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  • Exposición
  • Ciencias sociales

Estás en: Manuel Zapata Olivella, cartografía de una vida

¡Levántate mulato!

Manuel escribió que apenas cruzó la frontera entre México y Estados Unidos «murió el vagabundo y nació el combatiente». En esta sección explorarás algunas de las vivencias que despertaron su furia.

El complejo contexto político y social que vivió Manuel en su paso por Estados Unidos fue la semilla que germinó muchas de las ideas y luchas que tendría a lo largo de su vida. Tras recorrer, conocer y vivir la discriminación racial en carne propia, dejó un registro de los efectos de las leyes Jim Crow en un par de relatos escritos en dos momentos distintos: «He visto la noche» y su autobiografía «¡Levántate mulato!».

Furia negra

En su autobiografía, Gabriel García Márquez dijo que «la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla». Relatar la vida desde el presente es una trampa de la memoria en la que el tiempo y los aprendizajes cambian la forma en la que se observa el pasado. Esta es una premisa que aplica para las autobiografías, las cuales podrían leerse como historias o versiones únicas.

De ahí que en¡Levántate mulato! Por mi raza hablará el espíritu, un texto en el que Manuel recreó su vida de manera autobiográfica, él narre sus experiencias, viajes y pensamientos con un lente particular. A partir de textos de ficción y de no ficción, en esta sección rastrearemos algunos indicios del nacimiento de su lucha por reconocer, divulgar y demandar los derechos de los negros luego de su viaje a Estados Unidos.

Las experiencias narradas en tiempo real, desde las vivencias en Estados Unidos consignadas en He visto la noche, la rememoración de estos mismos hechos después de más experiencias y desarrollo intelectual, en su autobiografía ¡Levántate mulato!, y la crítica social desde el teatro, en Hotel de vagabundos —una obra inspirada en los personajes y las situaciones que conoció en algunos hoteles mientras se rebuscaba la vida—, guiarán el camino hacia el nacimiento de la furia negra de Zapata.

Como semillas que llegan a tierra fértil, las preguntas por la identidad y los motivos para combatir germinaron en Manuel. Sus viajes lo llevaron a cultivar experiencias, amistades y referentes. Desde sus primeras estancias en Bogotá, pasando por los caminos recorridos a pie en Centroamérica, por el maltrato y a la vez la hermandad que vivió en Estados Unidos, hasta llegar a su vida académica e intelectual en Colombia, Manuel Zapata fue resolviendo las inquietudes por su identidad, por el lugar y la forma en que habitaba el mundo.

Muy joven decidió emprender un viaje que lo llevó a conocer los Estados Unidos de la posguerra, en medio de un contexto marcado por la tensión alrededor de las leyes de segregación racial Jim Crow. Allí, Manuel vivió la exclusión y la diferencia en carne propia, no solo como un negro en Estados Unidos, sino como un mestizo, un inmigrante y un latino.

A los 27 años llegó a Los Ángeles, contaba con el dinero de la venta de su máquina de escribir y algunos elementos quirúrgicos. Iba sentado en uno de los puestos traseros de un bus, los asientos designados para los negros. En ese momento, después de cruzar la «línea de color» que demarcaba la ley de Estados Unidos, escribe en ¡Levántate mulato!: «murió el vagabundo y nació el combatiente por la igualdad de los hombres cualquiera que fuese el color de su piel».

Los Ángeles, Chicago, Nueva York, Atlanta y Nueva Orleans fueron algunas de las ciudades que Manuel visitó en su recorrido. En cada una, su etnia, color y origen fueron elementos fundamentales que determinaron el trato de los demás hacia él, despertando así una consciencia sobre su identidad.

Contextos hostiles, leyes discriminatorias y malos tratos fueron algunos de los disparadores de su espíritu combatiente. Pero con la discriminación también fue testigo de la unión de ese pueblo de afroamericanos que resistió mediante la protesta, el arte y la cultura; ese pueblo que renació en Harlem desde el blues y la poesía, que escaló montañas y rompió barreras para mantener la cabeza en alto y defender su identidad.

De a poco, y con experiencias acumuladas en diferentes lugares de América, floreció en Manuel una meta y una vocación que ejecutó a lo largo de su vida: trabajar por el reconocimiento de los derechos de todas las personas, en especial de hombres, mujeres, niños y niñas que son discriminados por su color de piel. Y, en el proceso, se preguntó por su esencia y por el lugar que habitaba, al tiempo que compartió sus respuestas con otros. Así, su vida se fue convirtiendo en un legado de lucha, de furia negra.

Recursos recomendados

Relatos de exclusión

«Hotel de vagabundo», «He visto la noche» y «¡Levántate mulato!» tienen el registro de las experiencias e historias que conoció Manuel en su travesía por Estados Unidos. El hambre, la exclusión y la hermandad son algunos de los temas que atraviesan su viaje y sus reflexiones.

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Cartografía

Travesía por Estados Unidos

Manuel entró a Estados Unidos después de un viaje por Centroamérica. De occidente a oriente y de norte a sur recorrió varias ciudades y vivió las experiencias de un negro latino en época de discriminación racial. Los buses Greyhound fueron el medio de transporte en los que atravesó el país del norte.

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Chicago

Chicago, Illinois

La segunda parada de Manuel fue Chicago. Allí barrió, cambió sábanas y limpió inodoros en el General Hospital. En el camino de ida paró en Salt Lake City y disfrutó del lago salado.

«Del iluso que creyera hacer del vagabundaje una escuela para sorprender la vida y la belleza, solo quedaba un cadáver que se esforzaba en evitar la sepultura, deambulando por las calles de Chicago. Me sabía extraviado en una selva que a cada hora ponía nuevas acechanzas en sus esquinas abarrotadas de hombres; las tiendas de alimento eran emboscadas en donde perecería si intentaba hartarme y confesar luego mi pobreza. Todo lo que había oído decir sobre esta posibilidad para el hambriento en las grandes ciudades norteamericanas, eran solo carnadas para los crédulos. Ahí estaba yo con el estómago vacío, sumándome a los cientos de vagos que veía cruzar a mi paso con el indeleble estigma de los brazos caídos. Me bastaba con mirar sus rostros y sus ademanes de hambrientos resignados, para adivinar que una amenaza superior a esa mísera existencia se cernía detrás de los que violaban el orden establecido».

Conoce más de la experiencia que Manuel tuvo en esta ciudad a través de estos apartados del libro He visto la noche:

  • «Compañeros de viaje»
  • «Llanto en las alturas»
  • «Menos DDT»
  • «Emboscadas»
  • «El Chicago negro»
  • «Bautizo Negro»
  • «Los veteranos buscan trabajo»
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He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

Universidad del Valle

Publicado: 2020

La narrativa refleja cómo el escritor busca, encuentra y comprende las raíces que lo unen a millones de seres como él. Visibiliza esa radiografía, con trazos vigentes de los padecimientos, tristezas, y también alegrías de la población negra en Estados Unidos.
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Los Ángeles

Los Ángeles, California

Manuel llegó a Estados Unidos atravesando la frontera con México en El Paso, Texas. Ahí comenzó la travesía, con una primera parada en Los Ángeles.

«Pronto me faltaron ojos para admirar a través de la veloz ventanilla tantas luces móviles, tantas sombras en largos y luminosos túneles y en el fondo, como jamás lo hubiera imaginado, Los Ángeles con su cielo estrellado tendido sobre la llanura, rasgado de meteoros eléctricos. Pensé en las nebulosas y en el nacimiento de los mundos. ¡Qué bello era sentirse niño ante tanta maravilla y qué doloroso estar solo y lejos de los hermanos con quienes uno había descubierto el misterio de la pólvora en Noche Buena!».

Conoce más de la experiencia que Manuel tuvo en esta ciudad a través de estos apartados del libro He visto la noche:

  • «El gran puente»
  • «Brazos caídos»
  • «Cazador de estrellas»
  • «Mi vida con Jorge»
  • «Jim Crow en Hollywood»
  • «Nuevos amigos»
  • «Héroe inesperado»
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He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

Universidad del Valle

Publicado: 2020

La narrativa refleja cómo el escritor busca, encuentra y comprende las raíces que lo unen a millones de seres como él. Visibiliza esa radiografía, con trazos vigentes de los padecimientos, tristezas, y también alegrías de la población negra en Estados Unidos.
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Winston - Salem

Winston-Salem, Carolina del Norte

Manuel visita a Marta, una dirigente obrera, por recomendación de sus amigos de Nueva York. En Winston-Salem conoce una fábrica de cigarrillos y participa en las manifestaciones obreras.

«No creí que hubiera obreros en Winston-Salem que trabajaran en otra actividad distinta a la elaboración de tabaco. Pronto tuve oportunidad de convencerme de lo contrario, cuando Marta me condujo a un extremo de la población para participar en un piquete de huelguistas, blancos y negros, hombres y mujeres, patrullando frente a una lavandería. En los carteles que portaban se leían frases como estas: “Estos patrones son injustos”. “¡Aquí pagan salarios de hambre!” “¡Queremos ganar para nuestros hijos!”. La lluvia continuaba cayendo implacable. Algunos carteles se habían desteñido y otros, humedecidos, no resistían el grito de injusticia que les habían grabado. Impertérritas bajo la lluvia, las canciones de los trabajadores levantaban su coro con indignación. Canciones del Profundo Sur, de la época de la esclavitud, que hablaban de Abe Lincoln, pero que ahora resucitaban los himnos de las organizaciones obreras».

Conoce más de la experiencia que Manuel tuvo en esta ciudad a través de estos apartados del libro He visto la noche:

  • «Cómo se hace un cigarillo»
  • «Canciones bajo la lluvia»
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He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

Universidad del Valle

Publicado: 2020

La narrativa refleja cómo el escritor busca, encuentra y comprende las raíces que lo unen a millones de seres como él. Visibiliza esa radiografía, con trazos vigentes de los padecimientos, tristezas, y también alegrías de la población negra en Estados Unidos.
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Nueva York

Nueva York, Nueva York

En Nueva York Manuel conoció el hambre, la miseria y la revolución negra de Harlem. A partir de su estadía en el Mills’s Hotel, se inspiró para escribir su obra de teatro Hotel de vagabundos.

«Desde que visitaba a la discípula de español que vivía en las últimas mansiones de Harlem, diariamente recorría sus calles hasta convertirme en uno de sus tantos huéspedes. Solo por las noches regresaba al centro de Nueva York a buscar un refugio en el Mill’s Hotel o en las estaciones. Lo mismo que los muchos vendedores de frutas tirando de sus coches, de uno a otro extremo de las populosas avenidas, yo deambulaba contemplando la vida amarga y sonriente de los negros. El Harlem que tenía a mi vista no era el barrio maravilloso de que hablaban los periódicos. Inútilmente buscaba en las esquinas a los negritos bailando el swing y a las mujeres luciendo costosísimos abrigos de pieles. Muy atrás estaban los tiempos cuando Duke Ellington atraía la élite blanca a los salones del Cotton Club; cuando Louis Armstrong vocalizaba su trompeta de oro frente a los atónitos magnates de la ciudad baja de Nueva York, quienes solo esperaban la caída de la noche para aparecer en los salones aristocráticos de Harlem. De este pasado no quedaba

sino la leyenda y a mí solo me era dado ver la angustia y la amargura que ensombrecía los rostros».

Conoce más de la experiencia que Manuel tuvo en esta ciudad a través de estos apartados del libro He visto la noche:

  • «Refugio nocturno»
  • «Mills’s hotel»
  • «Adorador del padre divino»
  • «Solidaridad de miserables»
  • «Vida de grupo»
  • «La noche sigue mis pasos»
  • «Alma viajera»
  • «Resurrección»
  • «Fantasmas en el subway»
  • «Wall Street»
  • «Colombianos en New York»
  • «El Harlem olvidado»
  • «La juventud canta»
  • «La feria de los despojos»
  • «El gran juramento»
  • «Cuando las aves emigran»
  • «Los veteranos buscan trabajo»
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He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

Universidad del Valle

Publicado: 2020

La narrativa refleja cómo el escritor busca, encuentra y comprende las raíces que lo unen a millones de seres como él. Visibiliza esa radiografía, con trazos vigentes de los padecimientos, tristezas, y también alegrías de la población negra en Estados Unidos.
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Washington

Washington, Columbia

En una estadía corta, Manuel visitó Washington para conocer el monumento a Abraham Lincoln.

«Como desconocía la ciudad, muy de mañana subí a lo alto del obelisco a Washington, para orientarme hacia el monumento de Lincoln, cuya memoria se me hizo más hermosa con el caluroso recuerdo que de ella había hecho el anciano. Recorriendo una larga curva, metido por entre parques y edificios de estilo grecolatino, llegué al monumento del humilde leñador. La magnitud de la escultura donde aquel reposa sentado con mirada serena, manos firmes y ancho pecho, abierto a los hombres de buena voluntad, sobrecogió mi espíritu e hice mías las frases inscritas en lo alto: “En este templo, como en los corazones de la gente para quien él salvó la Unión, está vivo para siempre su recuerdo”».

Conoce más de la experiencia que Manuel tuvo en esta ciudad a través de este apartado del libro He visto la noche:

  • «Oí hablar de Lincoln»
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He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

Universidad del Valle

Publicado: 2020

La narrativa refleja cómo el escritor busca, encuentra y comprende las raíces que lo unen a millones de seres como él. Visibiliza esa radiografía, con trazos vigentes de los padecimientos, tristezas, y también alegrías de la población negra en Estados Unidos.
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Richmond

Richmond, Virginia

Richmond fue una parada en el camino a Winston-Salem. Allí Manuel vivió una pequeña anécdota en un restaurante para blancos.

«La cara redonda de la negra, apretando a la criatura de meses, parecía reflejar el dolor de todas las madres que buscan inútilmente alimento para sus hijos, aunque esta era una madre distinta a las que yo había conocido en iguales trances de ansiedad. Sus cachetes llenos y sus brazos rollizos indicaban su buena alimentación. Nada hacía evocar los rostros esqueléticos de las mujeres desnutridas de Bogotá; ni los ojos hundidos y los labios chupados de las indias de Guatemala; ni el cansancio y la flacura de las peregrinas mexicanas ante la Virgen de Guadalupe y, sin embargo, sí tenían algo en común con aquella mujer: el dolor por el hijo hambriento. La madre que entonces me hablaba, que tal vez tendría mucho dinero en su bolsa a juzgar por su vestido y las ropas de lana que cubrían a la niña, debía sufrir tanto como aquellas, porque en la estación de Richmond, a la una de la mañana, no había alimento ni para ella ni para su hija negra».

Conoce más de la experiencia que Manuel tuvo en esta ciudad a través de este apartado del libro He visto la noche:

  • «La línea de color»
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He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

He visto la noche, las raíces de la furia negra : relatos (1953)

Universidad del Valle

Publicado: 2020

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Atlanta

Atlanta, Georgia

En poco tiempo Manuel visita Atlanta para conocer un barrio de negros en una de las ciudades donde la segregación fue más violenta.

«Dispuse de poco tiempo para visitar la ciudad de Atlanta. Solo quería observar lo que tanto había oído nombrar en Chicago y Nueva York: los guetos de los negros. Abandoné la estación del bus, en pleno centro de la ciudad, con el vivo propósito de dirigirme a la sección negra. Por vez primera supe lo que era viajar en vehículos en donde campeara el más rígido jincroísmo. A los negros se les obligaba a entrar por las puertas traseras, con el fin de que no transitaran por la sección de los blancos. Me tocó ver a una negra lujosamente vestida que penetró al vehículo por la puerta delantera. Tras recibir la amonestación del chofer, sufrió el desprecio y las malas caras de los blancos al cruzar el corto trayecto que les estaba reservado. Al extremo opuesto del bus, todos los negros con los rostros rígidos, chispeantes de indignación, vimos llegar a la mujer que había conservado el aplomo y la altivez necesaria para transitar, contra la muda oposición, de un extremo a otro del vehículo. Tuve ganas de estrechar su mano. Pero la seriedad de los rostros tiznados me dio a entender que la situación no estaba para felicitaciones. Además, seguramente no habrían comprendido el verdadero objeto de mi congratulación, ya que aquel incidente debía serles familiar».

Conoce más de la experiencia que Manuel tuvo en esta ciudad a través de este apartado del libro He visto la noche:

  • «La cuna del Ku Klux Klan»
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Nueva Orleans

Nueva Orleans, Luisiana

Ya pensando en el regreso, Manuel visitó la familia de uno de sus amigos de travesía. En las ciudades del sur las leyes y acciones de segregaciones eran mucho más marcadas.

«Una llovizna alegre caía en Nueva Orleans cuando entró el bus en la estación. La ciudad aún dormía bajo las profusas luces que le daban un bello aspecto con la lluvia abatida por el viento. Esperé que aclarara, sentado en uno de los bancos de la estación y cuando el sol brilló sobre los rostros oscuros, llegué al extremo de la ciudad, a la sección negra. Una señora de edad, moviéndose difícilmente, vino a abrirme la puerta. Era Maggie, la madre de Eugenio, quien al recibir la carta que este me diera para ella, se puso a llorar, abrazándome contra su pecho, como si yo mismo fuera el hijo ausente que regresara».

Conoce más de la experiencia que Manuel tuvo en esta ciudad a través de estos apartados del libro He visto la noche:

  • «Los frutos de la victoria»
  • «La ley de embudo»
  • «La lucha por la dignidad humana»
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Laredo

Laredo, Texas

Como un ciclo, Manuel terminó su recorrido por Estados Unidos por donde empezó: Texas. No iba a regresar a Colombia sin un último golpe de realidad.

«Regresaba de nuevo a Texas, a la ciudad de Laredo, habiendo circundado toda la Unión Norteamericana. Recordaba que, en el extremo occidental de ese mismo estado, en El Paso, desistí tomar la ruta del Profundo Sur porque me asustaban las noticias sobre los linchamientos y porque mis ojos bisoños no habrían podido comprender en toda su magnitud la vileza de que eran objeto los negros. Por el contrario, al llegar a Laredo, después de haber recorrido casi todo el país, el conocimiento que había acumulado de la gran injusticia social, excitaba mi sensibilidad hacia toda humillación económica, aunque tomara el ropaje de una discriminación racial».

Conoce más de la experiencia que Manuel tuvo en esta ciudad a través de este apartado del libro He visto la noche:

  • «El último bofetón»
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Contexto

Itinerario de lectura

A través de los itinerarios de lectura puedes profundizar en las temáticas y los momentos de la vida y obra de Manuel Zapata Olivella que hemos abordado en las diferentes secciones de la exposición. Con mapa, brújula y una propuesta pedagógica para la reflexión, entrarás en terrenos en los que el diálogo y la lectura conjunta de diversos materiales te ayudarán a explorar muchos de los cuestionamientos de Manuel en tu cotidianidad.

Si eres un viajero solitario en esta exposición, puedes resolver estas preguntas con nosotros y ahondar en la reflexión que inspira la vida y obra de Manuel. Si eres un mediador y acompañas a un grupo en el recorrido por la memoria del Ekobio mayor, estos itinerarios te ayudarán a dinamizar tus espacios de mediación con propuestas pedagógicas pensadas para dialogar alrededor de temas como géneros literarios, momentos históricos y reflexiones sobre la raza y la cultura en la obra de Manuel.

Vida, ideología y escritura

¿Qué tanto se mezcla la vida con la escritura? En el caso de Manuel Zapata Olivella se pueden hacer relaciones entre sus textos biográficos y de viaje con las novelas, obras de teatro, cuentos y ensayos que iba escribiendo simultáneamente. Las motivaciones y vocaciones de Manuel se alimentaban de sus experiencias, y las expresaba desde la ficción y la no ficción.

Explorar los cambios de registro a partir de los momentos en los que se escribe, la crítica social en la literatura y el papel de la escritura serán algunos de los temas que exploraremos en este itinerario de lectura. En Manuel, las experiencias fueron determinando lo que quería relatar a través de su literatura. ¿Qué motiva la escritura de Manuel? ¿Cuáles son los objetivos de la escritura?, en esta colección podrás encontrar todos los recursos que necesitas para este itinerario de lectura: Colección Levántate mulato.

La memoria de lo vivido

Manuel Zapata Olivella escribió mientras viajaba. En esos relatos de viaje nos deja ver sus experiencias, describe personajes y lugares, y nos comparte las reflexiones que todo esto le generaba. También escribió una autobiografía en la que recupera experiencias de su vida con ojos distintos. Cuando se escribe sobre la propia vida, ¿es más auténtico un relato escrito en tiempo real que aquel que está en tono de rememoración? Establezcamos un diálogo a partir de la lectura de los apartados «El Chicago Negro» en He visto la noche y «Las dos guerras: racismo y desempleo» en ¡Levántate mulato! Ambos relatan las vivencias de Manuel en Chicago desde momentos diferentes. ¿Cómo se evidencia el paso del tiempo al contar los mismos eventos? ¿Qué implican los cambios y por qué crees que pasan?

Literatura crítica

La literatura, desde sus diferentes géneros, ha sido espacio para la crítica. Es el caso de Hotel de vagabundos, una obra en la que Manuel Zapata Olivella describe la vida de personajes discriminados por la sociedad; no solo por su etnia, sino por su origen, orientación sexual y hasta por sus capacidades. Esta obra surge de sus experiencias en el Mills’s Hotel de Nueva York, donde se hospedaba. Es a partir de estas vivencias que Manuel elabora escenarios y personajes, y recrea también sus problemáticas. ¿Toda literatura es crítica? Leamos el apartado «Mills’s Hotel» en He visto la noche e interpretemos el «Primer cuadro» en Hotel de vagabundos para dialogar sobre la crítica en la obra de teatro y su relación con las vivencias de Manuel. ¿Cuáles son los objetivos de una obra de teatro? ¿En qué momentos sientes que se está haciendo crítica social? ¿Qué críticas identificas?

Una cuestión de raza

Como negro y latino en Estados Unidos, en una época en la que ley segregaba por el color de la piel, Manuel Zapata Olivella vivió experiencias particulares que generaron preguntas en él y lo movieron a la acción. Dialoguemos sobre el concepto de raza: ¿Existe algo como «la raza»?, ¿qué es?, ¿cómo se utiliza esa palabra en la sociedad actual? ¿Existe discriminación racial en Colombia?, ¿cómo se evidencia? Después del diálogo, leamos el artículo «A flor de piel» en la revista National Geographic y algunos apartados de El derecho a no ser discriminado: primer informe sobre discriminación racial y derechos de la población afrocolombiana. A partir de estas lecturas, retomemos el diálogo sobre las mismas preguntas.

Manuel desde la cárcel

Como parte de la conmemoración del Año de Manuel Zapata Olivella, realizamos lecturas de Changó, el gran putas con usuarios privados de la libertad de la biblioteca de la cárcel distrital de varones anexo de mujeres. Uno de los fragmentos muestra la situación de negros encarcelados. A partir de esas lecturas, en el espacio Fuga de palabras, los privados de la libertad compararon las condiciones de las cárceles en diferentes tiempos. ¿Qué opinión tienes sobre las personas privadas de la libertad? Según el relato leído y comentado, ¿han cambiado las condiciones de las personas privadas de la libertad?