Por:
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Fecha:
04/07/1874
, ~.a ~e:: • la ~ A U ---- A ~
PERIODICO LITERARIO DEDICADO A LA JUVENTUD
Af\0 II.
NUMERO 10. • POPAYAN, 4DEJULIODE1874 .
RAMIREZ Y RIVERA, EDITORES.
* * * Pnb1icamos á continuacion una dulce
poesía de la señorita Cecilia Segura.
Los versos de la mujer cristiana enternecen
y entut:liasman, porgue el alma de la mujer
es toda poesía y porque el crit~tianismo
es la más pura y abundante ftlente de la inspiracion.
Creemos que los lectores de El Cauca nos
agradecerán este obsequio, como nosotros
agrauecemos á la señorita Segura la bondad
con que se prestó á nuestra exigencia de permitirnos
dar á luz su can~ á .MARÍA.
Conocemos algunos otros trabajos literarios
de la señorita egnra; y desearíamos que
nos fuera dauo engalauat· con ellos las columnas
de nuestt·o periódico.
A l'IARU.
EN EL SANTUARIO DE LA. Jj .UA.
Es la luz en esto sitio
Más espléndida, más pura,
Tiene el aire más frescura
Y más fragancia la flor¡
Y cantan las avecillas
Con más grata melodía
Y tiene más armonia
De la cascada el rumor.
VÍI·gcn santa, Madre amada,
Aquí tu aliento respiro
Y tu imágen aquí miro
En cuanto alcanzo á mirar;
Y escucho tu dulce nombre
En el murmurio del rio
Y entre el ramaje somhrío
De la brisa al susurrar.
Y mi alma se siente llena
De dulcísima esperanza
Y á tus pies, Madre, se lanza
Poseída de tu amor;
Que si está por los dolores
El corazon lacerado,
Al invocarte, ahuyentado
Siente del pecho el dolor.
Bien sé yo .que en todas partes,
Blanca p.aloma del cielo,
Eres el bien, el conRnelo
Del desdichado mortal;
Que el marino en mar furiosa
Y que el viajero extraviado,
Si tu nombre han pronunciado
J.ibres se encuentran uel mal.
Por eso, desde muy lé·jos
Pobre, angustiada viajera,
Mi plegaria lastimera
Aquí vine á pronunciar.
Si, te clamé y mis cl:lmor{'s,
Reina del cielo, escuchaste :
La dulce paz me brindaste
Que tanto desée alcanzar .......
María, perdon ! si osada ......
N o soy digna de nombrnrte-Perdon,
Vírgen, si á elevarte
Mis canta1·es me ntrevi ;
Ellos son ecos de mi alma,
Son una débil plegaria :
De avecilla solitaria
El tl'istísimo gemir.
CECILIA SEGUR.!.
LA LUNA. EN LA VELADA.
El reloj de la tone Yecina ha dado lentamente
las campanadas de la média noche.
Mi lámpara, ya casi apagada, baña á veces
los objetos que me rodean con luz azulada y
trémula: se ha extinguido y no alumbrará
~ás: su llama vive ...... intenta elevarse y esptra:
asi lueha la esperanza con un destino
Implacable !
Buscamo1:1 á Dios en la soledad, porque lo
que tenemos de divino se deleita allí con
nuestros pensamientos; juega con las flores,
las brisas y las aguas i se cxtasía contemplando
el cielo.
Amamos el silencio; porque donde él impera,
el alma reiua; porque ahí, libre ella del
ruido y de las miradas del mundo, recibe
nuestrae caricias, como la esposa que por vez
primera 1.1e atreve á reclinar su cabeza en nueFtro
pecho, suspirando pot· un amor inmortal.
Cuando en medio del desierto, bajo el ln·
joso pa.bellou de la noche, se pone oido aten-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CA. u C ,L
to á los vagos rumores de la selva cercana,
escuchamoR á la soledad, que alienta, y al silencio
que se ciemc sobre élla en las tinieblas:
agitttndo con 5ils alas brisas impregnadas de
aromas.
Cuando la luna llena se levanta sobre las
~umbl·es puntiaguélas y negras que sotílbrcan
~1 valle donde naci: y dora con su luz maci-·
lenta las móviles y altas techumbres de Jos
bosques de palme1·as, que e ele\'an 6 inclinan
sobre los coll:.tllos de vegas ignota~ eomo
fiorE:ros iomen. os, el viento ~:~uspim en los
follajes; el rio juncoso, sin linfas ni murmn]
Jos, refleja todo el explendor del cielo i Jos
buitres !iacuden Sll3 plumajeR y graz.J::.u en las
espesuras, y las palomas gimetl. ~s que la
soledad ha de portado. Pocos momeutos des·
pues uo se oye ya ni el vuelo de una hoja :
el sile11cio ha desce11dido sobre la selva y la
soledad duerme de nuevo bajo sus alas y sus
be os.
Desiertos amados! sé que me esperais, y
tnrdo ! Noches de paz y delil.lio. Lrail viento, vuelve á traer y torna á llevar·.
Un caballCJ'o se acerca á la grade1·ía y fJ
apea con destreza. Viste Je blanco, lleva bo"
tas hasta la rodilla y calza espuelas de plata1
Los nifios corremos á rodf'ado, impidiéndole
andar¡ los penos le at!a· ~tjan y ahullan de
alegria: ha torm.tliO del regazo cte mi ma clt·e
al mas pequeüo de mis l:icrmanos y le lu.we
cabr¡,llo en uua de las rodillas: yo me atand
inúLilmente por di5pt1 t,arle á Pedro, el paje
mima,lo, el horiol' de desabrot;harle las espue~
líis á su amo. E mi lJadre.
Los labriegos, que tanto le :mHtrorl, cucrF
tat1 h ber oido su. pasos en esos pobres ho·
gares qne visiLó, 1-!merlianclo mibcria ¡ y m~
han n'fcrido qnc esculihrtn aqnella vor. armo "
niosa, en loR campos que él cnltivó, cuandd
la lunn. ilumina noches callada~;. Yo le he lla•
mat~o el clia ele . upremo infortunio , y aunque
sé que vela por mí, nu11ca rf'RpondP. 1
Amor mio, amot· primero de mi corazon 1
Solo me que,Jan de tí rec:ucroo qur evoco
ternero o, y esa luna. confi1lcnte ántes ama·
ble ele nue:stras tristeza~ y alegrías, que ell!i
olvidó yf>..
Aún e tú sobre mi pecho el calC1T' de esa
cabeza de. trcnza1ia i aún oigo los acentos in
articulados ele ~uf! lalJios; to1la\'ln. ~ient. o go·
tear sobre mis mano sus lágrimas arrlicntes;
las veo rodar de SllS ojos, vrhdos pnr el pu·
dor, abrillantadas por tn luz, oh 1 luna, que
tanto atnó ! ......
Pobre Feliza! Si con lágl'ima8 pl1diera R3·
ciar. e esta sed qne devora mi alma, f:li con lá "
l:'l grimas tuyas debías comprar mi c01·azon 1
¿ qniéD se atrevería ú Jispnt:írtelo ?
Y hay instantes en qne te pertenece ente"
ro. E,a impaltJable rival qne te lo roba, es
roénos atnorol:!a que tú. Esta vi ion queri·
da, que me hace alejar de tí, acabará por ven·
gartc de los ¡nomentos de mi criminal des·
amor. N o In temas cuando velo á tu lado, y
tus soOI'i!'.as y las caricia~ de nuestros hijos 1
me hacen olvidar crueles y pasados infortunios.
Pero ctrando en horas avanzadas de la no·
che entras con pasos quedos á la e~tancia en
que trabajo, á la luz de una rústica lámpttl'a,
cuyos re. plandores amortiguan los rayos de
la luna naciente : cuando te acercas y mis 01•
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E ~~ e A u e .1.
dos no te oyen ni mis ojos te buscan ...... llora
y peruona porque mi corazon 1e es infiel y tu
rival es la Gloria.
Si pudieras vi!ntc
n.zules cu la verde vega del Peiion, planten- 1
do á lo léjos al erpentear en el confin de la
llanura. lláulalc de nuestro ' último adios ......
y del último beso mio que enjllgó sus lágrimas.
Ahora la llanura est.ará solitaria : el viento
.sacuuirá los aromales resecos, e~parciendo eo
los grama! es hojas muertas. ¿Dónde estará
la tumba que mi a.! tila bu ca allí? N un ca hollaron
mis pi611 Jos zarzales que In rodean; no
ba humedecido e e pol\'o tma lágrima mia.
:Mis labio no tocaron ya helada esa mano cariñoRa
que meció mi cuna. Mi acento no llegó
á los oidos de esa madre amoro a, cuando
la rodeaban algunos de sus hijos,. e ·perando
un adios y una Lenclicion que yo no merecí.
:Mis ojos la lloraron tarde !
¿Era, pu11s~ de esos dolores ele lo que viuo
á haLlarme un ra.yo de tu luz, solitaria viajera
del cielo ?
Mucho tiempo baoia que contemplándote
no brotaba rle mis ojos tan copioso lloro
¡Permita Dios que ellos se cierren para siempre
áutea que se baya secado sobre tl)i corazon
la última lágrima ...... ~
JORGE !SAACS.
.,.-.,.-- ~·----
DICllAS SIN NOlUBRE.
PÓEMA EN UN CANTO.
I.
Lo tengo bien presente :
la quinta de Pombal, honra del Tajo,
se encuentra rio abajo, rio abajo,
saliendo de Lisboa, h:ícia el Poniente.
En Portugal lo sue1ios son pasiones;
y en el bello jardín que os he nombrado,
hecho por algun sabio enamorado
del arte de avivar las tentaciones,
un día, ol m.ís hermoso de mi vida,
niñas bollas y jóvenes reudidf\8,
jugamos á escondernos, y en seguida
6. volvemos ú. hallar bieu escondido~.
II.
1 Culfnta. divina cosa
se agolll !l. •i o.rrobatnmos el reposo
en esa e,lad dichOS!\
en que es encantador lo peligroso !
Así uua inglc~a, hasta dar miedo, hermosa,
en aquP] dio para mí dicho o,
merced ti la bonrlnd de cierta. prima
que medió cierta fama do poeta,
al vcnne ~e animó, como KO anima
ni sóplo del Ahrilla violctll;
rsienclo aquolln vez 1:\ vez primet'A.
que dd nmor la música escuchaba,
la 11iñ a me miraba.
poniendo en su mirada el alma entera;
pues su candllr, que cm su ~randa encanto,
era tan ultm ínglf's, que tOalt:u·, son
tolerado ta11to tirmpo preciso es que no sea . entes ridículos qne no juzgo posible hallar ni
tan peligroso, pnett á l'abiéndas ni los pamo si fuera materia vil. La mujer pudo·
endo ~>ólo á la fuerza de la co. tt1mlJ1'e. En rosa debe 1>er como la sensitiva, que vlega
las ca adas, no. ¿ né p1·ovceho saca de esa sus hojas al más leve eontarto.
diversion 'f Üliigarse y caer enferma tal vez. El principal en<:ant.o del baile es tjnizá esa
La que dice que so drl'ierte bailando, e que agilidad que ofrece para auerc:\l'se, para unirha
oltidado qne rente, á buen Begnro que no hallará placer en un ~uspiro. Si el amor e· legitimo, el bai.
en el mero hecho de hailm·, ni gozo eu el le está jnl'ltificado. P0ro lo qn0 no compren.
cansancio, ni distraccion en la fatiga. u antojo, no repara en la fot·ma Je la
diver ·ion.
liábla"sme de ef:a edttcaclon exterior qne
nclc aprenrlcrRe c11 los bailes y qn~ es ncce·
saria al hombro, segun opinion tuya, para po·
dcr· altcnHil' con lntl pcr ·oh a u e úuen tono.
¡Bonita educacion! Pr·ecisameute el baile
~:>imboliza la volubj;id:ul humana. En esa e·
ducacion no hay 111{18 que superficie y nin~!lln
fondo. ¡ Edu~.:acion cm·eoorafica, allin 1 PaJ
·a educarse, para poclcr frccurutar la sociedad
de lOR salOIIC 1 para auquirir eJ trato Je
gente, como dic:cs, no veo la nc~€ idad de l:iacet
· piruetas, Ri es que no \'Ívimo¡; en el país
de los bufos, como tal <:reo.
En cnant.o á los uailes particulare¡¡, es do·
cir, e os bailes que ·e im1wovisan donde qnic·
raque se reunen unoti cuantos amigos de
distinto sexo, nada teng\) qu~ decir. Con·
vengo en que no ofrecen tanto peligro, pero·
pecan de tontos é insípidos. ¡A no se•· que
el tanl'::tl' e sin necesidad constituya un pla·
cer! En invierno pueden tolcrarse como una
especie do calorífero; nunca como una di·
versioii.
vnt
Al escribi•·las ú1timas líneas de este largo
articulejo, abrigo la conviccion de que acabo
de predicar en desierto, ¡Está tan arraigalo
el baile entre nosotros! Ni la elocuen·
:ia do Ciceron basta•·ia para dc!lacreditarlo,
•¡g
pero necesitaba, querido Fernando, contes·
tar á alguno• tópicos de tu brillante articulo.
que seguramente habrá sido acogido por el
bello sexo con viva •nuestras de entusiasmo,
Por esto te dije que la lncha entablada entre
los dos era de ·igual. Tú combate!! con ven·
taja. Tienes ~tu fovor todas mis lectoras ...
y todo el mun1lo femenino. Y o estoy solo,
A tí te concederán la palma de la victoria.
Mis esfuerzos serán premi:uloR con un ¡qu6
sonso! ú ot•·a frase por el estilo, que do fijo
me sab1·á á rejalgar. Declamar contra el
baile es tiempo pe• Ji do.
Quo e1·ees.
ÜASIMIRO PRIETO.
PENS.\liiENTOS.
N atia se parece más á un ángel que una
mujer pcdccta.
Un instante de !!Occ del corav.on, vale más
que muchas ho•·as ~llc plaecr Jo los sentidos.
La sociedad actual engaña cobard emente A
las mujeres : las confunu e y de vancce ent•·e
una nube 1lc Ii ~ onjas, y, como en pasadus fli•
~lo. , apenas le. en. ciia á del etrear impresos
y á mal pintar el abcccclariu.
El porvenir· rl e las criaturas es casi sietn•
pre obra de .:u madre.
Dar:\ Inz mu chos hijo~, vale infinitamente
ménos que cunear hien á 11110 solo.
El parlre imprime de \)rtlinnrio á los hijos
su cnrácte1·; la madre lo imprime á los hijos
y á las hijas.
La mujer que con sus virtudes y sus graci·
as cautiva nuestra cabeza y nucRtro comzon,
es la que más amam os; la muje•· á qui en nos
unimos con el vín eulo del matrimonio es la
que amamos mf'jor: la madre es la única m u•
jcr que amamos si em¡Jre.
El amor materno es el más puro y sublimo
de todos nuestros amores.
(Tomados do varios autores. )
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
8{} EL CAUCA.
LAS DOS FUENTES.
Refieren que en un Jla11o dulcemente
una fuente apacible &e encontraba,
tan clara y trasparente
qne beber de sus aguas provocaba.
Y refiereo, tambien, que en la ll::macla
el agua de otra fuente se veia,
tan sucia y enlodada
que nadie á beber de ella se atrevia.
Enojada con ésto la segunda,
le dijo con desden á la primera:
"Oh 1 tú eres una inmunda,
eres una menguada compañera."
" Naces en una ciénaga cercana
que aterra con su lodo al caminante;
y yo en roca lejana
cuya finura envidia hasta el diamante."
-" Qnieres,n dijo la otra, "denigrarme,
mas tus necias palabras no me afligeu:
no hallando qué tacharme,
tienes qué remontarte hasta mi origen."
F. L. D.
ANÉCDOTAS.
Pocos días hace se presentó un individuo
que acababa de llegar del campo, en casa de
nn intimo amigo suyo.
-Estfl el señor? preguntó al criado.
-Ay, caballero! No sabe usted lo quepa ·
ea? El pobre ha muerto esta mañana.
-Muerto 1 Qué lástima! N o deje usted
de decirle que lo siento con toda mi alma.
Dispntábale un jóven á otro el derecho de
seguir por el enlo~Sado, y al tratar de quitár ·
selo, le dijo: Yo no cedo jamas el paso á
ningun illano." Entónces el otro, dejándole
libre el camino, le cohtestó con calma: Pero
yo sí.
EPIGRAlUAS.
" Detesto las avellanas,"
exclama la Paz Cifuentes ¡
y dicen lenguas livianas
que no es por falta de ganas ......
sino pot· falta de dientes.
RElHGIO GAULA.
-¡~Ay qué negra desventura!
dijo Gregoria á Vicente:
comi una pera madura
y uu diente se me cayó¡
y Vicente respondió:
-más maduro estaba el diente.
R. R. FIGUEROA.
Al hacer un inventario,
para aprovechar papel,
así se expresaba en él
un conciso secretario :
" y una bula se encontró
qne diligente lei,
cuyo tenor dice asi: "
y en seguida la co¡ió.
FLOltENTINO S.ANZ.
AGENCUS DE "EL CAUCA."
DENTRO Y FUERA DEL ESTADO.
Lugares. Señores.
Caloto................ Presbítero Eduardo Caiotdo.
p t ·. 1 Zoilo Rivera.
(t
11m a.······· .... ·· 1 Alcibi ttdes Rámos.
C(úi.. .. .. .. .. . . . . .. .. Miguel Young.
Jwnwulí . . . . . . . . . . . . .. Fray Leon Sa.rdi.
Bumaventttra 1 Fxancisco Gueva.ra. · · · · · · · · 1 Lconte Micolta.
Ruga .. ... ... ......... Fernando Stinchez.
Cm·tago.............. Simon Arboleda..
Cel'l·ito. . . . . . . . . . . . . . . Presbftero Pntricio Pnrfdet.
Bucnosaircs . . . . . . . . . . Gabriel Ma.m ique.
Nóvit~ ... . .... . ...•.. Octavio Hurtado.
Quibdó . . . . . . . . . . . . . . . Snlomon Posso.
Almaguer 1 Lcopoldo Fontal. · · · · ·· · · ·· .. 1 Amador V. Crespo.
Bolít•a1·... . . . . . . . . . . . .Eudocio Constain.
Pasto ...... .... .. .... Juon E. Monco.yo.
Tíiquen·es .... ..... ... Julio Tomas.
Ipiáles. .. . . .. . . .. . .. • Rnmon Ceron.
lbm·ra .. .. .. . . . . . ... . Tom!li! Gu11rrero.
Riobamba ............ Vicente Espinosa.
'l'ttnJa .. .... .. . •... . . Tól'l'es Hermanos.
Cartai1111a. . . . . . . . . . . . Felipe . Paz.
Santamarta........ .. Sttbas Llános .
Pm1nmá_... ...... .... José Mnt·fa. Aloman.
Barbac6as. . . . . . . . . . • lldefonso D. del CIIStillo.
Manizález........... Miguel del Valle.
PRl~IA DE <
Fuente:
Biblioteca Virtual Banco de la República
Tipo de contenido:
Prensa