ñ e ro, con el rostro desencajado porque acababa de escuc ha r su n o mbre s acado de la · urna. -¿Y qué tengo yo que hacer aquf?-le con- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAL 45 testó vol viéndole la espalda, a l mismo tiempo que el sec retario decía: -¡El dos! -¡Es verdál-exclamó el otro.-¡Ná tenemos que hacer aquí los dos! Y siguió á su compaflero Un instante des pués, otro quinto abandonaba el local sonriéndose con expresión tan forzada, que daba ganas de llorar el verlo. 11 No fué necesario prego nar e l resultado; bien claro lo demostraban l os quintos, muy á pesar suyo, con la a legría ó la tris teza que r evelaban s us semblant es. Pero aunque parezca inconce­bible, el más angus tiado de todos era Colás des­de que el alcalde l e había asegu r ado que era im­posible ir por todos á la guerra; no le cabía aque­llo en la cabeza, ó mejor dicho, en el co razón. cNo soy hombre pa trabajar por cuatro?-se decía?-Pos ¿qué razón ha de haber pa que no pueda ir uno por tres? Se dirá: cc uantos más hombres vayan, má s t iros tirarán•. No está mal pensáo; pero vamos á cuentas: supongamos que en la primera, ó en la segunda, ó en la t e rcera batalla matan á lo s tres; pos he aquí que ya tene­mos al gobierno sin nenguno. Y pedirá más? ... No por cierto. ¿Y no pierde con esto?... Segura­mente, porque, á lo qu e yo pienso, más fácil es matar tres que uno, porque al fin y al cabo, tres hacen más bulto ... ¿Y cuántos gas tos no se a horra­ba el gobierno? ¡Y aún dicen que esto es im­posible!...• Y cuando pensaba no s ólo en que no iria por los tres, sino en que nj siquj e r a había caído s ol­dado, exclamaba en s u interi9r lleno de asombro. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 46 VIDA INTELECTUAL «¡Eso si que es imposible, pachol» ~sta ba tan ac.o.stumbrado el pobrecillo á los n dos embate3 de la sue rte!. .. No había conoci­do á s us padres, y de los veinte años que tenía, quin ce al menos lo~ b~bía pasado cotno up. perro vagabundo, sin de.recho ni (l pens~r en las deli-, c ias que lleva consigo ·la vida de familia. Es ver­dad que amaba á Rosalía con toda la fogosidad de.su apasiqnado y s!ncero corazón y que á los. ojos de sus c~!lve~inos pa?;:toa. por novio s uyo, pero ,«J?aCh91 S ~ bie.fl á erechas no le habia dicho entoa~í~ !1-á,_l,o que se dice nál... ¿Quién era él pa_ Ro.s.alía? .. » .- · . Dornin~clo por sus incompa rables sentimien­tos, se entretuvo en dar tumbos por la plaza, re­cibiendo lol5 plácerl}e~ de todos, 1 asta que (ué á topar de manos á boca con el · grupito de las brujas . · - ¡Coh\s;_-díjole de sopetón ~a de• los· ·sue­ñqs- tú debes ser soldáo! -¡Eso mesroo pienso yo, pacho, y no lo quieen cr eei-! -¡Tú debes ser soldáo, ·porque esta noche pasá te h e visto en sueñ9s vestío de melitarl -¡Pero si se lo he <;lícho al alcalde y ma dicho que no! ... -¡H as de ser melitar ... y de á caballo! «Toma;-murmuró para sí Colás viendo ful­gurar en su mente una idea favorable á s us ex­t rañas teorías-¡pos si los tres son de á caballo, vaya un gasto!, .. ¡Ahora si que no me dirán que es imposible!» Y como una flecha, se dirigió á casa del al­calde. Hallábanse en aquel momento comentando Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAL 47 graciosa m ente la·s!llida de Colás : Vicentillo OH­v a, sobrino d e l alcalde, se encon t r aba alli, más rt bien mue rto que vivo. -Córc holi s,r- dijo-s i quis i é ra ir por . mí , de gtiena ga na lo dejaba; ve rd~í , p adre? -¡No está mal pensáo! -contestó éste lanza n­t. do un s uspiro tremebundo. Entró Co h\s, y ya iba á so lt ar e l disparate corregido y aume ntado con la nueva idea, cuan ­do oyó qu e le decía Vicentillo Oliva. - H o mbre. ya que tantas ga nas ti e nes de ir ¿porqué no vas e n mi lugar? - P.os ¿c uántas veces lo tengo que decir, pac ho? Encontrábase por· fortun a en la r e unión e l seí'i.or cu ra, y co mprend iendo que entre todos ibanle á jugar una mala pasada a l pobr e mvzo, díj ole: -Mira, Colás : quítate d e la cabeza eso de ir por tres , p e ro s i á tanto ll ega tu buena volunta d, y hay alguno que, p udiendo, no qui e ra ir, que p ague In sustituci ó n. - ¡A tóo m e conformo, sef\ or c ur a! P oco des pu és, que daba ce rrado e l trato: por cien duros, iba Colás en lu gar d e V icentillo Ol i va. De casa del alcald e fuese derech ito e\ yer á R osaliu . Entró co n decis i ó n, como por tt:rreno co nquistado, é l, que siempre pasaba po r aquella pue rta mi rando<\ hurtadilla s y como s i lo persi­guiera un t oro; pero e ntonces ca min aba Yiento e n popa; en prime r lug Rr, porque i lo r ec ibía co n cn ra d e vin agre ... ¡co n to mar las de Villadie­go y largarse a l quinto in fier no donde pudiera d evo rur e n s il e ncio s u amargura!... ¡y de p ués, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 48 VIDA INTELECTUAL porq~ee :ya había servt'do df algo bueno en este muttdo. Vicentillo Oliva lo había abrazado llo­rando de alegría ... «¡Pacho, qué alientos daba aquello!» Así que entró, le salió al paso Rosalía, y enseñándole una escarapela, le dijo: -¿La ves? .... La guardaba para tí por si te tocaba bola negra, pero, gracias á Dios, ya sólo si rve para el fuego. Aquella revelación lo anonadó: dos lágrimas asomaron á sus ojos. ¡Rosalla se había acordado de él! ¡Rosalía lo amaba!.. . Aquello era una de­claración á quemaropa, clara, terminante, cate­górica. Por un momento, vió fulgurar en su fantasía todo un mundo de ventura: una familia, un hogar, una· mujer amante, hijos cariñosos, amigos fieles; todo, todo el poema de felicidad que encerraba él como un tesoro en el fondo de su corazón temeroso de que alguien se lo robara, asombrado de que pudiera poseerlo, ruboroso de pensar tan .sólo en él. Largo tiempo estuvo sin saber qué contestar, y únicamente cuando Rosalía complacida del efecto que habían producido s us palabras en su amante, se dirigía á la cocina para echar la esca­rapela al fuego, logró salir de su abstraccióÓ. -¡No;-exclamó abalanzándose hacia ella­no la quemes, dámelal La joven se detuvo extrañada de su actitud y de sus palabras. - ¿Porqué lo dices?-preguotóle. -¿Porqué? ¿porqué?-murmuró con deses-peración-¡ Porque soy soldáo!.... -¡Pe ro eso es imposible!.. .. ¡No, no: imposz"ble era lo otro! .... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. YIDA INTELECTUAL 49 Y luego, cambiando radicalmente d e tono, exclamó: -¿A qué pensar en ello? .... ¡Estaría de Dios! - Pero ¿qué ha pasáo? .... Mi padre me ha dicho .... -Que tuve el núme ro ~eis. ¡Es verdá, pero me he ,·endío!. ... -¿Tú has hecho eso s in contar conmigo? Colás sintió que le desgarraban las en-' trañas .... ¡Ella tenía derechos sobre é l, y él nada sabía! La compungida Magdalena echaba fuego por los ojos: Colás te nía miedo. Ella avanzó pas ito entre pasito ha la colocar s u adorable cab"'cita debajo de la barba del jigante, y exten­die ndo e l brazo hac ia la puerta. díjole con nterradora deci<;ión. - ¡Sal de aquí, y no t e acuerdes ni del santo de mi n o mbre! Colás no se movió: bastábale un so plo para anonadar la figurita que te nía debajo ele &u s ojos; pero só lo Yeía aquel braci to de e u bierto ha ta el codo, rígido, fulgurant e, co mo una flecha tendida en d arco y dispue<>ta á atravesarle el co razón. -¿Has oído?-exclamó ella ton m nyo r fi e­reza-¡ U\rgate de aquí! Cohls dió media vuelta, y se dirigió ni portal: allí se detuvo, volvió la vistr., y al notar que oscilaba entre los dedo tembloroso de lajove n, cual enc;angrentada banderola de una lanza, la roja ec;carapela, díjole con humildad enter­necedora. -¿1\le la da ? - ¡Vete al diablo con ella! -exclamó la fie-rccilla. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 50 VIDA INTELECTUAL Y arroj!\ndosela á los pies, le volvió la es­palda. El p obrecillo la r ecogió, y como s i fuera una reliquia venera ble, la besó y se la metió en el seno. Aque lla noc he los tres quintos organizaron una ronda monumental. Pasado e l primer mo­mento de angustia y d e dolo r, se e ntrega ron á la· más frenética a legría, quizás para a bogar e n ella sus p esar es. Los otros dos tenían n ovi a: uno de ellos cantó e n la pue rta de la suya No llores porque m e a usente ni porque á la g u e rra vaya, · que mientr as m e quieras tú no h a de tocarme una bala. Coh\s s uspiró pensando que nadie lloraba p or é l. En una de las vueltas, cantó el otro debajo de la ventana d e s u a mada, la tan celebrada seguidilla El a mor que te tengo p a r ece sombra, cuanto más apartado más c ue rpo toma, la ausencia es aire que apaga e l fu ego c hico y aviva e l grande. c¡Ay!- decía Colás para s us ade ntros-si yo pudiera apaga r el mío!. ... » La r o nd a se dettnro e n frente de la ventana de R osali a : e ra ya muy tarde. - Ahora te toca á t í, Colás-le dijo un com­p<. i'\~ro. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VJDA IN TELECTUAL 51 -¡Es tará durmie nd"'!-murmuró e l pobre­cilio, no s abiendo cómo d is imular s u cru e l infor­tunio. -¡Ni p e ns arlo!-replicó el otro. Colás se animó, y con toda la delicadeza de s u alma, cantó la siguiente copla: En las andas d e la Virgen h e d e c olgar mi guitarra. s i vengo, te güelvo ~\ve r y no t e encuentro casada. Todas las novias habían salido á las ventanas á d espedir oficialmente á s u s novios : Colás esperó e n vano. La comitiva emprendió d e nue vo s u carre ra; él fu é retrasando e l paso por si podía Yi lumbrar una espe ra nza a ntes de abandonar la calle: n ada se movi ó; las tinieblas h e n chían e l espacio, y únicamente á la vuelta d e la esquina se oían co mo un pre ludio de amor los armoniosos acordes d e las gu itarras. Colé\s lanzó un s us piro y se in co rporó á s us compañeros. 111 "¡Una, dos, tres, cuatro! ¡Una, dos, tres, cuatro!'' ¡Sie mpre lo mis mo! Co lás no ente ndía palota y se equivocaba á cada p aso. El ofici al que dirigía e l ej e r cicio se r eía, porque e r a un bue n h o mbre y sabíH lo que rost aba meter e n ci ntura aquell a pobr e gente acos tumbrada ~\ r espirar el aire libre y á tende rse <\ la pata la llana donde le venía~\ m a no: adem ás, le había cobrado afecto á aquel zangua ngo, que parecía un leó n d e ma zap<\n; pero e n cambio un a fig urilla biliosa, un mequ e tre fe d e tres a l c ua rto, me tido Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 52 VIDA I NTELEC'rUAL en unos pantalones fenomenales y en un chaque­tón de empeño, con un gaÍoncito en cada boca­manga, le tenía una tirria endemoniada, porque el bueno de Colás, con 'aquella santa inocencia que era su nota mas fuerte de carácter, al ente­rarse de que aquel hombrecillo era su jefe, dijo todo asombrado á sus paisanos. -¿Quién, ese? ... ¡Si paece un espantajo me­lonero! La bromita no había caído en saco roto, y el irascible cabo había jurado cobrársela con creces. Al tercer día de ejercicio, Colás; poseído de una murria imponde~able, ni veía ni oía nada: se acordaba de Rosalía, y ensimismado y abstraí­do · en sus recuerdos dolorosos, no echó de vet~ que se quedaba rezagado sin marcar el paso, en tanto que sus compafieros avanzaban murmuran­do sordamente: «i Una, dos, tres, cuatro/... ¡Una, dos, tres, cuatro/» «¡Estaría de Diosl»-murmuró el infeliz corno si despertara de ün profundo sueño y dando un s uspiro profundísimo, se plantó. Pero en el mismo instante vaciló. dió media vuelta y se oscureció su Yista como si hubiera anochecido repentinamente, á la vez que le zum­baban los oídos con estrépito infernal. ¿Qué ha­bía sucedido? El hornbrecín de los galones que marchaba detrás del pelotón de los quintos, al reparar en la distracción del J;>Obrecillo y en la ausencia del oficial: díjose: «¡esta es la rníal»; y apretando el paso, akanzó á Colás, enderezóse sobre sus pies, y descargó sobre la mejilla del in- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. , VIDA IN'l'&LECTOAL ó3 feliz una terrible bofetada, pillándole de m edio á m ed io toda la oreja d e r echa. -¡Pac ho, qu é bruto! -exclamóCoh\s acaban­do d e dar la vuelta. Y s in quererlo, s in imaginarlo siqui era, mo­vido por e l ins tintivo se ntimiento de defensa, impul sado por el do lor atroz d e l castigo y la ver­güt:: nza del oprobio, ciego, o fu scado, loco, alzó su tremenda mano y la dejó caer, c ual maza des­tructora, sob1·e la cabeza del me que trefe; y tanto apretó, que reduc iéndose con rapidez s u per­sonilla como un anteojo que se encoje, dió con ella en tierra, dejándola red'lcida á un fardo mal forjado. Aquella noche Colás durmió e n el calabozo: todos le auguraban co n razón un resultado la­mentable . Pero co mo en a qu ellos g lorio sos tiem­pos la disciplina militar no andaba por las nubes; como e l alcalde d e s u pueblo, que, p or c as uali­dad, se enco ntraba en la capital de la provincia, temeroso por s u· sob rino Vicentill o, re m ov iera cie lo y tierra, y co mo e l oficial que dirigía el ej e rc icio se e mpe ñara e n salvarlo, la cosa no pasó á may.ores: trasladósele al arma d e caba­ll e rla para salvar las apariencias, y todo qu.edó en calma, contentándose é l con murmurar al r eco rdarse d e l s u e fl. o d e la vieja: •¡ E s taría d e Dios!• A l os tres mese sali ó ¡\ campafl.a, y p ocos días después rec ibi ó el bautismo de fuego. Mucho le había cos tado aprender rt tenerse sobre la s illa, p e ro no habían \'li Cll o 1\ in ultar man os humanas aquella cara vir~e n d u la injurias de s u sem e­jantes, s i dejamos<\ un l ad o l a brutal agresió n d e l espa ntajo m elo n •ro de infant eríu; grandes Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 54 VIDA INTELECTUAL vergüenzas le habían producido sus caídas del caballo e n los prime ros días de ejercicio, pero había acabado por m o ntar co mo un gaucho, y a unque h a bía adquirido fama de cobarde, porque temblaba e\ la sola idea de qu e s u sabl e pudiera h e ndir un cráneo hum a no, s us j e fes lo querían muc ho por su incomp a r a ble bondad de corazón, y porqu e nadie le aventajaba e n cuidar con ver­dadera ternura á s u caballo , a l que d edicaba s us canciones favoritas . El bautis mo d e fuego fué terrible: habla e m­peza~ 0 el fandango con un ligero tiroteo de las gJ.IerriPas sorprendidas á la entrada de un valle po r el e nemigo que h a bía tomado posidones á uno y á otro lado, a l ab rigo de un espeso pinar que poblab a ambas ve rtientes; p e ro la cosa se gen e r a lizó a l punto: rug ió e l cañón, y las d es­car gas cerradas h acía n r etemblar el s ue lo. El escuad r ón se h ab ía co locado e n una pequefta llanura cubriendo e l ala izquierda de la columna para evitar un movimie nto envolvente, e n tanto qu e la infantería trataba de d esalojar al enemigo de l as ventajosas posiciones que ocupaba. Al prime r caft o nazo sintió Colás un esca­lofrío terrible en t odo e l cuerpo, mudósele e l colo r , erizósele e l cabe llo , y puso un gesto de v inagre que daba espanto. Algunas balas per­didas pasaban por e ncima de s u cabeza; Col}tS vol vía instintiva m ente la ca ra al otro lado cada vez qu e el estrid e nte s ilbido tl e l plomo pas aba p o r cerca el e s u or eja; s us bruscos movimie ntos llam a ron la atención de un - a rge nto veterano quien le pregun t ó so nrie nd o burlonamente: -¿Ti e nes miedo, r ec lu ta? .... ¡La 4uc silba no m ata! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELEC'rUAL 55 El pobrecillo lo miró azorado, p ero en el mis mo ins tante e l s arge nto lanzó un grito, abri ó los brazos y cayó desp lomado d el cab allo: estaba muerto. Colás no sabía darse cuenta de Jo que le pas aba: aquello l e parec ía un suefio; tenía el corazón e n un pufio, y s us ojos, desmes urada­me nte abiertos, se vohrfan á todas partes como preguntando s i la humanidad se había vuelto lo ca, ó había pasado é l r epe ntiname nte á vivir en un mundo imagin a rio. Oyó una orden que sabía de m emoria, y aprcsuróse á cumplirla s in que pud ie ra darse ct:e nta de s us movimie ntos; el escuadrón cambió de fre nte, y se alejó de l punto de p eli g ro s in cuidarse del sarg e nto ni de tres ó cu atro infe­lices que qued aban e n e l campo. Agrupados en una hondonada espe r aba n la hora propi cia para lanzarse sobre el e ne migo; éste, e nvale ntonado con aque lla retirada, abandonó s us pos iciones y cayó como un alud sobre las guerrillas que tu­vie ron que replega r se á la carr era sobre el núcleo de la columna. Trabóse una lucha formidabl e cu erpo á c u e rpo; pe rdiér on se los cafiones y empezó la desbandada, p ero e n aque l mom e nto, e l j efe d el escuadrón g ritó : - ¡Ahora, ahora!.... ¡A la ca rga! Y co mo una tro mba, sali ó d e la ho ndona da el pelotón de caballos, y come nzó ;l acuchillar c;in piedad á l os que se ll e,•aba n los ca ti o nes. La victoria pareció po r un mome nto decidida, pe ro todo aquello no h abía s ido más que un nrdid admirablemente prepa rado p o r el e nemigo que dec;e abn atrae r 1\ In rabnll e rí a ni ca mp o del combate, convencid o de 4uc no podía vencer sin Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 5G VIDA INTIDLECTUAL exte rminarla . Pronto la estratagema s urtió su efecto: un centena r de excele utes tiradores se habían posesionado de l os primeros pinos, y desde ell os fu s ilaban á l os húsares con perfecta impunidad; n o hubo otro r e medio qu e ceder y volver grupas, mome nto que aprovechó e l ene­mig. o p a r a d a r o tra ca rga vigo rosa y rec uperar d e o u evo los cañon es. C o n v e rdadero asombro obsen·ó Colás que ll e vaba la h oj a del sabl e tinta e n s angre ; había cargado en prime ra fila y no se había portado del t0do mal, pe ro la sa ngre ardfa todavía en s us ·venas, y no se apresuraba á seg uir~\ s us compa­ñ e r os, á pesar de qu e e l e n e migo iba á la zaga, y d e que multitud d e combates parcia les, horro­ ·r osame nte encarnizados, trabábanse po r do qllle ra. D e r e pente oyó una voz amiga que -gritaba: -¡Colá s, Colás; sáln\me, ten piedad de mí! · Era su paisado, e l d os, as í ll a m ado por el número que le tocara e n e l so rteo. Colás vol vió la cabeza, y vió que se lo lle,·aban pris ion e ro. Sin e n com e ndarse á Dios ni al diablo, di ó media vuelta, y car gó con biznrría s in i g ua l sobre el e n e migo; descuidado ést e, n o pudo hacerle 'frente y soltó la presa: e l dos, listo como e l pe nsa­mie nto, saltó á la grupa del cab a ll o, y dijo á s u sal vador con un pav o r que daba ri sa: . -¡Co rre, corre, que van á Yolverl - ¡Nad a temas!-contestó é l con la serenidad ,d e un esparta no. Decididam e nte había d ejado de ser cobarde; s u n oble y vale rosa acció n fué celebradá por s us compa í'\. e ros q u e e m pezar on á mirarlo co n r es­p e to, y tu vo la sa tisfacción de que e l mis mo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELI!:CTO AL 57 comandante pus i era e l sello á s u fam a, dicién­dole al frente del escuadrón. - ¡R ec luta, eres un valie nte ! Colás no lo quería creer, p ero al observar que todos lo miraban con en,·idia, pre guntóse á sí mis mo. • ¡Si se r á verdáb• Luego p ensó que l o que acababa d e hacer no tenia importancia alguna, y murmuró en un arranque de s ublime conformidad con una vo­luntad infinitamente superior á la s uya: «¡Estaría de Dios!» Porque • ¡Paclrlo, s i é l no servía pa mf, pa ·naica de este mundo!.... • IV Cerca de un año se pasó Colc\s d e H e rodes á Pilatos, p er s iguiendo al enemigo, y si e ndo pe r­seguido por él: ll evaba ya me dia docena de escaramuzas, aunque ninguna tan enconada y tenaz como la prime ra. A pesar d e todo, seg uía s ie ndo tan bonachón como a ntes : te mblaba como un azogado al oir el primer tiro; le daba horror la sangre, y r eza ba tod as las n och es para que los hombres n o se mata ran co mo perros. Pero tocaban ~ cargar y nu estro ho mbre se tra nsfo r­maba por completo, e mbis ti e nd o co mo un toro h ostigado po r e l tába no. Sus j efes, qu e le co­noc ían á fondo , le daban muc h a broma po r s us cambios r e pe ntinos, y él se co nt e ntaba con r esponde t: -¡Pacho, cuando se trata de s al '' ar la p ell eja, t óos se mos vali e ntes ! Su constante preoc upaci ó n era la c hiquiti na Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 58 VI DA INT~LECTUAL ·Rosa lía; soñaba con ella cada noche, y junto á un escapulario que le diera el señor cura, guar­daba él como oro en paño la maltratada esca­rapela, allí , cerquita de s u corazón. ¡Era todo lo que poseía e l infe li z! Rabiaba por escribirle alguna carta y contarl e sus proezas, que al fin y al cabo, hombre era, y de barro como los demás, y s i tenía su alma en su almario, ¿porq u é no en­vanecerse de ello? P ero, pacho, cómo hacerlo, s i nunca había saludado é l d jesús, y no sabía distinguir las l etras del silabari o? ¿Había de irle con e l cuento á otra persona? ¿Pa qué? ¿Pa que no comprendiera sus sentimientos y se le burlara en sus narices? ¡Pacho, qué gusto! Y aluego, que él pudiera decirle al escribiente: «E s to y lo otro y lo de más acá y lo de más allá quisiera yo escribi rl e;» pero seguro estaba de que no abriría la boc~t, y se moriría de \·ergüenza antes que manifestar lo que ocu ltaba é l como un tesoro en el fondo de su corazón. Y aluego, que ella recibiera mal la cana y juera peor lo r oto que lo d escosí o. ¿Quién era é l pa Rosa lía? ¿Qué derechos tenía sobre ella? ¡Si él hubiera sabido escribir, del mal el m enos! Pero ¡s i n o le habían hecho cabo porque le estorbaba lo negro de los ojos!.. .. ¡Pacho,qué burros son algunos hombres!. .. En una de s us muchas y penos as correrías llegaron muy cerca de su idolatrado pueblecillo. ¡Ah, cómo le latía e l corazón al acercarse á aquella tierra tan querida! ¡Si pudiera ir, aunque fu era un minuto! ¿Qué es un minuto de tiempo en la vida? Antes sabía algunas noticias por s us compañe ro que reci bían d e \'CZ e n cuando ca rtas d e s us familia s en la que le daban expre­s i o ne s¡ pe ro como él no te nía ni paure ni maure .... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELEC'l'OAL ~9 ¡ni á nairle en este mundo, pachol, y como á sus paisanos los habían tras l adado á otra columna, hacía ya medio af!.o por lo menos que vi vía en el limbo, sin saber s i e r an todos mu ertos ó todos YÍYOS. Se atr evió, y en un descanso, pidió audiencia, y dijo: -Mi comandante, de aquí al pueblo, si­guiendo la carretera, hay dos h oras de camino; pero, s i osté me diera pe rmiso, por unos veri­cuetos que yo me sé, en media hora me plantaba ~tllí, y antes de que la columna se pus ie ra en marcha, estaba yo de güelta. Creyó volverse loco de alegría cuando el comandante le contestó: - Maf!.ana á las diez en punto has de esta r de vuelta. Al otro día al áma necer e mprendió Colás l os vericuetos, y a l salir el sol e ntraba él en el pueblo caballero s obre su caballo, con toda la proso popeya de un paladín d e la Tabla Red o nda. ¡Qué maf!.ana tan h ermosa! É l había visto tefiirse e l firmamento de purísimo a rrebo l y baf!.arse en doradas tintas la s c imas d e los monte s; allá, e n el fondo de la vertiente, se de­sarrollaba el d elicioso valle donde pasara los días más fe lices de s u vida, co m o un jardín e n­cantado, tapizado d e verdura, esmaltado d e sob e rbins a lam edas, s urcado por un rí o cris ta­lino, cuyo curc;o tonuoso indi caba una espesa capa de bruma parecida al humo de l caiión que se ag lomern e n e l espacio para qu e los c i e lo s no contemplen las iniquidades d e los h o mbres; multitud de invis ibl e ruiseñor ec; cantaba n e n los bos ques y en ramadas que g uarn edan los ve ri - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 60 VIDA INTELECTU AL cuetos .que hacía escalar y descender á su caballo¡ las casas abrían s us puertas para recibir el saludo de la aurora; era domingo y sus pai­sanos se dirigían pres urosos a l pueblo para oir Misa, y el so nido de la campana de s u pueblo r esonó en su t'Orazón co mo un himno de gloria, cual s i celebrara su ll egada pregonando s us proezas .... ¡Qué ma ñan a tan hermosa aquella inolvidable m a í'tana d e su vida! Colás e ntró e n e l pueblo saludando á s us ve­cinos con su s impática sonrisa¡ corrió la voz como una exhalación, y todo el mundo salió á su encuentro; los chiquillos lo miraban embobados, los grandes le ha cían mil preg untas á las que le era poco m e n os que imposible contestar; él es­taba loco de aleg ría , pero de vez en cuando sen­tía en mitad del corazón a lgo así como la mor­dedura de una víbora, y se preguntaba interior­m ent e: «¿á qué he Yenid o yo? ¿po rqué m e mira n con lás tima? ¿qué ha pasado aquí? » No sabia dónde dirigirse, pero, como buen c ris tiano, pe nsó qu e lo m ejo r que podía hacer e ra entrar en la i g lesia, oir Mi sa y rezar una sal­ve á la Virgen del Rosa rio, s u patrona. Y _dicho y hecho: ll egó á la plaza, en co me ndó el caballo á un m oz uel o amigo s u yo, y penetró en e l t e mplo. E l señ or cu ra decía la l\Hsa, y sobre la tarima del presbiterio vió Colás arrodilladas c uatro pe rso ­n as, dos muj e res y dos h o mbres; detrás de ellos había también arrodillada muc ha gente. El co razó n l e d ió un sa lto terrible, como es­taban d e espa ld as, npenas i podía co no cer á al­guno, pero su corazón acababa de advertirle d el p eligro, y aquel pobre corazón no se e qui\·ocn ba nunca. Era segurr1 su desgracia: orientóse y lo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAl. 61 comprendió todo; Rosalía se casaba, pero ¿con quién? Un hombre pequeñito como ella, pero ex­ces ivamente grueso, estaba é\ s u d e recha. Colás mi r ó bien, y lo conoció: era Vicentillo Oliva. E l casamiento de Rosalla y la llegada de Colás había r e unido en la igles ia !1 casi todo el pueblo. El primtr impuls o del pobrecillo fué huir, volar por aquellos vericuetos, i ncorporarse á su columna y no volyer á pisa r de nuevo aque­ll a tiern1. No tu,·o valor para tanto, y se quedó pl antado allí, s in ver ni oír nada, pero devoran­do, devorando hasta las heces el cáliz de amar­g u ra. Poco des pués, todo había t e rminado: la boda salía de la igles ia, y me dio pu e blo detn\s de ella; el otr o medio prefirió contemplar el s uplicio mo­ral del infe liz. De r e pente se levantó, y se diri­gió á la s acris tí a: el señor cura se qu edó muerto al contemplarlo. • • •••• o o •• o •••• o •••• - ¡Si! -contestó é l tartamudea ndo--una güel­ta pa ver á los amigos!... E stabamos ce r ca, y ¿qué ha de hacer uno, s ino aprovechar las circuns­tancias? - Que porqu é he venío?-volvló ~\ co ntes­tar.- Pos ya lo s abe osté; pa ''er á los amigos. · -¡No, no sabía ná del caso!... Y dígame osté, se fi o r c ura; ¿me guarda osté aquellos c ien duros( ¿Que qué quieo ha cer con ellos?.. . ¡Pos dár­selos á Rosa lía, esa es mi voluntál • o • • • • • • • • • ••• o • • • • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 62 VIDA INTELECTUAL Pos mire os té: si e ll a no los quiere, se los degüelve osté á Vicentillo, y pa el caso es lo m esmo. Besó la man o al seño r c ura, y apretando l os die ntes para no dar paso a l comprimido llanto, s alió de la sacristía, y se dirigió á la puerta de l a igles i a. Antes de s alir, Yolvió sus ojos á la iz­quierda, y vió en una capilla la im ~\ gen veneran­da de la Virgen de los Dolor es con s u Divino Hijo muerto e n brazos. Torció e l rumbo, y arro­dill< índose á s us pies, rezó con todo el fervor de s u al ma una salve á la d esco nsolada Madre de los a fli gidos. Se le\antó con el corazón más sose­gado, y sali ó d e l te mplo: g ran parte del pueblo le esp e raba en la plaza. Colás montó e n su ca­b a ll o, y sin mirar á nadie d ij o: - ¡Si no n os vemos m ás, r eza r un padrenues­tro por mi a lm a! Y partió como una exhal ación . V Desde aquel mo m e nto, t odo cambi ó para Colás. No era é l hombre que s upier a dominar s u corazó n y po r Jo mis mo, e l r ecuerdo de R osa lia seguía llen a nd o s u exis t e nc ia ; pero co nye ncido de que nada podía ni debí a esperar de e lla, y s iéndole im posible vivir por otra parte sin objeto d eterminado que absorbi e r a la actividad y ener­g ía de su corazó n , pus o todas s us complacencias en su caballo, al que a mó desd e entonces con toda la ternura y fogosidad de s u a lma purísima y s in cera. Aquell a mi s ma noche, al retirarse á descan­sa r después de una inútil corre rí a e n busca de enemigos, tuvo el infe li z un amago d e tris teza Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAL 63 que po r p oco acaba co rr s us días. H a bía proc ura ­do n h ogar e n e l fo nd o d el a lma s us pesa r es, aco­g otando con d ecis i ón improp i a de s u débil v o­luntad Jos rud os e mbates de s u corazón qu e pugna ba n po r e nsefi o rearse de é l y r e ducirlo á afiicos; e l s ue fi o huía d e s us pá r pados, y un a a n­s ieda d mo rta l le devo r ab a l as e n t r a fi as. C o n ve n­cido d e que no d o rmiría e n toda la noch e, se levantó y co m enzó á p asea rse po r e l pa ti o de s u a loj a mie nto donde e l escu adró n t e ní~ los caba­llos. Hacía u na l una m agnífica, y e l canto d e los g all os y e l lej a no la drido d e l os pe rros y e l a pa ga ­d o r um or d e una acequia qu e la mía las p a r edes d e l e difi cio, des pe rta ba n e n s u m e mo r ia r ecu er­d os t a n q ueri dos, q u e el alm a e nt er a, pr esa de h orro r·osa a ngusti a, a menazaba escap~\rse l e del c ue rpo. D iri g i óse á su caba ll o, y dé\ n do le un gol­pecito carifioso e n la fre nte, d íj ole co n expresi ón co nm o v e do r a . -¡Tú solo m e quedas e n el m undo!• El n o bl e bruto pa r eci ó com pre nde r la aflic­c i ó n d elinfe Uz; un te mblo r co n v ul s i vo se apod er ó d e él, y r e linc h a ndo so rda me nte, r efr egó s u ga­llarda ca beza co n t ra e l pech o de s u a mo. Co lás se a brazó á s u c ue ll o, no sabi en do demostr ar le de otro modo s u m uda g ratitu d, y mojó con s u escaldado ll a nto las pequ efi as o rej as del caba ll o. A"i pe rm a n ecieron ambos largo r ato, cual s i tra ta ra n de consol arse m útuamente de sus do­lo rosos info r tun ios. De r e pente el caballo se estre m ec ió y de s us n arices pa lpi tar.tes brotó u n tr e me ndo reso plido de co r aje; Coh\s p restó o idos, y á poco el rumor de un a des<'arga le ind icó lo qu e ocurría; e l e n e mi go nmagaba un n sorpresa. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .. 64 VIDA IN'l'ELECTUAL El g rito de los centinelas y el sonido de las cornetas puso en movimiento á todo el mundo: la confusión era espantosa; los soldados corrían por las galerías y los patios á medio vestir con las armas en ln mano; los de á caballo abalanzá­ronse á s us monturas, y empezaron á ensillar medio dormidos; todo el mundo gritaba y nadie se entendla, y entre tanto el enemigo forzaba las puertas del alojamiento, y se apoderaba de los puntos extratégicos del pueblo. U na compañía logró á fuerza de heróicos esfue rzos despejar la pequeña plaza que ho.bía delante del cuartet; un cuarto de hora más tarde la caballería se formaba en la puerta, sin saber á dónde dirigirse: aquello era un infierno; las balas silbaban por todas partes¡ las d"escargas se oían en todas direcciones; órdenes contra­dictorias corrían de un punto á otro, y los sol­dados, sin dirección para el combate, disparaban sin concierto, se fusilaban mutuamente, ó arro­jando las armas, huían presurosos hacia el campo,·donde caían prisioneros. Al ver que todo estaba perdido, la caballería salió del pueblo, abriéndose camino '\ sablazo limpio; C o l~\s no se descuidaba, pero un terrible presentimiento se había apoderado de él, y más que de matar enemigos, cuidábase de rezar por su eterna salvación. Emprendieron la can·e­tera que corría por una espaciosa llanUI·a, esmal­tada de huertas y sembrada de trigo, pero á medio kilómetro del pueblo, vieron formado en apretado núcleo el grueso de las fuerzas ene­migas, cerrándoles el paso: era necesario pasar, ó rendirse á discreción, pues en el pueblo sólo se Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELE CTU AL 65 o ía n ya a lg unos tiros d esperdigados, lo que in­dicaba que la columna acab a ba de capitula r . El j e fe del escuadrón dió orden de cargar: l a luna a lumbraba el campo de batalla, r e flejando s us plateados r ayos sob r e l as bayonetas ene­migas y los bruñidos aceros de la cab allería: el escu adrón se la nzó á la carre r a sobre l a fuerza que cubría e l ca min o, p e ro una terrible descarga de l as avanzadas oc ultas e n l os sembrados y parapetadas e n los árb ol es y e n las cercas, sembró la co nfus ión y el espa nto e ntre los bú­sHes, a l mi s m o tie mp o qu e e l e ne migo for maba el c uadro e n la ca rrete ra y reci bía la embestida con una llu via de plomo. E l grito fatídico de «¡sálvese e l que pu eda!» c undió entr e las fila s, y lo s so ldados, abando­nando la fo rmación, huí a n á uña de caball o por las hue rtas, sembrados y senderos de la llanura. Colás, que era de los últimos, entróse p or un seoderillo veci nal que atr avesaba un hermoso campo de trigo: h"lb [a m etido el sable en la vaina y no se preocupaba g 1 a n cosa de salvarse. D e repente sintió que la luz huía de s us ojos, y soltando las rie ndas, murmuró: «¡Di os te nga piedá de mil • In s tintiva me nte se h abía ll evado las m a n os á la cabeza, pero al instante perdió e l ap lomo, y cayó a l s u elo com o un peñasco que se derru m ba d e la c umbre. El caball o se detuvo, y dando m edia yue lta, inc linó la cabeza, encogi ó e l cu erp o, humill ó s us patas d e l a nte ras, y r e lin ­chando tris te m e nte, co nte m pló con expr esió n do lo r osísima a l infe liz. Cuando d o~ ho ras después, á la clara lu z del sol, un gru po de e ne mi gos acertó <\ pasar por Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ,, 66 VIDA IN'I'ELIW'l' UAL aquel punto1 encontraron e n la mis ma actitud a l n~ble bruto que parecía velar y proteger e l cadáver de su dueño, demos trando co n s u dolor e l sentimie nto de no haber podido seguir s u mis m a suerte. MoDESTo H. VILLAEscusA. Barcelona, Mayo de 1905. PRESAG IO S Detén-hl hermosa y grande Argentina viril, hija del Aude-un momento e l rol ó de tus destinos; detén ese desbande de esperanzas que pueblan tus cami n os! Quiero ver si respon d e á mi voz el mi ste1·io que se esconde e n tu seno de v irgen impoluta; quiero 8aber á dónde va á p a r a r el secr eto de tu ruta. Con tus r egios pensiles, tus mineros, y campos y r edi les tal vigor ft>cundie:,imo prego nas que en requiebros gen t.il es demandan tu favor todas las zonas. Ayer nacidn, tienes en t u seno la fuente de los bienes y en tus venns los rí os de 1~ vida; tianes magia de eden es y larguezas de Tierra prometida. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAL 67 ¿Por qué fibra no vaga la pas ió n de que r e rte? ¿A qui é n no halaga l a visión d e tus graci a s y d o naires? ¿Quión no admint ¿\tu maga, tu opulenta, tu r e gia Buenos Aires? L os que e l santo embe l es o en e l al m a sentís d e l cas to b eso del átomo de luz que s e d esata en el sol d el progreso, ¡ve nid á ver la náyade d e l Plata! D e s u afanar, apenas el son or· o trajín d e las colme nas !ov o icloa e n l os ánimos evo ca ... ¡Tal corre po r s us v e nas del inten so vivir el ans ia IOCtl! C ual se es po nj a la blanda ola d el an c h o m a r , e ll a se agra nda y dispo n e e l albergue placcnte r·o que e n continut'l d e manda t\ s us puertas m e ndig a <'1 o rbe e nter o. En la brega diiirna el fr·agor el e las máquinas &o turna con las vo ces que a so rdan los es pac ios, y e n ~a. calma n o cturna s on man&i one.;; d e fada s us pal aci os. Las r·azns d e In ti e rra, con el ft'i o ego ís mo e n san tn g u e rra, &e r ocueb tan á un tie mpo <'ll b U r t-gazo: ella los brazos c ie rra y las fundC' al calo r d o aque l a b razo . ¡Mir·ad c u á l la profi e re <'ntro mil ol Progr· cso, y In r c qui c- r·c­dc amo r es, y el e g é rm en es lu inlliHitl! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 68 VIDI). INTELECTUAL ¡Mirad c ómo la quiere y la h~ce d e s u luz madre fe cnndal ¡Oh Pueblo! ¡Ya adivino á dónde yas ! ¡Ya sé p o r qu é camino te condúce n d e Dios las hondas trazas! ¡Ya leo en tu des tino, o h criso l d e n acio nes y de razas! Oye, pues o h divina. ti erra d e b endición , tie rra Argentina d e tu excelsa misi ó n mi buen pres agio ! ¡En ti oh a1·c a ced1· ina, _ salv a1·ánse los restos ele wn naufragio! D e aquel naufrag io enorme que ha de sumir la. Euro pa en un informe y caótico m a r d e tempes tades, que su solar t r a ns fo rm e e n purgado so la r d e áurea s edades . En éxodo grandios.o, á través del a t lante proceloso, arribará á t u s playas bienh echoras un mund o bullicios o de esp e ranzas ri s ueih\s y canoras. Ento n ces ¡c ó mo al punto d e tu fu t uro o límpi co e l trasunto v er ás de t u presente e n l(•S d e tall es ! ¡Qué col osal co njunto, e l de tus se rranías y tus vall es ! Y en to n ces ¡qué fragancia tus ti e rras manarttn , y qué abundancia d e l arado al sentir el h ondo taj o! ¡y co n qu é exubcrnn cia colm a r ils In e~ p c nm za d e l trnbnjo! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA INTELECTUAL Sen\n fértiles huertos tus m edrosos y vírgenes des iertos: y al hacer tel'l'aplenes y desmontes tesoros encubier tos te darán las entrañas de tus montes. Tu Pampa florecida vcráse on mil sentidos recorrida por la esbelta y audaz loco motora que alzará en su corrida el rubio cereal que el mundo adora. P a ra que por tus ríos conduzcas tus riquezas, de navíos te surtirán tus bosques seculares, y tus cerr os brA.víos, de lanas que tejer en tus telares. De tus fi e ros torren tes y cascndas las rápidas vertientes sumisas baja!·án por nuevos tramos, y on saltos imponentes moverán maquinarias y dinamos. Los pueblos que hoy aldeas, y ni aldeas acaso, giganteas ciüdades serán, ricos e mporio s en dondela~ideas con el músculo harán suS: desposorios. Y seguros baluartes del Progreso -vendrán de todas partes los productos del mar, selvas y campos á p<'d i 1' 1\ tus a r·tes é industrins el1·etoque do s us In m pos. Y templos de las ciencias-como lámparas santa<> hw con ciencias 69 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 70 VIDA INTELECTUAL radiarán e l amo r de un Ideal solo, que en divinas cadencias los hijos cnntarán del bello Apolo. Cttntar1\ n ol sublime ldenl que ge n era~· quo redime, y los pueblos asienta y fortifica, y 1\ la$ a lmas exime del dolor, y á los hombres dignifica. ¡Esa es la PAz! ¡La calma que endulza el ccrazón é inunda e l alma de armoniosos aco r des soberanos! ¡la v icto ri osa palma de la santa igualdad de los hermanos ! ¡Esa es la P Az-¡ Oh T ierra enemiga sublime de la guerra! ¡Tu porven i r encierra ese gran día! ¡Tu po r venir enci crr~ la auro ra boreal de la armonía!.. .. ¿Qué no lo ves? ¡No impor ta! ¡Después la humanidad l o ver á absorta! ¡Ya lo marca el retó de tus destinos! ¡Ya lo vé quien te e xho rLa á seguir adelante en tus camino~! ¡Adeln.n te, y no ceses de manar de tu seno oro de mieses, de crecer tan viril, tan fuerte r grande, que la cúspide beses del huma.no progreso, h1jn del Ande! ALEJANDRO .MmoÉxs PARRADO. Córdoba, Junio do 1905. PI'OShÍlCl'O, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. VIDA I NTELECTO AL 71 CO NTR I BUCIÓN AL ESTU DIO DEL CAUD I L LAJE ARGEN TI NO Apuntes críticos-La Comtuistn Americana fuá obra de los caudí llos españoles­Hechos quo convien e establecer para determinar el orlgon dol caudillaje. L eyendo los opúsculos escr i tos á propósito de l caudillaje argentino, (de nota bl e factura algunos) un espíritu ecu<\nime e nco ntrará que hemos e mpeza do por donde deberíamos co ncluir. En efecto: no solamente los escritores d e a í'i os atn\s, s ino los de hoy, han se dejado dominar á menudo por el espíritu m eta fí s ico de l as v iejas escuelas, desdeñando lastimosame nt e e l mé todo científico de investigación, p erfectame nte apli­cable á la hi s toria. En vez de reunir e l may o r núme ro de h ec h os posibles para deducir, después de analizarlos, sus exactas r elaciones d e causas y efectos según ya lo aconsejara Baco n (afo­ris mos) para las Ciencias Naturales, lo s esc ri­tor es argentinos, en s u g ran m ayoría, partiendo de pretendidos princ ipi os abso lutos y de s u­pues tas verdades, no dem os tradas, h a n cr eído posib le llegar á las grandes sín tes is y conclu­s ionep extremas; s uced iendo que, p ar a demostrar lo previamente determinado, h a nse visto ob li­gados á s uplir muchas veces los h ec h os con afirmaciones antojadizas, desp r ovistas de todo valer científico, cuando no á ad ulterarlos por defici e ncia s de info rm ación ó ca r en<' ia de espí­ritu c rítico . E n tre nu estros his tori adores, e l Dr. López, por ejemplo, afirma que la lu c ha p or In or ga- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 72 VIDA INTELECTO AL nización nacional fué un Simple levantamiento de caudillos bárbaros surgidos de los bajos fondos sociales, sin más propósito que el de ahogar en sangre la civilización; y que el loca­lismo de las provincias era un 11sentimiento estrecho", mientras el localismo de Buenos Aires era un u noble y elevado localismo na­cional". ¿Eso es his toria? El General Mitre, más ecuánime, considera á los caudillos como simples representantes de turbas anárquicas. El Deán Funes, olvidando haber sido por­t. ador de la nota con que el presidente Rivadavia investía al General Quiroga de un eminente cargo en el Ejército Oriental, vé en los caudillos los únicos obstáculos de la organización na­ci0nal. E l Dr. José Manuel Estrada no vé surgir de entre «las turbas provincianas», sino tinieblas, miseria y sangre. Sarmiento, aun cuando sujeto al lirismo de joven atiborrado de revoluciones griegas, ro­manas, francesas, se detiene un momento en medio de sus magistrales apóstrofes contra la barbarie, para dejar un rastro de su genio y de la honradez de su alma: (
Fuente: Biblioteca Virtual Banco de la República Formatos de contenido: Prensa

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Vida Intelectual - Año II N. 23

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